[Punto de vista Kim Jaejoong]
Uno a uno, los distintos clubs de fans fueron desapareciendo, algunas de las chicas se disculpaban diciendo alguna escusa barata, otras simplemente se desvanecían de la red. Ni siquiera vale la pena decirlo pero lo sabía, esas tontas solo lo amaban porque era ‘la moda’, es más ni siquiera puede ser considerado amor lo que ellas sentían… era simplemente gusto, ni a gusto llegaba…. Sin embargo lo mío si era el más fiel y puro amor… amor que rechazaste sin siquiera llegar a conocerlo.
Algunas de esas retrasadas resistieron más que otras, incluso ahora hay un sitio con menos de cincuenta personas que aún está vigente, aunque con escaza información, por él me enteré que has dedicado tu vida al estudio de las ciencias administrativas para poder dirigir la empresa de tu padre. ¿Por eso me abandonaste? ¿Para poder dirigir una mediocre empresa de servicios de limpieza? ¿Qué pasó con el glamuroso mundo del espectáculo? Si querías ser empresario, pudiste trabajar en una agencia de modelos como en todas esas historias que las locas fans escribían sobre ti.
Pero ni modo, tengo que adaptarme a la situación actual para cumplir mi cometido. Como lo dije antes, soy un genio, así que en cuestión de nada fui capaz de adelantar mis estudios varios años. Por mi gran capacidad fui aceptado en una prestigiosa universidad americana cuando apenas cumplía los 16 años, además de que mis gastos serían pagados por la misma institución. Mi dramática madre no quería dejarme ir, pero no le quedó de otra más que aceptar cuando mi hermana Sohee le hizo ver que era una gran oportunidad para mí, entonces, llegado el día de marcharme, mi madre lloró como un bebe diciendo que estaba muy orgullosa de mí y que me escribiría todos los días y bla, bla bla…
Y así fue como mi vida empezó a cambiar, yo tenía claros mis objetivos, el principal era graduarme cuanto antes para poder regresar y llevar a cabo mi venganza; el segundo era sin duda alguna entrar en una especie de ‘metamorfosis’… transformarme en cada aspecto que fuera necesario, comencé a hacer ejercicio desesperadamente, dejando a un lado mis adorados dulces y panecillos, también inicié un tratamiento muy riguroso para el cuidado de mi piel, empecé a ser amable con la gente (o más bien fingir ser amable)… ¿Para qué todo esto? Simple, todo era para llegar a ser una persona que tuviera todas las cualidades que Jung Yunho describía siempre en sus entrevistas.
Cuando bajé de peso y perdí el acné me di cuenta que las cosas serían más fáciles de lo que esperaba, tengo que mencionar que quitando eso no era nada feo, inclusive en la Universidad algunas chicas y chicos empezaron a fijarse en mí, recibí varias declaraciones de amor pero nunca acepté ninguna. Mi nueva apariencia me ayudó a poder transformar mi personalidad en alguien tierno, frágil, lindo… de ese tipo que no puedes evitar voltear a ver cuando vas caminando por la calle, de ese tipo amable pero tímido que no es muy sociable pero eso mismo le da un aura misteriosa.
Ya modificada mi forma de ser todo mundo parecía encantado con ello, inclusive mi madre y mi hermana cayeron en mi engaño al escucharme en una de las pocas llamadas telefónicas que me pudieron hacer. Es sorprendente como la gente puede ser engañada así de fácil.
-¿Qué pasa, Jaejoong? Has estado muy callado y eso que tú fuiste el que insististe en que saliéramos.-No puedo evitarlo, a menudo divago recordando los acontecimientos pasados de mi vida, sobre todo hoy que fue el día de mi graduación.
-Perdón, pero de seguro ya te imaginaras en que estaba pensando o más bien en quien…-¿Qué con quien estoy? Con lo más parecido que tenía a un amigo en la Universidad, lo conocí días después de haber ingresado, él también es coreano por lo que fue algo sobrentendido el hecho de que debíamos ser ‘amigos’.
-Si, lo sé…-respiró hondo y luego le dio un sorbo a su bebida- Deberías de dejar eso atrás, ¿no te perece tonto llevar a cabo una venganza que tramaste cuando eras apenas un adolescente?- me reí un poco llevando una mano a mi rostro, costumbre adoptada para parecer más lindo, al ver como él trataba de lucir varonil tomando su café como si se tratase de una bebida embriagante.
-Junsu, ya sabes que esa pose de chico rudo no va contigo… te lo he dicho muchas veces.- Él parece indignado ante mi comentario y hace un lindo gesto volteando su silla dándome la espalda.
-Como te gusta romper mis ilusiones… igual que mi corazón.-Ah, es cierto, tampoco había dicho que él está enamorado de mí, o al menos eso es lo que cree. Al principio yo no le tenía tanta confianza y nuestra relación era solo de compañeros de clase, entonces fue cuando empezó mi transformación, él prácticamente vivió todo el proceso conmigo ya que me seguía a todas partes, de hecho en mi cambio de personalidad él fue de mucha ayuda ya que es la ternura en persona (un muy buen ejemplo a imitar para mi actuación).
-Ya me he disculpado por eso, no me lo eches en cara de nuevo…además, hay otros chicos que si están interesados en ti… deberías darles una oportunidad.-Se volteó bruscamente y miró directamente a los ojos, los suyos estaban vidriosos.
-No crees que deberías de seguir tu propio consejo… ¡has una vida! No puedes pasarte todo el tiempo lleno de resentimientos absurdos…-Levantó la voz, lo que hizo que las demás personas presentes en aquél café nos miraran extrañamente. Si, aunque es patético, nosotros en vez de festejar nuestra graduación de la Universidad en algún bar o club nocturno como los demás, nos vinimos a ‘festejar’ a éste lugar.
-Baja la voz…- le susurré poniendo un dedo sobre sus labios, pero al ver como se sonrojaba lo retiré rápidamente.- No sé por que a la gente le gusta que les repita siempre lo mismo pero lo diré una vez más: “Voy a vengarme de Jung Yunho por haberme traicionado así, cueste lo que cueste”.
-Jae, eso es estúpido… ¿No te has puesto a pensar en las razones que pudo haber tenido?- Otra vez entrando en su defensa, miré a otro lado tratando de ignorar lo que me decía.- Tal vez le pasó algo grave o que se yo… ¡Él también es humano! No podía pasar su vida para complacer a fans desquiciados como tú…
-No llores Junsu…- tampoco soy de piedra, claro que me afecta verlo llorar por mí. Sequé sus lágrimas con mis manos y lancé un suspiro de frustración.- Sabes que no me harás cambiar de opinión, mi vuelo de regreso a Corea sale mañana muy temprano… está decidido.
No dijo nada, solo mantuvo su mirada fija en el suelo tristemente. No quisiera ser duro con él ya que en cierta forma me recuerda a mí cuando estaba en la escuela media (claro, quitando el atractivo), tan indefenso. Pero estoy casi seguro que lo que siente por mí es solo una confusión causada por nuestra amistad. Aquél café comenzaba a quedarse vacío, la pequeña mesa cuadrada en la que nos encontrábamos Junsu y yo estaba ubicada casi al centro del lugar. De pronto, el súbito ruido de la silla de mi acompañante me hizo saltar.
-Voy a ir contigo…-Junsu se había puesto de pie y me apuntaba amenazante con un dedo.
-¿Qué?... ¡No! Tu familia está aquí, no tienes motivo para ir conmigo.- ¿Se volvió loco? Lo que más me alegraba de regresar a Corea, después de mi venganza, era el hecho de que por fin me libraría de Junsu y sus confusos sentimientos hacia mí.
-¡Tú no me haces caso cuando te digo que dejes a ese tal Yunho en paz, así que no me puedes impedir nada!...
Y diciendo eso se fue del lugar, dejándome solo… y para colmo yo tendré que pagar la cuenta.
***
No puedo dejar de moverme de un lado a otro, esperando que mi vuelo sea anunciado. Seis largos años esperando por el momento de regresar… once años soñando con poder conocerlo… mi primer amor… mi primera obsesión… la primera persona que odié más que nada ni nadie…
Se llega la hora y torpemente, entre sueños y recuerdos, no se como llegué hasta mi asiento del avión. Saco mi espejo de bolsillo, seguramente debo lucir horrible, aunque por la mirada coqueta de la azafata creo que aún conservo mi encanto.
Nerviosamente empiezo a hacer ruido con mis pies mientras los demás pasajeros van llegando a sus respectivos asientos, la ansiedad es algo que nosotros los genios padecemos muy a menudo.
-¡Hola! ¿Listo para darte cuenta de tu error?- Una voz demasiado familiar hizo que me sobresaltara.
-¿¡Junsu!?...
-Eres muy malo… siempre te olvidas de lo que te digo.- Me dice haciendo un puchero mientras se acomoda en el asiento que está a mi izquierda.
-¿Cómo conseguiste un boleto tan rápido?-Encontrar boletos de avión disponibles en Massachusetts era tan complicado como encontrar una aguja en un pajar y más aún encontrar disponible el asiento a lado mío.
