-¿Cuál es su nombre?
–Kim Jaejoong
–Sr. Kim Jaejoong, ¿cuántos años tiene?
–Recién cumplí los dieciocho.
–Es usted muy joven… El profesor Huld piensa que, de algún modo, usted necesita asistir a terapia. ¿Qué cree que lo haya llevado a pensar de tal modo?
–¿Es usted casado?
–¿Perdón?...
–Ah, lo siento… no debí preguntarlo, si es más que obvio al ver su sortija. ¿Es feliz?
–Naturalmente, estoy muy enamorado de mi esposa.
–Oh, ya veo… con que se trata de ‘amor’.
-Ese tono que usted ha utilizado, me hace pensar que ha tenido alguna mala experiencia. ¿Quisiera hablarme de eso?
–Yo estuve enamorado, hace mucho tiempo, era un amor platónico. En las noches, antes de dormir, soñaba… soñaba despierto… me gustaba imaginar que de alguna forma extraordinaria llegaba a conocerlo y él, se enamoraba de mí, con la misma o quizás más intensidad… y todo valía la pena… me quedaba dormido pensando en ello…
–¿Aún lo ama?
–Si… igual o más que antes, pero… El odio que le tengo es aún más fuerte, ese odio es el que me hace levantarme día a día, esa sed de venganza es la que me da ánimos… es mi mayor motivación…
–¡Tranquilícese!... Esta usted temblando.
–Woow… de cerca luce más atractivo… y yo, ¿le parezco atractivo?
–Guarde su distancia, por favor…
–¿Qué es eso? ¿Una grabadora?
–Si, es un recurso que suelo utilizar en mis sesiones.
–Que interesante Dr.… ¿Long, verdad? Si. Tal vez desee, entonces, hacer que sus grabaciones sean más interesantes…
–¿Pero que… aaahhh…
HOSPITAL DE SEÚL
[Punto de vista del narrador]
La mañana recién comenzaba. Los empleados del hospital se preparaban para lo que seguro sería un ajetreado día, ya que comúnmente, la gente aprovechaba los domingos para ir a visitar a los pacientes que se encontraban internados.
En una de las habitaciones, del piso en que se estaban los casos ‘especiales’, se encontraba un hombre quién había sido el afortunado en ser el primer visitado. Él daba vueltas de aquí para allá por la habitación, moviendo cosas (en general marcos con fotografías), como para hacer un poco más vistosa aquella blanca estancia.
En un sillón, que estaba ubicado frente a la cama, un joven veía con una sonrisa las acciones del hombre mayor. Se trataba de Jung Yunho, hijo del paciente, quien estaba muy feliz al ver a su padre tan feliz y lleno de vida, como hacía mucho no lo veía.
–Sr. Jung, no puede andar paseándose tanto, su condición apenas ha mejorado un poco. No queremos que recaiga de nuevo, ¿o si?- Una de las enfermeras, que justo acababa de entrar, reprendió al paciente de una manera amorosa, lo tomó del brazo sutilmente y lo ayudó a sentarse junto a su invitado.
–Gracias, Sunye.- Le dijo Yunho a la vez que le dedicaba una sonrisa. Ella solo asintió con la cabeza, regresando el gesto y salió de la habitación para darles un poco de privacidad.
El padre de Yunho no parecía poner atención en nada en particular, miraba a hacia todas direcciones, tal vez inspeccionaba que las cosas que hubiese movido antes lucieran bien en su sitio actual. Pasados unos segundos más en que la inspección terminó, por fin concentró su atención en el joven frente a él.
Hizo un gesto curioso, de exaltación, como cuando reconoces a alguien. Eso causó emoción en el corazón de Yunho.
–Usted…- Dijo algo dudoso el Sr. Jung – usted es cantante, ¿verdad?
–¿Por qué pregunta eso?- De todas las cosas que Yunho se llegó a imaginar que su padre le diría, jamás se imagino esa. El hombre frente a él no parecía muy seguro de lo que hablaba y el cuestionamiento a su pregunta lo aturdió un poco, pero después se animó a contestar…
–Alguien, me trajo unos discos…- dijo sin mirarlo y se levantó a prisa, fue a un mueble que estaba junto a su cama y sacó algo de un cajón- aquí están. Usted es el joven de la portada…
–Ah, si. Soy yo...- Respondió quedamente, pensando que después habría de tener una seria conversación con su novia.
–Los estuve escuchando… son muy buenas sus canciones.- El viejo volvió a sentarse junto al joven. Yunho tenía sentimientos encontrados, era su padre el que estaba alabando su música… esperó por tanto tiempo para escuchar palabras como esas pero… ahora, y en esta situación.
Quiso llorar como un bebé y abrazarlo, también, quiso gritarle y reclamarle por no haberle dicho eso antes… pero ambas cosas eran inútiles así que no hizo ninguna.
–Se lo agradezco, pero hace años que me he retirado de los escenarios .Ahora aborrezco la música y todo lo que tenga que ver con ella.
–¿Por qué?
–…- Ahora le preguntaba el por qué. Era todo tan ilógico para Yunho, pero debía traducir eso como una característica más de la condición de su padre.-Porque ese mundo es todo un montón de mierda al que no quiero regresar… además, ya nadie se acuerda de mí. Así son las cosas allí, solamente si te mantienes activo musicalmente cada segundo de tu vida se acuerdan de ti… cuando no lo haces te olvidan tan rápido como si jamás hubieses existido.
–Pero… ¿y sus seguidores?
–Já, todos estaban enojados conmigo, me reclamaban, me insultaban en la red, pero ni uno solo se molestó en preguntarme que me pasaba, como me sentía…nadie.- Se había acelerado mucho, no se había dado cuenta de todo lo que tenía guardado y aprovechó la pregunta de su padre para descargarlo.-No tardaron mucho en olvidarme, ahora siguen a uno de los muchos que han salido… de esos que solo mueven la boca mientras bailan.
–Entonces hiciste muy bien, muchacho.- Le dijo su padre mientras le daba una palmada en el hombro.- Mi hijo anda entusiasmado con eso de la música, pero le contaré tu historia y tal vez deje esas tonterías de una vez.
–Si, tal vez lo haga…
DOS SEMANAS DESPUÉS
[Punto de vista Kim Junsu]
Es domingo. Como hoy nadie trabaja nos levantamos más tarde que de costumbre, tanto, que se nos junto la hora del desayuno con la comida.
Jae como de costumbre se ofreció a preparar los alimentos, nosotros comimos rápidamente por el hambre acumulada, pero una vez que terminamos nos dimos cuenta que no teníamos nada que hacer, o por lo menos ese era mi caso.
Yoochun se fue a la sala, donde se dejó caer en un sillón y le cambiaba de canal a la televisión con el control remoto, no parecía gustarle nada de lo que veía porque tenía una cara de aburrimiento terrible. Changmin, por su parte, estaba encerrado en la habitación que compartía con Yoochun haciendo no se que cosas. Yo ayudaba a Jae a recoger la cocina cuando escuchamos la voz de Yoochun desde la sala.
