Yoochun llevaba tanto tiempo sin dormir que ya no podía pegar ojo. A falta de sueño, se había empeñado en quedarse en la habitación de Jae, ya que hasta el momento, era quien mejor lidiaba con los repentinos ataques violentos de su compañero.
Yoochun pegó otro trago largo a su copa de vino tinto y dejó escapar un leve sollozo al ver de nuevo las muñecas atadas con correas a las barras de la cama que ahora lucía Jaejoong.
Llevaban casi una semana de promoción y habían tenido que comenzarla sin Jae. Contra toda expectativa, el estado de Jae les había favorecido con más atención de la prensa, ya que había quedado muy claro que Jaejoong no conducía bajo los efectos del alcohol en el momento del accidente. Desde luego este tipo de atención no era la deseada, pero era atención del público al fin y al cabo.
No obstante, la dificultad ahora radicaba en mantener unido al grupo. Parecía curioso, que un grupo como el suyo, que se había mantenido unido durante tantos años, aún en la distancia. Se viera enfrentado ahora a romperse de este modo, justo cuando volvían a trabajar juntos de nuevo.
Yoochun se sentía de pronto 20 años más viejo, agotado como no lo estaba desde hacía años. Agotado físicamente, anímicamente.
Aunque abusaban de los sedantes para mantener calmado a Jae, y no verse forzados a trasladarle a una unidad psiquiátrica, Yoochun se temía lo peor.
Jaejoong intentaba levantarse de la cama cada vez que estaba consciente.
Aunque la primera y más importante operación había resultado exitosa, era definitivo que no le sería posible seguir la promoción con nosotros, sin saber hasta cuándo.
Había sido demasiado para él. Tantos años volcando sus esperanzas en la vuelta del grupo, y encontrarse en esta situación amargamente conocida. Postrado en una cama en el momento más decisivo. No podía culparle por querer moverse de aquí, por vano e inútil que fuera.
Confiaba en Jaejoong... superaría esto como había superado todo lo demás… sólo necesitaba tiempo.
Junsu se había encerrado en sí mismo, incapaz de ver apenas a Jaejoong, sin saber como apoyarle. No obstante, sólo cerca de Junsu, Jaejoong parecía calmarse. Pero Junsu no podía estar las 24 horas en aquella habitación. Jaejoong no le dirigía la palabra a Junsu, demasiado avergonzado por estar causando problemas al grupo, como para hablar en su presencia.
Yunho hacía lo imposible por levantar la promoción y evitar que Changmin se bloqueara.
Cuando comenzaba a cerrar ya los ojos en la butaca sobre la que intentaba descansar, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Yunho entró apresuradamente, en ropa de deporte desparejada, con las zapatillas de andar por casa. Al encontrar ahí a Yoochun, se detuvo a mitad de camino y le miró sorprendido.
-¿Ya estás tú aquí...? -preguntó con los ojos muy abiertos, parado en seco.
-Yunho… -dijo Yoochun levantándose.
-Si tú estás aquí… ¿entonces quién está con Changmin?
-Junsu está con Changmin…
-Pero... yo… me desperté y Yujin no estaba y pensé que no estaba porque me tocaba esta noche quedarme con Jae y… Hyukjae hyung me había llamado y no dejó mensajes… yo no lo he oído…
-Tranquilo, Yunho… Yujin está con sus padres, tú la mandaste allí ayer por la noche… llevabas días sin ir a dormir a casa. Necesitabas descansar y te dije esta mañana que fueras a dormir. Todo está bien, relájate…
-Yo... pensé que... -Yoochun se acercó a Yunho y le abrazó.
-Todo está bien… -Le repitió notando como poco a poco el cuerpo de Yunho se relajaba. Ahora Yunho abultaba dos veces el cuerpo de Yoochun, pero sus brazos aún ofrecían calma.
