Hasta que oyó un "clic"
Kim Jaejoong era un hermoso joven de 25 años que se desvivía por su carrera. 'Desvivirse' era una palabra que sus colegas no podían aceptar sin protestar, considerando que solo recibía más y más reconocimientos con cada día. Como uno de los periodistas más buscados de su compañía actualmente, no sólo estaba más que cualificado en la redacción de artículos de calidad conocidos por sus descripciones llenas de pulcritud, profundidad y belleza. Kim Jaejoong también tenía los ojos de un tasador. La revista en la que trabajaba era una de las más prestigiosas del medio entre los amantes del arte, y él siempre pudo ver, encontrar y sacar a la luz cada exclusiva - ya sea de pinturas, fotografías, música, poesía - cualquier cosa, antes que otros periodistas. "Nunca podremos llevar el ritmo de su paso feroz", dijo una vez un colega. Su amor hacia todo lo relacionado al arte y su curiosidad fueron dos de las claves para alcanzar su actual éxito.
Un adicto al trabajo eso era. Llegaba antes que nadie, estaba en la escena más tiempo que nadie, y volvía a casa el último. Cada tema salido de su boca era sobre arte, principalmente aquellos que más amaba, la pintura y la música. En la interpretación era un amateur, pero disfrutaba cubrir eventos musicales y entrevistar nuevos talentos. Admiraba a los pianistas clásicos, ya que él sólo podía reproducir melodías sencillas y no esas complicadas partituras. Cuando los veía interpretar poniendo toda su alma y toda su mente en ello... Jaejoong no podía evitar observarlos con los ojos de una chiquilla enamorada. A los músicos les gustaba ser entrevistados por Jaejoong, el hombre tenía respeto y fascinación por su obra, y cualquiera podía ver eso. Los artículos que escribía siempre tenían reacciones positivas.
"Ya sabes, un montón de lectores piden tus artículos." Dijo el Sr. Bung, su jefe, un día. “Buen trabajo hasta ahora, Kim." Le ofreció una taza de café la que Jaejoong aceptó con un gesto agradecido.
"Ha sido un placer, señor. Al fin y al cabo todo lo que escribí lo hice encantado" Se puso de pie mientras recogía sus papeles y pertenencias, preparándose para ir a casa. Su editor nunca fue alguien que se conformara con una simple charla, así que Jaejoong debía escapar antes de que abriera la boca y no parara de hablar. Demasiado tarde.
"¿Clásica, eh? Nunca pude entender cómo te las arreglas para mantenerte despierto durante horas escuchando esa mierda. ¿Qué hay de bueno en algo que ha sido repetido cientos de veces? Eran exactamente lo mismo desde…¿hace siglos?" El Sr. Bung se burlaba, pero Jaejoong ni siquiera se molestó en responder. Se había acostumbrado al viejo, después de todo lo que le gustaba era lo que le gustaba y nadie podía cambiar eso. "¿Qué tiene de divertido la música si ni siquiera puedes cantar o bailar con ella? Pero sí, de alguna manera muchos lectores nos esperan, o para ser más precisos, te esperan por eso".
El Sr. Bung sacó un boleto. Jaejoong parpadeó ante lo que veía - una entrada para un festival de música clásica. Muchos talentosos pianistas estarían allí. Reconoció algunos nombres que resultaron ser sus favoritos, algo que un tipo tan plano llamado Bung jamás podría comprender. Respondió que sólo se trataba de quien tenía las partituras más interesantes para interpretar.
Jaejoong rápidamente cogió la entrada y la guardó en el bolsillo de su pantalón.
"Sé que estás emocionado pero no he oído ningún agradecimiento de tu parte".
“Gracias, señor. Me aseguraré de demostrarle que soy el hombre adecuado para esto." Jaejoong se alejó, dejando al viejo jefe en la sala de su oficina tenuemente iluminada.
*
*
Para el exitoso joven periodista, su pequeño pero lujoso apartamento, nunca pudo sentirse como un hogar. ¿Cómo podía pensar en el lugar como su hogar cuando él sólo lo utilizaba para dormir?
Encendió la luz tenue, revelando el totalmente blanco mobiliario y la pared llena de costosos cuadros. Un piano de color blanco crema estaba bellamente ubicado en la esquina, luciendo tan solitario como recordaba. Acarició el asiento recubierto de cuero y se sentó en él. Quitó el paño de terciopelo rojo que cubría el teclado, y tímidamente empezó a tocar algunas notas.
(Ii Aenakutemo ...)
Está bien si no podemos vernos
(Aitai, kono kimochi dake de ii kara)
Te echo de menos, es suficiente con tan sólo este sentimiento...
La dulce y entrecortada voz llenaba el aire.
(Kaze ni natte sotto tsutsumitai)
Quiero ser el viento y envolverte suavemente
(Kimi ga iru sekai ni sugu tondeyukitai)
Quiero volar al mundo en el que tú estés…
Un suspiro.
