Kiss The Rain cap 9

Entrabamos al departamento con una tremenda dificultad, no podía creer lo que había pasado, todo aquel alboroto por un inocente mal entendido, no sabía cómo me las había arreglado para traerte conmigo, solo recuerdo que los otros tres se acercaron corriendo preguntado si estabas bien, les dije que era urgente alejarte cuanto antes, y ellos solo asintieron con el miedo en sus miradas.

Como pude te aparté de la vista de los demás, subí al auto contigo y salimos, se podría decir, bien librados de toda aquella conmoción.

Mi móvil no dejaba de sonar una y otra vez, lo mismo que el tuyo, pero no tenía interés en contestar ninguna llamada, ningún mensaje, ni siquiera del manager, sabía que si le explicaba con calma exactamente lo que paso, lo entendería, confiaba mucho en mí.

Llevé tu cuerpo casi sin voluntad a la recamara, tu mirada perdida en la nada, te había tratado de hacer reaccionar en todo el camino, pero, mi fracaso se reflejaba en tu estado. Te ayudé a sentarte, colocando almohadas en tu espalda, seguías sin decir nada, tu mirada se veía tan apagada que por un momento, comencé a perder la calma.

-Jae…Kim Jaejoong… -pronuncié tu nombre casi en un susurro suplicante, la voz casi se me quebraba, coloqué mis manos en tus hombros y te atraje a mí, te abracé, de verdad te abracé poniendo mi corazón en ello, de alguna manera esto era mi culpa.

-Jae, por favor, encontraremos la manera de arreglar esto, ya ha pasado antes, y salimos airados de esto…- sentía que no me escuchabas, sentía que donde estabas mi voz no te alcanzaba, no podía creer que todo esto estuviera pasando así, no quería creerlo, te tenía en mis brazos, tan, vacio, tan sin vida, lo que tenía en mis manos era una marioneta de lo que antes era Jae.

Yo decía palabras de aliento para tratar de hacerte reaccionar, seguía abrazándote, tus manos seguían a los costados de tu cuerpo, pesadas, sin intenciones de moverse.

Entonces me armé de valor, no sabía si esto funcionaria, pero, por lo menos me liberaría, te recargue nuevamente en los cojines, mis brazos se deslizaron por los tuyos, y te sonreí, reteniendo mis lágrimas -¿recuerdas que me preguntaste lo que sentía por ti?...- no obtuve respuesta, ni una mirada, ni una muestra de vida, aún así continúe – Jae, yo…te quiero…así que no pienses que lo que hiciste estuvo mal…- hice una breve pausa –

-…no solo te quiero…de verdad…te amo…yo no puedo verte más como un amigo…Jae …- seguí sin obtener respuesta por parte tuya, seguías perdido en la nada, entonces dejé caer mi cabeza hacia delante, mis lágrimas comenzaron a caer sobre tu pantalón, sentí un apretón en mi hombro izquierdo, una de tus manos me había tocado, de inmediato me enderecé para buscar tu mirada, cualquier señal que me dijera que me habías escuchado, tu parpadeaste, me mirabas fijamente y yo suspiré aliviado, te atraje nuevamente a mí, te abracé con fuerza, seguías en silencio.

Pronto dos de tus manos, temblorosas subieron por mi pecho, me apartaste de ti lentamente.

-estoy bien – apenas murmuraste –quiero descansar…es todo – sabía que querías que me alejara de ti, pero, quería preguntarte si me habías escuchado, todo aquello que dije, aún así preferí complacerte, me levanté de la cama y me dirigí a la puerta para salir.

-Yunho ah!...no tienes que mentir…aún así te lo agradezco – tu voz sonó tan llena de tristeza que sentí como si fueran frías agujas en mi pecho, ¿de qué rayos hablabas? Te había dicho la verdad

-Jae – te miré fríamente –hablé en serio – y di pasos para regresar a tu cama

-¡no vengas! – me ordenaste, tus manos subieron a tu cara, cubriendo tu rostro, escuché sollozos, ignoré tu orden y me apresuré a colocarme al lado de tu cama, me senté justo frente a ti.

Tomé tus manos, y con sutileza las retiré de tu rostro, te opusiste un poco, y cuando las retire, desviaste la mirada, quería saber, ¿qué pasaba por tu cabeza?, esto se había salido un poco de control, mis sentimientos te habían hecho daño.

¿Te hice daño Jae?, quiero saber.

Pensé en tomar tu barbilla para buscar tu mirada, pero, lejos de eso, acorté la distancia entre los dos, y mis labios rozaron los tuyos, solo un roce, pero de inmediato cortaste con eso, separándote de mí.

-no lo hagas Yunho…no puedes – noté un pequeño rubor en tus mejillas, sentí que al igual que yo, tenías calor.

Nuevamente me acerqué a ti, antes de recibir cualquier protesta, acalle tu voz con un beso más profundo, no podía creer lo que pasaba, ni de donde saqué el valor para hacerlo, pero lo que me sorprendió más, fue cuando tus labios fríos se movieron con los míos, tu lengua se aventuró a explorar mi boca, sentí que el calor aumentó más, y de inmediato mi lengua se encontró con la tuya, sin darme cuenta y perdiendo un poco el control de lo que pasaba a mi alrededor, te recosté en la cama, yo sobre ti.

Mis manos desesperadas revolvían tu cabello, tus manos recorrían con algo de presión mi espalda, casi arañándome, entonces eso pasó.

Una pequeña presión en la parte de mi entrepierna aumentó, era increíble lo rápido que me excitaba estar contigo, necesitaba más contacto, era urgente, pero, el temor por incomodarte seguía allí, después de todo, lo que había pasado en el programa había sido una confusión ¿verdad?

