Aún recuerdo los nervios que me invadieron. Tenía miedo de verte, pero tenía más miedo de no verte. Y cuando por fin lo hice, sentí que el estómago se me hacía un nudo. Mi mente quedó casi en blanco. Un solo pensamiento cruzaba por ella…
«No. Puede. Ser».
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Muchas veces Hyukjae le había preguntado por qué no le gustaba acompañarlo cuando iba a ver a Changmin a su salón de clases; la respuesta que obtenía era siempre la misma: “Me da miedo el amigo de tu novio. Parece delincuente, ¿no crees? Simplemente no puedo enfrentarlo, Hyuk”.
Junsu sentía un incómodo hormigueo en todo el cuerpo mientras veía al chico parado frente a él. El mismo aire arrogante, la misma altura, el mismo uniforme descolocado, el mismo cabello en puntas y con reflejos plateados. Llevaba las manos en la espalda, ocultando algo, y una sonrisa, que Junsu reconocería como linda en otras circunstancias, le adornaba el rostro.
Frunciendo un poco el seño y temblando levemente, Junsu se dio la vuelta y comenzó a caminar. Todo lo que quería era alejarse de ese lugar lo más rápido posible, porque… ese vándalo y el chico amable que hablaba con él no podían ser la misma persona, ¿verdad? Seguramente su amigo no había podido ir por alguna razón y ese chico sólo ocurría que había ido al mismo lugar a la misma hora. No había posibilidad de que fuera el mismo.
«No… Por favor, no…Él no, él no, él no, él no, él no…»
—¡Junsu! —gritó una voz grave detrás de él.
Junsu se detuvo de golpe; podría reconocer ésa voz en cualquier lugar. Había pasado meses y meses escuchándola. Lentamente, como con temor, comenzó a girar hasta encarar de nuevo al otro chico, quién comenzó a avanzar hacia él. Cuando estuvo más cerca, Junsu no pudo evitar retroceder un paso con un poco de miedo.
El chico se agachó un poco para quedar a la altura de Junsu y llevó una de sus manos hasta tocar su mejilla, mientras la otra permanecía en su espalda.
—¿Por qué te arreglaste tanto, eh? Tú no eres así —le dijo con ternura.
Junsu no dijo nada más, temblando un poco por la mano que acariciaba su mejilla. El otro al no obtener respuesta bajó la mano, enderezando la espalda para volver a su altura normal.
— Feliz Cumpleaños —agregó, revelando por fin lo que ocultaba detrás de su espalda. Era un pequeño ramo de unas flores preciosas. Parecían pequeñas nubecitas, y se notaba que las había cortado de algún lugar, porque aún conservaban las raíces—. Mi nombre es Yunho… Jung Yunho.
Junsu comenzó a negar levemente con la cabeza, sin molestarse en tomar las flores, mientras una risa incrédula se le escapaba de los labios. Algo dentro de él se negaba a aceptar que ese chico frente a él era el mismo de las llamadas; aquél que lo había hecho enamorarse hasta la médula sin siquiera haberlo visto una vez.
—No es verdad —dijo, más para él que para el otro—. No puede ser.
Yunho bajó la mano que sostenía las flores y sacó su celular, luego se puso a revisarlo buscando algo. Cuando por fin lo encontró, puso la pantalla frente a Junsu, quien abrió los ojos enormemente de la sorpresa. Era una fotografía de aquél rastro de humo que había servido como “recuerdo de su mañana juntos”.
—¿Ahora sí me crees? —le preguntó.
Pero aún así Junsu se negaba a aceptar la realidad. Comenzó a negar violentamente con la cabeza, sin atreverse a ver a los ojos al más alto. Yunho sólo lo miraba con una expresión tranquila; era consciente del shock que debió haberle causado al menor.
—No —dijo Junsu por fin—. Tú no eres la persona del teléfono.
