Soul Fighter Storm 2nd Season cap 2
noviembre 15, 2009
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Finalmente, después de varias discusiones, gracias a dios le trajeron su coche y las peleas de por la mañana terminaron.
Conduciéndolo se sentía un poquito mas él mismo, se sentía un poco mas Youngwong Jaejoong de nuevo…..y menos Kim Jaeboo….menos alguien anónimo….
aquella situación que le mataba por dentro lentamente….
Pasaron tan sólo un par de días más después de aquél, hasta que llegó el fin de semana.
En tan sólo aquellos dos días me dio tiempo a arrepentirme en cierto modo de que no discutiéramos por las mañanas, ya que al tener tu coche....desde entonces, venías mucho mas tarde a casa.
Aquella noche de sábado que tuvimos libre, nos pusimos uno de los primeros conciertos para reírnos de nosotros mismos. Pero yo no podía dejar de mirarle. Pocas veces en años de convivir con él le había visto con tanto tiempo sin afeitarse, aquel pelo tan corto que le robaba toda la personalidad a su redondeado rostro. Y yo seguía sin estar acostumbrado.
Era increíble como el aspecto de Jaejoong cambiaba tanto según como se arreglara.
Yo seguía prácticamente igual. No había cambiado en nada, excepto el corte de pelo. Ya lo había llevado así parecido algún tiempo, pero Jaejoong....no había llevado el pelo tan corto en toda su carrera.
Vimos uno de los recopilatorios que la compañía nos hizo como regalo en la despedida hacia unos años. Había tantas y tantas imágenes divertidas de todos…. Sabía que Jaejoong disfrutaba muchísimo de verlo, y en el cuartel no se podía.
Los psicólogos nos habían prohibido hacer ciertas cosas, pero yo no hacia caso alguno.
Aún no sabían que viviría con Jaejoong, me lo habrían prohibido.
También nos dijeron que no viéramos estas cosas….seguramente el psicólogo de Jaejoong no le dejase ver este video, pero…yo solo quería hacerle feliz.
Yo me había visto hasta el aburrimiento el video, ya que en la parte del cuartel donde yo estaba, podía hacerlo, era menos estricto y mas administrativo.
Comíamos palomitas..sentados en el pequeño sofá con los pies sobre la mesilla de te. Esparramados sobre el sofá como siempre solíamos hacer todos en casa.
Jaejoong se reía y comentaba los videos, mientras yo no podía hacer otra cosa más que observarle, sin poder hacerme a la idea de su nuevo aspecto.
Después de habernos bebido ambos unas 4 cervezas, de repente, sin querer, lo hice.
Como mucho tiempo atrás, una noche, con alcohol en mis venas, en la intimidad del salón, mientras miraba su conocido perfil, y lo extraño para mi de su aspecto, alargue una mano hasta su mejilla, y toque su áspera piel cubierta de vello con mis dedos. Para asegurarme de que estaba allí.
Recordé las veces que le había visto afeitarse, durante años…
…dios mío……Jaejoong ME había enseñado como afeitarme…
.. de hecho, el lo hizo por mi, la primera vez hace tantos años…..
La confusión invadió mi mente una vez más. Sentía extrañas cosas en mi cuerpo…
.....mis sentimientos por ti, se retorcían, se agitaban…
....cambiaban de tonalidad hacia un afecto fraternal, luchando con el deseo que nacía de mi al observar tus labios y tocar tu mejilla.
El remolino de sentimientos se hacia tan fuerte que me costaba respirar. Me seguí acercando hasta que mi aliento rozo tu mandíbula. Y ahí estaba esa punzada en mi estomago….esa opresión en mi pecho:
Deseaba besarte.
Deseaba cerrar los ojos y hundir mis labios en tu cuello…
… una vez más…
…sin preguntarme por qué.
Cerré los ojos reprimiendo un sollozo.
Apoyé mi frente sobre tu hombro, y recargue mi peso.
Tú lo notaste y no dijiste nada, te quedaste donde estabas, bebiendo de tu botella, mirando la televisión. Mientras yo apretaba los nudillos para no abrazarte, ni tocarte, que era lo que mis brazos luchaban por hacer.
