LAGO
Estallaron los aplausos y felicitaciones a viva voz por parte de los espectadores, todos de pie como halago al gran desempeño de los cinco jóvenes. Conmovidos por el sentimiento que le pusieron a la canción, por el talento para el canto, por tan maravilloso espectáculo. Los muchachos se sentían muy contentos y aún avergonzados por la atención de que eran parte en esos instantes. Con un último agradecimiento y una reverencia formal, salieron del escenario.
- eso fue… - pero Jae no encontraba las palabras para explicar lo genial que se había sentido compartiendo escenario con su hermano y amigos… - no sé, grandioso…
- apoyo eso… - Yunho lo estrechó en un fuerte abrazo, Jae se sonrojó. Minnie siguió el camino rumbo a los vestidores. Junsu sonrió contento por su hyung, pero siguió a su amigo para por lo menos estar a su lado. Yoochun simplemente deseaba que ese par se confesara de una vez y se dejaran de esas escenitas cursis.
- Yunho?...
- qué…
- nos están viendo… - y es que estaban a medio pasillo, ese que llevaba a los escenarios o a los vestuarios…
- y qué tiene, ni que te estuviera besando… - medio bromeó, pegándose más al cuerpo de su amigo.
- ya… aparta Yunho… - molesto, avergonzado y sintiéndose ligeramente excitado… sí, hombre, que el moreno se le había pegado demasiado… el pelioscuro lo empujó, con una sonrisa de “no es que no quiera, pero con tanto público”.
Cuando ellos llegaron a los vestidores, Minnie y Junsu ya iban de salida. El pelirrojo sonrió a su hermano con una disculpa, después de todo era su mejor amigo quien necesitaba su apoyo, y Jae lo comprendía. Yunho se sintió incómodo, desde el día en que el menor le besó, hay momentos en que Minnie se comporta como si nada hubiera pasado, y otros, como éste, en los que simplemente no puede estar en el mismo lugar.
- eso pasa por andar entregando besos que no se quieren dar… - el pelioscuro dijo eso por sus dos amigos. Recuerden que está lo del beso que Yoochun y Junsu se dieron hace ya bastantes semanas. Y claro, Yunho le contó lo de Minnie, porque parece imposible poder ocultarle algo, pero sobre todo, porque no quería que después esa situación le trajera problemas.
- JaeBoo, yo no lo besé, él me besó a mí… - corrigió el moreno, junto con sus dos amigos, cambiándose de ropa, no quieren andar por ahí todos uniformados.
- ok, tú, pero… cierto ratón que conozco… - el pelinegro se hizo el desentendido, se sacó la camisa y cuando lo hizo.
Jae notó una imagen en la espalda de su amigo, un dragón apenas visible pero que seguro si Yoochun nota, tal como seguro ocurrirá pues está al frente de uno de esos espejos de tres partes que permiten una visión de cuerpo entero y ángulos de la espalda. Así que hizo lo primero que se le vino a la mente. Lo abrazó. El pelinegro sintió el desnudo pecho de Jae contra su desnuda espalda y brincó de la impresión.
- eh… - aclaró la garganta nerviosamente, y es que Yunho lo estaba matando con la mirada… - Jae, quieres soltarme…
- claro, solo te iba a felicitar por el gran trabajo que hiciste hace unos minutos… - sonriendo, tomó la playera que su amigo se iba a poner, y casi sin despegarse de él, dándose cuenta de que el tatuaje ya no estaba ahí, se la colocó… - así mejor… - murmuró el pelioscuro con algo de alivio, pero pensando en lo que acababa de ver, que si bien ya no está ahí, no puede asegurar que no volverá, y cuando lo haga, Yoochun tendrá muchas preguntas al respecto.
- bueno, los espero afuera… - el ratón tomó su chaqueta y su bolso, saliendo rápidamente, antes de que el moreno quiera enterrarlo seis metros bajo tierra, sobre todo considerando que él no ha hecho nada, fue Jae quien lo abrazó así como así.
Yunho terminó de vestirse, en silencio, sin mirar a Jae, con el ceño fruncido y la venita de la sien latiéndole furiosa.
