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Arualthings

Privilegios cap 8

Durante toda su vida, Yoochun se había considerado un hombre con suerte. Un hombre al que, de una forma u otra, todo lo que deseaba termina cayéndole entre las manos, casi por arte de magia. ¿La chica más sexy de la fiesta? ¡Pan comido! Yoochun podía obtenerla. ¿Departamento en el centro mismo de Seúl? Fácil. Con unas pocas bonitas palabras y una actitud de alma en desgracia que no tiene hogar, pero que ama a sus abuelos, aquel par de ancianitos había financiado el que ahora era su hogar. Lo mismo con su trabajo, sus amigos, y tantas otras cosas. Lo que Yoochun había querido, Yoochun había obtenido.

Le gustaría creer que con Changmin era lo mismo. Que Changmin era una de esas tantas otras cosas que Yoochun había deseado y que, casi por arte de magia (siendo magia sinónimo de carisma, buena apariencia y grandes dotes para la manipulación), terminaban siendo suyas. Pero al pensar que Changmin era como aquellas cosas, el chico estaría cayendo en la categoría de “caprichos”. Y Changmin era, definitivamente (y muy para su pesar), muchísimo más que un capricho.

Le gustaría creer que Changmin había caído presa de sus encantos, y que ahora lo tenía en la palma de su mano.

La verdad, es que Yoochun estaba muerto de miedo. Es por eso que, luego de terminar su corta sesión de autosatisfacción post-encuentro cercano con Changmin (¡La segunda vez! Esta era la segunda vez en la que debió haber terminado masturbándose en el baño a causa de Changmin) se había quedado parado en frente del espejo por casi diez minutos, al borde de una hiperventilación, porque ¿Qué tal si era él un capricho de Changmin? O peor aún, ¿Y si al abrir la puerta del baño, encontraba su departamento vacío, porque el chico se había dado cuenta del arriesgado juego que había comenzado, y había decidido huir y no dirigirle la palabra nunca más? Ciertamente, no era una acción muy Changmin que digamos, porque el Shim Changmin que él conocía nunca huía de nada, pero una vez alguien le dijo que el miedo sacaba lo peor de cada persona, y Yoochun suponía que aquella frase podría aplicarse a la situación también. Y aunque al salir del baño, Changmin había lucido tranquilo y saciado (Yoochun sentía escalofríos al recordar aquella sonrisa satisfecha, justo antes de que aquella maldita pantorrilla decidiera irse de visita a su zona pélvica), puede que aquel sólo haya sido un acto, o producto de la sensación post-coital. Quizás, al enfriársele la cabeza al menor, había decidido que la mejor opción era irse y no acercársele nunca, nunca más.

-Detén ahora mismo tu monólogo de dramaqueen, Park Yoochun- Le dijo a su reflejo, apuntándolo con un dedo y frunciendo el ceño –Eres un hombre adulto. Un profesional exitoso. Un ganador. No importa lo que pase, eso es lo que eres. Así que deja de comportarte como una niñita asustada- Yoochun se golpeó las mejillas varias veces y con fuerza – Y haz lo que debas hacer.

Eso.

Eso haría.

Además, de seguro Changmin tendría mucho que decir acerca de su tardanza. ‘¿Por qué te demoraste tanto, profesor? ’ Le imaginó diciendo, sonriendo con malicia ‘¿Acaso te da diarrea cada vez que tienes un orgasmo? ’.

¡Qué diablos! Yoochun no iba a dejar que el mismo chico que hace unos minutos había estado gimiendo su nombre en su propia cama se riera de él.

‘Por favor, que todo salga bien…’ rogó Yoochun al Dios que quisiera oírle, odiándose un poco por sentirse tan ansioso e inseguro, abriendo la puerta del baño y caminando, ni muy rápido ni muy lento, hacia su habitación.

Al llegar al umbral de la puerta de su habitación, pudo ver a Changmin recostado en su cama, camisa abrochada y lentes puestos, sorbiendo con parsimonia una lata de soda de naranja.

-Derrama una gota de soda sobre mi cama, y te juro que te descueraré y me haré un cobertor con tu piel – Habló Yoochun, tono serio y amenazador, toda la ansiedad y el miedo evaporados al ver a aquel chico, en su propia cama, bebiendo soda como si nada.

Changmin estaba ahí.

-De seguro te encanta la idea ¿No? – Rió el menor, mirándolo por sobre el marco de sus lentes – Tener mi piel en tu cama, todos los días…

-El hecho de que creas que me encanta la idea me perturba como no tienes idea- Respondió el mayor, lanzándose sin mucha delicadeza sobre su cama, en el otro extremo de la cama. Yoochun había notado que Changmin no había dicho nada acerca de su demora, y agradeció el gesto en su interior. Ahora que veía al menor, toda la paranoia de hace algunos instantes le parecía una soberana estupidez.

-Oye…- Yoochun habló, luego de una pausa, a la vez que Changmin empezaba a abrir la boca para decir algo –Ah, habla tú primero.