–¡Oigan!, ¿qué tal si rentamos unas películas para ver esta tarde?- Dijo arrastrando un poco las palabras, como si en cualquier momento se le fuera a escapar un bostezo.
–Lo siento, pero yo tengo una cena de negocios hoy…-contestó Jaejoong sin dejar de secar los platos que ya estaban lavados para luego dármelos y yo guardarlos- pero Junsu no tiene nada que hacer...- Cuando dijo eso me miró levantando una ceja y mostrándome una de esas sonrisas tan maliciosas pero a la vez tan encantadoras que solo él sabía hacer. ¿Qué quiso decir con eso?
–Bien, entonces seremos solamente nosotros dos, ya que Changmin está demasiado deprimido…
–¡QUE NO ESTOY DEPRIMIDO!-Las palabras de Yoochun fueron interrumpidas por un grito procedente del pasillo que conducía a las habitaciones. Que aterrador, Changmin-shi si que tiene un gran oído.
–… ¿te parece, Junsu?-Yoochun continuó, ignorando totalmente el grito de su amigo.
-Sip, me parece una buena idea.-Le respondía asomándome un momento por el hueco en el muro de la cocina por el que se podía observar el comedor y, un poco más allá, la pequeña sala.
–¡Bien!... Entonces, apúrate para poder ir a traer las películas y, de pasada, comprar unas cuantas bolsas del súper cargadas con comida chatarra… ¡Oh, si!- Su entusiasmo hizo que me riera un poco cuando guardaba el último traste que quedaba en la alacena.
De pronto sentí como me jalaban por los hombros y me estampaban en la pared del rincón de la cocina, cerca de la puerta. Abrí los ojos, después de que los había cerrado por reflejo, y me encontré con el rostro de Jaejoong cerca… tan cerca que… como aquella vez hace dos semanas, pensé, ilusamente, que por fin me concedería el placer de tocar sus labios.
–Éste es el día…- Me dijo, haciendo que su aliento chocara directo contra mis labios. No podía pensar, no podía hacer nada más que ver como tonto sus labios, pero me las arreglé para decir algo…
–¿Qué?- Pregunté aturdido, quise ser más explícito con mi pregunta pero me fue imposible.
–Hoy, estarán solo tú y Yoochun en la casa…-susurraba, y en momentos lanzaba una mirada al hueco en la pared como temiendo que Yoochun nos fuera a escuchar, pero el sonido de la televisión estaba muy alto.-…así que podrás hacer lo que te pedí.
–…-no dije nada. Claro que recordaba nuestro pacto, pero durante este tiempo quise olvidarlo y soñar con que Jaejoong lo olvidaría también, pero él no olvida nada…
Al ver que no recibía respuesta alguna de mí, frunció el seño y me miró desconfiado.
–¿O es que ya te has arrepentido?...si es así, yo no tendría ningún problema en quedarme en Corea trabajando con Yunho ~
–¡No!- El solo imaginar la pesadilla de quedarnos aquí, quedando a la merced de ese tal Yunho me hizo alzar la voz, pero él inmediatamente puso su dedo índice sobre mis labios, acallándolos.
–Shhh… está bien…-me sonrió una vez más, luego se inclinó ligeramente, colocando su cara en el espacio entre mi cuello y mi hombro.- pero tienes hasta hoy para empezar.
–Pero…-Iba a quejarme de la fecha límite que me había dado para empezar con esta bajeza pero, al sentir su lengua hacer un recorrido corto pero lento y tortuoso sobre mi cuello, toda idea me abandonó.
–¿Aún no acaban?- Gritó Yoochun desde la sala. Jae se apartó de mí al escucharlo y me llevó a empujones a la sala.
–Ya hemos terminado, así que puedes llevarte a mi amigo, solo espero que me lo cuides muy bien.-Dijo Jaejoong cariñosamente mientras pellizcaba una de mis mejillas como si fuera un bebé.
HOTEL IBIS SEOUL AMBASSADOR
[Punto de vista Jung Yunho]
–Estas son las cifras que arrojó el nuevo estudio de mercado.- Me dijo Donghae cuando me pasó la carpeta con hojas llenas de un montón de cifras, tablas y gráficas.
–Esto significa…- dije viendo en cada una de las hojas lo que era evidente, aunque solo se leyera superficialmente.
–Significa que nuestro amiguito tenía razón.- Intervino Heechul, quien se encontraba sentado a un lado de nuestro viejo amigo de negocios.
Miré en dirección a nuestro ‘milagro salvador’, quien al verme alzó una mano saludándome y sonriéndome, como esperando a recibir una estrella dorada por su gran acierto.
–Muy bien niño, haremos lo que tú digas.- Despeiné sus cabellos como ya se me había hecho una costumbre, y, antes de que me reclamara por haberlo llamado así, levanté mi copa en dirección a mis acompañantes.- Entonces, brindemos: ¡Por nuestros clientes ricos a los que no les importa gastarse todo su dinero con tal de usar algo ‘innovador’!
-¡Así se habla, hermano!- Dijo Heechul entusiasmado mientras pasaba un brazo por encima de los hombros de Donghae.
–¡Salud!-dijimos todos al unísono.
No pude evitar desviar mi mirada hacia mi derecha, donde se encontraba Jaejoong. Desde el momento en que nos trajeron las bebidas me pareció peculiar la forma en que miraba su copa, tan desconfiadamente, y hasta el momento ni siquiera la había tocado. Esas acciones me llevaron a pensar que tal vez no estaba acostumbrado a ello, aunque no quisiera decirlo, probablemente para no hacer más notoria su diferencia de edad, y mis suposiciones fueron confirmadas al ver los raros pero adorables gestos que hacía mientras daba un pequeño trago a su bebida.
–¿Ya saben quién les hará la propaganda?- Preguntó Donghae algo curioso.
–No. Hemos hecho un aproximado de lo que gastaremos y lo hemos ya incluido en el presupuesto, pero aún no pensamos en alguien en específico.- Respondió Heechul mientras se servía otro tanto de vino de la botella que estaba en nuestra mesa.
–¿Su geniecillo no les propuso nada?- Volvió a preguntar Donghae, molestando un poco a Jaejoong, cosa que me pareció muy descortés de su parte, ya que solo lo ha conocido de hoy.
–¡Hey! Yo no tengo la culpa… recién acabo de llegar a Seúl y aún no estoy familiarizado con los proveedores de ese servicio.- Reclamó Jaejoong haciendo su ya tan conocido gesto, inflando ligeramente sus mejillas. Donghae por su parte no hacía más que mirarlo totalmente embelesado de una forma descarada.
–¿Tienes algo en mente, Donghae? – Le pregunté, en parte por verdadera duda y en parte por querer alejar su mirada de Jaejoong. De cierto modo en estas dos semanas le he tomado cierto cariño, que incluso hace que me sienta como su hermano mayor y a veces me dan estos impulsos de protegerlo de las miradas evidentes de aquellos que quedan deslumbrados por su persona.