- Yunho?... Yunho?... – pero no recibía respuesta alguna. Él también estaba cambiado ya. Fue hacia la puerta y cerró con pistillo, luego volvió hacia donde su amigo metía atropellada y violentamente, sus cosas en su bolso. Parando en seco cuando sintió las manos de Jae abrazarle suavemente. El pelioscuro recargó su rostro en la espalda del moreno, mientras sus manos subían por el pecho de su amigo… - ya no puedo más, Yunho… - comenzó a hablar, suave, despacio, su mejilla en la espalda del moreno… - no tienes porqué ponerte celoso, y menos del ratón miguelito… - ambos sonrieron ante eso. Yunho posó sus manos sobre las del pelioscuro… - me gustas… - confesó, así sin más preámbulos.
- de verdad? – cuestionó con una sonrisa… - dijiste eso hace un par de meses y luego…
- shh, sé lo que pasó entonces… - un dejo de culpabilidad en su voz. El moreno se giró para verlo de frente, Jae tenía la vista en el piso, avergonzado e inseguro…
- será diferente ahora?... – voz dulce, su mano acariciando la mejilla del pelioscuro…
- no lo sé, tú dime… - rostros sonrojados, acercándose lentamente, labios entreabiertos buscando contacto…
- me gustas, JaeBoo… - alientos mezclados… el sonido de la puerta siendo tironeada…
- hay alguien ahí… - preguntó una voz masculina desde fuera. Los chicos separados. Yunho resopló con frustración, era la segunda vez que lo interrumpían cuando está a nada de besar a su Boo. Jae abriendo la puerta.
- disculpe, nos estábamos cambiando… - se justificó el pelioscuro con una sonrisa nerviosa.
- excelente presentación muchachos… - fue todo lo que dijo un profesor. Que entró en busca del vestuario que usará para una pequeña obra teatral que el grupo de profesores preparó… - dense prisa o se perderán la magnífica actuación de sus profesores favoritos… - naturalmente, el hombre dijo aquello con sarcasmo.
- si profesor… - ambos salieron, bolso en mano, mirándose de soslayo con sonrisas que no les cabía en la radiante expresión que llevaban, roces constantes entre sus manos sin llegar a entrelazarlas… - y Junsu?... – le preguntó al ratón cuando tomaron asiento para continuar viendo el Festival.
- salió con Minnie… - respondió, con tono celoso que no pasó desapercibido para sus amigos.
…………………..
Minnie y Junsu estaban sentados en una de las bancas dispuestas por los jardines de la Escuela. Ninguno ha dicho palabra alguna desde que salieron.
- debería renunciar a él?
- no lo sé, Minnie, no creo poder aconsejarte en eso, mi hermano está involucrado también…
- lo siento…
- no te preocupes, sigo siendo tu amigo…
La vista de ambos adolescentes se quedó prendada en el cielo, cautivados por las sombras de la noche que caía como una cortina con pequeños puntos titilantes de luz plateada, el frío invierno soplando suavemente helándoles la piel. Y esa era una sensación que acentuaba la soledad de la que son presa ahora, pues los dueños de sus corazones no corresponden el amor que se les tiene.
…………………
Jae se acostó con una sola cosa en mente… besar a Jung Yunho es su misión para la próxima vez que lo vea.
- rayos, solo espero que no se vaya de vacaciones a algún lado… - y sonriendo demasiado, demasiado feliz porque el moreno confesó que le gusta, dio bastantes vueltas en su enorme cama con doseles, pensando en un montón de formas en que le gustaría tener su primer beso con Yunho… - y que nadie interrumpa por favor, que la tercera es la vencida, y como alguien se atreva a aparecerse juro que lo mando por los aires… - se sentía bastante idiota pensando en todo eso, es decir, cuándo hubiera él pensado que pasaría enteros imaginándose besándose con otro chico, su mejor amigo… - por merlín, estoy estúpidamente enamorado de Yunho… - se tapó el rostro con una almohada mientras pataleaba emocionado bajo las cobijas. Hasta que un rato después, con muchos suspiros y mas ideas sobre dónde o cómo besar al moreno, concilió el sueño.
