Autor: Sophie
Pareja: MinSu
Género: Lemon, Humor
Extensión: Oneshot
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Después de una larga jornada laboral en las oficinas de la bolsa de Seúl, el joven de 23 años se había ido a parar a un bar a altas horas de la noche, solo, como siempre.
Pidió una cerveza mientras relajaba su cuello tras estar horas postrado frente a una computadora.
El cantinero le arrojó una cerveza de costado, que no alcanzó a agarrar, debido a que otra persona, un asiento antes que él, la había tomado.
Por un momento se sintió fastidiado, luego una sonrisa se dibujó en su rostro luego de que el pobre diablo terminara de cantar: “If you wanna be pretty, everyone wanna pretty” y se lanzara a gritar lo triste que era la vida y lo merecido que tenía morir.
*
Largué una carcajada y luego recibí otra cerveza, que esta vez pude atajarla agraciadamente.
Me miró lascivamente como queriendo devorarme con la mirada, mientras la cerveza pasaba por mi garganta. Al parecer, definitivamente le había tentado. Tenía todos los ojos del bar posados sobre mí.
- ¡¿Así que te ríes de la desgracia de Shim Changmin, ah?! ¡Señorcito Eu Kyang Kyang!
No podía parar de reírme, y eso que aún no estaba bajo los efectos del alcohol. Tampoco tenía vergüenza, y de repente sentí un dejo de comodidad con esa persona que ahora se encontraba gritándome.
Pero de un momento a otro su aliento apestado a cerveza estaba más cerca de mi rostro de lo que creí, insultándome a los mil cielos. Traté de alejarme, pero solo conseguí caerme del taburete.
Ahora era él el que se reía de mí.
En un intento de solidaridad de este chico, mientras me veía tratando de levantarme inútilmente, me alcanzó la mano.
Inútilmente, debo decir.
Él terminó en el suelo y yo arriba de él. Estábamos totalmente tentados. Pareciera que hubiéramos sido amigos de hace años.
Otros hombres del bar nos ayudaron a levantarnos y volvimos a sentarnos en los taburetes.
- ¡Jajaja! Sería bueno que empecemos de nuevo. Jajá… yo soy Changmin, tengo 22, ¿vos?
- Mh… -tomé un trago de la cerveza–. Soy Junsu y llevo 23 veranos.
- Oh… la vida es tan trágica, no tendría ni que haber nacido… oh, ¿por qué mi madre no se cayó de la escalera? Oh…
Volví a lanzar una carcajada tras su confesión y me le quedé mirando a los ojos mientras seguía delirando debido al alcohol.
Esta vez, no se enfadó.
- Oh… la vida no tiene sentido… es sólo la búsqueda de la felicidad… oh, para que ser feliz, si cuando ya la tienes seguro ya te mueres. Oh… que injusta es la vida… Oh… ¿Para que aprendemos tantas cosas, si luego moriremos, y no nos servirán? Oh… -comenzó a girar su cabeza de arriba a abajo–. “Naega michyeoseo, jeongmal micyeoseo, nomu miwoseo…”
- No, no, no, así no es.
No me pregunten por qué, tan solo no me reí. Tomé la silla y comencé a bailar tal cual Son Dam Bi en Gone crazy.
Y él me observaba con cuidado. Tomó otra silla y se colocó a un lado mío. Nos sincronizamos y volvimos a empezar. No sé en que momento, todos se acercaron y comenzaron a hacernos coro.
Nareul tteotteotteotteotteo, deona beobeobeobeobeo beoryo!
Terminamos nuestra presentación exitosamente y el cantinero nos dio otro porrón de cerveza como agradecimiento por el show.
Lo ayudé a subirse al taburete, al parecer, llevaba mucho más tiempo del que pensaba bebiendo aquí sentado. El lugar volvió a la normalidad y me quedé mirando sus suaves facciones mientras permanecía en silencio observando la madera de la barra.
De repente me desconcentró cuando formuló una frase coherente.
- Hey, ¿vas a algún lado después?
- Eh… no.
Sí, le estaba contestando a un perfecto extraño. Es que ya le tenía confianza a este extraño.
Perdí la noción del tiempo y el reloj que apenas podía visualizar en mi muñeca marcaba las cinco de la mañana, o algo así.
