Minnie frotaba su cuerpo bajo el chorro de agua, su llanto se confundía con los caminos húmedos que caían desde la regadera y empapaba todo su cuerpo. Jamás imaginó que después de su primera vez tendría que tomar un baño en busca de borrar todo rastro del otro cuerpo que se unió a él; es decir, era casi el equivalente a sentirse sucio y usado, porque, aún cuando fue solo sexo (eso ni siquiera lo duda, se hace el amor cuando precisamente ese sentimiento está de por medio), se entregó porque esperaba encontrar ese algo especial que busca insistentemente.
- idiota, idiota, idiota… - balbuceaba una y otra vez, mientras seguía frotando su cuerpo con la esponja, tan fuerte que su piel enrojecía… - porqué soy tan idiota… porqué Kenryu, porqué tenías que nombrarlo…
- Minnie, estás ahí, hijo… - escuchó la voz de su madre viniendo desde fuera de la ducha…
- sí… - maldición! No pudo evitar que su voz se le quebrara, respiró profundamente… - ya voy mamá..
- de acuerdo, cenaremos en casa de los Ogazawara, seguro no quieres venir?...
- no me siento muy bien, mamá… tengo, un fuerte dolor de cabeza… - mintió a medias, porque en realidad le dolía de tanto pensar, pero era más el dolor de su corazón partido en mil pedazos, de ese músculo que agoniza y sabe difícilmente será que palpite con la misma intensidad que antes…
- hijo, toma una poción, o medicina, lo que quieras… el menor salió ya vestido, sus ojos llenos de tristeza… lo que no pasa desapercibido para ninguna madre… - Changminnie, cariño, qué tienes… - la Sra. abrazó tiernamente a su hijo. Él no pudo evitar un nuevo sollozo y sus manos se cerraron en la espalda de su madre, aunque no dijo nada, solo dejó fluir su llanto, siempre se ha sentido en confianza de mostrarse tal cual es con sus padres… - shh, shh, está bien, cariño, todo puede mejorar, no pierdas la esperanza, mi bebé… - le acariciaba el cabello con suavidad, transmitiéndole su amor materno, aliviando tenuemente la tristeza del menor.
- XeNang, mujer, tenemos que irnos ya… - la voz del Sr. Shim llegó desde la planta baja…
- tienes que irte, mamá… - Minnie se separó de su madre, limpiando todo llanto de sus mejillas con el dorso de su mano… - estoy bien, gracias… -
- cena y descansa, mi bebé… - la Sra. Shim le dio un beso en la frente… - te quiero, hijo…
- también yo… - forzó una sonrisa, dolía tanto el desamor…
- pasa algo?... – el Sr. Shim había subido por su esposa, encontrándola junto a su hijo en el pasillo fuera de la ducha…
- nada importante, papá, váyanse ya a esa cena…
- sabía que no vendrías, es normal que te aburras en reuniones de mayores… -le dio un beso en la frente y le revolvió el cabello, aún húmedo… -
………………………..
Kenryu llegó al departamento con semblante serio, se había duchado antes de volver, y había golpeado molesto consigo mismo, varias veces el azulejo en las duchas, así que llevaba la mano derecha vendada… un vendaje improvisado que él mismo se hizo…
- te lastimaste en el entrenamiento?.... – la voz de su madre preguntando lo hizo consciente de que estaba ya en casa. Tan sumido había estado en sus pensamientos que ni cuenta se había dado…
- sí, mamá… - mintió, fue hasta su recámara, ni lo que podría decirse es un santuario a kaká y el fútbol soccer logró animarlo, ahora que los colores oscuros ahí matizan su miserable sensación de culpa…
- tu hermano llamó, quiere hablar personalmente contigo… - su madre estaba de pie en el umbral de la puerta, observando detenidamente la actitud de su hijo, debía estar muy mal o ya habría despotricado molesto al haber mencionado a su hermano, su hermanastro en realidad… - tiene algo que ver con ese joven mago que tanto quieres…
- no deberías leer mi suerte en tu tabla Feng-shui, mamá… - murmuró sonriendo de medio lado con profunda tristeza…
- es mi don mágico, y me importa el curso de tu vida, eres mi hijo…
- cometí un gran error, madre, y no tengo idea de cómo remediarlo… por eso desprecio esa naturaleza mágica en mí por causa de mi padre… - masculló molesto, su madre lo entiende, siempre ha sido así desde la primera vez que su instinto heredado de su padre se hiciera presente al cumplir los 15…
- si tú no tienes idea, nadie más puede tenerla, Kenryu, pero no di a luz a un chico que se rinde sin antes luchar, hacer el mínimo esfuerzo por cauterizar cualquier herida causada a otro… - se acercó hasta su hijo, le tomó la mano lastimada… - y aunque tiene que ver con ese mago que quieres, es a la vez diametralmente opuesto, porque te dejaste llevar por el instinto y no por tu corazón, es eso lo que más te duele, lo que más culpa te hace sentir…
- no he podido controlar mi instinto con la misma facilidad que antes, mamá… y eso me asusta, ya lastimé a alguien… - la expresión de Minnie con el rostro desencajado y una lágrima resbalando por su mejilla… - y no quiero llegar a hacerlo otra vez con la misma persona o alguien más…
- entonces, sabes lo que tienes que hacer, no? Kenryu…
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El ambiente sombrío de esa habitación subterránea en la Mansión aquella donde los árboles nunca florecen, estaba revestida por un denso frío y un desagradable aroma, con figuras talladas de bestias y símbolos en antiguos idiomas grabados en los muros de piedra.
