One, cap 3

Se veía a una persona a los lejos corriendo. Era Jae, con lágrimas en los ojos corría huyendo de aquello que no se creía todavía que le había pasado. Se preguntaba a si mismo porque Junsu le estaba haciendo eso, después de tantas cosas juntos no pensaba que le iba a ocurrir eso tan de repente.
Cuando llego a casa, cerró la puerta de su cuarto de golpe y se estiro en la cama. Seguía llorando, no conseguía parar, y entonces empezó a pensar:
- Porque yo también he cerrado los ojos? Aunque haya sido un segundo me he sentido bien y me ha gustado. No será que también…¿me gusta Junsu?
Después de esa pregunta a sí mismo, se quedo quieto como si el tiempo se hubiera parado, como si solo existiera él y el recuerdo de ese beso.
Junsu llego también a su casa, totalmente sumergido en su mente. No saludo a nadie cuando entro en casa, estuvo así toda la noche.
Micky estuvo toda la noche hablando con Min sobre la conversación con Jae:
- Peluchito mío, no estés tristes. Ya verás que algún día se lo podrás decir, y seréis felices juntos. Seguro que el también siente algo especial después de tantos años de amistad – le decía Micky con voz de padre.
- Pero es que siempre que intento sacarle el tema se va para otro tema, y no sé cuanto más voy a aguantar así – le decía mientras bebía un poco de agua.
- Cariño, cógele un día y tápale la boca. Suelta todo lo que tienes ahí dentro de tu corazoncito.
- Sera lo mejor – suspirando
- Oye amorcito, ¿Cuándo vendrás a mi casa? – cambiando de tema
- Ahh Micky, sabes que a mí no se me consigue tan fácilmente
- Era por probar jajaja
- Además que eres mi mejor amigo y no quiero hacer nada de lo que después me pueda arrepentir
- Bueno si cambias de opinión tienes mi teléfono
- Ok, buenas noches – sonriéndole
- Adiós peluchito. Muack – mandándole un beso se despedía de él.
Y justo cuando cuelga Micky, Min se queda pensando en cómo decirle a Jae lo mucho que le quiere.
Yunho en cambio, quiso llamar a Micky para pedirle perdón por haber sido tan grosero, pero luego pensaba que él no tenía la culpa de nada y de repente suena el teléfono de su casa. Lo coge y resulta que era:
- ¿Si? – preguntaba
- Amor, perdóname… - le decía una voz apenada
- Ohh Micky eres tu…El que tiene que pedir perdón soy yo, no tenía que haber sido tan grosero contigo, perdóname – también con la voz apenada
- Está bien, todo solucionado – con una sonrisa
- Aunque siempre estamos igual jajaja – le decía Yunho mientras pensaba en la de veces que les había pasado lo mismo
- Que razón tienes jajaja
- Cuando quieras podemos acabar lo del otro día – le decía Yunho, recordando lo que paso en clase – La verdad es que me “alegraste” bastante en clase
- Lo sabia, no te puedes resistir a mis manos ehh – le decía con aires de superioridad
- Ni tú a las mías, o te recuerdo la cara que tenias el otro día en tu casa ehh jaja – replicándole a Micky
- Cuando quieras acabamos lo empezado, o volvemos a empezar
- Cuando te vaya bien, esta semana mi padre se ha ido de viaje y tengo la casa sola para mí.
- Ohh eso me alegra bastante, ¿mañana me puedo pasar?
- Te espero con los brazos abiertos amor.
- Esta bien, allí me tienes mañana.
- Adiós amor
- Adiós amor, ya tengo ganas de que sea mañana – le decía, y así finalizaba la conversación.
Al día siguiente no había clases, es decir, cada uno quedo para pasar un día juntos. Yunho quedo con Micky, Jae quedo con Min y Junsu no quiso llamar a Jae por lo ocurrido el otro día, así que decidió quedarse en casa jugando a la play o al ordenador.
