I Wanna a Baby... I Wanna be a Woman cap 1

Aquella idea no dejaba de girar en su mente. Al punto de desesperarse estaba, quería decírselo, pero no sabía cuál sería su reacción. O más bien dicho, imaginaba dos expresiones en él. La primera que acaecía en su imaginación era el brillo de sus ojos y su enorme sonrisa besando a la futura madrecita de su nene.

“¿Por qué yo de madre? ¿Y por qué no una niña? ¿Sería mejor una niña o un niño? Si se pareciera a él sería mejor.”

Reía en soledad tapándose los labios como era costumbre para él. A continuación la parte contradictoria se iluminaba en su mente. Una reacción nada satisfactoria donde cuestionaría absolutamente cada cosa para atinar a la mejor solución, evitando dañar a alguien, siendo esa cualidad suya, y ella por supuesto, parte de su encanto.


“No… Aish, ¿qué hago? Quiero un bebé. Tiene que resultar…”


Entonces su sonrisa se ocultó para verse preocupado y melancólico.


“Yo quiero un bebé… ¡Se acabó!”


Ríe escandalosamente. Había dejado la pluma con la que escribía su próxima canción. Ese anhelo lo distrajo y su risa estrepitosa a la vez distrajo a los demás que se hallaban en el estudio realizando sus deberes casi matutinos.


Como es un hábito todos callaron y siguieron concentrados en lo suyo. Va en busca suyo brincado alegre. El hermano menor percibe el mundo en el que se encuentra, tiene alternativas para escoger en su mente acerca de lo que le sucede al mayor.


Atraviesa la puerta y se dirige al otro lado del estudio. La toca e ingresa. A quien desea hablar se encuentra con los audífonos sobre los oídos. Toma aliento: ”Debo medir bien mis palabras.”


Se acerca a su rostro para posar un beso sobre sus labios, muy pronunciado y dulce.


“¿De qué mejor manera puedo empezar?”


- Jaejoong… -un tanto extraño y sonrojado.

- Yunho… quiero decirte… -que difícil, complicado.

- ¿Pasa algo?

- Eh… -duda-. Este… Yunho, quiero decir…

- ¡No me asustes, ya dime!

- ¡Yunho, quiero un bebé! -gritó desmesuradamente y con los pómulos rojos por la vergüenza ocurrida.

- ¿Qué? -tenía la mirada desviada, lapsus brutus.


El grito desmesurado se oyó en los alrededores. Los demás integrantes de TVXQ empezaron a interrogarse para comprobar si lo que sus oídos habían escuchado era cierto. Después caminaron despacio hasta la puerta y se quedaron allí para oírlo todo con detalle.


- ¡Quiero un bebé, please! -haciendo caritas.


“Creo que sería difícil convencerte, pero soy más testarudo que tú.”


- ¿Te sientes bien? -toca su frente, su rostro, pero no nota calentura.

- ¡Yunho! No seas malito, tengamos un bebé, ¿sí?

- Te has vuelto loco… Quizá sea el estrés.


Los tres menores se observaban con asombro y algunas risitas se oyeron de Yoochun. Changmin le da un lapo en la cabeza y Junsu un tanto asustado y pensativo.


“¿Pero Jaejoong, eso no duele? Ah… ¡Qué raro! Un bebé… No lo había meditado.”


- ¿Por qué eres así conmigo? Estoy bien…

- No, ¿algo te ocurrió? ¡Vamos a casa! -Lo levanta en brazos.

- ¡Bájame, bájame! -comienza a dar patadas al aire molesto, se veía bastante tierno y seductor a la vez, accedió.

- ¡Qué cosas dices! ¿Es broma no?

- ¡Quiero un bebé! -seguía repitiendo-. Yunnie, ¿no podemos tener un bebé? Anda, ¿sí? ¿Qué te cuesta? -se sentó sobre sus piernas y enroscó su cuello con sus brazos-. Di que sí -empieza a besarlo apasionadamente.

- Ah, Jae… -sigue el acto, lo continúa.

- Di que sí, si no, no hay premio en mil años…


“¿Mil años? No es cierto, no lo resistirías mi Yunho. ¡Acepta! No me obligues a cumplirlo.”


- ¿Qué? ¿Otra vez con eso? El trabajo está afectándote, te prometo unas lindas vacaciones. -Se veía aturdido ante la idea.