- Khaly Park, bella dama, un hada de luz que se niega a resplandecer ante mí… -los insensatos dedos de Michael se deslizaron por el contorno del rostro femenino. La Sra. Park está sentada en una elegante silla con finas figurillas en oro y plata, atada de muñecas y tobillos por ramas con espinas que se ajustan mágicamente si intenta librarse…
- moriré antes que permitirte tener acceso al sello de Nemeton Nertomáros… - retó con seguridad, no importándole que algunas espinas comenzaran a clavarse en su piel…
- no dudo que esté dispuesta a morir, mi propia madre eligió tal destino antes que esperar a que yo hiciera la petición, porque ella siendo como tú sabía que descubriría el designio marcado en la sangre que corre por mis venas…
- tu verdadera identidad no es Michael Foz, verdad… - la voz del Sr. Park viniendo desde una esquina en la habitación (amplia cabe señalar), encadenado al muro, sobre su cabeza, un cuervo parado en un cuerno de unicornio… sí, de ese ser mágico con poderes excepcionales que en el mundo no mágico se considera solo un caballo fantástico con un cuerno en la frente al que se le atribuye su naturaleza mítica…
- oh sí, el Concilio Escarlata investigó sobre eso, cierto?... – rió con sorna, dirigiéndose ahora hacia Chun-Soo… - ese patético grupo de familias antiguas que creen que pueden evitar lo que está presagiado a suceder…
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Mansión Ogazawara. Japón.
- tiene usted un gusto extraordinario, joven Ogazawara… -
- llámeme Takashi, por favor… -
- muy bien, Takashi… - Do-Heon (Sr. Shim) admiraba la casa, típica de la Era Tokugawa, majestuosa, grande, con preciosos jardines llenos de árboles y planas de diferentes especies, un estante con peces dorados y el té servido a la mesa con la antigua tradición.
- sabemos que el Concilio ha estado buscando a los Park, que tan mala es la situación… - cuestionó XeNang (Sra. Shim), sorbiendo con elegancia de su taza de té…
- bueno, sin duda quien se ha hecho llamar Michael Fox los debe tener cautivos, más no estamos aún en conocimiento de su ubicación, casualmente cada que creemos estar cerca, algo sucede que perdemos la pista…
- por eso nos llamó, a esta especie de convocatoria por parte del Concilio, del que mi familia fue expulsada hace un siglo…
- el pensamiento ha evolucionado bastante en estos años, ahora no preocupa el cómo usan los Shim su magia…
- jamás debió ser un problema, solo porque usábamos nuestro conocimiento mágico a favor de los no magos… - replicó el hombre…
- mostrar magia tan abiertamente como solían hacerlo era un riesgo para nuestro mundo…
- nuestro mundo? No es como si magos y no magos viviéramos en dimensiones diferentes…
- sin embargo… - interrumpió XeNang a su esposo, tomando con gentileza la mano de Do-Heon… - no es eso lo que venimos a discutir. Takashi, si los representantes de las otras cuatro familias del Concilio Escarlata no están aquí, deduzco que lo que nos pedirá es algo que hace tiempo no hacemos…
- así es, pero el hecho de que hayan dejado esa forma de vida desde que tuvieran a su hijo no significa que hayan dejado de ser los magos más astutos, ágiles como el viento, inteligentes, se desplazan en las sombras y tiene secretos de combate que los convierte en armas dignas de ser tomadas con precaución… le Concilio Escarlata está corrompido por alguno de los nuestros, me atrevo a meter las manos al fuego por los Kim, más no por los Lee, aunque esa chica es… bueno, eso no les interesa… - los Sres. Shim sonrieron levemente, ese joven es demasiado, eh, como decirlo, instintivo respecto a algunas cosas… - ni tampoco confío del todo en los Balzac y mucho menos en los Tanaka…
- quieres espías... – concluyó Do-Heon…
- sí, necesito saber quién es el traidor...