(Kara Matteru, tada wasurenaide...)
Estaré esperando, solo no me olvides…
La soledad lo invadió como la última nota hizo eco por toda la sala. Una silenciosa sala, donde el sonido del refrigerador malogrado del chico no podía escucharse más...había llamado a alguien para repararlo un día antes, y lamentaba haberlo hecho. Ahora debía aprender a lidiar con el silencio, algo a lo que ya estaba acostumbrado, desde el principio.
Caminó hacia el estante de CDs y sacó un disco de T-Pain. Jaejoong no tenía prejuicios para la música, él escuchaba todo aquello que le gustara. Ya era hora de mandar su glamorosa colección de Judy and Mary a descansar y poner hip hop para avivar el ambiente. Después de esto, se tiró sobre el sofá sin siquiera molestarse en cambiar de ropa.
*
*
La sala estaba repleta por una multitud de personas, entre ellas famosos críticos de música, así como gente común y corriente. Jaejoong agradeció a su jefe por el cómodo asiento en la segunda fila desde donde podía ver las expresiones de los pianistas, así como la forma en que sus dedos bailaban con gracia sobre el teclado. Lamentablemente, además de los pianistas que eran los favoritos de Jaejoong, el resto eran novatos cuyos estilos no tenían nada de especial y sólo se limitaban a imitar las obras de los ya famosos pianistas. Eso, más la falta del sueño de anoche, hicieron cabecear al joven periodista que intentaba con todas sus fuerzas ocultar sus párpados soñolientos. Casi decidió abandonar la sala en silencio para no lastimar los sentimientos del pianista durmiendo durante su actuación, cuando se percató del parloteo entre el par de emocionadas chicas sentadas a su lado.
"¿Es el siguiente?"
"¡Dios estoy tan emocionada que casi mojo mis pantalones!"
"No puedo creer que en verdad hayamos venido a este aburrido concierto de piano por él... No es que me arrepienta pero... "
Oyó el característico chillido propio de las chicas.
"Oppa debería ser una estrella en lugar de un pianista..."
"Por supuesto con ese cuerpo maravilloso que tiene...¡pero entonces sería menos cool...!"
"No, sería más cool, grandioso en el baile y tocando el piano..."
Jaejoong entrecerró sus ojos, sintiéndose obligado a tolerar lo que estaba dentro de la cabeza femenina. Casi esperaba que el siguiente pianista sea un aspirante sin talento con la imagen de una estrella pop por lo que se preparó para irse de una vez. Pero entonces, un tipo alto, delgado, de cuerpo tonificado en un ceñido traje de corte italiano apareció en el escenario y se inclinó ante el público. El tipo se le hacía familiar y Jaejoong se esforzó por recordar mientras el pianista se sentaba con elegancia frente al piano y tocaba la apasionada pieza que Jaejoong conocía tan bien.
Op.66 de Chopin, Fantasie Impromptu
El periodista sintió los vellos de su cuerpo erizarse. Había visto a mucha gente darlo todo en esa pieza, pero este pianista lo hizo con tal intensidad y a su propio ritmo, más lento, más calmado, y al mismo tiempo más apasionado de lo habitual.
Sintió sus ojos humedecerse y cruzarse accidentalmente con los del pianista, haciendo crecer su interés. Jaejoong no se dio cuenta que la pieza estaba a punto de terminar hasta ver al pianista sonreírle con la comisura de los labios. Se puso de pie y se inclinó ante el público una vez más al igual que los otros pianistas, pero siendo hasta el momento el que recibió los más calurosos aplausos y por supuesto la mayor cantidad de chillidos femeninos. Muchos pianistas aparecieron después de él, pero el periodista había perdido la concentración, tratando de recordar al rostro familiar tocando su pieza favorita. En ese momento el espectáculo llegó a su fin.
Jaejoong sacudió su cabeza para quitarse la somnolencia de encima y sacó una nota y un bolígrafo, tratando de escribir su opinión sobre el espectáculo, mientras esperaba que la fila que obstruía la puerta de salida desapareciera. Le tomó mucho tiempo escribir, terminó siendo la única persona que quedaba en la sala, aparte de los encargados de la limpieza y el personal del edificio.
Una mano le palmeó el hombro y le hizo dar un grito de sorpresa. Volvió la mirada y descubrió el rostro sonriente, del hombre en el que había estado pensando en ese momento.
"Tanto tiempo sin verte, pensé que te habías ido".
Era el pianista de hace un rato. Jaejoong dejó escapar una risita nerviosa, rascándose la parte posterior de la cabeza sólo mirando al hombre delante de él con la boca abierta, una parte de él no esperaba que estuviera allí, la otra sorprendida por su imponente aspecto.
“Bueno...por tu cara supongo que ¿no te acuerdas de mí...?" El pianista, más alto que él, miró hacia abajo y sonrió.
“Eres...Dios mío, eres..." Jaejoong intentaba citar aquel nombre que ya estaba en la punta de su lengua, pero ningún sonido salió.
