Soul Fighter Storm 2nd Season cap 11

Creen que no puedo tocarle. Pero lo hago. Cuando estamos a menos de dos metros, a pesar de la distancia, puedo tocarle. Si puedo olerle, es como si le estuviera besando. Me lo sé tan bien, conozco tan enteramente su piel y su tacto, que mis manos le rozan sin que haya contacto. Puedo ver sus gestos mientras habla, aunque no nos miremos a los ojos. Sé lo que está pensando…

Es mío. Changmin siempre lo fue, incluso antes de saberlo… Dime ¿quién puede saber todo de ti? Todo lo que yo sé ¿y tener la certeza de que muchas de esas cosas… son por obra mía?

Mientras grabábamos la primera promoción los 5 juntos desde que todo el escándalo explotó, se me escapó una sonrisa diferente a las demás. Puede que pensaran que nos separaban de este modo. Pero era demasiado tarde para que eso ocurriese.

El peor trance que había pasado en toda mi vida… me había demostrado que estaba aún mas solo de lo que ya pensaba. Mis pobres padres… no conocerían nietos de mi sangre si esto seguía así. Tendría que aprender a afrontarlo. Tendría que dejar de envidiar cierta parte de la vida de Yunho y dejarlo atrás. Lo cierto era que no le envidiaba del todo. Las razones por las que Yunho hacía las cosas siempre habían sido muy distintas de las mías. Por eso siempre había pensado que no se merecía muchas cosas de las que conseguía cuando en cambio yo…

Pero no tengo nada que envidiar a nadie. A pesar de lo que ha pasado y de la primera reacción, he conseguido llamar más la atención que nunca, y todas esas críticas negativas contra mí se han vuelto benignas. El supuesto romance con Changmin había provisto de una comprensible explicación a mi errático comportamiento.
Surgían millones de teorías sobre nuestra supuesta relación, pero desde luego yo era inocente de todas ellas. Había sido una postura inteligente no hablar absolutamente nada sobre el tema.

La duda causaba más calma y menos controversia que la verdad. Siempre ocurría así.
No había considerado a una sola persona fuera de nosotros cinco que mereciera explicaciones por mi parte sobre aquel vídeo. De modo que no había ni un solo rumor.
Nadie podía hablar con certeza de nada y mi silencio era toda la certeza que necesitaba nuestro público.

La esperanza de que este día llegara, el día en que estuviéramos juntos de nuevo, aunque bajo estas circunstancias, me había fortalecido, y estaba prácticamente recuperado. Nunca volvería a bailar como antes, pero… Bueno, con la edad que teníamos ya, seguramente no nos haría falta.

Dejaba que los demás hablasen, que se preocuparan por ganar y cazar frases. Yo tenía lo que quería, estaba rodeado de los miembros de mi grupo, y estaba cerca de Changmin, por el momento me conformaba con eso. Teníamos programadas algunas promociones más. Pero la situación era delicada.
Los inversores de la compañía estaban nerviosos por el cisma del grupo, y ávidos por separar nuestras actividades en varios países, como llevaban intentando desde que tuvimos éxito. Pero la unidad de nuestras fans nos mantenía a flote. Pero, ¿cuánto duraría eso entre toda la separación entre los grupos de fans que habían surgido de todo el escándalo?

La compañía estaba dispuesta a arriesgarse a separarnos para conseguir sus objetivos. ¿Qué podríamos hacer al respecto? No lo sabía, pero debía averiguarlo pronto.

Changmin siempre había tenido una temperatura corporal tan alta, que se podía notar a escasa distancia de él. Todas las personas que nos rodeaban… podía sentir como tenían sus ojos fijos en cualquier acercamiento o gesto entre nosotros. Ni siquiera nos miramos a los ojos, aunque estábamos deseando hacerlo. Lo sabía. Podía notarlo en la tensión de sus músculos sólo mirándole de reojo. Logré rozar un dedo de su mano con la mía antes de que nos separásemos.
Yunho estaba delante, y nadie lo había visto, estaba seguro. Pero Changmin lo había sentido. De eso no había duda. Y Yo… aún notaba la corriente entre mis dedos, notaba la mano pesada. Tanta expectación por verle estaba haciendo mella en mi cordura de una vez por todas.

Por primera vez no tenía dudas sobre los sentimientos de Changmin. Realmente… Creí tenerlas... durante todo este tiempo, cuando en realidad… no había dudas que tener... sólo haber seguido mi instinto y dejarme llevar por él. Pero era demasiado peligroso dejarme llevar por esta ola salvaje que me conducía a él, y me adentraba en ese círculo vicioso de dependencia mutua. Ese sentimiento denso... y profundo que se aferraba a cada parte viva de mi ser y la estrangulaba poco a poco… para no liberarla nunca más.

Ya no tenía fuerza ni ganas… para desprenderlo de mí. Debía sentarme como un anciano y simplemente prepararme para recibir las tormentas que me enviase la vida.

Mi corazón así lo sentía. Mi alma libre y joven se hizo madura y anciana contigo en su regazo. Eres mi amor y mi obra. El resultado de todo mi deseo y mi sueño.
Tú eres la prueba de que ese pequeño y anónimo Kim Jaejoong ya era alguien, antes de que SM lo desmontara y lo convirtiera en su juguete. Antes de que le despojaran de toda humanidad y lo transformaran en un artículo de entretenimiento.
Y eres la prueba de que… algo de ese chico… aún sigue en mí. Y es esa parte la que no puede dejarte ir. La que no me deja desligarme de tu existencia por completo…
Porque yo... no puedo separar a Choikang Changmin del pequeño Changmin que conocí en aquella fría sala de juntas. De ese que compartía mis momentos más prohibidos. Para mí son todos el mismo. ¿Qué no te habré quitado yo a ti? Así como la vida me quitó toda mi inocencia. Tú conservas la tuya conmigo. Una retorcida, y deliciosa inocencia, sí. Yo puedo verla. A través de tu deslumbrante belleza.