-No… no le dirás nada a nadie... -Dijo Yunho después de un rato. Yoochun sonrió de medio lado… Yunho no cambiaría, siempre preocupado de las apariencias.
-Jejeje, no hay problema, me reservaré para mi el lujo de reírme de las pintas que llevas. ¿Te ha visto entrar alguien?
-Creo que no.
Yoochun se separó y ambos rieron un poco, mirando el extraño atuendo de Yunho.
-Siéntate aquí –le dijo Yoochun-. Dame las llaves de tu coche -Yunho obedeció-. Son las 3 de la mañana, llevas durmiendo desde más o menos las 4 de la tarde. Iré a tu casa a cogerte ropa y que no tengas que salir de aquí con esas pintas. Cuida de Joongie -dijo antes de salir de la habitación.
Yunho miró al paciente, que dormía con cara inexpresiva. Yunho recordaba la cara de Jaejoong cuando dormía. Y no era esa.
Su gesto era más bien el de estar inconsciente en vez de descansando. Y sintió una punzada de lástima.
Había estado bajo una tremenda presión últimamente. Pero a eso estaba más o menos acostumbrado. Mientras todos, conservaran la salud.
Intenté descansar, mi cuerpo me lo pedía. Me estaba quedando dormido cuando le escuché. Miré hacia la cama y le vi. Tenía los ojos abiertos y fijos en el techo, apretaba los labios mientras las lágrimas le corrían por las mejillas. Su pecho temblaba y sus brazos también, producto de intentar reprimir sus sollozos.
Las hebillas de las correas tintineaban al chocar contra las barras metálicas de la cama a la que estaban atadas.
Me levanté como un resorte. Era la primera vez que Joongie se mostraba así desde que le dieron las noticias de su estado.
-Jaejoong, est… -Instintivamente, puse mi mano sobre una de las suyas.
Simplemente…
No podía ver llorando a Jaejoong. Me hacía sentir extraño. Quería que se detuviera. Sólo podía pensar en que dejase de llorar cuando le veía hacerlo.
En ese momento, le veía... tan impotente, atado a la cama, herido, de todas las formas posibles. El destino no hacía más qué cortarle las alas al ángel de Korea.
Como siempre, sabía que de algún modo se lo había buscado él mismo, pero al mismo tiempo, sabía como debía sentirse Jaejoong en ese momento y lo entendía.
En su propia impotencia, lo único que quería, era que Jaejoong dejara de sentirse mal. Como fuera.
Pero no había nada que yo pudiera hacer, sólo apreté su mano con fuerza.
Pero Jaejoong no me miraba. Ni siquiera parecía notar que estaba ahí.
-Joongie…
-¿Dónde está él? -preguntó sin mirarme.
-Estuvo aquí… hace unos días… le dejé pasar -confesé sin titubear.
-No deberías haberle dejado entrar -las lágrimas seguían rodando por sus mejillas como un grifo abierto.
-Joongie… él...
-¡¡Cállate!! -gritó de pronto, interrumpiéndome, sobresaltándome.
Yo me quedé helado de la sorpresa. Sus brazos se tensaron y tironeaba de las correas, con fuerza, como si intentara soltarse.
-Joongie, para. Te harás daño -le dije dulcemente, mi voz ahogada por el ruido de las hebillas contra el metal, sus gruñidos de furia, el sonido de la cama al tambalearse-. ¿¿Jaejoong no me escuchas?? ¡QUE PARES!
Él se detuvo de pronto. Por primera vez desde que estaba allí me miró a los ojos. El último par de gruesas lágrimas se escapó de sus ojos oscuros y rodaron por ambos lados de su cara.
Su mirada era desesperada, acusatoria.
Apretó los puños.
-Joongie… saldrás de aquí… pero si te haces daño tardarás más. Sabías que la medicación que tomabas para la rodilla te iba a traer consecuencias tarde o temprano. Solo tú y yo sabemos que esto no ha hecho más que adelantar lo inevitable. Sólo… descansa, cúrate, y sal de aquí.
