<<.Maldición, maldición.>>
Era todo lo que pasaba por la mente de Jaejoong mientras corría en dirección a la plaza que había cerca de su casa, donde supuestamente Yoochun había visto a DaHao y sus amigos molestando a su pequeño Changmin. ¿Qué estaba haciendo en la plaza en primer lugar? ¿Por qué no se quedó en casa? Aceleró el paso, estando a una cuadra de llegar, su corazón latiendo con fuerza, temeroso de que algo le llegase a pasar al castaño. Dio la vuelta ala esquina, y por fin, lo divisó. Un grupo de 4 chicos – todos mayores de edad- rodeaban a Changmin, propinándole pequeño empujones, riéndose de su inocencia.
-Déjenme en paz.- Les dijo, su ceño fruncido, tratando en vano de parecer peligroso.
- ¿Dejarte en paz? Claro que lo haré precioso, después de que terminemos lo que empezamos la otra vez…- le dijo el mayor, DaHao.
- Haz lo que te dice chico, te conviene.- Un chico pelirrojo lo intentó tomar por el rostro, pero Changmin lo esquivó.- ¿Así que te las das de valiente, no?
- Tranquilo pequeñito, no te haremos nada malo.- Sonrió un rubio tras el, y lo tomó por el cuello. El menor sólo atinó a pegarle un codazo en el estómago.- ¡Hey!- Lo tomó más fuerte, y sacó una cortaplumas del bolsillo de su chaqueta de cuero.- ¿Porqué tanta violencia?- La acercó a su rostro.- ¿No crees que esa actitud no va con tu lindo rostro? No querrías que le pasase algo malo ¿o si?- Lentamente deslizó el arma por su mejilla, dejando una fina marca roja, bañada en un riachuelo de sangre.
-No, ya déjenme ir.- Se quejó cerrando uno de sus ojos debido al ardor. Empujó a uno de los chicos que lo tenían rodeado, logrando que cayese al suelo. No esperó más y salió corriendo.
- ¡No huyas!- Le gritaron, pero el castaño no hizo caso. El pelirrojo finalmente lo alcanzó, y lo tomó por el brazo.
- Suéltame.- Se quejó el menor, logrando arrancar crueles risas por parte de los abusadores.
- ¿No lo escucharon acaso?- Preguntó la voz de Jaejoong detrás del grupo de jóvenes.- Déjenlo tranquilo de una buena vez.- Los amenazó, su rostro muy serio.- A menos que quieran que los obligue. Y créanme, no seré nada amable.
El pelirrojo soltó a Changmin, al mismo tiempo que DaHao daba un paso al frente, encarando al moreno que acababa de llegar. Tras él, el joven castaño miraba preocupado la situación, mientras los otros cuatro chicos sonreían, y metían sus manos a sus bolsillos.
- Vaya, vaya, pero si es ‘Jaejoong Hyung’, el superhéroe.- Dijo DaHao con un tono burlón.
-Dejen a Changmin de una buena vez, o les juro que les parto la cara.- Los amenazó. - ¿O es que no te bastó con lo de la otra vez, eh Dahao?
- Jaejoong Hyung… Ayú—ayudame…- Escuchó, pudo notar que la voz del chico se quebraba, se hacía más débil.
- ¿¡Changmin!?- Preguntó gritando, abriendo la puerta de la cocina de par en par.
La escena frente a sus ojos lo dejó pasmado. Su amado Changmin estaba llorando, su rostro en dirección a la pared, pero aún así pudo divisar marcas de golpes, y sus labios rojos. Su camisa de colegio completamente abierta, sus manos sujetas sobre su cabeza con fuerza, sus piernas levemente flectadas, y sus pantalones revelando su ropa interior. Y el desgraciado que jugaba con su mano perdida en la intimidad de Changmin, era moreno, alto…
- DaHao, suéltalo.- Ordenó, con impotencia. El otro se giró para verle, y su rostro se tornó blanco.- Te dije que lo soltaras, maldita sea.- Gritó con todas sus fuerzas, y en un abrir y cerrar de ojos tenía al mayor bajo su cuerpo, mientas lo golpeaba incansablemente.
