A cambio de mi virginidad cap 1

Kim Junsu estaba inclinado delante del altar de una capilla católica, vacía salvo por él. Juntaba sus manos en señal de oración y las colocaba delante de su frente, mientras cerraba los ojos y comenzaba con sus rezos.

- Por favor, hazme parecer como un adulto - rogaba el chico - no quiero que me confundan con un niño de primaria, quiero crecer como todos los demás, quítame esta imagen infantil...

A pesar de sus 16 años, Junsu conservaba el cuerpo de alguien menor. No le gustaba su cabello rubio ni su sonrisa de niño. Su cuerpo no había crecido mucho los últimos años, y la gente lo confundía a menudo con un niño. No toleraba las burlas que recibía por parte de sus compañeros, vivía solo en su casa, tenía pocos amigos... Es por eso que le rezaba a Dios constantemente, pero los resultados eran nulos.

- Cambia mi cara, no me gusta - continuaba con su rezo - y también...

Se detuvo antes de acabar la oración. Sus ojos se abrieron y contemplaron el crucifico de la capilla. "Y también... también quiero que él se fije en mi y se dé cuenta de que existo. Escucha mis súplicas, por favor. Amén". Junsu se persignó y tomó sus cosas para irse, pero el crujir de la puerta le indicó que alguien más había entrado. Una nube de pánico atravesó su rostro. "¡Oh no! ¿Me habrá oído?".

Volteó la cabeza y sintió a su mundo derrumbarse. Allí, parado, estaba el gran amor de su vida: cabellos negros como azabache, piel blanca como nieve y ojos oscuros... era Kim Jaejoong. "¡Qué vergüenza! ¡Tenía que ser él!!" pensaba el chico tapándose la boca. ¿Habría escuchado sus absurdos rezos? Sin embargo, éste no hizo nada más que sonreír ligeramente mientras se acercaba a Junsu.

- Así que tú eres el chico que viene cada mañana a rezar a esta capilla - dijo con la mayor tranquilidad del planeta - he escuchado tus oraciones, pero nunca me atreví a interrumpirte. "¡¿Por qué tenía que sucederme esto a mí?!". Junsu quería hablar, pero ningún sonido salía de su garganta.

- No tienes por qué avergonzarte, ya eres muy lindo aunque le pidas a Dios que cambie tu cuerpo - agregó el pelinegro tocándole la ruborizada mejilla. "¡¿Qué?!" Junsu no podría creer lo que escuchaba de esa boca. Le estaban halagando por su apariencia... por primera vez - ¿Cómo te llamas?

- K-Kim Junsu, estoy en el mismo curso que tú, primero...

- Junsu, ¿eh? - dijo Jaejoong - bonito nombre. Que Dios te bendiga, Junsu - y ante la mirada atónita de sus ojos, el chico de pelo negro le dio un suave beso en la frente, marchándose por la puerta que usualmente era para el sacerdote.

- Él... me besó - dijo el rubio tocándose inconscientemente la parte donde los labios de Jaejoong se posaron - Es imposible...

- ¡Oye, Junsu! - una voz masculina lo llamó desde la entrada principal. Era su amigo Lee Hyuk-jae, conocido como Eunhyuk, de pelo castaño y piel morena - ¿Me acompañas al patio? Hace 4 minutos que sonó la campana del recreo.

- ¿Qué?... ¡Oh, lo olvidé! - exclamó Junsu colgándose la mochila.

- ¿Qué estuviste haciendo? ¡te busqué por todos lados! - dijo Eunhyuk.

- É-él - tartamudeó Junsu señalando al pelinegro que en ese momento iba de camino al otro lado de la escuela – Jae-Jaejoong.

- ¿Jaejoong? - interrogó el Eunhyuk - Él es el encargado del mantenimiento del sagrario, pertenece a una familia cristiana muy devota. Siempre está rodeado de chicos y chicas que según parece es su fan-club personal... inalcanzable, ¿no?
Junsu sonrió al recordar eso último con el pelinegro. "Quiero parecer más adulto sobre todo para que Jaejoong se fije en mí. Él es muy hábil en todo: en los cursos, en los deportes, es guapo y amable... Ojalá que yo le guste".

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Esa tarde Junsu visitó una librería cerca de su apartamento. A él le agradaban mucho los libros, su sueño era convertirse en escritor. Junsu se paseó por los estantes buscando algo interesante para leer. Hubo un libro que le llamó la atención, era un tomo grande, pero muy antiguo, titulado: "Hechizos que cumplen todos tus deseos". Era anónimo, pues carecía del nombre del autor. Tampoco estaba la editorial ni la fecha de publicación.

- Parece que estás interesado en ese libro - dijo el señor que atendía - no sé como apareció aquí, pero como nadie lo vino a reclamar lo pusimos en venta. Eso fue como hace 10 años.