Sin darme cuenta apretaba mi mano sobre la suya con demasiada fuerza, pero no era algo de lo que Jaejoong se quejara. Me miraba a los ojos con la misma intensidad que yo lo hacía. Algo en ellos me decía que había apretado el botón indicado en su mente.
-Ya... ya lo sé… -Me dijo con la voz rota, casi en un susurro. Seguí mirándole intentando descifrar su mirada… si no era por esto, entonces que le…
Se escuchó el sonido de la puerta y ambos nos giramos. Changmin estaba cruzando la puerta. Cuando nos vio era demasiado tarde para esconderse, y ver la mirada empañada de Jaejoong era demasiado impactante e hiriente para él como para disculparse o darse la vuelta.
Yo entendí qué pasaba cuando se miraron. Solté lentamente la mano de Jaejoong, él ni siquiera lo notó.
Ya sabía lo que yo le había dicho. Estaba mucho más herido de lo que yo podía alcanzar a ver. “Joongie” no era a mi a quién necesitaba ahora.
Mientras se miraban en silencio el uno al otro, recordé las palabras de Jaejoong hace muchos años… una noche en que ellos discutieron.
“No puedes arreglarlo todo, Jung Yunho.”
No puedes arreglarlo todo.
Nunca pude arreglarte a ti.
A mí.
Nunca pude…
-Tengo que salir un momento -dije rápidamente saliendo de allí. Tenía que salir, no podía quedarme.
Sabiendo que nunca pude… Amarte como él lo hace.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Tenía que verte.
-¿No decías que no querías volver a verme? Pues deja de observarme con esa mirada descarada, no es propio mirar así a tu hyung. ¿No decías qué no querías seguir con lo nuestro? Pues bien, estoy de acuerdo. Y te quiero lejos de mí. Así que ahora largo.
Changmin se quedó parado donde estaba sin moverse, como si no entendiera koreano.
-No puedo.
-¿Qué dices?
-Que no puedo… alejarme de ti.
-¿Sabes Changmin? Soy yo el que está harto de todo esto, harto de que vengas y vayas, que ahora te decidas, ahora no… ¿Ya hace tiempo que ambos pasamos la pubertad verdad? Tu tiempo para decidir si aún querías que fuera tu juguete ya pasó.
Sí, yo comencé todo esto.
Sí. Yo no lo detuve.
Sí. Te robé la virginidad.
Sí. Me acosté con otra persona.
Yo soy el malo de la película, y siempre lo he sido, ¿verdad?
Pues ahora lo voy a ser de verdad.
No quiero tu lástima. Te quiero. A ti.
Siempre te he querido y siempre te lo he dicho abiertamente. Nunca cambié de opinión respecto a eso. Ni siquiera ahora.
Y siempre, siempre estaré a tu lado pase lo que pase. Tú has sido el que me ha rechazado y apartado de su lado varias veces… pero esta fue la última. Precisamente porque de verdad, pudo ser la última.
No quiero más cambios de parecer por tu parte. Acepto toda la culpa. Después de todo, no sé que demonios hacías volviendo conmigo después de todo lo que te he hecho.
Al finalizar mi discurso, durante el cual Changmin permaneció mirándome, clavando sus ojos morenos en mi piel, apoyó después ambas manos sobre las barras de la cama, posando las palmas sobre mis cálidas manos. Me sobresalté por el contacto y finalmente le miré a los ojos.
Tensé mis brazos cuando nuestras miradas se encontraron, Changmin ya estaba muy cerca, cerca de mis labios... podía notar su aliento sobre ellos.
-No permitiré que nada te ate –me dijo soltando las correas, una lágrima rodando por su morena mejilla, cayendo sobre mi pecho al descubierto-. Ni si quiera yo…
Te amo… y aunque lo que siento por ti nos haya hecho daño a ambos… simplemente… -Su voz se quebró y Changmin no pudo continuar hablando. Intentó continuar, pero los sollozos le podían- ...Yo...
