Newton's Third Law cap 1

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"Por cada acción, hay una reacción igual y contraria."

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—Buenos días, chicos.

Changmin saludó a Jaejoong, que estaba sentado en las piernas de Yunho, en el comedor. Jaejoong se levantó de inmediato y se sentó sigilosamente en la silla junto a Yunho.

—Está bien. No tienen que fingir que son pudorosos cerca de mí. Yo también he sido atrapado en las garras de las hormonas y la lujuria adolescente antes —se sentó con total naturalidad mientras los otros se sonrojaban.

Más tarde, Jaejoong tomó un trozo de naranja y se lo dio a Yunho. Changmin observaba el tierno gesto, que rápidamente se transformó en una película porno, protagonizada por dos de los más sexies miembros de una boyband en Corea.

Changmin se dio cuenta muy pronto que ver a Jaejoong y Yunho era como ver las consecuencias de un accidente: sabes que va a ser malo, pero no puedes resistir la perversa urgencia de quedarte viendo. De hecho, está considerando seriamente traer una libreta y tomar notas de algunas de las cosas que Jaejoong le hace a Yunho.

Inclinó la cabeza para poder ver mejor. Ooh, Changmin no tenía idea de que una persona podría hacer eso.

—Buenos… —comenzó Yoochun, pero se detuvo en seco cuando vio la escena que se desarrollaba frente a él.

Jaejoong estaba sentado a horcajadas sobre Yunho, quien tenía la camisa desarreglada, una mano enredada en su cabello, mientras la otra se perdía en los pantalones de Yunho. La cabeza de Yunho estaba echada hacia atrás en éxtasis, exponiendo la fascinante línea de su cuello, que Jaejoong estaba besando.

Cuando Yoochun pudo alejar sus ojos de la pareja, vio a Changmin mirándolos fijamente, con la boca abierta. Inmediatamente se acercó a él y le cubrió los ojos con sus manos.

—¡Hey! —protestó Changmin fuertemente, y todo movimiento se detuvo de golpe.

Yoochun desvió la vista un momento, mientras Changmin trataba, en vano, de quitar sus manos de sus ojos. Escuchó el crujido de la ropa y el ruido de una silla. Alguien aclaró su garganta un par de veces.

—Perdón —murmuró Yunho tímidamente.

Yoochun miró a Yunho, quien tenía la camisa mal abotonada y las mejillas sonrojadas. Jaejoong no se veía mucho mejor con el cabello revuelto y los labios hinchados.

—Tu camisa… —comenzó, dirigiéndose a Yunho. Jaejoong inmediatamente reacomodó la camisa de Yunho, con los dedos temblorosos. Yoochun escaneó con mucho cuidado a Jaejoong y Yunho antes de quitar sus manos.

Changmin parpadeó repetidas veces por la repentina claridad, acostumbrándose lentamente. Quedó un poco decepcionado de ver a Yunho y Jaejoong sentados cada uno en su respectiva silla.

Alguien tosió ruidosamente. Todos voltearon al lugar de donde provenía el ruido.

Aclarando su garganta repetidas veces, Junsu entró al comedor con sus manos cubriendo sus ojos.

—Voy a entrar. Me gustaría un desayuno, no un pleno faje frente a mí.

Con los ojos fuertemente cerrados, extendió una mano hasta tomar el respaldo de una silla. Se agarró muy fuerte de ella y lentamente se acercó. Luego se dejó caer en la silla junto a Jaejoong, que estaba totalmente rojo.

—Voy a abrir los ojos ya —declaró Junsu. Abrió un ojo y echó un vistazo. Exhaló un suspiro de alivio cuando vio que todos estaban completamente vestidos y sin tocarse partes sensibles.

—Te perdiste el espectáculo diario. No te preocupes, habrá una repetición mañana —dijo Changmin, haciendo reír a Junsu.

—Muy bien, aunque estamos muy felices por ustedes, aquí se necesitan unas reglas de comportamiento —dijo Yoochun y Junsu asintió, completamente de acuerdo. Yoochun tomó un marcador y una hoja de papel y se los pasó a Changmin.

—Changmin, toma nota. Regla número uno: no debe haber fuertes manoseos o caricias cuando alguno de nosotros está cerca, especialmente Changmin —comenzó Yoochun.

Changmin levantó el marcador para escribir, cuando cayó en cuenta—. ¡Hey! ¡Objeción!

—¿Por qué?

—Soy lo suficientemente mayor para ver…

—Objeción denegada. Regla número dos: no habrá ningún manoseo (faje) en el comedor.

Una mano se levantó lentamente con cierto temor.

—¿Sí, Jaejoong?