- y qué si nosotros dudamos de usted… - XeNang se puso de pie, la mujer de 32 años (tuvo a Minnie muy joven) llevaba un vestido corto, llevó su mano al muslo izquierdo y sacó de una funda una daga, se acercó en un rápido movimiento a Takashi y la filosa punta quedó directo en la yugular del muchacho…
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Desde que Junsu se encontró con su amigo esa mañana en la estación del metro, pudo notar la tristeza en sus ojos. Había preguntado qué le pasaba, pero por toda respuesta había obtenido un simple “no tiene importancia”; después de eso se habían sumido en un incómodo silencio, porque Junsu había sentido una mirada de resentimiento hacia su persona cuando le preguntara, y luego los ojos del menor se habían apagado, de la misma forma en que su propio mirar lo hiciera cuando creía todo perdido con su novio. Y era muy extraño estar pasando por uno de los momentos más felices de toda su vida y no poder compartirlo con su mejor amigo.
Minnie realmente había pensado en no asistir a clases, pero faltar a la escuela hubiera demostrado a Kenryu cuán lastimado se sentía, y lo que menos quería era darle al gusto de tal cosa. Lo que el menor no sabe es que el castaño está profundamente arrepentido de haberlo herido como lo hizo, pero su instinto animal había dominado sus actos, a la vez que el corazón trataba de asumir el control, motivo por el cual había nombrado al pelirrojo.
Por suerte no se vieron a la hora de la entrada, y el menor decidió quedarse en el aula a la hora del almuerzo, no quería verlo en la lonchería, decisión irónica, pues aunque estaba en la escuela evadía toda posibilidad de llegar a topárselo cuando se supone haría su vida escolar como si nada hubiera pasado… pero ya estando ahí la realidad era que algo pasó… tuvo sexo con Kenryu.
- mierda!... – Minnie se llevó una mano a la cabeza, enredando sus dedos con su cabello, sentado en su lugar en el aula vacía… - como envidio a los Kim… - murmuró con una media sonrisa triste y sarcástica… - primero Yunho elige a Jae… luego tengo la grandiosa idea de buscar cariño en Kenryu cuando sabía perfectamente que ama a Junsu… seré muy inteligente, pero en cosas del amor soy el idiota número uno del planeta…
El día transcurrió sin gran cambio de por medio. Minnie no cruzó palabra alguna con el pelirrojo, y cuando la jornada escolar terminó, el menor se fue dejándolo con una terrible sensación de formar parte de la culpa que tiene así a su mejor amigo.
- tal vez solo necesita tiempo… - el pelinegro trataba de animar a su novio… iban caminando juntos (aunque sin tomarse de las manos) rumbo a la estación del metro…
- eso espero… - pero el pelirrojo no se sentía nada cómodo con toda la situación, cuando debería de andar feliz de la vida por ser novio de su ratón…
- mi hermano también ha estado algo distante desde que volvió, desde ese día casi no habla y pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su cuarto y yo no sé cómo acercarme a él, es casi como un desconocido para mí… -
- es normal, Chunnie, hace siete años que no se veían, y debió pasar por muchas cosas difíciles mientras estuvo cautivo…
- lo sé… - abordaron el metro, hora pico, mucha gente ahí, ellos “obligados” a estar muy cerca… - estaría perdido sin ti… - Junsu se sonrojó… - te lo dije, delfín, estar a tu lado me tranquiliza, no importa cuán mal esté todo a mi alrededor, contigo logro sentirme mejor… - su mano apoyada en la cintura de su novio, el pelirrojo mordiéndose el labio inferior conteniendo el deseo de besarlo…
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Yoo Hwan era casi como una sombra, pero tenía sus motivos para comportarse así. La mansión Park (más modesta que la de los Kim o los Jung) estaba bien protegida por hechizos, por lo que ninguna magia oscura podía llegar a ellos, pero el lazo telepático que Michael había creado entre ellos sigue ahí, aunque débil y casi extinto, aun es suficiente para que el ojiazul pueda mantenerse informado desde su mente de lo que sucede. Así que, mientras menos contacto tenga con todos, mejor, así tena que soportar ese dolor de cabeza infundido por la ira de Michael al no ofrecerle nada aún…
- papá, mamá, soporten, por favor… - sobre su cama se encontraban desperdigados papeles, mapas y libros… - no pondré en riesgo a nadie más… - y había pensamientos ocultos en lo más profundo de su mente, donde el lazo telepático de Michael no puede llegar.