Una vez mis manos estuvieron libres, con las suyas recorrió mis brazos hasta llegar a mi cuello. Acomodó su frente contra la mía.
-Jaejoong… -las lágrimas tomaron el control y tuve que morderme el labio superior para no derrumbarme con él. Pero Changmin me hizo liberarlo con sus labios.
Ambos cerramos los ojos mientras las lágrimas caían libres por nuestras mejillas, mezclándose.
Y así recibí el beso más amargo y a la vez más dulce de mi vida.
Sintiendo como mi cuerpo se deshacía bajo los desbordantes sentimientos de Changmin, y los míos que trataba de reprimir.
En una parte de mi mente, la idea de empujarle, de rechazarle, estaba presente. Pero de algún modo ésta estaba tan, tan lejana, que me sentía incapaz de encontrar la determinación que necesitaba para alcanzarla.
Antes de volver a abrir los ojos, noté las cálidas lágrimas de Changmin cayendo sobre mis mejillas.
Cuando abrí los ojos y le vi llorar sobre mí.
Siempre que veía sus lágrimas, sentía que Changmin lloraba con las lágrimas que yo no derramaba.
Todas esas lágrimas que no dejo escapar… él las deja caer en mi lugar.
Todas mis lágrimas secas…
¿Quién se queda con ellas?
Giré la cara hacia un lado, negándome a mirarle, apretando los puños con fuerza.
-Vete. No quiero volver a estar a solas contigo nunca más -le dije, intentando castigarle a él con eso.
-Haré lo que quieras -me dijo con la voz serena. Me sorprendió lo rápido que estuvo de acuerdo-. Pero sólo... déjame seguir a tu lado, de la forma que sea.
-No digas más tonterías, no me importa que estemos en un mismo grupo, tú mismo dijiste que no podías soportar esta retorcida relación por más tiempo.
Le llamemos como le llamemos a lo que hay entre nosotros, tú terminaste con ello hace unos días por última vez. Y con sobradas razones para ello. Hiciste lo correcto para ambos, así que compórtate como el hombre que eres y mantén firme tu decisión.
Pude escuchar un leve sollozo y tuve que clavar las uñas en mis palmas para obligarme a no mirarte.
-Está bien, está bien -dijo en el sollozo más desesperado-. Sólo… tan sólo recuerda que… Siempre, voy a estar a tu lado… pase lo que pase… estaré cerca de ti, por favor no lo olvides… nunca lo olvides.
-¡¡Vete!! -bramé, haciendo que toda la cama se tambalease cuando golpeé con ambos puños el colchón.
Una vez escuché la puerta cerrarse volví al fin la vista hacia allí y me tapé la boca con la mano.
“Te ha tomado… te ha tomado todos estos años y mi dolor para hacerme la promesa que yo te hice incluso antes de que me besaras por primera vez.”
Cuando Yunho cruzó la puerta, cabizbajo, ya se había cambiado de ropa, detrás de él entraba Yoochun. Yo aún no había sido incapaz de cambiar la expresión de mis ojos. Pero ya se imaginaban la razón, se habrían encontrado con Changmin en el pasillo.
-No hemos podido detenerle. Nos aseguraremos de que esté bien, no te preocupes -dijo Yunho leyendo mis pensamientos. Yoochun miró al líder de reojo, como si estuviera hablando de cuidar de alguien a quien yo desearía matar. Pero ninguno de los dos se equivocaba.
Oh, no, ambos tenían razón.
De pronto, les miré a través de mis ojos vidriosos y lo entendí. Igual que ellos, mi familia, mis amigos y muchas otras personas me esperaban. Esperaban a que me levantara de aquí y les saludara. Incluso debía hacerlo por mis enemigos, quienes esperaban lo contrario.