Min y Jae quedaron donde siempre, en la esquina de casa de Jae, y cuando se vieron:
- Hey, Jae! – le coge de la mano y le da un golpe hombro con hombro (típico saludo entre chicos xDD)
- Ahh Min, no te das cuenta de que tienes mucha fuerza – acariciando su hombro por el golpe
- Aii, que delicada la nenita – con una sonrisa de oreja a oreja
- ¿Yo? ¿Nenita? Te recuerdo que hace un par de años eras una cabeza más bajito que yo – riéndose
- Bueno es igual. ¿Dónde vamos? – Le decía Max refunfuñando
- ¿Te apetece ir al centro comercial? – Preguntaba Jae ya que le encantaba ir de compras
- Esta bien, haber si vemos algo de ropa bonita – le decía Min mientras se dirigían al centro comercial
De camino para allí, hablaron sobre cosas del colegio o sobre a qué tiendas podrían ir.
Mientras, en casa de Yunho sonó el timbre:
- ¡Ya va! – decía Yunho mientras iba corriendo a abrir la puerta, y mientras abría la puerta apareció su amorcito. – Hola Micky – estaban en la calle y no quería despertar sospechas para que los vecinos cotilleasen
- Hey Yunho – le decía mientras pasaba a su casa, y cuando ya estaban dentro – He traído champan, vamos a hacerlo a lo grande, voy a dejarlo en la ne… - mientras iba camino de la cocina, noto como unas manos le cogían de la cintura y lo empotraban contra la puerta – Hey, amor, relájate que tenemos todo un día por delante – le susurraba a la oreja.
- Pero, cariño, todo tiempo contigo me parece poco – le decía con una sonrisa picara.
- Esta bien, ¿tienes la mini-nevera todavía en tu habitación? – mientras subía las escaleras
- Si, déjalo ahí y ya nos lo beberemos después – subiendo detrás suyo.
Cuando llegaron a la habitación, Micky dejo la botella en la nevera, y cuando hizo esto Yunho estaba detrás suyo. Yunho, le cogió de los hombros y empezó a besarle apasionadamente, metiendo la lengua hasta el fondo y haciendo que se entrelazaran entre ellas:
- Yunho, hoy quiero empezar yo… - le decía mientras el otro besaba su cuello y le dejaba pequeñas marcas.
- De acuerdo, hazme tuyo – entre tanto los dos empezaban a estirarse en la cama.
Micky, lentamente, le fue desabrochando la camisa mientras le daba besos en sus pezones y por su barriga. Yunho estaba mirando lo que le hacía, y le producía un placer inmenso admirar las perversiones que tanto le gustaban a Micky y a él aunque lo negase. Poco a poco, Micky iba bajando hasta llegar al abultado pantalón y poco a poco lo fue desabrochando, pero de pronto Yunho le cogió las manos y le dijo:
- Micky quiero hacer una perversión que hace tiempo soñé… - le dijo mientras Micky le miraba con cara de deseo.
- Dime, ¿qué es?
- Quiero que me untes de nata montada
- ¿En serio? Es la primera vez que te oigo decir algo así
- Lo sé pero quiero hacerlo contigo – le decía impaciente
- ¿Donde está la nata?
- En la nevera al lado de dónde has dejado el champan
Micky se levanto de la cama, y fue a coger la nata.
Cuando la tenía en la mano, empezó a untar la barriga de Yunho de nata. Después la dejo, y fue quitándole los pantalones. Solo quedaba quitarle los calzoncillos. Se los quito salvajemente, y siguió untando el pene de Yunho con nata. Después la tiro al suelo, y fue dando lametazos a la barriga de Yunho y a sus pezones, suavemente:
- Micky…ahh…Me estoy volviendo loco…no pares! – le decía Yunho mientras se mordía los labios de manera que reprimía sus gemidos.
