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Arualthings

Dreams on fire - Capítulo 3

III. Abandonados.


Había en el pueblo un joven. Alto, delgado, de tez blanca sin llegar a la transparencia, cabello corto y rojo como fuego. Vivía con humildad, vendiendo verduras que cultivaba en el patio trasero de su pequeña casa, como muchos de sus vecinos, y también criaba patos. Éstos lo seguían a todos lados, y su amo estaba tan encariñado con ellos, que muchos de sus amigos le hacían burlas diciéndole que inclusive se reía como esas aves. Inclusive lo llamaban el “pastor de patos”, por que los animalitos lo seguían como las ovejas suelen seguir a sus pastores. Pero a él le daba lo mismo, era feliz así. Jamás se habría imaginado que acabaría viviendo en el palacio.
Era una mañana tranquila, claro, dentro de lo que cabía la tranquilidad desde que tenían nuevo rey. Se levantó temprano, se dio una refrescada con una tinaja de agua fresca del lago al que llevaba a sus patitos a nadar, misma que recogía todas las noches antes de volver a casa y que dejaba lista en una tinaja, lista para que, al despertarse, sólo tuviera que vaciársela encima, después de quitarse la ropa, claro. Como vivía solo, podía deambular por la pequeña choza tal como los dioses lo habían traído al mundo sin vergüenza, por que no había nadie, aparte de los patos, que lo observaran. Una vez afuera era otra cosa muy distinta, debía ir vestido. Eso estaba muy bien, aunque dentro de su casa no lo pareciera, tenía un gran sentido del pudor. Más que nada por su voluminoso trasero, una razón más para que sus vecinos continuaran sus burlas: “Eh, ¡tienes hasta trasero de pato!”.

Qué más daba. Así desnudo fue a la cocina, metió un trozo de masa al hornito después de encender las brazas y buscó en la repisa un tarro de mermelada que una chica le había regalado el día anterior. Mientras el pan se cocía se asomaba al nidito que había improvisado con su camisa, paja y algo de lana que un vecino le había intercambiado por un kilo de lechuga, debajo del hornito para que estuvieran calentitos. Varias veces se había sentido tentado a dormir abrazando el nidito, pero había dos grandes inconvenientes: temía amanecer encima de un omelet, o peor, que algún vecino lo descubriera, entonces sería el colmo de su “pateza”. Un zorro hambriento se había desayunado a su mamá, pero él había logrado rescatar los huevos. Sabía lo que era ser huérfano, y no iba a permitir que sus patitos se sintieran abandonados. Sonrió al notar que estaban tibios y que, al ponerlos a contraluz de un quinqué, tenían dentro un pequeño pato en crecimiento.
- Vamos bien, pequeños. Vamos bien.
Les decía mientras volvía a acomodarlos en el improvisado nido para luego sacar el pan, desayunarse y vestirse.
- Ya me voy a trabajar, pequeños. Le mandaré saludos a sus hyungs y nunas de su parte, ¿está bien? ¡Ue Kyang Kyang Kyang!
Claro que antes de salir cerraba todas las ventanas y puertas para que ningún otro zorro entrara a desayunarse a sus pequeños. Si pescaba a alguno haciéndolo lo mataría a golpes con el báculo que siempre llevaba, como buen pastor. Con el saco de verduras frescas colgando de su hombro se encaminó al corral, el cual también estaba perfectamente cerrado con una maya anti-depredadores, inclusive arriba, para que tampoco las águilas se dieran un festín. Ignoraba que pronto conocería a su águila propia.
Después de comprobar que el corral no había sido violado y que todos sus patos estaban dentro, abrió la puertita y por ella empezaron a salir todos. Tras cerrar la puertita del corral se encaminó hacia el mercado, fielmente seguido por su familia de aves.
Ya todos en el mercado estaban acostumbrados a verlo desfilar de esa manera, por lo que todos lo dejaban pasar y respetaban a sus patos, y al que no lo hiciera le tocaba conocer al “señor báculo”. Llegó a su puesto y metió en el otro pequeño corral a sus patos y, después de acomodar las verduras para venderlas, los alimentó con migajas de pan y semillas variadas.