Fueran cuales fueran nuestros sentimientos, ellos estaban aquí a mi lado. Y ni siquiera yo era capaz de agradecer suficiente el hecho de que ya no estuviese solo en este mundo, gracias a ellos, a ellos cuatro. Por todos ellos... y lo que me habían dado, de diferentes formas… Si no fuera por ellos…
Me sentí cansado, muy cansado. Tenía que recuperarme pronto, lo más pronto posible. Recuperar mi fuerza. Tenía que seguir, seguir luchando…
Los párpados comenzaron a cerrarse poco a poco, y murmuré…
“D-decidle a Junsu que lo siento mucho.”
Ambos afinaron el oído para escucharme bien. Antes de saber si me oyeron dejé que el primer sueño reparador que tenía desde que había entrado al hospital me llevara.
La quinta semana aparecí en el hospital como un zombie. Desde aquella conversación no había vuelto a ver a Jaejoong. Él no dejaba que yo entrase en su habitación, pero a pesar de ello, yo seguía yendo cada día. No había vuelto a probar un solo calmante o un solo trago desde entonces. El trauma que me causó casi perder a Jaejoong me hizo rechazar las pastillas y el alcohol por completo. No quería volver a sentir ese vacío y esa culpa de nuevo.
Entré con las gafas de sol a la sala de espera, sin apenas mirar a nadie. Cuando llegué a la sala de recepción me sorprendió el silencio sepulcral. Ni siquiera el personal del hospital parecía moverse. Como si ni siquiera respirasen.
Un solo sonido rompía el silencio, todos miraban la pantalla de televisión. En ella, una presentadora de noticiero advertía sobre el contenido indecente de las imágenes que se iban a emitir.
Un sonido confuso de exclamaciones femeninas y ruidos de coches pasar acompañaban las imágenes que se comenzaron a emitir, parecía estar grabado con algún tipo de teléfono móvil, y la escena era nocturna.
Pero de pronto, reconocí el lugar que se mostraba y rápidamente me quité las gafas para asegurarme. Yo conocía ese lugar… era la parte trasera de ese club al que íbamos todos últimamente.
Pero eso nadie lo sabía…
Me sobresalté cuando en el video que estaban emitiendo la puerta se abrió y Jaejoong salió airado de ella, tambaleándose, en seguida reconocí la ropa que llevaba.
Entendí que día era, aunque lo recordaba vagamente. Era ese día después de haber cortado tras nuestra reconciliación en el estudio de grabación.
“No puede ser.”
Pensé.
“No es posible.”
Tan sólo yo y Jaejoong sabíamos lo que había ocurrido en esa pasarela, en la parte de atrás del club. Millones de personas estaban a punto de saberlo.
Mis esperanzas de estar equivocado se vinieron abajo cuando me vi a mí mismo salir tras él, cruzando aquella puerta trasera.
Alguien tenía que detener esto. Corrí por todas partes buscando a Yunho… tenían que detener eso en seguida.
Le vi salir con cara de pánico de la habitación de Jaejoong, podía escuchar su voz de fondo.
Cuando escuché de fondo nuestros gritos en el vídeo me di cuenta de que era demasiado tarde. Yunho y yo nos miramos a los ojos. Veía el miedo en los suyos, la incredulidad… la sorpresa…
Yo negaba con la cabeza… Quería hablar, pero el sonido de mi propia voz, aunque gritando palabras ininteligibles me oprimía el pecho robándome el aire.
Él y yo ya estábamos discutiendo en el vídeo.
Ya estaba hecho.
Bajé la cabeza, no podía enfrentar la mirada de Yunho, estaba derrotado.
Escuché a toda la sala contener el aliento.
GAME OVER.
Por un momento los gritos estridentes de Jaejoong a mis espaldas ahogaban las exclamaciones de las personas del hospital, a mí alrededor. Mi móvil no hacia más que sonar y sonar, los móviles de Jae también sonaban, los de Changmin, al otro lado del pasillo, escuchaba incluso la melodía de los teléfonos de Yoochun.