"Jung Yunho."
"Ah, ¡Yunho-sshi!" El tipo más bajo señaló al pianista emocionado. “Bueno, ¡no me extraña que siguieras pareciéndome conocido! Whoa,…¿piano? ¿Quién lo hubiera imaginado...? Creí que estabas…¿¿no estabas loco por las matemáticas??"
Yunho soltó una risa jovial mostrando una hilera de dientes perfectos, enarcando las cejas al mismo tiempo que sus ojos tomaron la forma de finas líneas. Su sonrisa era tan amable.
"¿Y a un fenómeno de las matemáticas no le va el piano? Bueno, es un honor que sepas algo así... Pensé que ni siquiera me recordabas..." Yunho frotó uno de sus codos.
"Claro que te recuerdo, el Jung Yunho que volvía locas a las chicas con su sonrisa de niño, demasiado ocupado con su libro de cálculo para darse cuenta siquiera. Como chico te sentí una fuerte competencia contra mi desesperado ego, así que era como que...no quería estar cerca de ti a menos de 5 metros poniendo el virus nerd como una razón...pero en realidad yo solo estaba celoso.” Los dos chicos rieron de cómo el reportero podía admitir semejante cosa sin ningún tipo de estrategia que le salvara de la vergüenza.
"¡Así que por eso me evitabas!"
"¿Te diste cuenta? No era mi intención, pero sí era un perdedor, que odiaba la derrota..."
"Ah, no hay manera que Kim Jaejoong fuera un perdedor...el que conquistaba a las mujeres con su legendaria “voz de azúcar” " El pianista sonrió mientras los ojos del otro chico se abrieron como platos. Jaejoong se llevó la palma de su mano al rostro para cubrirlo y sacudió la cabeza. “Omo omooooo “voz de azúcar” no me hagas recordar eso ¡es vergonzoso!"
"Hmm...“voz de azúcar”, “cintura de diosa”, “piel de nieve”..."
"En serio ¡para con eso!" El reportero abofeteó suavemente el brazo Yunho, su rostro se sonrojó.
"Y una más..."
"Ni siquiera lo intentes..."
"El..."
"En serio Jung Yunho..."
"Puchero milagroso"
"¡¡¡YUNHO-SSHI!!!" Jaejoong no pudo ocultar su derrota y trató de empujar al hombre con las dos manos, pero este las atrapó con cuidado antes de que lo dejaran de mala gana. Jaejoong se limitó a sonreír, siendo la persona cálida y sensible que era.
"Cuando lo hacías...profesores, chicas, chicos, encargados de limpieza, seguridad caían de rodillas a tus pies y hacían todo aquello que pedías...hasta filtrar las preguntas de los exámenes."
"¡Eres demasiado...!"
"De todos modos, ¿qué estás haciendo? Te ves…muy bien".
"Soy reportero de la revista... ¿has oído de Beautiful Mind?"
"¿Reportero?"
"Periodista. Hago informes, escribo artículos, críticas...ese tipo de cosas. "
"Wow...eso es realmente...inesperado". Yunho se rió entre dientes, frotándose la nariz. "Siempre pensé que terminarías...siendo el centro de atención en lugar de hacer el reportaje después...".
Jaejoong se echó a reír. “No, no, no...eso te lo dejo a ti...Tengo rodillas débiles..."
"Sólo necesitas buenos dedos para tocar el piano, las rodillas no son necesarias. Pero sí...Beautiful Mind es realmente prestigiosa. Sólo fanáticos extremos del arte sumamente ricos, leen esas cosas...No puedo imaginarme el ambiente de trabajo, de cualquier forma, ¿es diferente de otras revistas? "
"Hmm...No siento mucho la presión, me gusta mucho lo que hago. Amo las pinturas, la música, la fotografía...Me dan la oportunidad de ver todo eso continuamente, escribo lo que pienso acerca de esto y la gente me paga por ello, ¿no es vivir tu vida del modo más fácil? "
"¿Sabes qué? Creo que debemos intercambiar números, realmente me encantaría verte en alguna parte y saber más sobre eso..." Yunho sonrió tímidamente mientras Jaejoong ocultaba su risa con la palma de su mano.
*
*
Habían salido varias veces desde su reencuentro. Jung Yunho era un chico muy tímido, Jaejoong podía recordar vagamente cómo el monstruo de las matemáticas acomodaba sus gafas cada vez que se ponía nervioso y cómo siempre tuvo un asiento en la primera fila. Las chicas en su escuela tenían esta fascinación hacia el misterioso chico, y mientras los muchachos decían que Jung Yunho era espeluznante, las chicas se volvían locas cada vez que Yunho pasaba junto a ellas. Siempre decían cosas acerca de Jung Yunho como que era "realmente bueno" y "se preocupaba por los demás", pero los chicos rara vez reconocen las cualidades de otros chicos.