- Dentro de dos horas tengo que volver al trabajo…
- Entonces vámonos en este mismo instante.
En un intento de hacer algo coherente me tomó de la mano y en un pestañeo ya estábamos caminando por un callejón rodeado de bolsas de basura. Era gracioso, nos empujábamos, a ver quien se caía primero, estábamos mal… esa cerveza tenía algo, lo sé.
El frío helaba mi nariz y hacía que echáramos humo de nuestras narices, pero sinceramente me sentía cálido a su lado. Por un momento casi tropiezo con una piedra y pude tomarme de un contenedor que iba pasando por al lado.
- ¡No te vayas a caer, eh! –rió.
Fue la primera vez que me quede viendo su sonrisa, era realmente auténtica. El solo ser la única persona observándola, me hacía sentir único. También comencé a reír y seguimos caminando.
Doblamos a la derecha apenas terminó el callejón, no me pregunten como es que me acuerdo, sólo lo sé. Caminamos unas cuantas cuadras por la vereda y sus largas piernas pararon de repente.
Agitó unas llaves en su bolsillo y atinó a darle a la cerradura de la puerta que tenía en frente. Quise ayudarlo, en serio, pero entre dos borrachos no se hace un hombre coherente. Luego de mucho consiguió abrir la puerta, y lo vi entrar hacia adentro desde lo lejos, me pregunté por qué dejó la puerta abierta, la tomé de la manija y estaba dispuesto a cerrarla desde afuera. Fue justo cuando se dio vuelta a mirarme.
- Eh, ¿qué no piensas pasar? Apúrate que entra frío.
Creo que me quedé congelado unos segundos observándo como seguía caminando, volví en mí y me decidí a pasar, cerrando la puerta detrás de mí.
Lo seguí hasta donde fuera. A decir verdad, era una casa bonita, de las clásicas.
Paró sin darme cuenta y casi me lo llevo de por puesto. Se quitó los zapatos y le copié.
No sé como me encontré en una cocina, pero allí estaba, sentado enfrente de un desayunador tomando un café.
- El café es bueno para la resaca…
- Oh…
- En realidad no sé de donde saqué eso.
No pude evitar reírme. Luego me sentí un poco incómodo al sentir como posaba su mirada sobre mí mientras sostenía su taza entre ambas manos y se apoyaba en sus codos.
Acercó un poco más su banco al mío, pude sentir su calor corporal.
Un cosquilleo estúpido en mi estómago me hizo soltar una sonrisa.
Dejó su taza a un lado y se volteó a mirarme, apoyándose ahora en un solo codo. Me encontré como estúpido observando el contenido de mi taza para evitar que nuestros ojos se cruzaran.
- ¿Podría esto ser más cursi y trillado?...
- … ¿Eh?
- ¿Podría ser esto más tonto, podría ser esta la forma más estúpida de conquistarte?
Estaba inevitablemente cerca, podía sentir su reciente olor a café y almendras, podía sentir su aliento. Podía sentir mis mejillas ruborizarse.
Esta persona, este desconocido, me estaba descolocando totalmente de mi eje. Estaba fuera de mi razón.
Rozó mis labios. Ahí fue cuando perdí mi razón.
Una tentación tan divina. Ambos nos quedamos inmutados. Cerré mis ojos y resoplé. No sabía lo que estaba a punto de hacer.
Lo tomé de la nuca y lo acerqué a mí, lo besé mientras acariciaba su cabello castaño. Es tan particular ese sabor, el sabor a cerveza opacada con el sabor al café con almendras, su sabor, aunque era mucho más allá de eso.
Sus labios eran confortables, cálidos, me sentía un total imbécil pensando todo eso. Me quedé quieto, no esperé respuesta alguna de él.
Aún peor, me tomó despistado. Me tomó de la cintura y se bajó de su taburete, en su descaro, comenzó a besarme dulcemente. Mis ojos se habían cerrado por inercia, no sabía que estaba pasando, que me estaba ocurriendo. Volví a sentir su aliento sobre mis labios.
- ¿Podría ser esto amor a primera vista? Oh Dios… qué me has hecho Junsu…
No pude encontrarle una respuesta concreta a aquello. Sólo lo acerqué a mí y desgarré sus labios. Tan sólo cerré mis ojos y olvidé lo que estaba sucediendo.
