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Arualthings

Querido vecino

Título: Querido vecino
Autor: Red Chaos
Parejas: HoSu
Género: Angst, Romance
Extensión: Oneshot

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Abrí la puerta de mi departamento con mucha dificultad, cargando las bolsas de las compras que había hecho hace tan solo un rato. Avancé silenciosa y cuidadosamente por el salón de mi departamento, lanzando los odiosos sacos sobre mi hermoso sofá rojo escarlata, gruñendo una y otra vez debido al odioso día que he tenido que soportar hasta ahora. Suspiré, apresurando mi inminente y deseada huída hacia mi habitación, llegando luego de unos interminables segundos. Miré mi hermosa cama azul marino y bendije al ser que inventó tan maravilloso objeto, acercándome lentamente como si temiera dañar su bendecida aura, posando mi aniñada mirada sobre la cantidad exorbitante de almohadas que he comprado hasta ahora, apreciando la tranquilidad del ambiente –sin bolsas, gente empujándome, sin sonidos de cajas registradoras ni interminables filas para poder pagar los mal nacidos víveres- inhalando la brisa que se colaba por mi abierta ventana.
Fruncí el entrecejo ante este detalle, realmente detesto tener la ventana abierta… como es un edificio bastante grande este tiene una forma bastante particular, tomando los edificios contiguos “doblándolos” hacia la derecha… por lo cual tengo ventanas y gente justo frente a mi hogar. Por suerte el departamento de enfrente está desocupado hace ya un buen tiempo, así que puedo disfrutar de mi hermosa tranquilidad como quiera.

Observé mi cama, prometiéndole que volvería, acercándome al alfeizar. Como por inercia me fijé en aquella ventana, sorprendiéndome al hallar una ancha y tostada espalda desnuda del otro lado.
“Vecino nuevo” susurré apenas. Tomé la ventana y me dispuse a cerrarla, pero aquel hombre volteó y no pude hacer más que soltarla y abrir mi boca de la impresión. “Mi Dios…” murmuré, aguantando el alarido de nena que estuvo a punto de salir de mi boca. Es que no es para menos… aquel hombre si no fue esculpido por los Dioses, es simplemente porque es uno. Además esta semidesnudo… así puedo decir con toda certeza que ESTO si que es ser un hombre… Y es que ¡Dios! Tiene una piel tostada bellísima, con gotas de agua escurriendo libremente por aquel cuerpo pecaminoso, que además de estar muy bien formado –tiene un abdomen marcado, ¡MARCADO!- expira sensualidad hasta por los poros. ¿De dónde ha salido este? ¿De una revista de supermodelos?

Me quedé observándolo por interminables segundos, extasiado con la sensual imagen de su castaño cabello siendo secado con unas grandes y masculinas manos que moriría por sentir sobre mí… y es que se ven tan perfectas, ¡todo él se ve perfecto!

Me oculté tras un pedazo de cortina al verlo voltear, pudiendo al fin contemplar su rostro moreno y pequeño. Una sonrisa pervertida escapó de mis labios, pero la borré instantáneamente al percibir como la figura de otro hombre entraba por aquella habitación, pegándose al cuerpo de mi hermosísimo vecino. Escruté a aquel muchacho, y no pude evitar hacer un puchero de resignación al notar la increíble belleza de éste… y es que hasta parece mujer de lo bellísimas que son sus facciones.
Se acercó a mi vecino, lo observó de pies a cabeza como analizándolo, y tras sonreír suavemente, se lanzó a sus brazos a devorar su boca con pasión. Éste no tardó en corresponderle, tomándolo del trasero y elevándolo hasta rodear sus caderas con las piernas del que supongo es menor –por la estatura- arrinconándolo ferozmente contra la pared contraria a mi ventana, por lo que tenía una vista panorámica de su no-trasero.

Lancé un suspiro derrotado, envidiando profundamente al pálido chico. Cerré mis ojos entonces, recuperando el cansancio que de pronto olvidé al descubrir a mi nuevo vecino. Ah… ¡Si tan sólo no tuviera novio!