-No seas tonto, no lo reservé ayer… Ah, tu que dices ser inteligente y saberlo todo, creo que ahora se te escapó una jeje…- Su peculiar risa que tanto me molesta se hizo presente, pero yo estaba muy confundido como para quejarme- Reservé el boleto el mismo día que tú.-me dijo sacando su lengua cual niño de preescolar.
-Y luego dices que yo soy el bipolar… primero me gritas y luego me hablas como si nada…
-¿Eso quiere decir que no te molesta que venga contigo?- Me dice con sus ojos brillantes pegándose a mí, yo lo alejé sutilmente haciéndole notar que invadía mi PRECIOSO espacio personal.
-¿Que más puedo hacer?… el avión ya despegó.- dije resignado, entrelazando mis manos detrás de mi cabeza. Por lo menos el tenerlo aquí hará que se me olviden los nervios.
-¡Gracias Joongie!...
-Vuelves a llamarme así y, no se como pero, te aventaré por la ventana.- Aunque sé que es científicamente imposible, no dudaría en hacerlo ya que odio que me llamen así.
-Jeje perdón, es que me hace muy feliz poder acompañarte…- Me dice bajando su mirada y hablando con voz melosa. Vaya, éste chico si que sabe como crear un ambiente de incomodidad al decir cosas como esas.
-… Y, ¿Qué le dijiste a tu familia para que te permitieran venir?- ¿Se vio muy obvio que lo único que quería era cambiar de tema? Si es así no me arrepiento de mi cinismo, la vida me ha enseñado que así es mejor.
-Nada… solo que quería empezar mi vida como un “hombre independiente”- Hizo una voz extraña al decir eso último, como tratando de sonar varonil.
-Otra vez con esa voz, te he dicho que no…
-Si, si… ya sé que no me queda, como también sé que no te intereso...- Sus ojos se llenaron de lágrimas. ¡No entiendo como podemos ser amigos! Con sus cambios de humor y los míos se me hace raro que no nos hayamos matado desde hace tiempo.
-¿Por qué sigues hablándome aunque te trate de éste modo?...- El raro comportamiento humano es uno de los más grandes misterios en mi vida, el como la gente tiene tontas esperanzas y les es tan fiel como si fueran hacerse realidad… así como yo las tuve un día.
-Porque te quiero… -me dice secándose las lágrimas- o ¿será que en el fondo soy un masoquista sin remedio?- Y ahora como si nada me regala una gran sonrisa.
***
-¡Whooow, me siento tan ‘en casa’!-Desde que salimos del aeropuerto y empezamos a vagar por las calles de la concurrida ciudad de Seúl en busca de un lugar donde quedarnos, Junsu no había parado de hacer exclamaciones de cada cosa que veía.
-Creo que está demás decirte que eso es enteramente lógico.-él solo sigue mirando con asombro todo a nuestro alrededor ignorando lo que dije. Yo solo había vivido en América el tiempo que estuve estudiando la Universidad, per él había vivido ahí desde que tenía dos años, por eso su absurdo comportamiento ahora.-Ah, debemos apresurarnos a conseguir un lugar para quedarnos o ésta noche dormiremos en la calle.
-¿Por qué no vamos a casa de tus padres?...- ¡Dios, dame el poder y la paciencia de aguantar a gente tan estúpida! ¿Cómo se le ocurre que voy a ir a aquél pueblucho cuando todo lo que siempre he querido es estar en Seúl?
-¿Estás loco? Eso está muy lejos de aquí, además, mi madre no me dejaría alejarme de ella otra vez si me ve.- Nos detuvimos a descansar en la banca de un parque, ya que con todo el equipaje que traíamos estábamos agotados.
-¿Entonces qué? –Preguntó Junsu algo inquieto, pero no de ese tipo de inquietud desesperada, sino más bien como de curiosidad al no saber que nos pasará en esta ciudad tan extraña y desconocida para los dos.
Alcé los hombros en señal de que no tenía ni la menor idea…debido al cansancio permanecimos un buen rato en aquella banca sin decir nada, Junsu observaba con latente curiosidad a unos niños que jugaban contentos futbol en una cancha dentro del parque, él siempre ha sido un gran apasionado de ese deporte. Yo me recargué mas sobre la banca, quedando casi recostado en ella y, mientras contemplaba las nubes una vocecita en mi interior decía “Por fin…”
-Creo que al final terminaremos durmiendo aquí…- le dije frustrado a Junsu, distrayéndolo un poco del juego, ya que en el cielo podían distinguirse los primeros indicios del crepúsculo.
Un ligero golpe en mis pies me hizo enderezarme sobre mi asiento, se trataba del balón con el que los niños de antes habían estado jugando. No duró mucho tiempo ahí ya que Junsu no desaprovechó la oportunidad y le dio una fuerte patada con el fin de regresarla a sus dueños quienes esperaban para continuar con su partido, solo que había un problema… la puntería de Junsu nunca ha sido muy buena (yo mismo he sido testigo y víctima) y un pobre repartidor que pasaba cerca del lugar pagó las consecuencias.
-¡¡CUIDADO!!- Como si con eso fuera a arreglar algo, no tenía ya sentido alguno el dar señales de advertencia cuando el pobre sujeto ya había sido tirado al piso con todo y su motocicleta.
-¡Ya lo mataste, Junsu!- Nadie se muere de un golpe como ese, pero debo confesar que el rostro de preocupación que tenía Junsu en esos momentos no tenía precio y yo estaba gozando mucho con ello.
-¡No! ¡No puedo ir a la cárcel… soy demasiado joven y bello!- Pues yo solo concuerdo en lo de joven.
Tomamos nuestras pertenencias y caminamos lo más rápido que pudimos hasta aquél círculo de curiosos que se formó alrededor del lesionado. Nos hicimos paso a través de esa gente, que en su mayoría eran señoras y niños, nadie hacía nada por él solo lo observaban mientras se quejaba de un fuerte dolor en su cabeza.
-¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Estás herido?...- Antes de que pudiera reaccionar siquiera, Junsu ya estaba hincado a un lado del infortunado, abrumándolo con preguntas y jaloneándolo un poco al no recibir respuestas.
-Junsu, cálmate. Todavía que lo golpeas ahora vienes a lastimarlo más.- Que vergüenza ajena, yo solo trataba de detener el espectáculo que mi acompañante hacía.
-¡Perdón, yo no quise… fue un accidente!- Hasta el momento el tipo ese no se había quitado el casco de la cabeza, pero en cuanto lo hizo me quedé helado…Yo lo conozco…si es él… podrían pasar millones de años y su estúpida cara jamás se borraría de mi memoria.
-Tranquilo, no pasa nada.-le dijo a Junsu mientras se ponía de pié.- Mira, estoy bien.- Dijo sonriéndole bobamente a mi amigo, pero no duró mucho su actuación ya que al intentar dar un paso se hubiera desplomado de no ser porque mis reflejos son muy buenos. Lo sostuve por debajo de los hombros… Maldito, por qué es que sigues siendo atractivo, ¡se supone que ahora tú deberías ser el feo!
-Yoochun, ¿seguro que estás bien?- Le pregunté adoptando mi nueva fachada, el imbécil en cuestión solo se me quedó viendo con los ojos muy abiertos siendo aún sostenido por mí.
-¿Quién eres tú?... y ¿por qué sabes mi nombre?-Me respondió asustado soltándose de mi agarre bruscamente. Los curiosos ya se habían retirado al ver que él estaba bien… claro, a la gente solo le interesa ver si hay un muerto o algo parecido, que morbosos.
-Soy yo, Jaejoong. Tu compañero de escuela media, ¿o es que ya no te acuerdas de mí?-Le pregunté mientras le mostraba una de mis mejores sonrisas.
-¡Woow!... ¡No puede ser!- Empezó a rodearme viéndome de arriba a abajo, cojeando un poco, seguramente aún aturdido por la caída.- ¿En verdad eres tú?
-Jejé, sí. Me da mucho gusto verte de nuevo.- Una más de mis sonrisas y un cordial saludo… ahora puedo decir que este bastardo ya está comiendo de mi mano. Ah, la gente es tan fácil de engañar.
-¡Estás irreconocible! A mí también me alegra verte…-bastardo, ni siquiera vas a disculparte por todas las que me hiciste en el pasado, ósea, ¡te atreves a hablarme como si nada!- Oye, ¿no me vas a presentar a mi agresor?
Ah, si. Me había olvidado que Junsu seguía allí. Él sabía perfectamente quien era Yoochun, le había contado mi vida entera durante estos cuatro años que convivimos juntos. Junsu pareció conocer mi plan al ver que trataba al repartidor como si nada.
-Claro, él es mi mejor amigo de la universidad: “Kim Junsu”.-Ajá, ya se de que forma voy a vengarme de ti,Park- Junsu, él es Yoochun, un ex compañero del colegio.
-Mucho gusto… debo decir que tienes una patada muy fuerte.- Vaya, vaya…éste tipo si que se transformó en todo un playboy. Bueno, que más se podía esperar de aquel gánster escolar.
-¡Perdón!- Dijo Junsu haciendo una marcada reverencia. Yoochun soltó una risita y le dio una palmadita en la espalda a Junsu.
