People say cap 5

Sintió como su piel se le erizaba por el frio y frotó su nariz contra la almohada despertándose por completo mientras se acariciaba un pie con el otro para entrar en calor, al lado suyo siento como se removían las sabanas y el brazo que antes estaba en su cintura desaparecía. Y lo recordó...

Una risita baja inundó la habitación y se tapó la boca para no despertarlo.

Siendo sigiloso giró su rostro tratando de espiar un poco y apenas con el rabillo del ojo distinguió el perfil de Yoochun a su lado, satisfecho regresó de nuevo su vista al frente sonriendo.

Y se emocionó, por lo que estaba viviendo en ese instante, porque ahora mismo estaba despertando al lado de Yoochun, algo que la primera vez no había podido hacer a propia voluntad, algo que había anhelado inconscientemente desde esa madrugada mientras cogía aquel taxi.

Y se dio la vuelta sobre sí mismo… ansioso y a pesar de que era de madrugada y no había más luz que la de los faroles en la calle y apenas se veía la silueta a su lado, realmente esa visión era más de lo que había esperado.

Sobre su espalda y con su mano haciéndole de almohada dormía Yoochun, sus facciones relajadas y la respiración suave completaban la imagen y la visión le pareció tan masculina... y no pudo evitar arrastrarse un poquito más cerca de él, mirándolo extasiado.

Quiso tocarlo, en verdad quería hacerlo.

Ah… que lo perdonara el mundo pero en aquellas circunstancias y poniendo como base sus argumentos y la lógica en cabeza fría, no quedaba más remedio que admitir Yoochun le gustaba, le gustaba muchísimo.

Aun que eso ya parecía más que obvio.

Y admitía que poco conocía de él, que aun no entendía mayor cosa de lo que estaba pasando y que de seguro a la vista del resto lo que estaba haciendo definitivamente era incorrecto. La gente hablaba, siempre lo hacía, pero que la gente pueda hablar no quiere decir que este siempre en lo correcto.

Aun así el mar de dudas en su cabeza parecía crecer infructuoso y sin detenerse.

Cerrando los ojos respiró hondo y se acercó más a Yoochun. Con poca determinación y mucha vergüenza se acomodó en su pecho esperando no despertarlo. No menos de dos segundos después se sintió ridículo, eso había sido tan cursi y desolado se volvió a alejar acomodándose de nuevo sobre la almohada, un poco lejos de él.

Que frustrante era todo, realmente no sabía cómo actuar.

Al parecer el movimiento fue brusco por que Yoochun comenzó a removerse un poco y frotó su cara con su mano, estirándose contra la cama. Junsu se derritió en ese momento sobre esa cama, porque a pesar de que la luz era escasa, sus ojos ya se había acostumbrado a la obscuridad y pudo ver entonces como al hacer ese movimiento los músculos de Yoochun se hacían notorios, sexymente notorios.

¿“Sexymente”? ¿Esa palabra existía?

Y que importaba eso cuando con la ayuda de la caída sabana podía tener tal imagen matutina.

El moreno mantuvo la mirada en el techo y Junsu se puso ansioso esperando ver cuál sería su reacción al verlo a su lado y fue como cera caliente derritiéndose en su estomago mientras veía como una media sonrisa aparecía en los gruesos labios ¿era por él? ¿Era por el recuerdo?

¿Por él había sonreído? Dios sabía que Junsu esperaba que fuera así.

Inexplicablemente más nervioso que antes esperó a que lo mirara pero parecía que Yoochun se había perdido en su propio mundo interno y ansioso se armó de valor, así carraspeó un poco esperando logrando que el moreno lo mirara y lo logró.

Un poco sorprendido Yoochun regresó a verlo.

-h.hola - ¿hola? ¿Eso era lo mejor que se le había ocurrido decirle?

-hola –sonrió, la vos matutina de Yoochun era ronca, grave, más grave de lo normal, realmente sugestiva y lo anotó en su cabeza emocionado.

-…Ho...hoy tenemos clases – dios, estaba lanzando cualquiera

-bueno, es miércoles así que es normal – respondió con una sonrisa burlona y Junsu se sintió sonrojar.

Luego Yoochun dejó de sonreír y se puso serio

- ¿Quieres irte? ¿Por eso lo dices?

-no!... no yo… no lo decía en ese sentido… yo me refería… yo… – y mientras se tapaba la cara avergonzado escuchó al moreno reír despacio – …quiero quedarme, no me quiero ir.

-bien - Y lo sintió moverse a su lado.