Miré mi cama nuevamente, y tras lanzar una risilla nerviosa, me entregué a los brazos de Morfeo.


*****************



Soy un masoquista, un enfermo, un desquiciado, un, un… un enamorado. ¡Es que no lo he podido evitar!

Después de aquel día en que conocí –bueno, no realmente- a mi vecino no pude sacármelo de la cabeza. Fui al auditorio a dar una charla y a hablar con mi pianista y ex-novio al día siguiente luego de despertar, y juro que no podía cantar ninguna miserable nota. ¡No salía de mi mente!
Por mero orgullo evité ir hacia mi ventana y ver si quizás se aparecía… por uno, dos, tres días, pero al cuarto no pude resistirlo más y acabé denigrándome a tal punto de estar TODO el día aguardando por él. Aunque fuera sólo un momento… debía verlo.
Se había hecho tarde, y cuando estuve a punto de rendirme e irme a la cama apareció… vestía unos simples vaqueros ajustados, un polerón marrón claro y una gran mochila a sus espaldas. Lanzó aquel bolso a su cama, sacó algo de su armario y desapareció nuevamente… pero luego de unos minutos volvió, con su hermoso cabello castaño mojado, recién salido de la ducha. Luego tomó un par de hojas de algún sitio y se sentó en su escritorio, colocándose unos lentes que lo hacían ver bellísimo. Estuvo escribiendo por horas, no se exactamente hasta cuando ya que me quedé dormido en el alfeizar, llegando tarde a un ensayo al día siguiente.

Y así todos los días desde hace más de tres meses. Los fines de semana se los pasa enteros fuera, o si no con su novio, haciendo el amor tantas veces que ya me es imposible recordar con exactitud la cantidad. Y es enfermizo que lo admire tanto, todos los días, olvidando absolutamente todo lo demás del mundo. ¡No es normal! Menos sabiendo que tiene un hermoso novio el cual se nota, lo ama profundamente…

Suspiré, cosa que se me ha hecho costumbre todo este último tiempo. Incluso he perdido parte de esa energía natural y casi asfixiante que siempre he tenido, preocupando terriblemente a la gente de la orquesta. Mi ex-novio, Yoochun, y mi mejor amigo Changmin, más de una vez me han preguntado que me sucede, pero no puedo simplemente ir y decirles que me he enamorado de mi vecino, al cual ni conozco.

Y hasta a mí me parece imposible. ¿Cómo amarlo si ni siquiera sé como se llama?

Es que sus gestos, sus sonrisas varoniles y sensuales, sus movimientos parsimoniosos y bien pensados, su expresión al concentrarse mientras escribe… ¡hasta como le hace el amor a su novio!
Se ve tan apasionado, tan ardiente e imponente, tan gallardo y elegante… tan, tan…


Mi celular suena, y veo el nombre de Changmin en la pantalla. Lo lanzo lejos de mi cuerpo, sin ganas de oír la voz de nadie más que la de mi amor… que ni siquiera sé como se oye. Se apaga el sonido, pero luego de un segundo vuelve a tintinear insistentemente. Cubro mi rostro con la almohada para dejar de oírlo, dispuesto a dormir toda la vida para dejar de ser tan impulsivo y masoquista, y así quizás cuando despierte sea otra persona, mucho más inteligente y racional…


- ¡Yunho, por favor escúchame!


Eso… se ha oído desde el departamento de mi vecino.
Con demasiada prisa me levanto y tras esconderme bajo la cortina, veo al chico pálido gritándole insistentemente a… a él. ¿Qué estará pasando? ¿Por qué tiene un rostro tan triste…?


- Vete.


Su voz… es tan hermosa. Aunque apenas pude oírla, se oyó tan varonil y elegante…
Escruto la expresión de su rostro, y mi corazón late acongojado al ver como se contrae por el dolor. Pareciera que tiene infinitas ganas de llorar… ¡¿Qué le ha hecho ese monstruo?!


