Al final, vuelvo a casa.
Después de esta pequeña pero no pasable discusión, redimiéndose a que Jaejoong le planchara el traje ya que se había marchado, tomó las llaves y se dirigió al funeral de una de esas familias que siempre están en el negocio.
Otra vez, paro de colectiveros. Que los parió. Será… subte.
Tantos recuerdos que no merecían estar en su memoria. Iba bajando las escaleras, mientras etiquetaba en su mente, “La columna”, subía al vagón, “El asiento”, esperaba la siguiente parada, “La puerta”, se bajó y se golpeó con un hombre, “Yoochun”, le parecía solamente, o este hombre le estaba siguiendo.
“Perdóname.”
Dijeron al mismo tiempo mientras el pelinegro levantaba la escoba que estaba en el suelo que hace fracciones de segundo estaba entre sus manos. Lo bueno es que había poca gente, no había que estar movilizándose de manada en manada para llegar donde querías.
Siguió con su camino ignorándolo, cuando sintió que lo tomaron desde la cintura por detrás.
¿Jaejoong?
No, señor, esas manos no eran las del doctor. Estas eran más delgadas y de dedos un poco más largos… Empezó a sentirse un poco mareado luego de sentir un pañuelo húmedo sobre su nariz.
~
Abrió la puerta estrepitosamente encontrándose a Changmin recostado sobre la camilla del consultorio.
- ¡¿Y ahora que comiste rey de imbéciles?!
- Ah… - se quejaba mientras masajeaba su estomago – Doctor, tengo sobredosis de Choco torta…
- Por Dios, pendejo, tenés que cuidarte por alguna vez en tu vida… - se acercó al botiquín buscando alguna clase de laxante.
- ¿Y?
- ¿Y, qué?
- Y qué onda con el pibe este… ¿ya fue o re da? – seguía masajeándose el estomago.
- Que metido que sos nene…
- Y sí, ayer quedaste en contarme, y no me contaste nada.
- ¿Para qué te voy a contar si después me venís con tu repulsión a los homosexuales? – tomó un frasco y se lo acercó a su amigo.
- Porque tu vida es interesante, amigo mío. – tomó una pastilla y se la tragó en seco.
- ¿Interesante, eh?
- Sí, - se sentó mientras se quejaba – tan sin preocupaciones lo tuyo, menos mal que saliste gay, que si no pobres mujeres que quedan embarazadas… Después tienen que ver todos los días al monstruo que les engendraste.
- ¡Changmin! – lo golpeó en el brazo.
- ¡Qué! ¡Si es la verdad!
- Puf… Bueno, - se sentó en su sillón – si querés te podes ir, en unos treinta minutitos vas a amar tanto al inodoro como al chocolate.
- Treinta minutos, son treinta minutos, resúmame toda esa noche salvaje y me cuenta.
- Bueno, espera – llama a su secretaria por altavoz – SeoYeon, dile a mi próximo paciente que me espere un poco.
Cambio de turno.
Jaejoong ya terminó, por suerte temprano, iría a visitar a Junsu, todo ese stress tenía que liberarlo de alguna forma positiva.
Caminó hacia el subterráneo, cuatro de la tarde aproximadamente, ya estaba esperando el próximo viaje, la estación estaba medio vacía, una pareja por allá, un viejo por aquí, no eran más de cinco personas. Era temprano… y tenía unas ganas de ir al baño. Eran sucios, insalubres, como doctor lo sabía, pero como humano, lo necesitaba. Mientras se acercaba escuchaba más nítidamente lo que ocurría allí dentro, alguien no quería esperar hasta llegar a casa, se dio la media vuelta, pero frenó un segundo, esa voz la reconocía.
- Junsu~ ese es un mal hombre… tienes que estar conmigo, así…
- ¿Dónde estoy...? ¿Jaeboo?... ¡¿Y-Yoochun?!
¡Suficiente!
Entró sin golpear, observando una imagen que no quería ver, Junsu atado al urinario con valla saber Dios que, mientras, si se le puede llamar ser humano, lo toqueteaba. Yoochun seguía besándole el cuello, aun sabiendo que “The punisher” estaba presente.
La ira colmó la columna vertebral de Jaejoong y se lanzó sobre él. Trató de golpearlo pero este lo esquivó y se hizo hacia un costado, y golpeó en el estomago al joven doctor. Aprovechó sus segundos de debilidad para tratar de noquearlo. Recibió unos cuantos golpes en la cara, pero al quinto puñetazo lo dejó inconsciente.
- ¡Jaejoong! ¡Levántate! – gritaba Junsu desesperadamente mientras trataba de desatarse
- Déjalo… Junsu te digo en serio… - tomó su mentón para besarlo.
Apenas el pelinegro se aproximó a sus labios lo mordió en el cuello, forzando a que este respondiera con violencia, pero solo se quedó enfrente del espejo tratando de sanarse la herida con agua.
Jaejoong recuperó un poco el sentido y Junsu pudo notarlo, siendo disimulado para que su opresor no lo notará, le indicaba que se fuera. Jaejoong tomó una botella de cerveza al costado del urinario y se levantó torpemente, y con todas sus fuerzas trato de impactar el envase sobre la nuca del depravado.
- ¡¿Qué mierda?! ¡Jaejoong!
No logró darle al pelinegro pero pudo romper la botella por la mitad y lo apuntó con el filo del vidrio debajo de la mandíbula.
- ¡Suéltalo ya!
- Bueno, bueno, - se hacía a un costado para zafarse – está bien… - comenzó a desatar a Junsu.
- ¡Lo volves a tocar, y te juro, te juro que te mato!
- Tranquilízate…
- Jaejoong vámonos de acá. – lo tomó del brazo para llevarlo hacia la puerta.
- ¡No! ¡Este pelotudo va a cobrar!
Jaejoong se adelantó para cortar su cuello, dejando que sangrara bastante.
Junsu lo observó con terror. ¿En que se había convertido? O mejor dicho, ¿es esto acaso Jaejoong?
- Lo volves a tocar, y te va a ir peor. Vámonos Junsu. – soltó la botella y lo tomó del brazo.
- No.
Hola
ResponderEliminaro.o que fue todo eso, junsu raptado por chunnie pero rescatado por jae
y changmin mas entrometido no podria ser que quiere saber sobre la relacion jaesu
que pasa con junsu....
continuacion.....Saludos!
Jaejong... que has hecho... \\OoO//
ResponderEliminarcontinuacion onegai..
jaee!! nooo solo le dabas unas pias y ya era!! mi amoree q hizoo! y q pasa con junsu!? argg! es que me saca de quicio, aunque lo que haya hecho boo estuviese mal lo estaba defendiendo D=
ResponderEliminarLa situación de Yoochun y el baño..
ResponderEliminarMmm, esta escritora vino del futuro (?0