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Arualthings

You know that I love you: Capitulo 18

Yo, mientras tanto, después de haber salido del baño del restaurante, seguí a Yunho hasta el ascensor del hotel, el cual detuve a tiempo, antes de que las puertas se cerraran.



Agitado, intentando recuperar el aliento, mientras el elevador nos llevaba a los dos solos al piso diecisiete, le dije:



-“Escúchame, no es lo que crees. Me caí encima de Micky, porque resbalé con el piso mojado, eso es todo; nada más pasó”-juré mirándolo a los ojos fijamente.



-“No tienes por qué explicarme nada. A parte yo supuse que eso había sucedido”.



-“Entonces, ¿por qué huiste así?”.



Él miró al suelo, apenado.



-“Porque al verlos así, me di cuenta de que ustedes son más unidos que tú y yo, al igual que Changmin con Junsu. Siempre están los cuatro juntos disfrutando de su amistad y confianza”- sus ojos se volvieron llorosos. “No sabes lo difícil que ha sido para mí, todo este tiempo vivir esa imagen de rudo y fuerte delante de las fans y las cámaras, teniendo que restringirme de tus besos, tus caricias, tu piel.



A veces me dan ganas de mandar todo al diablo, y demostrarle a todos lo que siento por ti. No puedo más, Jae!”- se tapó la cara con sus manos. “No lo soporto más! Esta situación es una mierda!”.



Lo abracé fuerte y se largó a llorar en mi hombro.



-“Por favor Yunho, cálmate. Me hace muy mal verte sufrir así”.



Estaba agitado y respiraba con dificultad, mientras empapaba mi ropa de lágrimas.



-“Escúchame- le dije en el oído- mientras tú y yo sepamos lo que sentimos, los demás no importan. Ni las cámaras, ni las fans, ni la compañía, ni nadie. Sólo tú y yo”.



Pronto levantó su cabeza, quedando a centímetros de mi rostro.



-“¿Y tú? ¿Qué sientes por mí?”- preguntó mirándome con sus ojos húmedos.



Me di cuenta que nunca le había dicho lo mucho que significaba para mí.



Impulsivamente lo tomé de la nuca y lo besé. Pronto se estremeció en mis brazos. Luego separé mis labios de los suyos para darle mi mejor sonrisa, haciendo que a él también se le dibujara una.



Las puertas del ascensor se abrieron de repente, llegando así al piso diecisiete. Salimos tomados de las manos. Por suerte el lugar estaba desierto, ya que era de madrugada.



Llegamos a la puerta de la habitación de Yunho, la cual abrió con una tarjeta magnética.



-“¿Quieres pasar?”- me preguntó apenado.



Sin decir nada, lo besé nuevamente, empujándolo para entrar, y cerré la puerta con fuerza.



Yunho estaba sorprendido, y sinceramente yo también. Nunca había dado el primer paso con nadie. Pero esa noche parisina era perfecta para demostrarle cuánto lo amaba.



-“¿Estás seguro de que quieres hacer esto?”- me preguntó, despegando su rostro del mío.



-“Sí, muy seguro”- respondí, para luego volver a besarlo de una forma apasionada.



Pronto le levanté la remera que llevaba puesta. Él ayudó a quitársela también.



Tenía un cuerpo perfecto. Y, a pesar de que ya lo había visto una vez desnudo, en esta ocasión era diferente. Las circunstancias eran completamente distintas. Yo QUERÍA que pasara esto.



Su pecho, sus abdominales, todo había sido tallado por un ángel.



Pronto me llevó contra una pared, sin dejar de besarme. Yo, al ser más bajo, me ponía en puntitas para llegar a su boca. Me sentía realmente atraído hacia él.



Después quitó con suavidad mi sweater de mangas largas que tanto le gustaba, para luego volver a mis labios. Yo, mientras tanto, lo abrazaba por los hombros. En ese momento, supe que no podría vivir sin él. Sus caricias eran indispensables para mi existencia.



Antes de darme cuenta, ambos torsos habían quedado descubiertos.



Su boca se deslizó por mi cuello, mis clavículas y mi pecho, lamiendo y besando cada parte de ellos. Yo daba pequeños jadeos y suspiros. Luego llegó a mi ombligo. Su lengua se entretuvo con mi piercing metálico, mientras yo sostenía su cabeza.



-“Oh, Yunho…ahh”- gemí remordiéndome con los ojos cerrados y echando mi cabeza hacia atrás.



Era increíble la forma en que él me amaba y daba placer al mismo tiempo.



Luego subió nuevamente hacia mi boca, dándome un beso más apasionado y tierno que los demás.



Con un gesto impulsivo, agarró mis caderas con fuerza.



-“Ay!”- grité.



-“¿Qué sucede?”



-“La caída en el baño con Yoochun”- recordé graciosamente.



-“Oh, lo siento, tendré cuidado”- dijo acariciando mi zona lastimada.



Nuestros labios volvieron a unirse. Su lengua incitaba a la mía a recorrer su boca desesperadamente.



Luego, tomándolo del cinturón de su pantalón, lo arrastré con dificultad hasta la cama, en la cual me recosté boca arriba. Él se colocó encima de mí con delicadeza. Me miró a los ojos de una forma sincera y conmovedora.



-“Te amo, Kim Jaejoong”- confesó acariciándome el rostro.



Despacio desabrochó mi pantalón, para luego quitarlo completamente. Luego hizo lo mismo con el suyo. Yo estaba sumamente excitado y aterrado.



Noté que él miró mi entrepierna, asombrado. Intimidado, cubrí mi cara.



-“Por favor, Hero- rió sutilmente-no tengas vergüenza. Demuéstrame lo que sientes”.



-“Lo lamento, es que…yo nunca…”.



