PRIMER TIEMPO
¿Cómo lo hacen? ¿Cómo diablos hacen para tocarte así como si nada? ¿Cómo hacen para ignorar tu muy deseable cuerpo el cual yo no he podido sacar de mi cabeza? ¡Maldita sea la hora en la que llegaste a complicar mi existencia!
Acabamos de ganar la AFC Champions League, la euforia que invade todo mi ser es tan intensa que siento que quema cada fibra de mi cuerpo. Después de todo el arduo esfuerzo, después de todo el trabajo, después de tantas prácticas día y noche, después de tantas dietas cuidando nuestros cuerpos para estar en forma, después de jodernos tanto, al fin obteníamos nuestra merecida recompensa. Yo aún no me lo creía, ni los gritos de los aficionados, ni los cohetes de celebración, ni siquiera las palmadas de felicitaciones haciendo presión en mi espalda eran suficientes para abrirme los ojos.
Todo el partido había sido un completo infierno. Mi cuerpo se encontraba devastado porque entre tratando de no dejar que me quitaran el balón los japoneses y evitar cualquier contacto físico contigo me había sobre exigido. Mis piernas temblaban, me pedían a gritos que les diera un descanso, que las dejara reposar sobre mi cómoda cama, pero yo sólo podía estar allí, de pie como un idiota mirando sin mirar como nuestros compañeros te abrazaban y te despeinaban cariñosamente, creyendo sin creer que habíamos ganado el campeonato, sintiendo sin sentir mi cuerpo desgarrarse del dolor. Muriendo sin morir.
Como pude me escabullí entre la muchedumbre de gente y huí a las duchas. Me bañaría lo más rápido posible e iría a casa, diría cualquier cosa para excusarme y no ir a la fiesta de celebración, haría cualquier cosa para evitar estar en las mismas cuatro paredes que tú.
Porque el diablo no perdona, las paredes ven y oyen, ven y oyen muy bien.
Cuando ya me encontré en la ducha pude respirar mejor. Tenerte cerca de mí era un martirio, un martirio tan intenso que a veces pensaba que me volvería loco. Que perdería la cordura. Que explotaría y en el momento menos pensado, cuando tu no estuvieses mirando te encontrarías debajo de mi, a mi merced.
No sé si fue mi imaginación o es que ya mi cuerpo estaba al borde del colapso, pero creí ver vapor en el instante en que el agua toco mi piel, ¿tan intenso era lo que provocabas en mí que hasta el agua evaporas? Reí nervioso y repuse a mojar mi cuerpo por completo.
De seguro era por el partido, ¡claro que era por eso! Y es que estar más de 90 min. corriendo como loco detrás de un balón evitando que te pisaran, empujaran, patearan y muchos más verbos ofensivos, no eran cosa fácil. Eso, y el hecho de que corría más de lo normal tratando de evitarte. Ah, y no sólo eso, también evitaba mirarte.
Mirarte era confiar en el diablo, firmarle un contrato y entregarle mi alma.
¿Te has visto en un espejo, cierto? Debes estar conciente de lo atrayente que eres y el efecto que produces en las personas, ¿lo sabes verdad?
Limpiecito, vestidito y perfumadito eres inefablemente hermoso, pero cuando juegas eres el quíntuple.
Cuando corres, tu cuerpo adquiere volumen, no lo se, talvez alucino, pero te ves más grande, fornido, totalmente deseable. Cuando te preparas para patear la pelota en busca del gol cual mala maña te muerdes el labio inferior, volviéndome completamente loco. Cuando las gotas de sudor atrevidamente surcan tu cuerpo, tu rostro, ¡Dios! En esos momentos deseo ser esas pervertidas gotas. Cuando levantas tu camiseta para secarte el sudor yo pierdo el habla, mi respiración se detiene y mi corazón bombea más sangre de lo normal. Me paralizas por completo, ¡es tan estresante! En ese mismo instante puedo ver mi nombre escrito en cada uno de tus chocolates, ¡maldición! Has calado tanto en mi que veo mi nombre tatuado en tu cuerpo, como si fueras mío, llamándome, tentándome, pidiéndome descaradamente que lo pruebe, que le de una mordidita, una chiquita.