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- si su hijo sigue provocando mi ira, no dudaré en torturarlo lentamente hasta que muera, y aun entonces maldeciré su alma para que sufra por la eternidad… - amenazo el ojiazul al Sr. Park, la impaciencia comenzando a fluir a través de un hechizo que provocaba dolor en Chun-Soo, quien aun encadenado al muro gritaba por el ardor que quemaba su interior y contrae cada músculo en su cuerpo.
- basta!... – Khaly gritó e inconscientemente trató de ayudar a su esposo, por lo que al moverse en busca de ponerse en pie, los amarres de las ramas con espinas se aferraron provocando que su piel sangre de muñecas y tobillos y Michael sonría satisfecho.
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Yoochun se retorció de dolor al mismo tiempo que Yoo Hwan, cada uno en lugares diferentes, el pelinegro apenas iba a tomar el camino a su casa despidiéndose del pelirrojo; mientras que su hermano se encontraba en su casa, ahora recostado en la cama en tanto el dolor los hacía gritar y retorcerse.
- Chunnie, qué te pasa?... – el tatuaje en la espalda de ambos jóvenes comenzó a brillar, y luego el pelirrojo experimentó el mismo dolor que los Park.
Ambos terminaron de rodillas en la acera, la poca gente que los veía se asustaba pero se quedaban paralizados en su lugar, solo viéndolos cómo gritaban y se retorcían en el suelo, hasta que Junsu tuvo algo de control de su don telepático y a la vez que bloqueaba la mente de todos aquellos que observaban orbitaba junto con el ratón a su casa. Unos instantes después el dolor cesó, y los tatuajes dejaron de brillar.
- Junsu ah, estás bien… - el pelinegro se acercó a él, pero su novio ya se había desmayado… - Junsu?... Junsu?... – preocupado, rápidamente tomó el móvil y llamó a Jae, quien se apareció al segundo, junto con Yunho…
- pasó algo en particular, alguien pudo haberlos hechizado?... – cuestionó el pelioscuro, mientras revisaba los signos vitales de su hermano, asegurándose de que solo estaba agotado por usar su magia.
- no lo sé, fue todo muy repentino, de un momento a otro un terrible dolor se apoderó de mi cuerpo, y no veía nada más que oscuridad. Un momento después Junsu se puso igual…
- empatía emocional, Junsu desarrolló ese don al unirse a Yoochun… - pensaba Jae. Su hermano recostado en el sofá.
- Jae?... JaeBoo!... –
- qué, qué pasa… - cuestionó confundido, pero es que por andar pensando no se había percatado de que su pareja le preguntaba algo…
- te pregunto si debemos llamar a tus padres… -
- no, ellos ahora están muy ocupados, y esto tenemos que manejarlo con mucho cuidado… hay, algunas cosas que Junsu y yo hemos hecho a escondidas de ellos, y no creo que sea momento aún de que sepan…
- cosas, qué cosas?... – el moreno visiblemente preocupado, no podía evitarlo, su Boo es lo más importante para él, pero cuando él menciona hacer cosas a escondidas de los Sres. Kim, sabe que solo puede significar que hay magia de por medio, y eso no debe ser precisamente como decir que se le han pinteado de la escuela, tiene que ser algo serio.
- hablaremos de eso después, ahora necesito consultar algo en un libro de la biblioteca privada de papá…
- Yoochun, te quedas con tu novio? acompañaré al mío… - el ratón asintió, y a pesar de la situación, las mejillas de Jae se tiñeron de un ligero carmesí al escuchar eso… cuando ya se encontraban dentro de la biblioteca…
- no sabía que somos novios… - Jae subió a una escalera de tijera para buscar el libro que necesita, uno donde viene el pacto mágico de sangre y sus consecuencias posibles…
- y qué otra cosa si no, o es que me has visto por ahí besándome con cualquiera…- el moreno subió por el otro lado de la escalera, quedando ahora de frente a su Boo.