-No, no, las damas primero – Sonrió el menor, haciendo un ademán para que Yoochun hablara

-Púdrete, mocoso. Habla tú primero- Insistió Yoochun, con tono autoritario. La verdad, tenía bastante curiosidad por saber qué quería decir el menor -Y dame un sorbo de eso – Agregó, quitándole la lata de las manos a Changmin -tengo la garganta seca

-Pobre de mí – Suspiró el menor, frunciendo el ceño y haciendo un puchero – Pero está bien, yo primero. Verás…- Comenzó, volteándose para quedar cara a cara con Yoochun, sus ojos entrecerrados, inquisidores –Me preguntaba si esto va a terminar como esas historias en donde los protagonistas tienen una desenfrenada noche de pasión, y a la mañana siguiente despiertan arrepentidos y avergonzados, y la hermosa amistad que mantenían se ve irreversiblemente dañada.

Yoochun no pudo evitar reír ante eso, enternecido por el hecho de que Changmin temiese arruinar su amistad con él por algo así. Al parecer, Yoochun no había sido el único que había imaginado estupideces.

-No tiene por qué terminar así, imbécil- Sonrió, golpeando con suavidad una (aún enrojecida, de seguro a causa de todos aquellos pellizcos proporcionados por Yoochun hace no mucho) mejilla del menor -Y aunque admito que el tener esta clase de…- el mayor pensó bien la palabra, porque ¿Qué era lo que tenían ellos, después de todo? -intimidad con un alumno es algo bastante riesgoso, te puedo asegurar que no me arrepiento de nada de lo sucedido.

Bien – Asintió Changmin, y la expresión de su rostro (que claramente decía ‘Más te vale que no te arrepientas, idiota’) hizo que la sonrisa en el rostro de Yoochun se ensanchara

-¿Te arrepientes tú de lo que acaba de suceder?- Preguntó, pasando el brazo por sobre los hombros del menor, acercándolo hacia sí mismo

-No seas idiota, Park Yoochun – Changmin le respondió, mirándolo por entre sus largas pestañas y pellizcándole un costado. -¿Crees que haría algo así sin estar seguro de quererlo?

Ante eso, Yoochun no pudo evitar querer besarlo. Así que, olvidando todos los nervios y el pequeño ataque de histeria en el baño, acercó al menor del mentón, sus labios uniéndose con los de él como dos imanes, impulsados por una fuerza superior e irresistible.

-¿Te he dicho que me agradas?- Sonrió Yoochun, proporcionándole otro pequeño beso (esta vez en la nariz) al menor, quien solo le sonrió, radiante, y Yoochun podría jurar que pocas veces en la vida se había sentido tan feliz como en esos momentos.

-¿Ordenamos algo para cenar?- Preguntó el mayor, mientras Changmin le quitaba la lata de una mano y bebía otro sorbo de refresco.

-Ya lo hice- Sonrió - ¿Se te antoja algo de comida tailandesa?

Comida Tailandesa. Yoochun recordaba haberle mencionado a Changmin que la comida tailandesa era su favorita.

-¿Eso quiere decir que tú pagas?

-¡Sigue soñando, anciano!- Rió el muchacho, reventando enseguida la burbuja de felicidad que comenzaba a crecer en el pecho del mayor, quien se había sentido bastante conmovido por el hecho de que Changmin había ordenado su comida favorita

-Muérete, mocoso del demonio – Gruñó Yoochun.

-Vamos Yoochun, no seas un viejo amargado – Rió Changmin, rodeando los hombros del mayor con un brazo, ofreciéndole otro sorbo de su refresco –De todos modos, Su Alteza Real se siente especialmente generoso hoy, y está dispuesto a financiar el cincuenta por ciento de esta cena. Una oferta más que generosa, si me lo preguntas.

Y todo eso lo dijo con una gran cara de señorito insufrible.

-Oye

-¿Qué sucede, vasallo?

Sin decir palabra alguna, Yoochun se abalanzó nuevamente sobre los labios del menor, los cuales sintió curvarse en una sonrisa, antes de comenzar a corresponder el beso. Y es que Yoochun debía admitir, había algo acerca de ese acto engreído y desdeñoso que a veces Changmin hacía que simplemente lo volvía loco.

Aunque Changmin no tenía por qué enterarse.

-Estúpido mocoso… – rió entre besos – con delirios de grandeza.

-No seas envidioso, Micky Mouse – Changmin dijo, trepando sobre el regazo del mayor -¿Sabías que puedes comprar títulos de nobleza de Sealand por sólo diecinueve euros? El otro día vi un anuncio en Internet…

-Changmin.

-¿Qué?

-Cállate.

-Me parece un plan válido.

Y sin una palabra más, ambos retomaron el sumamente noble acto de devorar los labios del otro, títulos de nobleza y micro-naciones a un lado. Aún con pasión dentro de ellos, pero mucho menos impetuosa e incontrolable, se dedicaron simplemente a conocer la boca del otro, explorando con suavidad cada rincón, cada relieve oculto. Y, como si hubiese estado de antemano establecido, ambos se dedicaron solamente a besarse. Nada de manos curiosas moviéndose por todas partes. No era necesario agregar más tensión sexual al escenario, después de todo.

Yoochun sonrió para sí mismo al notar lo extrañamente conectados que se encontraban ambos, y trató (sin resultado alguno) de recordar cuándo fue la última vez que sintió una conexión tan especial con alguien.

-Dime, Changmin- Dijo el mayor, sintiéndose feliz y ligero, posando unos mechones de cabello de Changmin detrás de su oreja -¿No va a haber alguna regla especial sobre cuándo podamos besarnos, no? ¿Algo así como “sólo lunes y miércoles”, o “sólo cuando Su Alteza Real tenga ganas”?