—Mierda, si sigo en este plan tendré que ir a un médico —digo sin mucho animo mientras levanto mi cabeza dejando que el chorro de agua me de directo a la cara, a ver si no sólo se iba el sucio sino también mi locura — ¡me vuelve loco! —blasfemo enfurecido y golpeo la pared.
¡Es que no era mentira! Ya hasta había perdido la cuenta de cuantas veces había mordido mi lengua, golpeado mi cuerpo, hasta me había cacheteado para evitar correr hacía ti y obligarte a hacerte cargo del daño que me habías hecho. ¡Todo era tu culpa!
Tú Shim Changmin, estás en mi lista negra.
¡Te detesto!
Cuando me siento lo suficientemente calmado como para volver a afrontarte – porque ahora todo rodaba entorno a ti – cierro el grifo y tomo mi toalla. Comienzo a secarme sin ganas, cansado de todo, de mí, de ti, de todo. Termino de secar mi cuerpo y enrollo la toalla a mi cintura. Progresivamente busco otra para secar mi cara y cabello. Mientras me froto me percato de cómo el agua se va por la rejilla, y en ese instante deseo ser esa agua, que se va, que se pierde, que nadie sabe de ella, que se aleja de ti.
— Ahora si me estoy volviendo loco prefiriendo ser una estúpida agua y no yo, quien tiene dinero, fama, amor, dinero, belleza, dinero, salud…
—¡Jae-ah! —Escucho la melodiosa voz de Hyun Joong llamarme. Levanto mi cabeza y le lanzo una mirada expectante.
— ¿Qué sucede… —No puedo culminar mi pregunta ya que sorpresivamente me siento asfixiado por los fornidos brazos de mi amigo.
—¡JAE-AH! ¡GANAMOS! ¿QUE ACASO NO LO NOTAS? ¡GANAMOS GANAMOS! —Gritaba en mi sensible oído totalmente emocionado, y creí verle un brillo especial en los ojos, y no, no eran escarchitas tipo anime, eran lágrimas, lágrimas de felicidad. Le correspondí el abrazo y sonreí para mis adentro escondiendo mi cabeza en su cuello.
—Ganamos Jae-ah, ¡estoy tan feliz! —Me confesaste mientras aflojabas el abrazo.
—Lo sé Hyun —Exclame y lo mire a los ojos.
—¿Qué sucede Jae-ah? ¿No te alegras? —Me preguntaste inocente. Sonreí avergonzado y desvíe nuestras miradas, era tan patético.
—Estoy feliz Hyun, no sabes cuanto pero tengo muchas cosas en mi cabeza, discúlpame.
—¿Vendrás? —me pregustas mientras te separas completamente de mi. Estabas totalmente bañado en sudor –talvez debería bañarme de nuevo- despeinado, con un mechoncito de cabello levantado sobre tu cabeza cómicamente y con una sonrisa que no cabía en tu rostro.
—¿A dónde? —pregunto confundido mientras me alejo hacia mi ropa.
—¡A dónde más Hyung! A la fiesta, ¡esto hay que celebrarlo! —Otra vez tu alegre grito retumba en mis débiles oídos.
—Ah, eso. Perdón Hyun, creo que no iré —Te digo mientras entro a un cubículo para vestirme. Noté que habías quedado estático, como analizando lo que te había dicho. Fue después de encerrarme en el cubículo que reaccionaste y comenzaste a pelearme.
—¡Qué! ¡Tienes que ir Jae-ah! —reí quedamente imaginando tu cara de reproche, pero tu me oíste—, ¡No te rías KIM JAEJOONG!
—Ok ok, no lo haré, pero de verdad Hyun, no puedo ir —Salí del cubículo sólo con el blue-jean y sin yo percatarme me lanzaste un manotazo a la cabeza—, ¡HEY! —Te grité sobándome la zona lastimada, ¡Hello! No me golpees, estropeas mi belleza.