- Dé—Déjame- Rogó DaHao.
- ¿Quieres que te suelte? ¿Después de lo que estabas a punto de hacerle a Changmin?- Preguntó con impotencia, dándole un puñetazo en el rostro.- ¿Y cuando el te pedía que lo dejases? ¿Lo soltaste a caso? Desgracia—
- ¡Jae, tranquilo! Lo vas a matar- Lo detuvo justo a tiempo su amigo Yunho.
- De no haber sido por Yunho, créeme que te abría mandado directo al infierno, bastardo.- Escupió sus palabras con rabia- Y si no haces lo que te digo, ni tu mamá te va a reconocer de la paliza que te voy a dar.
-¿Tú y cuantos más?- Preguntó desafiante acercándose aún más a Jaejoong.
- Hyung…No peleen, por favor…-Soltó el pequeño Changmin asustado.
-Sí, hazle caso al chico lindo y date la media vuelta. Mejor te escondes en tu casita a llorar. ¿O es que acaso no vez que la suerte está de mi parte ahora?- Se echó a reír, y así mismo hicieron su séquito de matones.- Y ahora, si sabes lo que te conviene, lárgate. Minnie viene conmigo.- Terminó su frase altanero, viendo como el moreno apretaba los puños con ira.
Acto seguido, tomó al castaño bruscamente por el brazo, arrancándole un grito de dolor. Jaejoong no aguantó más, esto era demasiado abuso y no iba a dejar que pasaran a llevar a su dongsaeng, no frente a sus ojos. En un abrir y cerrar de ojos, le propino un fuerte golpe en la cara a DaHao, provocando que este se fuera de espaldas. Aprovechó la preocupación de los otros cuatro para tomar a Changmin de la mano y salir corriendo de allí.- No era tan tonto como para quedarse y armar una pelea de proporciones. Cinco contra uno no era lo más justo, ni tampoco lo más sensato-
-¿Maldición, que creen que están haciendo, inútiles?- Gritó DaHao. - ¡Síganlos!
Ya estaban casi llegando a la esquina del parque cuando el grupo de matones los comenzó a seguir. Jaejoonh aceleró el paso, guiando a Changmin a través de una serie de atajos para perder de vista sus persecutores. Todo el camino corrieron en silencio, mirando hacia atrás con un poco de temor de vez en cuando, para asegurarse no estar siendo seguidos.
Al cabo de unos minutos de intensos, corriendo sin detenerse ni por si acaso, llegaron- cansadísimos, agitados, sus respiraciones y latidos acelerados- a casa. Entraron por la puerta trasera, y sin soltarse de las manos subieron a la habitación que llevaban compartiendo hacía meses. Cuando estuvieron dentro, el moreno soltó su agarre para caminar directo hasta su velador, se sentó al borde su cama, abrió el cajón de la cómoda, y de su interior sacó una botella de alcohol, unos cuantos algodones y un ”parche curita”. Miró al castaño, su expresión indescifrable, y le indicó que se acercara. El chico no dudó en hacer caso a la petición de su Hyung, y sin decir una sola palabra se sentó al borde de su propia cama, frente al moreno.
Todo era tan incómodo. No podía mirarle a los ojos…
-Levanta tu cabeza Minnie, por favor.- Le pidió Jaejoong, la última palabra casi en un susurro. No podía faltarle el respeto, ni tratarlo con indiferencia, lo quemaría por dentro. El más alto no hizo más que obedecer.- No te muevas…- Le dijo antes de untar un poco de alcohol en un trozo de algodón. Con cuidado, lo presionó contra la herida de Changmin, limpiándola.
-Arg…-Se quejó el menor, y enseguida mordió su labio inferior con fuerza para evitar que más quejidos salieran de su boca.
-Lo siento.- Murmuró el moreno, sin querer mostrarle realmente lo mucho que se preocupaba por no dañarle.- Tengo que desinfectar esto…-
- N—No hay cuidado, Hyung- Cerró un ojo al sentir ardor por segunda vez.- Sólo arde un poco, es todo.