-No seas idiota- Changmin respondió, con cara de extrañado, aún un poco falto de aliento – Si yo quiero besarte lo haré- Y para hacer énfasis en sus palabras, el menor besó con rapidez una mejilla de Yoochun -así que puedes hacerlo cuando te plazca… Excepto en clases porque, ya sabes, eso sería realmente estúpido y peligroso, y tampoco en lugares públicos y concurridos, básicamente por las mismas razones.

-Wow…- Yoochun rió, acariciando con cuidado el cabello del menor –No me imaginé que Shim Changmin fuese una persona tan de piel. Es decir, la primera vez que te vi, creí tener a la Reina de las Nieves sentada en mi salón. Ya sabes, con corazón de hielo y todo eso.

-Estoy seguro que lo único que pensaste cuando me viste por primera vez fue en lo guapo que soy – Sonrió Changmin, acercándose al oído del mayor – Pero está bien, yo pensé algo parecido la primera vez que te vi.

-Si a la gente le pagaran por ser engreído, tú serás el hombre más rico de este mundo, pequeño renacuajo baboso.

-Di lo que quieras – Sonrió Changmin, saliéndose del regazo de Yoochun, quien alcanzó la lata de refresco de la cómoda para tomar los últimos de soda – En todo caso, supongo que puedes besarme cuando quieras. Sólo abstente de no abusar sexualmente de mí mientras duermo. Eso sería muy bajo de tu parte.

Inmediatamente, toda la soda restante de la lata se derramó en el cobertor italiano de Yoochun, quien al escuchar esas palabras sintió como si las energías lo abandonases, haciendo que sus manos se pusieran como de goma, frías y débiles.

Mierda, Changmin lo sabe, sabe lo que hice en el sillón, lo sabelosabelosabe ’ Pensó de inmediato, a la vez que una voz interior lo reprendía, gritándole que dejase de ser un marica y se comportara.

-¡Mira lo que me hiciste hacer!- Gritó Yoochun, sin mucho enojo (el remezón emocional que aquellas palabras habían provocado de verdad lo habían drenado de toda sus energías, incluso cuando de verdad se sentía horrorizado al ver su cobertor salpicado de naranja).

-Oh no, no intentes culparme de eso, Park Yoochun – Changmin le dijo, apuntándolo con un dedo -Yo no te dije “Hey, Yoochun, ¿Qué tal si derramas todo el contenido de esa lata sobre tu cama? ¿No crees que es una gran idea?”, ¿O sí?

-¿Cómo crees que podría hacer eso?- Yoochun le respondió, sintiéndose la persona más cínica de todo el universo -¿Qué imagen tienes de mí?

-Yo sólo decía, tarado – el menor se encogió de hombros – No tienes para qué hiperventilar como damisela pillada en enaguas por el jardinero o algo así

-Ridículo – Bufó Yoochun, aunque por dentro se sentía extremadamente avergonzado. ¿Cómo había podido ser tan débil en aquella ocasión? En ese mismo momento, y en ese mismo lugar, Yoochun juró que nunca jamás haría eso con Changmin, ni con nadie más. Aquel había sido un acto sucio, vil y poco civilizado, y no podía volverse a repetir, nunca.

-¿Y no piensas hacer nada para sacar esas manchas? – Changmin lo interrogó, ajeno a todo el conflicto interno del mayor

-No- Suspiró Yoochun, un poco más calmado. Al menos Changmin no sabía lo de aquella noche en el sillón… -si lo refriego puede que lo termine estropeando más. Supongo que tendré que llevarlo a la lavandería.

-Eres un niño mimado- el chico suspiró también, levantándose de la cama para retirar el cobertor de la cama, tirándolo a un rincón de la habitación – Al menos así no se manchará más mientras comemos.

-Alto ahí – Lo detuvo el mayor -¿Estás insinuando que cenaremos en mi cama?

-Evidentemente – Sonrió el menor, recostándose de nuevo, al lado de Yoochun –Estoy demasiado cansado como para salir de la cama

-¡Pero si acabas de salir para sacar el cobertor!

-Exacto. Y eso me ha agotado como no tienes idea

DING DONG.

-¡Ah!- Changmin exclamó -¡Justo a tiempo! ¡Ve a buscar la comida! Luego me muestras la boleta y te devuelvo la mitad del valor

-¡No vamos a comer en mi cama!- Yoochun respondió, empujándolo sin mucha fuerza antes de levantarse a buscar la comida

-¡No olvides traer cubiertos y servilletas!- Gritó el menor desde la habitación a Yoochun - ¡Y otra soda de naranja!

Al final, evidentemente, ambos terminaron cenando en la cama del mayor. Y aunque Yoochun se quejó, refunfuñó y maldijo a Changmin por ser un holgazán y un irrespetuoso, había algo en cenar su comida favorita en su propia cama con el chico que desde hace ya casi medio año había deseado que le hinchaba el pecho de felicidad y satisfacción.

Al fin.

-Hmmm- Changmin suspiró luego de haber terminado su tercera ración de comida (esta vez de pollo frito thai), recostando su cabeza sobre el regazo de Yoochun, saciado e innegablemente contento – Ya debo irme.

-Arregla tus cosas entonces- Sonrió Yoochun también, repleto de pollo y cerdo y arroz especiado -Yo te voy a dejar.

-Hmmm- murmuró el menor, cerrando los ojos al sentir los pálidos y delgados dedos de Yoochun limpiando restos de salsa de la comisura de sus labios –Déjame descansar un poco y me levanto.