—No me importa, tú vas a ir porque sí, ¡HE DICHO! —Culminaste con tu amenaza y te fuiste, dejándome con una cara de ¿¡WTF!?
¡Qué te pasa Hyun Joong! ¿Acaso me odias? ¿No ves que trato de evitar una violación?... Ok ok, ya entiendo, tu estabas muy feliz y esa felicidad te impidió ver mi deplorable estado, por eso actuaste tan infantilmente y me golpeaste. Ok ok, ya lo entendí todo. Yo te entiendo a ti, ¿pero tú a mi no?
Te quiero mucho amigo, de verdad, te quiero mucho mucho, como a un hermano, pero por favor, no me obligues a ser un criminal.
Después de terminar de vestirme utilice de nuevo mis habilidades de escape, monte mi auto y me fui directo al departamento. Lo último que escuche de Hyun fue una amenaza de muerte, nada importante.
Tenía cosas más importantes de que preocuparme, como por ejemplo, esperar qué rayos dirían los malditos reporteros de mi sobre el por qué no fui a la entrega de medallas y todo ese proceso.
Tsk. Can kiss my ass.
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10: 22 pm.
Veeeeeeee, veeeeeee, veeeee a la fieeeeeeestaaaaaa.
¡No! ¡No puedo! ¡Debo evitarlo!
¿Por queeeeeeé? El alcohol todo lo puedeeeeeeeee.
¡Que no, Joder!
Túuuuuu sabes que quieeeeeereeeeees.
Si si si si ¡Si quiero! ¡Pero de seguro él no, idiota!
¿Cómo lo saaaaaabeeeees?
Bueno…
No se le conoce novia ni novio ni naaaadaaaaa.
Es cierto, pero…
Hazlo, vístete, toma tus llaves, el celular y vete. Él te está esperaaaaandoooo.
¿De verdad?
Estoy seguuuuurooooo.
Ok, listo. ¡Ya está! Estoy lo suficientemente dañado como para crear voces traicioneras, y estoy aún más loco al hacerles caso. Mis fantasmas me hablaron, me dijeron que fuese, que él me estaba esperando. No sabía si era verdad o no, no sabía si aún seguía igual de cuerdo que en la mañana, no sabía si el cielo seguía siendo azul, si el pasto seguía verde, ni siquiera sabía si seguía en Corea.
Lo único que sí sabía era que:
1-. Estaba sumamente sexy y no pasaría desapercibido.
2-. Cargaba llaves y celular en mano.
3-. Estaba camino a una fiesta donde él estaba y yo llevaba muy buenos amigos:
Lujuria, Gula y Locura.
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“Así Es Han Kyul, como has dicho, nos encontramos a las afueras del departamento de uno de los jugadores del club Atlético Mirotic, Ok Taecyeon donde aparentemente los muchachos del club celebraban su victoria de la AFC Champions League, sin embargo la situación se torno turbia cuando uno de los miembros, Kim JaeJoong, atacó sexualmente a uno de sus compañeros …
¿Sexualmente? ¿Estás segura de lo que dices Min Ji?
Sí Han Kyul. Tal hecho lo afirman los testigos y hasta la propia victima, Shim Changmin.
¿Qué crees que ocurra con Kim, Min Ji?
Sinceramente Han Kyul, lo más probable es que el joven Shim tome cartas legales en el asunto. No hay declaraciones oficiales pero existen posibilidades de una demanda contra el chico Kim.
¿El agresor no alega la ingesta desmedida de alcohol?
Exactamente Han Kyul, la misma ausencia de esta bebida en el organismo del chico Kim es lo que hace aún más confuso todo este asunto. Los testigos afirman que desde el momento en el que el joven JaeJoong llego a la fiesta no dispuso de tomar ninguna bebida alcohólica y también que físicamente aparentaba estar totalmente sobrio. Se presume que el ataque fue voluntario.
Definitivamente estas resultan ser malas noticias tanto para JaeJoong como para el equipo.
Cierto Han, de acabar todo esto ante un juez, resultarían ser de una a dos bajas de los mejores jugadores del Atletico Mirotic.
