After the Loving cap 2

La reunión

“Jaejoong? Jaejoong!” Chansook repitió impacientemente a su falta de atención “¿Estas seguro? Quiero decir..”

“Estoy seguro. Y lo acepto,” Jaejoong interrumpió a la chica. “Ahora, ordenemos el almuerzo, si?” Agregó rápidamente mientras el mesero se acercaba a su mesa “Aún no ha pasado nada, y hasta entonces podemos disfrutar de la compañía del otro.”

Jaejoong estaba consciente de que cuando su relación con Yunho terminara también tendría que hacerlo con Chansook y Chinhae, ellos difícilmente querrían mantener una Amistad con algún ex-novio de su padre!

Chansook le dio una mirada extrañada una vez que ordenaron su comida “No te ves exactamente triste.”

Jaejoong sonrió de medio lado “¿Sería bueno si gritara y llorara?”

“Bueno… no,” Chansook admitió alegremente “Pero puede hacerte sentir mejor.”

“Créeme, no lo hará,” Jaejoong balbuceó.

“Siempre estas tan bien y controlado” La chica le dijo “¿No te importa papá para nada?”

Su corazón se sintió pesado o la ironía del comentario “No creo que realmente quieras que te responda es…”

“Pero yo si,” Chansook insistió con confianza. “Appa me dijo que no debería ni siquiera pensar en ir a la cama con alguien a menos de que no este absolutamente segura de que lo ame, pero es appa quien no esta enamorado de las personas con quienes se acuesta.”

Jaejoong tomó los camarones que escogió como su almuerzo “No parece justo ¿verdad?” sus mejillas se pusieron pálidas.

“Me dijo que hay un cierto tipo de persona con el que nunca contemplaría en casarse,” Chansook agregó con un tomo malévolo usual en ella.

Jaejoong tragó duro, reconociendo la acusación. Excepto que el sabía que Yunho no se refería a él. Yunho había sido el primer y único amante suyo.

“El tenía razón,” le dijo a Chansook.

Solo seis años los separaban en edad, incluso Jaejoong a sus dieciocho años también pensaba que era maduro, influenciado por lo que el creía que era lo mejor para el. Dios, como desearía poder compartir su vida con alguien más. Preferiblemente Yunho.

Pero eso estaba fuera de pregunta. Sus padres entonces. No dudaba ni por un momento que ellos estuvieran felices por la noticia, sin importar si tenía un esposo o no, ellos ya habían aceptado su sexualidad; ya que Jaejoong era su único hijo se habían resignado a no tener nietos. Tal vez en lugar de llamarles por teléfono debería ir a decírselos personalmente; la expresión en sus rostros debería valer la pena el viaje.

“Lo siento, Jaejoong. Tu no eres a lo que appa se refería” Tomó su tenedor para comer su salmón. “Estoy decepcionada, eso es todo” sonrió “Creí que serías un gran padrastro!”

Yunho había perdido a su esposa, y Chansook y Chinhae a su mare, hace diez años, pero a Yunho le dio la impresión de que el matrimonio al que había entrado cuando tenía solo dieciocho años había terminado por completo años antes. Por eso ambos padres eran devotos a sus hijos mientras su matrimonio no era exactamente el mejor.

Chinhae y Chansook obviamente tenían memorias muy cálidas de su madre, y a Jaejoong le hacía feliz saber que el menos Chansook, no tenía objeción de que tomara ese lugar en la vida de su padre.

“Gracias,” aceptó gustoso. “Ahora, como amigo, te apresurarías a comer?; Debo volver al trabajo.” Sonrió.

¿Quién iba a pensar que caminar en ese restaurante iba a ser muy similar a aquella vez hace seis meses?

Se había visto con Kim Heechul, para discutir el uso de seis modelos para promocionar una nueva línea que estaba presentando en su cadena de tiendas de Europa, América y Asia para el invierno.

El y Choi Siwon habían trabajado antes, y cuando el cínico Siwon describió al hombre como ‘encantador’ era como otro diciendo que era letalmente atractivo.

Kim Heechul – o Chul, como había insistido que Jaejoong lo llamara mientras se presentaban el uno al otro- era un hombre rubio con un encanto que desde el fondo de sus ojos oscuros garantizaba seducir incluso a las personas mas difíciles. Jaejoong estaba encantando casi desde el principio, casi olvidando que estaba allí para una conversación de negocios.

“Debemos decidir que modelos te gustaría utilizar.” Jaejoong finalmente rió protestando.

“Bien, Que te parecería utilizar a una belleza con ojos y cabello negro?” Miró a Jaejoong fijamente.

Rio “Ya no trabajo como modelo”

“¿No puedes hacer una excepción?”

Sus ojos brillaron. “Me temo que no.”

“Entonces que te parece si nosotros..” Respondió a Jaejoong

“¿Te gustaría presentarnos, Chul?” interrumpió una voz masculina.

Heechul mostró su irritación al otro hombre “Ahora no Yunho” protestó.

“Exactamente ahora” el otro hombre señaló.

“Jaejoong, Jung Yunho. Yunho, Kim Jaejoong,” Heechul hizo las presentaciones con una voz disgustada. “Un amigo mío,” le dijo al otro hombre señalándolo.

“Encantado de conocerte, Jaejoong.” El hombre quien hasta ese momento solo pudo verle su traje azul y de voz rasposa, se sentó en una silla junto a Jaejoong.

Por alguna razón el solo sonido de su voz mientras interrumpía la conversación hizo que Jaejoong volteara a verlo, era como la luna eclipsando al sol. Heechul era el sol, abierto y sencillo y Jung Yunho era la luna, oscura con oscuros secretos que no dejaba entrar a nadie.