El roce de tu piel…era el mismo, la firmeza de tus hombros….
Me quede allí con mi cabeza recargada sobre tu hombro, sintiéndome feliz de tenerte junto a mí, de notar tu calor.
En aquel momento pensé que eso era bueno, que me resistía a lo que sentía por ti…que equivocado estaba…
...esa era la peor señal de todas.
“lo siento, Jaejoong, lo siento.”
Después de todo, no puedo quererte como tú quisieras…..como yo quería quererte en un principio. Resultaba tan irónico, que de alguna manera todo ocurriera al revés ahora…
Yo estaba luchando por que mis sentimientos volvieran a lo que eran, antes de aquella noche…
Pero seguían ahí..solo que unidos a mucho mas.
Hacía tiempo que no bebía, a diferencia de ti, y por eso me quedé dormido sobre tu hombro sin saber cuándo.
Y esa fue la última vez que hicimos algo juntos en casi 2 semanas. Por las mañanas salías mas temprano que yo, por las noches volvías tan tarde que a veces no podía dormir hasta que no escuchaba el sonido de la puerta.
No te dije nada porque me sentía culpable. Pensé que era tu reacción o castigo a mi extraño comportamiento de aquél sábado.
Recordaba perfectamente que me habías dicho que solo querías vivir conmigo a condición de que aceptara que todo había cambiado. Y durante todo ese tiempo, moría de miedo pensando en que en cualquier momento me dirías que te querías ir.
Pensé durante todo aquél día que no sabía donde estabas, como abordar el tema y saber el por qué de tu ausencia.
Mis padres me habían llamado para que me fuera a seoul a pasar el fin de semana con ellos, pero les puse una excusa.
Quería verles pero temía que cuando volviera ya no estuvieras.
Cuando caminaba por el salón, apenas pasadas las 12 de la noche de aquel sábado, escuche el chirriar de las ruedas de un coche.
Me asomé a la ventana y las luces impresionantes de tu coche me deslumbraron. Fui hacia la puerta de la casa y al abrirla, vi como tu no conducías tu coche, y escuché tu risa ebria apagada desde dentro del coche, mientras veía tu figura recostada sobre el salpicadero mientras reías sin parar.
Aquél compañero tuyo que antes de que te trajeran el coche te traía a casa por las tardes, un tipo de rostro simple pero resultón, vestido de calle y de estrecha figura, bajó a trompicones del asiento del piloto y te abrió la puerta del coche para hacerte bajar.
Yo hice el ademán de ir a buscarte para ayudarte a andar y evitarle el trabajo al chico, pero entonces vi como te lanzabas hacia él riendo, rodeando su cuello con tus brazos.
Y algo hizo “snap” dentro de mí. Me quedé clavado donde estaba.
Conocía tus actitudes mejor que tu mismo, y sabía lo que esa significaba. Y me notaba comenzar a arder por dentro....lentamente.
En ese momento llegó un segundo coche con música alta que aparcó detrás del tuyo, tocando el claxon. Resoplé para conservar la calma y no montar una escena para gritarles que se comportaran.
Rechinando los dientes, me mantuve pétreamente quieto en la entrada de la casa observando como aquél maldito idiota te traía hasta casa.
Cuando se acercaron simplemente entré a la casa esperando que le entrara y se fuera lo antes posible.
-Buenas noches.-murmuré sarcásticamente al verles entrar, mientras iba a la cocina a por un vaso de agua para Jae. Sabía que estando en ese estado pronto lo pediría.
-Buenas noches.- contestó el tipo. Y Jae explotó en risas de nuevo.
-Calla calla, no digas nada que me echará mas la bronca.- dijiste con la lengua enredada y sin rastro de educación en tus palabras. Aparté la vista al ver como Jae se sujetaba de su cuello más firmemente.
-Toma las llaves del coche....en serio no quieres venir con nosotros a mi casa?- preguntó el tipo en un tono que hizo que se me erizara el vello de la nuca.
-E.. no- dijo Jae inseguro mirándome de reojo.- Gracias por traerme, iros ya, es tarde-Intentó decir de manera simpática.