- Yunho, por favor… no fue mi intención. Yo te amo…
- ¡Pues no lo parecía cuando te vi en la cama de T.O.P! –y llora… aún viéndose imponente y masculino. ¿Que lo ha engañado...? ¿Cómo ha sido capaz de engañarlo a él?–. Sólo vete.
- No me iré… por favor, Yunnie. ¡Sólo ha sido un error! ¡Yo te amo a ti! -insiste, llorando él también. Realmente se ve arrepentido, pero mi amor luce tan destruido que tampoco creo sea capaz de notarlo. Aún así… ¿Cómo ha sido capaz?–. Te amo… por favor…
- Vete, Jaejoong. No tienes nada que hacer aquí.
- ¡Sí tengo! ¡Entiende que te amo! ¡No puedo vivir sin ti! –gimoteó. Mi amor sólo le miró y volteó hacia la ventana, dejando que sus lágrimas cayeran libres por su tersa piel. Presionó sus puños fuertemente, arrancando pequeños hilos de sangre de sus manos, levantando su oscura mirada, topándose con la mía. Un alarido aterrado que escapó de mis labios… ¡Me ha visto!-. Yunnie…


- Dile a T.O.P que el contrato se acabó, y puedes recoger todo lo que tengas aquí. No quiero verte más –volteó, y mi corazón comenzó a latir brutalmente. Se que me ha visto… pero, debe estar tan ya tan torturado que el que haya descubierto a un simple vecino observándole no debe tener mayor relevancia. Y… ¿Por qué me duele pensar aquello?…-. Jaejoong.
- No lo haré, no quiero… -sollozó. Entonces a mi mente llegaron imágenes que he visto en la televisión y en carteles… ¿T.O.P? ¿El famoso actor? ¡¿Por ESE está haciendo llorar a MI hermoso vecino?!-. Por favor…
- Adiós –y salió.


No volvió en toda la noche. El chico, al que escuché se llama Jaejoong, lo esperó llorando hasta que lo llamaron por teléfono a las tantas de la madrugada. Tomó un par de cosas del armario y se marchó. Pensé que sería definitivo, pero a la mañana siguiente volvió y lo esperó hasta que ya no pudo más.
Así hasta ahora, que ya han pasado dos semanas, y ni rastro de mi hermoso vecino…
¿Qué será de él? ¿Estará bien? ¿Sentirá frío? ¿Tendrá hambre?... ¿Me recordará?

Puede que suene absurdo y todo, pero ahora que al menos se que está al tanto de mi existencia no puedo evitar anhelar su regreso para hablarle y pedirle disculpas por ser tan entrometido. Pero no ha regresado, y la preocupación no hace más que acrecentarse en mi pecho, cortándome la respiración y llenando mi cuerpo y alma con su imagen desolada y destruida de tal manera que se me hace absurdamente imposible pensar en otra cosa que no sea él.

Cubro mis ojos con mi brazo, y repetidos suspiros escapan de mis labios sin intentar siquiera evitarlo. De una forma muy bizarra y extraña, lo extraño demasiado… y eso definitivamente no me hace bien.
Me levanto suavemente, caminando hacia mi armario y tomando el traje que debo usar para la presentación de esta tarde, aunque sé no me saldrá lo suficientemente bien. No, no sin él, ya que de cierta manera se ha convertido en mi razón para sonreír durante el día, y si no lo veo… simplemente no logro ser yo.

Suspiro nuevamente, observando luego mi ventana y dirigiéndome al alfeizar sin quererlo evitar. Me siento sobre la silla que he colocado justo frente a éste y aguardo, hundiéndome en la miseria con cada minuto que pasa sin que se aparezca. Me levanto entonces luego de una media hora, ya dispuesto a largarme a la ducha para irme de una vez por todas, pero el sonido de una puerta pone en alerta todos mis sentidos.

