“Changmin sabe la historia”
- No lo se… no muchas veces… yo, al ser mujer, me considero más sensible… así que calculo que un poco más que Yoochun y Junsu seguro…
- Y si lo miras de este modo…
- ¿Qué modo?
- Cuándo cantas una canción … cuando lees una historia… cuando miras una obra de teatro… cuando vez a la persona que quieres a tu lado…¿En qué piensas?
- En amor por supuesto. – Junsu fue rápido en responder, Ji Min y el hombre alzaron la vista – Es el sentimiento más extraño que conozco.
- ¡Claro que sí chico! ¡Aquí es cuando empieza a cambiar la historia!
Corrían todos en la sala principal del castillo… los sirvientes cargaban platos, utensilios, arreglos florales y se encargaban de llevar de un lado al otro la comida.
Changmin terminaba de elegir la decoración y temblaba intentando no pensar en que desorden habría si a su primo no le agradaba alguna de todas sus decisiones. Jaejoong miraba la araña que colgaba sobre el centro de la mesa mientras descansaba en el sillón y Taemin arreglaba su cabello.
Todo esto, porque era la llegada del Conde, por primera vez luego de que haya partido con herida incluida.
Sería otro de sus logros, continuar en batalla casi inmóvil.
- Jaejoong… deberías cortarte el cabello…
- Él no quiere, a él le gusta así…
El rubio respondió sin dejar de mirar los preciosos diamantes que conformaban la nueva decoración, casi por reflejo…
Es que últimamente siempre era así, siempre que no estuviese Yunho en el castillo se lo veía perdido.
Los sirvientes no entendían que pasaba por su cabeza realmente, ya que al principio se suponía que lo odiaba y que se escaparía e incluso hasta mataría en el momento que encontrase una mínima oportunidad.
Changmin lo miraba con curiosidad y casi podía entender porque soportaba al lado de su primo a pesar de las amenazas que recibió al principio: eran casi igual de perversos.
¿Quién tiene la culpa al fin y al cabo?
¿El que somete? ¿O el que se deja someter con gusto?
- ¡Atención! – gritó el morocho mientras inspeccionaba el último de los arreglos florales – el Conde llegará pronto… al igual que mañana por la mañana los invitados… quiero orden, responsabilidad, delicadeza y perfección a la hora de preparar las cosas y satisfacer a los invitados.
- Si señor. – se escuchó el coro proveniente de los 5 sirvientes que voltearon a seguir a con sus tareas. Jaejoong lo miró, por primera vez en todo el día.
- ¿Qué debo hacer yo?
- Lo que el Conde te diga.
- Pero… antes de eso, mientras espero.
- Haz lo que quieras. – Por algún motivo Changmin se negaba a ser amable con el rubio. No podía evitar ser cortante con el y hasta un poco agresivo con sus respuestas. Es que le daba rabia el hecho de pensar que él se llevaba todos los buenos tratos de Yunho y también su atención. No entendía el porqué… no entendía como había logrado tenerlo amarrado de esa forma. – incluso si quieres escaparte, no planeo detenerte.
- No voy a irme.
- Ja, ¿debería creerte?
- Si. No voy a irme, no tengo porqué. – eso si que lo desconcentró… ¿Qué no tenía por qué irse? Acaso… ¿Era masoquista enserio?
- ¿Qué tienes en la cabeza?
- ¿Por qué preguntas eso?
- ¿Quién en su sano juicio quiere quedarse en este castillo?
- Esa respuesta la tienes tú, la tengo yo, y todos los sirvientes aquí presentes. – Ahí si que no podía decir nada, sin dudas tenía razón, él mismo no había dejado el castillo aunque varias veces había tenido la oportunidad.
- Yo soy su primo, y los sirvientes son huérfanos de guerra ¿Sabías? Pero tu no eres su familiar, ni mucho menos un huérfano de guerra. A ti te compró y te esclavizo, solo eso.
- Suena como si eso te molestara… en todo caso, sería mi problema y no el tuyo.
- Eres irritante.
- Lo siento. – ambos suspiraron y dejaron de hablar, aunque tenían ganas de hacerse muchas preguntas, pero no, mejor mantener el silencio. O mejor hablar, pensó Jaejoong al rato. – Changmin… ¿Qué hay de la familia de Yunho?
- De… ¿Mis tíos?
- Así es…
- Ellos murieron, hace bastante tiempo ya.
- ¿Cómo?
- Mi tío en batalla… mi tía, dicen por ahí que de tristeza. Jamás se supo bien por qué…
- Wuau, tristeza…
- Así es, jamás pudo superar la muerte del Gran Conde. Yunho era pequeño, no entendió casi nada… pero Typhoon y los grandes generales se hicieron cargo de él y de su hermana, y lo entrenaron. Mi padre mantuvo el puerto durante ese tiempo, pero al morir, y con muy poca edad, Yunho tuvo que acceder el título.
- ¿Tiene una hermana?
- Sí, y es menor que él. Está a cargo de otros sectores del ejército, no tan comprometida como él. Es menor, y su mano es muy codiciada, después de todo mientras el actual Conde no deje descendencia sería el único modo de heredar todo lo que posee.
- Sería interesante conocerla, debe ser muy hermosa…
- Lo es, mi prima es realmente maravillosa, en todos los sentidos… pero Yunho es demasiado agrio con ella. Por lo menos desde que sus padres fallecieron.
