No tuve que esperar demasiado, se sentó junto a mí, haciendo que el olor de su piel penetrara con fuerzas en mi nariz. Tenía un olor sabroso, su sudor, su sangre y su perfume, hacían una combinación perfecta. Hipnotizado y casi al borde de la excitación tomé tu mano para llevarte fuera de ahí.
- Creí que no te volvería a ver –susurraste mientras me dejabas guiarte.
- ¿Te entristecía la idea? –mi voz lo volvió a perturbar, pude sentir el cambio en su ritmo cardiaco.
- Si –por un minuto creí que negarías la sensación de necesidad que provocaba en ti – no lo digo para aumentar tú ego, yo mismo no entiendo lo que me pasa –tomé tu rostro y te besé, tus labios deliciosos invitándome a un nuevo momento de lujuria y placer.
- ¿Qué quieres de mí? –te pregunté, me miraste asustado, probablemente tu esencia te estaba advirtiendo una vez más del peligro que corrías a mi lado.
- A ti –una respuesta sencilla y mortal, ni siquiera sabes lo que estás pidiendo.
- Vamos a tu departamento –te pido y caminas rendido delante de mí.
“Vampiro”, mi oído percibe la palabra entre la multitud del pub, y entonces lo veo, el tal Junsu, mirándome fijamente.
- Ten las llaves de mi auto –te paso las llaves y me miras confundido- espérame en el auto.
- ¿qué sucede?
- Haz lo que te pido –no quise sonar rudo, pero no pude evitarlo.
Esperé a que te marcharás antes de ir en busca de Junsu. Reí cuando llegué a su lado, la sorpresa por mi velocidad hicieron que casi se cayera del asiento.
- Que osado de tu parte al buscarme –pestañéas un par de veces ante el asombro de mi voz, como si intentarás mantener tu postura seria.
- Siéntate por favor –me pediste- ¿Quieres beber algo?, ó lo siento olvidé que tú no comes ni bebes, bueno bebes sangre –tú ironía me sorprendió.
- Sé que eres Junsu y ya he matado a muchos como tú –no te sorprendió mi comentario.
- También sé quién eres Jaejoong –te sonrío- y estoy aquí para ofrecerte un trueque.
- ¿Qué te hace pensar que tienes algo que a mí me interesa?
- Yo creo que sí. Te lo explicaré de la siguiente manera. Quiero al vampiro Changmin y yo te diré a cambio algo que de verdad ansías saber.
- ¿Y qué sería eso?
- Yo sé dónde está en este momento tu maestro Antus ó debo decir Yoochun –reconozco que me sorprendí, pero no quise que tú lo notarás.
- ¿Por qué te interesa tanto Changmin? –me miraste y tu rostro se torno serio.
- Tiene una deuda conmigo –me acercó a ti lentamente, tú te sonrojas.
- Es muy tentativa tu oferta pequeño, pero a diferencia de tu raza nosotros no traicionamos a los nuestros, y mientras Changmin este dentro de mi territorio ni tú ni el resto de los inútiles Tsubasa podrán acercarse a él –acarició tu rostro, es suave tal como lo imaginé, tú piel se eriza.
- No te tengo miedo –me dices desafiante.
- Pues deberías, si de verdad sabes quién soy.
- Sé todo de ti, hay libros enteros hablando de tú vida en nuestra biblioteca –rio complacido, mi ego no tiene límites.
- Entonces debes saber que no poseo mucha paciencia con los tuyos –me levantó para retirarme.
- Bonito juguete te has encontrado –“Otro error”, pienso.
- Escúchame bien Junsu, hasta ahora he sido muy amable contigo al no asesinarte, pero si le llegas a tocar un pelo a mi humano, te aseguro que será lo último que tocarás en tu vida, ¿te ha quedado claro? –te miro y puedo ver lo asustado que estás, pero te recuperas rápido.
- Tengo curiosidad, eso es todo –limpias el sudor de tu frente.- que debería poseer un hombre para que alguien como tú se fije en él –me pongo frente a ti y me acerco a tus labios, tiemblas.
- Todo lo que tú tienes –te respondo y rozo tus labios- tú serías un gran vampiro Junsu, tus habilidades y tu belleza te convertirían en un ser poderoso.
- No me interesa –desvías la cara sonrojado, tu pecho se mueve rápido entre nervioso y excitado.
- Si cambias de opinión me encantaría ser yo el que te convierta.