-jajá, deja de disculparte, ye te he dicho que no pasa nada… aunque no creo que mi motocicleta pueda decir lo mismo…- tirada a unos metros de distancia estaba la motocicleta que mostraba el logotipo de “Misarang Imsilcheese Pizza”.
El tipejo se acercó a revisar su vehículo y el contenido de la caja que portaba lo que se supone debía entregar…un momento, ahora que lo pienso… ¿Qué hace él aquí en Seúl?
-¿Está dañada, Yoochun-shi? – Le preguntó Junsu, aún con su cara de espanto, ash ya debería de superarlo, después de todo no lo mató (por desgracia).
-Pues, creo que solo son unos rayones… lo que si ya no podré entregar ni de chiste es la pizza…
-¡Perdón!- Qué irónico, Junsu no para de disculparse y él que de verdad debería de hacerlo no muestra señales de arrepentimiento.
-Jaejoong, ¿qué tu amigo no conoce otra palabra aparte de ésa?- Ya estoy empezando a dudarlo…
-Jaja claro que si, solo que Junsu es tan buena persona que no está acostumbrada a causarle mal a alguien- ewww lo que tengo que decir últimamente por conseguir lo que quiero.
-Pues debo decir que encuentro eso muy adorable…-¡Descarado! ¿Cómo alguien puede coquetearle así a la gente? Le sonríe sin al más mínima inhibición. A Junsu le pasó de noche lo que Yoochun decía, ni se ha de haber percatado del coqueteo… su ‘amor’ por mí lo tiene ciego.
-A propósito Yoochun, ¿no sabes de algún lugar dónde podamos quedarnos Junsu y yo?... llevamos horas buscando y nada…- Espero que al menos nos sea útil.
-¡Woow! ¡Es perfecto!...- Yoochun acomodó su motocicleta y estaba a punto de ponerse de nuevo el casco cuando escuchó mi pregunta y prácticamente brincó de la emoción... aparte de desgraciado, raro.
-¿De que hablas?...- A Junsu hasta miedo le dio, retrocedió un poco del lugar donde estaba.
-Perdón si los asusté pero… es que justamente mi amigo y yo estábamos buscando compañeros de apartamento, los que teníamos antes se han graduado ya de la Universidad y no podemos pagarlo solos. ¿Piensan quedarse mucho tiempo aquí?-Ahs, como habla éste tipo. Ya me cansé de estar fingiendo la sonrisa.
-Si, tenemos planeado buscar nuestro primer trabajo aquí.- ¿‘Tenemos’? ¿Por qué Junsu siempre se incluye en mis planes? Ya está casi totalmente oscuro, si nos va a ayudar debería hacerlo ya.
-Entonces, ya está… Solo espérenme aquí, iré decirle a mi jefe que no pude entregar el último pedido del día.-Se veía preocupado, si no lo odiara hasta en lo más profundo de mi ser tal vez sentiría algo de compasión… pero como no es así debo decir que me alegra tanto su sufrimiento.
-¡¡Lo siento!!...
-Creo que de ahora en adelante serás el ‘chico lo siento’ jaja, ¡en un momento regreso!- Oh cierto, había olvidado que gozas de ponerle apodos a la gente, ¿me llamarás todavía ‘chico homo’?
Se fue en su motocicleta sonriendo como tonto. Junsu y yo nos quedamos esperándolo ahí a las orillas del parque. Que extraña parte de Seúl es esta, tan callada y apacible… no pensé que hubiese lugares como éste en una ciudad tan excéntrica.
Estuvimos esperando por más de media hora y ni señas de Yoochun… ojalá lo hayan despedido y esté llorando en un rincón, o tal vez su motocicleta si estaba averiada y le causó un accidente mortal… pero creo que mi suerte no es tan buena, ya que tuve que desechar todas mis teorías cuando lo vi llegando con su misma sonrisa de idiota. Venía caminando y se excusó diciendo que era aso mismo la razón de su tardanza. Decidimos que lo mejor sería tomar un taxi, por todo el equipaje que Junsu y yo traíamos, mas mío que de él… no me pueden culpar por ser un fiel seguidor de la moda.
-¿Tuviste problemas por no realizar la entrega?- Le preguntó Junsu algo tímido. No recuerdo que se hubiera sentido tan culpable cuando me golpeó la cabeza en al universidad.
-Nop, solo me llamaron la atención. Mi jefe es muy comprensivo y después de contarle mi infortunio incluso se preocupó por mí…-Junsu, quien estaba en medio de Yoochun y mío estaba a punto de disculparse una vez más.
-Lo…
-No, no, no… ni se te ocurra disculparte de nuevo porque entonces si me enojaré.-Que confianzudo, ya tan rápido se siente con la seguridad de poner su dedo en los labios de Junsu para evitar que siguiera hablando .- Llegamos.
El edificio no estaba mal… claro que había visto muchísimo mejores en Massachusetts pero, esto estará bien mientras logro mi cometido. Bajamos del taxi y Yoochun se ofreció a ayudarme con mi equipaje, ni se te ocurra empezar coquetearme por que te golpeo, Park.
El sitio estaba en el quinto piso, genial… con lo que odio las alturas. El elevador estaba descompuesto así que fuimos por las escaleras… ash más genial aún. Entramos por la primera puerta de aquél pasillo siguiendo a Yoochun. El lugar se veía limpio, demasiado pulcro como para ser el lugar donde habitan dos jóvenes varones, que extraño.
-¡Changmin, ya llegué!... ¿estás ahí?- ¿Se habrá transformado Yoochun en un obsesivo perfeccionista? Junsu y yo no dejábamos de observar todo casi con la boca abierta: la mini sala con una modesta televisión, los cuadros en las paredes, el elegante comedor con cuatro sillas y un peculiar adorno en medio de ella, la cocina en el fondo , todo perfectamente limpio y brillante… no está nada mal.
-¿En dónde más iba a estar? Tengo que estudiar para mi examen de… ¿Quiénes son esos?- Un tipo alto salió de una de las puertas que estaban en el pasillito detrás de la cocina. Traía en cabello algo alborotado y su expresión era de total estrés, los enormes lentes chuecos le daban un toque... ¿cuál será la palabra? ¿Simpático? ¿Gracioso? ¿Ridículo?... si creo que esa es la palabra que buscaba.
-Como que ‘¿Quiénes son esos?’… ¿dónde queda tú educación? Vas a hacer que nuestros nuevos compañeros se lleven una muy mala impresión de ti.- Yoochun nos hizo una seña indicándonos que pasáramos a la sala, nos quitamos nuestro calzado y entramos algo incómodos por la mirada de ‘el tipo alto’.
-Oye, está bien que necesitamos compañeros para pagar la renta… pero no había necesidad de que fueras al aeropuerto a conseguir turistas tan raros como esos.- ¿Cómo que raros? Si se refiere a nuestro cabello teñido, en estos tiempos es de lo más normal que un hombre se tiña el cabello.
-No son turistas, él es un ex compañero mío de la escuela media, Kim Jaejoong. Y él es su amigo, Kim Junsu.- Nosotros saludamos educadamente, que él no tenga educación no significa que nosotros tampoco.
-Mucho gusto.- Dijimos, yo mostrando mi radiante sonrisa de nuevo ahora dirigida al estresado chico alto.
-Ah si, hola, yo soy Shim Changmin. – Dijo secamente. ¡¿Qué!? ¿Ni siquiera algún gesto de asombro ante mi sonrisa? ¿Acaso es ciego?- Bueno, parece que no son asesinos en serie ni nada por el estilo, estoy de acuerdo en que se queden.
-¿Quién pidió tu opinión?-Exclamó Yoochun indignado. Estoy dudando si debería vengarme de Yoochun, suficiente castigo debe ser compartir apartamento con este engreído.
-Si, como sea, me voy a seguir estudiando…-Y así como llegó, así se fue, desapareciendo tras la segunda puerta del estrecho pasillo.
-Creo que yo también debería de estudiar.- Dijo Yoochun, pero no dirigiéndose a ninguno de nosotros, era más bien para si mismo.- En fin, ¿tienen hambre?
-Pues ahora que lo mencionas, lo último que comimos fue la comida del avión y eso fue hace horas.- Dijo Junsu algo apenado de admitirlo.
-¡Vaya! Es la primera vez que me hablas sin que incluyas una disculpa. Bueno, entonces les prepararé algo para cenar.- Lo veo y no lo creo, ¿como es que el agresivo adolescente de 14 años que conocí hace tiempo se transformó en esto? Es tan animado, tan feliz… que asco.
-Yo te ayudo- Me ofrecí sonriente.
No le confiaría nunca mi comida al enemigo, tenía que cerciorarme que no pusiera nada raro en ella, aún no me da confianza éste nuevo Yoochun. Los dos fuimos a la cocina y preparamos algo simple, mientras Junsu nos observaba atentamente, él siempre ha sido un desastre en la cocina por eso es mejor que solo vea o podría incendiar el apartamento. Terminamos rápido y no es por nada pero la comida desprendía un olor exquisito, ése mismo olor fue el que atrajo al amigo de Yoochun hasta aquí… se portó de una forma totalmente distinta una vez que probó bocado, ahora sonreía y parecía igual de animado que Yoochun… que gente más rara es esta.