Tras unos minutos de silencio, Jaejoong terminó de hacer las curaciones necesarias la herida del menor, y delicadamente colocó el parche sobre el corte – el cual había sido bastante profundo- que le habían propinado a su dongsaeng. Suspiró cansado, intentado hacer contacto visual con el chico, y aún con su mano sobre la mejilla del castaño, se dispuso a hablar.
-¿Porqué…?- Soltó el moreno, sus ojos vidriosos.
- ¿Hyung…? ¿Q—Qué?- Preguntó sorprendido, la seriedad del mayo lo ponía más nervioso de los normal.
- No Changmin, no te hagas el desentendido.- Lo cortó- Dime ¿Por qué saliste de la casa a estas horas?
- Hyung, yo… Yo iba a ir a buscarte porqu—
- ¿A buscarme? ¿Tú solo?- Dijo casi en un grito- Minnie, ¿Porqué?-
- Yo…Yo, necesitaba hablar contigo, necesitaba verte…- Respondió, sus ojos al igual que los de moreno, volviéndose vidriosos.
-¿No pensaste en las consecuencias de eso? Te pudieron a ver visto en el restaurante, y si tu tío se hubiese enterado ¿qué crees que habría pasado?- Lo miró con severidad.
- Yo…La verdad no pensé en nada…Sólo quería verte.- Aquellas palabras que pronunció el castaño hicieron que el corazón de Hyung se encogiera, que sus facciones se relajaran y que sus mejillas que tornaran rosadas.
- Changminnie…- Lo miró avergonzado, el pequeño estaba por poco y llorando.- Lo siento mucho.- No dudó en abalanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza.
- ¿Jae…?- Preguntó en voz baja, el mayor estaba al borde de explotar en llanto.-
- Lo siento tanto, en serio.- Le dijo- No sabes lo mucho que me asusté cuando llegó Yunnie corriendo a decirnos que Yoochun había visto al maldito de DaHao molestándote. Salí corriendo, e incluso llegué a pensar que llegaría tarde, que te haría daño, que intentaría propasarse contigo de nuevo…Tuve mucho miedo.
Hubo un corto silencio. Los dos jóvenes se mantuvieron abrazados con fuerza esos instantes, respirando el aroma del otro. Changmin se aferró con fuerza a la camisa del mayor, y apoyo su cabeza en su pecho, sintiendo el acelerado latir del corazón de su querido Hyung.
- No quise preocuparte…- Dijo el castaño rompiendo el silencio.- Nunca más lo volveré a hacer.
- ¿Lo juras?- Preguntó Jaejoong jugando con los cabellos del niño.
- Lo juro.-
Entonces el pequeño rompió el abrazo, sólo para apoyar ambas manos en el pecho de Jaejoong, y luego inclinarse para besarle tiernamente los labios. El moreno no pudo hacer más que cerrar los ojos sonrojado, y dejarse llevar por el momento. Sentía mariposas en el estómago, y un extraño calor lo invadía – era bastante excitante el hecho de que Changmin lo estuviera recostando sobre la cama mientras lo besaba.- Poco a poco iba necesitando ir más allá, y le estaba costando demasiado reprimirse. Sin remedio, terminó mordiendo el labio inferior del castaño, y este con un suspiro dejo pasar la lengua del moreno dentro de su húmeda cavidad. Sus manos cobraron vida, una se escurría por debajo de la camisa del menor, y la otra jugaba con los botones de esta misma, sacándolos uno por uno.
-Ah, Hyung- Gimió el pequeño al sentir como la escurridiza mano de Jaejoong jugaba con uno de sus pezones. Y ese gemido despertó nuevamente la cordura en el mayor.
- ¡Minnie!- Gritó, y dejó de hacer lo que hacía. Como un reflejo, empujó al menor, quien cayó sentado al borde de la cama, su rostro confundido.- Y—Yo…No puedo…- Estaba sonrojado, y juraría que sudaba.
- ¿Hyung…?- Su rostro preocupado, sus ojos vidriosos.- ¿Qué sucede?- Jaejoong se cubrió el rostro con ambas manos.-
- No es nada de que preocuparse Minnie- Le dijo, su voz sonaba a mentira.- Yo sólo necesito una ducha y…- Se levantó de la cama, pero la hermosa voz del pequeño lo detuvo.