“¿¡¡Cómo!!? ¿Cómo has podido?, ¿¿cómo??” Escuchaba gritar a Yoochun desde la habitación.
Yo no sabía a dónde ir, qué hacer. Miré de nuevo a Changmin quien tenía la barbilla hincada en el pecho.
Escuché a Jaejoong lanzar cosas contra la televisión, sollozar de rabia. Levanté la cabeza y vi al personal del hospital… la primera mirada a Changmin, la vi yo. Y me destrozó. Como si me hubieran mirado a mí.
No había nombre ni descripción para ese tipo de mirada. Pero sabía en mi interior que era la primera de muchas, muchísimas más. Era el comienzo del fin.
Sentí rabia y ganas de llorar. Sólo era una persona, dos, en frente mía. Sólo era una reacción previsible, pero aún así… por muchas veces que temí este momento desde que supe lo que había entre ellos. Lo que mi Changmin…
Ningún pensamiento me previno para la rabia y la impotencia que sentí en mi interior por ver que le mirasen así a Changmin. Podría soportar esa mirada en mí, en Joongie… Pero no en Changmin… no a mi Changmin… No a mi pequeño.
Quise gritarles, empujarles, quizá golpearles, pero mi vista se fue hacia Changmin… Se me olvidó todo al verle, tenía ambas manos cubriéndole la cara... Corrí hacia él, quería llegar antes de que se derrumbara. Podía ver como las rodillas le estaban fallando.
Él no veía esas miradas, pero no le hacía falta.
Corrí hasta él.
“¿¿Pero qué he hecho?? ¿¿Qué he hecho??” Repetía mientras se venía abajo… Quería pensar en el grupo, en el futuro, pero en ese instante sólo veía a mi pequeño destrozado. No era culpa suya… del todo.
Sabía que algo así ocurriría, solo que no lo esperaba ahora… Tantos años temiendo esto… y cuando menos lo esperaba… nos golpeaba.
Pensé que no notaría cuando le rodeé con mis brazos, pues Changmin tendía a aislarse cuando estaba en momentos así, pero al notarme cerca sujetó mis brazos con fuerza, una fuerza tremenda, me estaba haciendo daño. Me quejé.
-Nos hemos cargado el grupo hyung. ¡¡¡Entre los dos hemos destruido el grupo!!! ¿Lo entiendes? Hemos destruido lo que más amamos… Tú sabes que amamos más a TVXQ que a nosotros mismos, que a lo nuestro… que a nada en nuestra vida… lo sabes… y lo hemos destruido, entre los dos… nosotros…
-Basta, ¡Changmin cálmate! Tienes que mantener la cabeza fría, ¿de acuerdo? ¡Ahora no es momento de venirse abajo! Tenemos que actuar, ¿¿me oyes?? Tenemos que movernos y solucionar esto.
Su mirada, era la de un completo demente, me asustó. Sé que me entendió… pero su necesidad de una solución era tan tremenda, que aunque su cerebro entendía mis palabras le parecían demasiado buenas para ser ciertas.
Junsu llegó corriendo, derrapando al entrar en el pasillo. Tras él llegaba el resto de directivos de la compañía, unos guardias, también de la compañía estaban desalojando toda el ala y creando un cordón de seguridad en torno al pasillo y la puerta de la habitación de Jae.
Cuando miré de nuevo a Changmin para decirle que se incorporara, vi que tenía su vista fija en un punto detrás de mí. Miraba hacia la habitación de Jae, ambos se miraban el uno al otro a los ojos, intensamente, por unos segundos antes de que Yoochun terminase de salir de la habitación y la cerrase tras él.
Yoochun y yo abrazamos a Changmin, le pasamos los brazos por la cintura y los hombros, y juntos nos reunimos con los directivos de la compañía y con Junsu.
-Tenemos que hablar, Shim Changmin.
