The Open Door cap Epílogo

Abrió los ojos con pereza, tenía las sabanas hasta arriba para evitar que el sol se colara cuando era temprano por la mañana, había sonado su despertador como seis veces sin éxito alguno.

-¡ARRIBA FLOJO! – Hablo una mujer arrebatándole las sábanas –no estuviste toda la semana molestando con que hoy te levantara temprano…pues ¡arriba! –

-cinco…cinco minutos más, es todo lo que pido…- renegó girándose por sobre la cama –bueno pero si se te hace tarde no me vengas a reclamar nada a mi –y salió en silencio.

Nuevamente la luz molesta del sol volvía a colarse por entre sus pupilas, ahora pareció que realmente había funcionado, vio el reloj y se sorprendió muchísimo, era tarde.

-¡¡ES MUY TARDE!! – tomo la ropa que estaba sobre la silla, y metió en un bolso deportivo las cosas necesarias, repaso todo lo que llevaba en su memoria, todo para no olvidar nada de nada.

Retumbaron sus pasos por los escalones y llego hasta la cocina, donde toda su familia le miraba azorada –Mamá te dijo que era tarde…pero como siempre preferiste dormir “cinco” minutos más – dijo la pequeña al lado del hombre de traje que leía el periódico.

-si, ya sé…pero hoy, es diferente… -

La mujer sonrió cuando noto como decía aquellas palabras estirándose –desayuna que no quiero que a mitad de todo te me desmayes –

-Pero mamá es muy tarde…no comeré…-

-¿ah?... le diré a tu padre que te obligue… ¡come algo! –

La pequeña estaba muy ocupada en pelear con su pan tostado, tratando de ponerle mantequilla, además esas discusiones, eran cosa de todos los días, estaba acostumbrada, sus ojos se iluminaron cuando vio como por fin estaba toda untada en el pan, estaba preparada para darle la primer mordida, abrió la boca y cuando la cerro, se encontró con el terrible sabor de nada.

Su hermano se había robado el pan –¡¡ONIIII!!! – resonó por toda la calle, mientras el muchacho corría con todo para tomar el transporte que lo llevaría a su destino.

Estaba muy emocionado, totalmente feliz, sabía que el rumbo que había tomado su vida, iba a cambiarla por completo, se había esforzado y lo había conseguido con todo el éxito, muy por encima de los peros que pudieran existir.

Cada pequeña distancia, hacia que su corazón palpitara a mil, porque entre más avanzaba, más se acercaba a su destino, o por lo menos el lo veía de esa manera.

Creyó conveniente dormir unos minutos, después de todo faltaba una gran distancia, y no había dormido bien en toda la noche por los nervios.

Nunca sabrá el por qué, pero se había pasado de estación, se paro e hizo paso como pudo entre toda aquella multitud, hizo la parada correspondiente.

-¡waaa! No puede ser, ahora tengo que irme de regreso – miro el reloj –aún tengo tiempo…corre corre – y aunque no sabía exactamente donde estaba, su memoria le decía que era para el lado contrario… ¿era la memoria o lo obvio?

Agitado llego a su destino, miro con asombro el enorme edificio

-¡por fin! – respiro hondo, miro a su alrededor, y dio los primeros pasos para entrar.

-A ti te estábamos esperando… ¡vamos! –una persona de edad madura le indicaba que le siguiera por el elevador.

Llegaron al cuarto piso, había una cabina en un rincón, un enorme espejo y el piso estaba pulido casi como espejo, había un montón de chicos tumbados en el suelo.

-ve para allá…te dirán lo que tienes que hacer…corre – le señalo a un hombre parado frente a todos, dándoles indicaciones.

-disculpe…llegue tarde… -

El joven le miro y sonrió –no hay problema, ahora te digo lo que tienes que hacer –

Al cabo de los minutos, las horas de ensayo, el cansancio y el fracaso en algunas cosas, ya tenía mayor dominio en lo que le tocaba.

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había repasado aquello, hasta que, sus pies cansados, le pidieron que parara porque le habían fallado y se había caído.

-¡rayos! – expreso con la cara casi en el piso, se enderezo como pudo, pero no podía levantarse, se acerco uno de los tantos chicos a darle una mano.

-¿estás bien? – le pregunto un poco serio

-si solo fue el golpe- su cara expresaba un poco de dolor

-eres el nuevo ¿no? –

-si –

-bienvenido, ven vamos para allá, quiero presentarte a los demás del equipo- y le extendió la mano para ayudarle a levantar.

Aunque estaba confundido y acababa de llegar, sabía que tarde o temprano tenía que conocerles, siguió al chico hasta donde de entre todos los demás, resaltaban tres.

-Hola, miren, el también es nuevo… - luego del cálido saludo, le lanzó una mirada al recién llegado y continuó diciendo –de izquierda a derecha, el es Junsu, pero dile Xiah, el es nuestro líder Yunho, y este tímidamente escondido es Yoochun…también acaba de llegar…chicos el es Shim Changmin, pero le diremos el pequeño Min– sonrió con mucha confianza al terminar la frase.

Todos le recibieron con sonrisas y apretones de mano

-pequeño ¿ah?... ¿y tú eres? –pregunto por fin Changmin a quien le había presentado

-¿yo?...soy Kim Jaejoong- sonrió de nueva cuenta

Habían pasado dos meses desde aquel arduo trabajo, sabía que este era su momento, se llevaba la mano a la frente y se mentalizaba para dar lo mejor de si mismo, escuchaba muchísimas voces alrededor, pero estaba muy concentrado como para percibirlas con claridad –este es mi día- se dijo así mismo.

Escucho la voz de un hombre hablando por micrófono, y solo una frase había logrado sacarle de concentración – “¡¡CON USTEDES TOHOSHINKI!!” – y la audiencia no se hizo esperar, los gritos y los aplausos comenzaron a resonar por todo el lugar.

Uno por uno subían al escenario, cuando sintió un brazo que le detenía, se giro, era Jae que le miraba algo incrédulo -¿estás listo?-

-¿yo? – Preguntó Min señalándose a si mismo –yo siempre- y después de sonreírle con aire de grandeza, salió a dar todo lo que tenía en aquel escenario…

Era el comienzo de una nueva era…

Nueva vida…

Nuevo renacer…

El mundo conocería quien era Shim Changmin….

Fin