El tipo dejó las llaves sobre una mesa y se acercó a la salida sin soltarle, yo me hacía el distraído pero vi como antes de salir le cogió de la cintura acercándole a él.
-Bueno, me llamas mañana?- Le preguntó junto a su mejilla, al oído, en su tono también de borracho.
Jaejoong miró incómodo en mi dirección y eso fue lo peor que pudo hacer...
....su mirada de incomodidad hacia mi hizo mucho más por hacerme perder los nervios que cualquier actitud de ese estúpido.
-Sisi, venga vete ya, que ni siquiera cogerás el teléfono mañana.- Dijo Jae intentando alejarse de él de pronto. El tipo parecía querer algún tipo de despedida, y se inclinó sobre él.
Sin apenas notarlo mis pies caminaban hacia ellos, cogí con mi mano a Jaejoong de su hombro y le aparté de él bruscamente antes de que sus labios llegaran a la piel de Jae.
Empujé con fuerza al tipo hacia fuera de la casa, hasta hacerle casi caer. Me miró confundido. Jaejoong balbuceó algo que no entendí.
-Ehh... que te pasa amigo?- Me dijo el idiota justo antes de ver mi mirada y helarse de miedo.
Mi mandíbula estaba tensa, apretaba los labios hasta hacerlos casi desaparecer, y deseaba que tan sólo me diera una mínima excusa para liberar esta rabia que me invadía en aquél instante y me ahogaba hasta casi asfixiarme impidiéndome pronunciar palabra.
-No vuelvas a dirigirte a mi de esa forma.- le dije en un tono ronco, mis palabras casi imposibles de distinguir.
Jaejoong intentó sujetarme del brazo izquierdo pero de un tirón le aparté.
-Oye.. que te pasa, solo vamos a despedirnos.- insistió sin dejar de mirar a Jae.
-Jaejoong ya se ha despedido. Sal de mi casa.- le dije a modo de última advertencia, sólo quería que terminara de salir para poder cerrar de una vez la puerta.
Pero el muy idiota, borracho como iba, cegado por la pálida piel y las oscuras pupilas del amor de mi vida, intentó acercarse a él de nuevo.
Grave error.
Y perdí una vez más la cabeza por ti. Simplemente ocurría Jaejoong,
¿realmente puede alguien echarme la culpa por eso?
Dime.
Intentó el tipo pasar por mi lado, pero a la vez que te aparté con mi brazo hacia atrás, sujeté al tipo por la camisa y recibió el primer golpe justo en la mandíbula.
Él me miro incrédulo y dolorido, cayendo de espaldas sobre la puerta abierta, que frenó su caída.
Un hilo de sangre salió de la comisura de su boca.
-Changmin, vale ya!! NO es lo que piensas.....- te escuché decir a mis espaldas.
- Me importa una mierda!- bramé.- ¡Ni se te ocurra intentar ponerle una mano encima de nuevo en tu miserable vida!- le grité al tipo. Él seguía mirándome incrédulo.
- Pero... quién eres tu para...?- comenzó a preguntar el muy estúpido. Ésta vez le cogí de nuevo de la camisa golpeándole contra la puerta, y con las dos manos le tiré escaleras abajo fuera de mi casa al fin. El tipo cayó de espaldas y rodó por el césped.
La panda de monos de afuera rieron al verle caer de culo bajo las luces del coche. Ya que no sabían de que iba la cosa y seguro pensaron que se había caído solo.
-Tienes 3 segundos para salir echando leches de mi jardín!!- Le advertí una última vez.
-Changmin!- dijo Jae.
-UNA!
-Jaejoong ah, se puede saber qué demonios le pasa??- preguntó enfadado y confundido.
......le llamó.....de aquél modo....
-DOS!
-Changmin vale ya!- me dijo Jae algo preocupado.- No es lo que piensas! Él y yo no tenem...
-Por qué se pone así? .....-intentó preguntar el otro a la vez.
Ni siquiera dije tres, mientras salía ciego de ira para darle el siguiente puñetazo en toda la cara. Esta vez cayó al suelo.