- ¿Estás enfermo, Hyung?-
- No, no estoy enferm—
- ¿Entonces qué? ¿Te duele algo? ¿Puedo ayudarte?- Preguntaba aún sentado de rodillas en la cama, observando al mayor, que solo podía mirar hacia abajo, escondiendo su sonrojado rostro bajo sus morenos cabellos.- Me estas asustando….-
- Changmin, no me duele nada.- Se disponía a irse a encerrar al baño, que para estas fechas ya era casi su confesionario, pero la fuerte mano de Changmin alrededor de su muñeca lo detuvo.
- ¿Qué mierda te pasa, eh?- Le gritó, de sus ojos brotaban finas lágrimas. Estaba herido.- Desde hace días que estás así… Por eso te fui a buscar, porque estoy preocupado por ti, maldición. ¿Por qué no hablas conmigo?
Entonces el mayor lo miró a los ojos, y pudo verlo: Dolor. El pequeño estaba confundido, herido, enojado. Se sentía tan mal en estos momentos… ¿Qué debería hacer?
Toc, toc…Antes de que pudiesen decir otra cosa, alguien llamó a la puerta. La muchacha lanzó una mirada llena de comprensión a su primo y se dispuso a abrir, sólo para revelar a Yunho esperando ansioso. Yoona lo dejó pasar, y este no dudo en correr hasta el moreno.
- ¿Yunnie, que haces aquí?
- Jae…Es Changminnie…- Comenzó a decir, estaba cansado, había corrido todo el camino desde la caja del Restaurante hasta la cocina.- Creo que…Se ha metido en problemas. Yoochun me llamó recién. Dijo que lo vio cerca de aquí mientras pasaba con su madre en auto… Un grupo de chicos lo están molestando.
- ¿Qué…? ¿Pero, que demonios hace fuera de la casa?- Preguntó preocupado.
- No lo sé, pero por lo que me dijo Chun, esos chicos eran DaHao y sus amigos.
- Maldición.
Dejó lo que estaba haciendo en ese mismo instante, pero se detuvo abruptamente. Estaba condicional, castigado y encima su turno terminaba apenas a eso de las 7. Apretó los puños, y mordió su labio inferior.
- Vete de una vez, yo te cubro Jae.- Le dijo su mejor amigo, sonriéndole.
-Yo no diré nada tampoco.- Le sonrió Yoona
- Gracias.- Le sonrió, y se cacó su delantal para luego salir disparado, pero antes de que cruzase la puerta, la morena lo detuvo tomándole por la mano.- ¿Yoona?
- Oppa…Antes de que te vayas, quería decirte que, por favor, hables con Changmin, porque quizás, les estas haciendo más daño del que le estas ahorrando.
Miró a Changmin una vez más, estaba llorando desconsolado.
- Me haces daño Hyung…- Pronunció soltando el agarre del moreno, y su corazón se rompió en mil pedazos-Más de lo que imaginas- Yoona tenía toda la razón- ¿No hay confianza entre nosotros? ¿O es que ya no me quieres—?
- Lo siento.- Lo cortó abrazándolo con fuerza- No me di cuenta…Pensé que—Pensé que te haría sufrir si…Lo siento tanto.- Se sentó al lado de su pequeño, tomando una de sus manos, entrelazando sus dedos con los de él.- Por supuesto que te quiero Minnie.
- ¿Entonces porqué?
- Porque pensé que te dañaría si llevaba las cosas más allá. Porque, después de todos los malos ratos que has tenido que vivir, pensé que sucedería lo mismo que la otra vez. No quería traerte malos recuerdos sólo… Sólo por disfrutar yo…- Se sonrojó al decir eso, sin haber podido encontrar palabras para describir esa necesidad que sentía de tenerlo cerca, y tocarlo…-Por eso, sentía vergüenza, traté de reprimirme, pero parece que sólo arruiné las cosas. ¿No es así?