Yunho bajó la mano, y una tristeza fugaz brilló en su mirada un momento. Sin embargo, siguió viendo fijamente al más bajo, dándole tiempo de asimilar la situación.
—Pobrecitas —dijo Junsu. Yunho le miró confundido al no entender a lo que el otro se refería—. Las flores. Pobrecitas.
Sin decir nada más, Junsu dio media vuelta y comenzó a correr alejándose del lugar a todo lo que le daban las piernas. Yunho sólo lo miró alejarse sin decir nada. Al final sólo suspiró y bajó la vista.
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Mi corazón latía desesperadamente a un ritmo irregular. Estaba seguro que en cualquier momento me desmayaría. No me daba cuenta que ésa era su manera de decirme que no estaba de acuerdo con lo que hacía; que te amaba a pesar de todo, y que no estaba dispuesto a perderte. Pero estaba ciego por la confusión y el miedo.
Junsu corrió hasta llegar a su salón de clases y se dejó caer pesadamente en su pupitre. Soltando el aire que no se había dado cuenta que estaba reteniendo, apoyó la frente en la mesa y cubrió su rostro con los brazos, hasta que una mano en su hombro lo hizo sobresaltarse. Levantó la cabeza y vio a Hyukjae sentándose a su lado con una expresión curiosa e intrigada.
—¿Y bien? —preguntó, acercándose más a él—. ¿Quién era?
—El chico que da miedo —dijo sin mirar a su amigo a los ojos—. El amigo de Changmin.
—¡¿Yunho?! —dijo Hyuk casi gritando, haciendo que Junsu lo callara de un golpe en el brazo.
—Sí. Jung Yunho —y el nombre se deslizó por sus labios con una facilidad sorprendente.
—No es por que quiera molestarte, Junsu —le dijo Hyuk lentamente—; pero hasta donde yo sé, Yunho está saliendo con alguien de otro colegio.
Junsu sintió una opresión en el pecho, pero prefirió ignorarla; al fin y al cabo Jung Yunho no le interesaba para nada… ¿o sí?
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Después de clases, Junsu tomó el camino que siempre tomaba para ir a casa, ése que cruzaba el parque. Iba solo, como acostumbraba hacerlo desde que Hyukjae salía con Changmin. Tenía una mirada calmada, pero su mente no dejaba de trabajar incesantemente. Todo el asunto con Yunho lo tenía de verdad desconcertado; no sabía que pensar.
Aunque, si por un momento era sincero consigo mismo, se hubiera dado cuenta de que su corazón ya tenía una respuesta a sus dudas, sólo que a veces era tan terco que se negaba a escuchar. Cansado de darle mil vueltas al asunto, suspiró profundamente y levantó la vista, sólo para encontrarse con una escena del todo inesperada.
Al lado del camino que cruzaba el parque, frente a uno de los pequeños jardincitos, estaba Yunho. Parecía bastante entretenido en algo, por lo que no se dio cuenta de que el otro lo observaba. Junsu comenzó a acercarse a él, sin detenerse a pensar en lo que hacía; simplemente sintió la necesidad de hacerlo. Lo que vio, hizo que su corazón se derritiera un poco.
Yunho estaba plantando de nuevo las flores que le había querido dar de regalo a Junsu, seguramente tratando de enmendar el “error” que había cometido. Junsu se sintió conmovido ante tal acción, y el esbozo de una sonrisa adornó su rostro. En ese momento Yunho levantó la vista y su mirada se encontró con la de Junsu, quien había dejado de sonreír de pronto.
Un pequeño y casi imperceptible sonrojo se esparció por las mejillas de Yunho, y una débil sonrisa se dibujó en sus labios.
—Junsu —susurró, desviando la vista de nuevo a su tarea—. No te preocupes, les puse un montón de fertilizante.
—Escuché que salías con alguien —dijo antes de que pudiera detenerse. Yunho sonrió de lado mirando a Junsu a los ojos.