Pude escuchar las exclamaciones de sorpresa del grupo desde el coche.
-Estás loco? Qué te pasa?- Preguntaba realmente asustado ya, mientras me tiraba sobre él pegándole de nuevo.
-te he dicho que te largues de mi casa!- le grité.- Se te va ya la borrachera? – Le pregunté cogiéndole de la camisa ahora salpicada de sangre de nuevo para levantarle y acercarle a mi cara.
-Changmin ya basta!- Dijo Jaejoong aún sin salir de la casa.
-Vamos a ver si ahora me escuchas......como me entere de que has intentado si quiera ponerle de nuevo una mano encima.....de cómo te dejaré la cara no podrás volver a salir a la calle en tu vida!-Dije soltándole.
Parece que mirar mi cara de desquiciado de cerca, le había convencido casi más que mis golpes. Me aseguré de que ni siquiera le volviera a mirar antes de salir de allí a paso rápido y ahora algo menos borracho.
Jaejoong me miró incrédulo mientras entraba de nuevo en casa y cerraba la puerta tras de mi.
Le vi echarse una mano a la cabeza mientras fui de nuevo a la cocina. Volví y le tendí el vaso de agua. Pensé que sería lo suficientemente prudente como para guardar silencio. Pero iba borracho.
-Changmin ah, estas loco...como has podido hacer eso?? Ese chico me hacía el favor de traerme en coche cada día antes de....- comenzó a decirme en tono quejicoso sin coger aún el vaso.
- Esta claro por qué te hacía los favores...- Dije irónicamente. Jae resopló.-No sólo te dedicas a no dirigirme la palabra en semanas, además tienes que rebozarme a este imbécil por la cara en mi propia casa?
- Ya te he dicho que no es lo que piensas.....-
Quería decirle que me daba igual lo que hiciera, quería decirle que no tenía por qué darme explicaciones..
….quería mentir.....pero esas palabras se negaban a salir.- él mismo se quería tomar libertades yo....
- ¿Intentas decirme que no lo viste venir? – le pregunté haciéndole callar una vez más.....Para ese momento yo ya había visto por las obviedades que con certeza no fue mi actitud de esa noche lo que le había alejado de mi estas dos semanas....y en realidad no sé que dolió más.
En el fondo no quería seguir con esta conversación porque no quería explicarle como me había sentido.....al ver a otra persona con sus sucias manos sobre él....sobretodo otro hombre.... quien hacía delante de mis ojos justo lo que yo intentaba reprimir. Lo sentí tan doloroso e injusto.
Si yo no podía tocarte.....ningún otro hombre podía.
Eso era un hecho.
-Tengo sed.- dijiste tiernamente, en un susurro. Te tendí en silencio el vaso una vez más. Lo cogiste de entre mis manos y comenzaste a beber.
Te miré.
Con tu gorra puesta, tu camiseta ajustada de tirantes que provocaba hasta a las piedras, tus pantalones caídos y tus playeras. Tus piercings brillantes sobre tu oreja, tus labios rosa apagado, tu blanca piel y tus revueltos ojos, grandes, hermosos y oscuros...
....como nuestro secreto.
Te miré beber agua inocentemente. Y me maldije mil veces a mi mismo por sentirme como me sentía en aquél instante.
¿Cómo podías importarme tanto?
Sin darme cuenta, te quité la gorra y hundí mis dedos en tu pelo oscuro y suave.
Tú no dejaste de beber hasta que no terminaste el vaso.
-¿ha pasado algo?- pregunté no sé por qué. Tu seguiste mirando al suelo y me devolviste el vaso. Te tambaleaste un poco hacia mí, y yo tuve que clavar mis uñas en el vaso para no soltarlo y rodearte entre mis brazos, y no volverte a soltar nunca más.
-Será mejor que me vaya a la cama....no me encuentro bien.....- dijiste en un susurro mientras andabas tambaleante hasta las escaleras que llevaban al segundo piso.
Yo respiré al fin al verte subir del todo. Intentando soltar toda la tensión que había en mi hacía unos momentos.