Pasaron algunas horas, durante las cuales vendió dos kilos de zanahorias, cinco de cebolla, seis pimientos y diez tomates, cuando la tranquilidad del mercado fue interrumpida. Por todos los puestos se empezó a correr el rumor: el rey se paseaba por el pueblo y estaba a punto de llegar al mercado. Cuando la noticia llegó al “pastor de patos”, efectivamente, Changmin entraba a caballo al mercado, seguido del capitán Kim y cinco soldados más. El pánico se dejó caer sobre todos, pues conocían el temperamento explosivo del nuevo rey. Se hizo el silencio, las mujeres jóvenes desaparecieron como por arte de magia y algunos puestos inclusive cerraron. Solo se escuchaban algunas tensas respiraciones, el rítmico golpe de las herraduras de los caballos y los graznidos inquietos de los patos. Unos eternos minutos después, el rey autorizó a sus soldados para que revisaran algunos puestos y compraran lo que apetecieran, mientras él continuaba la ronda junto con el capitán, quien dócil y sumiso lo seguía. ¿Qué buscarían exactamente? Pronto llegaron frente al puesto del criador de patos, quien no estaba menor nervioso que los demás, pero confiaba en su buena suerte.
- Jaejoong – dijo el rey, mirando una de las manzanas que vendía el de cabello de fuego. El capitán se adelantó para escucharlo de frente, - pídele una manzana.
- Sí señor – acto seguido el rubio bajó de su caballo, cojeando ligeramente se acercó al puesto y pidió la manzana. El chico ya había escuchado al rey, pero aún así se esperó. Tomó una de las manzanas y la alzó para mostrársela al rey.
- ¿Ésta está bien, señor? – preguntó el capitán.
- No. Ésa no.
El capitán miró las demás manzanas, y el otro chico pudo notar en su mejilla y cuello marcas moradas. Para un soldado era natural, supuso el criador. Repitieron el procedimiento otras tres veces, el nerviosismo aumentando en ambos. A la cuarta manzana mostrada, al vendedor le temblaban las manos al grado de que, sin querer, tiró varias de ellas al piso al intentar colocarla de nuevo en su lugar. Rápidamente salió del puesto y se puso a recogerlas, agachándose. Al hacerlo, accidentalmente dejó que el rey notara su atributo más preciado.
- Ya no quiero manzanas – dijo repentinamente Changmin, - vámonos, Jaejoong.
- Lo siento, Junsu – susurró el capitán al criador antes de regresar al lado de su señor, subirse al caballo y partir de vuelta al castillo. Junsu no podía estar más sorprendido. Bueno, al menos ya se había ido.

***

- He estado pensando – dijo el rey, meditabundo, mientras acariciaba nuevamente la mejilla de Yunho, quien estaba tendido a su lado, drogado como siempre, y Jaejoong los observaba, hincado sobre una mezcla de sémola y sal como Changmin le había ordenado, con las rodillas descubiertas, mientras sus brazos estaban atados a la pared con unos grilletes que el mismo capitán había sido forzado a instalar. Llevaba ya una hora en esa posición, suficiente para que sus brazos se entumieran por estar en la misma posición, pero era más aguda la sensación quemante en sus rodillas.
-Dije que he estado pensando, capitán.
Intentando ignorar la tortura, que no pareciera tan cruel y sin embargo dolía, Jaejoong volteó hacia su señor.
- ¿Sobre qué, señor?
- Sé más específico, capitán.
- ¿Sobre qué ha estado pensando, mi señor?
- Sobre mi reinado. Sobre que quizás no pueda manejarlo por mi cuenta – continuó, acariciando ahora uno de los muslos de Yunho, quien mantenía su mirada fija en ninguna parte, terriblemente acostumbrado al toque de su hermano menor.