–Si, pero no quería decírselos hasta estar seguros que aún no tenían nada mejor. Una pequeña empresa de publicidad recién ha comenzado a expandirse, según me han dicho todo ha sido porque, al que igual que ustedes, cuentan con un prodigio en el tema de la creatividad…sus servicios, por estar en tal proceso, no son muy costosos y como ya les he contado se trata de una gran calidad.- Heechul y yo, como siempre, con la pura mirada consultamos nuestras opiniones y ambos asentimos complacidos.
–Entonces, mañana temprano podría enviarme la información del negocio y yo le diré si la aceptaremos.- Antes de que mi amigo o yo dijéramos algo, mi joven asistente ya había respondido con una gran seguridad a Donghae. ¿En qué momento le confié tales atribuciones?
–Muy bien, entonces así se hará.- ¿Y en qué momento mis amigos comenzaron a superponer sus disposiciones a las mías? Yo presenciaba incrédulo la escena, entonces vi como Heechul también asentía y se levantaba de la mesa.
–Bueno, creo que será mejor que Donghae y yo nos dirijamos a la zona del bar… para ver la ‘variedad’ que hay aquí.- Dijo mi excéntrico amigo guiñando un ojo, entonces, Donghae se puso de pié también.
–Y, ¿por qué solo ustedes dos?- Yo no soy tan cercano a Donghae como Heechul, pero no me sentía cómodo siendo desplazado y dejado a solas con este chico.
-Porque, señor presidente, le recuerdo que usted tiene novia y su compañero es demasiado pequeño para estas cosas, así que te lo dejo para que tú te hagas cargo de él.- Y diciendo eso se marcharon, hablando ruidosamente, alcancé a escuchar como Donghae le hablaba acerca de una chica que era justo su tipo y Heechul lo cuestionaba acerca de ella muy animado, así siguieron, caminando entre las demás mesas, hasta que desaparecieron de nuestra vista.
Se hizo el silencio, un silencio muy incómodo… o al menos lo era para mí ya que Jaejoong solo se limitaba a mirar a su alrededor, con sus grandes ojos curiosos como queriendo memorizar cada palmo del restaurante de este lujoso hotel.
–Ya no has tocado tu bebida, ¿no te gustó?- Pregunté, recordando la duda que antes había tenido.
–¿Eh?... Ah, es que no tengo ganas de beber hoy.- Me miró como salido de un trance cuando lo llamé, pero cuando cayó en cuenta de mi pregunta se notó algo nervioso.
–¿Ah, sí?-Le pregunté sospechosamente, el mordió su labio inferior evidenciando su mentira.- Yo más bien pienso que no puedes.
–¡Claro que sí!-me respondió ofendido. Entonces, tomé su copa, que ya estaba algo vacía, y la volví a llenar.
–Bueno, acompáñame entonces.- Y llené la mía también.
Era un reto y él lo sabía, estas semanas me habían valido para conocer lo grande que era el orgullo de Kim Jaejoong. A veces se mostraba frágil y tímido, pero poco duraban esos estados, en su mayoría, cuando hablábamos en mí oficina de cosas de negocios, salía a relucir un Jaejoong seguro y notablemente inteligente, que por eso mismo tenía una convicción y ego del tamaño del mundo.
Había tomado ya la copa en sus manos, pero lo estaba pensando demasiado, incluso con mi reto a su orgullo le costaba hacerlo, pero cuando vio que yo ya había llevado a mis labios mi copa de vino no le quedó de otra más que seguirme. Y así seguimos, una tras otra, tras otra, tras otra…
Cualquiera que fuese el motivo que le impidiese beber momentos antes, parecía haberlo olvidado. Las caras graciosas que hacía cuando el líquido pasaba por su garganta poco a poco fueron disminuyendo, hasta que se hicieron nada. Él estaba totalmente ebrio. Y yo mismo me vi envuelto en mi propia jugarreta, ya que al estarlo incitando a que bebiera más yo también bebí más de lo que estaba acostumbrado, ahora, estábamos los dos riéndonos en la mesa como un par de idiotas.
–Oye, ¿dónde estará Heechul?- Le pregunté (aunque estaba consciente de que él no sabía la respuesta) mirando a todos lados.
–No se ~ … seguramente él y Donghae-shi están en el mismo estado que nosotros por algún lugar.- Nos soltamos a reír de nuevo al imaginarlo, entonces vino a mi mente una idea.
–Oye… ¿qué te perece si les jugamos una bromita?- Le pregunté acercándome a su oído, perdiéndome durante unos instantes en su delicioso aroma. Él asintió con la cabeza mientras me sonreía.- ¡Mesero!, ¡Venga aquí un momento!- Le grité a aquél hombre con cara restirada, quien inmediatamente se presentó en nuestra mesa.- El Sr. aquí presente y yo tenemos que marcharnos, pero mí amigo el Sr. Heechul (¿si lo conoce usted verdad?)- él asintió y proseguí-bueno, él se encargará de la cuenta.
–Está bien, Sr. Jung- Respondió con su voz que encajaba perfectamente con su cara restirada.- ¿quiere que mande traer su coche, señor?- Preguntó mientras Jaejoong y yo nos reíamos por lo bajo al pensar en nuestra pequeña travesura.
–Si, por favor.
APARTAMENTO
[Punto de vista Kim Junsu]
Tenía prácticamente encajadas las uñas de mis manos en el sillón. Pero ese había sido el convenio, Yoochun escogería una de las películas y yo la otra, lo que no sabía era que él tiene una gran afición por las películas de terror, afición que yo no comparto en lo más mínimo. Pero gracias al cielo todo había terminado, ahora tocaba el turno de mi hermosa comedia romántica, sin sangre, sin música dramática en cada momento, ni cosas raras saltando a la pantalla.
Yoochun se había aproximado a la televisión para preparar la nueva película, yo trataba aún de calmarme un poco y convencerme de que nada malo aparecería en la noche para intentar comerme. Entonces me vi atacado por un fuerte olor a una fragancia ácida, miré alrededor y me percaté de que esa masculina toxicidad provenía de Changmin, quien iba saliendo del pasillo a mi izquierda.
–Voy a salir, no me esperen.- Dijo al momento en que abría la puerta, pareció que Yoochun iba a decir algo pero Changmin fue más rápido.- ¡Y no estoy deprimido!- exclamó por último, saliendo del apartamento dando un portazo.
–Pff… típico de Changmin.- escuché a Yoochun bufar con una sonrisa irónica en su rostro. Después se separó del aparato verificando que todo estuviera listo, entonces, regresó a sentarse en el sillón, a mi derecha.- Bueno, ahora sigue la tuya, pero te advierto que ese tipo de películas me hacen llorar… así que en tu conciencia caerá.
-Jeje, pues creo que seremos dos.- Le confesé algo apenado. Aunque este tipo de tramas sean mis preferidos, por lo general termino llorando, ya se de alegría por el bello final feliz o de tristeza por alguna trágica separación.