-Eres un pequeño puerco – Rió Yoochun, una vez que el rostro de Changmin estuvo completamente libre de manchas y restos de la cena

-Está bien. Aún así te gusto.

La verdad era que, en esos momentos, Changmin podría estar completamente cubierto de salsa de curry y arroz, y Yoochun seguiría pensando que el chico era una de las criaturas más perfectas que Dios había enviado a la tierra. Después de él mismo, claro está.

-Salte de encima- Sonrió, levantando al chico de su regazo y probando aquella boca que sabía a especies y a juventud – Y que conste que sólo te voy a dejar porque debo llevar mi cobertor a la lavandería.


Camino a la casa de Changmin (el chico tuvo que ayudarle un poco con las indicaciones, ya que Yoochun no recordaba del todo la ruta a seguir), el mayor se enteró, luego de un pequeño interrogatorio (‘Y dime, Changmin, ¿Todo lo que sucedió era parte de algún plan premeditado?’), que al parecer todo lo acontecido en su departamento había sido mitad improvisación, mitad planificación. Al parecer, desde hace algún tiempo Changmin había tenido en mente el hacer algo con respecto a su “situación”, pero lo de aquella tarde había sido, más que nada, una broma que, inesperadamente, había conllevado a una buena oportunidad.

Yoochun aún no podía borrarse la sonrisa de idiota del rostro.

-¿Nos vemos el viernes?- Dijo Yoochun, a pocos minutos de llegar a la casa del menor

-Claro- Asintió el menor, mirando por la ventana el cielo nocturno y las luces de la ciudad que opacaban el brillo de las estrellas

-¿Y qué tal estuvo tu primera vez? – El mayor enarcó las cejas -¿Cómo estuve?

-Yoochun- Changmin se volteó, mirándolo con cara de estar hablándole a un retrasado mental – Tuve que parar para irme a masturbar a tu baño ¿Qué acaso eso no te dice nada?

-Sabes…- Yoochun titubeó un poco antes de seguir, aún cuando por dentro se sentía muy, muy orgulloso de sí mismo –Por un momento, cuando saliste hacia el baño, pensé que te había asustado o algo así, y que quizás…

-No me asustaste – Changmin negó con la cabeza, volviendo a contemplar el cielo nocturno – Es sólo que aquello se estaba poniendo demasiado sexual, y no quería darte la falsa impresión de que soy alguien fácil.

-Es un argumento razonable- El mayor se encogió de hombros, doblando hacia la izquierda en la esquina, la casa de Changmin entrando en su campo visual – Veinte para las diez – Dijo, revisando el reloj de su Audi -¿No te van a reprender en casa o algo así?

-No- Respondió con simpleza el menor, desabrochando su cinturón de seguridad –¡Nos vemos el viernes! Y apresúrate en llevar ese cobertor a la lavandería, si es que encuentras alguna abierta a estas horas.

-Descuida, conozco una lavandería que cierra a las once.

-Eso es bueno- Rió el menor, abriendo la puerta del auto –Espero que no quieras besarme en frente de mi propio hogar, porque entonces tendría que negarme y...

-Admite que no puedes esperar a besarme de nuevo – Rió también Yoochun, jalando a Changmin de un brazo, agachándolo y agachándose él mismo, hasta que sus cabezas estuvieron fuera del campo visual de quien pudiese pasar por aquella apenas iluminada calle –Que descanses- Murmuró contra los labios del menor, plantando un corto beso en ellos

-Ah, profesor Park- Suspiró Changmin, enderezándose - No puede quitarme las manos de encima ni por un minuto, ¿No?

-Como si no lo disfrutaras, Shim. Ahora sal del auto. Tengo un cobertor que llevar a la lavandería. ¡Ah! Y Changmin…- Yoochun sujetó la muñeca del menor, quien ya casi estaba fuera del auto –Dile a tu amigo Junsu que deje de acosarme, por favor. De verdad me perturba.

-Pequeño miedoso- Rió el menor, retirando uno por uno los dedos que envolvían su muñeca –Nos vemos.

*********
Aquella noche, Yoochun se durmió pensando en labios calientes con sabor a curry y en todas y cada una de las cosas que podría salir mal.

Y a la mañana siguiente, el recuerdo del día anterior seguía rondando en su cabeza como un fantasma, la sensación de aquella piel, aquella mirada, aún fresca, intoxicando todos sus sentidos. Y aunque, por lo general, Yoochun solía pensar un poco en Changmin, recordando al menor cada vez que escuchaba una canción que sabía que le gustaba, o cada vez que veía galletas, bizcochos, y otras porquerías (bueno, tal vez no pensaba en Changmin sólo “un poco”), ahora era como si el chico estuviese acampando en su cerebro, imposibilitando cualquier otra clase de pensamiento coherente.

Nunca le había pasado eso, con nadie.

Y aunque una parte de él había pensando que, luego de obtener lo que quería, las ganas se iban a desvanecer y, eventualmente, Yoochun terminaría aburriéndose, al parecer el efecto había sido todo lo contrario.

Quería más.

Lo quería todo.

Pero pensar demasiado en aquello, en lo mucho que deseaba, lo perturbaba, así que prefería no ahondar en aquellos sentimientos de necesidad que proliferaban como una colonia de bacterias en su corazón.