- ¿Y qué piensa hacer al respecto? – preguntó Jaejoong, esperando que la respuesta tuviera que ver con la libertad de Yunho. Por toda respuesta Changmin le arrojó un jarrón que tenía a su lado. La vasija estalló contra el pecho del capitán, haciendo que éste se doblara, dentro de lo que los grilletes le permitían.
- No voy a liberar a Yunho, si es lo que estás pensando, estúpido. Me gusta tenerlo así, a mi disposición; y no tolerare rebeliones, así que quítate la idea de que volverás a cogerte a Yunho como antes de la cabeza de una vez por todas. Si yo lo quiero, tú no tienes nada, y si no lo quiero, tampoco tendrás nada, ¿está claro?
El rubio asintió, mientras su pecho le escocía por el golpe.
- Además, ¿de qué otra forma te mantendría a ti con la boca cerrada, o como dicen en el pueblo, flojito y cooperando? – sonrió, tomando el cuchillo que ahora mantenía siempre al lado de su cama y apoyando el filo en la pierna del moreno. Yunho gritó al sentir como le desgarraba la piel, haciendo voltear a Jaejoong.
- ¡Por favor no!
-Así me gusta – sonriendo aún más, retiró el cuchillo de la piel de su hermano, aunque ya había teñido de rojo la hoja, - te estaba diciendo que he estado pensando, y quizás necesite un consejero. Tengo a alguien en mente, a decir verdad, y quiero que mañana vayas por él.
- ¿Quién, mi señor?
- El chico de cabello rojo que intentó vendernos manzanas.
Oh, no. ¿Junsu, el criador de patos? Eso solo le traería problemas al pelirrojo, y no tenía por qué ganarlos.
- Pero señor, él es sólo un pueblerino, un simple vendedor de verduras que vive entre patos, ¿de qué podría servirle?
Changmin se levantó tan rápido que Jaejoong no había terminado de formular la pregunta cuando el fuete, del que ya tampoco se separaba el rey, le cruzó el rostro, reventándole los labios.
- ¿Tú que sabes? Yo soy el rey, yo sé lo que quiero y lo que es conveniente para mí, para ti y para el pueblo. Vuelves a desafiarme y reviento la cara con el fuete. ¿Entendiste?
Jaejoong volvió a asentir, sintiendo como el sabor salado llenaba su boca.
- Bien – Changmin sacó la llave de entre su ropa y soltó los grilletes – levántate y ve a buscar al médico para que cure la herida que por tu imprudencia le causaste a Yunho. ¡Anda, date prisa!
Con las rodillas ardiendo marcadas por la sal y la sémola, el pecho palpitándole de dolor y los labios sangrando, Jaejoong obedeció.

***
Al día siguiente, Junsu estaba acomodando las verduras en su puesto nuevamente, ingenuo del futuro que le deparaba. Estaba más contento que el día anterior, por que una de sus patitas había puesto más huevos, lo que daría hermanitos a sus pequeños. Le creaba una gran ilusión pensar en eso, en cómo se verían, si todos serían blancos después de amarillos o saldría alguno café, entre otras cosas.
De repente escuchó un relincho y al voltear vio al capitán Kim, con otros tres soldados, frente a su puesto.
- Kim Junsu, el rey solicita verlo en el palacio inmediatamente.- le dijo, y Junsu se dio cuenta de que tenía los labios hinchados, más que de costumbre.
- ¿Por qué? ¿Hice algo que le molestara?
Jaejoong bajó del caballo y se acercó a él.
- No. Simplemente pidió que te llevara hasta él – explicó. Los otros tres soldados rodearon a Junsu y lo sujetaron – lo siento Junsu. Lo siento mucho.
Y a rastras se lo llevaron. Sus patos se quedaron solos en el puesto, y sus pequeños, abandonados en su casa, donde pronto saldrían del cascarón y probablemente morirían de hambre.