Volteo y con la mirada lo busco, encontrándolo entonces sentado sobre la silla de su escritorio, escrutando la ventana. Mi corazón salta de felicidad al observarle al fin, y no puedo evitar salir de mi escondite y apoyarme en el barandal que da al edificio contiguo.
Lo observo detenidamente durante interminables segundos, suspirando cada vez que veo sus masculinas manos desordenar su castaño cabello, o su cuerpo removiéndose inquieto ante la caliente brisa que se cuela por la ventana, y sonrío.

Creo que mi risa es particularmente muy escandalosa, ya que termina por voltear, descubriéndome entonces en el acto. Mis mejillas se tiñen de un profundo rosa, escuchando luego la encantadora risa que ha escapado de sus deseables y gruesos labios, transformando mi color en un profundo rojo carmesí.
Rápidamente me oculto, y luego de unos segundos que me parecieron eternos me atrevo a buscarle nuevamente, pero no está. Entristecido, hago un puchero y termino por sentarme en el alfombrado piso, sintiéndome como un completo idiota…

Oculto mi rostro entre mis piernas, abrazándolas. ¿Siempre he sido tan idiota? Y es que acabo de perder la oportunidad de hablar con él…


Oigo entonces el sonido sordo de un papel volando, como uno de esos aviones de papel que tanto hacía en la preparatoria. Levanto mi cabeza y ahí, frente a mi, descansa uno.
Lo tomo rápidamente entre mis manos, y siento cómo mi corazón se contrae al leer lo allí escrito…


“Hola.”


Mis manos sudan, mi cuerpo tiembla, mi corazón se acelera. Apresurado levanto mi cuerpo y lo busco tras la ventana, encontrándolo apoyado sobre su barandal con una pequeña sonrisa curvando sus gruesos labios.

Busco apresuradamente un papel y un lápiz donde sea, sintiendo cómo mi corazón quiere escapar de mi pecho y salir por mi garganta. Lo encuentro y, tratando de calmar mis emociones que no me dejan escribir, respondo:

“Hola.”

Se lo lanzo rápidamente, él ríe divertido, y tengo que aguantar las ganas de saltar a su departamento y besarlo hasta que se me acabe el aire. ¡Es que es tan perfecto!
Luego de unos minutos llega otro avión a mi alcoba. Lo tomo con desesperación, sonriendo embobado al leerlo…


“¿Como estás? Te ves algo triste.”

Si supiera que acaba de hacerme el ser más infinitamente feliz sobre la faz de la tierra…
Aún con la boba sonrisa sobre mis labios respondo, tratando de que no me tiemble la mano al hacerlo.


“Yo bien, es sólo que dentro de un rato debo ir a trabajar, y no tengo ánimos…
Y tú, ¿Cómo estás?”



Lo lanzo, y ahora tarda un poco más en responder. Hago un nuevo puchero, sintiéndome como un idiota al desear tan fervientemente una respuesta de su parte…
Quizás le incomodó la pregunta. Tomando en cuenta que no hace mucho terminó con su novio…

Silencio todo pensamiento al ver llegar un nuevo papel. Sonriente, lo cojo y abro apresurado, lanzando un nuevo suspiro enamorado.


“Oh, ¿y en qué trabajas? No creo que sea bueno si no tienes ánimos, en fin… Yo estoy bien, sólo algo cansado. Mi departamento está hecho un desastre.”


Sonreí tontamente, presionando el blanco papel sobre mi pecho. Dios, me siento tan enamorado…


Seguimos charlando hasta que tuve que marchar al trabajo. Al día siguiente lo busqué, y ahí estaba… y al día siguiente, y al siguiente a ese; días en los que mi alma se llenó de una sensación tan reconfortante que me hacia estallar de dicha, cada vez que averiguaba algo sobre él, cada vez que me sonreía o reía por alguna de mis ocurrencias… todo lo que hacía.

Resultó ser escritor de cuentos infantiles. Pero últimamente se ha visto ocupado porque harían una obra de teatro con uno de sus pocos trabajos dramáticos, y ha tenido que supervisar los ensayos a todo momento. Tiene veinticinco años, estudió literatura en la universidad de Seúl, y es definitivamente el hombre más apuesto e increíble que he conocido en la vida.