-Oh, así que ambos estudian octavo semestre en la universidad de Seúl.- Parecía que Junsu se estaba llevando muy bien con ellos, ya que una enorme sonrisa estaba plantada en su rostro, yo también sonreía pero la diferencia es que yo estaba fingiendo.
-Si, es por eso que me vine a Seúl.- Dijo Yoochun volteando a verme. Ash ni que yo le hubiera pedido una explicación.
-Oh ~ ya veo, ¿y qué están estudiando?-Yo le seguí el juego, la verdad no me importa en lo más mínimo si estudia o trabaja o que se yo… aunque debo decir que me sorprende que con su cabeza dura haya seguido con sus estudios.
-“Business Administration”- Dijo el tipo alto, ahora conocido como Changmin.
-¡Lo mismo que nosotros estudiamos! – No entiendo porque Junsu se emociona tanto, mucha gente estudia eso.
-Woow, entonces ustedes que son unos cerebritos podrían ayudarnos a estudiar.- Esa indirecta tan directa era claramente para Junsu, con que tus gustos han cambiando, Yoochun.
-¡Claro! Además aún me siento culpable por lo de esta tarde.- Ya casi todos habíamos terminado de comer, solo faltaba Changmin, quien se había servido una segunda ronda.
-Bueno, entonces tú serás mi tutor personal.- Le respondió a Junsu con voz ronca. Pobres de las chicas del pueblo, de seguro llorarían si les dijera que su amor platónico le está coqueteando a mí mejor amigo.
-¡Jaejoong-shi, cocinas increíblemente bien!- Por fin el último había terminado de comer, y recalco, éste chico es un mundo de diferencia cuando está alimentado y cuando no.
-Gracias.- Ya me quiero ir a dormir, o por lo menos encerrarme en el que será mi cuarto, me duele el rostro de tanto fingir la sonrisa.
-¡Oye, yo también ayude a prepararla! ¿Por qué no me elogias también a mí?- Reclama Yoochun dramáticamente.
-He comido tú comida antes y nunca ha sabido así de bien, así que el responsable de éste maravilloso sabor tiene que ser Jaejoong-shi.
-Malagradecido, en mi vida volveré a cocinar para ti.- Junsu no paraba de reír ante las ocurrencias de los dos amigos, yo por no verme mal le seguía la corriente riéndome de mi peculiar modo cubriendo mi boca con mi mano.
-Ya, ya… no llores, además ni quien quiera tú comida teniendo a Jaejoong-shi aquí. A propósito, ¿ustedes son pareja?
-“Coff, coff, coff”- El pobre de Junsu se puso de mil colores ante la pregunta y empezó a toser como loco.
-No, para nada… ¿por qué preguntas eso Changmin-shi? -¿Tanto se le nota a Junsu su ‘amor’ por mí? Extrañamente, los dos pusieron cara de alivio ante mi negativa.
-Ah, que bien. Es que nuestros antiguos compañeros lo eran y… la verdad era muy incómodo tener que escuchar sus ‘demostraciones de amor’ todas las noches.- Ah, con que era eso…
Aunque era tarde y todos queríamos irnos a dormir ya, nos quedamos despiertos un rato mas discutiendo los términos del compartimiento del apartamento. Solo había dos habitaciones, una ocupada por Changmin y Yoochun y la otra sería ocupada por Junsu y yo. Por fortuna cada una de las habitaciones tenía un baño así que no habría tantos problemas al ser cuatro personas. El precio del arrendamiento, al ser repartido entre todos, resultaba muy razonable.
Después de discutidos algunos detalles mas, todos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Nuestra habitación contaba solo con los muebles más esenciales, pero así estaba bien para mí. El cansancio que sufría era tanto que en cuanto puse la cabeza en la almohada de mi cama caí profundamente dormido.
En mis sueños la misma figura de siempre me visitaba…. Él, mi único delirio, mi vida, mi obsesión… el sentimiento de su piel era tan real ésta ves, posiblemente porque lo avivaba el hecho de saber que estoy aquí, en la misma ciudad que él… por fin cerca… el calor de mi cuerpo sube desmesuradamente, me siento sudar entre mi sueño…. Porque soy consiente de que esto es un sueño, lo sé… sus manos, su cuerpo su piel, son fruto de mi imaginación, de mi deseo.
No puedo más y despierto agitado, sudando. Tomo mi celular de la mesita que estaba a un lado de la cama, son las dos de la mañana. No puedo seguir durmiendo, no en este estado.
[Punto de vista Kim Junsu]
Unos movimientos en mi cama hacen que me despierte. Me cuesta trabajo por mi embelesamiento recordar donde me encuentro… ah si, estoy en Seúl, con Jae. De pronto, siento que alguien a mis espaldas se pega fuertemente hacia mí.
-¿Jaejoong?- No se ni por que pregunto, es lógico que se trate de él. Nadie más me despierta en la madrugada con la respiración de ese modo y además, por la cercanía de su cuerpo puedo sentir su dura erección que roza mi trasero.
-Si… Junsu…yo… quiero…- Es increíble y a la vez doloroso darme cuenta como él simple hecho de pensar en ese tipo hace que se ponga así, ni si quiera puede articular bien una frase.
-No…- Dije rotundamente, tratando de no hablar tan alto ya que a lado de nuestra habitación se encontraban Yoochun y Changmin y temía despertarlos.
-Sabes… que no acepto un ‘no’… por respuesta…-el agarre de sus brazos sobre mi cintura se hizo más fuerte, posesivo. Entonces, sentí como bajó bruscamente mis pantalones con todo y ropa interior.
-No, no por favor… ellos pueden oír y no quiero… me daría mucha vergüenza…- Supliqué, aunque se que no tiene caso, sé que no le importa nunca lo que le digo.
-Entonces… intenta no se tan ruidoso…
-¿Qué?... ¡Aaa!…mnnnn- no pude reaccionar, mi cuerpo no respondió a mis ordenes de aventarlo fuera de la cama… o más bien mi corazón fue el que no escuchó. Así, sin prepararme, de una forma brutal introdujo su duro miembro de lleno en mí… el dolor fue tan espantoso que grité, pero mí grito fue ahogado por su mano que cubrió mi boca.
Se giró con fuerza haciendo que yo quedara debajo de él, aún tapaba mi boca con su mano. Lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras él, tratando de contener sus gemidos, me embestía una y otra y otra vez… No es la primera ni la segunda vez que esto sucede, de hecho es casi algo de mi vida diaria... al quererlo como lo quiero debería de estar feliz de por lo menos poder tener contacto físico con él pero, no puedo estarlo cuando en medio de sus suspiros está el nombre de otra persona.
¿Por qué no me alejo de él? Creo que cualquier persona que haya estado enamorada de su mejor amigo sabe la respuesta… porque sé, que cuando se canse de ver más allá… cuando vea que eso que siente por aquél sujeto es solo un absurdo, cuando vea que ha desperdiciado tanto tiempo en una ilusión… entonces yo estaré a su lado y se dará cuenta que la persona que tiene todo lo que siempre ha estado buscando soy yo.
Mis lamentos…. Acallados por su mano… no son nada comparados con los de mí corazón.
Una última estocada y siento como se viene en mi interior, el dolor me invade totalmente… ni fuerzas de llorar tengo ya… sale de mi así como entró, de forma brusca y sin consideración. Sin decir nada siento como se levanta de mi cama y se va de nuevo a la suya.
Yo solo ruego y espero, internamente, a que mañana al despertar pueda ver una de tus bellas, aunque falsas, sonrisas dirigidas hacía mí.
[En otro lado de Seúl…]
-¡Déjenme ir, necesito revisar unos papeles!... Mañana tengo una junta muy importante.- Un señor de avanzada edad, que vestía una bata de hospital forcejeaba con dos enfermeros quienes trataban de ponerle un sedante.
-Papá, deja que los señores te ayuden.- Un joven que había estado observando lleno de dolor el espectáculo trataba de convencer al terco anciano que cediera ante sus cuidadores.
-¿Por qué me llamas papá? Tu no eres mi hijo… mi pequeño Yunho solo tiene diez años.- Le habían llamado, y a pesar de la hora el joven se había arreglado y salido rápidamente al hospital.
-…- Le dolió, le dolió mucho el ver que su padre ya no lo reconocía.
-Tengo que irme, tengo que cuidar mi empresa...- Por fin, uno de los enfermeros había logrado inyectarlo… pero no parecía tranquilizarse.
-No se preocupe, yo estoy cuidando de su empresa.- Dijo débilmente el joven, viendo con profundo dolor como su padre iba cayendo por los sedantes.
Uno a uno, los distintos clubs de fans fueron desapareciendo, algunas de las chicas se disculpaban diciendo alguna escusa barata, otras simplemente se desvanecían de la red. Ni siquiera vale la pena decirlo pero lo sabía, esas tontas solo lo amaban porque era ‘la moda’, es más ni siquiera puede ser considerado amor lo que ellas sentían… era simplemente gusto, ni a gusto llegaba…. Sin embargo lo mío si era el más fiel y puro amor… amor que rechazaste sin siquiera llegar a conocerlo.