Moviendo un poco las manos que cubrían su rostro vio como Yoochun lo miraba apoyado en su codo, bajando cada vez más cerca y cuando estuvo a un palmo de su cara, de nuevo aquella sonrisa burlesca.

-Hola… – y lo besó, fue apenas un roce al que Junsu se aferró con alegría, fue delicioso

-…hola – respondió aun con los ojos cerrados y casi suspirando

-¿dormiste bien?- y esta vez el beso cayó debajo de su oreja.

Asintiendo dejó espacio suficiente para que el moreno se hiciera con su cuello y no faltó decirlo en voz alta porque instantáneamente Yoochun aprovechó el detalle, esta vez el beso fue más marcado, a ese le siguieron muchos, tan suaves y más prolongados.

-¿Y tú? – consiguió preguntar acariciando los suaves cabellos de la nuca de Yoochun

-uhum… - no podía contar como una respuesta pasable pero la aceptó, en esa voz y con aquellos besos como no hacerlo, era como oírlo ronronear.

-que bue… – y ahora la invadida fue la comisura de sus labios y en una desesperada actitud acercó más su boca a la del moreno- … bésame – no sabía si Yoochun lo encontraba absurdo o divertido pero de nuevo aquella risa relajada apareció

Y no necesito respuesta, después de que dos o tres besos cortos cayeran sobre sus labios Yoochun comenzó a besarlo con ahínco, acariciando despacio sus labios contra los suyos, abriéndolos con ellos, presionándolo más hacia él con su mano en la nuca de Junsu, y no se hizo reclamar mientras dejaba que la experta lengua se incorporara a aquel beso matutino.

Yoochun era muy bueno besando

Aunque eso desde la primera vez ya lo había tenido claro

La mano en la nuca bajo por su espalda trazando pequeños caminos, delineando su columna para volver de nuevo a la altura de sus hombros, cuando bajaba llegaba hasta la cintura y en cierto momento se quedó allí, definiendo la curva pronunciada con caricias suaves.

Junsu gimió y sin poder resistirse a la tentación se curvó contra esa mano con la intención de que esta bajase un poco más al sur y viendo la iniciativa venir de él, Yoochun la aprovecho casi instantáneamente acariciando mas allá de lo que un beso sosegado merecía.

Pero no llegaron a más, luego de otra pequeña ración de besos cortos, largos, húmedos y tiernos, se separaron y de nuevo cayeron dormidos, esta vez Yoochun le sirvió de almohada y cobija.

**



Un nuevo frenazo del bus y otra mirada al reloj de su celular, estaba llegando retrasado y desesperado miró sobre el camino. Ir de la casa de Yoochun a la universidad había sido más complicado de lo que hubiera pensado y de nada ayudaba el mal ánimo que traía encima.

Pensar que se había despertado en una habitación vacía, en un departamento ajeno y desubicado totalmente había hecho de él una bolita llena de vulnerabilidad, por lo menos Yoochun había tenido el buen detalle de dejarle una nota con las indicaciones sobre que bus coger y una pequeña disculpa alegando que tenía que hacer un trámite antes de ir a la universidad.

Convencido pero decepcionado había aceptado la situación, a pesar de que se había hecho una pequeña expectativa de ir juntos a la universidad, cosa absurda por demás.

Quedaban aun dos cuadras hasta su parada pero ya sin ánimos de esperar entre ese montón de gente apretujada contra él decidió parar ahí y se bajó para correr hasta su universidad que de seguro llegaba antes que manteniéndose en ese tráfico infernal.

Corriendo dio vuelta en la esquina y miró su reloj que apuntaba justo la hora en la que su clase comenzaba, no quería perder filosofía, así que apresuró sus pasos encontrándose ya dentro de las instalaciones del lugar. Pasando por el edificio de consultaría se preguntó si Yoochun estaría ahí ahora.

Maldita sea fácilmente podría culparlo por todo eso o podría culparse a él mismo por haber perdido media hora de la mañana refunfuñando contra él en vez de alistarse.


***




Changmin tamborileaba contra su banca al son de cualquiera que haya sido la canción que sonaba ahora en su ipod y de vez en cuando pegaba contra su mano tratando de distraerlo.

Verlo así de relajado lo estresó aun más y releyó por tercera vez el párrafo que había estado tratando de estudiar hace ya más de diez minutos. Un nuevo golpe cayó contra su mano pero este fue más pesado y oyó la risa de su amigo.

-basta – dijo frío sacándole uno de los auriculares – de verdad necesito estudiar y tu no estás ayudando.