Dejé el vaso en la cocina. Cogí las llaves de tu coche y salí fuera dispuesto a aparcarlo en el garaje. Quería mantenerme activo, distraerme, ocuparme, para no correr escaleras arriba, aprovecharme de que estabas ebrio y devorarte a besos sin dejarte rechistar.
Aparqué correctamente tu coche en el garaje, intentándolo varias veces, volviendo nerviosamente hacia atrás y hacia delante para dejarlo recto al milímetro, desesperándome en cada nueva frenada, en cada nuevo acelerón, recordando a cada segundo aquella mano sobre tu cintura, aquellos inmundos labios acercándose a tu piel....
Finalmente frené y golpeé con ambas manos el volante con fuerza, e incliné mi cabeza sobre ellas. Apretaba los dientes intentando reprimir un sollozo, un grito de desesperación que liberara mi pecho de tanta frustración.
Pero el grito no salía. Sólo las lágrimas silenciosas caían.
Sentía que mi vida era como un coche en marcha sin frenos y sin piloto. Con el peligro constante de chocar contra cualquier cosa o salirse del camino.
Había perdido por completo mi identidad.
No podía rehacer mi vida sin ti.
Estaba seguro que ningún otro hombre....ni ninguna mujer...... me satisfacería en mi vida.
A parte de ti, Jaejoong, ¿Qué me quedaba?
Me habías robado el alma........
Para mi eras mentor, hermano, compañero, amante, primer amor..... y más puro.... el único.
Aunque en el fondo ya lo supiera, había intentado engañarme todos estos años atrás, intentando pensar que podía seguir adelante sin ti, en cualquier sentido.
De que me había hecho un hombre, independiente, fuerte….que me había convertido en lo que siempre quise ser. En lo que siempre quisiste que fuera.
Lloré y lloré sin poder evitarlo, como aquellas primeras veces lejos de casa y sintiéndome solo, al comienzo de la carrera.
Cuando me cansé, mareado y dolido, congestionado de tanto llorar, volví a entrar y fui directamente a dormir.
Pero me resultó imposible. De modo que en un arrebato cogí las llaves de mi coche y conduje hasta seoul. Hasta casa de mis padres.
Y pasé allí el domingo esforzándome en olvidar cualquier cosa que me hiciera daño. Sintiéndome protegido.
Cuando volvía sobre las 10 de la noche a casa, vi una llamada perdida tuya. Y me apresuré aún más en volver.
La llamada había sido sobre el mediodía. Quizá cuando te habías despertado y no me habías visto en casa. Cuando llegué las luces estaban apagadas. Subí a cambiarme y ducharme, y al entrar en el cuarto de los ordenadores vi el tuyo que siempre te dejabas encendido.
Y mi intuición hizo el resto.
Debería haber imaginado que una de las primeras cosas que haría sería mirar los foros de las fans en internet, ya que nos lo tenían prohibido en el cuartel.
A Jae le encantaba saber qué pensaban y decían de él a cada momento. Así había regido su vida durante muchos años.
El gran problema era que no encajaba bien los malos comentarios. De hecho no los encajaba. Era demasiado sensible a ellos. Y esta había sido precisamente la causa numero uno de todos sus problemas desde el comienzo de su carrera. Sus altibajos, sus cambios de humor.
Por eso mismo, su psicólogo le había prohibido específicamente echarle un ojo a todas esas páginas web.
Y lo que más me temía había ocurrido.
Entre las páginas web que había mirado sin descanso las últimas semanas, encontró fotos clandestinas de él dentro de la base con un aspecto parecido al que llevaba. Serían de quizá hace un mes.
Aunque muchas fans decían que le veían estupendo, comentarios vacíos en muchos de los casos, muchas le criticaban duramente. Y eran las que más abundaban.
Por esta razón no le dejaba el psicólogo que lo viera.
Yo ni siquiera me molestaba en mirar esas cosas ya. Pero resultaba un adictivo hábito para él.
Y así habíamos vuelto a los mismos comienzos......cuando nadie podía saber que pensaba si quiera.
Cuando se cerraba en banda para el mundo entero, incluso mucho más que yo.
La diferencia es que a mi me costó, pero una vez me abrí no volví a cambiar.