Porque Yoochun estaba acostumbrado a ser querido con intensidad, pero el querer algo con tantas ganas, era un sentimiento nuevo para él.

¿Estaba pasando Changmin por lo mismo?

Yoochun esperaba que sí. Y ojala estuviese pasando por esto, pero mil veces peor, porque el mayor debía admitir, el saber que él deseaba más de lo que era deseado sería el peor golpe hacia su ego en mucho, mucho tiempo.

Con aquello en la mente, iba caminando por el corredor del tercer piso, sándwich de pollo en mano, cuando algo puntiagudo le dio en toda la nuca.

-¡Qué demo…!- Exclamó, volteándose sólo para encontrar el pasillo vacío. A sus pies, encontró un avioncito de papel, ‘ÁBREME’ escrito en letras grandes y rojas en una de sus alas. Mirando hacia ambos lados del corredor, Yoochun se agachó, recogiendo el insolente objeto con una mano, abriéndolo sólo para encontrar un recorte de una propaganda de Nike, la cual simplemente decía Just Do it, acompañada de el logo de la marca.

Junsu estaba llevando esto demasiado lejos.

*********
Los labios de Changmin se sentían igual de maravillosos que hace dos días. Tibios y un poco resecos. Perfectos. Recorriendo todo el labio inferior del menor, acorraló a este contra la puerta recién cerrada de su departamento, luego de que Changmin lo hubiese jalado del cuello de su camisa, sonriendo, acortando la distancia entre sus bocas como si ése fuese el único propósito del día. Como tantas otras veces, Yoochun se rió de sí mismo con ganas, al recordar aquel primer día de clases en donde Yoochun había tenido la impresión de que Changmin era un chico tímido.

-Ah, Shim - Rió, posando una de sus manos sobre el hombro de Changmin, acariciando con uno de sus pulgares una prominente clavícula –Tan impaciente…

-Reclamos y sugerencias en el libro de visitas, por favor – Changmin le respondió, aún un poco falto de aliento, haciendo que la sonrisa en el rostro de Yoochun se ensanchara.

Y entonces, lo recordó.

-Changmin, ¿Conversaste con Junsu para que dejara de acosarme?

-Mañana lo haré- Refunfuñó el menor, mirando por sobre el hombro de Yoochun, en vez de a sus ojos. Oh no, nada de mañana. Yoochun había recibido un maldito avioncito de papel. Eso ya había sido demasiado.

-Ahora. – Dijo, con voz firme, tirando de un brazo a Changmin, hasta que ambos estuvieron en frente de la mesita del teléfono –Toma, llámalo – Agregó, levantando el auricular del teléfono y plantándolo en la mano del menor.

-Yoochun…- El chico se quejó, tratando de colgar el teléfono –¡Te dije que lo haré mañana!

-Ahora.- La mirada de Yoochun no admitía contradicciones, porque de verdad, ya había tenido suficiente. Y si había alguien que podía detener a Junsu, era Changmin.

-¿Y qué es exactamente lo que quieres que le diga? ¿Quieres que le cuente acerca de…- Changmin hizo una pausa- nosotros?

- Quizás no es tan mala idea…- Yoochun recapacitó -A lo mejor así deja de perseguirme. Después de todo, el chico ha tratado de persuadirme durante todo este tiempo para que, bueno, haga algo con respecto a, uhm, nosotros.

-No quiero. Créeme, una vez que se entere, no dejará de hablarme de eso, pidiendo detalles y – Changmin hizo una mueca –No Yoochun, no quiero decirle.

-¡Changmin!- Gimoteó el mayor –Debes hacer algo para deje de acosarme. Estoy comenzando a sentirme protagonista de un thriller.

Changmin arqueó las cejas – No seas exagerado, Yoochun. Sé que a ratos Junsu puede parecer una ardilla con hiperglicemia, pero en realidad, él es un chico genial. Y mi mejor amigo.

-¿Ves? Es tu mejor amigo, Changmin. De todos modos, tarde o temprano Junsu terminará descubriéndolo.

-Mejor que sea tarde.

-Sólo llámalo y dile que deje de molestarme entonces.

-Mañana – Changmin volvió a insistir. Al parecer, Yoochun tendría que recurrir al plan B.

-Hmm…- Suspiró Yoochun, rascándose la nuca – Y yo que pensaba llevarte a la nueva pastelería que abrieron cerca de aquí a probar el Cheesecake que hacen.

De inmediato, los ojos de Changmin se abrieron como dos platos -¡Cheesecake!- Exclamó, y Yoochun podría jurar que el solo nombrar aquella palabra hacía que Changmin sintiera placer.

Perfecto.

-Pero se supone que el Cheesecake era en agradecimiento por ayudarme con mi problema – Le dijo al chico, quien de pronto parecía estar teniendo un fuerte conflicto interno.

-Vas a tener que comprarme una doble malteada para acompañar ese Cheesecake – Le dijo, luego de dos segundos de meditación, mientras levantaba el auricular del teléfono

Bingo.

-Ven aquí – Yoochun se sentó en el sofá de su living, haciéndole señas al menor para que tomara asiento también.

-¡Saca esa sonrisa de tu rostro!- Changmin gruñó, desplomándose sobre el sofá y marcando algunos dígitos -¡Usar comida para convencerme! Qué sucio, Yoochun, qué sucio…

Oh sí. Ambos sabían bien que si había algo que Changmin no podía resistir, era una invitación a comer.