Sonrió, una sonrisa irónica. Lo miró a los ojos, y luego al piso, soltando su mano, sintiéndose tan estúpido, tan infantil, tan inmaduro. Lo que le pasaba por ser poco sincero. Pensó que quizás ahora Changmin lo odiaba, después de todo… ¿Porqué debía seguirlo queriendo? La confianza es la base de cualquier relación, y el le había prácticamente dejado en claro que no confiaba en él, aunque esa no haya sido su intención en ningún momento.
- Lo siento…- Volvió a decir.
- No importa.- Dijo con esa voz tan inocente, que le llenaba el corazón con una sola palabra.- Hyung, tú…- Lo tomó por el mentón, y lo obligó a mirarle a los ojos.- Eres la única persona en este mundo, a la que perdonaría sin importar cuanto daño me haga. Porque, te amo demasiado…
Sin demoras, el pequeño lo volvió a besar, esta vez un beso más fuerte, pero igual de romántico, igual de dulce, igual de sabroso. Fue el castaño el que mordió su labio inferior, hambriento de placer, queriendo más del mayor, queriendo profundizar más la caricia. Y con un suspiro, Irremediablemente dejo que la inexperta lengua de Changmin se adentrara en su boca, recorriéndola a su antojo, llenando cada espacio libre, chocando con la suya propia. Y nuevamente su querido dongsaeng lo recostó sobre la cama, pero esta vez, vez sentó en sus caderas, y rompió el beso. Tomó una de sus blancas manos, y la acercó hasta su propio pecho, mirándole con esos ojos castaños y profundos, rogándole.
- Por favor Hyung…- Dijo, su voz entrecortada.- Te necesito…
- Changmi—
- Tócame Jaejoong.- Rogó, y el moreno no cupo en sí de la sorpresa.- Si de verdad me quieres, ayúdame a limpiarme…Porque si eres tu el que lo hace, no tengo nada que temer.
- ¿Estás…Estás seguro? Yo si lo hago, no podré detenerme después, y yo…
El castaño sonrió, y posó una de sus manos en el rostro del mayor, acariciándolo con cariño. ¿En que momento se volvió tan tierno su Hyung?
- Estoy tan seguro de esto, como lo estoy de que te amo.
Selló todo con otro beso, uno más tierno, lleno de amor. Un beso sincero, sin apuros, pero a la vez lleno de deseo. Por primera vez en mucho tiempo, Jaejoong se dejó llevar, se liberó de todo aquello que en su momento lo detuvo, porque Changmin lo pidió, porque era lo que necesitaba, y porque ahora estaba seguro que no estaba haciéndole daño a nadie. Porque quería experimentar el amor en su máxima expresión, y quería hacerlo con su querido dongsaeng.
Las manos del moreno atrajeron al menor, tomándolo por la cintura, acariciándole suavemente, sus dientes rozando los finos labios del chico, quien de inmediato abrió su boca para darle el paso a su lengua nuevamente, recorriendo cada rincón como si fuese la primera vez. Por su parte, el pequeño comenzó lentamente – y de forma bastante torpe.- a desabotonar la camisa que traía puesta el mayor, exponiendo su cuerpo escultural, sus pectorales trabajados. Se separaron en busca del vital oxígeno, y Changmin aprovechó para volver a sentarse en las caderas de su Hyung, para admirarlo desde allí. Sus ojos se perdieron en su esculpido abdomen, y un extraño brillo apareció en sus ojos color chocolate cuando se posaron sobre aquel sensual piercing que adornaba su pezón, y luego sobre aquel otro atrevido aro que colgaba en su ombligo.
- ¿Te gusta?- Preguntó el moreno, su voz sonando tan profunda y tan sensual.
- Y—Yo… - Sonrojó Changmin, embobado- Sí.
Casi por reflejo, y porque curiosidad y las ganas eran más de lo que su inexperto ser podía tolerar, el castaño llevo sus manos hasta el aro del mayor, mientras sus labios se preocupaban de besar tiernamente las mejillas, cuello, hombros y pecho de Jaejoong. Cuando su boca se topó con aquel pequeño pedacito de metal, no dudo en introducirlo a su boca.
-Minnie…- Y un hermoso gemido escapó de la rosada boca del moreno.