Muchas gracias Min Ji, esperaremos ansiosos cualquier avance que nos puedas proporcionar.”
Era increíble como podía torturarme a mi mismo, y de semejante forma. Siempre sospeche que mi mente tenía vida propia, que yo no la controlaba como cualquier humano normal, que de seguro mi conciente era menudo en comparación con mi inconciente, el cual de seguro tenía la mayor parte del poder – por no decirlo “todo”.
Minutos antes mi macabra mente que con su macabra voz imaginariamente macabra que macabreaba dentro de mi joven, inocente y sana mente, me sedujo tanto que termine firmando con el diablo y me decidí a ir a la dichosa fiesta.
Y ahora, como si de remordimiento se tratase, mi no-muy-buena mente me jugaba otra broma de mal gusto.
Una cosa era el cargo de conciencia, pero otra muy distinta es que después de darme la soga pretendiera que yo mismo me la colocara alrededor del cuello.
- Vamos, yo soy Kim Jaejoong, tengo el suficiente autocontrol como para evitar una violación – me dije a mi mismo alentándome, sin embargo una macabra risa se poso en mis oídos provocándome un escalofrío. - Estoy enloqueciendo, ¡¿qué me hiciste Shin Changmin!? – grité obstinado al tiempo que golpeaba el volante.
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Las luminosas calles de Seúl se encontraban tranquilas, sin ajetreos, bastante raro para ser sábado por la noche. Un AudiR8 color plomo se deslizaba por las avenidas, con un conductor que no parecía estar controlando el volante, sino peleando con el.
Luego de unos minutos llegó a un lujoso conjunto residencial. Ante el se exponían unos edificios como de más de 10 pisos, unos jardines frondosos y llenos de color y vida, mas a un costado un parque full equipo prometedor para los más pequeños de la casa.
El joven de blanca tez bajó del vehículo con desden. No se dirigió de una vez a la entrada del edificio, en cambio se quedo recostado sobre el auto, pensativo, casi ausente.
- ¡Joder! – chilló – no estoy seguro si ir…
El pobre deportista estaba hecho un lío. Miles y diferentes emociones aprensaban su ser, cual soga enroscada en su cuerpo, lastimándole.
Estaba nervioso, ansioso, impaciente y “ligeramente” aterrado. Por mucho que le cabreara en lo más hondo de su orgullo, Changmin la intimidaba, lo hacia dudar y tragar hondo.
¿Cuándo el dongsaeng había tomado tanto control sobre él?
- Ah si, cuando simpatice demasiado con él… - se contestó frunciendo el seño.
No importaba que tanto le gustara el muchacho, él era Kim Jaejoong, delantero estrella del Atlético Mirotic, uno de los futbolistas asiáticos mejor pagado y conocido a nivel mundial. Modelo cotizado por famosas marcas y admirado tanto por hombres y mujeres. Simplemente él era demasiado bueno para el moreno.
- Olvídate Changmin, no me harás… - callo sobresaltado al escuchar una voz gruesa hablarle.
- Joven, ¿tiene algún problema? – preguntó a distancia un señor de edad, uniformado y con un dejo de preocupación en su rostro.
- “El portero” – pensó Jaejoong volteándose a verle – no no, no se preocupe Ahjussi – le dirigió una sonrisa fugaz y rápidamente abrió su auto, tomo la caja de cigarrillos y se encamino hacia la entrada del edificio.
- De acuerdo – dijo el señor y le siguió los pasos.
“Que sea lo que Dios quiera”
Mordió su lengua, aquella frase “Que sea lo que Dios quiera” era patética, conformista y humillante. Que Dios ni que nada, él iba a esa fiesta sólo y únicamente para disfrutar y festejar la victoria obtenida. No cualquiera puede coronarse como el mejor equipo del continente, y definitivamente él no era cualquiera.
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Ya en el apartamento de Taecyeon el pobre de Jaejoong se sintió aún más tenso que en el mediodía. A pesar de que se había tomado su tiempo para predicar todas las oraciones que conocía y que le pudieran alejar del mal de la agresión sexual que amenazaba su integridad psicológica, emocional y social, notó como todo se iba al caño.
