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Hasta el amanecer

Titulo: Hasta el amanecer
Autor: Lessien
Pareja: JaeMin
Género: Drama y Vampirismo
Advertencia: Violencia, masoquismo, lemon y malas palabras
Nota: la canción que canta ChangMin es esta: http://www.youtube.com/watch?v=noHZmyUqfpc
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Un sonido metálico fue el que me trajo de nuevo la conciencia. Al abrir los ojos, con todo mi esfuerzo, me encontré con que el lugar no me era para nada conocido. Parecía ser un desván, uno muy antiguo.
Todavía podía ver por las rendijas de las tablas, mal colocadas, en las ventanas que fuera aun había luz, que parecía apagarse lentamente. Quise moverme y soltarme de aquellas ataduras que tenían mis manos, pero una descarga estallo en mi cuerpo, haciéndome casi gritar, estaba totalmente atrapado en aquel lugar.
Mis brazos estaban demasiado pesados con el paso de los minutos, y lo peor era que no recordaba como había llegado a ese lugar. Solo conseguía un pinchazo fuerte en la cabeza cada vez que intentaba recordar algo.

La noche había caído, y el silencio seguía dominándolo todo, no podía ver nada claro, ni encontrar razón por la que estaba en ese lugar, y que decir de alguna pista del culpable de mi lamentable situación, en ese lugar no había nadie mas vivo que yo.

Solo y con mis pensamientos estuve encerrado toda la noche, y empezaba a tener hambre además de sed.

Los primeros rayos del alba se asomaban tímidamente por aquellas malditas rendijas, y podía notar el dolor en mis ojos al no haber visto la luz en tanto tiempo.

El crujido de la madera me indico que algo se estaba moviendo, y efectivamente entre la oscuridad se abrió algo, parecía ser una puerta. Estaba mas débil de lo que pensé pues entre la sombra vi algo moverse suavemente pero sin dejarse ver, y no era capaz de reconocer si era amigo o enemigo.


- Seguro que estás hambriento – le escuché decirme aún sin moverse desde aquel sitio oscuro en el que se encontraba – pero te lo mereces.

- ¿Tan seguro estas de eso? – una risilla provino desde su lugar, intentaba ver quien era ese que me hablaba, pero parecía imposible.

- Claro que lo estoy…nunca había estado tan seguro de algo en mi vida.

- Muéstrate – le ordené, pero solo empezó a reír más fuerte y desapareció tal y como había entrado.



Todo volvió a quedar en silencio, y casi podía jurar que lo único que escuchaba eran mis pensamientos, preguntándose una y mil veces quien podría ser ese tipo que me dejaba allí sin pensarlo o dejarse ver.

Si me iba a matar prefería que lo hiciese ya, antes que seguir sufriendo la agonía de la sed y el hambre, ahora entendía porque los expertos siempre decían no podíamos durar mas de algunos días sin beber…

Pero aquello era demasiado, el ansia de alimentarme que tenía era demasiado grande como para haber estado cautivo solo una noche y un día…¿Cuánto tiempo llevaba allí encerrado?

Intenté en vano liberarme de esas correas que tenía alrededor de las muñecas, consiguiendo como premio más de esas descargas, que creí que empezaban a gustarme incluso.

Y la noche volvió a caer. Cerré los ojos intentando descansar un poco. Extrañamente me vi mas cómodo descansando a esa hora que no durante el día. Pero dormir con las manos apresadas y sin dejar mucho espacio para moverse no era la mejor forma para poder descansar bien. Me quejé varias veces al moverme, pero no servia de nada, ese mal nacido no iba a aparecer.



La risa de ese ser me obligó a abrir los ojos, encontrándome con algo que no esperaba, había conseguido dejarme casi suspendido en el aire, colgando tan solo de mis brazos atados a un gancho metálico sobre mi cabeza.


- ¿Cómo es posible? – me quedé más que sorprendido al verme así -¿Cuándo me has…?

- No ha sido difícil…estabas tan agotado que te coloqué lo que me hacía falta para moverte y mírate ahora…estas indefenso contra mi.

- … - no fui capaz de decir nada, él tenía toda la razón, estaba tan sumamente débil, que apenas podía moverme - ¿Por qué haces esto?