—Ya no. Terminé con él desde antes de citarte en la piscina.
Junsu ya no dijo nada más y sólo miró a Yunho mientras éste buscaba la manguera más cercana y comenzaba a regar las flores. Junsu lo miraba como en trance, pues acababa de ver a ese chico dulce con el que hablaba por teléfono; ese chico que lo hizo enamorarse… Yunho.
Yunho volteó a ver a Junsu con una sonrisa resplandeciente. Fue entonces que Junsu notó ese hermoso lunar junto a sus labios, que lo hizo enrojecerse levemente.
—Mira esto —le dijo Yunho mientras elevaba un poco más el chorro de agua contra la luz del sol.
Junsu podía explicar científicamente el efecto. La refracción de la luz no le era desconocida, no por nada era uno de los mejores estudiantes, pero nada le impidió sorprenderse gratamente al ver el pequeño arco iris reflejado en el agua que caía.
—Es tu regalo de cumpleaños —le dijo Yunho.
Junsu sintió su corazón acelerarse de una manera que ya le era conocida, una que sólo Yunho y su calidez podían provocar. El sonrojo en sus mejillas se hizo más evidente, y se mordió el labio inferior tratando de reprimir una sonrisa estúpida.
—Junsu, sonríe —dijo Yunho—. Eso te queda más.
Siempre me pregunté cuándo fue que comenzaste desarrollar esa habilidad de ganarte mi corazón en tres segundos. Todo lo que sabía era que mi corazón ya te pertenecía; que mi felicidad estaba en tus manos, y que mi vida era toda para ti.
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Los días que siguieron fueron para Junsu de los más felices que recordaba. Yunho de verdad era un hombre muy tierno, a pesar de su imagen un poco ruda. Sus conversaciones eran prácticamente iguales que antes, sin el inconveniente del teléfono y con la ganancia de poder mirar a los ojos del otro.
Ahora Junsu acompañaba a Hyukjae cuando iba a ver a Changmin, y Yunho lo acompañaba a su casa después de la escuela. Durante todo el camino lo tomaba de la mano, haciendo que los latidos del corazón de Junsu no se calmaran jamás.
Un día, Changmin y Hyukjae se fueron inmediatamente después de clases, diciendo que tenían tarea urgente que hacer. Junsu sólo rodó los ojos, preguntándose si esos dos se daban cuenta de que, uno, ni siquiera iban en la misma clase, y dos, que no podían tener tarea alguna porque estaban en exámenes, y los maestros nunca dejaban tarea en época de exámenes. Yunho se rió, negando con la cabeza, viéndolos alejarse.
—Vamos —dijo Yunho tomándolo de la mano—. Podemos comprar algo de comer e ir a mi casa.
Junsu sonrió y se dejó llevar por Yunho, aunque la idea de estar en casa del más alto lo ponía un poco nervioso. Yunho estaba siendo muy tierno y paciente con Junsu, no haciendo nada más que tomarlo de la mano y el ocasional beso en la mejilla, por lo que Junsu estaba igual agradecido y un poco frustrado.
Cuando llegaron a casa de Yunho, otra persona salía. Era un chico que se veía un poco mayor que Yunho. Junsu no pudo evitar pensar que era el hombre más lindo que haya visto alguna vez. Tenía el cabello negro, unos ojos grandes, una mirada profunda, y unos labios gruesos. Yunho no lo había visto, por lo que se sorprendió cuando casi choca con él.
—¡Hyung! —dijo parando en seco, luego tomó la mano de Junsu y lo acercó a él—. Junsu, él es mi hermano mayor, Jaejoong. Hyung, él es Junsu.
—Mucho gusto —dijo Junsu haciendo una leve reverencia. El otro chico lo miró de arriba abajo, para luego responder su saludo de manera un poco seria. Después, subió en una motocicleta y salió de ahí. Junsu bajó la vista.
