No puedo decirle adiós.
Cuando era pequeño, mi padre siempre me decía una cosa, “hijo mío te cueste lo que te cueste, nunca ceses en conseguir aquello que quieres, ya sea un trabajo o un simple sueño…”. Esas palabras me marcaron de por vida y siempre me ayudaron a afrontar cada uno de los baches que en mi vida se iban cruzando, me costó años hacer que “Miduhyo” llegara donde está ahora, me costo mucho trabajo mantener la amistad que tengo ahora con Key, pero jamás pensé que el amor me iba a traer tanto sufrimiento y tanto esfuerzo por dedicar. Aún así, nunca me he arrepentido de os pasos que he dado y mucho menos en lo que concierne a ti, porque sé que te hice sufrir mucho, pero al final siempre, intenté hacer todo por tu bien. Hoy no ha cesado de llover en toda la mañana, ni siquiera parece que haya salido el Sol porque densas nubes están cubriendo el cielo, y hoy desearía que pudieras volver a abrazarme por la espalda mientras junto a mí contemplas la lluvia y me proteges de esta mañana tan oscura…
……………
-Admite que me amas, Changmin, tienes que aceptarlo.
-¿No entiendes que no puedo? – decía el chico entre sollozos.
-Pero ¿por qué?
En ese momento Changmin sacó un resquicio de fuerza para apartarse de Yunho y salir de aquel baño.
-¿No puedes entender que has derrumbado toda mi vida? Simplemente… no pudo permitirlo… - dijo antes de salir de allí.
-Yunho… ¿Qué ha pasado? – preguntó Key, quien acaba de cruzarse con Changmin a la salida del baño.
-Creo que ya no hay nada que hacer… mejor… vámonos.
-Está bien…
En casa de Yunho y Key…
Durante todo el trayecto de vuelta a casa, Yunho no había dicho ni una palabra sobre lo que había pasado en el supermercado, pero Key pudo ver que no se trataba de algo bueno, ya que podía verlo en su cara aparte de haberle dicho este esas palabras antes de salir de allí. Key siempre se había caracterizado por dar apoyo en los momentos más necesitados de sus más allegados, aunque simplemente fuera guardando silencio, pero transmitiendo una paz que sólo el sabía dar. Y en el caso de Yunho, siempre había logrado ayudarle, incluso en los momentos en lo que este había sido injusto con Key, el siempre estuvo ahí.
Nada más entrar a casa, Yunho se fue directo a su cuarto y se tumbó en la cama boca arriba, tan sólo quería poder dejar su mente en blanco y olvidarse de todo aquello, pero al final, esas palabras que su padre siempre le había dicho, salían a la luz y esa pequeña esperanza de poder lograr a Changmin se quedaba inundada en su corazón.
-Yunho, ¿puedo pasar? – preguntó Key desde la puerta.
-Si claro, ven, túmbate a mi lado.
-¿Estás bien?
-La verdad, es que no – y Yunho se abrazó a su amigo – No estoy seguro de si quiero seguir luchando por Changmin.
-Pero, si tú nunca te has rendido ante nada.
-El problema no es ese, el problema es que Changmin no quiere dejar todo lo que tenía perfectamente elaborado, no quiere hacerlo por mí.
-No creo que sea eso, es simplemente que el no tenía presente para nada que tú ibas a aparecer en su vida. Recuerda, que él siempre ha estado con una mujer, y tú, eres un hombre, es lógico que se sienta confuso.
-Lo sé, pero aún así…
-Tú no te preocupes, dale su tiempo, verás como poco a poco va aceptando la situación y recuerda lo que siempre te decía tu padre, nunca dejes de luchar – le dijo sonriendo – waaa pedazo de brazos, yo quieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero
-Key no empieces… – y ambos comenzaron a reír a carcajadas.
Flashback…
Otro día más en aquel hospital, lleno de agonía, donde la tristeza cubría cada rincón y cada pasillo de aquel edificio. Había familias que se iban felices y otras tantas que sucumbían entre la desesperación, al igual que Yunho, quien llevaba más de cinco días sin dormir…
-Deberías de marcharte a casa – dijo una voz.
-No quiero hacerlo, quiero quedarme con el, no voy a permitir que vuelva a sufrir y yo no este a su lado.
-En su estado, es normal que tenga alguna crisis.
-¡Me da igual! ¡Es mi obligación estar aquí a su lado, te recuerdo que fue por mi culpa, te recuerdo que yo estoy aquí gracias a él!