–Mejor aún, limpiaremos mutuamente nuestras lágrimas.- Ambos reímos un poco y luego, Yoochun puso ‘reproducir’ al control remoto.
Como siempre, la trama parecía tener el mismo patrón que muchas otras que ya había visto y que siempre lograban recordarme mi propia historia, un par de personas, una de ellas sufre el amor no correspondido de la otra… “Jaejoong” suspiré su nombre para mis adentros. Entonces recordé que se supone que debía de estar cumpliendo con mi misión, y ya había perdido valioso tiempo por estar temblando de miedo en la película anterior.
En verdad, no quería hacerle eso a Yoochun, además de que tampoco estaba seguro de que cualquiera que fuese el plan de Jaejoong fuera a funcionar, ya que no creo que Yoochun se fije en mí, no soy nada en especial. Sumándole a eso, es que no tengo idea de cómo se ‘seduce’ a alguien…
Miré de reojo Yoochun. Se veía muy concentrado en la pantalla, a comparación mío que ya me había perdido gran parte por estar pensando y seguro por eso ya no entendería lo demás. Discretamente comencé a recorrerme un poco de mi lugar, para acercarme un poco más a Yoochun. Pero mi acción no tuvo ningún efecto en mi acompañante.
¿Qué más puedo hacer?, ¿qué más?… Ojalá fuera tan bueno como Jaejoong para estas cosas, pero yo jamás me atrevería a actuar como él. ¡Me da mucha pena!... ¡Ya sé! Tal vez sea buena idea desabrochar mi chaqueta.
Y eso intenté pero, por mi nerviosismo el zíper de la misma se atoró con la playera de abajo. ¡Ah, que mala suerte!
[Punto de vista Park Yoochun]
Trataba de concentrarme en la película, juro, en serio, que estaba tratando con todas mis fuerzas… pero no podía dejar de verlo cuando se encontraba distraído, sus ojos, sus gestos, sus labios. Más difícil me resultó concentrarme en ese par de enamorados del trama sentimental, cuando Junsu se acercó más a mí, no sé por qué lo habrá hecho, pero desde hacía rato que lo notaba pensativo, tal vez aún tenía miedo por la película de hace rato, sobre todo por la oscuridad de la habitación.
Entonces vi que empezó a desabrochar su chaqueta, aunque más bien parecía que en vez de eso había empezado una lucha a muerte con el zíper que ella poseía ya que por más que intentaba éste no bajaba. Sonreí disimuladamente ante su acto tan lindo, pero esa sonrisa desapareció en el instante que vi, cuando su playera se levantó junto con su chaqueta, aquellas marcas en su piel, que desaparecían ocultándose debajo de su pantalón.
–¿Qué es eso?- Dije entre asustado, preocupado y algo confundido.
Junsu no se había dado cuenta que yo lo observaba, por eso se sobresaltó un poco al escuchar mi voz y cuando se dio cuenta a que me refería, bajó su playera rápidamente y se volteó en dirección contraria a mí.
–Nada.- Me dijo nervioso, manteniendo ambas manos en la parte inferior de su chaqueta y playera como asegurándose de que por ningún motivo se fueran a levantar de nuevo.
–¡No me mientas~!... vi algo en tu piel. ¿Cómo te hiciste eso?- El pregunté mientras jaloneaba ligeramente la tela de su chaqueta, pero él seguía sin mirarme.
–No… no es nada…-Me dijo alejándose, pero no lo suficiente para quedar fuera de mi alcance.
–Que si es algo, yo lo vi… ¡muéstramelo!- Entonces hice que se volteara y me viera de nuevo.
Noté que estaba asustado, pero le sonreí para que viera que no estaba molesto, solo me preocupaba lo que le hubiese pasado para que esas marcas verdosas se formaran en su pálida piel. Pero como se mostraba reacio a mostrármelas empezamos con una especie de forcejeo amistoso.
–No, Yoochun~…
–Te lo pedí por las buenas Kim Junsu, ahora harás que recurra a mi arma secreta.- Él se retorcía de un lado a otro, tratando de evitar que levantara sus prendas para certificar lo que decía.
–¿Qué arma?
–Te enfrentarás a las letales cosquillas – le contesté lanzando una risa malvada a la vez que empezaba a picar sus costados y él empezaba a ceder de inmediato.
–¡No! Jajajajá… detente… jajaja- No me iba a detener, no hasta descubrir uno de los misterios que guarda este chico.
Tenía mi vista puesta en los lugares donde iba ‘atacando’, pero un impulso repentino me llevó a querer ver su rostro, fue ahí cuando me di cuenta que estaba a escasos centímetros del mío, entonces, me quedé tieso… ¡al diablo con las dichosas marcas! ¿A quién le importan ahora?, al diablo también con la película esa, al fin todo es una farsa, ¡al diablo todo!... ahora solo quiero mirar a Junsu.
Él se quedó estático también, pero su vista estaba baja y sus mejillas se tornaron algo rojizas… no se alejaba, ¿por qué no te alejas? Si sigues allí corres un garbe peligro ¿no lo ves? ¡Estoy a punto de besarte! ¿Acaso no notas mis obscenas miradas dirigidas directo a tus labios?.. Pero tú solo te quedas allí, sin decir nada, respirando igual de rápido que yo.
–Junsu…- le llamo, pero no me mira. Aún así sé que me escuchó por lo que continúo.- Junsu yo… puedo… ¿puedo besarte?
Me fue imposible resistirme a preguntarle, no perdía nada con intentar. Pero cual fue mi sorpresa cuando vi que él, sin mirarme todavía, asentía con la cabeza y el rojo de sus mejillas aumentaba.
No podía sentirme más feliz… llevé una de mis manos a su mejilla y saltó un poco, como temeroso. Me fui acercando y, antes de que nuestros labios se tocaran…
–Cierra los ojos…-le pedí en un susurro, el me obedeció y por fin nuestros labios se encontraron.
Un solo toque, superficial pero tan embriagante, no se que pasará después de esto así que no voy a desaprovechar mi oportunidad, moví mis labios contra los suyos. Él, como si fuese a perder el equilibrio se sujeto de mis costados. No me atreví a llevar el beso más lejos, por mucho que lo quisiera, no me atrevía a hacer eso estando las cosas así de confusas, solo me extasié de sus labios recibiendo nerviosas y adorables respuestas de su parte, pareciera que solo imitaba lo que yo hacia.
Pero todo termina y así terminó esto, cuando él cambió la posición de sus manos y las puso sobre mi pecho alejándome un poco, creo que le faltaba aire. Yo lo dejé libre, a decir verdad ya había recibido más de lo que esperaba.
Algo incómodos regresamos a nuestros lugares y de nuevo fijamos la atención en la televisión. Para colmo, estaban pasando una escena ‘romántica’. Junsu no había quedado muy lejos de mí, sin voltear mi cabeza vi como llevaba su mano izquierda a donde se encuentra su corazón, y con la otra se apoyaba en el sillón, siempre manteniendo su vista en la pantalla, yo, sin embargo, no podía dejar de verlo y pensar en lo que había pasado.