Jaejoong, volvía a caer en estas actitudes muy a menudo con nosotros.
Tantos años a su lado.... y no era capaz de decirme que le habían destrozado los comentarios.
Y yo sabía que no eran por los comentarios en si, había leído cosas sobre él mucho peores. Era porque él así lo creía.
A pesar de que se me hacía raro, deseaba correr a su lado y decirle que se equivocaba, que podía estar atractivo en el momento que quisiera.
Que su imagen, o al menos la imagen que siempre había dado, no encajaba con estar en un cuartel.
Pero dudaba que todo eso le valiera.
Aún así, fui silenciosamente hasta la habitación, subiendo las escaleras a zancadas.
Cuando entré, muy sigilosamente, le observé, aún no estaba dormido,estaba sentado de espaldas a la puerta, frente a la ventana, con la persiana subida. Miraba algo entre las manos a la luz de la luna.
Algo faltaba en la repisa de la ventana.
Era una foto mía con 13 años. Un poco antes de debutar, tenía mas o menos el mismo aspecto que entonces.
Me quedé quieto donde estaba, observándole en la oscuridad.
Miraba fijamente mi foto. Era una en la que salía sonriendo con mis hermanas, en un fin de semana que fue la familia de viaje.
Acercó una de sus anchas manos, y acarició la parte del cristal que estaba sobre mi cara, sobre mi mejilla plasmada en la foto. Con sus fuertes dedos sobre el frío cristal.
Me acerqué a él hasta que notó mi presencia. Me quedé de pie junto a él, tapando la tenue luz que entraba por la ventana e iluminaba lo que había entre sus manos.
Levantó la cabeza y a la luz pálida de la luna pude ver sus ojos brillantes de lágrimas que nunca saldrían.
-Changmin ah.......- susurró al verme.- Al menos tú......aún me quieres verdad?
Yo apreté los puños para evitar moverme del sitio. Para evitar dejarme desarmar por esa mirada. No había fragilidad en ti, había abandono.
Y me dolía Jaejoong, me dolía como si me estuviera envenenando por dentro. Y las manos me escocían, me picaban de no tocarte.
Me arrodillé frente a ti, sin dejar de mirarte a los ojos. Me acerqué un poco mas, entre tus piernas abiertas, y te sujeté de las mejillas con las dos manos, y suavemente apreté con mis pulgares tu piel, para que notaras que estaba allí, y para saber que seguías ahí, que seguías siendo mi Jaejoong.
-¿No lo sabes ya?- Te pregunté sin poder evitar que me temblara la voz.- ¿NO lo sabes ya?- te susurré acercándome a ti.- Mientras yo siga respirando..-susurré con determinación frente a tus labios.-....nunca estarás solo.
-Changmin ah....- comenzaste a decir en lo que sonó más a un sollozo o una suplica que a mi nombre, pero no te dejé seguir. Atrapé suavemente tus labios entre los míos para detenerlos.
Para que si se movían, se movieran para mí.
Y sabían igual de dulce, aunque la piel por encima de tu labio estuviera áspera por tu falta de afeitado. Seguía siendo tu boca....tu boca y su adictivo sabor.
El sabor de tu aliento mezclado con soju. Y me incorporé para recostarte sobre la cama echando el peso de mi cuerpo sobre ti.
-Changmin ah... estás tan guapo como siempre..- lograste decir entre mis labios, mientras colabas una de tus manos bajo mi camiseta.
Tocaste el pecho que tanto te gustaba, ahora mi piel estaba aún más oscura de lo que estuvo antes. Tersa y suave...para tus manos.
Me apoyé sobre las rodillas y me quité de una vez la camiseta. Tu te quedaste quieto mirándome a contra luz sin saber si seguir o no.
¿Tenías miedo?
Yo también.
Pero no me importaba nada.
Te cogí de las manos y coloqué las palmas sobre mi pecho. Una de ellas subió por mi cuello y la besé, mientras tocaba tu firme vientre y levantaba tu camiseta. Te la quité a tirones, y justo después mis labios volaron a aquél hueco que habían deseado tanto, aquel delicioso lugar sobre tu cuello, justo detrás de la oreja. Ese al que tenía que acceder apartando tu cabello y ahora al fin estaba despejado para mí.