- Estas delicioso Yunho, quiero comerte siempre así
Micky empezó a bajar por la barriga de Yunho, hasta llegar a esa montaña de nata que parecía pedirle a gritos que la escalase con su lengua. Micky empezó a comerse la puntita que quedaba por encima y luego se la metió entera, pero la fue metiendo poco a poco. Yunho parecía enloquecer, y cada vez tenía más clara de placer:
- Micky…creo que ya no puedo aguantar más. – le decía mientras parecía retenerse todo lo que podía y más.
- Pues córrete en mi boca como hice yo la otra vez – le dijo Micky, mientras se saco su pene de la boca un momento y lo volvió a meter.
Cada vez lo lamia con más fuerza y velocidad. Yunho ya no aguantaba más. Se corrió en la boca de Micky, que ya estaba llena de nata. Micky trago todo, y después se relamió los labios que le quedaron blancos de la nata y el líquido que saco Yunho:
- ¿Te ha gustado amor? – Le preguntaba Micky mientras se lamia los labios
- No…me ha encantado, Micky ¿porque haces que me vuelva tan loco?
Micky no respondió, y beso sus labios aun con un poco de nata. Después fue Yunho el que se puso encima de él y empezó a atacar sus pezones. Siguieron con el juego, esta vez era Yunho el que dominaba. Empezó a quitarle la ropa salvajemente, casi le rompe la camisa de la manera en que se la saco. Y fue bajando hasta su ombligo, y le desabrocho el pantalón, y poco a poco lo fue bajando. Cuando Micky ya no llevaba absolutamente nada, Yunho le dio la vuelta y empezó a besar su espalda, y fue bajando hasta llegar a las nalgas de Micky. Empezó a besarlas, estaban tersas y eran preciosas. Yunho las mordía, sabía que eso a Micky le encantaba. Micky estaba retorciéndose de placer, y mientras cogía la almohada con fuerza para poder reprimirse.
Decidieron que era el momento de pasar a más, Yunho empezó a introducir la punta de su pene, entre las nalgas de Micky. Micky estaba completamente hundido en la almohada, mientras gemía de placer. Yunho iba entrando poco a poco en Micky, y cuando por fin entro todo, Micky se levanto de la almohada y se puso a cuatro patas, mientras Yunho entraba y salía de él. Cada vez era más rápido, y gemían mas fuerte:
- Ahh..Yunho!!...Mas!!!Mas adentro! – le suplicaba Micky
Yunho cada vez se metía mas adentro de Micky, y retrocedia. Y cuando ya estaba a punto de correrse:
- MICKY, TE QUIEROOO! – y se corrió dentro de Micky.
- Yo también te quiero… - le dijo Micky cayendo rendido en la cama
Los dos se quedaron dormidos, pero abrazados. Había sido mágico.
Entretanto, Jae y Min estaban en una tienda cogiendo ropa para probarse. Estaban haciendo cola en el probador. Solo había cogido ropa Jae, a Min no le había gustado nada de lo que había:
- Hey, Hyung no tardes mucho, que nos conocemos jajaja – le decía Min a Jae antes de entrar.
- Si, pero déjame mi rato – refunfuñaba Jae
Mientras Jae estaba dentro del probador, Min estaba apoyado esperando a que saliera. Por un hilito que quedo sin tapar, podía ver a Jae mientras se cambiaba. Eso le producía cierto placer, y le hacía imaginar cosas impropias de él.
Pero pensó que mientras se estaba cambiado era el momento de decirle que le quería.
Entro por sorpresa en el probador:
- Hey, Min, que haces no puedes estar aquí! – le decía Jae mientras se tapaba, ya que se había quedado en calzoncillos.
- Hyung no digas nada – le decía mientras le tapaba la boca – Mira Jae, hay una cosa que quiero decirte desde hace tiempo, y no me importa que no me quieras volver a hablar nunca, porque yo lo seguiré sintiendo. Te quiero, y desde hace mucho, por eso siempre estoy contigo y por eso aquel día te di el beso, y es que siempre has estado ahí y eres la persona más importante para mí en este mundo.
De repente Jae soltó una lágrima, y Min le destapo la boca. Jae le beso.
- Min, yo también te quiero. Quédate conmigo...esta noche.

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