- ¿Tengo que tener alguna razón? – me dijo, fríamente – os odio

- Eso se ve…pero eres tan cobarde que ni siquiera me muestras tu rostro – ya que llevaba un pasamontañas negro no había sido capaz de verle aun, y por culpa de la poca luz que se colaba dentro del lugar no podía tampoco ver demasiado. – ¡muéstrate!

- ¿Tanto te interesa ver la cara de quien terminará con tu vida?



Dejó lo que fuese que estaba haciendo y se quedó mirándome, fijamente, sin miedo; casi sentí que podía perforarme con esos ojos negros, mi propia curiosidad creció por ver su cara, se acercó decidido, y me tocó, su piel estaba totalmente helada, y yo sin explicármelo me sentí emocionado por tener la atención de ese curioso ser.

Su mano fue descendiendo lentamente desde mi hombro, pasando sutilmente por mi pecho para terminar en mi cintura, allí se detuvo, aún sin apartar su mirada de la mía. Casi gemí al notar como acariciaba con sus yemas por ese lugar, no entendía que era lo que se proponía pero por el momento me estaba encantando. Cerré los ojos, dejándome llevar, deseando que continuase bajando en su recorrido.


- ¡¡Ah!! – grité con fuerza al sentir como algo atravesaba lentamente mi abdomen - ¿Qué haces?

- Enseñarte que solo yo puedo dar ordenes aquí



Le escuché reír de nuevo y después se quitó el pasamontañas, no solo sus ojos tenían el color de la noche, también su cabello, su piel descubierta solo me dejaba compararla con la nieve, incluso pensé que al roce de la luz tenía brillo propio, una sincronía perfecta de nariz, ojos y labios, gruesos y apenas sin color y secos por el frío que hacía fuera, pero aun así demasiado llamativos. El efecto de su mirada parecía haberse multiplicado por mil al unirla a su rostro. Ni siquiera el agudo dolor de esa herida abierta me importaba ahora, solo quería continuar perdido en esos ojos negros que no dudaban en amenazarme en silencio.

Apretó mas aquello que tenía clavado, haciéndome gemir del dolor. Podía ver perfectamente como estaba disfrutando con la tortura que me regalaba. Parecía que estaba viviendo una venganza personal, pues solo se conseguía poner esa cara de placer cuando se hacía ese tipo de cosas.

Su sonrisa se alargó tanto…me sentí excitado con solo verla.



- Volveré…


Dijo cuando salióo del lugar. Ese mal nacido me había dejado en aquella posición tan incomoda para mi, ahora, cansado cuerpo. Su plan parecía ser debilitarme hasta la muerte. Y mi estomago rugía del hambre. Si no me mataba ese desconocido desde luego lo haría la falta de mi alimento.


A través de aquellas maderas podía ver que empezaba a hacerse de noche lentamente, y una pregunta seguía en mi mente ¿cuánto tiempo estaría allí metido?
Pero que importaba, si después de todo nadie me estaría esperando al volver.


Y la noche cayó, y con ella mis fuerzas volvieron un poco, pero no lo suficiente como para romper esas malditas cadenas que me apresaban. Y no tuve más remedio que esperar hasta el amanecer para quizás tener una oportunidad de escapar. Intenté descansa un poco, solo un poco.



- Eres capaz de dormir sabiendo que hay alguien que te odia y quiere matarte – me susurró en el oído suavemente ese ser – que valiente

- No es ser valiente…dime ¿qué más puedo hacer mientras espero a morir? – contesté sin aún abrir los ojos, podía sentir un aroma suave en su piel – ¿recién salido de la ducha?

- Aún tienes ganas de bromear – volvió a decir muy suavemente, dejando a mis sentidos disfrutar del sonido de su voz.

- Te han dicho que tienes una voz muy sexy



Una carcajada salió de sus labios y algo se volvió a clavar en la herida que ya tenía. No se detuvo ahí, volvió a sacar ese objeto y luego, una vez mas, lo clavó.

Sus ojos no se apartaban de los míos, buscando quizás algo dentro de mi alma, si la tenía. Pasó suavemente la lengua por sus labios y quise morir allí mismo de placer, porque aunque mi estado y mi situación no eran las mejores ese tipo estaba consiguiendo excitarme con su descaro hacia mí.



- Eres capaz de gemir incluso si te estoy apuñalando con un trozo de cristal – me dijo con un tono entre burla y asco – no sé como podéis ser de esta manera.