-Es triste, sabes – Suspiró Yoochun, envolviendo al menor entre sus brazos y besándole con suavidad una oreja –Que tengas que cobrarme por cada favor que me haces

-¡Shhh! Está marcando- Changmin lo hizo callar, aunque su cuerpo se apegó más al del mayor, quien seguía jugando con la oreja del menor (Por experiencia previa, Yoochun sabía que era un punto débil de Changmin), mordiendo con suavidad el lóbulo.

-¿Aló?- Una voz se escuchó al otro lado del auricular, y Changmin le pellizcó el muslo, una clara señal de “detente, no quieres arruinar esto”.

-Deja de acosar al profesor Park, Junsu.

-¿Huh? ¡Pero si es divertido!- el chico rió – Y hola para ti también, Minnie.

Es susodicho suspiró –Hola, Junsu. ¿Dejarás de molestar al profesor Park?

-¡Pero si las caras que hace cuando me lo encuentro por los pasillos son las mejores! ¡Deberías verlo, Minnie! El otro día por ejemplo…

- Escucha, Junsu- Changmin interrumpió, estirando la frente de Yoochun con una mano, quien en esos momentos estaba frunciendo el ceño, sumamente ofendido –Sé que debe ser estupendo atormentar almas sensibles, pero detente. Enserio.

-¡Pero Minnie!- Junsu respondió, y Yoochun podría jurar que el mocoso estaba haciendo un maldito puchero – ¡Yo sólo lo hago para animarlo! A ver si con mis entusiastas porras se decide de una vez y fufufufufufufufufu-

-¿Quién en este maldito mundo puede reírse diciendo fufufu?- Preguntó Yoochun en voz baja, obteniendo como única respuesta una seña para que se callara

-Deja de molestarlo, Junsu. – Habló Changmin al auricular, quien se estremeció al sentir la inescrupulosa lengua del mayor sobre una de sus vértebras cervicales. ‘No es mi culpa.’ pensó al ver la mirada amenazadora que le lanzaba el menor `Tu cuello estaba rogando para que le prestara atención’.

-¿Hay algo de lo que me estoy perdiendo, Minnie?

Oh, Junsu no se imaginaba cuánto se estaba perdiendo en estos momentos.

-No- Respondió, pellizcándole un muslo a Yoochun, quien en vez de soltarlo, mordió más fuerte a Changmin. Sabía que haciendo aquello no estaba cooperando mucho con el chico, pero al diablo.

-¡Detente!- Siseó en voz baja, golpeándole en la cabeza con fuerza

-¿Qué fue eso, Changmin?

-Maandoongi.- Respondió el menor, y Yoochun, haciendo memoria, recordó que aquel era el nombre de la mascota de la familia, un maltés blanco si su memoria no le fallaba.

-Minnie…-

-Sólo deja de hacerlo, Junsu- Changmin lo interrumpió, exasperado. De seguro lo único que quería en esos momentos era estar comiendo Cheesecake y malteada. –El hombre se ha quejado conmigo, ¿Y sabes qué? No hay nada peor que escuchar a Yoochun quejándose

-¡SANTO DIOS!- Un chillido ensordecedor salió por el auricular

-¿Qué pasa?

-¡SHIM CHANGMIN! ¡ACABAS DE LLAMAR YOOCHUN AL PROFESOR PARK!

-¡Mierda!- maldijo el menor en voz apenas audible, golpeando nuevamente a Yoochun -¿…Y? ¿Qué hay con eso?- le respondió en voz alta a Junsu

-El detective Kim Junsu percibe que hay algo que no le estás contando, Minnie.

-Junsu- Changmin de verdad parecía estar perdiendo la paciencia –Sé que te he dicho esto antes, pero leer todos esos mangas del Detective Conan te han hecho mal.

-¡Nada de eso! Mi súper intuición de mejor amigo del mundo me dice que hay algo que debo saber

Termina con esto pronto’ pensó el mayor, rodeando al menor con sus brazos nuevamente, y Changmin rodó los ojos, recostándose de nuevo sobre el pecho del mayor

-Junsu, sólo porque le llamé Yoochun, no significa que algo haya pasado.- Y entonces Changmin se volteó un poco, apretando los labios de Yoochun entre su índice y su pulgar -La única razón por la que no le llamo Profesor Park es porque ese idiota ni merece que le llamen así, el muy holgazán.

-¡¡Mhh-hmm-hmmhmm!!- El mayor intentó quejarse, pero los dedos de Changmin (que ya había previsto esta reacción) apretaban con fuerza los labios de Yoochun, impidiendo que hablara

-Hmm…- Escuchó que Junsu decía -¿Seguro que no se han confesado amor eterno o algo así?

-NO JUNSU- Yoochun sintió como Changmin se tensaba entre sus brazos – No ha sucedido nada, sólo… Sólo deja al profesor Park en paz.

-Querrás decir a Yoochun- Fue la risueña respuesta de Junsu

-Como sea, sólo hazlo por mi ¿Sí?

-Ah, Minnie ¡Eso es chantaje!

-Por favor, Junsu- Changmin insistió, con voz suave y triste.

-¡Está bien, está bien! No es necesario que utilices ese tono, tonto.

-¡Al fin!- Celebró Yoochun, en voz baja claro, estrechando con fuerza a Changmin, quien sólo sonrió, haciendo señas para que se callara

-Oye, Changmin ¿Me puedes hacer un favor?

-¿Qué pasa?

