Déjate amar cap 11

Min apenas durmió, se levantó muy temprano, no podía sentir nada... dolía tanto que ya no podía sentir ni el mismo dolor. Se preparó para el desayuno. Al entrar al comedor sus padres estaban allí, con aquella joven... que llegó para sembrar el caos en su vida y dejar su corazón lleno de pena.

-Buenos días.
-Min, cariño -su madre lo besó, saludó inclinándose al que se había convertido en su padre-. Cariño, déjame presentarte... ella es Sunny -él la saludo educadamente.
-Es un placer.
-Vaya, eres muy guapo -sonrió alegremente. Entonces entró él y Min alzó sus ojos buscando la mirada de Yoochun, sólo para ver como aquella hermosa joven se ponía en pie para besarlo.
-Chunnie, buenos días, sabes... mis padres me matricularon en tu mismo colegio -Min quiso gritar, pero bajo la mirada y se levantó de la mesa.
-Tengo que irme antes mamá.
-Claro cariño.
-Yoochun, ¿llevarás a Sunny verdad? -ya no quiso oír más. Salió del comedor, cuando sintió la mano de Yoochun...
-Min, por favor...
-Cállate...
-Escúchame, sé que debí...
-No te preocupes, por lo visto al final todas tus palabras fueron vacías. -Salió de allí corriendo, con los ojos llenos de lágrimas.


Estaba en los jardines del instituto cuando llegaron Jae, Junsu y sus novios... por sus caras, lo sabían.

-Min...
-Él, Jae, tiene prometida -se abrazó al joven para llorar y alzó sus ojos llenos de lágrimas.
-Lo lamento -se limpió el rostro.
-¿Cómo pudo no decirme nada...?
-Es un compromiso de familias pequeño... -entonces Min se levantó, ya no llorando, sino furioso.
-¡Lo sabías! -los miro a los cuatro-. Entiendo, él es vuestro amigo y yo sólo un imbécil...
-¡Min, no! -empujó a Jae.
-No debí haber confiado en vosotros, tenía que haber sabido que no existe la bondad. -Corrió hacia su aula oyendo los gritos de los chicos.

Min entró al aula primero y lo peor que pudo haberle sucedido pasó... Ella estaría en su clase. Se presentó ante todos y se sentó junto a Yoochun, sus miradas se encontraron y Min palideció, pero no lloraría más... Simplemente hizo lo que mejor sabía, encerrarse y alejar el mundo de él. Cuando oyó a unos chicos reírse de él no hizo nada ni los miró, pero esos jóvenes no estaban contentos con esa respuesta y lo empujaron.

-Vaya, Yoochun te folló y ahora te dejó por esa lindura -Min alzó su mirada...
-Así es... me folló y ahora me sustituyó por ella ¿es lo qué queríais oír? -lo dijo en alto y se hizo el silencio, miró atrás y ahí estaba Chunnie y los chicos con los ojos abiertos... la cara de Yoochun estaba llena de lágrimas... Changmin lo miró vaciamente y sonrió, pasó a su lado.
-Min... yo... necesito hablarte...
-Claro, hablemos... -se encaminaron hacia el jardín-. Bien, habla. -Se sentó en un banco sin mirarlo.
-Yo... nuestras familias acordaron nuestro matrimonio cuando éramos unos niños... ¡pero te juro que yo no la amo! -Min lo miró y Yoochun se asustó. Allí no estaba la mirada de su niño, volvió de nuevo aquel joven triste y frío que conoció-. Min te lo juro, ¡entre ella y yo no hay nada! -Min quiso creer, pero tenía tanto miedo.
-Yoochun... vamos despacio, estoy dolido...
-Sí, lo que tú quieras, lo haremos así -sonrió y le tomó las manos, se las besó y suspiró también, al oír el suspiro de su hermoso niño. Salieron hacia el coche, donde los esperaba Sunny, quien se sentó delante, pero Yoochun lo miró sonriendo... Él se sentó atrás con una pequeña sonrisa en sus labios y con un corazón lleno de esperanzas.
-¿Sabes Yoochun?, esta noche hay una fiesta en casa de Yoona, ¿la recuerdas?
-Sí, tu prima.
-Nos invito, ¿por qué no vamos?
-Bueno yo... Min, ¿irás verdad? -sin más aquella noche salieron para la famosa fiesta.