- Puede que en el fondo no seamos tan diferentes…tú estas sonriendo mientras clavas esa cosa en mi – le reté con mi comentario, sacando mi lengua para pasarla por los labios al igual que él había hecho antes – estoy sediento

- Oh, que pena…pues en esta casa no hay nada para complacerte – contestó sin apartarse de mi lado.

- Y que te parece tu mismo…seguro que sabes genial


Por mi pequeña broma me gané otro corte cerca de mi hombro, pero que podía hacer si había desarrollado alguna extraña obsesión por contestarle y retarle en todo lo que saliese por esos labios carnosos.


- Mi nombre es ChangMin – dije cuando estaba apunto de abandonarme después de darme ese pequeño castigo diario.

- Como si no lo supiese


Salió de la habitación y esta vez me reí, había podido notar dos cosas, una que ese chico parecía ser débil a mis encantos y dos, que estaba demasiado bien como para ser una persona normal y corriente. Aquella noche pude dormir un poco mejor, aunque el olor de mi propia sangre me estaba volviendo loco.




Una melodía empezó a agudizar mis sentidos lentamente, con los ojos cerrados sentí cada una de las notas, de las palabras que esa canción dejaba escuchar, parecía estar hablando de nosotros, de una manera tan pasional que solo podía pensar que quién la escribió era también un igual a mi.

Su letra dejaba claro que era el amor lo que predominaba, pero también había sensualidad, la voz que la cantaba se estaba dejando el alma en ello, la música seguía colándose por mis oídos sin yo poder evitarlo, consiguiendo hacerme estremecer. Temía abrir los ojos por si el encanto del momento se perdía.





Solo fui capaz de abrir los ojos cuando esa canción terminó, y entonces me sorprendí de tenerle allí delante mirándome de nuevo con esos ojos de odio. La letra que había escuchado parecía estar hablando de lo que le hubiese hecho a él, si las cadenas no me tuviesen preso.


- Parecías extasiado hace unos momentos – dijo observándome, se había agachado para verme mejor, y yo pude ver más de su piel, esa camiseta que llevaba completamente rajada era una idea muy buena para conseguir emocionarme.

- Adoro la música – dije simplemente – y esa canción casi hace que me corra.

- Un monstruo como tu aprecia la música…es curioso


Volvió a su posición y vino caminando lentamente. Le vi agarrar un látigo de la pared y tensarlo delante de mí. Aún no entendía porqué hacía eso, y sobretodo porque disfrutaba tanto torturándome, pero tenía que admitir que de cierta manera la situación me estaba gustando. Si tan solo tuviese un nombre para llamarle mientras pegaba mi piel desnuda, quería gemirle, y posar mis comillos en su cuello…que indescriptible placer sería eso…saborear su sangre, y después teñiría sus labios apagados de rojo.


- Oye pareces cansado…porque no mejor me dejas hacer algo para que te relajes – me insinúe de una manera tan descarada que hasta a mi me sorprendió. Él me miró frunciendo en ceño.

- Déjate de tonterías, eres aquí el que esta retenido y aun así ¿quieres hacer que me sienta bien? – dejó de golpearme para echarse el flequillo hacia atrás, que sexy se vio cuando el sudor cayó lentamente por su frente para ir a más sitios que yo mismo recorrería con la lengua – ¿que eres de esos que se enamoran de sus captores?

- Quizás la culpa la tiene esa canción de antes… ah, así de hermosa mi canción de suplica, mientras me arrodillo, ah, corrompiéndote antes de saberlo…


Me puse a cantarla, cada trozo de letra seguía en mi memoria, tan vivo como si ahora mismo estuviese sonando en lo más profundo de mi mente, pero hacía ligeros cambios, poniéndole a el como protagonista. Me miraba, quizás se sorprendido porque con solo una vez me la había aprendido entera, era un don que tenía, si antes o después de transformarme, no lo recordaba pero tampoco me importaba.

Dejó el látigo y se apoyó en la pared mientras yo seguía recitando todo lo que salía de mi memoria. Solo mi voz fue lo único que se escuchó en los siguientes minutos, hasta que al final cerré los ojos y dejé de cantar.