-Es que mi mamá quiere usar el teléfono ¿Me puedes llamar al celular?

-Está bien, pero no hables demasiado, ¿Sí? Quiero ir a comer.

-¡Malvado!

-Hm.

Y entonces, Changmin colgó.

-¡GRACIAS!- Exclamó en voz alta Yoochun, plantando un sonoro beso en la mejilla del menor –¡Compraremos un Cheesecake entero si lo deseas!

-Te cobraré la palabra- Sonrió el menor, marcando el número del celular de Junsu –Me lo debes, de todos modos, por haber sido una completa molestia durante toda la conversación. Ahora cállate y déjame terminar con esto de una vez. Muero de hambre.

-Shim Changmin ¿Dónde diablos estás?- Fue lo primero que escucharon Yoochun y Changmin apenas Junsu contestó la llamada.

Al instante, una mirada mitad enrabiada mitad frustrada apareció en el rostro de Changmin.

Había caído en la trampa de Junsu.

-Tengo registrado el número de tu casa, el de tu celular, el de Jae y hasta el del novio de Jae, Changmin. –Junsu habló en respuesta al silencio de Changmin, que de todos modos, no se había prolongado por más de dos segundos –Y no me estás llamando de ninguna de esas partes.

Yoochun tenía que admitirlo: El chico sí parecía detective, después de todo.

-Además- agregó Junsu, su tono igual de risueño que siempre - Podría jurar que escuché a alguien más hablando, y estoy muy seguro de que no sufro de ninguna clase de alucinación auditiva, así que escupe Shim Changmin. Dime dónde diablos estás.

-Junsu…-

-Y no se te ocurra decirme que estás en un teléfono público – Agregó Junsu, quien a juzgar por su voz, de verdad estaba disfrutando esta situación –Porque enserio Minnie, tengo diecisiete años, no cinco, así que no me vas a engañar con algo así.

-Te atraparon- Suspiró Yoochun, entre divertido y consternado. Seguramente, si no hubiese estado distrayendo a Changmin durante la primera llamada, el chico habría razonado acerca del registro de llamadas del celular de Junsu, y nada de esto habría sucedido. Definitivamente tendría que comprar un Cheesecake entero para compensar al menor.

-Uhm…-

-Déjame hacerte esto más fácil, ¿Sí?- Interrumpió de nuevo Junsu, con un tono casi como de abuela consentidora, suave y alegre - ¿Estás con el profesor Park en estos momentos, no?

Jaque mate.

-¡Ja! Apuesto a que ha estado escuchando nuestra conversación desde el principio. ¡Hola, Profesor Park!- Saludó, subiendo el tono de voz –Kim Junsu de la clase 2A hablando

Yoochun miró al menor entre sus brazos y se encogió de hombros. –Nos han pillado.

-Te odio, Park Yoochun- Gruñó Changmin, golpeándolo una vez más antes de recostarse completamente contra el pecho del mayor

-Buenas tardes, Kim- Respondió al auricular Yoochun

-¡Santo Cielo!-Junsu rió, un poco sorprendido -¡De verdad sí está con usted!

-Sí. Quedamos de ver una película, pero apenas llegó comencé a insistirle para que te llamara y te convenciera de dejar de… De bueno, hacer eso que siempre haces cuando me ves.

-Me disculpo por eso, profesor Park- Respondió Junsu, sonando avergonzado –No lo haré más.

-Me alegra saberlo, Kim- asintió Yoochun, dando por finalizada la conversación - Que estés bien

-Profesor Park- Junsu habló antes de que pudiera colgar - ¿A usted le gusta Changmin?

-¡ADIÓS, JUNSU!- Changmin le quitó el teléfono, gritando la respuesta antes de colgar.

-Pues vaya, tu amigo sí es directo.

–Cheesecake. Ahora.

Cinco minutos después, ambos se encontraban bajando por el ascensor camino hacia la calle, Yoochun molestando a Changmin sin piedad, imitando la risa de Junsu (fufufufufufufufufu), y Changmin golpeándolo sin piedad a cambio.

-Junsu no te dejará en paz – Canturreó el mayor, ganándose un codazo por parte de Changmin

-Hazme un favor y muérete- Gruñó el menor, apagando su celular (que, según el conteo de Yoochun, ya había recibido tres mensajes de texto)

-Ah, Changmin- Rió Yoochun con tono burlón –Te ves tan lindo cuando te enojas.

Al final, Yoochun terminó comprando dos doble malteadas, un Cheesecake de frutilla entero, un paquete de galletas de nuez, dos barras de chocolate, y un té verde helado para él mismo (Todo para llevar, por supuesto). Después de todo, Changmin lucía bastante enfurruñado, y en parte era por su culpa.

-No puede ser tan malo, Changmin- Sonrió Yoochun, cuando dos horas después, Changmin estuvo parado en el umbral de su puerta, una bolsa con galletas y chocolate en su mano, listo para retirarse –Es tu mejor amigo, después de todo.

-Hmmm- Suspiró el menor, mucho más sereno, de seguro a causa de todo el Cheesecake y malteada consumidos – Al menos ya no habrá nadie acosándote por los pasillos.

-Y eso es maravilloso – Asintió Yoochun -¿Estás seguro de que no quieres que te lleve a tu casa?

-Seguro –Respondió Changmin, besándolo con rapidez –Nos vemos el lunes.