Y pensar que sólo hemos hablado por papel…



Salgo entonces de la orquesta, despidiéndome de mi ex-novio y pianista personal, tomando rápidamente un taxi y apresurando lo más posible mi llegada a casa. Abro la puerta de mi departamento luego de un rato, corriendo hacia mi habitación, lanzando mis cosas sobre la cama sentándome rápidamente sobre la silla junto a mi ventana. Por suerte aún es de día, así que tengo tiempo de sobra para estar con él…

Aguardo unos quince minutos antes de verlo aparecer, sonriéndome de esa manera tan suya, arrancándome un trozo más de alma.
Comienza preguntándome qué tal mi día, y yo le explico con lujo de detalles todo lo que me sucede. Así como él lo hace…
Es tan abierto y honesto conmigo. Es tan atento y amable…


“Nunca te he escuchado cantar. Debes ser increíble…
¿Cuándo cantarás para mí?”



Leo, una, otra, y otra vez. ¡Quiere que cante para él! Es decir… tendríamos contacto directo y, y….

Aguanto la respiración mientras a duras penas logro escribir la respuesta. Quizás lo que he escrito sonará atrevido… pero los deseos que tengo de tocarlo, de escuchar su voz cerca de mí… me superan.


“Cuando quieras… ¿te parece ahora mismo?”


Mi corazón bombea ferozmente en espera de su afirmación… o negación. Mis manos sudan entonces, y mi cuerpo sufre un terrible escalofrío al ver su avión llegar, luego de unos interminables segundos.
Observo el papel fijamente, escrutándolo, tratando de leer a través de él, sin ser realmente capaz de abrirlo. Lo tomo entre mis manos, pero antes de ser capaz de separarlo una voz detiene absolutamente todos mis movimientos…


- ¿Piensas abrirlo? ¿O mejor me cantas ya?


Díganme por favor que no estoy soñando…


- Junsu…


Cuanto he ansiado oír mi nombre salir de sus preciosos labios…

Levanto mi rostro y ahí, sonriéndome amablemente con esa galanura tan auténtica y suya… está Jung Yunho.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Él extiende su mano, la tomo y me levanta, apresándome levemente entre sus fornidos y masculinos brazos, separándome al instante. Sonrío como idiota, presionando el papel entre mis dedos…

- Hola Su, ¿qué tal? –ríe suavemente, y ¡DIOS! ¿Cómo es posible que mi corazón bombee tan rápido?-. ¿Su?
- ¿Cómo has llegado hasta aquí? –pregunto, y es que realmente me gustaría saberlo. Elevo mi mirada, ya que es por lo menos una cabeza mas alto que yo, y observo sus hermosos ojos color chocolate observándome-. ¿Te has lanzado de la alcoba?
- Pues sí, no es mucha la distancia, así que no tuve problema -¡Alguien que me explique por qué es tan perfecto!–, no te molesta, ¿verdad?
- Para nada -sonrío, sonrojándome-. Me… me alegra que estés aquí.
- Y a mi –¡Dios!–. Pero bueno, a lo que vine… ¿cantarías para mi, Kim Junsu?


Su voz… su maldita voz. Es tan endemoniadamente perfecta, masculina y despierta absolutamente cada sentido de mi cuerpo… ese que grita por una caricia suya…

Me incorporo a duras penas, aguantando por milagro el peso de mi cuerpo, recordando luego lo que es respirar. Lo empujo suavemente hasta que colisiona con la silla del balcón, sentándolo mientras aclaro mi garganta y me dispongo a cantarle como nunca he cantado en la vida. Espero que con esto… pueda enamorarse de mí. O por lo menos entienda que no lo quiero como un amigo más, o como al vecino con el que hablo por medio de avioncitos de papel.


- Espero te guste…


Y canté como nunca en la vida lo había hecho. Nunca había puesto tanto sentimiento en cada acorde cantado, nunca había dejado todo lo que es mi alma y mi corazón en los versos que escapaban tan fácilmente de mi garganta. Y agradecí al cielo las clases de canto que mis padres me impusieron desde pequeño, porque gracias a ellas pude observar el rostro acongojado y maravillado del hombre al que amo con locura y devoción, para mí, por mí.