—No te preocupes por él —le dijo Yunho, levantando su rostro para mirarlo a los ojos—. Siempre es así al principio, pero realmente es una persona muy dulce.
Junsu sonrió y asintió, siguiendo a Yunho cuando éste lo guió dentro de la casa hasta su habitación. Dejaron lo que habían comprado y Yunho le dijo que lo esperara mientras iba a buscar algo para tomar. Junsu recorrió el lugar con la vista, encontrándolo bastante ordenado, algo que debería sorprenderle dado la apariencia de Yunho, pero Junsu sabía a esas alturas que Yunho era lo contrario de la que parecía.
Poco después Yunho volvió con dos latas de refresco, todo lo que había podido encontrar, dijo. Se sentaron en el suelo, apoyando la espalda en la cama. Mientras comían, Yunho quiso tomar una fotografía de ellos, así que se acercó a Junsu y le rodeó los hombros con un brazo, mientras que con su mano libre tomaba la foto con su celular.
Cuando la revisaron, vieron que era una foto más de la ventana que de ellos, ya que sólo les tomaba de los ojos hacia arriba. Junsu comenzó a reírse de Yunho, mientras éste enrojecía y le decía que se callara. Como Junsu no lo hacía, Yunho se lanzó sobre él martirizándolo con cosquillas, el punto débil de Junsu, quien se retorcía en el suelo tratando de librarse.
De pronto Yunho detuvo sus movimientos y miró a Junsu fijamente. Junsu dejó de reír de inmediato cuando notó la intensidad de la mirada de Yunho. Lentamente, el mayor comenzó a descender hasta posar sus labios en los del más bajo. Junsu abrió los ojos enormemente, pero cuando Yunho tomó su labio inferior entre los de él, dejó de pensar y comenzó a corresponder ese beso cada vez más profundo y apasionado.
Yunho fue el primero en alejarse, pero sólo lo suficiente para poder respirar, y sus labios aún tocaban los de Junsu. Ambos respiraban aceleradamente, y sus pupilas estaban dilatadas.
—¿Es tu primera vez? —preguntó Yunho levantando a Junsu del suelo y dejándolo sobre la cama. El menor lo pensó un poco antes de negar levemente con la cabeza.
—Seré gentil, lo prometo —agregó, y poco a poco fue recostando a Junsu, hasta quedar sobre él y volverse a apoderar salvajemente de esos adictivos labios que tenía el más joven.
Continuará
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Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarTe adoro, te idolatro!!!!
Resultó ser un HoSuuuuuuuuuuuuuu!!!!!
Yeahhhhh!!!! *rueda y tira confeti*
Siguelo, siguelo XDDDD
ay que lindo junsu es virgen
ResponderEliminarwoaahhhhhhhhhhhhhhh hosuuuu oh has jaechun seria genial al principio pensaba que era yoosu pero me gusta el hosuuuuu mpreg yeah "w" jejej continualaaaaaaaaaa
ResponderEliminarbuenazo no me lo imagine
ResponderEliminartermino siendo un hosu
ya quiero ver como acaba ....
aaaaaaa me encantooo koizora !!!
ResponderEliminarQuiero maaas :D
ñañaña adoro esa pelii esta genial y mas con junsu y eso de personajes ^^ me encanto
ResponderEliminarQue lindo realmente me gusto, ojala pronto continues ya q estoy intrigada por lo q sucedera^_^
ResponderEliminarwuaaa ya vi la peli pero aun asi quiero leerlo *-*
ResponderEliminarash yo queria minsu era o.ó/ el hosu como k no cuadra ToT
ResponderEliminarYa sé como terminará pero... igual quiero que lo escribas XDDD HoSuuuuuuu XDDD
ResponderEliminarhaaaaa hosu
ResponderEliminarq lindo, aunq me usta mas el minsu
tambien me usta el hosu, esta muy bno tu
fic, conti conti porfa
quiero contiiiiiiiiiii porfavor esta paralizado mucho tiempo!!!!!
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