……………………
La niebla alrededor le impedía reconocer apropiadamente el lugar en que estaba. Caminaba con sigilo agudizando sus sentidos, hacía un frío descomunal que le calaba los huesos. Árboles, árboles, y más árboles de gruesos troncos y frondosas copas, se alzaban ahí a donde su vista se dirigiera. Distinguió una luz suave a lo lejos, cuando llegó a ella pudo ver un lago… El Lago de la cabaña que su familia tiene en aquellas tierras. De pronto la escena cambió, todo era oscuridad y un murmullo abrumador era todo lo que podría escuchar hasta que un rayo rojo, débil y penetrante, apareció a su distancia como una fina línea que se descubría y daba vida a un ojo lleno de ira…
…………………………
Jae despertó agitado, sudado y con el cuerpo temblándole de frío. Salió de su cama e inmediatamente se fue a la ducha a tomar un baño de agua caliente, luego se vistió con ropa cálida, luego se vistió con ropa abrigadora. Después fue directo a la habitación de su hermano…
- Junsu!... Junsu!, despierta… - lo llamaba, sacudiéndolo por los hombros.
- mh, son vacaciones, hyung… - murmuró entre sueños el pelirrojo, girándose para que su hermano dejara de molestarlo y poder seguir durmiendo…
- tuve un sueño premonitorio… - soltó con voz ronca…
- sobre qué… - despertó completamente…
- creo que… tenemos que ir a la cabaña, no estoy seguro de lo que vi, pero se que es algo que hay que hacer cuanto antes…
- de acuerdo… - salió de su cama… - papá y mamá no deben saber, cierto?
- no, creo que está relacionado con el tatuaje en tu espalda… y tal vez el del ratón…
- Chunnie? Él tiene un tatuaje?... – sorprendido y preocupado, el pelirrojo se aproximó a su hermano mirándolo directo a los ojos…
- bueno, ayer, mientras nos cambiábamos en los vestidores, estoy seguro de haber visto un dragón en su espalda, él no se dio cuenta… - aclaró de inmediato al notar que Junsu abría los ojos de par en par… - pero no era igual al tuyo, era de un color pálido, pero desapareció unos instantes después…
- no lo imaginaste?...
- no, estoy seguro de que lo vi…
- es extraño…
- lo es, pero… mientras Yoochun no se de cuenta, es decir, que no sea que aparezca y él lo vea, debemos fingir que nada sabemos, recuerda que nuestros padres y los Sres. Park no quieren que sepa sobre su condición mágica hasta que cumpla los 18…
- digamos a papá y mamá que vamos a pasar unos días a la cabaña….
…………………………
Al día siguiente, seis chicos llegaban a la cabaña de los Kim en el Lago en tierras londinenses. Qué porqué seis chicos? Bueno, el asunto fue que Jae le comentó a Yunho cuando éste lo invitaba a Japón unos días, que no podría acompañarle porque tenía que hacer algo importante en su cabaña del Lago, y el moreno preguntó con pucherito de por medio, que si no le podía acompañar y pasar unos días tranquilos y de paso ayudarlo en lo que tuviera que hacer. El pelioscuro no pudo negarse, porque deseaba tanto poder pasar tiempo con él ahora que se habían dicho que se gustan, además, tuvo el presentimiento de que era mejor que fuera.
Luego, Minnie tenía que ir porque está más que involucrado con el asunto, Junsu le dijo que fuera con ellos porque cualquier cosa que tuviera que interpretarse, él era el mejor para ello. Aunque el menor se sentía como mal tercio dado que supo que el moreno iría.
Kenryu y Yoochun, ellos casi se les pegaron cuando, por alguna extraña razón ambos se aparecieron en casa de los Kim y al ver que iban de salida, ninguno quiso dejar pasar la oportunidad de estar con el pelirrojo en un lugar tan tranquilo. Que en fin, los seis terminaron viajando hacia Londres, Inglaterra.
Ahora cada uno era ubicado en las diversas habitaciones.
- bueno, Junsu y yo dormiremos en la de nuestros padres, ustedes pueden ocupar las otras cuatro, Minnie se puede quedar en la misma de siempre… - el menor asintió, subiendo las escaleras hacia la segunda planta… -
- Yunho puede… - intentó apoyar el pelirrojo, porque conociendo a su hermano y esa idea que se le ha metido de buscar liarlo con el ratón, seguro le decía al pelinegro que ocupara su habitación…
- se quedaré en mi recámara, Yoochun en la tuya y Kenryu en la otra para huéspedes… - interrumpió con una sonrisa el pelioscuro…
- pero… - el pelirrojo no pudo evitar sonrojarse, el castaño miró con el ceño fruncido a Jae, pero no dijo nada, y el pelinegro sonrió complacido, sí, le parecía excelente idea dormir en la cama de Junsu, donde seguro está su aroma y….