Mirando tus labios en la distancia, a 7 metros de tu boca... puedo sentir tu sabor en la mía. Me estoy relamiendo inconscientemente… ¿Sabrían todos que era por eso que lamía mis labios tan frecuentemente? Ni siquiera tú lo sabías…

Quizá por eso llevaba nuestras separaciones mejor que tú. Tu huella no desaparecía de mí. Y yo la llevaba con orgullo.

Como un invisible blasón dorado y brillante sobre mi pecho. Con los colores rojo, tostado y cobre que poseía tu cuerpo. Eres mi patria y mi vida Changmin… tu más genuino fan, tu único amante.


Te irías pronto de mi vista. Y aunque todos hablaban a mi alrededor yo deliberadamente no escuchaba a nadie. Quería grabar estas recientes imágenes de ti en mi retina, porque pronto te irías... y las horas se harían de nuevo interminables, duras e implacables, en las que sólo serías un estruendoso eco en mi completa soledad.
Y temía tanto esas horas vacías de tu presencia que quería recibir y grabar en mi ser cualquier pedacito de ti que pudiera.

Aunque sabía que no te irías de mí, aunque te alejases, aunque atravesaras el mundo… aunque sé que seguías conmigo, aunque tenía la certeza de volverte a ver. Una y mil veces me aferraba a los últimos minutos como si no hubiera nada después de que salieras por esa puerta. Te llamaba en mi interior con tanta fuerza, que quizá la resonancia de mis pensamientos podía alcanzarte de algún modo…

Eso sentía... cuando al fin dejé de verte. Desapareciste detrás de un mar de hombros trajeados. De un océano de murmullos inagotables, bips de teléfonos y pasos frenados.

El clac de la puerta dejó atrás mucho silencio donde en realidad no lo había. Esta tortura era, si cabe, peor de cuantas habíamos sufrido en la primera etapa de nuestra carrera. Este cisma en el grupo era algo ridículo, pero era en parte mi culpa. El sentimiento de impotencia me invadía por completo, lo que ya era un sentimiento demasiado familiar. Estaba seguro ya de que pocas veces me abandonaría en mi vida. Aunque lo odiaba tanto como podía, ahora toda esa ira y frustración que acompañaban a la impotencia fluían a través de mí como el aire por una resistente, pulida y metálica flauta.



Aunque me dejaba ver mucho más con Yoochun. Las últimas semanas me habían unido de nuevo a Junsu. Como en los viejos tiempos.
Sabía que todos lo estábamos pasando mal de algún modo. Pero yo no era muy capaz en estos momentos de ayudar moralmente a nadie, aunque ese siempre hubiese sido mi pasatiempo favorito.

Hace un tiempo que Yunho me había dicho que esa había sido mi única cualidad, estar ahí siempre para los demás. Aunque yo no demandase ayuda de nadie. Pocas personas habían estado allí para mí cuando realmente lo había necesitado. Y todas aquellas personas a las que intentaba animar y ayudar siempre… desaparecían.

Changmin siempre decía que era precisamente mi culpa, que yo alejaba a la gente de mí cuando tenía problemas. Y quizá tenía razón. Pero nunca se lo había reconocido. Para mí ya era suficiente tener que lidiar con ello.

Durante todo el día, aquél primer día de trabajo real desde mi accidente, había estado como ausente. Y parte del equipo y mis compañeros se habían acostumbrado a ello en las últimas semanas. Después de todo, todos nosotros éramos un poco lunáticos a nuestro propio modo.
Volví a sacar de mi bolsillo la nota que me había llegado de Changmin hacía 5 días. Sin saber cómo, había llegado a mis manos anónimamente, y sorprendentemente estaba sin abrir. Había conseguido sobrevivir a los curiosos. No llevaba nombre alguno. Pero yo reconocía la letra, sabía que era de Changmin, y sabía perfectamente que iba dirigida a mí. Una carta tan privada que eso mismo la convertía en anónima. Las personas que se comunicaban a través de esta carta, eran una parte de nosotros que nadie más en el mundo conocía.
Nadie habría reconocido la manera de expresarse de Changmin y a qué se refería, y nadie más que yo podía claramente saber que no podía referirse a nadie más que a mí.

Cada vez que la leía sonreía. No decía nada escandaloso, nada romántico o personal si se leía. Pero era escandaloso y romántico para mí.
Palabras frías para cualquiera, pero cálidas y ardientes para dos corazones que estaban conectados.

El simple tacto del papel en mi bolsillo, me daba fuerzas. Ilusión, de volver a verle.

Poco más a parte de mi trabajo sentía que realmente poseía después de todo. Mi castillo de naipes que eran mis amistades y contactos de todos estos años, se habían caído a mis pies, inservibles e inútiles.

Y me había hecho darme cuenta que detrás de todo lo que me rodeaba tú eras el verdadero y oculto centro de mi vida.

¿Me hubieras dejado marchar aquella noche por la puerta de esa habitación oscura, testigo de nuestro secreto, si hubieras sabido eso de mí?

¿Si no hubieras dudado…?

Al fin estoy a solas en casa, y quiero componer algo. Quiero volver a trabajar contigo, con todos, pero ya no será posible hacerlo juntos. Grabaremos por separado como extraños.

No sabía cuánto valoraba eso hasta ahora. Con todas las veces que todos nos hemos hartado de que alguno de nosotros nos retrasase en alguna grabación o ensayo. Lo que hemos llegado a desear poder trabajar solos y ahora…



No es lo mismo, ¿verdad?

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