Desaparecí de tu vista tan rápido como había llegado, pude ver lo sorprendido que estabas mirando hacia todos lados buscándome. “Esto se está complicando”, pensé, “Será divertido”. Me subo al auto y ahí estás tú, mi exquisito Yunho.
- No quiero que me vuelvas a dar órdenes –tienes valor al hablarme así, yo te sonrió.
- Lo siento mi pequeño –te respondo besando tu mejilla- pero hay algo que quiero que hagas por mí.
- ¿Por ti?
- Yunho quiero que te mantengas alejado de este lugar por un tiempo –me miras sorprendido- si lo que necesitas es dinero para pagar tus estudios yo puedo dártelo, te daré todo lo que necesites.
- No.
- Yunho no te va a faltar nada.
- No soy tu puta Jae, a mí no me puedes comprar, yo digo cuando y con quién, ni siquiera puedo entender por qué estoy aquí ahora contigo –me sorprendo por tu reacción casi parece una discusión entre humanos.
- Puedes marcharte si es lo que deseas –te digo tomando tu mano- o puedes quedarte y escucharme –al ver que no te mueves, veo que tu voluntad decae.
- Quiero saber quién eres –me miras a los ojos
- Tendremos tiempo para conocernos y tal vez tú mismo puedas descubrir quién soy, pero es tu decisión seguir con esto o terminar aquí -`pareces confundido.
- No quiero que desaparezcas sin dejar rastro alguno, no sé como encontrarte ni cuanto tiempo estarás conmigo, me siento débil sin ti –tu confesión me deja sin aliento, aunque es un decir puesto que yo no necesito el aire- ¿Cuánto tiempo te quedarás?
- No puedo prometerte nada, porque desconozco lo que nos tiene preparado el destino, pero mientras las cosas estén a nuestro favor te daré todo el tiempo que desees que me quede. Sin embargo, cuando te pido que te alejes de aquí es por el bien de ambos, por ahora no puedo explicarte nada, pero lo haré con el tiempo –me sentí extraño tratando de convencer a este humano para que se quedara conmigo.
- De acuerdo –te subes sobre mí y comienzas a besarme, pude notar que te estabas conteniendo.
Te llevo a tu departamento y te llevo sobre mí, con tus piernas rodeando mi cintura, te sorprende mi fuerza, pero no dejas de besarme, si supieras que para mí eres liviano como una pluma. Llego a tu comedor, te lanzo sobre la mesa acercando tu trasero a la orilla para quedar frente a mi miembro y mientras te quito los pantalones yo abro la cremallera de mi pantalón.
- En esa posición eres una tentación irresistible –te digo te sonrojas al instante.
- Cállate –me respondes y vuelves a besarme.
Me acerco a tu cuello, huelo el delicioso aroma de la sangre circulando por tu vena. Te penetro al tiempo que hundo mis dientes en ti y tú gimes junto conmigo. Me muevo dentro de ti, absorbiendo tu sangre junto a tus recuerdos, perdiéndome en el placer y el éxtasis. Muerdo mi lengua y cubro con mi sangre los agujeros en tu cuello para hacerlos desaparecer sin dejar de embestirte, “Jae… ah!, más fuerte”, me pides y yo obedezco controlando mi fuerza para no lastimarte, tomo tus piernas poniéndolas sobre mis hombros. Siento tu cuerpo contorsionarse, mientras tu corazón late con rapidez. Acaricio tu pene haciendo que tus gemidos sean más fuertes. Finalmente siento el orgasmo apoderarse de mi cuerpo al tiempo que tu miembro lanza su semilla sobre tu vientre. Salgo de ti al instante subiendo mis pantalones.
- Tú… tu –dices agitado- no has acabado.
- Te aseguro que mi cuerpo se estremeció con un orgasmo, es sólo que yo no soy igual a ti –te vuelvo a tomar entre mis brazos y te llevo a túy cama- no hagas más preguntas- te vuelvo a besar, si, eres mío.
Te recuesto sobre la cama y yo me acuesto a tu lado, te acercas y te recuestras sobre mi pecho, yo te acarició el cabello. Tu aroma es penetrante, me encanta, tengo la horrible sensación de que me estoy enamorando de ti.
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waaaaaaaaaaaaaaaaaa... me estoy trasnochando por leer tu fic... pero es que está demasiado bueno... amo la manera en la que escribes T.T ... es épico n.n
ResponderEliminaramó a ese Jaejoong tan seguro de si mismo, sexy y ensima de too vampiro *¬*
Yunho es uke jajaja es extraño!
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