- No suena tan bien, como cuando la cantas tú – le dije, utilizando un toque mas grave de mi voz

- ¿Tan seguro estas de que yo era el que cantaba? – me dijo cruzándose de brazos – podría ser otra persona

- Tu tono de voz es único


Sí, mi descaro ya llegaba a puntos insospechados, era como si mi instinto se hubiese propuesto seducirle incluso antes de que yo mismo me diese cuenta. Y mi propio cuerpo actuaba por si solo, le miraba directamente a los ojos, y era capaz de aguantar esa mirada sin inmutarse. De nuevo me estremecí cuando pasó la lengua por sus labios.


- Por dios no hagas eso – le pedí mirando hacia otro lado.

- ¿Dios? – la ironía se notó en todo el timbre de su voz – créeme que por ese no dejare de hacer algo…

- Oh, así que no crees en un dios todo poderoso – dije con sorna

- Con monstruos como tú por ahí sueltos es imposible que crea

- Me llamas monstruo cuando eres tú el que me tortura sin pensarlo…mírame, estoy sangrando, atado y muerto de hambre, ¿quién es un monstruo aquí?

- Esto es porque te lo mereces… - su voz se volvió oscura, casi tanto como sus ojos - todo lo que ha pasado es por ti…


Cogió el látigo de nuevo y empezó a utilizarlo una vez contra mi cuerpo, y aunque me dolía, no era capaz de contener los gemidos que se me escapaban a causa del placer de sus golpes. Mi sangre saltaba por todas las heridas abiertas, si continuaba perdiendo sangre de esa manera moriría en menos de un día.


- Si quieres continuar…ah…divirtiéndote así, tendrías que tener mas cuidado…o desaparece en nada – le advertí

- ¿De verdad? – se acercó, cada vez mas, hasta que casi lo tuve encima de mi, sus ojos no abandonaban los míos, sus labios se movían, y restos de mi sangre resbalaban por su blanco cuello, resaltando demasiado – quizás eso es lo que debería hacer…hacerte desaparecer de una vez…puede que así se termine ya mi pesadilla…



Tan cerca, tan cerca…y no podía tocarle. Su sola cercanía me estaba torturando mas que esos golpes, porque el tenerle ahí y no ser capaz de rozar su piel ya era en si darme la muerte, mi cuerpo entero reclamaba el suyo, quise moverme pero solo conseguí las carcajadas de él, sabía que el sabía de mi desesperación. ¿En que momento me obsesioné de esa manera por poder tenerle?


- Déjame probarte – supliqué cuando se acercó un par de centímetros mas

- Parece que te tortura más el que no te deje tocarme que los golpes…dime ChangMin, ¿tanto te pongo? – ya era eso lo que me faltaba que le diese por ponerme a cien – quieres que esto se adentre en mi… - señaló cierta parte de mi cuerpo que parecía tener también vida propia.



Era un maldito desgraciado, se había acercado tanto que nuestros cuerpos se rozaban, dejó una pierna en medio de las mías, tocando suavemente mi entrepierna con su rodilla, su mano, se pasó a mi pecho, como había hecho unos días atrás, pasando sus dedos por mis pezones; se endurecieron al segundo de pasar por allí. Jadeé con su aliento chocando en mi cuello, descaradamente mordió la zona, ya de por si mas sensible de lo normal.


- Apuesto a que morirías por hacer esto mismo conmigo – susurró desde su posición en mi cuello, y no sabía la razón que tenía.

- Eres un monstruo – le dije en ese momento, y le escuché reír.

- No tanto como tú.



El momento se terminó cuando se alejó de nuevo de mí, enroscó el látigo y lo dejó en la pared. Abrió la puerta, más que dispuesto a salir de allí, pero antes se giró a mirarme.


- Dulces sueños


Se había ido sin compadecerse de mi ni un poquito, ahora no solo estaba hambriento y sediento, no, ahora también tenía una erección demasiado grande como para no prestarle atención. Le maldije un par de veces antes de intentar relajarme pensando en cosas poco eróticas…cosa que a los minutos no estaba dando resultado.

Mi cuerpo estaba ardiendo, necesitaba liberarme del todo, pero siempre que lo intentaba la corriente me recorría de arriba abajo, mi necesidad por tocarme crecía y crecía, y buscaba el roce de cualquier cosa, incluso subiendo un poco más la pierna, pero no era suficiente. Jadeaba como una bestia, e incluso le llamé para que me calmase, porque si algo teníamos los vampiros, era que todas las sensaciones se multiplicaban por mil…y ahora con el dolor de mi erección estaba sufriendo, y mucho.