-no es como si pretendiera hacerlo – dijo cruzándose de brazos y sacando una funda pequeña de galletas de su chaqueta. – Junsu tú necesitas de verdad un milagro para pasar esta prueba y de nada te sirve estar estudiando ahora.

-Vaya… gracias por tu sinceridad

-de nada – apenas y se entendía con las dos galletas enteras que se había metido en la boca antes de hablar- aparte… - tragó – es tu culpa por haber estado haciendo cochinadas con ese Park en vez de estudiar.

-Se llama Yoochun – protestó solo por protestar, Changmin llevaba reclamándole eso desde la primera hora hueca donde iluso y emocionado había pensado que sería buena idea compartir algo como eso con su supuesto mejor amigo.

-y se apellida Park ¿o no? - Changmin se quedó nuevamente callado mirándolo mientras él pretendía volver al documento tratando de ignorarlo – pero hay algo que no entiendo… - y a pesar de que no quería, que realmente trataba de no tomar en cuenta a Changmin el lapsus de silencio lo intrigó.

-… ¿qué?

-¿cómo es que ese Park estaba ahí justo cuando decides ver a tu hermano? ¿Acaso te persigue? ¿Es un acosador o algo así? – y el menor no vio venir el borrador de goma que chocó contra su frente – auch!

-¡que estupideces dices!

-… no son estupideces – Minnie parecía más serio esta vez y se acomodó en su puesto acercándose más a Junsu - ¿no te parece demasiada coincidencia?

- tienes razón – susurró confidencialmente –de seguro Yoochun es un agente secreto y descubrió ya que soy un importante traficante de drogas –Changmin rodó los ojos y le pegó en el hombro.

-hablo en serio Junsu, si tu estas tan distraído en los profundos y negros que son sus ojos y no puedes darte cuenta que es raro pues allá tu - y nuevamente se colocó los audífonos.

Y a pesar de que podía bromear al respecto Junsu sabía que Minnie tenía razón.


***




Cansado tomo su maleta y se metió su último caramelo a la boca, Changmin a su lado lo empujó del hombro para que saliera más rápido del aula, de seguro muerto de hambre. Jugando hizo fuerza para no dejarlo salir y la fila completa de estudiantes que se había hecho comenzó a protestar tras suyo.

Minnie usando su fuerza bruta empujó un “tanto” demasiado fuerte y se vio fuera del aula, chocando contra una chaqueta color azul obscuro que lo salvó ante una inminente caída, sintió un agarre firme en sus codos y levantó su mirada avergonzada a modo de disculpa.

Realmente no esperó ver el rostro neutro de Yoochun y tampoco sonrojarse notoriamente, no supo cuánto tiempo se mantuvo mirando directamente a los ojos negros y esperando algún tipo de reacción, quizás hasta un osado beso, pero nada llegó y se separó bruscamente del moreno cuando sus compañeros de aula comenzaron a silbar divertidos.

Yoochun no tuvo ningún tipo de reacción y sin más entró al aula saludando a su profesor de seminario, decepcionado vio como todos salían bromeando y empujándolo, de seguro habrían nuevos rumores al terminar el día y no le pudo importar menos mientras se mantenía viendo la ancha espalda de Yoochun.

-vamos – Changmin le susurró al oído y lo jaló del codo, hizo un poco de fuerza para mantenerse pero resignado respiró hondó y segundos después se dejó jalar por su amigo.

No llegó a ver como esos ojos negros regresaban hacia la puerta


***




Un nuevo bollo terminó en la boca de un hambriento y voraz Changmin.

-No vale la pena – dijo palmeándole la espalda, él solo agachó un poco más la cabeza –Junsu… debes ser consciente que esto jamás será algo serio para él, tu sabes cómo es..

-no, no lo sé y dudo mucho que nadie en esta universidad lo sepa – dijo enojado recordado la manera en como Yoochun se había puesto cuando él había insinuado algo parecido

-La fama que él se ha ganado no viene de la nada – rebatió Minnie con un tono más duro – estas siendo ilógico, no sé qué tipo de relación pretendas tener con el pero aparentemente él no quiera nada serio contigo.

Y sintió un peso tan fuerte caer sobre él, se sintió dolido por escuchar de un tercero algo que él ya sabía de ante mano, oírlo de Changmin había sido peor de lo que esperaba por que había anticipado justamente ese tipo de reclamo venir de su mejor amigo.