- Yunho, no te preocupes. Yo me encargaré de darle de comer, lo vestiré, lo bañaré… ¿Sí? Pero claro, también me ayudarás un poco ¿no?


Yoochun seguía carcajeándose.


- Changmin, tengamos un bebé… Anda ¿sí?

- ¿Qué? ¿Qué no era con Su el orgasmo? -qué directo.

- Oye… Changminator te voy a matar -advirtió sonrojado.

- No lo creo. Si se asusta de sólo ver a mi más preciado amigo.


“Ese enorme amigo no puede ingresar a mi casita. Recién la estoy construyendo, puede quebrarse.”


- Ustedes dos son unos pervertidos -ambos se miraron.

- ¿No quieres un YooMinSu?

- ¡Quieren torturarme entre los dos! ¿Un Yoominsu? No, ah… -salió corriendo asustado.


Lo miraba detenidamente, oía cada una de sus condiciones y no podía evitar sonreír.


- Entonces no tendrás mucho que hacer, sólo eso.

- ¿Sólo? ¡Jaejoong, te has vuelto loco!


Lo que debes hacer al nacer un bebé:


• Bañarlo por lo menos 3 veces a la semana.
• Asearlo a diario.
• Cada 3 horas cambiarle los pañales.
• Si llora es por Cólicos o por hambre.
• Si llora en la madrugada o durante la noche debes despertar de tus sueños para ver qué puede necesitar.
• Si llora es porque prefiere a mamá y no a papá -no, es mentira.
• No lo cargues demasiado o no te dejará vivir en paz por el resto de su infancia.
• Darle de comer cada 3 horas.
• Sacarlo a dar un paseo por lo menos 3 veces por semana.


- ¡No, es mucho! ¡No podemos tener un bebé!

- ¿Por qué?

- ¡Joongie, no eres una mujer! ¿Ya lo olvidaste?

- Waaaa… - llora-. ¡Quiero ser una mujer! ¡No, no quiero!

- ¡Jaejoong, no digas tonterías!


Tiempo después se sentaron alrededor de la mesa a charlar.


- Es imposible, a menos que… ¡No!

- ¿Qué piensas? ¡Dime!

- Sería injusto y Dr. Yunho Jung no es así.

- Eres injusto por mantener tus ideas sin revelar.

- A menos que uno, sólo uno sea el padre…

- ¿Qué? ¿A qué te refieres? -muy acongojado.

- Se necesita a una mujer, Aish… -pensativo.

- ¡Yo soy tu mujer, Yunho!

- Ya quisieras… Sí, mi mujer.

- Ah… - Llora-. Eres inicuo, despiadado.

- ¿Quieres que sea franco?

- A ver…

- Uno de los dos tendrá que ser el padre y tendremos que buscar a la madre.

- ¡Yo soy la madre! Yo tuve la idea… Ah… -sigue quejándose inmensamente.

- Ah, que compleja situación.

- ¿Quieres pasar la noche con una mujer, es eso?

- Tú fuiste el de la idea y no Joongie. Pero no hay solución.


Junsu sale corriendo hacia la sala de estar, donde los encuentra inmiscuidos en sus respectivas labores.


- ¡Yunho quiere serle infiel a Jaejoong!

- ¿Ah?

- Sí, oí algo de que necesita a una mujer y el pobre se puso a llorar.

- ¡Imposible! -nuevamente al unísono.

- Junsu, ¿qué haces en bóxers? -inquiere con aire a pedofilia el ratón.

- ¿Qué? -tartamudea-. ¿Qué? No…

- ¡Al ataque por el Yoominsu! -ambos empiezan a correr tras él.

- ¡No! ¡Nooo…!

- ¡Qué trasero más mimoso! Ya pues Su… ¡No seas malito! -lo dice en tono burlón el tercero, tomándolo de los brazos.

- Ah… - tuvo miedo; sus ojos eran orgásmicos.

- ¿A mí si me dejas no, Su? -empieza a acariciar su trasero.

- Changminator, me las vas a pagar…


Sin notarlo las caricias que recibía le agradaban y mucho. Poco a poco fue dejando de quejarse para dar leves gemidos delante de ambos acompañantes.


- Ah… Min… ¡Ya! -inició a masajear su miembro y despertó en él mil reacciones más en su ser, manifestadas en su rostro.