–Junsu…-me había acostumbrado a llamarlo, me encantaba su nombre.- ¿ese fue tu primer beso?
–Si…- Dijo en una voz muy queda. Por fin puso su mirada en mí, y yo me sentía tan nervioso y feliz, estaba experimentando lo que la gente suele decir, eso de las ‘mariposas en el estómago’.
Puse mi mano sobre la suya que estaba apoyada en el sillón.- Gracias- Le dije y después él tomó mi mano también.
CENTRO NOCTURNO EN SEÚL
[Punto De vista Shim Chanmgin]
En mi afán por demostrarles a todos que no me encontraba ‘deprimido’ como tantas veces habían asegurado esas dos semanas, me salí del departamento con uno de mis mejores atuendos y me dirigí al sitio que comúnmente frecuento, pero que tenía olvidado desde hacía tiempo. Espero que haya algo bueno esta noche, ya que no tengo intenciones de regresar al apartamento hoy, o por lo menos no solo.
Entré al lugar sin ningún problema, obviamente, pues ya soy conocido en el lugar. El ensordecedor ruido se hizo presente una vez que puse un pié adentro, algunos compañeros de la universidad que me vieron llegar me hicieron señas de saludos, sin dejar de hacer lo que estaban haciendo, porque saben muy bien que cuando vengo aquí prefiero estar solo, eso me permite atrapar más fácil alguna presa.
Atravesé la pista de baile, donde no cabía un alma más, por lo general así se encuentra el lugar los fines de semana. Al salir de entre la aglomeración, me senté en el lugar de siempre, pedí una bebida y esperé. Sabía que no faltaría mucho para que alguien se me acercara o que yo mismo vislumbrara algo digno de hacerme mover de mi sitio.
Ya con mi bebida en mano, empecé a moverme un poco al ritmo de la música. Di un trago y miré alrededor, estaba algo oscuro, solo se iluminaban determinados lugares cuando alguna de las luces parpadeantes se enfocaba ahí. Entonces, pareciendo casi una señal divina, una luz verde cayó directo a una mesita en un rincón alejado del lugar.
Lo que me extrañaba no era la mesa, ya que en ese mismo sitio yo había estado ya antes con varias personas, es de esos pocos lugares ‘privados’ que puedes obtener aquí si quieres tener una ‘conversación íntima’ con alguien… pero no, eso no era lo destacable ahora, sino las personas que estaban de ellas, bueno no ambas, sino una de ellas.
–¿Minho?...
Debía de haber un error, no puede ser él. Me enderecé, casi poniéndome de puntitas, para ves si así alcanzaba a ver mejor, pero como ya no estaban siendo iluminados por aquella luz verde no pude distinguir nada.
¿Será o no? ¿Y si es, qué? Él me ha dejado muy claro que ya no quiere saber de mí, entonces por qué he de preocuparme yo por él.
Le di la espalda a aquél rincón y traté de actuar con la más naturalidad posible…
¡Pero no puede ser él! Yo muchas veces le insistí que viniera conmigo aquí y no quiso, decía que no le gustaban este tipo de lugares, que prefería ir al cine o a un parque de diversiones, ¿entonces qué hace ahora aquí? ¿Y con quién rayos está? ¿Tan rápido se consiguió a alguien más?...
Tengo que calmarme, ni siquiera estoy seguro de que sea él, tal vez solo era alguien extraordinariamente parecido y nada más… Miro de reojo aquella esquina, pero sigue estando oscura y ninguno de los rayos de luz se enfoca en ella. No me queda de otra, tengo que ir hasta allá.
Camino casi pegado a la pared, para pasar desapercibido. La mesa estaba ubicada a contra esquina de donde antes me encontraba así que, estando el lugar tan lleno, me costaría un poco de trabajo llegar.
–¡Changmin!, hace mucho que no te veía por aquí. Me tenías tan abandonado.- Mi trayecto se vio interceptado por uno de los varios chicos con los que estuve justo en la mesita a la que me dirijo.
–Ah, si… estuve algo ocupado.- Le respondí sin dejar de mirar aquella esquina, esperanzado de que alguna luz volviese a iluminarla.
–¿En qué? ¿Atendiendo al chico por el que me remplazaste?...-Tenía cara de reproche, pero la verdad, por la música tan alta, no escuché lo que dijo.
–Lo siento, Kibum. No tengo tiempo ahora…- Le grité para que pudiera escucharme y lo hice a un lado.
Ya casi llego, ya casi. Estaba ya cerca cuando otra luz, ahora blanca, se dirigió a ellos. ¡Es él!... Casi lo dije en voz alta por mi conmoción. Me sentía traicionado, engañado, timado, y todos sus derivados… Ahí estaba el supuesto chico virginal, muy bien acompañado de un tipo con cara bonita, que seguramente ha de ser peor que yo.
Se reían felizmente, parece que se conocen desde hace tiempo. Vaya, y pensar que hasta llegué a sentirme culpable por corromper su ‘inocencia’, ¡patrañas! De pronto Minho miró en mi dirección, me escondí tras una columna para no ser visto.
***
Han pasado más de dos horas y yo sigo aquí.
¿Será que la estupidez de Yoochun se me ha contagiado? ¿Cómo es que yo, Shin Changmin, estoy espiando alguien que me rechazó? Diablos, me siento como una de esas fans acosadoras que persiguen a los artistas. ¡Que patético!
Parece que se marchan. ¿De qué tanto se ríen? Todo este tiempo han estado así, ¿no les dan calambres en los músculos de la cara? Bueno, el caso es que ya se van, así que todo termina aquí, una cosa es observarlos aquí en un lugar público en el que casualmente coincidimos y otra es ir tras ellos, definitivamente eso sería el límite.
No sé si mi cuerpo esté aún conectado a mi cerebro, porque a pesar de lo que pienso, mis pies ya se mueven siguiendo a esas dos personas. Ok, lo seguiré, pero solo hasta saber en qué se van a ir… ¿Pero a dónde irán? Ya es tarde, y según recuerdo a Minho no le permiten andar afuera a estas horas…
CASA DE MINHO
Está bien, lo admito. Terminé por seguirlos hasta su casa.
Resulta que el tipo desconocido tiene un coche (uno nada despreciable), y se fueron de aquél sitio en él. Yo, como soy una persona de recursos limitados, tuve que pedir un taxi y, como en las películas, solo le indiqué al conductor que los siguiera.
¡Pero llegaron a casa de Minho! Y ahora están entrando los dos. ¿Entonces ese tipo se quedará a dormir con él? Y, si es así, ¿será en habitaciones separadas?
–¿¡Pero qué rayos estoy haciendo!?- Grité incrédulo de mi comportamiento, mientras veía por la ventana del vehículo.
–Lo mismo me paso a mí… solo que ella era mi esposa.- Me dijo el taxista, con voz melancólica, quien seguía esperando alguna indicación de mi parte.
–A la zona centro, por favor.
