Bienvenida a Dong Bang Shin Ki cap 7

Nota: *Capitulo Especial*
Este capitulo es el más largo de todo el Fic ya verán porque ^^ Ojala les guste, gracias por leer. Comenten y opinen por favor *-* BESOS!
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Y así pasaron los días, teníamos entrevistas, conciertos y grabaciones. Pero ya no era como antes, sentía a Jae diferente, distante, frio y aunque eso me doliera, de alguna forma agradecía que estuviera así, porque sino seria mucho mas difícil tratar de olvidarme de el.

Era muy difícil verlo, escucharlo. Y era aun peor cuando el fotógrafo en nuestras millones de sesiones de fotos me hacia abrazarlo o mirarlo a los ojos para dar mas impacto a la foto.
Las fans habían publicado por toda la internet que Jae y Yo éramos la pareja del año desde aquel día de mi primera canción. Nos ponían juntos en todos lado, en posters, llaveros, hasta habían hecho gifs de los 2 o hacían montajes en las que parecía que Jae me besaba la mejilla o tomaba mi mano. Situaciones incomodas eran cuando Yoochun, Junsu, Changmin y en algunas ocaciones Yunho, nos llamaban a ver que nueva publicación o creación de nosotros había en la red. Las fans tenían una imaginación muy grande para ponernos hasta en FanFics.

Siempre habían rumores o ese tipo de cosas sobre si Jae y Yo éramos pareja a escondidas. O si sentíamos algo más que una simple amistad de compañeros de grupo. Al menos, yo si.
En cada foto que nos tocaba tomarnos juntos en cada sesión, con cada roce sentía mas y mas dolor al saber que nunca seria mío, su corazón, su calor, su cuerpo.
Las fans hasta habían unido nuestros nombres y nos relacionaban para todo como uno solo. Éramos: “La famosa pareja de DBSK”, todos decían que nos veíamos perfectos juntos. De hecho, el fotógrafo aprovechaba eso, ya que las fans querían vernos juntos por todos lados y la mayoría de fotos que tomaba Jae y Yo teníamos que estar pegados y en pose sexy o romántica, así las fotos tendrían mucho mas éxito según el.

Hasta los demás miembros del grupo nos molestaban llamándonos “La parejita”. Jae solo ponía una expresión seria, parecía incomodo con todo eso, o avergonzado, no lo se.
Era una tortura. En las fotos: las miradas, los abrazos, las caricias y los besos en la mejilla que duraban una eternidad hasta que el fotógrafo contara 1, 2, 3 y tomara la foto. Cada pequeña cosa que nos mandaba a hacer, una cruel tortura.
Sentía temblores y escalofríos por parte de Jae en cada roce. Seguro se sentiría incomodo y deseoso de librarse de mi.

Extrañaba nuestras conversaciones, sus sonrisas dirigidas solo a mí, no podía soportarlo.
A veces cuando algún miembro me hacia reír o sonreír, Jae se disculpaba y se iba corriendo al baño y se encerraba ahí por mucho tiempo. No entendía porque.
Esa noche no podía dormir, solo podía pensar en cuanta falta me hacia. Me dispuse a mover mi cansado cuerpo fuera de la cama, para ir a la cocina a tomar algo de agua.

POV’ S JAE:

No podía seguir aguantando todas estas emociones juntas. No podía seguir aguantando todo lo que sentía por ella. Cada vez que reía yo tenia que torpemente correr al baño para llorar o golpear cosas por horas ahí. Y ni hablar cuando me tenia que abrazar en las sesiones de fotos, ella despertaba cosas en mi, con solo un roce sentía calor en el interior de mi estomago, un movimiento o sus ojos puestos en los míos y ese calor iba directamente a mi parte baja, no entendía como salía vivo de esas sesiones. Y esas cosas de la internet. Hay las fans, como leían mi mente. Como hubiera deseado que cada rumor y cada pequeña y dulce de sus creaciones fueran reales. Y cuando los chicos nos llamaban “La parejita” como quería golpearlos. ¡¿Es que acaso quieren que todo el universo se entere que estoy loco por ella?!