- ¡Me toca a mí! -comenzó a frotar su pecho, mientras iba besando sus labios hasta adentrar su lengua juguetona en la boca del más pequeñín.

- Ah… Chun… Min…

- ¿Quieres? -preguntan al mismo tiempo.

- Ah… sí, sí.


Esa tarde tres seres compartieron sus cuerpos. Su primera ocasión fue allí, en su habitación, con sus dos mejores amigos. Más que amigos después. Los tres compartieron la misma alcoba, la misma cama, las mismas sábanas, el mismo aire, el mismo aroma. Compartieron un placer desmesurado que nunca pensaron encontrar, ese era el poder Yoominsu.


Lo miró de reojo, lo observó un tanto apático y con la cabeza baja.


- ¡Tengamos dos!


Sus ojos se le encendieron al mayor, sus pómulos claros se volvieron rosa para soltar una risa después.


- ¿Dos? -se tapó la boca como era acostumbrado para él.

- No existe otra alternativa, Joongie. A menos que…

- ¡Yunho! -en diminutos instantes dio un brinco sobre él para estrecharlo.

- Jaejoong, me quitas el aire -él también demostraba dicha en sus ojos, aunque todavía veía venir ciertas discrepancias.

- ¿Estás seguro, bebé?

- Vas a tener 3 bebés que mimar.


Se echó a reír y empezó a besarlo dulcemente. El futuro padre de sus bebés correspondió vehemente otra evidencia de su amor.


De retorno a la habitación, yacían aún recostados sobre la amplia cama dos de ellos. Estaba observándolo enceguecedoramente cuando abrió sus ojos y dio un salto de admiración, al encontrarlo a escasos centímetros de él, a su lado diestro.


- ¿Qué haces…? -acurrucó sus labios contra los suyos e hizo estremecer su cuerpo entero.

- Buenos días. ¿Cómo amaneciste, Su? -sus pómulos reflejaban pusilanimidad, pero correspondió sumiso-. ¡Contesta!


El menor del grupo va saliendo de la habitación de baño con el cabello ligeramente mojado, el pecho al aire libre y la toalla blanca puesta en su pronunciada cintura. Junsu se sonroja más al verlo descubierto.

- Despertaste, Su… - se dirigió a su armario y fue sacando sus prendas para entrar nuevamente al sanitario.

- ¿Por qué no te cambias aquí, Min? -se carcajea coqueto.

- Contigo es un riesgo completo -y cierra la puerta.


Yoochun gira su cuerpo y se coloca sobre el pecho del menor.


- Estás muy callado, ¿qué ocurre? -tartamudeó frases incompletas como respuesta-. ¿Te gustó el Yoominsu?

- Eh… -Cabizbajo.

- Junsu -levantó su rostro con el índice de su mano-. Sé que sientes por mí… ¿Por qué no lo dices simplemente?

- ¿Qué? Estas equivocado… ¿Cómo es que los tres hayamos hecho…?

- ¿Eso? -quiere besarlo nuevamente.

- No vuelvas a seducirme, Chunnie.

- ¿Te gusta Min? -sus pequeños ojos engrandecen.

- Susu, al fin… ¡Que bien se siente! -estaba frente a ellos nuevamente-. Tengo hambre… ¡Su, vamos a desayunar!

- Necesito darme un baño, ¿pueden salir de mi habitación? -esto es un juego y el más pequeño nunca pretendió ser un juguete.


Lo más altos se miraron con extrañeza y accedieron. Junsu por algún momento recordó todo lo acontecido en la noche anterior, disfrutó, no cabía cierta duda; a pesar de ello sentía cierta melancolía que iba invadiéndolo. Jamás olvidaría aquella experiencia.


Y en el comedor los futuros padres, sentados uno frente a otro, degustaban del exquisito desayuno elaborado por Jaejoong. Eran cerca de las 10 a.m. Ese día durmieron de más todos, por la larga travesía de la noche anterior


- Me agrada la idea Sr. Jung.

- No soy tan viejo.

- Pero sí mío.

- ¿Dónde está el documento que lo testifique? ¿Acaso usted me compró? -palabras de un dulce abogado.

- Mi amor es la paga… -empezó a reír.