Algunas de esas retrasadas resistieron más que otras, incluso ahora hay un sitio con menos de cincuenta personas que aún está vigente, aunque con escaza información, por él me enteré que has dedicado tu vida al estudio de las ciencias administrativas para poder dirigir la empresa de tu padre. ¿Por eso me abandonaste? ¿Para poder dirigir una mediocre empresa de servicios de limpieza? ¿Qué pasó con el glamuroso mundo del espectáculo? Si querías ser empresario, pudiste trabajar en una agencia de modelos como en todas esas historias que las locas fans escribían sobre ti.
Pero ni modo, tengo que adaptarme a la situación actual para cumplir mi cometido. Como lo dije antes, soy un genio, así que en cuestión de nada fui capaz de adelantar mis estudios varios años. Por mi gran capacidad fui aceptado en una prestigiosa universidad americana cuando apenas cumplía los 16 años, además de que mis gastos serían pagados por la misma institución. Mi dramática madre no quería dejarme ir, pero no le quedó de otra más que aceptar cuando mi hermana Sohee le hizo ver que era una gran oportunidad para mí, entonces, llegado el día de marcharme, mi madre lloró como un bebe diciendo que estaba muy orgullosa de mí y que me escribiría todos los días y bla, bla bla…
Y así fue como mi vida empezó a cambiar, yo tenía claros mis objetivos, el principal era graduarme cuanto antes para poder regresar y llevar a cabo mi venganza; el segundo era sin duda alguna entrar en una especie de ‘metamorfosis’… transformarme en cada aspecto que fuera necesario, comencé a hacer ejercicio desesperadamente, dejando a un lado mis adorados dulces y panecillos, también inicié un tratamiento muy riguroso para el cuidado de mi piel, empecé a ser amable con la gente (o más bien fingir ser amable)… ¿Para qué todo esto? Simple, todo era para llegar a ser una persona que tuviera todas las cualidades que Jung Yunho describía siempre en sus entrevistas.
Cuando bajé de peso y perdí el acné me di cuenta que las cosas serían más fáciles de lo que esperaba, tengo que mencionar que quitando eso no era nada feo, inclusive en la Universidad algunas chicas y chicos empezaron a fijarse en mí, recibí varias declaraciones de amor pero nunca acepté ninguna. Mi nueva apariencia me ayudó a poder transformar mi personalidad en alguien tierno, frágil, lindo… de ese tipo que no puedes evitar voltear a ver cuando vas caminando por la calle, de ese tipo amable pero tímido que no es muy sociable pero eso mismo le da un aura misteriosa.
Ya modificada mi forma de ser todo mundo parecía encantado con ello, inclusive mi madre y mi hermana cayeron en mi engaño al escucharme en una de las pocas llamadas telefónicas que me pudieron hacer. Es sorprendente como la gente puede ser engañada así de fácil.
-¿Qué pasa, Jaejoong? Has estado muy callado y eso que tú fuiste el que insististe en que saliéramos.-No puedo evitarlo, a menudo divago recordando los acontecimientos pasados de mi vida, sobre todo hoy que fue el día de mi graduación.
-Perdón, pero de seguro ya te imaginaras en que estaba pensando o más bien en quien…-¿Qué con quien estoy? Con lo más parecido que tenía a un amigo en la Universidad, lo conocí días después de haber ingresado, él también es coreano por lo que fue algo sobrentendido el hecho de que debíamos ser ‘amigos’.
-Si, lo sé…-respiró hondo y luego le dio un sorbo a su bebida- Deberías de dejar eso atrás, ¿no te perece tonto llevar a cabo una venganza que tramaste cuando eras apenas un adolescente?- me reí un poco llevando una mano a mi rostro, costumbre adoptada para parecer más lindo, al ver como él trataba de lucir varonil tomando su café como si se tratase de una bebida embriagante.
-Junsu, ya sabes que esa pose de chico rudo no va contigo… te lo he dicho muchas veces.- Él parece indignado ante mi comentario y hace un lindo gesto volteando su silla dándome la espalda.
-Como te gusta romper mis ilusiones… igual que mi corazón.-Ah, es cierto, tampoco había dicho que él está enamorado de mí, o al menos eso es lo que cree. Al principio yo no le tenía tanta confianza y nuestra relación era solo de compañeros de clase, entonces fue cuando empezó mi transformación, él prácticamente vivió todo el proceso conmigo ya que me seguía a todas partes, de hecho en mi cambio de personalidad él fue de mucha ayuda ya que es la ternura en persona (un muy buen ejemplo a imitar para mi actuación).
-Ya me he disculpado por eso, no me lo eches en cara de nuevo…además, hay otros chicos que si están interesados en ti… deberías darles una oportunidad.-Se volteó bruscamente y miró directamente a los ojos, los suyos estaban vidriosos.
-No crees que deberías de seguir tu propio consejo… ¡has una vida! No puedes pasarte todo el tiempo lleno de resentimientos absurdos…-Levantó la voz, lo que hizo que las demás personas presentes en aquél café nos miraran extrañamente. Si, aunque es patético, nosotros en vez de festejar nuestra graduación de la Universidad en algún bar o club nocturno como los demás, nos vinimos a ‘festejar’ a éste lugar.
-Baja la voz…- le susurré poniendo un dedo sobre sus labios, pero al ver como se sonrojaba lo retiré rápidamente.- No sé por que a la gente le gusta que les repita siempre lo mismo pero lo diré una vez más: “Voy a vengarme de Jung Yunho por haberme traicionado así, cueste lo que cueste”.
-Jae, eso es estúpido… ¿No te has puesto a pensar en las razones que pudo haber tenido?- Otra vez entrando en su defensa, miré a otro lado tratando de ignorar lo que me decía.- Tal vez le pasó algo grave o que se yo… ¡Él también es humano! No podía pasar su vida para complacer a fans desquiciados como tú…
-No llores Junsu…- tampoco soy de piedra, claro que me afecta verlo llorar por mí. Sequé sus lágrimas con mis manos y lancé un suspiro de frustración.- Sabes que no me harás cambiar de opinión, mi vuelo de regreso a Corea sale mañana muy temprano… está decidido.
No dijo nada, solo mantuvo su mirada fija en el suelo tristemente. No quisiera ser duro con él ya que en cierta forma me recuerda a mí cuando estaba en la escuela media (claro, quitando el atractivo), tan indefenso. Pero estoy casi seguro que lo que siente por mí es solo una confusión causada por nuestra amistad. Aquél café comenzaba a quedarse vacío, la pequeña mesa cuadrada en la que nos encontrábamos Junsu y yo estaba ubicada casi al centro del lugar. De pronto, el súbito ruido de la silla de mi acompañante me hizo saltar.
-Voy a ir contigo…-Junsu se había puesto de pie y me apuntaba amenazante con un dedo.
-¿Qué?... ¡No! Tu familia está aquí, no tienes motivo para ir conmigo.- ¿Se volvió loco? Lo que más me alegraba de regresar a Corea, después de mi venganza, era el hecho de que por fin me libraría de Junsu y sus confusos sentimientos hacia mí.
-¡Tú no me haces caso cuando te digo que dejes a ese tal Yunho en paz, así que no me puedes impedir nada!...
Y diciendo eso se fue del lugar, dejándome solo… y para colmo yo tendré que pagar la cuenta.
***
No puedo dejar de moverme de un lado a otro, esperando que mi vuelo sea anunciado. Seis largos años esperando por el momento de regresar… once años soñando con poder conocerlo… mi primer amor… mi primera obsesión… la primera persona que odié más que nada ni nadie…
Se llega la hora y torpemente, entre sueños y recuerdos, no se como llegué hasta mi asiento del avión. Saco mi espejo de bolsillo, seguramente debo lucir horrible, aunque por la mirada coqueta de la azafata creo que aún conservo mi encanto.
Nerviosamente empiezo a hacer ruido con mis pies mientras los demás pasajeros van llegando a sus respectivos asientos, la ansiedad es algo que nosotros los genios padecemos muy a menudo.
-¡Hola! ¿Listo para darte cuenta de tu error?- Una voz demasiado familiar hizo que me sobresaltara.
-¿¡Junsu!?...
-Eres muy malo… siempre te olvidas de lo que te digo.- Me dice haciendo un puchero mientras se acomoda en el asiento que está a mi izquierda.
-¿Cómo conseguiste un boleto tan rápido?-Encontrar boletos de avión disponibles en Massachusetts era tan complicado como encontrar una aguja en un pajar y más aún encontrar disponible el asiento a lado mío.
-No seas tonto, no lo reservé ayer… Ah, tu que dices ser inteligente y saberlo todo, creo que ahora se te escapó una jeje…- Su peculiar risa que tanto me molesta se hizo presente, pero yo estaba muy confundido como para quejarme- Reservé el boleto el mismo día que tú.-me dijo sacando su lengua cual niño de preescolar.
-Y luego dices que yo soy el bipolar… primero me gritas y luego me hablas como si nada…
-¿Eso quiere decir que no te molesta que venga contigo?- Me dice con sus ojos brillantes pegándose a mí, yo lo alejé sutilmente haciéndole notar que invadía mi PRECIOSO espacio personal.
