KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

You know that I love you: Capitulo 19

Ya había amanecido, cuando desperté sobre Yunho que seguía soñando.



Tuve una sensación de bienestar que llenó mi alma. Miré su rostro angelical, y sonreí.



Decidí hacerle un desayuno sorpresa. Lo besé en la nariz, y de un salto me levanté de la cama para vestirme.



En la sencilla cocina que otorgaba el hotel, no había nada, sólo ramen. Supuse que Junsu y Min se habían devorado todo durante su estadía. Me preguntaba si Yunho había pasado hambre al lado de esos dos velocirraptors.



Decidí bajar al restaurant a comprar comida ya hecha. No me quedaba otra opción.



No tenía dinero, así que fui a mi verdadera habitación a buscarlo.



Al entrar, encontré a Junsu y a Micky durmiendo abrazados en la cama. Estaban vestidos elegantemente, no entendía por qué.



Ingresé despacio para revisar mi bolso. Sin querer hice un ruido, logrando que Yoochun se despertara.



-“Jae… ¿qué hora es?”- me preguntó un tanto aturdido.



-“Las…10:30 Am”- respondí viendo el reloj de la mesita de luz contigua.



Se levantó suavemente, desenroscando sus brazos de Xiah, aún dormido.



-“¿Le confesaste por fin tu amor?”- le dije riendo.



-“Más que eso! Mira…”- me mostró el anillo de su dedo. “Nos casamos anoche en secreto”.



-“¿En serio? Felicidades amigo!!”- lo abracé. “Pero… ¿por qué no me invitaron?”.



-“Te buscamos por todos lados, hasta que te encontramos durmiendo con Yunho, y decidimos no molestarlos JE JE”- rió pícaramente.



Me ruboricé al instante.



-“Oh, no! O sea que, ¿nos vieron?”.



-“Sí, dormidos. Se los notaba AGOTADOS jajajajaja”.



-“Ay, Micky, por favor…”.



-“No pero, en serio, me alegro que por fin te hayas decidido, Jae. Le has dicho que lo amas, ¿verdad?”.



-“Emm…en realidad…todavía no”.



-“¡¿Qué?! ¿Y qué esperas? Díselo lo antes posible!”.



-“Eso quisiera, pero… ¿Cómo? ¿Dónde? No soy bueno para esas cosas…”.



-“Bueno, ¿qué te parece con una canción? Con esa que compusimos, ¿qué opinas?”.



-“¿Tú crees? No sé, no estoy seguro…”.



-“Oh, come on, baby! Hazlo! Demuéstrale cuánto lo amas”.



-“Está bien, pero que sea…emm…mañana”.



-“Pero mañana ya estaremos en Corea nuevamente”.



-“Genial entonces, mucho mejor…Apropósito, ¿dónde está Changmin?”- quise cambiar de tema.



-“Creo que está abajo en el restaurant”.



-“Justo iba a ir para allá. Nos vemos después…”- salí del cuarto tan rápido, que Yoochun no pudo decir nada.







Cuando llegué, Changmin estaba sentado en la barra, bebiendo un vaso de leche. Lucía algo triste y melancólico.



-“Hola, Min. ¿Cómo estás?”- sonreí.



-“Ah, hola Jae…”- suspiró sin ánimos, mirando su vaso.



-“¿Te enteraste de la boda de YooSu?”.



-“Aham…yo fui el padrino”- contestó desalentado.



-“ Qué bueno, amigo!”- lo palmeé en la espalda.



-“Mm…gracias”.



-“¿Qué te sucede?”.



-“Nada…es que…mi Su está creciendo, y ahora se va de mis brazos”- hablaba como una madre.



-“El hecho de que se case, no quiere decir que te vaya a dejar, Max. Al contrario, es un motivo de celebración, y más aún si eres el padrino!”- intenté animarlo.



Me miró, y dejó su vaso de un golpe.



-“Tienes razón. No tengo por qué estar así. Vamos a brindar!”.



-“Emm… ¿con leche?”- reí señalando su brebaje.



-“Sabes que no tomo alcohol, Jae. Si quieres pídete un trago, yo invito”.



-“Me encantaría, pero tengo que subir…”.



-“Ah, claro! Yunho te espera, ¿no es así?”- dijo en tono burlón.



Asentí con la cabeza, sonriendo sonrojado.



Compré algunas cosas y volví a la habitación.



Al entrar, Yunho ya no estaba en la cama. Fui a la cocina y lo encontré en bóxers, preparando ramen. Se veía espléndido, sublime diría yo.



-“Creo que te me adelantaste”- le dije mostrándole las cosas que había comprado.



-“Jae, mi amor!”- se acercó a mí a darme un cálido beso matutino. “¿Dónde estabas? Te extrañé”- me tomó del rostro.



-“Mira, traje Lemon Pie y Cheese Cake para que comamos”.



Se acercó a mí peligrosamente y me agarró de los muslos.



-“Mmm…a ti quiero comerte”- me mordió el cuello. Solté la bolsa de inmediato.



-“Yun…Yunho por fav…”- me estremecí al instante.



Su zona rozaba la mía por encima de mi pantalón.