Él estaba jugando con fuego, y el que con fuego quema el rabo se le calienta.
A pesar de que los nervios le comían, quedó ensordecido con la alta música que predominaba en el lugar, más las diversas luces de colores que de cuando en cuando lo cegaban por milisegundos. Talvez con tantos agentes externos podría olvidarse de que él y Changmin estaban compartiendo el mismo espacio cuadrado.
- ¡Jaejoong-ah! ¡Viniste! – le llamó sonriente Taecyeon desde la mesa de bocadillos.
- ¿Cómo podría perderme una de tus fiestas? – exclamó el castaño al tiempo que se le acercaba al pelinegro y le palmeaba la espalda.
- Yo sé cuanto te gustan las fiestas querido amigo, por eso puse la mejor música, la pista de baile está esperando por ti.
- En un rato le daré una vuelta – el más alto le regalo una mirada amical, a la cual Jaejoong respondió con otra sonrisa y ambos amigos se despidieron. Mientras que Taecyean retomó la conversación que tenía con el portero del equipo, Daniel Henney, por su parte, Jaejoong se dispuso a inspeccionar el apartamento, pendiente de las caras familiares que se fuese a encontrar, y al tanto de cierto mediocampista al que debía evitar.
El apartamento era bastante amplio, con una decoración algo contemporáneamente deportiva. El piso estaba alfombrado de un color azul grisáceo, con una amplia sala donde se establecían las luces de diversos colores en el techo, el potente y moderno equipo de sonido y paralela a ésta se encontraba la vasta sección de aperitivos. No obstante, al entrar al apartamento te encontrabas de frente con el bar – donde también alcanzaba a llegar la música y se encontraban algunas personas disfrutando de cócteles y algunos otros tragos alcohólicos.
La música electrónica de pronto comenzó a hipnotizar a Jaejoong, entrando en una especie de transe que de alguna manera lo estaba relajando, haciéndolo olvidar todas su frustraciones y preocupaciones.
- Esta noche sea como sea, seré libre de ti, Shim Changmin – musito por lo bajo en forma de promesa. Se acomodo su chaqueta negra de forma prepotente y se lamió los labios, estaba listo para sacarle humo a la pista de baile.
- ¡Hey Jaejoong-hyung! – el nombrado volteo pasivo, al tanto de quien se trataba.
- ¡Oh, Hyun Joong! ¿Qué tal? – le saludo mientras posaba una sonrisa en sus labios.
- Todo bien, ¿hace mucho que llegaste? – preguntó algo eufórico. Jaejoong pudo notar como su amigo se encontraba algo pasado de copas, pero nada grave, pensó. Notó que el chico vestía unos pantalones color tierra, más una camisa blanca y una chaqueta color beige que hacia juego con los pantalones los cuales combinaban a la perfección con su cabellera color miel.
- No, acabo de llegar – confesó divertido el castaño.
- ¡Y tu y que no ibas a venir! Yo sabía que terminaría viéndote por aquí. Se lo dije a todos “No se preocu –hip –pen muchachos, Jaejoongnnie vendrá y nos dará hip una demostración de baile” – el receptor no pudo evitar soltar una pequeña risa burlona, y como el hábito que lo caracterizaba, tapo su rostro en el acto, lo cual no paso desapercibido ante los ahora ebrios sentidos de Hyun Joong.
- ¿De qué hip hip te estás riendo? ¡Yo estoy hablando hip hip muy enserio! – reclamó tambaleándose.
- ¡Por dios Hyun! Apenas son como las 10 de la noche y ya estas borracho, ¡que poquito eres!
- ¿hip Qué hip? ¿Borracho yo? Claro que hip hip no.