Traté de descifrar la expresión que tenía su rostro, pero siempre he sido tan lento para estos asuntos que ni aunque lo intentara lo entendería. Termino de cantar luego, lanzando una pequeña risilla que parece despertarlo de un trance.

Me miró fijamente, y no pude evitar el evidente sonrojo que se apoderó de mis mejillas.
Se levantó de la silla y se postró frente a mí, enfocando su maravillosa mirada chocolate en mis ojos que no podían estarse quietos, no teniéndolo tan cerca de mi cuerpo. Pensé que se enojaría, de verdad que si, estaba demasiado serio… por lo mismo, no pude evitar golpearle en el hombro cuando de la nada comenzó a reír. Él me miró, y el puchero que coloqué de la pura frustración al parecer le divirtió más…


- Lo siento, Su. Es sólo que tu expresión me causó gracia…
- No le hallo lo gracioso. –Gruñí, aún con el puchero sobre mis labios-, creí que… que no te había gustado…
- Su –habló, tan seriamente que por momentos me asusté. Tomó mis brazos con delicadeza, obligándome a mirarlo a los ojos-. Me ha encantado. Eres simplemente maravilloso –y sonrió.


Juro que intenté reprimir la risita idiota y enamorada, pero me fue imposible…
Ensancha su sonrisa entonces, y por momentos me perdí en la hermosura de su rostro.
Se ve tan cercano, pero a la vez tan distante… casi puedo agarrar su mano y llevarla a mi corazón, pero a la vez estoy seguro que de hacerlo simplemente le espantaría. Acaba de salir de una relación terrible, y que venga alguien de la nada declarándosele… no puede acabar bien. Menos si sólo han pasado dos meses desde lo sucedido con ese chico Jaejoong.

Oigo su risa, y mis sentidos se ven abruptamente bloqueados, enfocándome únicamente en sus gruesos y rojizos labios curvándose en esa mueca tan sensual y deseable ante mi mirada. Cierro mis ojos entonces, perdiendo mi consciencia y cordura por momentos, embriagado hasta lo más profundo de mi ser con esa esencia única que desprende por cada resquicio de su cuerpo, hipnotizándome. Me acerco suavemente, y sólo cuando siento sus labios pegados a los míos me doy cuenta de lo que he hecho.
Le he besado…


- Yu… Yunho… yo, lo siento… no fue mi intención… -más fui interrumpido por sus deseosos labios capturando los míos.


¿Es… esto real?


Cuando intento averiguarlo es cuando ya no siento su boca sobre la mía. Abro mis ojos, asustado a más no poder, con demasiada lentitud encontrándolo mirando hacia abajo, claramente arrepentido. Es todo mi culpa… ¡No debí haberlo besado!


- Lo siento Yunho… -murmuré. Me detuve de pronto, sintiendo los trozos de mi corazón desplomándose-. Yo… -cerré los ojos, dispuesto a entregarle mi alma, y que hiciera lo que quisiera con ella. Ya lo he besado, no hay marcha atrás, y ya no quiero lidiar con éste sentimiento que poco a poco va consumiéndome–. Te quiero.
- ¿Qué…?
- Lo siento, de verdad lo siento. Sé que apenas me conoces, pero yo te he admirado desde mi ventana desde que te mudaste y, y… -no pude continuar, las lágrimas pudieron más que yo y los sollozos que escapaban continuamente de mi garganta apenas me dejaban respirar. Ya no quedaba más que decir después de todo…-. Te quiero…


Seguí llorando con los ojos cerrados, sin escuchar nada de lo que pasaba a mí alrededor.
Luego de unos minutos logré serenarme un poco, pero cuando abrí mis ojos él ya no estaba ahí.
Caí al alfombrado piso entonces, dejando que aquel amor erróneo y bizarro terminara por consumirme, y al fin me dejara desaparecer…


*****************



Cuatro días. Han pasado cuatro días desde que aquello sucedió… y aunque mi alma sigue desgarrándose entre llantos, yo he decidido olvidarle. Después de todo, desde el principio, cuando vi a su novio, supe que no tenía ninguna oportunidad. Lo único que ha cambiado es la magnitud del amor que le tenía… y aún le tengo.