Durante todo este tiempo conviviendo con ella, conociéndola, me e dado cuenta que si, ella era la que yo buscaba, la perfecta para mi. Lo supe y lo sentí desde el primer momento en que la vi. La necesitaba y eso era todo. Eran las 2 am. Y yo aun no podía sacarla de mi mente. Me levante con desgano para ir a la cocina a comer algo, cosa que hacia cuando estaba enojado, triste, frustrado y no podía dormir. En este caso, las cuatro cosas juntas.

POV’S YO:

Salía de la cocina con mi vaso de agua y no podía ver nada porque no había encendido ninguna luz para que los demás no notaran que estaba despierta aun. Caminaba hacia mi cuarto mirando el suelo y contando distraídamente mirando mis pies los pasos que daba. Cuando en eso choque con alguien y le derrame toda el agua encima.
-¡Lo siento, no me fijaba por donde iba!- Dije preocupada.
-Oh, no te preocupes.

Para mi buena suerte (nótese el sarcasmo) era Kim JaeJoong quien me miraba con los ojos bien abiertos y el polo de pijama todo mojado.
-Enserio lo siento, déjame ayudarte- Me saque uno de mis calcetines y muy torpemente trate de secar su polo con mi mano dentro del calcetín. Cuando comencé a frotar mi mano con el calcetín sobre su pecho y estomago el se alejo rápidamente.
-¡No! No, está bien, no es nada- Estaba tartamudeando.
Se fue casi corriendo por el pasillo y yo lo seguí tercamente hasta que llegamos a su cuarto.
-¡Espera no te vayas!
-Es muy tarde, mejor ve a dormir- Parecía algo asustado, no lo se… estaba serio y muy inquieto, casi podría asegurar que estaba nervioso.
-Pero yo...- No pude terminar la oración al quedar hipnotizada viendo como la luz de la luna iluminaba su bello y pálido rostro.
Me acerque lentamente y pareció que te rendiste a tu oposición y a mi terquedad ya que solo te quedaste parado mirando fijamente como yo avanzaba mas y mas.
Me plante frente a ti, no lo pensé, no sabía lo que estaba haciendo pero suavemente levante tu polo mojado desde la cintura hasta por el cuello y tú alzaste tus brazos ayudándome a quitártelo. Me quede un momento observando tus músculos y tu fina piel blanca.
Sentía el deseo y la lujuria en mí. Parecías desconectado hasta que de pronto y sin aviso te lanzaste hacia mí y me besaste. Era un beso desesperado. Cuantas veces había soñado con este momento. Al segundo en que comprendí lo que pasaba correspondí a tu beso y ambos caímos en la cama. Estabas encima mío, me excitaba el hecho de tener tu pecho desnudo rozándome.
Yo: Jae…- Susurre su nombre algo asustada.
Jae: Tranquila, todo estará bien- Dijo acariciando mi mejilla tiernamente.
Yo: Es que yo... nose que hacer, es la primera vez que me pasa algo así.
Jae: También es la primera vez que me pasa a mí. ¿Y sabes? Me alegra que seas tú con quien comparta este momento. Solo confía en mí y dejémonos llevar- Me dijo entre suspiros apasionados y una sonrisa tierna.

No pensé más y volví a besarte con toda la pasión corriendo por mis venas. Comenzaste a bajar por mi cuello, lamiéndolo y excitándome más. Me quitaste el polo. El contacto desnudo de tu piel con la mía fue exquisito. Nos dimos la vuelta y yo quede sobre ti, comencé a recorrer con mis labios las líneas de tus músculos. Cerraste tus ojos e inesperadamente me abrazaste y te levantaste. Comenzaste a arrinconarme contra la pared del cuarto, me apretaste contra ti y la pared y besándome comenzaste a desabrochar la parte de arriba de mi ropa interior.