Extasiado por las caricias del menor, Jaejoong no pudo más con las ansias de tocarlo, de sentirlo, y de otorgarle el mismo placer que ahora estaba recibiendo. Lo tomó por la cintura, y sólo Dios sabe como, se las arregló para posarse con cuidado sobre él, desvistiéndolo al instante, sus labios dejando leves marcas a los largo de su cuello, deleitándose con cada gemido, con cada suspiro que arrancaba de los labios del pequeño.
-Hyung…- Se quejó al sentir las tibias manos del mayor sobre su pecho, al mismo tiempo que el joven se sentaba en sus caderas.
-Changmin…- Suspiró, sus mejillas sonrosadas y su respiración irregular.- Eres hermoso…- Comentó sin remedio, observando el delgado y trabajado cuerpo del pequeño.
- Jaejoong, no digas esas cosas.- Se sonrojó, su rostro luciendo extremadamente adorable.
- Te adoro- Sonrió dándole un corto besito en los labios.
El menor estaba en el cielo, sólo el indescriptible calor que sentía y esa extraña sensación en la entrepierna le confirmaban que seguía vivo y que todo era real. La imagen divina. El moreno sobre él, sudado, sus cabellos pegándose un poco al rostro. Su pecho al descubierto, sus manos sobre su cuerpo, sus labios rojos e hinchados, su respiración agitada…Un gemido que salió de su boca lo sacó de su ensoñación, todo al sentir como las manos de su Hyung le arrebataban su pantalón, y se colaban por debajo de su ropa interior, refugiándose en su intimidad.
Ahora sentía vergüenza. Estaba recostado sobre la cama, completamente desnudo- Y el bello moreno que se posaba sobre el estaba en las mismas condiciones.- siendo masturbado lentamente por su amante. Miles de sensaciones recorrían su cuerpo. No era primera vez que sentía aquello – ya se había auto satisfacido en la ducha unas cuantas veces.- pero definitivamente no era lo mismo. Era más íntimo, no era sólo lujuria…
- Jae…- Gimió nuevamente, sintiendo su cuerpo tensarse.- Quiero…Quiero sentirte, por favor…Yo—
- ¿Minnie?- Dejó de hacer lo que estaba haciendo, lo miró directamente a los ojos.- ¿Estás seguro? Esto te puede doler y yo…
-No me importa…Quiero ser tuyo y de nadie más.- Confesó, su respiración entrecortada- Porque yo…Te amo…No me importa si soy muy joven, no importa que vaya a doler… Porque es contigo y yo… Creo que estoy enamorado, quizás más de lo que debería.
- Changminnie…Te amo-Le sonrió.
Besó su frente antes de comenzar a prepararlo para lo que venía, sabía – en teoría claro- lo que dolía. Primero introdujo un dedo, luego cuando se hubo acostumbrado un segundo dedo. Y cuando introdujo el tercer dedo, el pequeño gimió indicando que ya estaba listo. Lentamente introdujo su miembro en Changmin. Era estrecho, y le dolía. Podía sentir las uñas del pequeño aferrándose a su espalda, podía ver como se mordía su labio inferior para no gritar, y podía ver como cerraba sus ojos para evitar derramar lágrimas. Se quedó quieto, pensó en detenerse, pero el pequeño no lo dejó, y comenzó a moverse el mismo. Relajándose, disfrutando, suspirando, gritando, gimiendo el nombre del mayor, ahogado en la locura de amarse.
Cada vez las embestidas eran más rápidas, y se intensificaron cuando Jaejoong encontró el punto exacto que disparaba al pequeño hacia el cielo. Poco a poco el menor se iba contrayendo, las paredes de su entrada haciendo presión contra el miembro del moreno, provocando que fuertes gemidos retumbaran por toda la habitación. Antes de llegar al clímax, se abrazaron con fuerza, y se besaron como nunca antes, corriéndose juntos, Jaejoong dentro de Changmin, y este cubriendo el pecho del mayor con sus fluidos.
No dijeron nada al separarse, no había nada que decir de todos modos. Sólo se recostaron uno al lado del otro, agotados, sudados, agitados, sonrojados… Luego de unos instantes se miraron, y sin poder evitarlo sonrieron.