AFUERAS DE LA CIUDAD
[Punto de vista Jung Yunho]
–Jajajajá, aún me imagino, la cara que puso Heechul cuando supo que nos fuimos.- Una parte de mí está consiente de mi estado de embriaguez, pero a la otra parte le importa muy poco.
–Yunho-hyung eres muy malo, ¿cómo pudiste hacerle eso a tu amigo? Jajaja-Me dice Jaejoong tratando de controlar su risa.
–Tú también lo encuentras divertido, así que no me reclames.- No se como terminamos aquí, en el lugar al que usualmente acudo cuando quiero estar solo y pensar. No es nada en particular, solo un gran campo a un lado de la carretera a las afueras de la ciudad.
–¿Por qué vinimos aquí, hyung?- Me pregunta Jaejoong tambaleándose un poco entre los arbustos.
–No sé, de pronto me dieron ganas de venir.-Por fin di con la enorme piedra que me sirve de asiento en mis visitas, me senté e invité a Jaejoong a sentarse a mi lado, antes de que se cayera por su estado.
–Te ves algo triste hoy, hyung.- Menciona Jaejoong algo preocupado, mientras parpadea repetidamente.
–Si, es que hoy es el cumpleaños de mi novia…-Hizo un gesto que no pude descifrar, se quedó callado un momento y yo seguí hablando.- Bueno, esa no es la razón en sí… es que decidí que hoy fuera la reunión precisamente por evitar ir a su casa… no quería ver a sus padres y que me dijeran numerables indirectas acerca de nuestro noviazgo.
–¿Las cosas no van bien?
–No es eso… es que llevamos saliendo mucho tiempo y, con la edad que tenemos, es lógico que sus padres esperen que formalicemos nuestro compromiso.- Le expliqué mostrándome algo frustrado por el asunto. Él me miraba preocupado, como realmente sintiendo y comprendiendo cada palabra que le decía.
–¿Y tú no quieres eso?-Preguntó en voz bajita.
–Sí, es solo que… no creo que este sea el momento. La empresa aún sigue en un estado crítico, mi padre está enfermo y su salud es cada vez es peor, mi pobre madre ha comenzado a decaer por todo eso.- No tenía porque estarle contando todo eso, son cosas que solo le cuento a Heechul que es mi amigo desde hace años, pero Jaejoong me inspira mucha confianza.
–Es un gran peso para una sola persona.
–A veces, siento que ya no puedo más…- Le confesé cubriendo mi rostro con mis manos. De pronto, tuve la urgencia de llorar y dejar salir todo, pero no podía permitirme abatirme frente a alguien que no fuese mi madre.
–Entonces grita.- Me dijo poniéndose de pié y extendiéndome su mano. Yo lo miré extrañado, pero aún así tomé su mano y lo seguí, adentrándonos más en aquel campo.
–¿Cómo que grite?- Él seguía avanzando sin señal de que fuera a detenerse, casi iba corriendo y yo siendo arrastrado por él.
–Si.- Se detuvo en seco, lo que causó que chocara contra él, pero poco le importó, ya que, como si nada, me miró con su esa gran sonrisa dibujada en sus labios.-Así: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
–¡Oye!, no me grites en el oído.-Le reclamé a la vez que tapaba mis oídos.
–Jejé, solo quería mostrarte como, ahora grita tú.- Me exigió, con una sonrisa traviesa.
Un crimen, eso es lo que debería ser el dejar que personas como él anden sueltas por la calle, cualquier persona podría perderse en su belleza e intentar hacerle daño. Muchos poetas utilizan la belleza para referirse a la mujer, pero la belleza no debería ser propia de un genero… no debe ser así ya que entonces la existencia de Kim Jaejoong no sería más que un espejismo, un bello y peligroso espejismo que puede llevarte a hacer lo que desee. Él cree que lo sabe todo, y tiene una libertad y unos comportamientos tan infantiles, como si viviera ausente de la realidad, yo mismo ya me siento absorto en eso y ni siquiera me di cuenta en que momento. En este instante me siento totalmente bajo su hechizo y podría hacer lo que fuese si el me lo pidiera… con solo una palabra de sus bellos labios rojos.
–Esta bien… ¿así?: ¡Aaaaaaa!- Di un pequeño grito, y, antes de que terminara él se reía de mí como si no hubiera un mañana.
–Jajajá, ¿a eso le llamas grito? Escucha y aprende… ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
–¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Y ahí estábamos los dos, en medio de la anda gritando como un par de locos. Gritamos hasta que casi se nos va la voz y, después de todo, él tenía razón, ahora me siento mucho mejor. Luego nos pusimos a hacer nada, cosas sin sentido, yo daba vueltas sobre mi propio eje y él caminaba como si siguiera una línea recta imaginaria, manteniendo el balance con sus brazos extendidos a los lados. Estuvo a punto de irse para un lado por su estado, pero yo corrí en su auxilio dándole una mano.
–Jaejoong, ahora tú ya sabes mucho de mi vida. Es justo que yo también sepa de la tuya.- Él, sin dejar de ver el suelo mientras ponía un pie frente al otro, mostró una risita.
–Já, ¿qué quieres saber?
–Umm, no se. Cosas personales…
–Eso es muy general Yunho-hyung, se más especifico.- Algo llamó su atención y se alejó de repentinamente, soltando mi mano. Seguía algo, mientras sacudía sus brazos para atraparlo, creo que se trataba de un insecto.
–¿Tienes familia?- Lo seguí hasta donde se encontraba, aún concentrado en atrapar aquel insecto.
–Si, mi mamá y una hermana.
–¿Vives con ellas?
–Nop, vivo con unos amigos.- Parecía que ya lo tenía, pero aquella cosa diminuta se las ingenió para salirse de entre sus manos.
–¿Tienes novia?- Como él no me decía anda, ni mostraba señales de molestia yo seguía con mis preguntas.
–Nop… ¡ya está!-Aquel bicho por fin fue capturado cuando se poso justo sobre mi hombro. Jaejoong sonrió satisfecho y me mostró encantado la luz proveniente del mismo.
–Es muy extraño…- Susurré viéndolo.
–Yo pienso que es lindo.
–No me refiero a la luciérnaga, hablo de que no tengas novia.-Él me miró extrañado.- Siendo tan brillante en tus estudios y una persona tan agradable… además…- Me detuve al no saber como decir lo que quería decir. Lo miré de arriba abajo y seguía sin encontrar las palabras correctas… ¿Cómo le dices a otro hombre que es atractivo sin que suene extraño?
–Creo que ya te has explicado…-Me respondió compasivo, al intuir lo que quería decirle.-Lo que pasa, es que no he encontrado a la persona correcta.
–Pues qué selectivo eres.-Me dio la espalda por unos momentos, después de haber liberado aquella cosa se dirigió hacia mí otra vez.
–Solo una vez me he enamorado… y me rompieron el corazón. Por eso, me prometí que la próxima vez iba a ser muy cuidadoso con la persona que escogiera, esa persona debería de tener ciertas características…-Su forma de expresarse, era muy diferente a la que veía en él a diario. Ahora tiene cierto aire misterioso y una mirada calculadora, creo que me gusta más este lado de él.