Con un semblante divertido y burlón Jaejoong ayudo a Hyun a sentarse en un sofá que estaba próximo a ellos. Le costó un poco zafarse de él ya que éste no daba pistas de querer soltarlo para nada, jalando de forma torpe las ropas del níveo. Conocía a Hyun desde la primaria, era uno de sus amigos más cercanos, uno de los pocos con los que pudo compartir su sueño de ser futbolista. Él siempre estuvo para darle los ánimos cuando estos tomaban sus maletas en planes de irse, cuando se encontraba en medio de la desesperación y no veía más nada que la devastación, Hyun siempre le dio esas palabras de apoyo que le animaron y afianzaron su perseverancia para seguir en la lucha. Ambos nunca se vieron como una competencia el uno con el otro. Aunque perseguían el mismo sueño, aunque al acostarse por las noches compartían el mismo sueño, nunca mostraron ni un ápice de mezquindad entre ellos.
Y después de tantos años compartiendo, riendo, llorando y de todo, sabía a la perfección que su querido camarada era nada frente al alcohol. No pasaba de un vaso completo cuando ya comenzaba a hablar incoherencias y tambalearse de forma graciosa. Más de una vez le había dicho que no se emocionara mucho en las fiestas, pero estaba más que evidenciada la gran autoria que ejercía Jaejoong sobre Hyun tomando en cuenta que el castaño se encontraba prácticamente como un niñero al lado del rubio.
- Hyun, mejor quédate aquí tranquilo y no hagas nada estúpido – le ordenó el caucásico al tiempo que hacia ademán de abandonar el lugar pero el nuevo agarre del rubio le impidió su no-heroica huída.
- Oye Jae-ah oppa… - si, el pobre también acostumbraba a confundir los honoríficos cuando no se encontraba en sus 5 sentidos.
- No soy tu oppa, soy tu Hyung – Jea rodó los ojos un poco desganado. Amaba a Joong pero no era su plan estar de enfermero en su noche de gloria.
Sin esperárselo pronto notó como se acercaba a ellos Daniel quien le miraba cómplice, como diciéndole que él sabia lo que estaba pasando. Jae le miro suplicante y ya cuando Daniel estuvo junto a ellos, como si de un pacto visual se hubiera tratado, Jae se alejo dejando a Daniel a cargo de su dongseang.
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El sonido vibrante del lugar aturdía sus pensamientos de una forma sofocante, y en cierta manera aquello le era muy conveniente ya que lo distraía de pensar en Changmin y cualquier otro pensamiento relacionado con cama, deseo y placer. Él nunca debía pensar en él, es más, él no tenia porqué pensar en el moreno más allá de maquinar alguna táctica o estrategia de pase del balón y así poder efectuar el gol definitivo del partido.
Era mejor de esa forma. El, Kim Jaejoong, era un hombre y Shin Changmin también. Posiblemente tuviera una linda y conservadora novia esperando cada día por él después de las prácticas, porque más de una vez habían circulado rumores sobre la vida amorosa de su querido compañero que no hacían más que alterarlo y entristecerlo haciendo que se decepcionara de si mismo por dejar evidenciado que sin importar cuanto empeño pusiera en autoconvencerse de que el alto no le llamaba la atención, en el fondo él tenia la ilusa esperanza de ser correspondido.
En medio de todas esas luces de vivos y sicodélicos colores pudo discernir los rostros de algunos de sus compañeros, futbolistas de otros clubes y una que otras celebridades entre contantes y actores. Imagino que su director técnico no se encontraba porque había caído presa de la gripe y estaba postrado en cama. Decidió luego enviarle un mensaje deseando que se mejorara pronto.
Sintiéndose un poco más calmado comenzó a ansiar la pronta ingesta de alcohol a su organismo, a fin de cuentas se encontraba en una fiesta y lo que se hacia en ellas era desestresarce y pasarla bien. O por lo menos eso era lo que él pretendía, a menos que su sub-conciente le tuviera otros planes, los que de seguro aunque él no compartía, moría por ejecutar.
Soltó un suspiro deshaciéndose de esas perturbadoras ideas y se dispuso a entrar en calor tomando un vaso hasta el tope de whisky. Apoyo su atlético y gallardo cuerpo en la pared cerca del equipo de sonido, dejándose cautivar por la música electrónica que comenzaba a picarle los nervios con cada retumbe concibiéndole delirar fogoso.