Sus miradas se encontraron una vez más, ellas podían demostrar más que incluso las palabras.


- Amor, no vayas a deprimirte, pero… ¿Cómo crees que conseguiremos a una mujer que esté dispuesta a eso?

- Aish… ¡Ese es el gran dilema! No quiero que alguien ponga sus manos sobre ti… ¿Quién lo resistiría? Yo no… Estas para comerte.

- ¡Ya deja de pensar en eso! Jamás podría estar con alguien más que no fueras tú.

- Ah… - suspira-. Gracias, Yunho. Eres adorable. -El más alto se asoma hacia él y lo levanta para estrecharlo.

- ¿Por qué mejor no lo dejamos así? No quiero mirar a otro lugar, no quiero perderte de vista, Jae.

- Si te distraes podrías, si no, no… No sé, Yunho. No es fácil, ¿cierto? Me emocioné rápido, pero no medí el esfuerzo que se requiere… - acarició la parte baja de su espalda.


Changmin y Yoochun bajan por el desayuno muy callados.


- ¿Es día de premio? -inquiere.

- Chunnie, Min, el desayuno está sobre la mesa de la cocina.

- Pasó el día de premio, ahora es un obsequio… -los labios de Changmin esbozaron una sonrisa; se refirió al YunJae.


Ingresando a ella por un apetitoso desayuno. Fingió indagar el refrigerador, esperando ser interrogado por el mayor.


- ¿Qué diferencia existe? -de un giro voltea su cuerpo tomándolo de la cintura.

- Eres curioso… Un premio se te otorga por alguna acción buena o logro que hayas realizado, en cambio un obsequio se da simplemente por el hecho de ser querido o admirado.


Yoochun desvía su mirada de los profundos ojos de Changmin y mira al suelo. Da un suspiro y eleva su mirada nuevamente a él. Es sincero, el menor puede percibirlo, está en sus acciones, en él, en su todo, hasta en el aire que respira.


- ¿Entonces qué me diste, Min? ¿Qué fue? Esa noche… -sintió cierto nerviosismo, quería oír una respuesta y esperaba que fuera la que ansiaba.

- No… no lo sé, Chunnie.


Changmin en noches anteriores a la reciente noche del trío Yoominsu tuvo a Yoochun a escondidas. Ambos pasaron a ser su primera vez… Desde allí las caricias que se propinaban ambos eran más profundas y enloquecedoras, la confianza era extrema.


- ¿Cómo que no lo sabes? -estuvo al borde de las lágrimas.

- No, Chunito, no vayas a llorar… Ya sabes que no soy poeta como tú -acaricia su mejilla derecha con suavidad.

- Entonces no me hubieras enseñado a diferenciar un premio de un obsequio -soltó varias lágrimas, fue conmovedor; el menor sintió deseos de enlazarse a él.

- Chunnie… ¡cálmate! Tómalo con calma, ¿sí? -acarició su espalda y besó su mejilla cuantas veces pudo.

- Yo te quiero, Min… Yo te di un obsequio. ¿Qué pudiste darme tú? ¿O no fue ninguno? ¿Simplemente una noche?

- Shhhh… no soy nada cursi… - fue rozando sus labios por el cuello de su amante adquiriendo su aroma-. Me gusta tu perfume…

- Pero eres directo… Me gustas tú… - se acercó a su oído para decírselo ahí de cerca. Comenzó a lamer cada extremo, a chuparlo, a morderlo; después, bajó a su cuello e hizo lo mismo.


Alguien los detuvo, oyeron sus nombres a toda voz. Despertaron de su sueño.


- Ya vamos… -gritó Changmin desde la cocina.

- Ah… -Yoochun se acercó al lavabo y sumergió su rostro en agua para bajar así parte de lo rojizo de sus ojos y mejillas.

- Me prendiste… -se acercó por atrás y le hizo sentir su erección rozándolo sin compasión. Su corazón dio un vuelco y sintió más recio aún su miembro.

- Ay, Min… -se quejó, le gustaba; lo volvía loco.

- ¡Vamos! Están esperándonos. -Lo tomó de la mano y antes de salir hizo recorrer la mano de su acompañante sobre su miembro incitándolo.

- Quiero… - se mordió los labios-. ¡Min, vamos! ¡Quiero!

- ¿Qué quieres? Vamos, están esperándonos.



Continuará...