De inmediato deseché esa idea, seguí probando tu boca, buscando por algo más fuerte, me alejé un poco, retomé el aire que se me había ido, tu cerrabas los ojos con fuerza, veía tu pecho respirando agitadamente y me pregunte.

¿Te estás entregando a mí?

Me acerqué nuevamente y rocé tus labios suavemente, tú te acercaste un poco más, encorvando la espalda como suplicándome porque te besara más intensamente, me separé para ver cómo te retorcías porque continuara, estabas tan excitado como yo, ¿o solo era mi imaginación?, no me interesaba averiguarlo, estaba pasando y es todo.

Mordí despacio la parte inferior de tu labio, y escuché salir un pequeño gemido, me sorprendió, jamás te había escuchado así, y era verdad que jamás, quería escuchar más, pero, sentí que te asustaste un poco, creo que tú tampoco te habías escuchado así, te moviste y abriste los ojos con brusquedad.

-vete – e intentaste apartarme con un empujón, sabía que esa no era tu fuerza y que si de verdad te lo hubieras propuesto me habrías alejado lo suficiente, era como un ligero “no te vayas” aunque me dijeras lo contrario.

Ignoré tu petición, tomé tus muñecas y te obligué a recostarte, esta vez mantenías los ojos abiertos.

-¿Y luego que sigue? – me preguntaste con molestia, eso me sorprendió mucho -¿a qué te refieres? – le pregunté con serenidad en mi tono de voz –no te hagas el tonto, sabes que esto no está bien…además…- dudaste un poco en seguir, pero finalmente lo dijiste - hueles a ella…- había tintes de tristeza infinita en tu voz, de verdad me dolía verte así.

Lleveé mi cara a tu cuello y lo besé, soltaste nuevamente un gemido, recorrí mis labios por todo tu cuello, sintiendo toda tu piel, tan delicada, tan blanca.

-no evites lo que acabo de decirte Yunho…contestame…- apenas lograste pronunciar, sabía que así como yo, no querías que te dejara a medias, yo sonreí de medio lado – calla ya Jae… - y te besé, te besé con intensidad, lamiendo tus labios, mordiéndolos y jugando con tu lengua, de vez en vez soltabas gemidos ahogados contra mi boca, tu cuerpo se retorcía bajo el mío, liberando una ola de calor más intensa.

-Yunho…aah no…no sigas…no quiero ser solo una noche – luchabas por decir, escuchaba esa palabras tan llenas de placer que por un momento pareció broma, te miré fijamente, ojala leyeras mi mente, ojala supieras que deseo tanto esto como tú.

-Quiero seguir- pronuncié entre jadeos, con una voz tan ahogada que por un momento pensé que me había quedado afónico.

Te sentí temblar, sabía que estabas muy asustado, por lo que decías y por lo que pudiera pasar después, me acerqué y susurré a tu oído.

-no me alejare de ti…no serás una noche más, te lo juro…pero déjame llegar hasta el final…- mis palabras casi sonaban a ruego

Es verdad, me había acostado con muchas mujeres, pero con ellas no dejaba de ser solo sexo, y esto era tan nuevo para mí, como para ti, tan diferente y ahora que estaba pasando no podía creerlo, había soñado con esto tantas veces, que por un momento yo pensé que despertaría.

Dejaste de luchar, bajabas la guardia, ¿esto era una invitación a seguir?, si.

Mis manos entraron con rapidez por debajo de tu camisa negra, tocando tu trabajado abdomen, tu pecho, desviaste la mirada, como si te diera vergüenza, me dio gracia.

Efectivamente Jae no eres una mujer, tu cuerpo tan torneado, tus manos grandes, tus gemidos, aunque sutiles, eran los de un hombre, y por un momento me asusté, ¿realmente podría seguir con esto? Es decir, esto era como hacerlo conmigo mismo, dude un poco, retrocedí, y mis Besos se hicieron más lentos.

-no tienes que seguir si no quieres…- obviamente habías notado que había algo raro en mis acciones, te deseaba pero, no sabía ¿cómo hacerlo con otro hombre?... ¿si era solo capricho mío? ¿Si no me gustaba? ¿Si confundía nuestra amistado con amor?, de inmediato deslicé mis manos a los costados, me separé de ti, tus ojos me miraban con una tremenda sorpresa que me dio vergüenza conmigo mismo.

Te enderezaste, casi hasta sentarte, tomaste los bordes de tu camisa y comenzaste a acomodarla en su lugar –vete Yunho –

-pero…- no podía echarme para atrás, tanto tiempo callándome para que tontas dudas rondaran por mi cabeza justo ahora, solo de esta forma me daría cuenta de la verdad, pero, ¿Qué pasaría contigo entonces? Si no me gustaba, tú sufrirías el daño.

-¡Vete Yunho!- tuve que pensar rápido, y te tome de ambas muñecas, llevándote de nuevo a la cama, te besé frenéticamente, tanto que pensé que te hacía daño, presione con fuerza tus manos, y bajé hasta toparme con tu cuello, donde mordí con un poco de intensidad, eso sin duda te dejaría marca, tu soltaste un pequeño grito, zafaste una de tus manos y la colocaste en mi cabeza, donde revolviste mi cabello, tomaste mi barbilla y me acercaste a tu rostro, desviaste mi cara y susurraste a mi oído

-más despacio – eso causó un tremendo impacto en mi cuerpo, más que palabras eran suspiros y jadeos, suplicándome tortúrate más lento.

Quería tenerte todo para mi, verte suspirar por mí, gemir por más, quería verte de esa forma, ante el deleite de mis pupilas…

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