Portaba una pose totalmente sensual. Un jean de tubitos color negro con una camisa color vinotinto que hacia un perfecto contraste con su nívea piel. Un pronunciado cuello en V lo suficientemente amplio como para no dejar nada a la imaginación de quien le viera, con una chaqueta de cuero negro y unas botas del mismo color. Su dedo índice se encontraba adornado por un grueso anillo de plata y su llamativo cuello se encontraba abrazado por un collar del mismo material el cual haciendo juego con el corte en V de su camisa, tenía un dije de bronce en forma de garra con algunos detalles en negro y diamantes.
Digna pose de un dios. Pies cruzados, ligeramente inclinado hacia delante con el vaso de whisky en su mano derecha y la izquierda haciendo bulto en su bolsillo. Todo, más el efecto de las luces y el humo del lugar le daba una completa y exquisita imagen del sexy hombre que nunca falta en las fiestas.
Podrían decir de Jaejoong todo lo que quisieran. Que era reservado, que en algunas ocasiones se comportaba prepotente, algunas veces un poco excéntrico y una que otras que era todo un Don Juan, interesado sólo en el fútbol, el dinero y el sexo. Podían decir, pensar o especular todas las hipótesis que sus triviales mentes quisieran, pero jamás podrían decir que tenía malos gustos para vestirse, ni mucho menos que era un chico desentendido del mundo de la moda. Y es que a él nadie le vestía. Llevaba el talento innato y él se enorgullecía de eso.
Era lo suficientemente sexy como para levantar las miradas de mujeres y hombres, adultos y jóvenes, hasta quizás de los extraterrestres. Y él estaba al tanto de ello.
Sin embargo, allí se encontraba él, escondiéndose de alguien que ni siquiera sabia si se encontraba cerca, e impaciente por una noche de placer. Sólo se le antojaba una noche de sexo y la única persona que deseaba que satisficieras esos deseos banales estaba fuera de su alcance.
Comenzó a inspeccionar la zona. Si deseaba satisfacer sus deseos así no fuera con su preciado y al mismo tiempo odiado objeto de deseo, por lo menos necesitaba de una persona reservada, llamativa y que despertara algo en él.
Sin darse cuenta, se dispuso a zapatear desesperado, necesitaba descargar todos sus deseos de una buena vez, y que ya fuera por su cuarto vaso de whisky no hacia más fácil la búsqueda. La noche era joven y él deseado aprovechar cada minuto que pudiese. Esa noche era para él y sus compañeros. Ellos habían sido los que se habían matado entrenando y jugando, y la fiesta era ejemplo vivo del resultado de sus esfuerzos.
- Hola – una delicada voz hizo eco en sus oídos. Se encontraba tan abstracto en sus pensamientos que ni siquiera notó la presencia de la dulce chica que se encontraba en frente de él, ni mucho menos se percató de cuándo se aproximó hacia él. Levantó la vista para encararle, al tiempo que le regalaba una sonrisa amigable. La chica tenía un porte dulce y provocativo. Un sencillo vestido color escarlata hasta las rodillas ocultaba su delgado cuerpo lleno de finas curvas. La chica al instante le correspondió la sonrisa con otra un tanto tímida. El castaño se llevó una grata sorpresa al notar el hermoso rostro de muñeca de su acompañante. Ojos grandes, expresivos y adornados de unas lindas pestañas largas. Unos labios color pastel que se veían tan suaves como el mismo algodón. Su cabello era de un color parecido al de su Hyun, el cual caía cual cascada sobre sus hombros.
- Hola – se apuro en responder tomando en cuenta que ya la chica había esperado más de lo normal en una conversación de “primer encuentro” - ¿cómo te llamas? – la chica contrajo su rostro de forma sorprendida, cosa que quiso disimular pero sin mucho éxito ya que esto no pasó desapercibido por Jaejoong.
- YooHoo, mucho gusto.
La suerte comenzaba a tocar su puerta. En medio de todo su desespero por poder consumir sus frustrados deseos sexuales, cortesía del Señorito Shim, sin ningún esfuerzo de su parte, sólo exponiendo al mundo su natural y deslumbrante belleza, una chica linda se le acercaba a él, quizás en busca de una amena plática, ligar o simplemente, si la suerte seguía en aumento, lo mismo que él anhelaba para esa noche.