Jaejoong se dijo a su mismo que estaba siendo muy imaginativo, y aún así, esos ojos parecían perforar en su alma y todo lo que podía ver era a Kim Jaejoong.

Yunho no podía ser llamado apuesto, sus facciones eran mas que eso, y tenía algo mas efectivo, una cualidad que lo ensombrecía.

Parecía ser de la misma edad que Heechul, aunque los años habían dejado su marca en la cínica risa que se formaba en sus labios, la dureza en sus ojos, y las alas negras de cabello sobre su frente.

Y desde el momento en que Jaejoong lo vio, Kim Heechul pasó a ser nada mas que un cliente mas para el.

“Sr Jung,” Jaejoong lo saludó gentilmente.

“Por favor llámame Yunho,” invitó triunfante. “Tengo todas las intenciones de llamarte Jaejoong.”

¡Le gustara o no! Por supuesto que Jaejoong se dio cuenta de con quien estaba ahora; cualquiera que estuviera en el mundo de los negocios y no haya escuchado hablar de Jung Yunho era un completo tonto. Y esperaba que el no fuera eso. Este hombre era Midas, cualquier cosa que tocaba, desde propiedades hasta industrias, se volvían oro.

“Yunho, ¿por qué no te pierdes?” Heechul invitó irritablemente “Jaejoong y yo tenemos negocios que discutir, tonto” amenizó mientras el otro hombre veía hacia la dirección de Jaejoong “Jaejoong es el dueño de la Agencia Kim”

El castaño aclaró “He escuchado de eso” Volteó hacia Jaejoong “Me disculpo por el supuesto que hice.”

Siendo un modelo, Jaejoong había recibido varios insultos o errores sobre la profesión que tenía, pero nunca una persona lo había descubierto sin saber nada sobre el.

Jaejoong volteó hacia Heechul con los ojos helados “Realmente tengo que irme” Dijo “Si me llamas podemos reunirnos nuevamente a discutir esto en otro momento” Probablemente estaba caminando lejos del contrato mas importante que pudo haber hecho mejorar a su agencia si Kim Heechul estaba complacido con su trabajo, pero no iba a quedarse y ser insultado por un hombre que actuaba como si fuera dueño de medio Corea- ¡y que probablemente lo era!

“¡Mira lo que has hecho!” Heechul volteó con ojos acusantes al otro hombre “¿Por qué no te vas de aquí?”

Era bien sabido que tan profunda era la amistad entre los dos. Pero en ese momento estaba muy molesto por la cercanía de esos dos, así que se levantó para irse.

“Por favor quédate, Jaejoong,” Jung Yunho dijo mientras el se levantaba, con formalidad, estaba seguro “Y por favor acepta mis disculpas por interrumpirlos. ¿Juego de golf mañana Chul?”

“Ok,” Heechul bufó sin entusiasmo. “Pero tu comienzas sin desventaja.”

“¿No lo hago siempre?,” el otro hombre se burló. “Jaejoong,” se despidió asintiendo antes de cruzar el restaurante para reunirse con otros dos hombres que al parecer lo habían estado esperando.

“El siempre gana también,” murmuró Heechul. “Siéntate Jaejoong, por favor,” persuadió.

Lo hizo lentamente, volteando su silla para no tener que mirar a Jung Yunho.

“Nos volvimos amigos en nuestra primera semana de escuela, después me invitó a jugar golf y lo golpee con mi palo de golf en los vestidores” Dijo Heechul “Le rompí la nariz”

Jaejoong había notado un ligero borde en la nariz del otro, riendo delicadamente. “Extraña forma de formar una amistad tan fuerte.” Jaejoong se burló.

Heechul sonrió, sus ojo brillando de la risa “No fue la pelea lo que formó la amistad” Le aseguró a Jaejoong “Fue el hecho de que Yunho le dijo a todos que se cayó y se golpeó la nariz. Si no lo hubiera hecho me habrían corrido en mi primera semana de escuela”

Los chicos habían formado una amistad duradera a través del resentimiento y el dolor. Uno solo tenía que escarbar muy profundo para notarlo.

Jaejoong notó exactamente cuando Jung Yunho se levantó acercándose a su mesa antes de irse.

Los ojos oscuros invadieron su alma una vez más. “Nos veremos luego, Kim Jaejoong,” murmuró mientras levantaba su mano hacia su boca depositando un suave beso en ella con sus labios húmedos.

“Dame una oportunidad, Yunho!” Heechul se quejó. Su amigo le respondió “La opción será solo de Jaejoong” Dijo suavemente, viendo los ojos de Jaejoong una vez mas con intensidad antes de irse.

“No es un concurso,” gruñó Heechul resignadamente. “Siempre lo es.”

“Puedo asegurarte, el Sr Jung no tiene interés por mi,” Jaejoong se despidió propiamente.

Cuando regresó a su oficina una caja con una sola rosa descansaba en su escritorio. No había tarjeta en ella, pero supuso que no era de Heechul; el era el tipo de hombre que firmaría con su nombre acompañando la tarjeta si encontraba a alguien atractivo para enviarle flores.

Media hora después dos rosas más llegaron, media hora mas tarde otras tres, luego otras tres, cuando fueron las 4:30 tenía media docena de rosas.

Su secretaria, Eun Hye, no tenía idea de quien las había enviado. Cuando el hombre mismo llegó a las cinco en punto no había ninguna duda de quien era el que las envió. Cuando Yunho cortésmente invitó a Jaejoong a cenar, el otro aceptó gustoso, su antagonismo de antes estaba olvidado; nunca había conocido a un hombre como ese.

Aun no había conocido a nadie como el, y cuando estuviera fuera de su vida, sabía que no conocería a nadie como el.

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