-Eso fue maravilloso- Dijo el moreno, agitado- Y además fue mi primera vez…
-Estoy tan feliz…- Comentó el más pequeño, una tierna sonrisa dibujada en su rostro- me alegra que hayas sido el primero. No me imagino un mundo en el que no te pertenezco, Jae.
- ¿Ahora me dices Jae?- Se rió, sonrojado por el comentario anterior.- Me gusta como suena cuando sale de tus labios.
- Gracias- Dijo nervioso.-
- Creo que necesitamos una ducha.- Rió después de un breve silencio.
- Creo que tienes razón.- Se levantó - ¿Voy yo primero o vas tú?- Preguntó inocentemente.
- Changminnie. ¿No quieres bañarte conmigo?- Sugirió, una sonrisa picarona, irresistible.
- ¡Hyung! No seas pervertido.
A la mañana siguiente
Como casi todos los días, Jaejoong fue el primero en despertarse. Changmin dormía como angelito a su lado, su cabello aún un tanto húmedo por la ducha del día anterior – al final, si se habían bañado juntos.- Sonrió para si mismo, ya todos los problemas parecían haber terminado, ahora podía estar cómodo a su lado, ahora podían volver a como empezaron, pero aún mejor. Se sonrojó al sentir al pequeño abrazarle por la cintura y acurrucarse en su pecho desnudo. – Como siempre, Jaejoong sólo dormía con su ropa interior- El suave respirar del castaño chocaba contra su cuello haciéndole cosquillas, sus tibias manitos entrelazadas para no dejarle escapar. Poco a poco el bello durmiente se fue despertando. Lo primero que sintió, fue la calidez del cuerpo del mayor contra el suyo, y luego, su acompasada respiración.
-Puedo escuchar tu corazón, Hyung- Rió tiernamente el pequeño.- Está latiendo muy fuerte.
- ¿Y de quién crees que es la culpa, eh?- Le dijo juguetonamente, y no perdió la oportunidad de darle un tierno beso en la frente, respirando el exquisito aroma de su cabello.
- Buenos días, Jae- Sonrió.
En el colegio…
Ya marcaban las 14:30, y el timbre que indicaba el inicio de su bien merecido descanso después de una agotadora clase de matemáticas resonó por toda la escuela. En cuestión de segundos, los pasillos se llenaron de gente – y las salas se vaciaron-. Todos hablaban contentos, gritaban como si estuviesen en la vega, y reían a carcajadas. Todos menos cierto rubio. A pesar de que ya era hora de almuerzo, no tenía hambre.
<<.Santo Cielo, mi cabeza va a explotar…Sólo una clase más y esta tortura terminará. >>
Pensaba el pobre, aún sentando en su escritorio, con su cabeza apoyada en sus brazos, intentando descansar de alguna manera. De pronto sintió una cálida mano en su hombro. Levantó la vista, sólo para encontrarse con su mejor amigo.
-¿Qué sucede Junsu?- Le preguntó.- ¿Cómo es que no me fuiste a encontrar al pasillo?
- Lo siento Chunnie- Le dijo con sinceridad. Yoochun y el siempre se encontraban frente al casillero del rubio cuando les tocaba electivos, como ahora.
- No traes buena cara Su.- Comentó sentándose a su lado.- ¿Sucede algo?
- Creo que nunca me había sentido tan arrepentido de haber tomado Matemática avanzada.- Se quejó.- Me duele la cabeza, creo que me enfermé.
- ¿Te parece si te acompaño a la Enfermería a buscar un remedio o algo?
Junsu sólo asintió, y esbozó una leve sonrisa. Yoochun lo ayudó a levantarse, y juntos caminaron hacia la enfermería de la escuela. No quedaba muy lejos de la sala del electivo de matemáticas, en realidad quedaba al final del pasillo a la izquierda. No hablaron durante el trayecto, y tampoco hubieran podido hablar mucho porque en menos de lo que canta un gallo, ya estaban frente a la puerta. El rubio agradeció a Dios que por esos rumbos ni hubiera tanta bulla, no se escuchaba ni un alma. Y eso era lo que necesitaba en estos momentos. Paz y un buen remedio.