- my good, qué estoy pensando… - el ratón se dio un golpe mental.
- Kenryu, ven, te diré dónde es… - el menor lo llamó desde arriba, a lo que el castaño simplemente fue a donde él…
- Junsu, le muestras al ratón… - sonrisa de “hermano, necesitas pelear”
- de acuerdo, Yoochun, es por acá… - el pelinegro le siguió escaleras arriba, su recámara está a la derecha, las de Minnie y Kenryu, a la izquierda.
- tú vienes conmigo… - tomó la mano del moreno y lo llevó a la habitación en el fondo de un pasillo en donde se encuentra la habitación de sus padres y un baño…
- estás siendo obvio respecto a Junsu y Yoochun… - la habitación era amplia, muy ordenada y limpia, las paredes de madera, una ventana por donde se veía un bello paisaje verde, una cama matrimonial con cobertores azul claro y almohadones gruesos.
- no tanto según parece… - el pelioscuro cerró la puerta, tal vez era demasiado rápido, pero deseaba tanto probar sus labios, que no le importaba parecer ansioso al respecto.
- pero… - olvidó lo que iba a decir porque el pelioscuro lo abrazó pasando sus manos por su cintura, acercando su sonrojado rostro al de él…
- más vale que me beses esta vez, Yunho… - le dijo con una sonrisa coqueta, su mirada clavada en los labios del moreno.
Yunho sonrió atontado por la actitud lanzada de su Boo, pero estaba completamente de acuerdo con él, tenía que besarlo ya, casi no pegó ojo por estar pensando en eso, y durante el viaje no había podido hacerlo porque no les dejaban a solas ni un momento. Pero ahora… oh dios! Labios más suaves y dulces no deben existir. Yunho atrapó los labios de Jae con suavidad, con dulzura, probando lentamente a lo largo, pasando sensualmente su lengua por ellos, humedeciéndolos, haciéndolo temblar por la corriente eléctrica que le recorrió, dando pequeñas probadas a esa boca gruesa, que a la vez le respondía con los mismos movimientos. Hasta que el beso por fin se hizo más profundo cuando sus lenguas se animaron a encontrarse y entrelazarse una y otra vez, la respiración alterada de ambos, las manos de Jae alrededor de su cintura hasta cerrarse en su espalda, las del moreno igual en el delgado cuerpo de su Boo. Se separaron cuando, como siempre, el aire les hizo falta.
- wow… tienes unos labios deliciosos… - confesó el moreno, una linda sonrisa de satisfacción en su boca.
- idiota… - el pelioscuro se sonrojó por eso, pero sonrió feliz, por fin se habían besado.
- este idiota, está completamente enamorado de ti, así que no me culpes por decir lo que me haces sentir… - depositó otro beso, corto, en labios del pelioscuro.
- te quiero, Yunho… - otro corto beso…
- yo también te quiero, JaeBoo… - uno más, más largo, apasionado…
……………………….
En la planta alta…
- esta es la habitación… - el pelirrojo recordó que tenía una foto del ratón bajo su almohada, así que corrió y metió la mano bajo esta para sacarla y guardarla en su mochila… - es algo… personal… - dijo, a manera de disculpa, cuando el pelinegro le miró con una sonrisa divertida…
- ok, no te preocupes, no husmearé en tus cosas… - el chico dejó su maleta a lado de la cama, matrimonial también… - solo usaré la cama y ya, todo lo demás quedará tal como está…
- no, no quise decir que pensara que fueras a… - sonrojado, y sintiéndose tonto por su actitud, el pelirrojo no sabía que decir… -
- descuida, yo entiendo, no te preocupes… - se acercó al chico, y sin querer ni saber porqué, su mano fue a parar a la mejilla de un tomate Junsu, es que está tan colorado y nervioso el chico que… - me gustan tus sonrisas… - la mano se deslizó, sus dedos delineando los labios de un casi desmayado pelirrojo… - delfín… - el pelinegro sonrió ampliamente, le gustaba ese sonrojo violento en el rostro del menor de los dos, le gustaba esa sonrisa nerviosa, esa manera de mirarlo tímidamente… -
- voy… voy a… compermiso… - el delfín salió casi corriendo de la recámara, sentía que el corazón se le iba a salir del pecho de la emoción, le temblaba todo el cuerpo de los nervios, pero se sentía feliz… - le gustan mis sonrisas… - murmuró tontamente, llevándose sus dedos a su boca…
……………………….