Quizá por eso Jaejoong se dio cuenta que estaba interesado en los chicos. Porque él era uno entre la multitud observándolo, pero lo negaba, actuando como si lo odiara.
Bingo, tremendo mentiroso.
Fue una tarde cuando Yunho invitó a Jaejoong a su lugar de trabajo, un mes después de reencontrarse. Habían estado en contacto desde entonces. Al parecer, Yunho era terapeuta en una casa de rehabilitación, donde escuchaba a los drogadictos soltando la mierda de su vida, y les animaba a hacer algo mejor que dañarse a sí mismos. Fue aún más sorprendente para Jaejoong saber que el piano era sólo su pasatiempo, siendo su mayor pasión la psicología. Sentía una gran satisfacción cuando lograba hacer que la gente, joven sobre todo, encontrara lo mejor de cada uno y sus talentos propios. Sentía la más grande satisfacción y una felicidad indescriptible cuando volvían a Yunho después de un tiempo, diciendo que la vida era más hermosa así con la mirada.
Los dos chicos caminaron juntos a través de un largo corredor con jardín a un lado y cuartos al otro. Cuadros y carteles con bellas palabras alineados perfectamente en la pared que cortaba la distancia entre puerta y puerta. Algunas habitaciones tenían ventanas y se podía ver a través del cristal. Los residentes eran principalmente chicos de 15-20 años de edad, también había chicas y algunos pocos eran adultos.
"Creí que era muy difícil para los drogadictos verdaderamente..." Jaejoong susurró pasando la mirada a través de los cristales, por los que se podía ver grupos de gente haciendo actividades grupales como pintar, tocar la guitarra, leer libros. Todos ellos eran adictos a las drogas que trataban salir de sus autodestructivos pasatiempos.
"Así es, sobre todo cuando otras personas son las más interesadas. Aquí, a menudo aceptan jóvenes que fueron enviados por su familia sin su consentimiento, o adolescentes que han entrado y salido de la cárcel. A veces, el tribunal decide que deben someterse a rehabilitación. Algunos de ellos todavía tienen malos pensamientos, no quieren dejar de consumir drogas desde el fondo de su corazón, así que es difícil. A menudo aceptamos a la misma gente una y otra vez porque recaen después de dejar la rehabilitación. Pero si hay una fuerte voluntad de dejar las drogas desde el fondo de sus corazones, no es imposible. La gente puede cambiar." Yunho explicó con entusiasmo a lo que Jaejoong asintió seriamente. No podía influir en la gente, ni tenía la paciencia para escuchar a mocosos llorones que no podían valorar sus propias vidas.
Una adolescente corrió hacia ellos y al ver a Yunho, aceleró el paso y se tiró sobre él, abrazándolo firmemente. "¡Yunho oppa!", Exclamó con alegría. La chica tendría 14 años, y Jaejoong se preguntaba cómo pudo arruinar su vida a tan temprana edad, ella estaba en la edad para babear sobre el poster de una estrella pop o seguirlo en cada concierto. Eso era mil veces mejor que meterse en vicios. Cuando Jaejoong tenía su edad estaba muy ocupado negando que coleccionaba discos de H.O.T. y las revistas de Men's Health.
"Hyejin...¿está todo bien por aquí?"
La muchacha negó con la cabeza. "No, porque usted ha estado ausente mucho tiempo. No es que no quiera a Jihoon oppa como mi consejero, pero habla demasiado. Prefiero tener a Changmin oppa escuchándome”.
Changmin. Los ojos de Jaejoong se suavizaron al oír el nombre. Memorias de la infancia. Las mejillas suaves, las curiosas orbes marrones, los comentarios sarcásticos. Trece años pasaron y el chico había conocido a varias personas con el nombre de Changmin, ya que era un nombre común en Corea. En su escuela secundaria hubieron dos Changmin, uno de ellos fue Park Changmin, era molesto y le gustaba jactarse de la riqueza de su familia. El otro era Lee Changmin, sufría de pubertad retrasada. Así que, como presidente responsable de la clase, Jaejoong tuvo que llevarlo a rastras a su banda para darle popularidad, hasta que lo echaron porque no tenía oído para la música. Y hubo un Bae Changmin de sus días universitarios, tan apuesto y amable, que se le declaró a Jaejoong un día. Jaejoong se preguntaba a menudo si su Changmin se había convertido en un hombre tan hermoso como ese.
Al pasar el tiempo, la cara de Changmin se desvaneció de su memoria visual. Jaejoong se sentía muy mal cada vez que trataba de recordar la cara del muchacho, pero no podía recrearlo exactamente. Recordaba su silueta pequeña, el pelo corto y los zapatos rotos, pero su rostro estaba siempre borroso. Jaejoong odiaba eso.
La niña llamada Hyejin los dejó con un mohín cuando Yunho le dijo que continuara lo que estaba haciendo anteriormente.
"¿Jihoon-sshi y Changmin-sshi son consejeros como tú?", Preguntó Jaejoong.