—¿Eso incluye la mesa?

Yoochun frunció el ceño y Junsu se puso un poco verde por las imágenes que comenzaron a invadir su mente.

—¿La mesa? Quieres ponerte a hacer eso en la… oh. Oh.

Yunho se giró a ver primero a Jaejoong, luego a la mesa, hizo algunos cálculos mentales, luego algunos planes. Después miró fijamente a un avergonzado Jaejoong. Levantó la mano y preguntó cortésmente:

—¿Qué hay con la silla de piel de la sala? ¿Y el clóset en el cuarto de trabajo? ¿Y la bañera?...

Yoochun resistió la tentación de golpear su cabeza contra la mesa.

—Déjame reformular la regla número dos: no nos importa donde lo hagan, siempre y cuando no los veamos, los escuchemos o sepamos de eso, ¿quedó claro?

—Como el agua.

Jaejoong y Yunho estuvieron de acuerdo, y Changmin escribió la regla, luego de muchas correcciones.

—Y definitivamente NO en la mesa, por cuestiones de higiene. Por amor de Dios, comemos ahí. Sin peros. Ni aunque fueran a esterilizarla —dijo Yoochun con un extraño tono autoritario que no admitía réplicas.

—Regla número tres: sin fajes en la mesa —murmuró Changmin para sí mismo mientras lo escribía. Luego trajo cinta adhesiva y pegó el papel en la pared.

—Muy bien, terminen su desayuno. El coche llega a las 8:30 para llevarnos a los ensayos de baile —les recordó Yunho mientras el resto devoraba el desayuno.

Cuando terminaron, lavaron los platos y se cambiaron de ropa. Estaban a punto de irse cuando Changmin jadeó de repente. Corrió a la cocina y trajo una caja de almuerzo perfectamente envuelta. Se volvió el centro de atención cuando los demás lo notaron.

—¿Qué? Hice un poco de almuerzo. ¿Y? —levantó la barbilla desafiantemente a los cuatro chicos, que tomaron la sabia decisión de permanecer en silencio.

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—Recuerden girar a la izquierda, luego a la derecha, entonces sigue lo del rap. Tomaremos un descanso para almorzar y continuaremos ensayando después —el instructor de baile sonrió, mientras los cinco chicos gritaban de gusto.

—¡Almuerzo! Muero de hambre. ¿Dónde comemos? —preguntó Junsu cuando salieron del estudio, con todo y maletas.

—La cafetería del staff es la que está más cerca —sugirió Jaejoong, y todo el mundo aceptó.

El lugar estaba un poco vacío, ya que todavía no era la hora de almorzar. Escogieron una mesa en el rincón más apartado y desolado del lugar.

—Nosotros vamos a comprar los almuerzos. ¿Yoochun? —Yunho miró a Yoochun con curiosidad cuando éste permaneció sentado.

—No tengo ganas de comer comida de cafetería otra vez —dijo Yoochun—. Cuidaré las maletas.

Changmin buscó en su maleta y sacó la caja —. Yo tengo mi caja de almuerzo —sonrió.

Los otros tres chicos se fueron a comprar su comida. Changmin y Yoochun se sentaron a la maesa en un incómodo silencio. Changmin jugaba con la envoltura de la caja mientras Yoochun estudiaba las interesantes manchas de comida en la mesa.

Era la primera vez que se quedaban solos desde El Beso.

Contra su voluntad, su mente comenzó a reproducir el beso que se dieron hace una semana afuera de la cocina.

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Jaejoong y Yunho se sentaron uno al lado de otro en la cocina, sus hombros apenas se tocaban, pero Changmin pudo sentir la intimidad del momento. Algo había cambiado entre ellos.

«Era cuestión de tiempo» pensó Changmin. Retrocedió en silencio y tropezó con algo. Estaba a punto de caer cuando se encontró envuelto en los familiares brazos de Yoochun.

—¿Qué estás haciendo? Debes tener más cuidado —dijo Yoochun. Changmin lo miró y le sonrió.

—Shh… hay que dejarlos solos —susurró y se llevó a Yoochun.

—¿Dejar a quiénes solos? —preguntó curiosamente.

Entonces una idea se le ocurrió a Changmin. Un destelló apareció en sus ojos y sonrió. Se giró para ver a Yoochun y le hizo un gesto para que se acercara. Yoochun se inclinó un poco y Changmin no pudo evitar sonreír. Se miraban fijamente a los ojos cuando Changmin lo besó.