Mis torpes dedos comenzaron a desabrochar su cinturón, y al largar un suspiro de desánimo, Changmin procedió a ayudarme rápidamente.
Me mareé, y me tendí sobre su torso ya desnudo. No me pregunten, no se como fue.
Luego aparecí sobre un sillón de cuero. Mi cabeza daba vueltas.
Oh Dios, ¿me han drogado? ¡Bah! ¡Qué más da!
*
No, no estaba bajo el efecto de alguna droga.
Tal vez solo se había pasado de copas. Tal vez.
El amor era algo desconocido para ambos. Era la primera vez que sentían que conocían a la otra persona desde hace años, aunque se hayan conocido hace 3 horas atrás.
El caso es que ahora mismo un completo extraño se estaba apoderando de la intimidad del otro.
No se sabe exactamente en que momento Changmin colocó el miembro de Junsu entre sus labios. Acariciaba desde su bajo vientre hasta sus pezones con las yemas de sus dedos haciendo que su columna vertebral se curveara lentamente de forma anormal por cada espasmo.
¿Acaso ese chico era un gurú del sexo? Todo había empezado en un bar. Oh, y ni si quiera ninguno de los dos recordaba como se llamaba el bar, o donde quedaba, por lo menos para mantener el recuerdo.
Un dedo del más alto comenzó a introducirse dentro de Junsu. Ese pequeño sentimiento de que algo se estaba infiltrando en él. Ese pequeño sentimiento de que estaba invadiendo algo prohibido. A ambos les volvía loco.
Junsu apenas se daba cuenta del pequeño echo que los dos ya estaban desnudos, y de que esta iba a ser la mejor noche de todas.
Eso no eran dedos, era algo mucho más grande.
Un ronco gemido arrancó la garganta de ambos. Placer o dolor. No se sabe, era lo mismo en ese instante.
- Changminnie… eres tan jodidamente bueno en esto.
- Recuerda que eres mi única inspiración… -alcanzó a suspirar a su oído.
Junsu quería acallar los gemidos en un reprimente beso, pero sintiendo el orgasmo cerca no pudo hacer nada. Lo tomó de la espalda marcando sus dedos en él, dejándole ligeras marcas rojas.
- Te amo…
- No tengo idea a que carajo te refieres Changmin…
*
- Así que la cosa quedó así… te conquistó, se acostó contigo y te sacó información, resultando que él era un periodista y quería saber si había hombres homosexuales a cargo de la bolsa.
- Mucho de eso fue… pero dame dos tragos más, que “él” me está esperando por allá, lo emborracharé y volveré a darle sin parar. Como todos los viernes por la noche. Exceptuando que esta es nuestra primera noche sin estar solteros.
- Que tenga una buena noche… -le pasa dos vasos–, ahí tiene su cerveza.
jajajajaja me rei con el final muy bueno
ResponderEliminarcasados entre ellos? :O
ResponderEliminarjajja ke wena
ResponderEliminarasi ke eran amantes ??xD
...no entendi...
ResponderEliminarjajajaja xD me rei como no pude... el minsu tan sincero como siempre jajaja gracias
ResponderEliminarosea... que le estaba contando al cantinero como lo habia conocido? XD shit! tuve que leerlo 2 veces para entenderlo... que retrasada xDDD pero muy bueno el fic :)
ResponderEliminarNe ne~ o.o
ResponderEliminarMin y Susu se gustaron en el bar y ebrios tuvieron un "momento agradable" xD Min era un periodista, y ambos se enamoraron y luego se casaron? Eso fue lo que entendí xDDD
Bien cute, real y hermoso, como todo MinSu *u*
no entendi lo lei lo reelei y lo volvi a leer y entendi a leguas
ResponderEliminar¡Hermoso, sublime, delicioso! *aplaude como mujer de alta alcurnia*
ResponderEliminarOh, estoy en un éxtasis literario increíble. Hacia demasiado tiempo que no sentía esa sensación de orgasmo gramatical al leer un fanfic. Estuvo excelente y lo volvería a leer mil veces más. Muchas veces vi el título y nunca lo leí, honestamente por pereza, ¡y ahora no sabes cómo me arrepiento de no haberlo leído antes!
Realmente excelente aksajskajks *sigue rodando en sus orgasmos verbales*