"Jihoon sí, pero Changmin es uno de nuestros niños que por cierto ha mostrado un avance sorprendente. Había terminado su pena de cárcel de 1 año y medio, pero luego se descubrió un poco tarde que los otros presos le daban drogas a menudo, incluso en la cárcel, por lo que todavía era un adicto. No sé los detalles, pero de alguna manera el tribunal decidió por él que se quedara aquí. Damos informes sobre su recuperación y si sigue así, será liberado por completo...incluso de la observación, quiero decir. Al parecer, lo está haciendo bien por lo que estará pronto en libertad. Ah, ese es el muchacho. ¡Changmin-ah!" Yunho saludó al chico con la piel bronceada, tan alto como él. El chico notó a Yunho y se acercó con una sonrisa en el rostro. Llevaba un suéter y una camisa sin mangas, revelando sus brazos tonificados. Conforme el joven se acercaba más, Jaejoong se dio cuenta que no tenía una típica cara coreana, se parecía más a un tailandés o tal vez a un mexicano. Su figura delgada y los pómulos altos podrían hacerlo parecer un modelo de pasarela europea, si sólo fuera más blanco.
"Yunho Hyung...¿trajo un amigo hoy?" El joven saludó cortésmente y le sonrió a Jaejoong. Jaejoong le devolvió la sonrisa.
"Este es mi amigo de la secundaria, Jaejoong. Jaejoong, este es Changmin. Ha estado aquí por 6 meses y terminará el programa la próxima semana. "
"Buenas tardes Jaejoong Hyung..."
Los dos chicos se dieron la mano. Jaejoong alcanzó a ver la parte interna del antebrazo del chico y vio algunas marcas, las típicas marcas que los drogadictos se hacen cuando la ansiedad por los restos de sustancia que quedan en su sangre los desespera. El chico se dio cuenta que Jaejoong miró las marcas y sonrió con timidez. "Yo fui tan estúpido." Dijo.
"Deja de pensar tan mal de ti mismo, Changmin-ah...todos cometemos errores." Yunho le palmeó el hombro. "Entonces, ¿cuál es tu plan ahora?"
"En realidad una de mis tías confía en mí lo suficiente como para dejarme trabajar en su tienda...así que si es posible me gustaría pedir permiso al jefe para que me deje ir por un rato esta tarde. Mi primo me va a recoger, me aseguraré de volver aquí mañana por la mañana. Mi tía...ella necesita ayuda con los muebles en la nueva tienda, y mi primo es el único ayudante que tiene...¿cree que al jefe le importaría, Yunho-hyung?”
Jaejoong no pudo contener su sonrisa. Había algo lindo con la forma en la que el chico hablaba.
“Vas a estar aquí mañana por la mañana, ¿verdad? Bueno, supongo que no hay problema, voy a convencerlo de que te de permiso. Te irás pronto de todos modos, no tiene sentido ser demasiado estrictos contigo."
Los ojos de Changmin se agrandaron felizmente, agarró las manos de Yunho con gratitud. "Oh Hyung, ¡eres el mejor! ¡Me aseguraré que sea la primera persona a la que invite cuando tenga mi primer sueldo!"
"Estaré esperando por eso, y no te olvides de visitarnos a veces..."
"Ah Hyung, sigue faltando una semana, ¡suena como si ya me extrañara!" Los dos chicos se rieron. Jaejoong no podía creer que un joven tan hermoso como Changmin una vez fuera un adicto a las drogas, y un prisionero. Supuso que las drogas no elegían a su víctima. Eso, o Yunho y sus colegas eran simplemente unos expertos en curar a la gente y ayudarles a descubrir lo mejor de sí mismos. El joven los dejó, Jaejoong le devolvió el saludo cuando el chico se despidió alegremente.
"Que joven tan hermoso...Nadie se imaginaría que alguna vez estuvo preso. ¿Qué edad tiene?"
"Alrededor de...18 o 19, creo. Sí, lo imagino, sufrió los rigores de la cárcel cuando sólo tenía 16. Él estaba muy grave, si no fuera por su firme determinación no lo hubiera logrado. Su actitud es realmente buena, puede socializar bien, y es realmente productivo. Algunos de los cuadros que están aquí son sus creaciones. Por su mirada podemos decir que realmente está arrepentido de su error y tiene una fuerte voluntad de cambio. Espero que pueda continuar con su abandonada educación..."
Más o menos de la misma edad que Changmin. Ahora que lo pienso, Changmin podría verse así cuando creciera.
"¿Jaejoong? ¿En qué piensas?" Los pensamientos de Jaejoong se desvanecieron cuando Yunho le miró con ojos curiosos.
“En nada importante. Bueno...él me recuerda a mi amigo de la infancia, que tendría aproximadamente su misma edad. Su nombre era Changmin. Shim Changmin."
"¿En serio? El chico es Shim Changmin también, ¿seguro que no es él? "
Jaejoong sintió los latidos de su corazón detenerse.