-Yunho, no levantes la voz, estoy harto de que la pagues siempre conmigo, cuando yo no tengo culpa de nada, ¿te has parado a pensar que quizás se lo merecía?
-¿Qué has dicho…?
De repente, sin tardar más de dos segundos, Yunho se abalanzó sobre ese hombre y le propinó un puñetazo tirándolo de golpe al suelo. Ensangrentado se levanto recogiendo su alianza, la cuál se había caído por el golpe.
-Me marcho, tengo trabajo que hacer, mis pacientes me esperan, pero te voy a decir una cosa, espero que no tengas que pasar por esta agonía durante mucho más tiempo…
-¿Estas queriendo decir que sería mejor que lo dejara marchar? – Pregunto Yunho ya entre lágrimas - ¡No!, eso nunca pasará, ¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! ¡MARCHATE!
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no puedo decirte adiós Changmin? Aunque intente seguir con mi vida, siempre hay algo que me devuelve a ti… y yo tan sólo quiero seguir luchando para que puedas despertar, pero no se como hacerlo…
Y se quedó llorando sobre el pecho de Changmin intentando abrazarlo como mejor podía en ese momento.
Fin del flashback…
-Changmin, Changmin, Changmin, despierta.
-Erin ¿Qué pasa? – preguntó.
-Que no despertabas, me habías asustado cariño.
-He tenido un sueño muy raro…
-¿Qué ha pasado?
-No sé, era como si estuviera en un lugar oscuro del que no podía salir, y alguien me llamaba pero por más que yo le respondía no podía escucharme y no podía salir de aquel lugar…
-Bueno, tranquilo, tan solo ha sido una pesadilla – le dijo ella mientras intentaba calmarlo.
Un fuerte dolor en el pecho aprisionó a Changmin en un sentimiento que no entendía para nada, como si fuera algo que iba a pasarle en su vida, pero sin comprender del todo el que. ¿Quién era esa persona que le llamaba de forma tan desesperada? Ni siquiera había podido verle la cara, y ahora, le era muy difícil recordar su voz. En el baño se echó agua en la cara y al levantarla y mirarse en el espejo, detrás de el vio el reflejo de Yunho, se giró sin pensar, pero ya no estaba allí. ¿Aquello quiso decir algo? Era un sentimiento del que ya no podía escapar por más que se dijera a sí mismo que no podía tenerlo presente. Día a día sentía que desperdiciaba por completo sus días, era feliz, de eso no cabía duda, pero en su alma faltaba algo que no podía mantener ya más en vacío.
-Ashh, Yunho, Yunho, Yunho, todo el santo día metido en mi cabeza joder, quiero olvidarme de ti ¡ya!
-Yunho… - susurro Changmin tras la puerta del baño sin que el chico se hubiera dado cuenta de que su mujer le había escuchado – Changmin, vas a llegar tarde al trabajo…
-Sí, lo sé, por eso tengo que darme prisa, gracias por avisarme cariño, te quiero.
-Y yo a ti – respondió Erin despidiéndose de su marido en la puerta de su casa.
Al teléfono…
-Yoochun, quería preguntarte una cosa.
-Dime Erin, ¿Qué pasa?, te noto preocupada.
-¿Tú sabes, que clase de relación tienen Changmin y Yunho?
-¿Relación? Que yo sepa tan sólo son conocidos de las fiestas que el chico ha organizado, ¿por qué lo dices?
-No, por nada… no te preocupes – dijo ella con tono preocupado.
-¿Segura? Está bien, cualquier cosa, llámame, chao. Esto es muy raro… Changmin, ven un momento.
-Dime Yoochun.
-¿Puedes explicarme por qué Erin acaba de llamarme para preguntarme que clase de relación hay entre tu y ese Yunho?
…………..
Presión en el pecho, tan sólo siento eso, presión en el pecho. No entiendo nada, me veo en ese momento en el que por primera vez tuve que dar una explicación entorno a ti, pero no veo más allá, mas allá de eso sólo hay oscuridad y ahora… ahora sólo hay silencio también. No veo ninguna puerta, no veo ningún camino de regreso a casa, ni siquiera se si tengo que regresar a algún lado. Se supone que estaba junto a ti, caminando de la mano mientras tu llevabas esa cesta tan preciosa que tu madre nos había regalado, y de repente, me encuentro envuelto en oscuridad y no soy capaz de ver más allá, ni siquiera puedo ver la luz de tu sonrisa, ni siquiera eso…
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