- A mí me parece fascinante - comentó Junsu limpiando el polvo - lo quiero comprar.
Vendido por 100 wons, el chico llegó a su casa con el libro en la mochila. Inmediatamente fue a su habitación y lo destapó en su regazo como si fuera un niño a punto de abrir un obsequio de navidad. Allí había de todo: desde encantamientos para hacer que le salgan verrugas a tus enemigos hasta trucos de magia. Junsu quedó maravillado con lo que encontró, pero los pasos a seguir eran muy difíciles, por ejemplo: bañarse la cara con extracto de ciruela o correr descalzo con aceitunas en la boca. Hubo algo en particular que le llamó la atención: "Hechizo para ganarse el corazón de la persona a quien amas".

- En noche de luna llena - comenzó Junsu - entrar en el mahoujin, pronunciar las frases mágicas y pedir tu deseo.

Tal vez una mera coincidencia, pero en ese momento la luna estaba tan redonda como una pelota. ¿Por qué no intentar el hechizo? Podría funcionar. "Si Dios no quiere ayudarme con mi problema, entonces usaré la magia", pensó Junsu decidido. Minutos después, ya se encuentra dibujando un círculo de tiza en el suelo, colocándole runas antiguas y todos esos detalles que había en el libro. Terminado ya ese primer deber, se arrodilló justo en el centro del mahoujin. La habitación estaba a oscuras, y la luz lunar penetraba a raudales por la ventana abierta. Sintiéndose tonto por unos momentos, Junsu pronunció las palabras mágicas, cerró los ojos y juntó ambas manos.

- Kim Jaejoong... quiero que sea mi novio - pidió.

No pasó nada al principio. Ni siquiera un destello de luz, una ráfaga de viento, nada. Esperó otro par de minutos en la misma posición. Nada todavía. Otros 30 segundos. Nada. "Qué tonto fui", pensó Junsu ya rendido, "estas cosas son un simple consuelo, si el amor se pudiera manejar con la magia, nadie sufriría". Sin embargo, al ponerse de pie dispuesto a borrar el círculo, una fuerte ventisca penetró por la ventana y llenó su cuarto de plumas negras.

- ¡AHHH! - gritó Junsu cubriéndose el rostro con las manos.

Las hojas del libro se pasaron solas, y las runas del mahoujin comenzaron a brillar. Entonces, en una explosión de humo, apareció de la nada un hombre con ropas negras. Estaba cruzado de brazos, y había un cuervo en su hombro. Poseía dos enormes alas oscuras en su espalda, y de su cabeza sobresalían un par de largos cuernos. Su cabello negro estaba dirigido hacia atrás de modo que dos mechones le caían por la cara, pero sus ojos eran lo que atraía más, un par de ojos color sangre, que traspasaron el alma de Junsu como un fuego ardiente. La aparición se mantenía allí impasible, examinando a Junsu de pies a cabeza.

- ¿Tú me llamaste? - le preguntó con una voz grave. Una provocativa sonrisa marcó su rostro - Puedes llamarme Yoochun, aunque en tu mundo me conocen como Satanás.

- ¡¿QUÉ?! - exclamó Junsu abriendo los ojos desmesuradamente. "Fue un hechizo de magia negra, soy un idiota" - No...

- Me llaman después de tanto tiempo y resulta que es un simple niño - replicó Yoochun decepcionado. Junsu se asustó y sacó un pie fuera del círculo, pero una risotada del demonio le hizo detener - Tonto, ¿no sabías que una vez fuera del mahoujin puedo matarte?

- ¿Me... matarás? - balbuceó Junsu. "Esto no puede estar sucediendo..."

- Un alma fresca y joven, hace mucho que no veo algo así - dijo Yoochun estirando su brazo para cogerle del cuello a Junsu - Te disfrutaré despacio.

¿Por qué a mí?, pensaba el chico. Sentía de manera extraña como su alma se resistía a abandonar su cuerpo "¿Voy a morir sin apenas tener la oportunidad de declararle mi amor a Jaejoong? Pero siento el corazón tan liviano... que ya no me importa morir. ¿Será esta la sensación de ser atraído por el Diablo?" Mientras esperaba el golpe final, la mano de Yoochun abandonó su garganta y volvió a su antigua posición.

- Aunque... tú eres virgen, ¿verdad? - preguntó el ojirojo. Junsu abrió sus párpados - he cambiado de idea. Te daré el corazón de Kim Jaejoong a cambio que me des tu virginidad.

El encantamiento se rompió al instante. Junsu contempló al.

- ¡¿QUÉ QUÉ COSA?! - gritó.

- Si no aceptas el contrato, te mataré - dijo Yoochun tan tranquilamente como si estuvieran en una amena conversación entre hermanos - Tómalo o déjalo, tú te decidirás.

"¿Por qué yo?", pensaba Junsu con agua en los ojos.

CONTINUARÁ....