El resto de ese día transcurrió normal, Yunho y Jae se besaban cada que, casualmente, quedaban a solas en la cocina, en la estancia, o donde fuera. Claro que, procurando no ser vistos por los otros cuatro, si bien parecía lo más claro del mundo. Minnie y Kenryu habían decidido hacer amistad, después de tremendo momento vergonzoso que vivieran hace días cuando el menor llegó algo tomado al departamento del castaño, pero, dejando aquello en el pasado, ahora compartían sus penas. Además, Yoochun se la pasaba hablando con Junsu, que ya no se sonrojaba tanto cada que el pelinegro le dirigía la palabra, le sonreía o, casualmente, le posaba una mano en el hombro o le tomaba la mano por brevedad.
Al día siguiente, Jae decidió tener un paseo con Yunho, caminar por el bosque montaña arriba y disfrutar del paisaje, el asunto fue que Minnie se anotó a tal paseo, y pues, Kenryu al notar la intención con que lo hacía, se les unió, para en un momento dado poder alejarlo del par de tortolos que no puede ocultar la miel que derraman, y así tener también una charla con el menor. De tal manera que, Yoochun y Junsu se quedaron solos en la cabaña, porque cuando los otros cuatro se marcharon, el pelirrojo aún dormía, y el pelinegro no había querido despertarlo (a pesar de que ya era algo tarde) así que dijo que él se quedaba a hacerle compañía.
Junsu sintió que el tatuaje en su espalda ardió y entonces simplemente tuvo claro lo que tenía que hacer… se levantó, se cambió con ropa cálida y sacó un tanque de oxigeno que tenía ahí porque en ocasiones le gusta nadar en las profundidades del Lago. Salió sigilosamente, esperando no tardar y que Yoochun se de cuenta de su ausencia. Se quedó anonadado unos minutos solo viéndolo desde fuera por la ventana, el pelinegro estaba sentado en la estancia, leyendo un libro de vaya a saber dios qué tema, porque lo único que el pelirrojo podía ver era la expresión concentrada del ratón que le daba ese toque intelectual y seductor que tanto le encanta…
- como si hubiera algo que no me encantara en él… - pensó, y luego se dirigió por fin al muelle para entrar al Lago.
Naturalmente que estaba helando, pero, tenía que hacerlo, qué exactamente no lo sabe, pero se dejaba llevar por esa especie de instinto que sentía. Entró en las heladas aguas y comenzó a nadar hacia las profundidades más alejadas. Llevaba una lámpara en la mano, el tanque le daría oxigeno por una hora, así que más vale darse prisa para lo que sea que tenga que suceder. De pronto un remolino lo jaló bruscamente y lo siguiente que supo es que se encontraba en un lugar que no conocía, la luz de la lámpara apenas servía para ver algo a unos cuantos metros a su alrededor. Lo suficiente para notar la entrada a lo que parece una cueva. Nadó hacia ahí y conforme se acercó pudo sentir que el agua se volvía caliente, era como un pequeño estante que surcaba con sus aguas los alrededores de un alto agujero de tierra firme y monumentales rocas aquí y allá. Junsu asomó la cabeza por sobre la superficie. Se aproximó a la orilla y salió sigilosamente, estaba bastante oscuro, y su lámpara comenzaba a fallar. Empero, podía notar unos puntos rojos brillando incrustados en lo alto y en las paredes rocosas. Eran como rubíes, piedras preciosas que llamaron bastante su atención y que sabía debía llevar consigo un par de ellos.
Dio unos cuantos pasos cuando escuchó un murmullo parecido a los ronquidos de una bestia salvaje. Intentó que su lámpara volviera a funcionar pero no funcionó.
- genial, tendré que usar magia… - extendió la palma de su mano y sobre ella apareció una pequeña flama de fuego…
Caminando cautelosamente hacia una de las paredes, pronto alcanzó a vislumbrar un bulto de proporciones voluminosas. Se acercó un poco más, hasta que sus ojos dieron forma a ese bulto y se encontró con algo que le ocasionó un sobresalto.