OMG! ya se armó la grande >_<
ResponderEliminaral principio cuando por fin pudieron hablar luego del "accidente", pensé que las cosas estarían bien ... pero luego el escándalo V.V
no te demores mucho Yumeme-san ... por favor!!
P.D. ah todavía no se sabe qué es lo que le dijo Yoochun a Jae ... en serio ... k pudo haberle dicho para k terminara haciendo eso en su casa? @-@
damnt damnt damnt este fic se convirtio en mi tormtenta...una estresante pero adictiva tormenta D: YUMEME-SAN eres la ley XD !!! muerooooo enserio q esta increible...!! amo tanto a esos personajes como a los reales TTOTT !!! yunho q bellooo <333 aaaaaa ojala lo sigas pronto (<--- q fastidiosa soy ¬o¬u) <3 <3 <3
ResponderEliminarhooooooooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ soberbio porfavor esperamos la continuacion saludos que estes bien...
ResponderEliminarasadasadasa CONTINUACION Y RAPIDO!!
ResponderEliminarO ME SUICIDO! DX [?]
dioooooos peroo que buenooo!!!!
ResponderEliminarQUIERO LA CONTII!!!
este fiic siempre me deja con ganas de maas
BUENISIMO!!!
LO AMO!!!
por fa sigue escribiendo plis no seas asi
ResponderEliminarno me dejes en la angustia
WUA ... sin palabras, en serio.
ResponderEliminarSabes que t amo nena? ^//^ x fis la continuacion.
kontinua tan pronto komo puedas, guapa!
ResponderEliminaraun ai tantas kosas por resolver...
OMG!!!
ResponderEliminarminnn...jae ahhh chicos pobres despues de todo lo que han pasado ahora esto!!
conti pronto porfa!!!
siento un vacio horrible quiero saber que mas pasara...
definitivamente has convertido a este fic en mi dulce tormento jajajajaja
ResponderEliminary siempre pasa algo completamente diferente a la trama que me imagino y eso me fascina jejejeje. Pobres de mis ñiños, les llueve sobre mojado (si no es que les diluvia) y ahora si creo que se pone critico el asunto, espero pronto la actualizacion please¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
El destino no hacía más qué cortarle las alas al ángel de Korea.
ResponderEliminaresa frase me hizo llorar
y lurgo lo del escandalo
waaaa
Y_______Y
llorooo!!!
Desde que leí este fic, mi mente y mi persona se ha mantenido en un pozo de oscuridad y angustia sin sentido producto de los momentos tan agobiantes que se manejan en este drama. Más que nada porque uno de los protagonistas es mi querido Jaejoong. Acostumbrada tambien y seguidora de la couple yunjae, el ver a yuhno alejado sentimentalmente de mi Hero, aporta más frustración a mi congoja.
ResponderEliminarEspero pronto el desenlace de esta historia porque si nó, no sé que va a pasar conmigo. Vean el poder que tienen los escritores sobre los sentimientos de los que los leen. Ni modo, ahora ya empezé, ahora lo termino, a ver si nó me suicido cortándome las venas con una zanahoria, si eso sucede, la culpable va a ser ¡Yume!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminargracias Yumeme!! no puedo esperar por la continuación! ><
ResponderEliminarno te demores por favooor!!
Aaaaaaaaaaaaaaaaah!!! O.O
ResponderEliminarOmg!! :O
me quede sin palabras,
wooooooooow lo que pazo ahorita me dejo horrorizada
hahahaha
pero sigo en shock!!!
ala gran!!!
ya descubrieron todo, bueno eso si lo que dijo Junho era cierto en algún momento lo iban a descubrir, pero por qué en ese momento???
Cuando Jaejoong se sigue recuperando,
que golpe mas bajo el que le dieron...
ESTA BUENISIMO EL FIC...
LO ADORO, LO AMO, LO QUIERO, ETC...
hahaha