Te volví a empujar a la cama, al ver mi acción te quedaste con los ojos abiertos de la sorpresa y reíste impresionado. Dentro de la cama con finas telas de seda te veías mas delicioso que nunca. Comencé a acariciar tu cabello mientras lamia tu oreja por toda su extensión, tu gemías fuertemente mientras me bajabas el pantalón junto con la parte de debajo de mi ropa interior de una sola vez.

Quede completamente desnuda sobre ti, tu acariciabas mi espalda con tus manos abiertas de arriba hacia abajo y haciendo círculos en ella, excitándome, ese era mi punto débil. Cambiamos de posición y quedaste encima de mí apoyándote a los lados para no aplastarme. Comenzaste a frotar tu parte con la mía, esa presión entre nuestras partes juntas y rosándose me volvía loca. Dabas suaves besos por mi rostro jadeando. Bajaste y empezaste a lamer mi ombligo, introducías tu cálida lengua y la sacabas con movimientos circulares, al mismo tiempo acariciabas la piel de mi estomago. Yo gemía mientras disfrutaba tus caricias.

Instintivamente mis manos se movieron hasta tu pantalón bajándotelo suavemente.
Ahora éramos solo tú, yo y tu ropa interior. Mordiste un poco mi ombligo y me alzaste de la cama en tus brazos llevándome hacia la mesa de tu escritorio, me colocaste encima de ella tirando al suelo todo lo que ahí estaba. Separaste mis piernas delicadamente y comenzaste a lamer mi parte intima con tu cálida y húmeda lengua. Yo gemía sin control hasta que vi un enorme bulto bajo tu linda ropa interior de ositos que traías. No quería que te aguantaras por mi, así que estratégicamente comencé a frotar el bulto de tu entre pierna con mis pies. Gemías descontroladamente, lo que hacia que me lamieras con mas fuerza haciéndome delirar con el calor de tu aliento. Agarrabas mis manos apoyándolas contra la mesa a cada lado de mi cabeza entrelazando nuestros dedos. Éxtasis, ambos estábamos en la cima del cielo pero no queríamos que ahí acabara todo, así que con tu ayuda me baje de la mesa y sin aviso me lance hacia ti enrollando mis brazos alrededor de tu cintura. Con mis pies fui bajando tu ropa interior lentamente y con algo de dificultad. Entre tus gemidos pude escuchar una risita diciéndome que parecía un monito de circo. Me abrazaste pasionalmente. Ahora ambos estábamos desnudos llenos de deseo por el otro. Me llevaste y me recostaste en la cama nuevamente, parecía que estábamos teniendo un tour por tu cuarto mientras hacíamos el amor.

Comenzaste a acariciar mis piernas desde la punta de mis pies hasta llegar a mis caderas, luego solo me observaste detenidamente con esa expresión de lujuria en el rostro. No pude evitar un ligero sonrojo. Nos colocamos de costado y comencé a proporcionar caricias por todo tu cuerpo, desde tu cuello, bajando lentamente, besando, tocando, observando, cada centímetro de tu piel, cada línea, memorizando tu cuerpo, que ahora era mío, cada lunar tuyo, el latido de tu corazón, tu agitada respiración, eran todo para mi.
Nos metimos bajo las cobijas, estábamos ahí abrazados, dándonos calor el uno al otro. Pero sin darnos cuenta nos enredamos en las sabanas y rodamos hasta caer a la alfombra roja y por suerte acolchonada del suelo. Todo era mágico y perfecto, disfrutaba de cada uno de tus roces.

Seguíamos abrazados tocando lo más que podíamos del otro, adueñándonos del otro.
Respirabas de una forma demasiado sensual en mi oído. Acariciabas mi cabello con una mano mientras que con la otra apartabas mi cabello para lamer mis labios. Me diste un beso en la oreja y me susurraste un lento y dulce “Te Amo” para luego comenzar a frotar tu miembro en mi parte intima. Solo frotabas tu miembro suavemente como esperando mi permiso para entrar. Te ahogabas en gemidos roncos, “Hazlo” te susurre, yo aun seguía perpleja por lo que te había o creí haberte escuchado decir segundos antes. Entonces introdujiste tu miembro en mi interior lentamente mientras acariciabas mi mejilla. Di un grito ahogado y tú me besaste para yo contestarte con un “Te Amo También” mientras sentía el delicioso sabor de tus labios.