- Adelante- Dijo la enfermera y abrió la puerta. – ¿Kim Junsu?- Le preguntó, sorpresa en su voz.
- Si, el mismo- Respondió el moreno por su amigo, ya que este estaba más que mareado.
- Buenas tardes señor Park.- Le sonrió- La última vez que los vi por aquí, fue cuando Junsu se quebró la pierna y tú lo trajiste, eso fue hace 3 años.
- Lo recuerdo.- Rió un poco, Junsu esbozó una leve sonrisa.
- ¿Qué sucede ahora? Junsu tiene un aspecto terrible.- Comentó la señora.
- Le duele la cabeza y está un tanto mareado. Vinimos por un remedio, pero creo que sería mejor hacerle un chequeo. Podría apostar que tiene fiebre.
La enfermera los hizo pasar de inmediato, en poco tiempo el rubio terminó recostado en la camilla, con 40 grados de fiebre, y apenas consiente. Al parecer había tenido un enfriamiento por haber llegado al colegio sin su chaleco a pesar de que hacía más frío que nunca. Yoochun se sentó a su lado, y lo cuido en todo momento, olvidándose por completo de su almuerzo. Al poco rato su amigo estaba durmiendo, la fiebre poco a poco bajando.
- La campana está por sonar.- Advirtió la mujer- Yo tengo que ir a arreglar unos asuntos con los profesores. Junsu no se va a mover de aquí hasta que haya recuperado por completo. Así que Yoochun, ¿me acompañas a tu salón a avisar?
- Claro.- Dijo y se levantó de inmediato- A la salida yo me encargaré de pasarlo a buscar.-
- ¿Serías tan amable de traerle también sus cosas?
- Claro, no hay problema.
- Gracias- Dijo y salieron del lugar.
Unas cuantas horas más tarde, Junsu despertó. Abrió sus ojos lentamente, y comenzó a explorar con la mirada su alrededor. Estaba en la enfermería, eso lo recordaba, pero no podía acordarse en qué momento que había quedado dormido, ni tampoco en que momento Yoochun y la enferma había desaparecido. Se incorporó con cuidado, y vio caer el termómetro, ahora marcaba 38.5. Aún se sentía mareado, pero estaba seguro de poder caminar sin problemas. Miró el reloj, macara 10 para 4 y tantas de la tarde. Ya había salido. Suspiró cansado, y luego miró a la ventana.
<<.¿Quiénes son ellos?.>>
Se preguntó al mirar. Desde la ventana se podía ver el patio trasero del colegio, el gran sauce adornaba el paisaje, Y allí, justo debajo del ancestral árbol dos jóvenes, uno castaño y otro moreno, se abrazaban cariñosamente. Se levantó, y se acercó más, para poder observarlos bien. Estaban de espaldas. De pronto, los chicos se separaron, y se besaron. No le dio asco ni nada, la homosexualidad no era algo que le molestase. Sólo le intrigaba un poco, el saber la identidad de esos chicos lo tenía pegado al vidrio. Cayeron al piso, y rodaron riendo. Sonrió ante lo tiernos que se veían.
‘¡Chicos!’
Escuchó una voz extrañamente familiar llamarles, y entonces, un joven castaño entro en escena. Sus ojos se abrieron como platos al notar que se trataba nada más y nada menos que de Yunho. Entonces, la feliz pareja se dio media vuelta, y no cupo en si de la sorpresa.
- No puede ser…-
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waaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarme dejaste en dudaaaaa!!
amo el jaemin, wiiii wiii!!
wiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! por fiinn!! ke bien ke jae le dijo lo ke le pasaba, siiiii. uh! junsu ia vio jujuju, haber ke pasaaa!! kero saber mas.
ResponderEliminarwoooooo!! k fic mas xulo!!! tiene de todo >.<
ResponderEliminarjunus x fin lo descubrio XD
bueno.. ya stoy oficialmente enganchada al jaemin XDD
siguelo pronto plis ^^
jaja ya se dio cuenta Su xD!!!!!
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