-“Te ves tan…apetitoso esta mañana”-con una de sus manos masajeaba deliciosamente mi parte sensible.



Empecé a respirar con dificultad.



-“¿Quieres otra vez? Uhmm?”- lamió mi oreja. Su tono era condenadamente sexual.



-“Mmhhh…”- no pude evitar gemir. Sentí escalofríos.



No logré resistirme, y caí en su candente juego.



Pronto me jaló del pantalón, y me sentó en la mesada de mármol, besándome apasionadamente. Yo sostenía sus fuertes hombros.



Me abrió las piernas y tomó mi espalda baja.



-“Yunnie ah…el-el ramen se va a quemar…”- dije jadeando, apoyado contra la pared junto a las cacerolas y objetos de cocina allí colgados.



-“Qué se queme!....Yo estoy ardiendo…”-su lengua estaba descontrolada.



De a poco, coló sus manos en mi trasero, bajando mi pantalón.



Me sonrojé al instante y cerré los ojos. Me sentí excitado, ambos en realidad. Hacía un calor impresionante y no era precisamente por el fuego de la hornalla.



Llevó una de sus manos por debajo de mi sweater, y masajeó mi pecho, delineando con sus dedos mis abdominales sutilmente marcados.



Yo amagué a quitarme dicha prenda, pero él detuvo mi acción, colocándome las manos detrás de mi cabeza, contra la pared, quedando yo así imposibilitado a cualquier movimiento.



-“Déjatelo puesto…”- me miró con lascivia. Yo sabía que le gustaba mucho verme con sweater, pero hacía demasiado calor, y ya me resultaba una prenda incómoda.



Intenté zafarme de su posesivo agarre, pero me era imposible. Aunque admito que en parte quería ser su esclavo, su amante, su todo. Así que, lo dejé dominarme.



Se hizo desear, acariciando mi rostro con su nariz, respirando en mis labios, y lamiéndolos de par en par. Era malo, muy malo. Él sabía que yo no podría aguantar mucho tiempo.



-“Ház-Házmelo…”- rogué extasiado.



Su cara demostraba satisfacción al tenerme a su merced.



Pronto, me levantó las piernas, bajando un poco mi pantalón, y entró en mí de una estocada violenta.



-“AAHHHH!”- gemí de dolor y placer. No me dio tiempo de nada.



Comenzó a hacer fuertes movimientos pélvicos, provocando que yo diera pequeños saltos.



-“Ahh…ahh…más…MÁS YUNHO…ahh!”- pedí a gritos desesperados.



Tiramos todo lo que había sobre la mesada. Los vidrios de las ventanas estaban empañados.



-“¿Quieres más, eh?...mmhhh…ven, súbete…”- me alzó rápidamente a su cintura, y me llevó contra una pared.



Me embestía continuamente, haciéndome gemir de una manera bestial.



Yo lo besaba, desbordado de placer, mientras él tenía sus manos en mis muslos.



Ya se nos había hecho adictivo.



-“D-di que mmhhh….me amas…ahh”- susurró en mi oído.



Nunca pensé que llegarían esas palabras que me hacían sentir tan incómodo, y menos en esas circunstancias.



Pero, al ver cómo me hacía el amor, y la forma en que me había demostrado lo que sentía, decidí ceder a su petición.



-“T-te ahhhhh!!”- grité justo al llegar al orgasmo. Después el también.



Nos quedamos así, intentando calmar nuestras respiraciones. No logré decir nada, y él pareció olvidarse del tema. Luego nos bañamos juntos.



En la ducha él enjuagaba mi cabello lleno de shampoo, mientras que yo le pasaba delicadamente la esponja por su hermoso pecho bien formado. Cuando llegué a su ombligo, en un arranque de excitación, tomó mi mano y la guió hacia más abajo.



-“¿Otra vez?”- pregunté en tono gracioso.



-“No, es que…estoy muuuy sucio”- dijo en tono pícaro e insinuante. ”Y…quisiera que me limpies…”- puso un gesto de bebé, absolutamente irresistible.



-“Oh, bueno…en ese caso…”- le seguí el juego.



Él guiaba mis movimientos para lograr la intensidad que más le gustara, mientras me besaba y miraba con lujuria.



-“Mmhhh, Jae…q-que delicioso… ¿estás…mmhhh…seguro de que nunca habías hecho esto?...”.



Reí pícaro, para devorar sus labios. Evidentemente había logrado eso que yo tanto anhelaba: darle placer a él.




Al rato, preparamos los bolsos para volver a Corea.



-“¿Vamos muchachos?”- preguntó Yoochun al entrar por la puerta del cuarto.



-“Sí, vamos”- respondí saliendo con Yunho de la mano.



-“Apúrense, que Changmin y Junsu nos están esperando en el aeropuerto”.




Ya estando arriba del avión, Micky me interrogó en secreto.



-“¿Y? ¿Se lo dijiste?”.



-“Aún no. Voy a esperar hasta estar en Corea”.



Luego miré por la ventana, pudiendo observar cómo nos alejábamos de esa ciudad mágica e inolvidable.



-“Adiós, París”- suspiré sonriendo con nostalgia.

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