Changmin-ah cap 2

_ Jaejoong ah… yo la… lamento llegar tarde – lo sostuve de la manga de la camisa intentando recuperar la respiración luego de haber corrido tanto – lo siento, la batería de mi celular se descargo y no pude avisarte que llegaría tarde.
_ No sucede nada Changmin está bien – miro el suelo y sonrió de una forma extraña – ya me voy.
_ ¿Cómo? ¿Entonces para que me citaste aquí?
_ Para decirte algo… pero ya no tiene importancia – se volteo e intento caminar pero sostuve mas fuerte su manga eh hice que se detuviera… algo extraño le sucedía.
_ Ahora que eh llegado no puedes dejarme así, si tengo cierta culpa por haber llegado tan tarde per…
_ Te amo
_ ¿Ahh?..

Te amo... Te amo… Te amo…… Te amo………. Te amo…………………………Te amo …………………………

Unas cuantas horas habían pasado desde entonces, ni siquiera tenida idea de cuándo se había marchado Jaejoong ni mucho menos… solamente estaba sentado en una de las mesas del restauran sin hacer nada estaba en la nada… con los pies bien pegados al suelo sin responder ni cuando una de las mecerás vino a ofrecerme algo ni cuando vino a avisarme que necesitarían la mesa para una pareja ya que no habían mas desocupadas y yo estaba haciéndole de payaso pintado en la silla. Solo cuando el cielo se tiño de un azul oscuro salí corriendo del restaurante… seguramente mi mente reacciono ante la posible hora y el Yunho preocupado en el departamento… pero no quería llegar… no quería verle. Los dos éramos hombres por lo tanto NO podía existir nada entre nosotros… Mi hyung estaba loco… loco, mi mente aun no concebía lo dicho por sus labios no quería concebirlo. Tome mi celular y le escribí un mensaje a Yunho diciéndole que esa noche no iba a llegar al departamento. Esa noche… no deje de pensar en él.
Las semanas pasaban y yo no podía sacármelo de la cabeza Jaejoong se había convertido en mi abecedario de cada día, no sabía qué hacer con el cuándo nos topábamos en los pasillos ni siquiera me miraba pasaba de largo y si le hablaba respondía rápido y se iba de la misma forma, en los desayunos ya no era él quien me despertaba con una sonrisa y se calaba mi mal humor… ahora era Yoochun y extrañaba a Jaejoong … extrañaba nuestras charlas por las tardes o sus abrazos que me daba sin ningún motivo sus constantes preocupaciones por si estaba bien, si no tenía hambre si pasaba frio, si mi garganta se encontraba bien luego de los ensayos… Pero la culpa también la tenía yo ni siquiera le había dado una respuesta y seguramente pensaba que lo había rechazado pero… yo no pensaba en mi hyung de esa forma… pero entonces ¿Por qué me afectaba tanto todo esto? Me había acostumbrado a su presencia para todo… Jaejoong… Tenía que arreglar esto…

_ Te has convertido en un gran problema para mí – Susurre en voz alta sin darme cuenta.
_ ¿Decías? – Pensó Yunho que le hablaba a él.
_ ¿Dónde está Jaejoong? – Como si fuera de invocar entro a la sala con una torta recién hecha entre sus manos.
_ ¿Sucede algo Changmin?
_ Hyung tengo que hablar contigo.
_ Lo siento pero yo n…

Lo tome del brazo y le obligue a caminar conmigo hasta mi habitación. Aun que tirara de él no se quejaba ni nada no tenía motivos para alar de su camisa ya que prácticamente iba caminando por sí solo. Entramos al cuarto y me asegure de cerrarlo con pasador y voltee a verle, estaba parado pero recostado a una de las paredes mirando el suelo, camine hasta quedar frente a él y solo cerro sus ojos.

_ No es necesario que digas nada – se adelanto a hablar y soltó un suspiro – se que piensas que estoy loco, que somos dos hombres y que nada de esto debería de estar sucediendo que solo es una broma por mi parte…pero aun que creas eso, no quiere decir que lo que digo es mentira – Sus ojos se encontraron con los míos y sentí como si perforaran mi alma se podía notar sinceridad y dolor en ellos. Apoye mis brazos en la pared rodeándolo – ¿me tienes asco no?
_ Ya basta – susurre apenas audible no creo que me haya escuchado.
_ Por eso me eh alejado de ti… debo de ser un estorbo hasta eh pensando en abandonar el grupo.
_ No vuelvas a decir eso.
Un impulso directo de corazón… y en aquella habitación nuestros lazos se unieron… al igual que nuestros labios.