Destinos Forzados cap 3

“El temible y… sexy maestro de historia del arte”

Una semana y ambos chicos no habían vuelto a verse las caras, Jaejoong se quejaba que el muchacho con el cual lo comprometieron era un imbécil, un GRAN imbécil, pero no daría vuelta atrás a su decisión de casarse, no porque le gustase la idea, si no que había razones, comprobadas esas semana, mucho más profundas que sus propios deseos de salir corriendo.

Por el otro lado, Shim Changmin cada que en su casa se mencionaba al dichoso “nena cobarde” como le había nombrado, el solo funcia el ceño y se quedaba callado, si abría la boca no sería para decir flores del tipito ese.




La Universidad de Publicidad y Diseño de Seúl, era reconocida por su nivel y por sus buenos maestros, mayormente artistas que decidían dedicar parte de su tiempo a enseñar su forma de pensar y crear arte.

Jaejoong era uno de los alumnos de 3° año, más reconocidos por su creatividad en los proyectos que se le encargaban, aparte de tener el puesto de mejor chef en el taller de cocina, el cual era impartido los viernes después de clases.

Para Jaejoong hoy era un día como todos, estaba camino a su última clase junto a su mejor (y único) amigo, Park Yoochun, joven con sonrisa encantadora, cabello negro y corte asimétrico, una piel un poco menos blanca que Jaejoong y una personalidad por demás coqueta.

- Anda Joongie ~… - unos ojos suplicantes y Jaejoong solo puede suspirar, odiaba que su amigo pudiera convencerlo con tanta facilidad.

- Está bien… yo te cubro con el maestro… ¡VETE ANTES QUE ME ARREPIENTA! – y ni corto ni perezoso Park corrió rumbo a la salida de la universidad, parando sólo para mandarle un lindo beso volado a Jae el cual solo le sacó la lengua y siguió su camino al aula de clase.

Jaejoong nunca había sido amargado ni mucho menos antisocial, pero tampoco había sido abierto a las amistades, es de las personas que no se abre emocionalmente a la gente y… el único que ha logrado eso es Park Yoochun.

Su amigo recién llegado de un viaje familiar y que no sabía absolutamente nada de su operación.

Gracias a Dios…

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Kim llegó a su salón y vio a la mayoría de las chicas prácticamente hipnotizadas mirando al frente. Alzó una ceja, suspiró y decidió mejor irse a sentar sin poner atención a eso que tanto veían ellas.

Gran error…

- Joven ¿a usted no le enseñaron a pedir permiso para entrar? – y esa voz… esa voz que sólo había escuchado una vez pero que tenía grabada en su mente como si fuera un ingrediente de su platillo favorito… esa maldita voz.

“No quiero voltear, no voy a voltear, no quiero, no quiero NO QUIERO”

- ¿Joven?... - y una mano en su hombro haciendo que diera vuelta suavemente hasta que sus ojos se toparon con aquel par de chocolates, los cuales lo miraban entre confundido y enfadado al reconocerlo.

- Lo siento…

- ¡Profesor!, soy SU profesor, así que espero me guarde respeto a la próxima joven… siéntese – el agarre desaparece y el sin mostrar signos de nerviosismo, se sienta en su banco, esperando el comienzo de la clase.


“Clase dada por el mismo demonio en persona, alias Shim ojos de chocolate AMARGO - Changmin”


- Mi nombre es Shim Changmin, tengo 18, soy estudiante de 2° año en artes plásticas, es decir, mi carrera se concentra en la pintura y la escultura, pero también curso maestría en fotografía, y por la próxima mitad de año seré su maestro de historia del arte – reinó el silencio en aquella sala educacional, causada por la impresión, la envidia y una que otra nueva fan sin posibilidad de respirar.


- Bueno, para poder identificarlos tomaré lista, así que estén atentos – y así transcurrió entre nombres y nombres hasta llegar al del pelinegro…


- ¿Park Yoochun? – Jaejoong reaccionó al nombre, ya que después de decir presente, prefirió desconectar su cabeza de la clase, y de aquel maestro que nunca, NUNCA deseó que entrara a su vida

- Sh- Profesor… mi compañero tuvo que…


- Kim deme explicaciones después de clase, por ahora su amiguito tiene falta – y con esas escuezas palabras el joven moreno miró al pizarrón, comenzando a escribir en contenido del tema de ese día.


La clase transcurrió normal para todos… bueno todos menos uno, que por primera vez en sus 3 años de universitario, prefirió pensar en el dilema existencial que acaba de presentarse en su cabeza, antes que poner atención en clase.

“Me quedo… no, no me quedo… pero si no me quedo a Yoochun lo suspenden… grrr estúpido que desperdicia sus faltas! “- se revolvió el cabello inconscientemente, llamando la atención de TODO el salón… y si me refiero a TODO el salón…

- Kim Jaejoong, ¿le sucede algo? –

- ¡NO!... digo, no Profesor Shim, lo siento –

- Pero veo que está muy desesperado señor Kim, así que supongo que no entiende el tema, porque supongo que estaba usted poniendo atención – pausa y mirada penetrante – así que le pediré amablemente que se quede conmigo después de la clase .

- Pero…

- Es una orden Señor Kim -

“no es bonito, no es bonito, ¡¡NO ME QUIERO QUEDAR!!”

El timbre sonó, como si fuera una campana que anunciaba la muerte de Jaejoong, con Shim como su verdugo. Guardó sus cosas y pasó disimuladamente tratando a huir.

- ¿A dónde crees que vas Jaejoong ah? ~ - el bello joven sintió un escalofrió y con una sonrisa forzada se sentó en un pupitre (utilizándolo más de escudo que de otra cosa) frente al escritorio en el que estaba Shim.

- Jaejoong, Jaejoong, Jaejoong… que vueltas da la vida ¿no crees?, tal vez, tomando en cuenta TODO tu historial académico, hubieras podido ser mi alumno favorito – el moreno se para y camina hacia Jaejoong lentamente, colocando sus manos en los hombros del chico, quien solo se quedó medio paralizado.

- Lastima – le susurra al oído - realmente es una lástima que hayas decidido arruinar mi vida por cobarde – Jaejoong era… tierno, amigable, buena personas y muy… muy paciente. Pero Changmin, al 2° día de verse… le había agotado TODA esa paciencia…

- ¡¡BASTA!! – grita y se para zafándose de las garras del moreno.

- Vaya… el pequeño Joongie cobarde tiene aunque sea una pisca de huevos –

El premio mayor es para… *redoble de tambores*

¡SHIM CHANGMIN!, FELICIDADES, ACABA DE GANARSE UNA TREMENDA, DOLOROSA E INDIGNANTE CASHETADA.

Así es mis queridos lectores… Jaejoong acaba de cachetear a Shim… como nadie en su vida lo había hecho.

- ¡NO soy ningún cobarde!, tú no sabes ni comprenderás nada maldito mocoso, porque nunca has visto más allá de tus propios gustos, eres sólo un niño mimado al que nadie puede obligarlo a hacer algo, porque está acostumbrado a que los demás se sacrifiquen por él y que no le pidan nada a cambio, eres solo un cerebro sin corazón, un dresgra…

Un azote, un quejido, un pizarrón… y Jaejoong volvía a estar apresado por aquel bien formado y alto cuerpo, con la respiración de ese moreno dándole directamente a la cara y sus miradas completamente conectadas.

Retándose…

Hasta que pasó… de nuevo.

Un beso completamente salvaje, sin sentimientos buenos de por medio, un beso que fue respondido con igual de intensidad por aquel joven de piel blanca y ojos profundos como la noche, ambos descargando sus propias frustraciones en aquel acto, que aun sin ser amoroso, era algo que ninguno esperaba… ninguno había protagonizado una escena tan bizarra como aquella, en la que los labios eran mordidos fuertemente, y unas lenguas luchaban con saborear y conocer a la dueña de su contraparte. Las manos de Jaejoong apresando fuertemente la nunca de Shim, mientras el movía ligeramente sus caderas inconscientemente, buscando otra forma de descarga todo aquello que había guardado desde ese día en su habitación, y las palabras que dañaron su orgullo pronunciadas por aquellos labios suaves y sexys que ahora parecía quería desaparecer de la faz de la tierra.

Se separaron por falta de aire, la frente de Changmin apoyada en la de Jaejoong, tratando de recuperar su preciada respiración. Abrió los ojos y vio aquellas sonrojadas mejillas, a la par de un ceño fruncido y los labios rojo sangre hinchados y húmedos.

- Tú eres el que no sabe nada de mi… - toma aire – no sabes quién soy, qué siento, ni qué pienso, lo único que sabes es mi nombre y lo único que conocerás es el lado más bastardo de mí, porque no pienso cambiar de opinión, eres un cobarde por dejar que nos hagan esto… nos estas condenando al infierno…- se separa viendolo una última vez a los ojos, tomando su maletín, saliendo del salón.

Caminando rápidamente hacia el estacionamiento, Changmin estaba confundido… demasiado alterado y excitado.

Lo odiaba… lo odiaba… de eso estaba completamente seguro.


El problema es que se dio cuenta…

Que había disfrutado besarlo.

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