- pero no me lo has pedido… - el pelioscuro trataba de ignorarlo hojeando un libro.
- podrías habérmelo pedido tú también… -
- yo fui el que dijo “me gustas” dos veces… -
- pero la primera te arrepentiste… - el pelioscuro cerró el libro que tenía en las manos con fuerza… - ok, ok, ya entendía… - Jae se le quedó viendo como esperando que preguntara…- pero lo haré en otro momento, para que sea más espontáneo… - el pelioscuro rodó los ojos…
- muévete, no puedo ver los libros… - pero el moreno solo sonrió, luego le besó los labios fugazmente… - eso no cambia nada, muévete…
- te quiero… - y se bajó para dejar espacio libre a su pareja…
En la estancia, el pelirrojo despertó…
- estás bien?... – preguntó el ratón con tono suave, acariciando la mejilla de su novio…
- estoy bien, nunca me había sentido tan abrumado… -
- tampoco yo… -
- Chunnie, lograste ver algo?... – su novio negó con la cabeza… - yo… - una imagen volviendo a su mente… - pude ver a tu hermano, debes ir a tu casa… -
En momentos como ese el pelinegro odiaba no saber aún cómo orbitar, porque no podía simplemente aparecerse en su casa. Y se sintió casi como un inútil cuando Junsu le tomó de la mano y orbitó junto con él.
- debes tener cuidado, no quiero que te sobre exijas, prometo aprender de ya a orbitar… - decía mientras subía las escaleras rumbo a la habitación de su hermano, encontrándolo desmayado sobre la cama, con muchos papeles, mapas y libros alrededor de él y en el suelo… - Yoo Hwan!!
El pelirrojo se acercó al chico para tomar sus signos vitales, tal como lo hiciera su hermano con él, pero sus signos eran débiles…
- hay que llevarlo a una clínica… - su novio ni siquiera preguntó nada, levantó a su hermano en brazos… - los orbitaré…
- estás seguro, no quiero que te…
- estaré bien, pero llegaremos al estacionamiento, donde espero que nadie nos vea aparecer… -
- no… - se escuchó la débil voz de Yoo Hwan… - será un riesgo, si salgo de la casa, él puede entrar en mi mente y saber lo que pienso… mientras más permanezca en casa o en la escuela, mejor, porque son los sitios con hechizos de seguridad…
- de qué estás hablando, quién podría leer tu mente… - el pelinegro lo dejó sobre la cama, su hermano se veía incluso pálido…
- solo confía en mí, hermano, no me pidas respuesta para eso, es por tu propio bien… -
- pero estás muy débil…
- solo necesito descansar y me repondré pronto…
- pero… tú también sentiste ese dolor hace unos momentos… - interrumpió el pelirrojo… -
- solo confíen en mí….
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Japón.
- pensé que no vendrías…
- mi madre insistió, no es que me guste la idea de verte, Takashi… - el castaño se sentó en la estancia estilo nipón, es decir, la mesa de centro de color caoba estaba rodeada por cojines, el piso es de madera y hay una puerta corrediza desde donde se puede observar el bello estante del jardín lateral… -
- Kenryu, hermano, ser un Ogazawara no es una maldición, sabes… - el chico de ojos grises como los de su hermano, con un ligero destello color miel, hizo aparecer un vaso con un líquido tinto…
- en primer lugar, no soy tu hermano… - el castaño trató de no mirar aquel líquido, mas sin embargo notó una ligera cortada en el cuello del mayor…
- tenemos al mismo padre… - el chico de ojos amielados tomó el vaso y bebió de él.
- en segundo, para mí saber que soy parte de los Ogazawara si es una maldición…
- cuando por fin aceptes tu naturaleza salvaje…
- no me llamaste para hablar de eso… - lo interrumpió con sequedad…
- cierto… - sonrió ligeramente, luego clavó su mirada en la de su hermanastro… - pero cuando quieras hablar al respecto, siempre estaré a tu disposición, Kenryu… -
- qué es lo quieres?...
- que te cuides de Inamoto… - el castaño lo miró interrogante, porqué habría de cuidarse de Mitsuo Inamoto?
woah de verdad vaya no pense ( bueno = me lo imaginaba ) q ken-sshi era mago. pero los de instito uuuu. genial
ResponderEliminarCuanta intriga y emoción a la vez que interesante.
ResponderEliminarGracias!!!