Changmin lo esperaba en el gran salón, sentado en el trono que una vez ocupara su padre. Los soldados arrastraron al pelirrojo hasta ahí y lo aventaron frente a él. Jaejoong sólo miraba desde atrás.
- Me dicen que crías patos. ¿Cómo te llamas? Exigió el rey.
- Kim…Kim Jun…Junsu- el chico temblaba de miedo.
- Kim Junsu, te he mandado llamar por que quiero que seas mi consejero. Espero estés de acuerdo.
- ¿Yo? – El pelirrojo volteó, incrédulo - ¿Yo, consejero del rey?
- Así es – sonrió el castaño, - pero, aunque te pediré consejos, tendrás que hacer lo que yo te diga, sin protestar ni resistencia, ¿entiendes?
- Sí señor, pero…- ¿cómo iba a aconsejarlo entonces? No pudo terminar la pregunta.
- De lo contrario, mandaré quemar tu casa, con todo lo que contiene, así como el jardín.
Por los dioses, la imagen de sus pequeños convirtiéndose en patos rostizados cruzó la mente de Junsu, haciendo que un escalofrío lo sacudiera.
- Está bien, como ordene, señor.
- Excelente. Jaejoong, déjanos solos, quiero hablar con mi nuevo consejero sobre algo que me preocupa.
El capitán asintió y se retiró.

***

- ¿En qué le puedo aconsejar, señor? – preguntó Junsu, dispuesto a ser útil.
- Pues…tengo un problema. Déjame te explico – empezó Changmin, levantándose del trono y acercándose.
- Ayer vi a un chico en el mercado. Y desde entonces no he podido quitarme su imagen de la mente – Min giraba alrededor de Junsu, rondándolo como un águila a su presa – sobre todo su trasero.
Junsu sintió la mano apretando una de sus zonas más privadas.
- ¡Señor! ¿Qué hace?
Changmin recargó su barbilla en el hombro del pelirrojo.
- Dime, ¿cómo puedo quitármelo de la mente si no es teniéndolo cerca? – volvió a apretarlo. Junsu intentó alejarse pero Changmin lo sujetó por un brazo y lo jaló hacia él, besando sus labios con desesperación. Junsu forcejeó, luchando por liberarse, alejarse de ese rey perverso, pero tampoco podía lastimarlo o le iría peor. Sintiendo que se resistía, Changmin alejó sus labios.
- Te recuerdo que prometiste, juraste no resistirte. O ya sabes qué pasará con tu casa.

Asustado, Junsu dejó de resistir. Satisfecho, Changmin volvió a besarlo, desatando su cinturón y tirando de su camisa para quitársela, acariciando superficialmente su espalda y descendiendo a lo que tanto había estado esperando desde el día anterior: las mejillas inferiores del pelirrojo. Éste gimió, sorprendido, dándole a Min la oportunidad de meter su lengua en su boca. Pronto lo acorraló contra la pared y empezó a encimársele, rozando todo su cuerpo contra el de Junsu. Dejó sus labios y empezó a besar su cuello, detrás de su oreja y hacia sus hombros. Luego lo volteó, apoyándolo contra la pared y empezó a besar su espalda, tirando de los pantalones para bajárselos también.
- Se…señor…ah…- Junsu sintió como humedecía su trasero a lametazos, demasiado vulgar, para luego darle una fuerte nalgada que hizo que apretara con sus dedos el tapiz de la pared.
- Lo tienes redondo, resistente. Me gusta mucho, ¿sabes, Junsu?
- Me doy cuenta, señor – volteó Junsu, sonrojado y humillado.
-Hay tanto que quiero hacer con él…- añadió Changmin, algo meloso mientras lo acariciaba suavemente, - y tú no lo vas a impedir, ¿o sí?
- No puedo señor.
Changmin se levantó y se volvió a pegar a su cuerpo, fijándolo contra la pared.
- Ni tampoco querrás evitarlo, ya lo verás – le susurró entre dientes, cerca de su oreja. Junsu cerró sus ojos con fuerza, el tono con el que se lo dijo sólo le dio más miedo. Changmin empezó a manosear su entrada, dándole ligeros mordiscos en la espalda de vez en cuando mientras con su otra mano empezaba a desatarse su propio cinturón. ¿Por qué el dolor ajeno le provocaba tanto? No lo sabía ni le importaba, mientras pudiera conseguir saciar ese deseo.
Cuando lo creyó suficientemente preparado, lo invadió.
- ¡AAAH!
Changmin le tapó la boca con una mano mientras le susurraba un “Shh”. Sin esperar demasiado a que se acostumbrara comenzó a moverse. Era delicioso, como pensaba, para ser el primero al que se lo hacía no estaba nada mal. Gimiendo contra la mano del rey, Junsu lo dejó invadirlo, despedazar lo que le quedaba de vergüenza mientras se aferraba al tapiz, enterrando sus uñas. Era demasiado doloroso, sentía que lo iba a partir en dos pero a Changmin no parecía importarle. Pronto todo se volvió negro.