Min no deseaba ir, pero esa noche se encontraba en el coche, con Sunny y Yoochun, el cual le miraba sonriendo y eso mitigaba su dolido corazón.

Al llegar Min aprovechó y se dirigió hacia la terraza, se sentó respirando profundamente y miró hacia el salón, viendo a Chunnie bailar con Sunny sintió que algo pasaba... Su novio miraba a esa chica con demasiada dulzura. Tembló de miedo y sus antiguos temores volvieron, pero entonces llegaron Jae y Junsu...

-¿Podemos hablar contigo...?
-Claro... -ambos chicos se sentaron junto a él.
-¿Nos odias...? -susurró Junsu.
-No, lo entiendo, él es vuestro amigo.
-Pero Min, tambien tú eres nuestro amigo...
-Sí, lo sé, pero a mí me conoces desde hace poco, en cambio llevan toda una vida con él... de veras lo entiendo... -ambos jovenes suspiraron traquilos-. No estoy enfadado, de veras.
-¿¡Yoochun te contó todo!? -Junsu sonreía.
-Sí -pensó rápidamente- y también lo de Sunny.
-Vaya... -vio como abrían los ojos.
-No pasa nada.
-Bueno,... ellos estuvieron juntos un año y ella lo dejó para irse a América... -Min palideció, pero sonrió de todas formas.
-Sí, ya me contó.
-¿No te importa que ellos fueran pareja?
-Bueno... ella es su pasado... -los chicos sonrieron y salieron al encuentro de sus parejas.

Min respiraba muy fuerte. ¿Cuántas mentiras más le ocultaba Yoochun? Se dirigió hacia él cuando vio como acompañaba a Sunny hacia el jardín, los siguió hasta una parte alejada donde ambos se sentaron y pensó que juntos eran una hermosa pareja-. Eso es lo natural... - susurró Min-, un hombre y una mujer. -Sintió lágrimas caer cuando se acercó más para oírlos.

-Yoochun aún te amo... y regresé por ti...
-Yo... ahora yo...
-Yoochun... ¿aún me amas? -Min aguantó la respiración...
-Sunny... aún siento algo por ti, no te mentiré -el corazón de Min se paró y llevó su mano a aquel lugar pensando que moriría allí mismo.
-¡Yoochun...! Déjame ganar tu amor...
-Estoy confundido... -Min no quiso oír más y salió de aquella fiesta. Caminó hacia su casa.

Al entrar vio a su madre bailar en el salón con el señor Park y sonrió... -Mami... cómo me alegra verte feliz... -Sin molestar se dirigió a su habitación donde se acostó sorprendido de sí mismo, ya que no podía llorar, aún así se fue quedando dormido...


Esa mañana no acudió a clase. Mintió y dijo que se encontraba muy mal... Yoochun se enfadó porque se había ido solo.

-Lo siento, me encontraba mal -le dijo y vio como el joven no le creía del todo, pero él salió a buscar a Zuñí mientras miraba ansiosamente a Min.

Min lo miró por la ventana mientras llorando decía:

-Que seas feliz mi amor... yo siempre te amaré... -Puso ropa en una maleta, cosas sencillas como abrigos y pantalones; salió de aquella casa dejando una carta de despedida. Sabía que su madre no le dejaría irse, pero él ya no podía estar allí... Se encaminó a la estación y se subió a un tren; miró como se alejaba de su hogar y de su amor...- Adiós... -sollozaba, mientras la ciudad de Seúl iba haciéndose más pequeña en la distancia.

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