Así que arañé con mis dientes de arriba abajo la piel de tu cuello dejando que mi lengua humedeciera todo a su paso impregnando tu sabor en ella.
Que necesitado estaba de esta sensación. NI siquiera yo lo sabía.
Gemía junto a tu cuello, junto a la piel sobre tu clavícula, desesperado por robarte hasta la última gota de sabor en tu piel.
Tu calor me recordó, que me había hecho un hombre enredado en tu cuerpo.
Que era esclavo de tus besos, esos que ahora repartías sobre mis hombros.
Te bese con la misma desesperación, arrasando tu pecho, hasta llegar a uno de tus erectos pezones...no pude evitar morderlo con todo el cariño. Tan suave y duro.. no me cansaba de jugar con él, de rozarlo contra mis labios.
Quería comerlo y succioné haciéndote gemir aún más.
Bajé mi mano tocando el resto de tu cuerpo, hasta llegar a los pantalones de camuflaje que llevabas. Ahora tus caderas sostenían los pantalones, y acaricie los huesos cubiertos de tu fina piel, hasta colar por completo mi mano por debajo de tus bóxer negro. Tu miembro estaba tan endurecido como en sus mejores momentos.
Me llené la mano con él, acariciándolo como sólo yo sabía.
Mientras te tocaba no podía evitar restregar el mío propio contra tu muslo, mi excitación creía y crecía por momentos.
Me arrastraba y no me dejaba pensar….
Y cada vez era más difícil contenerme. Besé todos los músculos que ahora lucías en tu abdomen, para arrancar el estúpido botón de tus pantalones de un fuerte tirón con las dos manos. Noté como tus caderas se estremecían, y con una mano aparté la molesta prenda elástica de ropa interior que escondía tus mejores encantos de mi boca hambrienta.
Si, Jaejoong.
Hacía mucho tiempo que no hacíamos todo esto, mucho, mucho tiempo.
Pero Sabías igual que yo que llevaba sin hacerte esto en concreto mucho más.
Por eso te estaba escuchando gemir sobre las sábanas antes aún de que empezara.
Por eso tu mano tironeaba de mis pantalones para sacarlos, por eso tu solo me ayudabas a quitármelos con una sola mano, porque con la otra ya estimulabas mi sexo, para volverme absolutamente loco y hacer de mí lo que quisieras.
Ya sabías bien lo que tenías que hacer conmigo.
Para provocarme....para llevarme al límite....
Me incliné sobre tus caderas, y sujeté tu miembro para estimularlo y jugar con él, mientras mis labios se acercaban a tu entrepierna y con mi boca atrapaba tus testículos.
Emitiste uno de esos roncos gemidos que me arrancaban una sonrisa de los labios. Succioné con mi boca para torturarte un poco más, y me alejé.
Ya te tenía donde quería, jadeando, con las mejillas encendidas, y con esa mirada suplicante en tus ojos morenos.
Ahora esta imagen tan masculina de ti sólo lo hacia todo mucho más salvaje.
Yo no podía dejar de jadear mientras me tocabas, tal y como a mi más me gustaba, teniéndome al borde.
Sin dejar de mirarte a los ojos, me puse a horcajadas sobre ti y sujeté tu palpitante miembro de la manera más posesiva posible, y sin perder el contacto con tus ojos, le di la mejor de mis caricias con mi propia boca.
Escuché mi nombre de tus labios, una vez más, y cerré los ojos para no perder detalle de su sonido.
Y al cerrar los ojos, por un momento, pareció que el tiempo no había pasado. Y estábamos en uno de esos lugares...perdidos del mundo....rincones hechos sólo para nosotros. Cuando vivíamos lo más alto de nuestra carrera....en el mismo limbo.
Dejé que mi lengua se moviera para saborearte, una y otra vez hasta que me quedara satisfecho.
Y no abría los ojos para notar cada uno de tus sonidos que me hacía casi estremecer, que me llenaba una y otra vez de ganas.