Mis ojos se posaban en todo lo que estaba cerca para poder satisfacerme, pero nada se hallaba lo suficiente cerca como para hacerlo. Mi desesperación seguía creciendo.


- Te veo mal… - Dijo y luego se puso a reír, cosa que me empezó a molestar – dime…quieres que te suelte para que puedas hacerte algo a ti mismo.

- Y porque no mejor me lo haces tú y así te callas. – le dije fijándome en él, no estaba seguro en que momento había vuelto y mucho menos, en que momento se acercó tanto, pero eso era peligroso, entre mi excitación y mi hambre me importaba poco terminar frito con tal de pegarle un bocado y de paso…hacerle cuatro cosas más. – desátame…y prometo no matarte.

- Oh, claro, que tú podrás matarme - Volvió a carcajearse de mi, sin miedo, como siempre hacía, pero esta vez había algo distinto; en su mirada había algo mas que odio – tienes suerte…


Cogió la parte baja de su camiseta y la fue levantando lentamente, mientras seguía moviéndose a mi alrededor, al final la tiró al suelo y se detuvo a mi lado, no podía apartar mi mirada de su cuerpo, como había dicho alguna vez, el chico parecía ser perfecto. Su mirada estaba totalmente teñía de deseo y lo dejaba ver claramente, pasó su lengua de nuevo por los labios y luego no tuvo ningún pudor al tocarse lentamente todo lo que tenía al descubierto. Gemía suavemente, y lo hacía para mi propia desgracia, ya que yo estaba en mi límite de cordura.


- Mátame ya, o viólame, pero no me tortures mas así – le supliqué…quien me conocía no se lo hubiese creído en la vida.

- Desde luego los vampiros sois muy curiosos…puedo pegarte y desgarrarte pero solo suplicas por tu excitación…lo entiendo, cuando estas así puede ser muy doloroso.

- Pues si tanto lo sabes solo haz algo, por favor…

- Eres patético…ahora suplicas y cuando te suplicaron a ti no tuviste compasión. – su voz era amenazante y por lo que estaba escuchando era más que obvio que yo tenía que ver con la muerte de alguien, pero ¿quien? Cuando para mí a los humanos que ataco no eran más que alimento, no recordaba ni sus caras.

- Ya entiendo, intentas vengar a alguien que maté, ¿no es cierto? – le dije, el tan solo se detuvo y me miró. – no eres nada original, cuantos habrán intentado hacer lo mismo, y terminaron siendo mi cena…pero contigo tendré un trato especial.

- Qué amable…


No dijo nada más y fue directo hacia mi, me agarró la cintura y clavó las pocas uñas que tenía con fuerza en mi piel. Me miró y sonrió, estaba disfrutando. Lentamente se colocó detrás de mi y tiró de mis pantalones, dejándome prácticamente desnudo, solo mi ropa interior cubría un poco.

Lamió mi espalda, y me estremecí completamente…

Sus dedos se deslizaron hasta mi ropa interior, que descendió poco a poco.

Acarició toda la extensión de mis piernas…él no sabía el placer que me estaba dando tan solo con eso.

Me dejó totalmente desnudo y a su merced, mordió mi tobillo, y fue subiendo hacia arriba.

Mordió, también, la parte interior de mi muslo, y continuó subiendo, me impacientaba porque continuase con su recorrido, y no queda decir lo que me sorprendía lo que estaba haciendo. No tocó mi miembro, ni siquiera lo rozó y protesté por ello, pero no se sorprendió.

Se levantó hasta mi altura casi, porque él era algo más bajo que yo, y me miró, y yo me perdí en sus ojos, siempre tan profundos y con ese dolor tatuado en ellos… ¿a quién había matado para que tuviese esa mirada?

La pregunta recorría mi mente todo el rato y no había manera de encontrar una respuesta, y él no parecía dispuesto a decírmelo, la manera de sacar la información más efectiva era morderle y así absorber todos sus recuerdos…y también me era imposible hacerlo.


- Ah…p…¿por lo haces? – mis pensamientos se vieron totalmente afectados cuando la mano de ese, aún, desconocido se encontró con mi miembro.