Al contemplar como la delgada figura de Changmin se alejaba por el pasillo de su departamento, Yoochun sintió como la pregunta de Junsu hacía eco en su cabeza.

¿A usted le gusta Changmin?

Que si acaso le gustaba Changmin.

Pues era evidente que sí.

Y Yoochun lo sabía. No sólo por el dinero que gastaba en ese pequeño monstruo con apetito insaciable, ni por los sueños húmedos que había protagonizado. Eran las ansias de estar con él, de hablar, de reír juntos, lo que ponían al descubierto sus sentimientos. Era la satisfacción, más allá de lo corporal, que sentía cada vez que estaba con él.

Pero, más que eso, era el miedo.

El miedo a perderlo, el miedo a ser descubiertos, el miedo a terminar hiriendo a Changmin, que sobrepasaba incluso al miedo a aferrarse sentimentalmente a alguien.

escribió en un mensaje de texto, enviándoselo a Changmin. ¿Sí qué? le respondió, unos cinco minutos después.

La respuesta a la pregunta de Junsu. Sí.

La respuesta de Changmin demoró un tanto en llegar.

Baboso

-¡Baboso!- Rió en voz alta, leyendo de nuevo aquella respuesta, la cual Yoochun supo interpretar como “A mí también me gustas”. Porque, después de todo, él mismo lo había leído en el celular de Changmin hace algún tiempo.

19 Comentarios:

  1. Anónimo2/03/2010

    este es sin duda mi fanfic preferidoooooo

    oooh candy-sama muchas gracias!!

    deberian hacer un dorama con esta historia!! xDD

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  2. amo este fic y amo a la escritora
    ya quiero que leer la parle sexosa jajajaja
    AMO ESTE FICCCCCCCCCCCC

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  3. Anónimo2/04/2010

    owo!!!!
    q historia tan buena!!
    por favor sigue escribiendo asi!!
    q eres lo maximo!!!

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  4. amo este fic con todo mi corazon~!
    yo quiero q Junsu m acose a mi xDDD~
    contiii~~~~~~~~~~!♥♥

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  5. me encanta junsu tan directo

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  6. Anónimo3/09/2010

    quiero el siguiente capitulo o sino morire.
    estoy muriendo, muero, mori, resusite para poder leer el siguiente capitulo XD jejejeje

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  7. chunnina3/17/2010

    waaaa yo kiero kontinuacion kiero lemon owo porfavor amo el YooMin es mi pareja favorita!!x♥
    kontiii n.n

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  8. Anónimo3/17/2010

    que pasa con este fic???

    moriré pronto si no leo el siguiente capitulo!!
    me encanta la relacion que tienen min y chuni en este fic...la manera en que se hacen de rabiar el uno al otro y lo que se quieren...

    fuaaa lo del mensaje:
    "si"
    "si¿qué?"
    "la respuesta a la pregunta de junsu.Si."
    me parecio taaaaaaan tiernooooo

    graciaaaas sigue asi candy sama eres una diosa *_*!!

    XDD

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  9. lalablog-fan^^3/26/2010

    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ahorfa si q mi corazon dio un vuelco cuando descubri q llegue al final de la lectura D: kiero la contiii =OOOO amo este fic lo he bautizado como "mi segundo fic favorito *O*4ever" AAAAAAAAAA creo q morire si no lo lo q sigue DD: y acosare a la autora asi tipo junsu *w* !!!! conti conti contii q muerooo se me seca el cerebro @.@

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  10. Anónimo3/28/2010

    quiero continuacion o seras la culpable de una muerte cerebral

    continualo por favor

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  11. omg XD al fin termine de actualizarme.. omgosh *o*... es tan bello.. amo a los personajes XD son tan geniales, y no se, realmente asi me los imagino ja ja XD.. ahhh amo tu fic, continua pronto ;-; es genial!!

    yoomin 4ever XD

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  12. Anónimo4/29/2010

    coooontii !!!!!!! pok no ponen conti TT_____TT me encanta este fic plif contiii XD

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  13. Anónimo5/01/2010

    Por fa por fa por fa!!!! continúalo!!! Estoy muriendo!!! no querrás cargar con ello en tu conciencia, verdad? XD

    Tienes mucho talento chica! :D

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  14. Anónimo5/04/2010

    kuando kontinuaaaa???
    me enkanta el min de esta historia, es super gracioso xDD

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  15. ALQUIMISTA5/15/2010

    candyyyyyyyyyyyyyyy la estoy siguiendo desde otro foro pero nada que actualiza , de verdad que escribe muy bien , por favor continuelo. seguire esperando pero no se demore mucho . gracias

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  16. lalablog-fan^^5/15/2010

    candy-sama~~~~ aki una simple plebeya pide misericordia DD: !!!! de verdad q estoy muriendo x este fic...ya falta poco para q mi bro me meta en un psicologo XDDD aaaaaaaaaah plx continualoo mi salud mental y mi libertad condicional dependen de tiiii!!! >.O

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  17. se aceptan suplicas desesperadas por la conti??? ( no quiero presionar a esta gran escritora) ( enserio amo tu forma de escribir y este fic por supuesto)

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  18. Anónimo6/01/2010

    AAAAAAAAA me encanta ,
    continualo plisss aa necesito mas jajaj ♥

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  19. kekek detective conan e sla favorita de yoochun ejje junsu tan lindoooooooo de detective kyaaaa xD ardilla con hiperglicemia lolz

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