–Wow, ¿y cuáles son esas ‘ciertas características’?
–Son varias, pero la principal es que tiene que poder controlarme. –Habíamos comenzado a caminar de regreso a mi automóvil, pues ya estábamos muy lejos.
–Uy, uy… el incontrolable Kim Jaejoong jajajá.
–¡No te rías, hyung! Es la verdad.
–¿Ah, sí?... pues veamos que tan difícil eres de controlar.-Me abalancé sobre él, rodeándolo con mis brazos para evitar que se moviera, quería capturarlo, tal como él había atrapado aquel di minúsculo ser brillante.
–¡No, hyung!... ¡suéltame!- Ofreció un poco de resistencia, se revolvía entre mis brazos pero, después, se quedó quieto.
–Dijiste que era difícil controlarte.- Lo confronté, sosteniéndolo firmemente, rodeando con uno de mis brazos su cintura y con el otro su espalda. De esta forma, yo podía sentir cada parte de su cuerpo pegado contra mí y su rostro estaba a pocos centímetros del mío. (¡Otra vez ese aroma a vainilla!)
Me sonrió y su mirada se fijó en mis labios.
–Entonces, quizás puedas ser tú…- Me perdí en sus divinos ojos, y cometí un grave error… vi sus labios… ¡Me estaban gritando que los besara! Y lo peor de todo es que sí quería hacerlo, tragué saliva y me sentí palidecer… ¿qué me has hecho Kim Jaejoong?- Jajá, era una broma huyng, quita esa cara de susto.
–Lo mejor es que nos vayamos, creo que estamos peor de lo que pensaba.-Le dije acelerando el paso, estupefacto aún… ¡Cómo pude pensar en besarlo! ¡Es un chico!
***
No estaba seguro si era prudente conducir en este estado, ahora que soy más consiente del mismo, pero si de camino aquí no había pasado nada creo que estará bien. La broma de Jaejoong hizo que se me bajaran un poco los tragos, pero ahora sufría de un estado de ansiedad… ¡Yo amo a Sunye! He estado con ella durante cinco años, no creo que haya podido ser así si yo fuera… No, fue el vino seguramente, sumado a que Jaejoong es un espécimen extraño entre los hombres.
Tal vez lo mejor sea no pensar en eso ahora, mañana, que mi organismo se encuentre desintoxicado, podré pensar con mayor claridad. Como siempre, el camino de regreso a la ciudad me parece más largo que el de venida… pero ahora es más particular esa distorsión de la distancia. Aunque a Jaejoong poco parece importarle a qué horas llegue a su casa, ya que se ve muy cómodo en el asiento de mi auto conservando en todo momento su sonrisa, eso me hace sospechar si no habrán puesto alucinógenos en su bebida, ha estado muy raro… tan diferente a los demás días… pero supongo que es porque no está acostumbrado a beber.
Le pregunté su dirección para poder dejarlo ahí antes de marcharme a mi casa, espero que mi mamá no haya decidido esperarme despierta. Resultó que el edificio donde vive Jaejoong no está muy lejos de mi casa, me queda de pasada, por así decirlo. Tal vez pueda ofrecerme a traerlo un día de estos, después de todo Kim Jaejoong es ‘nuestro milagro salvador’, como suele llamarlo Heechul.
–Oye… despierta, ya hemos llegado.- Cuando por fin había llegado al lugar que Jaejoong me indicó, él se había quedado dormido, pero no del todo, creo que solo estaba algo aletargado.
– ¿Huh? Ah, si… aquí vivo jeje…-ahora daba la impresión de ser un niño pequeño que recién ha encontrado su hogar, riendo tiernamente… ¿cómo puede tener tantas facetas diferentes? Empezó a descender del vehículo tambaleándose un poco.
–¿Quieres que te ayude?- ¿Podrá llegar así hasta su apartamento? No sé en cual de los niveles esté pero aún así me preocupa, soy su mayor y mi deber es cuidar de él.
–No es necesario… Muchas gracias por el paseo, hyung.- Me dijo estando ya afuera, yo aún no estaba seguro de que pudiese dar un paso sin caerse.- ¡Nos vemos mañana~!
Un paso, dos, tres… bien, creo que si es seguro dejarlo así. Encendí el motor de nuevo y emprendí el camino a mi casa. Es extraño pero parece que Jaejoong ha dejado ese usual aroma suyo a vainilla impregnado aquí, como si aún se encontrara a mi lado.
Llegué a mi casa totalmente agotado, solo quería tumbarme en mi cama y disfrutas las pocas horas de sueño que me quedaban antes de tener que ir a la oficina, todo por ser tan testarudo y hacer la reunión en domingo. Mi madre estaba esperando por mí, pero no tanto porque estuviera preocupada, sino porque quería llamarme la atención acerca de mi actitud con Sunye… seguramente ella la llamó para darle la queja. Le contesté lo más cordial que pude, y le prometí arreglar las cosas lo más pronto posible, pero que primero quería descansar un poco.
–Yunho… ¿hay algo que quieras contarme?-Me preguntó cuando yo estaba subiendo las escaleras. Estaba preocupada, era fácil saberlo por como lo dijo.
–No…- Reanudé mis pasos pero entonces escuché su voz otra vez.
–Sunye es una buena muchacha… no sé quien sea esta persona pero, piénsalo muy bien antes de que hagas algo.
APARTAMENTO
[Punto de vista Kim Junsu]
Después de que pasó aquello, las cosas estuvieron muy extrañas e incómodas… Yoochun no me dijo nada, bueno si hablamos pero no de eso en particular, era como si los dos hubiéramos hecho un convenio silencioso de no hablar de ello. Por mí estaba bien, ya que eso me había dejado muy confundido… yo jamás había besado a nadie, siempre pensé que mi primer beso sería con Jaejoong. Pero era casi imposible, por su empecinamiento de tener su primer beso con Jung Yunho…
¡Ah, tengo tanto sueño! Ya me cansé de andar rondado como alma en pena por la sala del apartamento, pero la preocupación no me permito ni siquiera sentarme en mi cama… ¿Dónde estará Jaejoong? Ya es muy tarde y aún no llega. ¿Y si le pasó algo? No es que él suela avisar cuando llega tarde, de hecho cuando iba a sus ‘sesiones’ con el Dr. Long había veces en que no llegaba pero… ahora, me siento más angustiado, porque se que se encuentra con ese Jung…
Después de lo que me prometió hace dos semanas, me da miedo, de que algo haga que se arrepienta…yo ya estoy cumpliendo con mi parte, ¡estoy engañando a una persona maravillosa!, a una persona de la que solo he recibido tratos cordiales… todo por ti, Jaejoong.
