Footspets cap 2

.>> Muy anticuado. No me gusta. Muy común. ¡Demasiado elegante! Anticuado. ¿Es que no tengo ropa decente? <<.

Eran algunos de los pensamientos de Changmin al tratar de encontrar el conjunto adecuado para su día especial.
Llevaba mas de cuarenta minutos, desde que llegó a su pequeña casa, buscando entre su pequeño revuelto de ropa que había colocado en la cama tras sacarlo de su ropero.

¿Es que el mundo estaba en contra de él? ¿O era una señal? Sacudió su cabeza eliminando sus pensamientos, con una toalla en su cintura seguía buscando velozmente.

Segundos después se decidió por algo simple, pero a la vez elegante. Un pantalón negro con su bolsillo trasero rasgado, acompañado de una camiseta pegada al cuerpo. Las que tanto Junsu les regaló para varios cumpleaños y por aprecio, luego le agradecería por haberle sido útil con su vestimenta. Se comenzó a vestir mientras con su mirada observaba una vez más su bulto de ropa, ya con el pantalón puesto y la camiseta pensó que algo le faltaba para verse mejor. Se miró al espejo y tenía razón. Volvió a buscar y se encontró con una camisa retro ¾, blanca.

.>> Perfecto <<.

Pensó al verse vestido, hacía algún tiempo que había cambiado su estilo común por uno moderno. Se colocó sus zapatos negros y listo. Se encontraba preparado para el gran que tanto esperaba.

Su cadena que le obsequió su mamá en su cumpleaños numero diez no podría faltar. Aquel regalo era muy especial para él, pues era el único recuerdo que tenía cerca suyo por parte de su padre. Hacía seis años que había fallecido, cuando tenía su decima fiesta. El día de su cumpleaños ocurrió aquel accidente y desagradable noticia.

Observó su reflejo en el espejo y sacudió su cabeza para recibir aire puro, respirar y dejar que las ganas de llorar por su recuerdo lo invadieran. Suspiró, apretando el collar para colocárselo en el cuello. Se colocó su camisa blanca dejando el primer y segundo botón abierto para lucir presentable.


.>> Yoochun <<.

Uno que otro suspiro dejó escapar de sus labios, se le hacía tarde y lo sabía muy bien al mirar su reloj de su cama. Diablos. Soltó tomando entre sus manos las dos entradas, que se encontraban en su pequeña mesa de estudio y como alma que lleva el diablo salió de la habitación rumbo a su destino especial.

Cine Hikari Oka 4:20 Pm

Parado con las palomitas y dos latas de Coca Cola se encontraba esperando aún a que llegara el chico que le robaba sueños, suspiros y que estaba muy cerca de robarle su corazón.

Aún tenía esperanzas, no caería en depresión y sobre todo no lloraría. Tenía dieciséis años, era ya mayor y no un niño, solo las niñas lloraban desconsoladamente. Sabía que YooChun estaba retrasado por algún inconveniente de último momento, esperaría. Seguiría esperando a que él, aunque se avecinara la noche, asistiría disculpándose por la tardanza para luego sorprenderse al ver que un muchacho se había enamorado de él.

Cafetería Delicius 4:25 Pm

— Joven mi pedido.

— ¡Un vaso extra a la mesa dos, por favor!

— ¡Un Milkshake de chocolate para la mesa quince!

— ¡Enseguida!

Primer día de clases y la cafetería se encontraba muy llena, risas juveniles se hacían escuchar por todo el local. Un pelirrojo caminaba exhausto de un lado a otro con una charola entre las manos entregando patillos a los muchachos.

— ¡Milkshake listo para la mesa quince!

Gritaba una joven rubia colocando aquella exquisita bebida sobre el mesón de entregas o platillos listo de la cocina. Un día perfecto para que el menor del grupo faltara al trabajo, pero claro pidiendo permiso a último momento a través de la hija del dueño, Riri.

— Enseguida voy —caminó hacia la cocina, mientras colocaba su pedido sobre la charola preguntó— Riri, ¿cómo crees que le estará yendo a Changmin?

— No lo sé Junsu.

— Realmente espero que le vaya bien —su voz se escuchaba rara y eso no pasó desapercibido— Una tarta de choclo y un jugo de uva, por favor.

— Junsu —pronunció mientras tomaba la lata del jugo y colocándola sobre el mesón. Sabía que su amigo le ocultaba algo, el mayor no era un experto en mentir.

— Cuando vuelva me tendrá que contar todo lo que pasó. Con los más mínimos detalles...

— Junsu —le volvió a llamar colocando el pedazo de tarta de choclo que había servido en un plato.

El nombrado aún seguía comentando lo mucho que quería saber lo que ocurriera en la cita a ciegas. Estaba siendo ignorada y aquello simplemente le desagradaba, se apoyó en el mesón que estaba entre ellos para tomar su brazo derecho y girarlo bruscamente. Había observado algo que le sorprendió y quería que su amigo lo viera.

— Mira.

Apuntó con su mano derecha a una de las tantas mesas que había en el local, el pelirrojo se inmutó a callarse a ver lo que sus ojos observaban.
El popular YooChun festejaba con sus compañeros del quipo el regreso a la escuela y también el próximo que estaba por comenzar.

— ¿El no debería estar...? —cuestionó incrédulo.

¿Era posible que una persona pudiera estar en dos lugares a la vez? No. Claro que no, ¡era imposible! Se golpeó mentalmente ante la absurda idea que se preguntó a sí mismo.