Cuando abrió los ojos, el ex - criador de patos se encontró en una lujosa habitación del palacio. Intentó sentarse pero su trasero le dolió como nunca. Ahora lo recordaba, no había sido una pesadilla. Al menos ya estaba vestido, y con ropas ricas. Pero eso no le quitaba el dolor o la humillación. De repente alguien entró.
- Me alegra verte despierto, pensé que no volverías a este lado del limbo – dijo el capitán, sonriendo. Al darse de cuenta de quién era, Junsu se tranquilizó, pero solo un poco.
- ¿Cuándo podré irme de aquí, hyung?
- Temo que nunca.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Ahora eres el consejero del rey.
- ¿Consejero le llamas a en lo que me convirtió? ¡¿Dar consejos se llama ahora lo que me hizo?!
- Para él, si – lamentó Jae, mirando el piso, - lo siento Junsu. El rey solo te quiere para utilizarte como pantalla.
- Y como juguete sexual.
- Bueno, eso también.
- ¿Y después? ¿Va a empezar a golpearme?
- No. De saco para golpes le sirvo yo.
Entonces Junsu recordó los moretones y los labios hinchados que había visto en el capitán. Ahora lucía un corte en la mejilla, como si lo hubieran arañado.
- Lo siento.
-Descuida. A este paso me acostumbraré. Y eso es lo que me da más miedo.
- ¿Y por qué no te le resistes?
- No puedo. Me quitaría algo demasiado valioso para mí.
- ¿A ti también te tiene amenazado?
- Por supuesto. De otra forma no le obedecería.

Junsu se recargó en los almohadones que había tras él, el dolor en su entrada empezando a punzarle otra vez.
- Te traje un ungüento para el dolor- dijo el capitán al notar su gesto de malestar.
- Gracias hyung.
Pasó un rato en silencio. Los grillos y los búhos ambientaban la noche.
- Jaejoong hyung, nuestro nuevo rey es un monstruo.
- Tú lo has dicho, Junsu. Y estamos abandonados a nuestra suerte contra él.

"Si", pensó Junsu, "abandonados como mis patitos contra un águila sanguinaria".

16 Comentarios:

  1. Aemin que interesante sigue escribiendo asi...

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  2. este fic esta emocionante!!!!

    como podran sobrevivir los patos de junsu!!!!

    continualo!!!!

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  3. JAE-OMMMMMA los patos de junsu T_T pobrecitos XD, me gusto omma y me choca changmin XD no mas de lo normal claro kkkkk XD
    te leo al rato vale cuidate ^^

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  4. Jejeje gracias appa~~
    A ver si otro día escribo el cuarto, en el que aparecera, obviamente, el miembro que falta: el poeta nomada Park Yoochun >D ya veran su destino, si a Junsu le fue peor que a Jae y a Jae peor que a Yunho...

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  5. G-DRAGON10/07/2009

    omma1!!!!!!! y el yooomin?? waaaaaaa q no le vaya tan mal a chunnie!!!! por fa!!!!!!!! awwwww como siempre amo tu fiki!!!!! conti pronto porfa!!!!!!

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  6. maritza10/07/2009

    Porfavor sigue escribiendo esta muy interesante gracias por este fic tan exitante y espectacolar deverdad gracias.
    me da mucha tristesa que min se aya vuelto tan malo pero esperemos que cambie por el vien de el mismo.