¿Podría ser…?
*
*
Jaejoong arrastró sus aletargados pies a lo largo del estrecho callejón de Seúl, era ya muy pasada la noche pero no podía dejar de pensar en lo que sucedió aquel día. Yunho se había ofrecido a llevarlo a casa antes, pero Jaejoong se negó cortésmente. Necesitaba dar un paseo sin preocuparse por la hora o por la dirección que tomaría, buscando un lugar tranquilo para hundirse en lo profundo de sus pensamientos. Era un hábito. Tomaría un bus al azar y se dirigiría a cualquier lugar que quisiera y cuando estuviera perdido y cansado, solo tomaría un taxi.
Le molestaba cómo seguía sin poder recordar la cara de Changmin con precisión. Recordaba un par de labios agrietados. Recordaba un par de ojos asimétricos cuando el pequeño se echaba a reír. Pero los detalles de la cara de Changmin en su memoria siempre estuvieron borrosos. Después de todo fue hace 13 años. Todavía conservaba el peluche de conejito con él, pegó los bordes una y otra vez para que se mantuviera intacto pero seguían despegándose. Su madre lo miraba con ojos un poco tristes y nostálgicos cada vez que fue a visitar el departamento de Jaejoong.
Hijo mío...sigues conservándolo...Changmin-ah...era un buen chico...Me pregunto si está haciendo bien las cosas.
Shim Changmin. Shim Changmin. Shim Changmin. Jaejoong se esforzó por recordar cuántas veces había leído ese nombre, el número de personas con el mismo nombre, se sintió como navegando por Internet, contando cuántos Shim Changmin estaban allí en Corea. Maldita sea este país y su escasa variedad de apellidos.
Jaejoong se detuvo cuando vio a unos tipos de aspecto sospechoso envueltos en abrigos negros reunirse en la esquina detrás de la puerta de salida de un restaurante. Rápidamente se hizo a un lado y se escondió detrás de la incineradora que estaba cerca a él, siendo cauteloso ya que podría presenciar una reunión de delincuentes o mafiosos. O tal vez sólo un grupo de chicos malos, pero no sentía la necesidad de saberlo. Aún así, debido a su curiosidad de reportero, oyó algo de la conmoción.
“...chico malo..."
“Así que...dejaste ese lugar,…¿te creyeron fácilmente?"
"A quien le importa…algo de eso..."
Jaejoong no podía oír ni ver bien ya que estaba bastante lejos de ellos y todos los chicos hablaban al mismo tiempo. Trató de aclarar su vista y casi creyó que sus ojos le engañaban al ver que el chico en rehabilitación, Changmin, era uno de ellos. Temeroso de que el chico pudiera verlo, Jaejoong ya no intentó mirar y se escondió por completo detrás de la incineradora. Muy pronto, oyó el murmullo ralentizarse, parecía como si la multitud se hubiera despedido. Luego echó un vistazo de nuevo, y por suerte, Changmin era el único que quedaba allí. Siguió mirando al chico.
¿Qué está haciendo?
Vio al muchacho acercarse en su dirección. Jaejoong contuvo el aliento justo cuando el chico se movió a un lado y se apoyó en la pared, precipitándose sobre algo. Ahora que estaba más cerca de Changmin, Jaejoong podía ver que su mirada era la de un león hambriento listo para atacar a su presa. El chico abrió una pequeña bolsa de plástico bruscamente y sacó el contenido: una jeringa y una botella de algo líquido. Jaejoong no tenía que leer la etiqueta para adivinar qué era eso. Sin esperar más, salió de su escondite, sobresaltando al chico que estaba a punto de disfrutar de su silenciosa fiesta privada.
"En serio, ¿cómo has podido engañar a Yunho así…?" La voz de Jaejoong estaba tranquila, su voz sonaba más suplicante que acusadora. Changmin abrió los ojos en estado de shock al reconocer al tipo delante de él. Dejó caer los artículos que le proporcionarían placer en el suelo. "Jae…¡Jaejoong Hyung!"
"Pensé que estarías supuestamente con tu tía, ¿ayudándola con los muebles?"
Supongo que este chico está peor de lo que pensaba.
"Yo...yo..." El chico tartamudeó. Parecía a punto de llorar, no supo qué decir cuando sus obvias mentiras fueron descubiertas. Mientras más lo veía, más recordada los detalles de la cara de su Changmin...Lo sorprendió realmente sentirse así. Vio un par de labios agrietados tartamudear. Vio unos grandes ojos redondos, los mismos ojos grandes y redondos. Su corazón latía cada vez más rápido dándose cuenta de cómo este Changmin se parecía a su Changmin...Sintió sus rodillas débiles, se resistió a la tentación de echarse en los brazos del muchacho, sólo porque le recordaba mucho a su Minnie. Su dulce Minnie. Pero se dio cuenta que no era apropiado ser cursi en ese momento, así que siguió hablando.