-¿Que más puedo hacer?… el avión ya despegó.- dije resignado, entrelazando mis manos detrás de mi cabeza. Por lo menos el tenerlo aquí hará que se me olviden los nervios.
-¡Gracias Joongie!...
-Vuelves a llamarme así y, no se como pero, te aventaré por la ventana.- Aunque sé que es científicamente imposible, no dudaría en hacerlo ya que odio que me llamen así.
-Jeje perdón, es que me hace muy feliz poder acompañarte…- Me dice bajando su mirada y hablando con voz melosa. Vaya, éste chico si que sabe como crear un ambiente de incomodidad al decir cosas como esas.
-… Y, ¿Qué le dijiste a tu familia para que te permitieran venir?- ¿Se vio muy obvio que lo único que quería era cambiar de tema? Si es así no me arrepiento de mi cinismo, la vida me ha enseñado que así es mejor.
-Nada… solo que quería empezar mi vida como un “hombre independiente”- Hizo una voz extraña al decir eso último, como tratando de sonar varonil.
-Otra vez con esa voz, te he dicho que no…
-Si, si… ya sé que no me queda, como también sé que no te intereso...- Sus ojos se llenaron de lágrimas. ¡No entiendo como podemos ser amigos! Con sus cambios de humor y los míos se me hace raro que no nos hayamos matado desde hace tiempo.
-¿Por qué sigues hablándome aunque te trate de éste modo?...- El raro comportamiento humano es uno de los más grandes misterios en mi vida, el como la gente tiene tontas esperanzas y les es tan fiel como si fueran hacerse realidad… así como yo las tuve un día.
-Porque te quiero… -me dice secándose las lágrimas- o ¿será que en el fondo soy un masoquista sin remedio?- Y ahora como si nada me regala una gran sonrisa.
***
-¡Whooow, me siento tan ‘en casa’!-Desde que salimos del aeropuerto y empezamos a vagar por las calles de la concurrida ciudad de Seúl en busca de un lugar donde quedarnos, Junsu no había parado de hacer exclamaciones de cada cosa que veía.
-Creo que está demás decirte que eso es enteramente lógico.-él solo sigue mirando con asombro todo a nuestro alrededor ignorando lo que dije. Yo solo había vivido en América el tiempo que estuve estudiando la Universidad, per él había vivido ahí desde que tenía dos años, por eso su absurdo comportamiento ahora.-Ah, debemos apresurarnos a conseguir un lugar para quedarnos o ésta noche dormiremos en la calle.
-¿Por qué no vamos a casa de tus padres?...- ¡Dios, dame el poder y la paciencia de aguantar a gente tan estúpida! ¿Cómo se le ocurre que voy a ir a aquél pueblucho cuando todo lo que siempre he querido es estar en Seúl?
-¿Estás loco? Eso está muy lejos de aquí, además, mi madre no me dejaría alejarme de ella otra vez si me ve.- Nos detuvimos a descansar en la banca de un parque, ya que con todo el equipaje que traíamos estábamos agotados.
-¿Entonces qué? –Preguntó Junsu algo inquieto, pero no de ese tipo de inquietud desesperada, sino más bien como de curiosidad al no saber que nos pasará en esta ciudad tan extraña y desconocida para los dos.
Alcé los hombros en señal de que no tenía ni la menor idea…debido al cansancio permanecimos un buen rato en aquella banca sin decir nada, Junsu observaba con latente curiosidad a unos niños que jugaban contentos futbol en una cancha dentro del parque, él siempre ha sido un gran apasionado de ese deporte. Yo me recargué mas sobre la banca, quedando casi recostado en ella y, mientras contemplaba las nubes una vocecita en mi interior decía “Por fin…”
-Creo que al final terminaremos durmiendo aquí…- le dije frustrado a Junsu, distrayéndolo un poco del juego, ya que en el cielo podían distinguirse los primeros indicios del crepúsculo.
Un ligero golpe en mis pies me hizo enderezarme sobre mi asiento, se trataba del balón con el que los niños de antes habían estado jugando. No duró mucho tiempo ahí ya que Junsu no desaprovechó la oportunidad y le dio una fuerte patada con el fin de regresarla a sus dueños quienes esperaban para continuar con su partido, solo que había un problema… la puntería de Junsu nunca ha sido muy buena (yo mismo he sido testigo y víctima) y un pobre repartidor que pasaba cerca del lugar pagó las consecuencias.
-¡¡CUIDADO!!- Como si con eso fuera a arreglar algo, no tenía ya sentido alguno el dar señales de advertencia cuando el pobre sujeto ya había sido tirado al piso con todo y su motocicleta.
-¡Ya lo mataste, Junsu!- Nadie se muere de un golpe como ese, pero debo confesar que el rostro de preocupación que tenía Junsu en esos momentos no tenía precio y yo estaba gozando mucho con ello.
-¡No! ¡No puedo ir a la cárcel… soy demasiado joven y bello!- Pues yo solo concuerdo en lo de joven.
Tomamos nuestras pertenencias y caminamos lo más rápido que pudimos hasta aquél círculo de curiosos que se formó alrededor del lesionado. Nos hicimos paso a través de esa gente, que en su mayoría eran señoras y niños, nadie hacía nada por él solo lo observaban mientras se quejaba de un fuerte dolor en su cabeza.
-¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Estás herido?...- Antes de que pudiera reaccionar siquiera, Junsu ya estaba hincado a un lado del infortunado, abrumándolo con preguntas y jaloneándolo un poco al no recibir respuestas.
-Junsu, cálmate. Todavía que lo golpeas ahora vienes a lastimarlo más.- Que vergüenza ajena, yo solo trataba de detener el espectáculo que mi acompañante hacía.
-¡Perdón, yo no quise… fue un accidente!- Hasta el momento el tipo ese no se había quitado el casco de la cabeza, pero en cuanto lo hizo me quedé helado…Yo lo conozco…si es él… podrían pasar millones de años y su estúpida cara jamás se borraría de mi memoria.
-Tranquilo, no pasa nada.-le dijo a Junsu mientras se ponía de pié.- Mira, estoy bien.- Dijo sonriéndole bobamente a mi amigo, pero no duró mucho su actuación ya que al intentar dar un paso se hubiera desplomado de no ser porque mis reflejos son muy buenos. Lo sostuve por debajo de los hombros… Maldito, por qué es que sigues siendo atractivo, ¡se supone que ahora tú deberías ser el feo!
-Yoochun, ¿seguro que estás bien?- Le pregunté adoptando mi nueva fachada, el imbécil en cuestión solo se me quedó viendo con los ojos muy abiertos siendo aún sostenido por mí.
-¿Quién eres tú?... y ¿por qué sabes mi nombre?-Me respondió asustado soltándose de mi agarre bruscamente. Los curiosos ya se habían retirado al ver que él estaba bien… claro, a la gente solo le interesa ver si hay un muerto o algo parecido, que morbosos.
-Soy yo, Jaejoong. Tu compañero de escuela media, ¿o es que ya no te acuerdas de mí?-Le pregunté mientras le mostraba una de mis mejores sonrisas.
-¡Woow!... ¡No puede ser!- Empezó a rodearme viéndome de arriba a abajo, cojeando un poco, seguramente aún aturdido por la caída.- ¿En verdad eres tú?
-Jejé, sí. Me da mucho gusto verte de nuevo.- Una más de mis sonrisas y un cordial saludo… ahora puedo decir que este bastardo ya está comiendo de mi mano. Ah, la gente es tan fácil de engañar.
-¡Estás irreconocible! A mí también me alegra verte…-bastardo, ni siquiera vas a disculparte por todas las que me hiciste en el pasado, ósea, ¡te atreves a hablarme como si nada!- Oye, ¿no me vas a presentar a mi agresor?
Ah, si. Me había olvidado que Junsu seguía allí. Él sabía perfectamente quien era Yoochun, le había contado mi vida entera durante estos cuatro años que convivimos juntos. Junsu pareció conocer mi plan al ver que trataba al repartidor como si nada.
-Claro, él es mi mejor amigo de la universidad: “Kim Junsu”.-Ajá, ya se de que forma voy a vengarme de ti,Park- Junsu, él es Yoochun, un ex compañero del colegio.
-Mucho gusto… debo decir que tienes una patada muy fuerte.- Vaya, vaya…éste tipo si que se transformó en todo un playboy. Bueno, que más se podía esperar de aquel gánster escolar.
-¡Perdón!- Dijo Junsu haciendo una marcada reverencia. Yoochun soltó una risita y le dio una palmadita en la espalda a Junsu.
-jajá, deja de disculparte, ye te he dicho que no pasa nada… aunque no creo que mi motocicleta pueda decir lo mismo…- tirada a unos metros de distancia estaba la motocicleta que mostraba el logotipo de “Misarang Imsilcheese Pizza”.
El tipejo se acercó a revisar su vehículo y el contenido de la caja que portaba lo que se supone debía entregar…un momento, ahora que lo pienso… ¿Qué hace él aquí en Seúl?
-¿Está dañada, Yoochun-shi? – Le preguntó Junsu, aún con su cara de espanto, ash ya debería de superarlo, después de todo no lo mató (por desgracia).