Observo a Yoochun mostrándome un par de partituras que compuso anoche y que debemos interpretar en unas semanas más. Río ante sus ocurrencias, respondiéndole con uno de los tantos comentarios infantiles y aniñados que siempre han sido parte de mi personalidad, disfrutando el maravilloso momento que puedo pasar con él. Luego de un par de horas ofrece llevarme a casa, y acepto gustoso; cuando viajo a solas sólo pienso en Yunho, y eso no me hace bien en absoluto.

Al llegar lo hago pasar, sirviendo unos tragos mientras se acomoda en mi hermoso sofá rojo escarlata, tarareando una de las partituras que tengo sobre la mesa de centro, de las que he compuesto yo.

Lo alcanzo luego de un rato, entregándole el trago, esperando que con el mío todas las penas se me pasen y pueda olvidar todo este embrollo que comenzó por culpa de mi estúpida curiosidad. Ambos sonreímos, y es cuando bebo mi tercera copa que descubro un avión de papel sobre el piso de mi habitación.

Me atraganto con el líquido por momentos, sintiendo como mi pecho se contraía en una sensación dolorosa y repulsiva, agolpando innumerables lágrimas en mis ojos.
Yoochun se espanta y corre a auxiliarme, refugiándome entre sus fuertes brazos, recargando mi rostro sobre su suave pecho.


- ¿Es por esto? – murmura, y yo me alejo lo suficiente como para mirar el avión que ahora reposa entre sus pálidas manos. Lo tomo rápidamente, y al leerlo mis lágrimas comienzan a caer con libertad por mis tersas mejillas.


“¿Podrías… cantar para mi nuevamente?”


Corro hacia mi habitación como si la vida se me fuera en ello, encontrándola vacía. Me acerco a la ventana que tantos pesares y alegrías me ha traído, y observo la luz prendida desde el otro extremo, en el departamento de mi Yunho.
Me echo hacia atrás, concentrándome en mi destino, y corro, saltando justo en el barandal.


- Junsu.


Su voz me llama, y apresurado busco su figura con la poca luz que se cuela por su habitación. Lo encuentro cerca de su cama, sentado, con su rostro observándome fijamente. Mi respiración se corta, y es cuando siento sus fornidos y protectores brazos rodeando mi cintura cuando soy consciente de donde estoy. Levanto mi vista, y en sus ojos chocolateados logro ver una profunda determinación.


- Yunho… ¿Qué?


Y de nuevo siento sus gruesos labios apoderándose de mi boca en un ósculo más que necesitado. Mi cuerpo siendo apresado por él, mientras su lengua pide permiso para entrar en mi cavidad, luchando contra la mía apenas le concedo el permiso. Ambas danzando en una lucha por el control, quitándome ese poco de cordura que sus brazos me habían dejado apenas tocó un milímetro de mi piel.
Nos separamos por falta de aire luego de unos minutos, y apenas me mira a los ojos comienza a devorar mi boca como si la necesitase para vivir. Entonces comprendo que por mucho que quiera olvidarle, jamás podré ser capaz de arrancarlo de mi alma. Si me he enamorado de él aún sin conocerlo, ¿seré capaz de dejarlo ahora que recién comienzo a hacerlo?


Sus brazos comienzan a acariciarme con desenfreno, y es cuando dejo mi cuerpo total y completamente a su merced. Otorgándole esa virginidad de sentimientos que poseo, confiriéndole mi alma y todo mi amor, que ahora sé, es completamente correspondido.