Cansado y decaído tomó su maleta y salió de la cafetería sin oír los reclamos de Minnie, deseando llegara rápido a su casa y renegando ante el hecho de que no tenía otro medio de trasporte que el bus y que este tan solo haría un camino largo, lento y deprimente.


***




Se estiró en la silla y escuchó sus huesos crujir, cansado bostezó y recogió los papeles que había terminado de leer y estudiar, miró el reloj de su sala y se dio cuenta que en realidad había sabido aprovechar bien el tiempo, apenas y eran las ocho y trece cuando él había esperado terminar a la media noche.

Contento se recostó en el mueble de su sala y prendió su pequeña tele buscando algo en que distraerse, nada parecía bueno a esa hora y la dejó en una vieja película que estaba seguro la había visto ya un millón de veces, sin importarle se acomodó contra el brazo del mueble y miró la película.

No supo en qué momento había caído dormido pero el molesto sonido del timbre de su casa que se oía lejano lo condujo de nuevo a la realidad y perezoso se levantó del asiento acercándose a la puerta de madera no sin antes revisar la hora en el reloj, eran las nueve y treinta y siete quién diablos venia a esa hora...

Miró por el ojo de la puerta aun con sopor y apenas distinguió la figura de Changmin al otro lado, molesto se balanceó entre la decisión de dejarlo pasar o la de dejarlo ahí a que se partiera el culo del frio pero era bueno y soltó la cadena del seguro de la puerta y le abrió.

-¿Qué quieres? – dijo dándole la espalda, dirigiéndose a su habitación donde se metió a la cama esperando que Changmin lo siguiera.

-he venido en mi contra – respondió con mala cara apoyado en el umbral de su habitación

-¿en tu contra? que quie… - pero no tuvo que preguntar más porque oyó la puerta de su casa recién en ese momento cerrarse y detrás de Minnie apareció un apacible Yoochun. – Se.. que… com…

-vaya, bastante elocuente – Changmin parecía aun más enojado que antes y empujando al moreno con su hombro se dio media vuelta – me largo, no pretendo ver porno gay gratis y en vivo, menos con ustedes dos como protagonistas – y la puerta de salida se cerró.

Un largo e incómodo silencio se extendió entre ellos y el moreno se acercó a su cama donde él aun permanecía cobijado y sentado contra la cabecera.

Pero que estuviera nervioso no quitaba su enojo de la mañana.

-… ¿Qué haces aquí? – pregunto primero aun un poco calmado

- quiero hablar contigo

-¿a esta hora? podrías haber esperado hasta mañana en la universidad…

-…Junsu

-¡oh es cierto! tu no me hablas en la universidad, que tonto – Yoochun lo miró serio, aparentemente nada afectado y eso enojó aun más a Junsu – vete

-No - y su cara seria seguía ahí y le parecía descarado de parte del moreno simplemente negarse, como si el equivocado fuera él

- ¿no? – y se odió por ser débil, por estar sintiendo ese nudo en su garganta – ¿qué diablos es lo que pasa contigo Yoochun? No te entiendo

-…

-¿no se supone que soy sólo un polvo más? ¿Qué haces viniendo a mi casa como si de verdad te importara?

-…¿un polvo más?

-¿acaso no soy eso? – y sabía que no debía reclamarle nada y se enfureció de nuevo consigo mismo por estar lanzando cualquiera, por verse débil, necesitado y vulnerable.

-Junsu…

-Mira Yoochun de verdad no necesito esto… vete…- y se acomodo un poco más al fondo de su cama, esperando que simplemente Yoochun se fuera

-Espera yo quiero explicarte, qui…

-Yo… yo ya no quiero – por fin pudo ver una leve reacción de parte del moreno pero aun así prosiguió – solo… mantengamos el recuerdo de esos dos maravillosos polvos que tuvimos y tú sigues en las tuyas sin preocuparte de mí y yo sigo en mis cosas tratando de no acosarte porque sinceramente me haces pens…

En un agresivo movimiento Yoochun se había levantado de su lugar y ahora lo tenía apresado contra la cabecera de madera de su cama y lo besaba, de nuevo lo besaba como había hecho esa misma mañana en su cama y él, débil como era, se dejaba, se acomodaba a su capricho, al simple deseo de saber que le pertenecía en realidad a Yoochun aun que él moreno no le perteneciera a nadie y mucho menos a él.

Al separarse Yoochun aun agitado lo miró profundamente.

-Eres corrosivo… - dijo respirando con dificultad con voz quebrada.

-lo sé… - y el moreno volvió a besarlo con ímpetu

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