- Hermoso nombre – el brillo en los ojos de la chica se intensificaron con las halagadoras palabras de Jaejoong. Él sonrío complacido, a pesar de que se encontraba en medio de un conflicto mental relacionado con su sexualidad, aún tenia la bendición de estremecer con unas simples dos palabras las emociones de una mujer.
- Lo mismo digo yo, Jaejoong, ¿cierto? – preguntó haciéndose la desentendida. Estaba más que claro que ella tenia conocimiento sobre él. Todo ciudadano surcoreano sabía quién era él, por no decir que casi media población mundial.
- ¿Quieres bailar? – un tanto descarado ignoro su pregunta, ¿para qué responder? Él sabia quién era él, ella también. No hacia falta tanta formalidad ni tampoco una presentación más extensa.
- Me encantaría – ella notó la ligera frialdad que expresó el castaño en el todo de su voz. Enteramente no le molestó, no importaba, había logrado acercarse a ese Adonis el cual también le había invitado a bailar y desde el inicio eso era lo que había estado buscando. Es más, se había esmerado tanto en arreglarse para esa fiesta e ir sólo con el objetivo de tener algún tipo de contacto con Kim.
Con un sutil movimiento Jaejoong se separó de la pared donde se encontraba, dejó el vaso en una mesa cercana y tomando con delicadeza la mano de su compañera, se dispuso a ir a la pista de baile.
Al momento de posicionarse sobre la pista de inmediato recibió chiflidos y gritos picarones de sus compañeros de juegos. También notó a Hyun tirado sobre el sofá discutiendo con una lámpara de lava. Sonrió para sí.
El lugar se encontraba ambientado con música electrónica, perfecta para él y sus habilidades de baile. YooHoo a pesar de la ansiedad que le dominaba todo el cuerpo como si de descargas eléctricas se tratase, se sentía segura. Por ninguna razón se cohibiría por estar compartiendo casi el mismo aire con uno de los futbolistas más importantes y respetados de toda Asia. No señor.
Una nueva canción daba inicio, Jaejoong miró a YooHoo pidiéndole aprobación la cual de inmediato ésta le dio. Y comenzó el baile.
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ahhhhhhhhhhhhhhhh diossssssssssssss porfavor siguelaaaaaaaaa siiiiii no la vayas a parar si
ResponderEliminarOh por dios! xDDD
ResponderEliminarsi necesitamos conti kiero ver o mejor dicho leer al mediocampista en accion si si kiero k minnie aparezca..aunk la escena jae hetero fue demasiado *-----*!!!
Jajajaja ya he lei esa frase en un fic de una loca...como k un no soy gay pork gay es cuando te gustan los hombres a mi solo me gusta en este caso changmin xD
ashhh espero lo continues prontooo *----*
Tampoco soy buens en fútbol, me dedico mása mirar & demás cosas lol.
ResponderEliminarOh por mi dsasd(?)~
Jae loquito por Min, eso me gusta.
Si Jae es o no hetero eso se verá, pero es más que obvio que estando con esa chica sólo imaginaraa Changmin.
Me dio risa Hyun x'D
Y OMGosh, esos futbolistas me ponen... Por ellos me pegaría a la tv a babear xd.
Conti plis ;)
Esta wenooo... pero ya quiero que se encuentre con Changmin waaaa, se entiende perfectamente la desesperación de Jae, vamos que Changmin está de infarto *0*
ResponderEliminarwaaaaaaaaaa!!!! Jae esta locooo x Min y eso es genial xD
ResponderEliminarAunq no me gusto mucho ver a Jae con otra persona q no fuera Minnie :(, solo espero q Min salga pronto a escena :)
ta muy weno el fic, nunca habia leido uno q se basara en el futbol y como a mi me gusta el futbol lo hace mas genial aun
Esperare con ansias la conti
Saludos n_n
me super encanto ya quiero el otro y sobretodo ya quiero que aparezca minnie
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