Me sonreíste con la mirada llena de ilusión pero a la vez pude notar esa chispa de excitación retenida en tus pupilas. Comenzaste con las embestidas, el placer nos embargaba, mientras tanto acariciabas mis pechos y yo me aferraba a tu espalda mientras nos besábamos entrelazando nuestras lenguas haciendo presión en ellas.
Me sentía apunto de llegar al clímax mientras nos besábamos apagando nuestros gemidos el uno al otro disfrutando de nuestros contactos siendo uno en cuerpo y alma.
Cada vez entrabas y salías mas velozmente de mi. Era un placer inigualable. Entonces, te apoyaste en mi pecho y yo en tu hombro, exhaustos para que dieras tú ultima embestida y derramaras tu esencia dentro de mí.

Ambos nos quedamos apoyados encima del otro sin decir una palabra, con la respiración aceleradísima y jadeando. Ahora el único sonido de la noche era el de nuestros corazones latiendo al compás de nuestras respiraciones bajo la resplandeciente luna que nos observaba, la única testigo de nuestra demostración de amor.
Levantaste tu rostro, me miraste a los ojos, me sonreíste dulcemente y me diste un último pequeño beso, el beso mas dulce que alguien jamás me había dado y entrelazaste nuestras manos antes de que los dos cayéramos en un profundo sueño.

POV’S JAE:
Aun no puedo creerlo, lo que tanto había anhelado desde el primer momento en que la vi había ocurrido esta noche. Tenerla entre mis brazos, sentir su calor. Al fin, después de observarla en silencio por las noches, mirarla comer mientras hacia gestos tiernos, verla bailar y cantar con tanta entrega, esta noche fui de ella y ella fue mía. Quisiera que el tiempo se detenga para tenerla por siempre junto a mi, sin absolutamente nadie que nos pueda mover un centímetro de donde nos encontramos. Quisiera volvernos rocas para mantenernos abrazados y juntos, para siempre sin que nadie nos pueda separar.
¿Abra sido un sueño? Todo fue tan perfecto y hermoso. Si en realidad fue un sueño, no quisiera despertar jamás. Si, se que suelo sonar cursi, pero ella me hace serlo. Porque esto es real. Nunca nadie me había hecho sentir tan vivo.
Un rayo de luz entro por la ventana dando justo en mi rostro, desperté sintiendo a alguien a mi lado, voltie para comprobar que no había sido un sueño, la tenia junto a mí, tomados de la mano y ella aferrándose fuertemente a mi cintura. Tenía un pequeño pucherito y estaba despeinada, la luz del sol al parecer le molestaba porque apenas toco su piel se sobo toda la carita y arrugo las cejas para luego hundirse debajo de mi brazo. No quería despertarla así que delicadamente fui quitándome la cobija para poder salir. Cuando me levante por completo me encontré totalmente desnudo al igual que ella y me sonroje al instante al recordar todo lo que hicimos anoche. La levante del suelo envuelta en las sabanas, como habíamos pasado la noche, realmente esa alfombra roja acolchonada era muy cómoda. La coloque suavemente en la cama y comencé con el trabajo las prendas de vestir. Que bueno que nos habían dado un par de días de descanso en la compañía. Me puse algo cómodo, un jean azul y un polo blanco con unas zapatillas. Comencé a vestirla con los ojos cerrados. No creo que ella quisiera que la vea así… Sin ropa. Le puse su pijama y le cepille un poco el cabello. Comenzaba a gustarme todo eso, ¡sentía que estaba jugando a las muñecas!
Después de dejarla dormida en la cama, le di un beso en la frente, deja la carta en la mesa y me fui a preparar toda la sorpresa.

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