Escuché ruidos provenientes de la entrada, me acerqué al recibidor, a tientas por la oscuridad. Era Jae, estaba tambaleante y de una manera muy torpe se quitaba sus zapatos, lo estuve observando un poco… ¿será que…
–¡Oh, Junsu! De nuevo estás esperándome… ¿dónde está tu libro? ¿Ahora ni siquiera disimularás con él?- Venía muy sonriente, eso solo hacía que mis dudas acerca de que había pasado se hicieran más grandes, ni siquiera me afectó su burla.
–¿Dónde habías estado? Ya es muy tarde, además ¿por qué caminas tan raro?- Los dos pasamos a la sala, él seguía riéndose de la nada.
–Jajá, ¡soy un estúpido, Junsu!...
–Jae, no me digas que tú…-No por favor, que no sea eso. Por un momento pensé que se caería, ya que se balanceó mucho hacía un lado, quise ayudarlo pero él hizo que ambos cayéramos justo en ese sillón donde había pasado ‘aquello’…
–Si, Junsu… sé que te prometí no hacerlo de nuevo pero, era una reunión de negocios y…- Si se trataba de eso. Entonces sentí miedo, Jaejoong cuando está de… este modo, es tan impredecible, más de lo normal.- casi le confieso a Yunho que vine a vengarme de él jajá.
–Jaejoong, será mejor que vallamos a dormir…- Lo traté de alejar, lo más apaciblemente posible, pero él me lo impidió… empezó a besar mi cuello y parecía que era cómplice de la malvada chaqueta que hace unas horas no quiso ceder ante mí, porque con él no tardo en desabrocharse.
–Pero yo no tengo ganas de dormir… tengo otra… mejor idea…
–No… Jae, aún tengo las marcas de la vez pasada… no, por favor…-A veces cuando se ponía así, me trataba como una persona, como un verdadero amigo… se disculpaba por todo lo que me había hecho antes y hasta decía que aunque no lo demuestre a veces, me quiere mucho y me valora como un amigo… esas eran las veces buenas… pero en las veces malas…
–¡Cállate, Junsu!- Me tiró una bofetada, sus golpes eran más fuertes de lo que recordaba, no pude evitar empezar a sollozar.- ¿o quieres que nuestros amiguitos nos escuchen?…
–Ngmmaa…- Por lo menos mañana no tendría que mentirle a mi padre acerca de mis golpes ni me vería acosado por la mirada de perceptiva de mi madre. Yo solo me di por vencido, seguía temblando, eso no lo podía controlar… pero esto algún día terminará, lo sé… y esta experiencia la recordaré como si fuera solo una pesadilla.
Ya mi torso está totalmente al descubierto, él se divierto con mis pezones, haciendo que se pongan duros, mientras que con su mano desocupada comienza a desabrochar mi pantalón… Ya viene la parte peor, ahora no parece tan molesto como otras veces, espero que eso lo haga menos… doloroso… Sollozo una vez más, quiero pensar en otra cosa… ¿por que parece que los segundos se hicieran horas? Tengo que ser fuerte…
–¡Aléjate de él!- En medio de mi pesadilla, escuché un grito y después el paso que estaba sobre mío desapareció. Tenía frio, no quería abrir los ojos, no se con que vaya a encontrarme…
De pronto, unos brazos me rodearon, me sentí seguro…ya no tenía frio, creo que una vez había tenido un sueño parecido, una de esas noches después de experimentar lo mismo, tal vez estoy soñando de nuevo.
–Junsu… ¡Junsu!- La misma voz de hace un momento me llama, y por fin abro mis ojos.- Ten, ponte esto.-Era Yoochun, quien me extendía mi playera que antes había ido a dar el piso, pero ahora, en su lugar, estaba Jaejoong, con la mirada perdida.
–Del villano, al héroe… wow, que gran cambio.- No parecía burlarse, no estaba seguro que quería decir con eso ya que no tenía ninguna expresión en su rostro. Pero creo que Yoochun si lo tomó a mal, ya que se precipitó sobre el agarrándolo del cuello de la camiza…
–¡Al parecer no fui el único que dio un gran cambio, ¿verdad?!- Acomodé mis ropas lo más rápido que pude y me acerque a ellos, sosteniendo suplicante los brazos de Yoochun…
–No, Yoochun… estás en un error… lo que pasa es que él está borracho y…
–¡No lo defiendas Junsu!- Gritó Yoochun manteniendo sus ojos furiosos fijos en Jaejoong, negándose a soltarlo. Con tanto grito, me parece extraño que Changmin no se haya despertado.
–Él tiene razón, Junsu… no merezco tu compasión… - Ahí estaba la otra cara de estas situaciones… Jaejoong dejó salir unas lágrimas, y ante mi insistencia Yoochun por fin cedió dejándolo libre.- ¿en qué momento me convertí en esto? ¡Perdóname, Junsu!...- Jaejoong quiso acercarse a mí pero, Yoochun se puso en su camino.- Creo que… mejor me voy a dormir…
Empezó a caminar rumbo a nuestra habitación, se veía tan deprimido… ha sido tan extraño, ¿qué será lo que le habrá pasado hoy?... Inconscientemente empecé a seguirlo, pero Yoochun tomó mi brazo fuertemente.
–No…- fue lo único que me dijo cuando lo mire dudoso.
–Yoochun, yo…- Y me di cuenta entonces que había sido descubierto… Hace rato él había visto las marcas en mi cintura y ahora con esto, ¡seguro debe estar pensando lo peor! Quería darle explicaciones, escusas de mi debilidad… pero él me abrazó una vez más.
–No necesito que me digas nada, solo quiero que sepas que, mientras estés cerca de mí no dejaré que nada malo te pase…- Esta calidez, realmente me gusta… la sensación de estar protegido por alguien, nunca antes había sentido esto… ¿qué es esto?
¡Pero debería de ir con Jaejoong! Él es la persona que amo, y, hace un instante estaba llorando, necesita de mí… pero, entonces… ¿por qué no quiero alejarme de Yoochun?... seguramente es por que debo de cumplir con lo que le prometí a Jaejoong… si, debe ser eso…
solo puedo decir:
ResponderEliminarOMO!, WOW!, WTF!, UY! Y AWWWWWWWWW!!
O.O
O.O pobre junsu su amor por el es tan masoquista pero esta genial te envuelve sobre todo la faceta de jae es genial creo que me gusta mas jejeje
ResponderEliminarsusu estas in love xD haha chanmgin de espia x3
ResponderEliminarEstoy realmente encantadisima con tu fic.Muy buena redaccion, trama, me deja totalmente absorta!!!!
ResponderEliminarFELICITACIONES :D!
asdasdasda muerooo
Ese Jae es todo un caso, de verdad. ME gusta, a pesar de que está transtornado y es un desgraciado ¬¬
ResponderEliminar¡Junsu es tan dulce!
Y Changmin de seductor o.O K cosas, pero le cieron la cara al parecer... ¿quién se cree ese MinHO?
Está bueno el chisme, seguiré leyendo.
Gracias por la historia, se pica uno.
yoochun descubrio a jae borracho y maltratando a junsu, ahora que pasara cuando despierte sobrio en la mañana
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