- Ahhh… ¿Por qué es así? ¿Por qué se aleja de todo el mundo? Son hermanos, tendrían que apoyarse… no lo entiendo… mis hermanas, yo las amo y daría lo que fuera por volver a verlas… si alguna vez soy frío o distante es justamente por temor, temor a volver a aferrarme a algo y luego…
- … luego perderlo Jaejoong. Eres igual a él, aunque no te des cuenta.
- ¿mmmh?
- Yunho no quiere aferrarse a su hermana. No solo para no depender de nadie, si no, por que le recuerda vilmente a su madre.
- ¿Y cuál es el problema?
- Le guarda rencor… rencor por haber sido tan débil. – el rubio miró sorprendido, era como una novela trágica de esas que le habían hecho leer de pequeño, pero esta vez con un personaje que el conocía – Escúchame bien…. A él lo criaron bajo el orden de la responsabilidad y el deber… todo iba en marcha para que accediera a su título, para llevar a su país al triunfo. Nada se le permitió hacer de pequeño, el jamás jugó, jamás habló con niños de su edad, jamás sonrío o tuvo la oportunidad de querer a otra niña y sentir cosas por ella… cuando creyó que se merecía todo eso, su padre muere y su madre… detrás de él. Ella abandonó todo, incluyendo a sus hijos y sus deberes, solo por amor.
- Realmente fue una mujer valiente…
- Yunho no lo ve así… él cree que fue débil y se encargó de poner en duda todos sus principios, esos que su padre le había enseñado.
- Tal vez por eso jamás habla de ellos.
- Tal vez… y ¿Sabes a qué le echó la culpa?
- ¿A qué?
- Al amor. Piensa que el amor le hizo perder la cordura y que por eso él y su hermana se quedaron solos… ahora no quiere ni imaginar aferrarse a alguien.
- Que triste…
- Tiene una vida difícil… solo eso. – la cara de Jaejoong se mantuvo curiosa y fue ahí mismo cuando Changmin entendió por qué realmente no había dejado el castillo… - Tal vez por eso no dejé el castillo… por qué se lo que sufrió y él no tiene la culpa. No quiero volver a pensar en que sienta cariño de nuevo… para después perderlo como perdió a sus padres… es por eso que me enferma pensar que está enamorado de ti…
- Ahora entiendo…
- ¿Qué entiendes?
- Por qué me odias…
Los sirvientes entraron a la habitación, dando por finalizada la charla. Detrás de ellos, Typhoon junto a 2 soldados más se quedaron sorprendidos al ver las nuevas decoraciones… y por Jaejoong y Changmin por supuesto.
- El Conde llegó señor, no se olvidé de darle sus cálidas felicitaciones y saludos, no podremos quedarnos para el almuerzo de mañana. - El rubio no podía evitar reír cada vez que llamaban de esa forma al morocho, es qué a sus ojos se veía tan débil y sumiso que no se lo imaginaba obteniendo el respeto de un ejército entero – A usted también joven Jaejoong… será mejor que lo salude… - dijo Key educadamente a ambos.
- ¿Por qué el saludo? ¿A que se refiere?
- Mañana Yunho cumple 21 años… olvidé comentártelo….
Sonrío y se inclinó para despedirse de los generales, incluyendo a Typhoon que lo observaba como siempre.
Era conciente de que el hombre estaba totalmente obsesionado con él, pero no le importaba. En ese momento solo podía pensar en algo, algo que hiciera feliz a Yunho.
El por qué de tal pensamiento… no lo sabía.
Pero se le hacía imposible no sentirse un idiota.
Tal vez no eran tan diferentes como pensaban.
Ambos tenían miedo a aferrarse a cosas que pudieran desaparecer.
Sabían lo que significa perder a alguien, gracias a crueles experiencias que los perseguían desde pequeños.
Siempre el amor tenía la culpa de todo
Por eso era mejor que la vida avance sin volverse dependiente de nadie, haciendo lo que cada uno quisiera y sin averiguar mucho de las otras personas.
Con saber los nombres bastaba… para Jaejoong a veces, ni eso era necesario.
Pero hoy se encontraban en una situación que los hacía ver pequeños… casi como el día en que perdieron a sus familias.
El rubio llegó a su habitación y comenzó a vestirse. No olvidó las cremas, los perfumes, ni muchos menos el maquillaje que a veces solía usar cuando se proponía estar presentable.
Aunque claro estaba, al moreno eso mucho no le importaba.
No pude evitar sentirse extraño y molesto… pero a la vez pleno y emocionado mientras terminaba de abrochar su camisa
Era raro… tenía miedo, estaba ansioso…
Al igual que Yunho, que perdió el sentido del humor y se quejó con los sirvientes y Changmin, al entrar al salón principal y al no ver a Jaejoong ahí sentado, esperándolo.
~ Tan fino y tan imprudente… puede dártelo todo, como puede dejarte sin nada. Te hizo sentir tan pleno, pero lo luego tan desgraciado. Si estás a su lado, eres feliz, pero si no, tu vida pierde sentido. ¿Eso no es algo enfermizo?.... ~
…. Y qué más da… Así, es el amor.
yo creo que si se enamoraron pero no lo quieren admitir sino por que las ansías por ver a jae y jae arreglándose para yunho y verse mas lindo de lo que ya es
ResponderEliminarEsa omenitud se llama sentido de pertenencia, empatia y Amor. Aigooo ChanGmin ta celoso???? O es más el miedo a que el corazón de su primo reciba un golpe de que lo destruya por completo??? El tener curiosidad por saber el pasado de alguien que creias ajeno ya es clara muestra de que te importa mucho más de los que un quiere aseptar.
ResponderEliminar