Un enorme dragón aurocobrizo yacía, aparentemente, dormido, sus fauces proferían un parsimonioso respirar e hilachas de humo. Y esa imagen bastaba para ser amenazante. Estaban también sus alas plegadas, que debían ser enormes en extensión para soportar el peso de tremenda bestia, y el color de su piel contrastaba con el de su vientre largo y pálido. Junsu tragó hondo, caminó suavemente en dirección opuesta al dragón, solo quería dos de esas gemas e irse, pero cuando dio unos cuantos pasos hacia atrás sin dejar de ver al dragón, distinguió un rayo rojo, débil y penetrante, que venía de lo que pudo identificar era el párpado bajo la ceja derecha del dragón.
- te huelo y te siento, oigo cómo respiras!!... – la gruesa voz del dragón… sí, la voz… se escuchó como un estruendo en medio de una tormenta furiosa. El mago saltó en su lugar impresionado, para ser sinceros, nunca antes había estado ante un dragón, mucho menos escucharle hablar, y era realmente imponente… - a qué has venido, joven mago…
- necesito… - aclaró la garganta… - necesito dos de esas gemas… - gracias a Merlín su voz se escuchó segura, a pesar de los nervios que lo recorrían, del temor… no quiere ni siquiera imaginar tener que enfrentarse a un dragón.
- llevas el Gen de Dragón? O porqué es que un simple mago adolescente quiere sangre de paloma…
- sangre de paloma? – pensó contrariado el mago, pero no tuvo tiempo a más porque la voz gruesa del dragón resonó en aquel lugar…
- magos! Magos desleales y deshonestos que solo buscan más poder, tu raza casi acabó con los míos hace siglos, porqué habría de permitirte llevar sangre de paloma cuando puedo matarte…
- no es mi intención tener más poder para someter a los tuyos u obtener sus dones mágicos… -
- entonces solo puedes darme algo a cambio de lo que llamas gemas… venganza! – bufó, y la luz de sus ojos iluminó la cueva desde el terregoso suelo bajo sus patas hasta el alto y rocoso techo cual relámpago de un tono escarlata… - venganza, joven mago… y he de decirte que yo, que soy viejo y fuerte, no he visto con mis centelleantes ojos a nadie capaz de ir contra su propia raza para vengar el atroz ultraje de aquel mago oscuro de antaño, crees tú poder hacer tal cosa… - el dragón echó una mirada satisfactoria y maligna al mago, mientras se levantaba sobre sus patas y exclamaba… - tengo una piel impenetrable y he sido herido, mis dientes son filosas espadas y han sido quebrantadas, mi cola es un rayo y ha sido doblegado, mis alas un huracán y ha sido menguado, y aun mi aliento de muerte ha sido evadido… - se acercó peligrosamente a Junsu… - porque de los tuyos todos los que han venido a mí han tenido que enfrentarme para salir de aquí con las gemas en su poder, dime, joven mago, estás dispuesto a pelear a muerte contra mí, o demostrar que eres digno de las gemas, de que no las quieres solo por ambición…
- se lo he dicho, quiero esas gemas pero no con afán de más poder, solo se que lo necesito, porque el portador del Gen de Dragón lo requerirá cuando tenga que enfrentar su destino…
- inteligente sin duda eres… - con una sonrisa indescifrable, el dragón caminó lentamente a la orilla, donde las aguas se levantaron en paredes de vapor cuando escupió fuego sobre ellas… - temes a lo que no puedes ver, joven mago…
- temo a no poder cumplir con mi destino, eso es lo único a lo que debo tal muestra de respeto llamada temor… - respondió el pelirrojo, atento a todo a su alrededor…
Envuelto en un fuego azul y rojo, el dragón desató su ira humeando todo a su alrededor, estremeciendo la cueva. Junsu se protegió con un campo telepático creado por su mente, pero el poder de la embestida de la bestia era demasiado, y sus rodillas se doblegaron hasta caer al suelo y el calor despedido alrededor por el fuego comenzaba a asfixiarlo…
waaaa alfin se besaron siii ya era hora xDDD yunjae yunjae
ResponderEliminarvaya yoochun no se qda atras, delfin x q no djast q t besara chunnie?? hhahaha
me encanto la contiiii sii
pobr emis espero q se qd con kenryu si si o con chris d battle hacen bonita pareja
wiii q lindooo
espero contii
Que Min se haga novio de Kenryu y no haga mal tercio. Que miedo provoca el dragón, ojalá se de cuenta este que es buena la intención de Junsu, yo creo que sí ve su tatuaje le creerá.
ResponderEliminarGracias!!!