Si quería....sabía como hacer que todo terminara en un momento. Así de bien conocía tu cuerpo.
¿Cuánto tiempo llevabas sin notar una boca sobre tu piel?
¿Desde antes incluso de entrar al cuartel?
Deseaba creer que esa última persona que tocó tu cuerpo hasta el día de hoy era yo, pero lo dudaba.
Entonces, tu mirada perdida se fijó en mí. Hacía tiempo que no me mirabas a los ojos mientras te hacía esto que tanto te gustaba.
Y empuñando tu propio miembro, empezaste tu juego favorito: darme de comer.
Tu cuerpo, tenso, agitado, temblaba de excitación, cuando acercabas lentamente el dulce a mi boca.
Lo humedecías lentamente acariciando mi lengua con ello....rodeando la superficie de mis labios, piel contra piel, suave y ardiente.
Te deleitabas con la visión de tu miembro paseándose por mi boca.
Te hacía suspirar y temblar de una forma incontrolable, exquisita para mis sentidos.
Recorría incansable con mis manos tu cuerpo, tus muslos y tus caderas, tu pecho...... dispuesto a no perderme el tacto de ni uno solo de tus músculos en tensión.
Comenzaste a dejarte llevar, murmurando palabras obscenas de tus labios....
...comenzaba mi parte favorita....
.esa en la que gemías casi como un gato y te revolvías sobre las sábanas perdiendo de vista el mundo. Abandonándote a mi merced.........
Cuando comencé a notar que en cualquier momento terminarías, abandoné mi tarea rápidamente y cubrí tu cuerpo con el mío.
Tenías mi cuerpo tan al límite con tus roces, que pensaba que en cualquier momento me prendería en llamas.
Me acomodé sobre ti, y busqué ciegamente tus labios.
Dejé que nuestras bocas se acoplaran juntas así como nuestros cuerpos lo hacían.
Noté tus brazos rodeándome, nuestros miembros rozándose, mientras rodábamos por mi cama, pataleando para liberarnos de los pantalones en nuestros tobillos.
Revolvía tu corto pelo con mis manos, como solía hacer....repartiendo besos por cualquier lugar de tu cuerpo a mi alcance, perdiéndome en este remolino, esta marea......
...........esta inacabable tormenta que formaban nuestros sentimientos.
Para mí, esto era el paraíso.
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Ya estaba ansiosa esperando este cap,gracias por subirlo yuki!!!
ResponderEliminarCreo que ya lo dije pero adoro esta historia y como escribe esta autora!!
Quiero saber como van a seguir las cosas de ahora en adelante,por que si ya a esta altura hay algo de lemon...
Quiero saber a donde va a conducir este changmin tan entregado de nuevo a Jae y ademas que es lo que jae piensa de esta situacion.
Pero como no me queda otra voy atener que seguir esperando.
Ma-va-a-dar-algooooo!
ResponderEliminarYa se estaban tardando esos dos *Q*
Como adoro este fic xD
Espero con verdaderas ansias el siguiente capituloASDAS~ xD
ahhhhhhhhh!
ResponderEliminarquiero mas!
que suspenso!.....ya era hora! viva el jaemin! ujuuu
continualo ^^ esta genial
Yukii!!!!!1 eres mi heroina
ResponderEliminarme encanta muxo el JaeMin y como Min toma a Jae con tal salvajismo.....
quiero la conti pronto....
waaaaa¡¡¡¡¡
ResponderEliminarmin es mi idolo, mira que aguantar tanto sin tocar a jae, medalla hay que darle al hombre.....
Me encanta el fic, espero pronto la continuacion
conti....contii...contiiii
ResponderEliminarmin ya no puede esconderlo wiiii
jae tampocooo wiii
pero que bien escribes woow!
me dio un poco de pena Jae (no te preocupes Jae tu siempre vas a ser hermoso!! *-*)
ResponderEliminaresta genial el fic ... deefinitivamente adoro a la autora!!
Wwwwooooouuuu!!!!
ResponderEliminarme sigue sorprendiendo la autor
por fin!!! por fin!!! ya paso
algo entre JaeMin uuujjjuuuu!!!
ya era hora jejeje ^.^