-Pues, creo que solo son unos rayones… lo que si ya no podré entregar ni de chiste es la pizza…
-¡Perdón!- Qué irónico, Junsu no para de disculparse y él que de verdad debería de hacerlo no muestra señales de arrepentimiento.
-Jaejoong, ¿qué tu amigo no conoce otra palabra aparte de ésa?- Ya estoy empezando a dudarlo…
-Jaja claro que si, solo que Junsu es tan buena persona que no está acostumbrada a causarle mal a alguien- ewww lo que tengo que decir últimamente por conseguir lo que quiero.
-Pues debo decir que encuentro eso muy adorable…-¡Descarado! ¿Cómo alguien puede coquetearle así a la gente? Le sonríe sin al más mínima inhibición. A Junsu le pasó de noche lo que Yoochun decía, ni se ha de haber percatado del coqueteo… su ‘amor’ por mí lo tiene ciego.
-A propósito Yoochun, ¿no sabes de algún lugar dónde podamos quedarnos Junsu y yo?... llevamos horas buscando y nada…- Espero que al menos nos sea útil.
-¡Woow! ¡Es perfecto!...- Yoochun acomodó su motocicleta y estaba a punto de ponerse de nuevo el casco cuando escuchó mi pregunta y prácticamente brincó de la emoción... aparte de desgraciado, raro.
-¿De que hablas?...- A Junsu hasta miedo le dio, retrocedió un poco del lugar donde estaba.
-Perdón si los asusté pero… es que justamente mi amigo y yo estábamos buscando compañeros de apartamento, los que teníamos antes se han graduado ya de la Universidad y no podemos pagarlo solos. ¿Piensan quedarse mucho tiempo aquí?-Ahs, como habla éste tipo. Ya me cansé de estar fingiendo la sonrisa.
-Si, tenemos planeado buscar nuestro primer trabajo aquí.- ¿‘Tenemos’? ¿Por qué Junsu siempre se incluye en mis planes? Ya está casi totalmente oscuro, si nos va a ayudar debería hacerlo ya.
-Entonces, ya está… Solo espérenme aquí, iré decirle a mi jefe que no pude entregar el último pedido del día.-Se veía preocupado, si no lo odiara hasta en lo más profundo de mi ser tal vez sentiría algo de compasión… pero como no es así debo decir que me alegra tanto su sufrimiento.
-¡¡Lo siento!!...
-Creo que de ahora en adelante serás el ‘chico lo siento’ jaja, ¡en un momento regreso!- Oh cierto, había olvidado que gozas de ponerle apodos a la gente, ¿me llamarás todavía ‘chico homo’?
Se fue en su motocicleta sonriendo como tonto. Junsu y yo nos quedamos esperándolo ahí a las orillas del parque. Que extraña parte de Seúl es esta, tan callada y apacible… no pensé que hubiese lugares como éste en una ciudad tan excéntrica.
Estuvimos esperando por más de media hora y ni señas de Yoochun… ojalá lo hayan despedido y esté llorando en un rincón, o tal vez su motocicleta si estaba averiada y le causó un accidente mortal… pero creo que mi suerte no es tan buena, ya que tuve que desechar todas mis teorías cuando lo vi llegando con su misma sonrisa de idiota. Venía caminando y se excusó diciendo que era aso mismo la razón de su tardanza. Decidimos que lo mejor sería tomar un taxi, por todo el equipaje que Junsu y yo traíamos, mas mío que de él… no me pueden culpar por ser un fiel seguidor de la moda.
-¿Tuviste problemas por no realizar la entrega?- Le preguntó Junsu algo tímido. No recuerdo que se hubiera sentido tan culpable cuando me golpeó la cabeza en al universidad.
-Nop, solo me llamaron la atención. Mi jefe es muy comprensivo y después de contarle mi infortunio incluso se preocupó por mí…-Junsu, quien estaba en medio de Yoochun y mío estaba a punto de disculparse una vez más.
-Lo…
-No, no, no… ni se te ocurra disculparte de nuevo porque entonces si me enojaré.-Que confianzudo, ya tan rápido se siente con la seguridad de poner su dedo en los labios de Junsu para evitar que siguiera hablando .- Llegamos.
El edificio no estaba mal… claro que había visto muchísimo mejores en Massachusetts pero, esto estará bien mientras logro mi cometido. Bajamos del taxi y Yoochun se ofreció a ayudarme con mi equipaje, ni se te ocurra empezar coquetearme por que te golpeo, Park.
El sitio estaba en el quinto piso, genial… con lo que odio las alturas. El elevador estaba descompuesto así que fuimos por las escaleras… ash más genial aún. Entramos por la primera puerta de aquél pasillo siguiendo a Yoochun. El lugar se veía limpio, demasiado pulcro como para ser el lugar donde habitan dos jóvenes varones, que extraño.
-¡Changmin, ya llegué!... ¿estás ahí?- ¿Se habrá transformado Yoochun en un obsesivo perfeccionista? Junsu y yo no dejábamos de observar todo casi con la boca abierta: la mini sala con una modesta televisión, los cuadros en las paredes, el elegante comedor con cuatro sillas y un peculiar adorno en medio de ella, la cocina en el fondo , todo perfectamente limpio y brillante… no está nada mal.
-¿En dónde más iba a estar? Tengo que estudiar para mi examen de… ¿Quiénes son esos?- Un tipo alto salió de una de las puertas que estaban en el pasillito detrás de la cocina. Traía en cabello algo alborotado y su expresión era de total estrés, los enormes lentes chuecos le daban un toque... ¿cuál será la palabra? ¿Simpático? ¿Gracioso? ¿Ridículo?... si creo que esa es la palabra que buscaba.
-Como que ‘¿Quiénes son esos?’… ¿dónde queda tú educación? Vas a hacer que nuestros nuevos compañeros se lleven una muy mala impresión de ti.- Yoochun nos hizo una seña indicándonos que pasáramos a la sala, nos quitamos nuestro calzado y entramos algo incómodos por la mirada de ‘el tipo alto’.
-Oye, está bien que necesitamos compañeros para pagar la renta… pero no había necesidad de que fueras al aeropuerto a conseguir turistas tan raros como esos.- ¿Cómo que raros? Si se refiere a nuestro cabello teñido, en estos tiempos es de lo más normal que un hombre se tiña el cabello.
-No son turistas, él es un ex compañero mío de la escuela media, Kim Jaejoong. Y él es su amigo, Kim Junsu.- Nosotros saludamos educadamente, que él no tenga educación no significa que nosotros tampoco.
-Mucho gusto.- Dijimos, yo mostrando mi radiante sonrisa de nuevo ahora dirigida al estresado chico alto.
-Ah si, hola, yo soy Shim Changmin. – Dijo secamente. ¡¿Qué!? ¿Ni siquiera algún gesto de asombro ante mi sonrisa? ¿Acaso es ciego?- Bueno, parece que no son asesinos en serie ni nada por el estilo, estoy de acuerdo en que se queden.
-¿Quién pidió tu opinión?-Exclamó Yoochun indignado. Estoy dudando si debería vengarme de Yoochun, suficiente castigo debe ser compartir apartamento con este engreído.
-Si, como sea, me voy a seguir estudiando…-Y así como llegó, así se fue, desapareciendo tras la segunda puerta del estrecho pasillo.
-Creo que yo también debería de estudiar.- Dijo Yoochun, pero no dirigiéndose a ninguno de nosotros, era más bien para si mismo.- En fin, ¿tienen hambre?
-Pues ahora que lo mencionas, lo último que comimos fue la comida del avión y eso fue hace horas.- Dijo Junsu algo apenado de admitirlo.
-¡Vaya! Es la primera vez que me hablas sin que incluyas una disculpa. Bueno, entonces les prepararé algo para cenar.- Lo veo y no lo creo, ¿como es que el agresivo adolescente de 14 años que conocí hace tiempo se transformó en esto? Es tan animado, tan feliz… que asco.
-Yo te ayudo- Me ofrecí sonriente.
No le confiaría nunca mi comida al enemigo, tenía que cerciorarme que no pusiera nada raro en ella, aún no me da confianza éste nuevo Yoochun. Los dos fuimos a la cocina y preparamos algo simple, mientras Junsu nos observaba atentamente, él siempre ha sido un desastre en la cocina por eso es mejor que solo vea o podría incendiar el apartamento. Terminamos rápido y no es por nada pero la comida desprendía un olor exquisito, ése mismo olor fue el que atrajo al amigo de Yoochun hasta aquí… se portó de una forma totalmente distinta una vez que probó bocado, ahora sonreía y parecía igual de animado que Yoochun… que gente más rara es esta.
-Oh, así que ambos estudian octavo semestre en la universidad de Seúl.- Parecía que Junsu se estaba llevando muy bien con ellos, ya que una enorme sonrisa estaba plantada en su rostro, yo también sonreía pero la diferencia es que yo estaba fingiendo.
-Si, es por eso que me vine a Seúl.- Dijo Yoochun volteando a verme. Ash ni que yo le hubiera pedido una explicación.