"Él cree en ti, ¿sabes? Él te elogia mucho, tiene mucha fe en ti..." Jaejoong se acercó al chico debido a la falta de respuesta. El chico no podía soportar mirarlo de nuevo. Jaejoong suspiró. "Oye, no me gusta interferir en los asuntos ajenos, no me importa el futuro de los jóvenes de Corea o lo que sea, pero Yunho es mi amigo y no quiero que sea tratado como un tonto. No tengo más remedio que decirle".
"¡No...!", Gritó el muchacho, con ojos suplicantes. A Jaejoong le dolió mucho verlo así. Trató de mantener la calma y sus pensamientos en orden, ya que debía ser firme en su decisión. "Por favor no le digas a Yunho Hyung..." El muchacho puso sus manos sobre los hombros de Jaejoong y se inclinó hacia adelante, cuando Jaejoong miró directamente a sus desesperados ojos. El corazón de Jaejoong latía más rápido al ver el rostro tan cerca, a sólo unos centímetros del suyo.
Mi Changmin...Te pareces a él...
"No fue mi intención...no sé cómo...Ya estaba en la casa de mi tía, y tomé el teléfono...Fue...fue tan difícil, Jaejoong Hyung...Una vez que esto te destruye...sentí como si el dolor que había pasado por ahora se estuviera repitiendo una vez más, las ganas por esto...Y también me amenazaron...Dijeron que irían a la tienda de mi tía y le harían cosas malas...No sé Hyung, estaba confundido...entonces cuando vi esto de nuevo, fue como...¡¡no sé!!" Changmin dejó caer su cara en la palma de la mano sollozando violentamente, sus hombros temblando. El mayor sintió que su corazón se rompía en pedazos.
¿Debería preguntar...? ¿Podría ser que seas mi Changmin…?
Jaejoong no pudo soportarlo más, envolvió sus brazos alrededor de los temblorosos hombros, sintió su aliento estremecerse al dejarlo salir. El muchacho lo dejó estrecharlo sin ningún tipo de reticencia, temblando en el abrazo del mayor. "No quiero decepcionar a Yunho... fue tan amable conmigo...me siento tan mal por haberlo engañado así..."
"Changmin-ah..." Jaejoong sintió su previa resolución disiparse. “Lo sé...Lo siento, no quise amenazarte...escucha, podemos resolver esto, estoy seguro que Yunho comprenderá…" Jaejoong frotó la espalda del muchacho. Cuando el muchacho levantó el rostro Jaejoong vio un par de ojos llorosos. El par de ojos lo miraban directamente, tan hermosos, tan inocentes, tan...Changmin. El periodista sintió que estaba perdido dentro de esa mirada, no podía controlar sus dedos, que parecían moverse por sí mismos acariciando las mejillas color canela. Supo que debía estar soñando cuando sintió la misma suavidad de la mejilla del pequeño Changmin, porque era imposible.
"Jaejoong Hyung..." El muchacho más joven entrelazó sus dedos delicadamente con los del mayor, sus ojos turbados, acercándose al rostro de Jaejoong.
Jaejoong no sintió sus piernas cuando el más joven lo besó suavemente. Pensó que podría estar alucinando. Sabía que no estaba bien, pero no tuvo la fuerza para rechazar al muchacho que presionó sus labios con más firmeza, animando a los suyos a separarse. Jaejoong trataba de no cerrar los ojos al mismo tiempo que sus bocas se fundían en un húmedo beso, pero se sentía tan bien que sin darse cuenta se estaba perdiendo.
Hasta que oyó un "clic".
El calor de Changmin desapareció de súbito, una risa histérica y chillona llenaba el aire. Todo sucedió tan rápido, el cerebro del mayor estaba demasiado aturdido como para procesar lo que estaba pasando.
"Oh, Dios mío...en serio, Joongie ajajajaja…" El drogadicto estaba riendo como loco, una mano masajeando el espacio entre sus cejas, la otra conteniendo su estómago. Su cuerpo temblaba con cada carcajada como si estuviera viendo una comedia americana muy mala.
¿Qué…?
El cuerpo de Jaejoong se estremeció, sólo mirando a la figura delante suyo con incredulidad mientras al chico se le hacía difícil dejar de reír.
"¡¡Qué diablos es esto, Changmin!!"
"Oh mi...Joongie..." Changmin examinó la pantalla de su teléfono celular con sus asimétricos ojos, sin dejar de reír. Mostró la pantalla a Jaejoong con una orgullosa sonrisa. Jaejoong no podía creer lo que veía, cuando el retorcido drogadicto lo besó, en realidad fue lo suficientemente rápido como para sacar un teléfono con cámara y tomar una foto de ellos besándose de perfil. "Parece que lo estás disfrutando de verdad...por cierto, ¿tus colegas saben que eres gay…?"
"¡Tú…! ¡Cómo te atreves…!"
"¿¡No lo saben!?"