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  7. Gomeeen...sigue un corto caítulo cuatro y ya en el cinco prometo q aparecera el YooMin ToT no me cuelgue nadie

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  8. si por fa!!!!!

    como dijo maritza que min se vuelva bueno!!!!

    esperare el yoomin pacientemente!!!!!

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  9. aaaaaaaaaah! cuanta belleza salvajista!
    aaamo este fic!
    ke bonito es es esclavismo TT.TT
    jajaj no es cierto xD
    nadamas es bonito en el fic puehaha~
    me encanta Aemin! T0T


    aaa chunnie!! pobrecito T0T
    ke le hara? o.O
    seguro ke lo pone a golpear a jae y violar a junsu xD nadamas le falta alguien ke haga las cosaas por el
    ke maldito es changmin!! >o<
    yo lo amo cuando es un bitchesote :D
    me despido ahora :G
    con una sonrisa dibujada ahahahaha (risa malvada) ajhahahahahaha
    (bien adaptada a la historia xD)

    cuidate mucho Aemin! sigue asi :B
    que tengan un lindo dia chicas B)
    byeeee!

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  10. Hola

    por fin termine creo que sobrevivire despues de leer est fic, cada capitulo que leia me dejaba en shock, esta parte oculta de min me da miedito pues es un ser muy malvado que no le importa nada mas que el y a destruido todo lo que le rodea, esta desquisiado

    pero el que mas sufre es jae que tiene que soportar todo bueno yunho tambien sufre pues a descubierto el lado perverso de su hermanito y ahora el pobre de junsu es el nuevo objetivo del rey

    hayyyyy quiero saber que mas va a pasar, me intriga, me da nervios saber cuales son las crueldades que se le ocurriran ahora al rey Changmin

    fuera de eso me gusta la historia apesar de lo cruel que es min

    espero el siguiente capitulo con ansias

    saludos

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  11. jejung, te dejo de hablar si changmin se vuelve bueno D:!! osea ¬¬ no todos los finales son felices y llenos de flores como tus historias disney -o-..
    y como dijo gd XD.. queremos yoomin!! y.. pobre junsu ;O;!!.. yo cuidare de sus patos XD
    tmb me gusta el papel de yunho XD

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  12. Iie...mala hierba nunca muere, Min no se volvera bueno...al contrario, sera cada vez peor...
    bueno, luego publicare el V n.n gracias por sus comentarios! Gracias Mino, G.D, Appa, Chamiko, G!G, Lizeth....(perdon si no menciono a todas ._.)

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  13. _D_ jejejej como siempre yo a postear hasta el ultimo XDDD jajajajaja gomen gomen pero e que siempre pierdo la pgina ^^U.........
    D: a ver
    xd primero que envidia que te comente gdragon xDDD
    ....te amo gd <3 lol*****



    XD volviendo a tu fic








    Te odio U_U xD


    por que fue taaaaaaaaan corto el ximin? XDDD
    Yo estaba asi O_O <- con los ojos abiertos
    y luego estaba asi: O_____O <- expresion de no ma
    y luego asi: O¬O <-perversion
    y luego asi: ._. <- expresion de ya acabo?


    XDD estuvo bien mi ximin xDD pero pleaaaase
    POR FAVOR ONEGAI XD EN EL IDIOMA QUE KIERAS XD
    PERO VUELVE A ESCRIBIR XIMIN! asi de hardcore *_* xD ........... xDDD



    te amo <3 me gusto mucho el capo

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  14. lolz eso me mato

    por que fue taaaaaaaaan corto el ximin? XDDD
    Yo estaba asi O_O <- con los ojos abiertos
    y luego estaba asi: O_____O <- expresion de no ma
    y luego asi: O¬O <-perversion
    y luego asi: ._. <- expresion de ya acabo?

    estuve igual que tu daniel xD

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  15. Dios de mi corazón!!!!
    Como es posible que Min haga
    todo ésto!!!!!
    Junsu, Jae, Yunho.. Fighting...!!!!

    Tiene que iegar Micky a darle una
    solución a todo ésto!!!!!!

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  16. xD el caballero Micky al rescate al galope...

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o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD