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Arualthings

Deseos cap 17

LES PRESENTO A MI NOVIO (Parte 3)

*****

- no era suficiente con ponerles la prueba, se las tenías que dificultar haciendo que las cuatro familias se reunieran al mismo tiempo.... – Afrodita estaba junto con las otras tres diosas observando aquel momento en la Fuente de los Espejismos.

- no he sido yo... – se defendió Artemisa con absoluta seriedad. Hacía días que se le veía cansada, ello debido a que se aproxima el momento en que abandone ese cuerpo protegido por su divinidad inmortal. El trascender hacia el mundo de los mortales es de hecho un proceso doloroso para los dioses cuando sobre éstos ha caído una maldición.

- me parece que Eris y Hera han comenzado a moverse ya, supongo harán todo lo posible porque Artemisa no reencarne entre los mortales, no en una familia amorosa... – comentó Démeter.

- y porqué es que nosotras nos quedamos aquí solo observando... – cuestionó molesta la diosa del amor.

- no es tan sencillo Afrodita, si nosotras intervenimos más de lo que ya hemos hecho en el destino de esos humanos, Hera puede pedirle a Las Moiras (diosas del hado o destino de los mortales) que corte el hilo de sus destinos, si entiendes a lo que me refiero... – intervino Atena.

- no tenemos más opción que esperar porque las cosas resulten favorablemente... – la diosa de la Fertilidad tomó camino hacia los aposentos principales de Zeus.

..............

- hijo, ¿cuántos meses tienes ya?... – le preguntó la Sra. Kim a su hijo, el castaño oscuro no se esperaba aquella pregunta, no de inicio por lo menos, su madre se veía tan serena, que en realidad le daba más miedo esa reacción. Seguía paralizado en su lugar. Todos los muchachos seguían en shok, como que no lograban procesar el hecho de que ahí, con ellos, en el departamento, estén sus madres... y lo que es peor, afuera, sus padres.

- Yoochun, cariño, ayuda a tu novio a tomar asiento, le hará daño estar tanto de pie... – la Sra. Park tenía la misma expresión tranquila de las otras tres, sonriendo cálidamente se acercó a su hijo para instarlo a hacer lo que le pidió. El ratón salió de su ensimismamiento de una vez, tomó a Junsu del brazo y le ayudó a sentarse en uno de los sofás. Sin reparar en el hecho de que su madre hubiera dicho ya que son novios.

- Yunho, hijo, que modales los tuyos, tu novio... – el moreno entendió que su madre le indicaba que ayudara a su Boo a sentarse también, cosa que hizo sin chistar, pero con miles de pensamientos en su cabeza, todos con un solo objetivo, proteger a su novio. Buen punto, ellas saben que son novios?

- cómo... – aclaró nervioso la garganta... – cómo sabes que él y yo... -

- hijo, soy tu madre... – respondió con una sonrisa que ahora sí le hizo sentir tranquilo.

- mamá, podemos explicarlo... – comenzó el delfín, mirando de soslayo a su madre, que ya había tomado asiento a su lado, el pelinegro permaneció de pie tomándole una mano.

- ¿de cuánto estás, ocho meses?... – su madre le acarició el vientre.

- siete y medio... – respondió el delfín, al borde del llanto, motivo de qué... realmente de todo, el temor, la emoción de que su madre esté ahí, que su novio le esté tomando la mano dándole su apoyo...

- también tú, JaeJoong hijo, ¿tienes el mismo tiempo de gestación?... – volvió a preguntar la Sra. Kim, puesto que hace un momento su hijo simplemente se había quedado con la respuesta en la boca.

- sí, mamá... – el castaño oscuro estaba en otro sofá, igual su madre sentada a su lado y Yunho de pie tomándole una mano. Las Sras. Park y Jung estaban frente a ellos sentadas en la mesa de centro (n/a es que la sala de los chicos solo tiene dos sillones). Como fuera, los cuatro muchachos todavía estaban con el alma en un hilo.

- ¿Yoochun, era esto de lo que querías hablar?... – la pregunta que la Sra. Park formulara era la que al parecer estaba en mente de las cuatro señoras, puesto que cada una miró a los ojos a su respectivo hijo, como tratando de entender si era ese el motivo por el que tan ansiosos se escucharan con la llamada.

- sí mamá, Junsu y yo estamos saliendo hace casi año y medio, y, no preguntes cómo porque realmente no lo sabemos, pero, estamos esperando gemelos... – soltó de corrido el ratón, dejando salir lentamente el aire al final, el corazón le latía violentamente en el pecho. El delfín bajó la mirada apenado, no quería ver ni a su madre, mucho menos a la Sra. Park, que vaya a saber qué pensaría de él ahora. Capaz piensa que se embarazó a propósito para retener al pelinegro y... para, para, eso lo pensaría cualquier mujer desesperada que no se siente segura del amor de su pareja, no es su caso, él sabe cuánto le ama su ratón y que lo del embarazo es el milagro más maravilloso que dios le pudo haber concedido.

- supongo de no ser por el embarazo nada de esto habría salido a la luz ahora, ¿verdad Yunho?... – habló la Sra. Jung.

- la verdad mamá, no... – sinceró el moreno.

- Jae, hijo, acaso también tendrás gemelos, tienes el vientre muy abultado... – la Sra. Kim acarició por primera vez su vientre.

- eh... tendremos trillizos mamá... – respondió muy nervioso.

- madre mía, ¡trillizos!... – la mujer se llevó las manos al pecho, la Sra. Jung por su parte volteó a mirar a su ¿yerno? con sorpresa... -

- Jae, querido, tendrán una familia enorme... – le habló la Sra. Jung con una radiante sonrisa. Iba a ser abuela de la manera menos imaginada.

.................

Al mismo tiempo, bueno más o menos a la par, afuera del departamento....

- me quieres explicar qué demonios haces aquí Jun Ho, no se supone estabas estudiando en Francia!!... – el Sr. Kim estaba rojo de la impresión... – que demonios hacías... besándote... – tono despectivo... – con ese muchacho, porque eres un muchacho, verdad... – el chico raro se sentía intimidado por el padre de su novio que le apuntaba acusadoramente rojo hasta las orejas.

- papá, tranquilízate, vamos a hablar... – el gemelo trató de controlarse, pero estaba que se moría de nervios, las cosas no tendrían que ser así.

- ¿hablar? No estamos haciendo eso, Jun Ho, ¿desde cuándo eres gay? Desde cuándo has estado aquí y porque tengo la impresión de que has estado actuando como tu hermano en el grupo... -

- no papá, no estamos hablando, me estás gritando y acusando de cosas sin antes detenerte a pensar que ni siquiera es el lugar... – a su alrededor, el resto de los presentes las miraba con diversas expresiones, las de los mayores de absoluto desconcierto, casi hasta de repugna. Los menores, entre ellos Ricky, tenían más bien cara de “ya nos cargó”

- tienes razón, nos marchamos ya... – tomó al gemelo del brazo jalándolo bruscamente a su lado, Ji Yong no tenía idea de qué hacer, y no era el único, Min y Kohei estaban inquietos y algo dubitativos, la experiencia de ellos con los padres del menor había sido algo completamente diferente; sobre todo más privado, pero así, con todos reunidos, con solo el sentimiento de no entender y el desconcierto hablando por ellos... era simplemente un caos... después comenzó a golpear la puerta del departamento... – ¡mujer, abre la maldita puerta o la tumbo a golpes! ¡nos vamos! ¡escuchaste mujer!

- tú no eres mi hijo, verdad... – el Sr. Kim se dirigió al chico raro, que intimidado aún más bajo la mirada de Jae Hyung solo fue capaz de negar con la cabeza. Kohei, por las dudas y con un instinto protector al ser el mayor de los jóvenes ahí presentes, se acercó a lado de Yong por si tenía que defenderlo de la ira o lo que viniera de parte del padre de Jae.

..............

Adentro, las cuatro mujeres y los muchachos saltaron en su lugar cuando empezaron a escuchar los golpes en la puerta y los gritos en voz de quien Junsu y su madre sabían dueña.

- papá... – susurró el castaño temblando de miedo, sí, su padre furioso era de dar miedo, no porque lo fuera a agredir, sino porque significaba que no habría marcha atrás en la decisión que haya tomado, solo que no sabe que su gemelo está afuera en la misma situación que él.

- no te preocupes, Junsu cariño, yo me encargo... – la puerta seguía siendo violentamente golpeada... – Yoochun, hijo, cuídale, les aseguro que volveré y hablaremos apropiadamente de esto... – la Sra. Kim se paró dirigiéndose a la puerta, misma que al abrirla dejó paso a los cuatro señores que entraron presurosos al interior.

- nos vamos, Junsu hijo, vienes también... -

La Sra. Kim no se sorprendió del todo al ver a Jun Ho (después de todo era obvio que Junsu no había sido el que participara con el grupo por todos estos meses), a quien su padre arrastraba a su lado porque aun lo tenía sujeto por el brazo (sin escuchar sus reclamos) en tanto caminaba a pasos agigantados hacia el sofá donde el castaño le miraba con preocupación.

- espera... – intentó detenerlo su esposa. Pero no le escuchó. La escena no pintaba nada, nada bien; Ji Yong, Ricky, Min y Kohei también entraron, pero realmente no sentían que pudieran hacer demasiado así que prácticamente no podían más que observar.

Yunho sintió que Jae temblaba puesto que tenía su mano sujeta, sus respectivos padres también se acercaban a ellos. Pero sus madres se habían interpuesto ya y los arrastraban fuera del departamento diciéndoles que hablarían en el hotel (en el que cada pareja se hospeda), aunque a regañadientes y sin quitarles la vista de encima a sus hijos, terminaron por abandonar el departamento. El Sr. Jung tenía su mirada penetrante en los ojos de su hijo, y Yunho entendió que la próxima vez que viera a su padre sería para tener una conversación seria de la que no tiene idea qué esperar para el final.

Pero el Sr. Park y el Sr. Kim no estaban haciendo caso de sus mujeres. Podemos entender ahora de dónde sacó Jun Ho lo impulsivo, puesto que así era como su padre estaba actuando. Y el Sr. Park simplemente tenía una expresión ruda en su rostro observando detenidamente lo que pasaba.

............

- puedo sentir el corazón de ese Sr. rodeado de un aura negra, no puedo acercarme a él y tocar su alma... – la diosa del amor había intentado en vano hacer que sus polvos mágicos entraran por la Fuente de los Espejismos... – Eris lo ha cubierto de discordia.

- no debemos intervenir más, Afrodita, recuerda lo que dijo Démeter, no queremos desatar una guerra en el Olimpo, no ahora... – seguía tratando de hacerla razonar la diosa de la sabiduría.

- no puedo quedarme de brazos cruzados, Atena, que no ves lo difícil de la situación, así sea solo el Sr. Park quien no acepte la relación de esos jóvenes, la prueba que Artemisa les ha puesto no se cumplirá, y sabes lo que eso significa...

Artemisa solo podía observar avergonzada y arrepentida todo a su alrededor, la prueba que había caído sobre los mortales por su caprichosa petición de hace siglos por poseer castidad eterna, por haberse jurado no volver a enamorarse y haberlo hecho en esta vida.

- de nada sirve que te culpes ahora, hemos sido los dioses quienes siempre hemos puesto en dilemas a la humanidad... – le dijo Atena... – si hay algo que debemos aprender de ellos, es que siempre hay esperanza...

- además... – intervino la diosa del amor... – hay muchas formas de tocar el alma de un mortal, vamos a confiar en ellos... -

..............

- papá, espera, no... Chunnie... – al delfín su padre lo tomó por la muñeca tirando de él aunque el castaño se oponía a seguirle. Micky no soltó su otra mano tampoco y caminaba con ellos tratando de evitar que aquel tironeo fuera a lastimar a su novio.

- espere, Sr. Kim, por favor, tiene que escucharnos... – hablaba el pelinegro. Tenía que lograr que su “suegro” le pusiera atención, que se detuviera o se llevaría en serio a su delfín y entonces sí que aquello sería un caos... – Sr. Kim... ¡amo a su hijo!... – terminó por gritar, haciendo que quienes quedaban dentro guardaran silencio y se quedaron quietos en su lugar. El Sr. Kim frenó de golpe, sus hijos le miraron más preocupados aún. Junsu comenzó a sollozar y su madre solo se acercó a su esposo haciendo que soltara a sus gemelos.

- vamos, cariño, hablaremos en el hotel... – le dijo su esposa, y es que el Sr. Kim parecía haber quedado en estado vegetativo ante aquella confesión.

Lo siguiente que pasó nadie se lo esperaba, ni siquiera quien fue víctima de tal acto. El Sr. Park miró con desprecio a su hijo una vez estuvo frente a él, le dio una bofetada que dejó roja la zona impactada...

- desde ahora, ya no eres mi hijo... – espetó con voz ronca, luego miró con más desprecio a Junsu, cuyas lágrimas no pudo evitar resbalaran de sus mejillas...- y tú...

- a él no le dirijas la palabra... – cortó el pelinegro, se colocó al frente de su novio, que se aferró a su espalda escondiendo en ella su rostro... – ya dijiste lo único que necesitaba escuchar...

- vámonos... – volvió a decir con su ronca voz, mirada penetrante que solo denotaba ira. Su hijo saltó en su lugar de la impresión, su padre siempre ha sido más que recio, cerrado en cuanto a algunas ideas, ésta en particular. Yoochun lo sabía, pero no esperaba aquella bofetada, eso le había dolido más que sus propias palabras, porque estas se las puede llevar el viento, pero aunadas a esa bofetada, a esa mirada de desprecio, a ese intento por meterse con su novio, reafirmaban el nulo apoyo que podría haber buscado en él.

- te vas tú, Park, acabas de negar a tu hijo, tu sangre y la mía, así que cuando lo desconociste a él me has desconocido a mi como tu esposa... – la Sra. Park le miró con profunda decepción... – cómo pude enamorarme de ti, Park, si sigues teniendo el corazón de hielo...

- si piensas igual que tu madre, Ricky... – el muchacho contuvo la respiración... – entonces la familia se desintegra aquí por... – miró a Junsu, aún escondido tras su novio pero que tembló cuando vio por sobre el hombro de Yoochun, la mirada severa del Sr. Park... – algo que ni siquiera puede ser nombrado...

- mida lo que dice al ver a mi hijo de esa manera... – el Sr. Kim que notó perfecto lo que su congénere hacía, se dio cuenta de que él por nada del mundo, ni siquiera por esto que sentía como un balde de agua fría, miraría o hablaría así a uno de sus hijos. Él, a pesar de que aun no entiende del todo lo que sucede, está dispuesto a apoyar a su hijo... la impulsividad dando paso a la razón, más que a eso, al amor por su familia.

- ¿eso es su hijo?... – hablando con un tono sarcástico que hizo temblar de ira al propio Yoochun, el Sr. Park sonrió con sorna al señalar al castaño, que ahora lloraba amargamente, sintiendo un endurecimiento en el vientre, que no era más que una contracción que le venía en el momento menos oportuno, trató de modular su respiración pero todo lo que está pasando le tiene completamente temeroso...

- vuelva a decir eso y le juro que nos mediremos de una manera muy poco civilizada... – el Sr. Kim se puso frente a frente con el Sr. Park, ambos retándose con la mirada.

- vete de una vez Park, no tienes nada más que hacer aquí... – la Sra. Park le abrió la puerta del departamento, el resto de las personas presentes veían aquello con incredulidad, ¿en verdad un padre podía llegar a deslindarse así del amor por un hijo?

- ¿te quedarás Ricky?... – le preguntó a su hijo cuando ya estaba fuera del departamento...

- sí me quedo, no te importa la felicidad de tus hijos, así que no tengo nada qué hacer contigo... – respondió con seguridad el menor de los Park. Su padre le miró con enojo, pero no dijo más nada y se fue de ahí dejando atrás un ambiente más tenso y triste.

- Chunnie, lo siento... – sollozó más fuerte el castaño, sintiendo que le faltaba el aire, una contracción lo hizo retorcerse de dolor... – ¡argh!

- ¡Su!... – asustado, el pelinegro lo tomó entre sus brazos... – qué te pasa, te duele el vientre?... – lo recostó sobre el sofá. Jae de la impresión también tuvo una contracción, suerte que se lo informó a tiempo a Yunho, porque sino también se asustaba como el ratón.

- es... – aspiró profundamente por la nariz (igual que Jae) y después exhaló despacio por la boca para liberar el oxigeno de los pulmones y relajar los músculos del útero... – una contracción.

- lo estás haciendo bien, cariño... – le decía el moreno a su Boo mientras éste también controlaba esas contracciones que la tensión le había acarreado.

- podría decirse que te ves igual a tu madre cuando ella tenía las contracciones por ustedes... – el Sr. Kim, ahora sonriéndole a su hijo, le acarició el cabello en un gesto de disculpa y apoyo mezclado.

- Sr. Kim... – el pelinegro dejó que su suegra tomara su lugar con el delfín para ayudarlo con las contracciones mientras aprovechaba para hablar con su suegro... – me gustaría hablar con usted sobre todo esto...

- después muchacho, ahora están cansados y estresados... – le palmeó la espalda... – no te preocupes, cuida de Junsu, por favor... mujer vámonos y dejémosles descansar, han sido muchas emociones para los chicos en muy poco tiempo... -

- volveremos mañana, hoy descansen y no se preocupen, todo va a salir bien... – la Sra. Kim le besó la mejilla... – Yoochun, hijo, cuentan con nuestro apoyo, por eso no se preocupen... – le dijo palmeándole también la espalda y dedicándole una gentil sonrisa.

- gracias, Sres. Kim... – expresó sinceramente el pelinegro, las contracciones del castaño ya habían pasado.

- seguro que sus padres también los comprenden y apoyarán... – se dirigió a Yunho y Jae, cuyos padres habían salido hace algunos minutos... – descansen ahora... - le dio un beso en la mejilla al castaño oscuro y unas palmaditas en el hombro al moreno.

- gracias, Sra. – correspondieron los muchachos. Aunque ellos seguían nerviosos, no tenían idea de lo que sus señores padres podrían estar pensando ahora que sus madres seguro ya les han dicho que Jae está esperando trillizos, de Yunho.

- Jun Ho, tú hablarás conmigo ahora... – el Sr. Kim le miró seriamente, más no molesto. El gemelo asintió y los siguió fuera del departamento, diciéndole en su camino a Ji Yong que esperara ahí.

- nosotros también nos vamos, hijo... – la Sra. Park se acercó al pelinegro... -

- no intentes hablar con él mamá, por favor... -

- no lo haré, no ahora por lo menos, tu padre es cabezota, pero quiero creer que no me enamoré de un hombre de piedra... -

- no te preocupes, hermano, como quiera que sea cuentas con nosotros... – Ricky le sonrió con calidez, haciéndolo sentir realmente cómodo por contar con ellos, aunque su padre le haya tratado de aquella manera. El castaño observaba con semblante triste la escena, después de todo sentía que era su culpa por haber insistido en querer decirles a sus familias.

- Junsu, querido, quita esa carita... – la Sra. Park le acarició la mejilla con ternura maternal...

- lo siento, señora... – sollozó... – no quería ocasionar tantos problemas... – su suegra le abrazó tiernamente, acariciando su cabeza en gesto maternal. Yoochun miraba conmovido, su madre siempre ha tenido la facultad de tranquilizar a cualquiera aun en la peor de las situaciones, y eso lo hace feliz, contar con ella y su hermano le dará fuerza suficiente para no quebrarse por el desprecio de su padre... -

- shh, shh... no te preocupes querido, nada de esto es culpa de ustedes, la reacción de mi esposo es problema suyo y de nadie más, ustedes no se preocupen, eso hace daño en tu estado... – el castaño dejó de llorar, pequeñas gotas de agua salada prendadas en sus largas pestañas... – así mejor, ustedes solo tienen que ocuparse de llegar tranquilos al noveno mes, con las contracciones que acaban de tener casi sentí que se les adelantaba el parto... – le dijo con una sonrisa.

- gracias, Sra. Park... – le dedicó una sincera sonrisa de agradecimiento.

- bueno, bueno, a descansar, porque mañana cuando vuelva quiero que me cuenten todo... – “¿todo?” se cuestionó mentalmente el pelinegro, el castaño solo sonrió nerviosamente... – Ricky, hijo vamos... – se acercó al castaño oscuro y al moreno para despedirse... – no más tensiones hoy, de acuerdo... oh, y Felicidades por los trillizos, vaya que tendrán una familia enorme... – los chicos también se sintieron tranquilos con las palabras y el apoyo de esas maravillosas personas... -

...........

En el departamento de a lado...

- por partes, Jun Ho... – los Sres. Kim y el gemelo estaban sentados en la sala. Aprovechando que el resto estaban en el otro departamento... – desde cuándo sales con ese muchacho, y quién es él que es idéntico a JaeJoong... – el gemelo aclaró nervioso la garganta, por partes? Entonces deberían haber empezado por “porqué no nos dijiste sobre Junsu”

- bueno, él se llama Ji Yong, lo conocí cuando llegué hace casi cinco meses para apoyar a Junsu, y... empezamos a conocernos por el grupo... y... comenzó a atraerme... – que incómodo resultaba hablar de eso con sus padres mirándole tan atentamente... – y hace algunas semanas me empezó a gustar más... y, pues...

- se hicieron novios... – completó la Sra. Kim con una sonrisa divertida, se veía tan lindo su hijo ahí ante ellos sonrojado de pies a cabeza, sudando de nervios estrujándose incesantemente las manos... igual que su propio esposo en ese momento, pero él por vergüenza de hablar con su hijo de amor por otro chico.

- sí... – susurró el gemelo.

- Jun Ho, a ti antes... ¿te gustaban los chicos?... – preguntó el Sr. Kim.

- ¡no!... él ha sido el primero... pero no es que solo me guste, papá, es que... lo amo... – si hubiera un tono más rojo que el que ya cubre su rostro, seguro se hubiera sonrojado a ese límite...

- ahh... que complicado es ser padre, uno nunca termina por aprender a serlo... – el Sr. Kim se puso de pie, imitado por su señora esposa que sonreía contenta porque eso significaba que su esposo lo apoyaría también... – bueno, ve y tráelo para que no lo presentes como se debe, si lo amas y no solo te gusta, entonces merece que lo presentes formalmente con nosotros... -

- ¿en serio?... -

- por supuesto, hijo, anda, ve y tráelo ante tus padres, que ansío conocerlo... – le mostró una sonrisa...

- gracias papá... – el gemelo lo estrechó en un fuerte abrazo...

- vale, vale, pero no me estrujes que me asfixias... – el gemelo sonrió, su padre podía ser muy simpático y comprensivo cuando se lo propone. Salió del departamento, fue al otro lado, y llevó a Ji Yong de la mano ante sus padres. El chico raro con mirada nerviosa se sentó a lado de su novio frente a sus suegros.

- papá, mamá, les presento a Ji Yong, mi novio... – dijo todo sonrisas el gemelo.

- mucho gusto, muchacho... – el Sr. Kim le extendió la mano tomándosela en un fuerte apretón.

- el gusto es mío, Sr... – igual el chico raro no podía evitar los nervios, aunque... ¡lo presentó como su novio! Eso lo hace sentir muy contento y emocionado. Sobre todo porque es bien recibido.

- bienvenido a la familia, querido... – la Sra. Kim le dio un beso en la mejilla, el chico raro se ruborizó ante ese gesto.

- gracias, Sra.... – pero rápidamente el nervio dejó paso a una tranquilidad interna que lo hacía sumamente feliz. Aceptando gustoso que su novio le tomara la mano con cariño, ahí frente a sus suegros.

................

El Sr. Park había llegado al hotel solo por sus maletas, ahora estaba en el aeropuerto listo para abordar el avión de regreso a Estados Unidos. Todavía podía sentir la ira circulando por sus venas, le venían a la mente los recuerdos de esa tarde y se sentía aún más molesto. La forma tan segura de su hijo de gritar prácticamente a los cuatro vientos que ama a otro hombre, la manera en que le enfrentó para proteger a Junsu, de no doblegarse ante su muestra clara (y violenta) de mostrar su inconformidad, su desprecio hacia esa absurda relación. Lo que es peor, ver a ese chico (un hombre!!!) embarazado, porque eso quedó mas que claro aun cuando nadie lo mencionara, qué clase de aberración humana era aquello, dos hombres enamorados, uno de ellos embarazado. Eso simplemente no podía ser comprendido por su mente, ni mucho menos aceptado por su corazón, él ha sido un padre ejemplar, educó a sus hijos como hombres, cómo podía ahora Yoochun salirle con eso de que es gay.

- es una infamia... – murmuró con los dientes apretados y la misma mirada cargada de desprecio. El avión despegando ya... – jamás volveré a este país, mi familia murió aquí... por una deformación vil de amor...

...............

Afrodita llegó a la casa de los Park en Estados Unidos, se paseó por las dos plantas admirando detenidamente cada detalle en ese hogar, las muchas fotografías en burós y paredes de cada habitación.

- ¡hasta en la cocina!... – dijo con una sonrisa cuando al entrar ahí se topará con una foto con los cuatro integrantes de la Familia Park vestidos como shef`s sonriendo como la familia feliz que es, aunque ahora estén pasando por un mal momento. Regresó a la sala, donde sobre la chimenea de la estancia estaba un enorme retrato de la familia, al parecer de una Navidad o algo así... – se siente calidez en esta casa, a pesar de que ahora mismo no hay nadie en ella, se nota que es amor lo que en ella habita... Sr. Park... – miró un retrato en la oficina de éste en donde se encontraba con su esposa, una joven muy bella que sonreía a la cámara, mientras que él tenía una postura seria, aunque sus ojos dejaban clara su propia emoción en aquella fotografía, puesto que brillaban con un reflejo que la diosa del amor bien conoce... – no me falle, a mí que tanto creo en la humanidad al amar... – volvió a la habitación de la pareja, donde otro cuadro de la feliz pareja descansaba sobre la mesita de noche... – no la defraude a ella que tanto ha creído en usted a través de los años, yo recuerdo bien todo lo que hizo para permanecer a su lado, el siempre mostrarle una sonrisa a pesar de lo frío y calculador que usted llegaba a ser cuando iniciaron su relación... – vio una última vez el cuadro de la entrada principal, los cuatro otra vez, esa parecía la más reciente porque ya se veían como ahora, sonriendo alegres, bajo el retrato una leyenda “Bienvenidos al Hogar de la Familia Park”... – no deje que el lazo que le une a los suyos se rompa por lo que no comprende, no se falle a sí mismo... – de su cuerpo salieron unos polvos brillantes que se dispersaron por toda la casa, incluyendo los jardines que tan cálidamente la Sra. Park cuidara siempre, diciendo que las plantas son como los humanos, deben regarse y cuidarse a diario para ofrecerles el sustento que las mantiene con vida aún en las estaciones más crueles... – recuerde y sienta todo este amor que se ha quedado impregnado en su hogar... – afuera se escuchó un auto estacionándose en la cochera. La diosa del amor despareció con una sonrisa esperanzada.

Cuando el Sr. Park abrió la puerta un cálido viento le desordenó el cabello ligeramente. Suspiró al entrar, dejando a lado de la entrada sus maletas. Caminó con la mirada ausente por la sala, subió cansinamente las escaleras hasta la segunda planta, doblando a la derecha para entrar en su habitación, aún olía al perfume de su esposa. Se acercó a la mesita de noche y tomó el retrato que antes Afrodita contemplara.

- porqué te enamoraste de mí, mujer... – susurró con un agudo dolor en su corazón, acariciando tristemente la imagen de su esposa.

..............

Al día siguiente, los padres de Jae y Yunho fueron los primeros en llegar al departamento, la Sra. Kim (madre del castaño oscuro) les preparaba el desayuno a todos (ya sabemos de dónde lo aprendió JaeJoong) en tanto su esposo e hijo conversaban en la habitación del chico. La Sra. Jung le ayudaba a preparar los alimentos (con un Min y Ji Yong en la cocina mirándolas para aprender. Bueno, el menor solo porque quería uno de esos días darle una sorpresa a su novio y prepararle un rico desayuno después de alguna noche en el departamento del bailarín) a su consuegra, en tanto su esposo e hijo conversaban en el departamento de a lado (por cuestiones de privacidad). Y Jun Ho, Junsu y Yoochun estaban en la sala.

- vaya, son preciosas las tomas del eco... me recuerdan los nervios que sentía cada que tu madre iba a revisión... – el Sr. Kim tenía en sus manos la carpeta donde guardaban todas las fotos de las tres ecografías que le practicaran hasta ahora. Jae se sentía tan cómodo porque desde que su padre llegara, le había mostrado una sonrisa cálida, diciéndole que ya su madre le había explicado sobre su embarazo y que estaba de acuerdo con su noviazgo con el moreno, aunque le hubiera gustado enterarse antes.

- papá, ¿de verdad estás de acuerdo con lo mío con Yunho?... – el castaño oscuro le miró apenado, sus mejillas sonrojadas. De alguna manera siempre imaginó que cuando hablara con su padre sobre el amor sería por decirle que había conocido a la chica más hermosa del mundo. Pero, hacerlo en este momento, con un embarazo de casi ocho meses de gestación, saliendo con el padre de sus hijos (léase apropiadamente “padre”), era una escena totalmente opuesta.

- es algo extraño, lo admito, pero de alguna forma me siento tranquilo sabiendo que es ese chico, que siempre se ha visto tan protector y cariñoso contigo, aunque antes pensaba que todo era solo parte del mercadeo del grupo, de eso de hacer felices a sus fans, francamente nunca me pasó por la mente que fuera a resultar cierto... pero no me opongo, hijo... – le acarició la mejilla en un gesto paternal, luego le depositó un beso en la frente... – lo único que a un padre debe importarle por sobre todas las cosas es que sus hijos sean felices... y si tú eres feliz con Yunho, tienen mi bendición para seguir adelante en todo lo que venga, porque debes saber que ser padres, es una tarea que nunca termina... – le regaló una sonrisa comprensiva cargada de ternura.

- gracias papá, no sabes lo bien que me siento escucharte hablar así... – el castaño oscuro abrazó a su padre con infinito agradecimiento, una lágrima de felicidad resbalando por su mejilla.

- ahora solo tendremos que ver cómo hacemos tu madre y yo para mantener a raya a tus ocho hermanas, porque en cuanto sepan querrán venirse a vivir para acá con el pretexto de cuidar de ti, lo que sabemos significará querer remodelar el departamento entero... no, mas aún, se pondrán a buscarles una casa amplia y no las sacarías de las “store baby”... – ambos rieron un momento por eso, de solo imaginarse a las hermanas de Jae, la verdad, daba risa... y quedaba un poco de temor de que aquello llegue a pasar.

.............

Al otro lado....

Yunho y su padre estaban sentados en el comedor, uno frente a otro con un vaso de agua a disposición por aquello de la garganta seca por los nervios.

- tu madre me ha dicho que no tiene explicación científica el estado de Jae... – su padre le miraba seriamente, su mentón apoyado en sus manos cruzadas a la altura de su rostro. El moreno conocía bien esa postura, es cuando su padre se dispone a observar cada reacción en él, asegurándose de que las palabras que escucha son sinceras o un vano intento por aventajarle algún paso.

- no, la verdad no sabemos cómo pasó, pero eso no me importa, amo a Jae y a los hijos que esperamos... – aseguró el moreno, antes siquiera de que su padre le preguntara aquello.

- sí, me quedó claro desde ayer, la forma en que mirabas con preocupación lo que sucedía cuando entramos al departamento, asegurándote de transmitirle una seguridad que ni tú mismo sentías, procurando su bienestar... no pude ver lo que pasó cuando partimos, pero los padres de Junsu se hospedan en el mismo hotel que nosotros y amablemente me hicieron el favor de contarme cuando les pregunté...

- oh... – musitó el moreno...

- cómo están Yoochun y Junsu, después de lo que pasó con el Sr. Park, me pregunto cómo es posible que un padre pueda llegar a desdeñar tanto a su propio hijo...