Los cálidos y suaves labios de Yoochun sabían a cítricos y un poco de miel. Changmin tomó ventaja de la sorpresa de Yoochun y exploró su boca, memorizando su sabor y su sensación. Inclinó s cabeza a un lado, profundizando el beso. Sus manos se movieron lentamente hasta la cintura de Yoochun, acercando sus caderas a las de él.

Yoochun fue el primero en romper el beso. Se apartó un poco y miró a Changmin a los ojos. Algo que parecía deseo y lujuria brilló en los de Yoochun, y los papeles se invirtieron.

Yoochun lo besó. Changmin gimió a la lengua que lo invadía, no dejándole duda alguna de lo que Yoochun quería de él. Fue como jugar con fuego, dándose cuenta muy tarde que el fuego podía consumirlo por dentro.

Changmin escuchó un jadeo de sorpresa desde algún lugar detrás de ellos, y Yoochun rompió el beso, reacio. Suspiró y acarició la mejilla de Changmin gentilmente, casi disculpándose por llevar las cosas tan lejos. Entonces se zafó de sus brazos.

Yoochun miró a Jaejoong y Yunho que lo veían con los ojos muy abiertos. Apuntó a un aturdido Changmin, que tenía los labios un poco hinchados y dijo:

—Él empezó primero. Yo sólo lo terminé. No estoy corrompiendo su inocencia —se encogió de hombros, imperturbable, y se fue dejando al trío viéndolo.

Changmin recuperó su compostura y levantó las manos para callar a Jaejoong y Yunho que estaban balbuceando.

—Ni una sola palabra —dijo, se giró y dejó a la pareja viéndolo.

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Las cosas habían estado un poco incómodas entre ellos desde El Beso. Algo en su relación había cambiado, pero Yoochun realmente no podía notar qué. Sólo esperaba que eso no afectara su trabajo.

—… Yoochun? ¿Yoochun?

Yoochun volvió de golpe al presente cuando Changmin movió sus manos frente a su cara, con una mirada interrogante—. Perdón, ¿qué decías?

—¿Quieres un poco de esto?

Changmin abrió su caja de almuerzo y Yoochun podo ver que contenía Kalbi Jjim, Dal-gyal Mal-e, fideos Chapche, Kimbap y Mandu.

—¿A qué hora te levantaste para hacer eso? —preguntó sorprendido y Changmin se encogió de hombros.

En vez de responder, empujó la caja de almuerzo hacia Yoochun. Tomó dos pares de palillos y le pasó uno al mayor. Yoochun sólo lo miró sin saber que decir.

—Toma un poco. No te gustaría desmayarte a media práctica —rió divertido y tomó un poco de Dal-gyal Mal-e.

Yoochun abrió la boca para negarse, pero terminó con el Dal-gyal Mal-e en la boca. Lo masticó lentamente mientras Changmin esperaba impaciente. El huevo era suave. El sabor era perfecto, sin ser muy salado. Era, fácilmente, uno de los Dal-gyal Mal-e más deliciosos que había probado.

—Es realmente delicioso —dijo. Changmin se relajó visiblemente y probó un poco.

—Gracias. Prueba un poco de Mandu. Son tus favoritas, ¿no? Creí que Jaejoong me iba a estrangular cuando las seguía envolviendo mal —admitió tímidamente.

—¿Le pediste a Jaejoong que te enseñara? ¿Cuándo?

—Me lo pidió hace dos semanas. Así que para esto me rogaste que te enseñara a cocinar —bromeó Jaejoong mientras volvía con su almuerzo.

Se sentó y examinó la caja de almuerzo con el aire de un maestro orgulloso. Changmin enrojeció y trató de callar a Jaejoong. No obstante, Jaejoong continuó, ignorando los frenéticos intentos de Changmin de mantenerlo callado.

—Un trabajo muy impresionante, Min. Sabes, él realmente puso su corazón en eso. Incluso cuando accidentalmente se cortó el dedo, siguió con las lecciones.

Yoochun recordó la enorme venda en el pulgar de Changmin hace dos semanas. Recibió un sermón de Yunho para que fuera más cuidadoso, pero ni siquiera se defendió. Miró los dedos de Changmin, y pudo ver la fea cicatriz que aún seguía visible. En el transcurso, Jaejoong tomó una pieza de Mandu y asintió con satisfacción. Changmin sonreía con orgullo.

—Min, debiste haberte levantado muy temprano en la mañana para preparar todo esto —comentó Jaejoong. Changmin murmuró que era cierto, con cierta vergüenza, y que luego estuvo preocupado por proteger el almuerzo de Junsu y Yunho.

Yoochun miró el delicioso Mandu, luego a un sonriente Changmin. Una extraña sensación de satisfacción se instaló muy profundamente en algún lugar de su corazón.

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