Jaejoong apretó los puños, su cuerpo temblaba, su sangre hervía. Tenía ganas de vomitar. "Tú…¡estás enfermo!" Sintió como si un millón de agujas le atravesaran el pecho, cómo pudo ser tan estúpido...
Changmin fingió una expresión de dolor. "Yunho me habló de ti una o dos veces, ¿sabes…? Dijo que trabajabas en una prestigiosa revista. Mmm...solo espero que sean de mente muy abierta como para que tu reputación no esté en riesgo..."
"¡¡¡Ahórrate esa mierda y dime qué diablos quieres!!!" Este tipo es increíble. Está loco. ¿Cómo alguien puede besar a una persona así sólo para una trampa?
"Escucha." Changmin paró de reír, tornándose muy frío y oscuro. "No me dejas otra opción. Mantendrás la boca cerrada acerca de lo que has visto, o yo podría hacer lo que quiera con esta imagen. Y créeme, soy creativo. Si no te agrada la idea de que tus colegas descubran tu homosexualidad, yo podría mostrárselo a Yunho...con mi cara de adolescente enfermo de amor, diciéndole que estábamos juntos, besándonos bajo la luz de la luna, mordiéndonos, tocándonos, acariciándonos, y todos los detalles jugosos...O quizá no, Yunho es demasiado puro podría tener un ataque al corazón." La cara de Jaejoong ardía mientras el muchacho seguía hablando descaradamente. Sintió náuseas.
“¿Y crees que Yunho…?"
"Kkkkkk...Estoy bastante seguro de que lo conozco mejor que tú. El tipo me ama demasiado como para siquiera declarar “Pero yo también amo demasiado a Jaejoongie", ingenuamente podría desearnos lo mejor, pedir por nuestra felicidad y llorar en una esquina...Pobre Yunho, no me gustaría hacerle daño, pero sí..."
"Tú...estás loco..."
¿Cómo siquiera pude pensar que él era Changmin? ¿Cómo? Me siento tan estúpido...
"Bueno, por supuesto, puedes decirle lo que quieras, pero ¿puedes garantizar que va a creerte más a ti que a mí? Incluso cuando mi plan no funcione, no se te olvide que todavía puedo pensar en muchas maneras de utilizar esta foto. Piensa en ello."
El muchacho se fue con un resoplido, pasando al lado de Jaejoong raspando su brazo con fuerza. El periodista aún no podía creer lo que acababa de ocurrirle. Seguía mirando la misma pared grisácea incluso después de que el muchacho desapareció.
Una cosa era segura, esa bestia perversa definitivamente no era su Shim Changmin.
crei que el pianista podria ser min pero desilusioon era yunho ,pero creo que el min que encontro ahora es el verdadero espero enterarme pronto gran fic katyna
ResponderEliminargosh es min cierto??
ResponderEliminarwaooooo interesantisimo!!
ahora chagmin es tan vil waooo
pobre jae tendra que tener cuidado de ahora en adelante...
Este Min es un bad boy...bueno...todo tiene una explicacion...sigan leyendo...me gusta que dejen comentarios y no se pasen de frente...es muy lindo leerlos!!!...Es como mi hijo adoptivo...no lo hice pero lo amo como si fuera mio...fic bello...
ResponderEliminaroooohh mi minnie es changminator xD yay xD jejejej aunk se pasa d malo pero aun asi lo amooooo wiiii xD pero de vdd creia que el pianista seria changmin kekeke asi em gustan los fics que sorprendan aun no creo lo de changmin drogadicto O.o
ResponderEliminarYo tampoco, es apasionado y loco pero no para tanto, aunque en esta vida muchas cosas pueden pasar, despues de todo es un universo alterno...Min malo parece que te quieren mas jajaja...yo tambien, por que negarlo...
ResponderEliminaro.o pense qe el pianisTaa era Min! waa Min maLoo! o.o waa es el? noo poqe esTaa asii qe le pasoo?? ..waa poBre mi Jaee no cree qe el es su Min ... u.u .. a seguir leenDo esTaa reinteresanTee el fiC! graCias! ^^
ResponderEliminarJae....♥♥♥
ResponderEliminarJajaja... yo tambien pense ke el pianista era min... XD
Yuhno tan talentoso.... *0*.. me gusta la imagen de pianista... ♥.♥
Ese min... ¬¬ pobre jae... ke malo min!!! XD
O: Min eres un asdfadsfa xD kyyyyyyyyyaaaaaaa!! U(*O*)U que desgraciado es xD pero me llega xD woooooooow!! O: te respeto un poquito mas Min xD jaaaaaa!! Como atrapaste a Jae wooooooow!! *O*
ResponderEliminarChangminnie~ vuelve a ser bueno con tu hyung!! xDDDD
Minnie es un putoooooooooooooo pero igual me gustaaa jajajaj q ASTUTO!!!!! propio de el :P
ResponderEliminarahora q hara Joongie?????