- ellos están bien, se tranquilizaron con el apoyo de la Sra. Park y Ricky, además los padres de Junsu se portaron también muy comprensivos, apoyaron a Jun Ho también...

- si, algo así escuché... increíble, sabes, lo mucho que puede descubrir uno en cuestión de minutos. Uno cree conocer a sus hijos por el simple hecho de darles la vida, por el simple hecho de educarlos, de verlos crecer, pero... con esto me has demostrado que te conozco apenas un poco, Yunho... -

- eso, ¿te defrauda?... -

- no, en absoluto... me descoloca, pero no quita que sigues siendo mi hijo y que te sigo amando así como eres, porque no tengo nada en contra de lo que Jae y tú sienten el uno por el otro... -

- gracias... – el moreno sorbió un poco de agua...

- ya han pensado en lo que harán o dirán cuando los bebés nazcan... – su padre tomó una toalla de papel y limpió su frente, hacía algo de calor ahí dentro... eran los nervios haciéndole transpirar. Una conversación jamás soñada con su hijo.

- más o menos, pero no tenemos tomada aún ninguna decisión... -

- decidan lo que decidan, debes saber que estamos contigo... – su padre le tomó la mano por sobre la mesa, apretándola en un gesto de apoyo incondicional.

- gracias, papá... – el moreno regresó el apretón, sonriendo agradecido ante ese hombre que aunque siempre firme, nunca dejó de hacerle sentir ese amor que ahora más nunca le llenaba el corazón de calidez.

- ahora, agradecería que nos presentaras formalmente, sé que los dos son hombres, pero el hecho de que él sea el que está esperando a esos trillizos... – sonrisa pícara... – por cierto, vaya que eres mi hijo, eh... -

- ¡¡papá!!... – soltó avergonzado el moreno, su padre río sinceramente por ese pequeño comentario.

- decía, me siento como el padre del novio al que deben presentarle a la “novia”, sin ofender a Jae, así que, volvamos con los demás, que además muero de hambre, tu madre no me permitió ni una tasa de café antes de venir... – y así, con la tensión diluida entre las familias, padre e hijo se encaminaron hacia el departamento de a lado donde ya todos estaban en el comedor (al que le agregaron algunas sillas) sentados esperándoles para desayunar.

- sabía yo que llegarían ya... – comentó con una sonrisa complacida la Sra. Jung, sirviéndoles el desayuno a su esposo e hijo.

Terminado el desayuno, Jun Ho, Ji Yong y Min se ofrecieron a limpiar la cocina, mientras los demás se sentaban a la sala a charlar.

- bueno, papá, mamá... – empezó el moreno, tomando de la mano al castaño oscuro, que le miró en un inicio con preocupación, iba a presentarlo así, de buenas a primeras con ellos? Bueno, pensándolo bien esa era la idea, no?... – quiero decirles que encontré a la persona más importante de mi vida con quien deseo compartir el resto de mi vida, y con quien estamos a poco más de un mes de formar nuestra propia familia. Sé que ya lo conocen como mi compañero de grupo, como mi amigo de largos años, pero ahora quiero presentarlo ante ustedes como lo que es, mi novio, el “umma” de nuestros hijos por venir... el amor de mi vida... – mirada cargada de ese amor que no solo profesa sino que demuestra. El castaño oscuro se sonrojó conmovido por sus palabras, Yunho siempre tan romántico con él... – mi razón de existir, JaeBoo...

- tan romántico mi vida... – señaló la Sra. Jung, llorando de la emoción, casi como si le hubieran dicho que ya se iban a casar o algo así. Se acercó al castaño oscuro arropándolo en un abrazo cálido... – me alegra mucho que se amen tanto, son tal para cual...

- bienvenido a la familia Jung, JaeJoong, es un placer que seas tú de quien mi hijo se ha enamorado... – el Sr. Jung le estrechó la mano en un gesto bastante varonil, dándole unas palmaditas suaves en el hombro.

- gracias, Sres. Jung, me siento... muy contento porque hayan aceptado lo nuestro… - algunos sollozos se escucharon... pero no eran de Jae, sino de Junsu que también estaba ahí, escuchando aquella forma tan linda de Yunho de presentar a Jae como su novio, se sentía emocionado y feliz por ellos, él también estaba feliz porque su familia aceptó lo de él con el ratón, y la Sra. Park y Ricky igual, pero no dejaba de sentir ese malestar por la reacción del Sr. Park... y ahora esto, simplemente no había podido evitar llorar.

- delfín, ¿qué te pasa?... – cuestionó tiernamente el pelinegro, acariciándole la mejilla.

- nada... – hipó... – es que se ha visto tan bonito... – escondió su rostro en el pecho de su novio. Los Sres. Jung y los Sres. Kim le miraron con una sonrisa.

- papá, mamá... – llamó esta vez el castaño oscuro... – yo no puedo decir tantas cosas tan lindas como mi Yunnie... – el moreno le dio un suave beso a la mano que tenía sujeta, sonriendo un poco avergonzado... – pero, quiero que sepan que Yunho es lo mejor que me ha pasado en la vida, porque por él conozco el amor de verdad, porque por él voy a tener a nuestros propios hijos. No me sentí nunca más feliz de decir esto, pero, Yunho es mi novio y me sentiré muy agradecido de que a partir de ahora le vean como tal...