-Oh ~ ya veo, ¿y qué están estudiando?-Yo le seguí el juego, la verdad no me importa en lo más mínimo si estudia o trabaja o que se yo… aunque debo decir que me sorprende que con su cabeza dura haya seguido con sus estudios.
-“Business Administration”- Dijo el tipo alto, ahora conocido como Changmin.
-¡Lo mismo que nosotros estudiamos! – No entiendo porque Junsu se emociona tanto, mucha gente estudia eso.
-Woow, entonces ustedes que son unos cerebritos podrían ayudarnos a estudiar.- Esa indirecta tan directa era claramente para Junsu, con que tus gustos han cambiando, Yoochun.
-¡Claro! Además aún me siento culpable por lo de esta tarde.- Ya casi todos habíamos terminado de comer, solo faltaba Changmin, quien se había servido una segunda ronda.
-Bueno, entonces tú serás mi tutor personal.- Le respondió a Junsu con voz ronca. Pobres de las chicas del pueblo, de seguro llorarían si les dijera que su amor platónico le está coqueteando a mí mejor amigo.
-¡Jaejoong-shi, cocinas increíblemente bien!- Por fin el último había terminado de comer, y recalco, éste chico es un mundo de diferencia cuando está alimentado y cuando no.
-Gracias.- Ya me quiero ir a dormir, o por lo menos encerrarme en el que será mi cuarto, me duele el rostro de tanto fingir la sonrisa.
-¡Oye, yo también ayude a prepararla! ¿Por qué no me elogias también a mí?- Reclama Yoochun dramáticamente.
-He comido tú comida antes y nunca ha sabido así de bien, así que el responsable de éste maravilloso sabor tiene que ser Jaejoong-shi.
-Malagradecido, en mi vida volveré a cocinar para ti.- Junsu no paraba de reír ante las ocurrencias de los dos amigos, yo por no verme mal le seguía la corriente riéndome de mi peculiar modo cubriendo mi boca con mi mano.
-Ya, ya… no llores, además ni quien quiera tú comida teniendo a Jaejoong-shi aquí. A propósito, ¿ustedes son pareja?
-“Coff, coff, coff”- El pobre de Junsu se puso de mil colores ante la pregunta y empezó a toser como loco.
-No, para nada… ¿por qué preguntas eso Changmin-shi? -¿Tanto se le nota a Junsu su ‘amor’ por mí? Extrañamente, los dos pusieron cara de alivio ante mi negativa.
-Ah, que bien. Es que nuestros antiguos compañeros lo eran y… la verdad era muy incómodo tener que escuchar sus ‘demostraciones de amor’ todas las noches.- Ah, con que era eso…
Aunque era tarde y todos queríamos irnos a dormir ya, nos quedamos despiertos un rato mas discutiendo los términos del compartimiento del apartamento. Solo había dos habitaciones, una ocupada por Changmin y Yoochun y la otra sería ocupada por Junsu y yo. Por fortuna cada una de las habitaciones tenía un baño así que no habría tantos problemas al ser cuatro personas. El precio del arrendamiento, al ser repartido entre todos, resultaba muy razonable.
Después de discutidos algunos detalles mas, todos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Nuestra habitación contaba solo con los muebles más esenciales, pero así estaba bien para mí. El cansancio que sufría era tanto que en cuanto puse la cabeza en la almohada de mi cama caí profundamente dormido.
En mis sueños la misma figura de siempre me visitaba…. Él, mi único delirio, mi vida, mi obsesión… el sentimiento de su piel era tan real ésta ves, posiblemente porque lo avivaba el hecho de saber que estoy aquí, en la misma ciudad que él… por fin cerca… el calor de mi cuerpo sube desmesuradamente, me siento sudar entre mi sueño…. Porque soy consiente de que esto es un sueño, lo sé… sus manos, su cuerpo su piel, son fruto de mi imaginación, de mi deseo.
No puedo más y despierto agitado, sudando. Tomo mi celular de la mesita que estaba a un lado de la cama, son las dos de la mañana. No puedo seguir durmiendo, no en este estado.
[Punto de vista Kim Junsu]
Unos movimientos en mi cama hacen que me despierte. Me cuesta trabajo por mi embelesamiento recordar donde me encuentro… ah si, estoy en Seúl, con Jae. De pronto, siento que alguien a mis espaldas se pega fuertemente hacia mí.
-¿Jaejoong?- No se ni por que pregunto, es lógico que se trate de él. Nadie más me despierta en la madrugada con la respiración de ese modo y además, por la cercanía de su cuerpo puedo sentir su dura erección que roza mi trasero.
-Si… Junsu…yo… quiero…- Es increíble y a la vez doloroso darme cuenta como él simple hecho de pensar en ese tipo hace que se ponga así, ni si quiera puede articular bien una frase.
-No…- Dije rotundamente, tratando de no hablar tan alto ya que a lado de nuestra habitación se encontraban Yoochun y Changmin y temía despertarlos.
-Sabes… que no acepto un ‘no’… por respuesta…-el agarre de sus brazos sobre mi cintura se hizo más fuerte, posesivo. Entonces, sentí como bajó bruscamente mis pantalones con todo y ropa interior.
-No, no por favor… ellos pueden oír y no quiero… me daría mucha vergüenza…- Supliqué, aunque se que no tiene caso, sé que no le importa nunca lo que le digo.
-Entonces… intenta no se tan ruidoso…
-¿Qué?... ¡Aaa!…mnnnn- no pude reaccionar, mi cuerpo no respondió a mis ordenes de aventarlo fuera de la cama… o más bien mi corazón fue el que no escuchó. Así, sin prepararme, de una forma brutal introdujo su duro miembro de lleno en mí… el dolor fue tan espantoso que grité, pero mí grito fue ahogado por su mano que cubrió mi boca.
Se giró con fuerza haciendo que yo quedara debajo de él, aún tapaba mi boca con su mano. Lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras él, tratando de contener sus gemidos, me embestía una y otra y otra vez… No es la primera ni la segunda vez que esto sucede, de hecho es casi algo de mi vida diaria... al quererlo como lo quiero debería de estar feliz de por lo menos poder tener contacto físico con él pero, no puedo estarlo cuando en medio de sus suspiros está el nombre de otra persona.
¿Por qué no me alejo de él? Creo que cualquier persona que haya estado enamorada de su mejor amigo sabe la respuesta… porque sé, que cuando se canse de ver más allá… cuando vea que eso que siente por aquél sujeto es solo un absurdo, cuando vea que ha desperdiciado tanto tiempo en una ilusión… entonces yo estaré a su lado y se dará cuenta que la persona que tiene todo lo que siempre ha estado buscando soy yo.
Mis lamentos…. Acallados por su mano… no son nada comparados con los de mí corazón.
Una última estocada y siento como se viene en mi interior, el dolor me invade totalmente… ni fuerzas de llorar tengo ya… sale de mi así como entró, de forma brusca y sin consideración. Sin decir nada siento como se levanta de mi cama y se va de nuevo a la suya.
Yo solo ruego y espero, internamente, a que mañana al despertar pueda ver una de tus bellas, aunque falsas, sonrisas dirigidas hacía mí.
[En otro lado de Seúl…]
-¡Déjenme ir, necesito revisar unos papeles!... Mañana tengo una junta muy importante.- Un señor de avanzada edad, que vestía una bata de hospital forcejeaba con dos enfermeros quienes trataban de ponerle un sedante.
-Papá, deja que los señores te ayuden.- Un joven que había estado observando lleno de dolor el espectáculo trataba de convencer al terco anciano que cediera ante sus cuidadores.
-¿Por qué me llamas papá? Tu no eres mi hijo… mi pequeño Yunho solo tiene diez años.- Le habían llamado, y a pesar de la hora el joven se había arreglado y salido rápidamente al hospital.
-…- Le dolió, le dolió mucho el ver que su padre ya no lo reconocía.
-Tengo que irme, tengo que cuidar mi empresa...- Por fin, uno de los enfermeros había logrado inyectarlo… pero no parecía tranquilizarse.
-No se preocupe, yo estoy cuidando de su empresa.- Dijo débilmente el joven, viendo con profundo dolor como su padre iba cayendo por los sedantes.
:o es un comercial=??
ResponderEliminarbueno...
MUCHAS GRACIAS =D esta interesante ... no se porque pero cada vez que lo leo siento más ganas de ver la conti xD
siii genialoso! amo este aspecto psicologico *-* esta todo tan... realista o.o yo oficialmente... amo a la escritora XD
ResponderEliminary el "junsu ya lo mataste!" XD very good honey ;p
jae fuerza a junsu aahh
ResponderEliminarcomo puedes hacerle eso y encima se quejara cuando lo persigue
Junsu, ya sabes que esa pose de chico rudo no va contigo… te lo he dicho muchas veces.- AL FN ALGUIEN MAS QUE SE DA CUENTA xD!!!!!
ResponderEliminara mi eso me da risa jajajajaja ver a junsu queriendo ser badboy xD
pero por otra parte pobre junsu T.T inche jae, y pobre yunho waaaa y min O.o klk
dieron a parar con el enemigo de jae, con yoochun y compartiran cuarto con el y changmin, no sabia q jae se acostaba con junsu, pobre solo lo utiliza, esta muy interesante
ResponderEliminar