Déjate amar cap 8

Min se había levantado de muy buen humor ese día, en la casa no había nadie ya que el fin de semana les daban libre a los criados, así que le estaba preparando el desayuno a su Chunnie.

-Dios Min, ¡qué bobo!, pareces niña enamorada. -Lanzó un suspiro y siguió cocinando para su novio y otra vez esos sonrojos tontos. Preparó una bandeja y se la llevó al cuarto de Chunnie-. Amor levántate, te traje tu desayuno -Yoochun despertó y sólo pudo sonreír, su precioso Min estaba en pijama y con las mejillas sonrojadas, era lo más bello que había visto en su vida.
-Buenos días -lo besó tiernamente y miró la bandeja, sonrió-, se ve muy rico...
-Lo hice yo...
-¿De verdad, para mí...?
-Sí, espero que te guste -el joven sintió una inmensa dicha y comenzó a desayunar. Entre besos y palabras de amor iban desayunando.

-Todo estaba delicioso, pero tú eras lo más rico -Min sonrió tontamente, se encontraba entre sus brazos y no deseaba abandonarlos.
-Yoochun, te amo -Yoochun cerró los ojos y sonrió.
-Mi amor, si me amas la mitad que yo... soy el hombre más dichoso del mundo. -Comenzó a besarlo. Se puso entre sus piernas y comenzaron a besarse más apasionadamente. Yoochun no podía saciarse y siguió besando su cuello, lamiendo y mordiendo; sentía como Min gemía y susurraba su nombre, entonces paró y lo miró...- Te deseo Min... -ambos se miraron y entonces Min lo besó...
-Hazme tuyo Yoochun... hazme el amor.

Yoochun comenzó a acariciar su pecho, fue abriendo la camisa del pijama y se la quitó, comenzó a lamer su pecho.
-¡Dios, qué hermoso eres y qué sensible! -a estas alturas Min no paraba de gemir, su novio lamía sus pezones y los mordía haciendo que gritara...
-Amor... no pares... -Yoochun sonreía y siguió hacia su ombligo haciendo que Min no pudiera ni hablar, entonces llegó a su pantalón y lo fue bajando dejando al descubierto unos bóxers blancos, donde se notaba el abultado miembro de Min, sin quitárselos comenzó a lamer-. Yoochun no... ¡¡Sí!!... Hazlo por favor...
-¿Qué quieres?, tienes que decírmelo.
-No, es vergonzoso... no...
-Si no lo dices amor, no lo haré. -Min, entre enfadado y ansioso, agarró su cara...
-Quiero que me lamas ahí. -Yoochun sonreía, sin más bajo el bóxer y se lo introdujo, haciendo que Min alzara sus caderas e introdujera más su miembro en la boca de su novio...- ¡Por Dios!, yo... sigue, sigue... -Min no paraba de lanzar sus caderas y al final agarró la cabeza de Yoochun e incremento los movimientos...- Amor, me corro...
-No importa -susurró Yoochun. Aceleró las lamidas hasta hacer que el pequeño se corriera dejándolo sin respiración y totalmente perdido.

Yoochun se relamía y a Min eso lo volvió a endurecer.
-Sabes delicioso -lo besó de nuevo, haciendo que Min degustara su propio sabor, excitándolo-. Ahora Min, me toca a mí -se alzó para quitarse la ropa.
-Dios Yoochun, eres hermoso... -Su novio abrió las piernas y se las puso en los hombros y, para vergüenza de Min, empezó a lamer su entrada...
-No, eso es vergonzoso...
-No lo es amor, es precioso y es todo mío -siguió lamiendo, haciendo que Min gritara lleno de lujuria, Yoochun sonreía y acarició su miembro...
-No, para o yo... me correré de nuevo. -Yoochun lo miró y le puso los dedos en la boca, Min lamió con gula, sabía que iba a pasar y lo deseaba. Chunnie introdujo un dedo haciendo que Min gritara, pero pronto empezó a relajarse. Después siguieron dos y Min sentía dolor, pero los besos de su novio le hacían olvidar, cuando ya podía soportar mejor los tres dedos, Yoochun se puso entre sus piernas subiéndolas a sus hombros y empezó a penetrarlo.

Min sentía que lo partían y gritó de dolor... -Tranquilo... -susurró Yoochun mientras besaba a su niño. Pronto estuvo dentro del todo y ambos se mantuvieron quietos... Yoochun sentía tanto placer que deseaba moverse, pero espero a que su niño se moviera. Primero fue lento, pero en cuanto sintió menos presión comenzó a moverse más fuerte haciendo que Min chillara, pero de placer...

-¡¡Dios!! ¡¡No pares!!... ¡¡Yoochun más!! -mientras Yoochun gemía y ya no paraba, entraba y salía de él con mucha fuerza.
-Dios Min, eres tan estrecho... tan rico...
-Chunnie amor, ¡¡es increíble, síiii!! -ambos, entre gritos y jadeos, se corrieron. Min en su pecho y Yoochun dentro de él.

Ambos estaban sin respiración... Yoochun salió de su niño.
-Eso ha sido... increíble -respondió Yoochun, Min lo miró perversamente.
-Dime, ¿me harás esto todos los días mi amor? -Yoochun sonriendo y poniéndolo sobre él...
-A todas horas amor -se volvieron a besar.

Aquel fin de semana estuvo lleno de amor, sin apenas salir de la cama la pareja. El lunes por la mañana ambos estaban felices y radiantes, pero claro, el pequeño Min apenas podía moverse y eso hacia sonreír a su novio que hasta se sentía orgulloso.

-Eres un pervertido insaciable. -Yoochun sonreía y le besó.
-Pero tú me pedías más y yo cumplía tus deseos -vio con risa como Min se ruborizaba, pero cuando iba a besarlo aparecieron sus amigos.
-¡¡Min!! -gritaba Junsu corriendo hacia él seguido por Jae, ambos se frenaron...
-Vaya, ¿lo habéis hecho eh?, jajajaja -Min balbuceaba y Yoochun sonreía.
-Vaya, vaya... veo que lo pasasteis bien, con razón no cogíais el teléfono.
-¿A ver?, Yoochun era su primera vez, dos días tal vez fue mucho -sin más se lo llevaron con ellos.
-Debes comer algo, sé por experiencia que hoy debes estar agotado -ambos miraron a Yoochun con mala cara.
-Pobre, seguro que ese ratón pervertido te agotó -susurraba Junsu y Yoochun empezó a enfadarse...
-¡¡Eh!! Fui delicado, lo amo -se dio cuenta que lo gritó y lo peor... llegaban sus otros amigos.
-Vale, ya lo sabemos y ahora todo el colegio.
-Me da igual -tomó de la mano a su niño.
-Yoochun, te quiero...
-Y yo a ti -pero la pareja del mal los separó.
-Cuéntanos los detalles -se lo llevaron lejos de su novio. Yunho y Kibum sonreían.
-Déjalos o agobiaras a tu niño -y empezaron a correr pues Yoochun iba a golpearlos sin piedad. Pero alguien los miraba y con mucho odio apretaba sus puños.
-Él es mío maldito imbécil, sólo mío y lo alejaré de ti. Antes de que lo tengas prefiero matarlo. -Cogió su móvil...- Está todo preparado. Sí, será esta noche y no le hagáis daño, él es mío ¿os queda claro?

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