- hijo, pero si ya lo vemos así... – la Sra. Kim le dio un beso en la mejilla al moreno... – eres el yerno más atractivo de todos los que tenemos... -

- eh, gracias... – balbuceó más avergonzado el moreno.

- eres muy bienvenido a la familia Yunho... – lo estrechó en un fuerte abrazo... - te agradecemos la forma en que amas a nuestro hijo, sabemos que no hay nadie mejor que tú para compartir la vida a su lado, a lado de la familia que ya son... – el Sr. Kim acarició una vez más el vientre de su hijo.

- muchas gracias, Sr. Kim... -

- bueno, definitivamente habrá que celebrar la reunión de nuestras familias algún día, tal vez después del parto, no crees... – el Sr. Jung palmeó el hombro del Sr. Kim, ambos mirándose como auténticos consuegros que se aproximan más que al nacimiento de sus nietos, a una boda.

La Sra. Jung y la Sra. Kim solo sonrieron. Los muchachos sonreían felices. Junsu ya había parado de llorar, y Yoochun solo se preguntaba porqué su padre no puede ser tan comprensivo como los de sus amigos.

Jun Ho, Ji Yong y Min salieron de la cocina con sendas sonrisas, habían estado escuchando todo desde dentro, la habían dejado muy limpia entre los tres y ahora se acercaban a esa bonita reunión matutina llena de buenas noticias.

Más tarde llegaron la Sra. Park, Ricky y los Sres. Kim (padres de Junsu), el resto del día estuvo llena de platicas acerca de cómo se hicieron novios (omitiendo obviamente detalles íntimos, no iba Yunho a decir que se lo había montado con Jae el primer día de su noviazgo. Ni Junsu a decir que él y Yoochun se habían estado seduciendo antes de formalizarse). De la forma en que tomaron la noticia cuando supieron que estaban embarazados. De la aventura que ha representado (el ratón prefirió no mencionar la tortura que pasó cuando su delfín no intimaba con él), del susto que el castaño les metió a todos con la amenaza de aborto en el primer trimestre. De la decisión de llamar a Jun Ho y Ji Yong para que los suplantaran en el grupo todos esos meses y los que faltan.

- es verdad, por dios hijo que desconsiderados hemos sido contigo, no te hemos agradecido la enorme ayuda que le ofreciste a nuestro JaeJoong al cubrirlo ante la disquera, ante sus fans, ante todos... – la Sra. Kim abrazó al chico raro fuerte... – muchísimas gracias por tu apoyo, eres un muchacho ejemplar...

- ha sido un placer Sra. Kim... – le dijo con su conocida sonrisa inocente.

- aún así, muchas gracias muchacho, y perdona si ayer te incomodé con mi mirada con todo lo que estaba pasando... – el Sr. Kim le estrechó en un fuerte abrazo.

- no se preocupe, fue perfectamente comprensible... – “aunque si me dio algo de temor”

- y tú, Min, con quién sales, se te nota en la carita que nuestros hijos no son los únicos que han encontrado la felicidad con un chico... – comentó de pronto la Sra. Park, sonriéndole afectuosa...

- se llama Kohei... – respondió sonrojado el menor... – es parte del grupo de bailarines que trabaja con nosotros...

- oh, el chico que estaba ayer aquí... – señaló la Sra. Jung... – es un chico muy apuesto...

- mujer... – llamó celosamente su esposo. Cosa que hizo que todos los presentes rieran.

..............

El Sr. Park vuelve a casa día tras día con una sensación de vacío, tal como se encuentra su casa desde hace casi un mes que volviera de Corea. Su esposa ni siquiera había llamado una sola vez, él por supuesto tampoco ha intentado contactarla, pero sabe bien que seguro se ha instalado por allá y cuida de sus hijos, más aún, debe estar emocionada con el embarazo del “novio” de su hijo mayor.

En su trabajo no ha dicho nada, pero se encargó de que se corriera el rumor de que su Sra. e hijo estaban de vacaciones por el país oriental para evitar tener que dar explicaciones que ni siquiera necesita dar.

Todos los días se paseaba por toda la casa observando los retratos, viendo detenidamente el cuarto de su hijo menor, algo desordenado con ropa regado aquí y allá, siempre ha sido más desentendido para el orden. El cuarto que Yoochun ocupa cuando les visita está impecable, tal como lo dejara hace casi dos años cuando fue la última vez que pasó las fiestas decembrinas con ellos; ahí, en la mesita de noche, una foto con sus amigos del grupo, en el cajón de ésta una de Junsu. Solo verlo le hizo sentir una vez más desprecio por él, le culpaba de haber separado a su familia.

- jamás aceptaré la relación entre ustedes, así tenga que consumirme en esta casa sin mi familia, la que tú, un simple muchacho de 21 años, se atrevió a arrancar de mi lado por un amor que no debe existir...

Cerró el cajón con un fuerte golpe, salió a pasos agigantados de la habitación de su hijo mayor, se dirigió a su alcoba y comenzó a empacar algunas cosas. No sabía exactamente porqué lo hacía, pero había tomado la decisión de viajar una vez más a Corea, a hablar tal vez con ese joven y tratar de recuperar a su familia.

1 Comentarios:

  1. neriita7/19/2011

    soy primera q emocion,o bueno desesperacion..q me paso todos los dias para ver si ya actualizaste,q me encanta tu fic* mujer,sin duda es el mejor q he leido,exepcional..^_^!
    -y bueno referente al fic*,ya ojala q el padre de chunie no le pida algo malo ah Junsu,yo q pense q el padre de Yunho seria mas reacio a su relacion!!

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