Ahora todo está bien…


*******************



Abro mis ojos lentamente, frotándolos con las mangas de mi pijama marrón claro.
Lanzo un largo bostezo y observo a mí alrededor, aún algo adormilado, buscando algún rastro de mi Yunnie, pero no está.
Cierto, me dijo que debía salir temprano en la mañana a entregar unas hojas a su editorial, luego de que viniera a dejarme a mi hogar…


He, aun se me hace tan difícil de creer…

Terminando de besarnos, simplemente recargó su frente contra mi cabeza. Susurró un “¿cantarías para mí?” y seguimos besándonos como si no hubiera un mañana, hasta las tantas de la madrugada. Luego me tomó en brazos y se lanzó hacia mi departamento, dejándome sobre la cama y besándome nuevamente, para después marchar.

¡Y se me hace tan imposible!

Tanto, que hasta pienso que quizás todo ha sido una simple mentira… o un sueño…


Me estiro como puedo, dejando caer mi cuerpo sobre toda la extensión de mi bella y gran cama. Siento luego algo debajo de mi estómago, lo cojo y descubro un pequeño avión de papel, más pequeño que los demás.


Mi corazón se contrae de la emoción y, casi con desesperación, lo abro, dejando caer una pequeña lágrima por mi mejilla. Ahora todo esta bien…


Sonriendo como idiota me levanto, tomando algo de ropa dispuesto a saltar por mi ventana hacia la habitación de mi Yunnie y prepararle un buen desayuno para cuando llegue de la editorial, sin soltar el pequeño papel de mi mano. Lanzo una pequeña risa enamorada y lo arrugo, presionándolo fuertemente contra mi corazón.


“También te quiero, Su…”



¿Quién dice que la curiosidad es mala?


Fin

9 Comentarios:

  1. GdRaGoN6/03/2010

    abuuuuuuuuu yo queria lemos pero aun asi no esta precioso!!!! lo ame!! waaa *toda hipnotizada por la belleza de yunho*

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  2. Anónimo6/03/2010

    aaa es re lindooo el finaaal (L)

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  3. esta muy lindo!!

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  4. Dios mori mori mori mori!! me lo imagine tooodo!! y me encanto! ay pliz si se puede conti contii!! ^^

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  5. Anónimo6/08/2010

    wwaaaaaaaahhh que lindoooo!!!!!!!
    me encanto
    :)
    sobre todo el
    yo tambien te quiero Su
    aaaaaaaaaaahhhhhhhh!!!!!!!!
    solo con eso digo que simplemente es perfecto

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  6. xochiquetzal6/27/2010

    Ah, un Junsu completamente enamorado, me gustó leer los detalel sde sus emociones y sentimientos(todo lo senti muy detallado ^^), me recuerdan a mis amores de prepa, jeje, muy lindos, que bueno que se le hizo, y tmb me gusto que se quedo en lo tierno y no paso a mas ;_;

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  7. Anónimo7/21/2010

    CUTEEE!!
    ;3
    Amo el HoSu y esta ha quedao fenomenal *u*
    Eso de JJ con T.O.P xDDD me dio risa xDDD
    Y Chun ex novio mm... como que fue extraño ._. don't like me xD 'cause I love YooSu xd is my OTP xD

    Pero el Hosu hermoso tierno y too! *------*

    Make more!

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  8. Wowwww, primer HoSu que leo, ¡No pude debutar mejor! *-*

    Dios! Ame tu redacción ¡es fascinante!
    estuve como una montaña rusa, ¡de arriba pa' abajo con mis emociones! xD fue genial!

    Pero te la comiste con los avioncitos de papel (que por cierto, a ver si aprendo a hacer uno porque los que hacia en la primaria nunca volaban u_u*)¡fue tan romanticooo! *-* ¡de película! *-*

    Fue tan genial que no me di cuenta de la falta de lemon hasta que lei los coment's, la ausencia del mismo fue lo mejor xD hace más romantico y bello al fic n_n

    Gracias por el fic, ¡te la comiste! *O* tienes un gran don para la escritura, ¡cuidalo! *o*

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  9. es precioso lo de los aviones me encanto me a gustado la mencion de las otras parejas jeje aunque me gusta que al final esten juntitos y escribes de cine jaja

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