-“¿Es tu primera vez?”.



Asentí con la cabeza tímidamente. Mis mejillas se ruborizaron.



-“Oh, Jae, o sea que, ¿me estás dando el honor de ser el primero?”- sonrió sorprendido.



-“Aham…solo tú. Eres a la única persona que le confío esto. Y…quiero dar este paso contigo”- no entiendo de donde saqué el coraje para decir eso.



Me besó nuevamente, sin decir nada. Sutilmente quitó mi ropa interior y luego la suya. Yo estaba realmente tímido, pero acalorado al mismo tiempo.



Cerré los ojos.



-“Voy a hacerlo con suavidad, ¿está bien?”- susurró en mi oído. “Vas a sentir una ligera molestia”.



Yo estaba temblando de miedo.



Pronto, levantó un poco mis piernas, y de a poco ingresó en mí. Dolía como mil demonios!.



-“Aaahhhh!”- gemí sufriente.



Mis ojos se tornaron llorosos, pero no llegaron a derramar lágrimas. Por suerte, logré contenerme.



Él hacía lo imposible para no lastimarme. Nunca creí que el sexo fuera tan complicado, sobre todo en esa forma y con una persona de mi mismo género. De todas formas, él logró que las cosas se tornaran más fáciles.



Despacio se fue desplazando en mi interior. Era una sensación nueva e inexplicable.



Se quedó estático unos momentos. Hasta mucho después me enteré de por qué hacía eso. Mi nula experiencia había dejado entrever mi ignorancia para algo tan corriente, como lo es el sexo. Pero, sin duda, esa fue la noche más maravillosa de mi vida.



Empezó a dar pequeños movimientos de adelante hacia a atrás. Con cada uno de ellos salían jadeos de mi boca. Para ser sincero, en un momento comencé a sentir placer, lo cual me daba culpa. Remordí mi dedo índice, absolutamente entregado hacia él.



Yunho me miraba fijamente. Sus manos sostenían mis muslos. Él quería hacerme sentir lo más relajado posible.



Ambos sudábamos. Nuestras respiraciones tenían un ritmo cada vez más agitado.



Yo no sabía de donde agarrarme. Para colmo, estando boca arriba, se me hacían difíciles las cosas, y también poco confortables.



-“Aishh…Yunho…no estoy cómodo”- comenté apenado.



Se detuvo y salió de mí.



-“¿En serio? Ok, ven aquí”- me tomó de las manos para incorporarme.



Me ubicó las piernas alrededor de su cintura, quedando así, sentado sobre él, frente a frente. Aferré mis manos a su morena espalda, mientras que las suyas estaban en mis caderas.



Sonrojadísimo por tener su rostro tan cerca, escondí mi cara en su hombro.



-“Vamos, Jae, no tengas miedo de mí. Lo peor ya pasó”- rió para darme ánimos. “Ahora voy a entrar de nuevo, ¿sí?”.



Asentí con la cabeza, aún oculta. Su forma tan delicada para realizar las cosas me hacían sentir más que bien.



Ésta vez ingresó en mí de una sola vez.



-“Ahh…”- a diferencia del primero, éste me había gustado más. Creo que me dolía más el golpe que me había dado con Micky.



Comenzó a moverse nuevamente, una y otra vez, de atrás para adelante.



Decidí incrementar la velocidad, con algo de vergüenza. Yunho se dio cuenta, y, sorprendido por mi actitud, pero a la vez contento, me siguió la corriente.



Un calor recorría nuestros cuerpos. Lo abracé más fuerte aún. Quería sentirlo bien adentro mío, y que nunca terminase.



-“Yun…Yunho…ahh…m-más rápido…ahh”- pedí totalmente viciado por el placer.



Obedeció a mi petición, sin dejar de ser suave. Todo un caballero, típico de él.



Yo daba pequeños saltos con cada entrada y salida de Yunho. Mientras tanto, besaba mi cuello apasionadamente. Ambos gemíamos, aunque él intentaba no hacerlo. Siempre orgulloso.



De todos modos, lo amaba. Sé que él lo sabía, pero yo nunca se lo había dicho.



Pronto nuestra temperatura se acrecentó más y más. Una electricidad recorrió mi espalda.



-“Ahh…ahhh…Dioos…Y-Yunho…ahh…házlo…mmhhh…m-más…ahh…ahhhh!”- aumentó sus movimientos antes de que pudiera terminar de pedírselo.



Gemí tirándole del pelo. Absolutamente excitado, lo besé en la boca como si fuera la última vez. Mi cuerpo empezó a temblar.


-“Yunho…ahhh…y-ya casi-hh…”.




Al escuchar esto, incrementó más aún la velocidad. Yo gemía cada vez más fuerte. Mordí su cuello y luego su oreja. Clavé mis uñas en su espalda. No podía más.



-“Ahh…ahí viene…ahh…ahh…AHH!!”- grité llegando al orgasmo.



-“Mmhhh…AHH!”-suspiró al derramar su esencia en mi interior.



Me tiré hacia atrás boca arriba. Él se lanzó sobre mí. Ambos estábamos agitados y acalorados. Poco a poco, fuimos calmando nuestras respiraciones.



Yunho se incorporó, me miró sonriente y me besó. Luego, se puso a mi lado.



-“¿Estás bien?”- preguntó girando la cabeza.



-“Uff!...es-espléndido…eso fue…increíble”- respondí conmocionado, mirando hacia el techo.



Me acomodé en su pecho a descansar. Cerré los ojos lentamente, pudiendo escuchar los latidos de su corazón. Él me rodeó con su brazo.



-“Mañana será un laaargo día”- lo oí decir, antes de quedarme profundamente dormido.

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1 Comentarios:

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