— Changmin.

Susurró su compañera viendo como el príncipe Micky sonreía de alegría, estaba molesto y mucho. ¿Como podía dejar plantado a alguien que se esforzaba por conocerlo?
Apretó sus puños con fuerza enfadado, el impulso le ganaba para ir a reclamarle a la cara lo desconsiderado que era.

— Detente —la rubia lo detuvo, lo conocía bastante bien como para saber lo que estaba a punto de hacer.

— No puedo quedarme pensando que dejó plantado a un chico que espera su llegada.

— Eso no importa.

— ¿¡Como que no importa!? —le levantó la voz a la vez que subía sus manos— ¡Esta lastimando a Minnie!

— Basta —le dio un pequeño golpe en el pecho para que retrocediera— Changmin nos necesita en este momento. Deja tus dramas y enojo para después.

¿Dramas? Tal vez tenía razón. Una vez más le había ganado, la única chica del grupo tomaba el control de la situación, mucho mejor que él.

— Debemos ir por él —sugirió sacándose su delantal de mesero.

— ¿Qué esperamos?.... ¡Vamos!

Lo imitó con su delantal para luego salirse de la cocina, tomando su cartera y su celular del perchero colgante.

— HyeRi los clientes están esperando su pedido.

La voz del gerente se escuchó tras entrar por la puerta. Los miró a ambos para darse cuenta que estaban sin sus trajes y preocupados, el viejo no los dejaría que se marcharan aún si les pidiera permiso, no lo haría.

Si su padre hubiera estado presente en el local, tal vez los dejaría ir... eso si solo a uno de ellos. El señor de mayor edad cruzó sus brazos y alzó una ceja como si los interrogara con la mirada.

— Ni se les ocurra —se inmutó a decir antes de que ambos explicaran el motivo por su salida— Suficiente tenemos que Changmin hoy se ausentara al trabajo.

— El pidió permiso —defendió Junsu.

— No es razón suficiente para no trabajar y avisar que no vendrán en el último momento. ¿Qué esperan? ¡Vuelvan a sus lugares!

— Pero es que...

— Es que nada —les interrumpió a ambos— El trabajo está primero, si se van el negocio tendrá que cerrar. Ya, ya, luego tendrán tiempo para resolver sus asuntos personales.

Dándoles media vuelta, los empujó a ambos de su espalda para volverlos a sus respectivos lugares. Los muchachos simplemente se callaron, no querían escuchar un largo discurso aburrido. Cuando el gerente desapareció por la puerta de la cocina, ambos comenzaron a pensar que harían para ayudar al menor del grupo.

— ¿Qué hacemos Riri?

— No lo sé —le respondió— Estoy pensando.

— ¡Apúrale! —le levantó la voz mirando el rostro enojado de su amiga.

— ¡Hey, no me levantes la voz! —molesta lo regañó— Piensa tu también Junsu.

Estar nerviosos y preocupados no les ayudaría en nada. La joven se colocaba nuevamente su delantal jugueteando con sus dedos al intentar hacer el nudo, al meter sus manos en él encontró su celular.

— Lo llamaré —comenzó a marcar el numero del menor.

— ¿Qué ganaremos con eso? No podemos verle para apoyarlo.

— ¿¡Se te ocurre una mejor idea!? —esta vez ella levantó la voz. Debía tener presente y no olvidarse de presionar a su amiga en situaciones como esas, si no quería llevarse un fuerte regaño.

El silencio inundó la habitación, era más que obvio que el delfín no tenía una mejor idea que ofrecer. Se acercó a ella con miedo a ser comido o que le regañara nuevamente.

Tup. Tup.

Se escuchaba del teléfono, para que ambos escucharán encendió el altavoz. Esperaban, muy preocupados, que el menor les contestara la llamada.

— Hola —la voz se escuchaba entrecortada, unos niños caminar y correr acompañaban a la delgada voz.

— Changmin, ¿Dónde....? —su compañera le dio un pequeño puñal, para que se callara, en su estomago en señal que había sido una pregunta bastante estúpida.

— En mi casa hyung.

— Pero, ¿Qué pasó? —ambos escucharon la respuesta sorprendiéndose ante ella.

— No asistí. Me surgió un inconveniente de último momento.

Se quedaron callados sin poder preguntar nuevamente algo, sabían que ni siquiera YooChun se había pasado por el cine para ver al menor pues lo tenían muy feliz presente en el local. Ambos suspiraron aliviados al saber que Changmin no se llevaría una decepción.

— ¿Qué es lo que pasa en la cocina? —se escuchó desde afuera— ¿Por qué no salen aún los pedidos? ¡Riri, Junsu!

— Creo que están ocupados. Los veré mañana —antes de que pudieran responder, la otra línea corto.

Ahora se sentían aliviados y podrían trabajar sin preocupaciones. Changmin se encontraba bien y no tenían que preocuparse por nada, solo por el largo día de trabajo que les esperaba bajo la tutela del gerente que los supervisaba.

.>> Lo siento Junsu, Riri <<.

Se disculpó el menor tras guardar su celular en el bolsillo. No quería preocupar a sus amigos y que su hyung se sintiera responsable de el por su idea. Aún seguiría esperando, solo unos minutos más.... trataba de sonreír con esperanza frente a la entrada, pero no lo conseguía. Sentía la desagradable decepción cerca.

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