- ¿No me lo has suplicado? – me dijo con ese tono tan característico suyo

- T…tam..ah…dios… - era capaz de torturarme de cualquier manera y ahora lo hacía de una manera deliciosa – también te pedí que me soltaras

- No tientes a tu suerte…Minnie…



Esa forma en la que me llamó me trajo algo a la memoria, no era la primera vez que me decían ese mote…pero él lo hacía con rabia, y cuando lo habían dicho en otro tiempo era con cariño…

No recordaba del todo esa cara, pero si lo que sentía al verla, todo el amor que había en el aire cuando aparecía. Y como en menos de unos minutos todo desapareció.


- ¿Te preguntas como sé ese nombre que te daba? – me preguntó, mientras seguía otorgándome un placer aplastante a la vez que una tortura psicología – Te ví…y lo escuché todo.


Su mano se movió más rápido sobre mí, mucho más rápido. Cerré los ojos, quería dejar de pensar en que era lo que estaba diciendo y solo atender al placer, pero su mirada seguía penetrándome, y sus palabras retumbaban en mi mente. ¿Qué había visto?¿Qué había escuchado?


- Estás a punto de reventar, notó como tus venas trasladan la sangre rápidamente… ¿dime que pasaría si te dejo así?

- Me matarás – le dije casi murmurando, mi cuerpo no aguantaba demasiado ya, estaba agotado y sin alimento en el cuerpo, me moría y el lo disfrutaba – no, ya me estas matando

- Ya te lo dije…te lo mereces


Dejó mi sexo totalmente erguido y latiendo por más de su contacto. Pensé que me dejaría pero grande fue mi sorpresa cuando en un momento de descuido rozó sus labios con los míos, abrí los ojos por la sorpresa o por si me había dormido, pero no, ahí seguía pegado a mi boca, moviendo suavemente la suya, pero sin atreverse a más.

Mi propia naturaleza me obligaba a seguir, a tomarle allí, y el monstruo que habitaba en mi interior gritaba por morder su labio y probar la sangre, dulce, que podía percibir con mi olfato. No lo hice.

Se separó aun mirando mis ojos y giró mi cuerpo. Acaricio de nuevo mi espalda y llegó hasta mi trasero, podía imaginar que haría. No me preparó, ni esperaba que lo hiciese, con fuerza agarró su miembro y lo introdujo en mi, de una sola vez y desgarrando todo lo que había a su paso.

Jadeó, clavando de nuevo sus uñas en mi, estaba preso de las sensaciones que le daba tener su pene tan apretado dentro de mi, casi sonreír al imaginar su cara en ese momento.

Quise pedirle que no fuese rápido, pero por la misma sensación que había tenido al no morderle no le dije nada, sentía que no merecía ni una pizca de piedad de él, y todo por lo que me había dicho. Se movió y a su vez gimió, y lo volvió a hacer.

Y llegó un momento en que no sentí dolor, solo un placer indescriptible, tanto como para casi llorar porque no se terminase pronto.


Terminó dentro de mí, sujetándose donde podía, y mi propio cuerpo parecía un buen lugar.


- Gr…gracias… - le dije recuperando mi respiración

- Cállate...esto no tenía que haber pasado…no…


Salió de un solo golpe y le escuché colocar su pantalón bien, no sabía en que momento se lo había quitado, y se alejó de mí, casi corrió hasta la puerta de la salida, sin mirar en que estado me encontraba pero entonces me sorprendió de nuevo, me miró y parecía al borde de las lágrimas.

Fue hacia la pared y tocó varias cosas, haciéndome caer al suelo, después de, ¿días?, ¿semanas? de estar colgado. A duras penas podía moverme algo, como había supuesto la llama de mi vida estaba llegando al final.

Volvió a moverse hasta mi lado y soltó lo que me ataba las manos, dejándome completamente libre. No entendía que le había hecho cambiar de parecer.


- Bebe y vete de aquí – me ordenó, ofreciéndome su cuello

- ¿Por qué estas haciendo esto? – le pregunté demasiado intrigado por el cambio de la historia. – estas a punto de conseguir lo que quieres

- Solo hazlo y vete


No quería hacerlo, mi mente gritaba y gritaba por que no le tocase, pero el instinto de un vampiro era tan fuerte, que tomaría el control antes de verse a punto de morir y la conciencia no podría evitar nada, le agarré suavemente y clavé mis colmillos en su yugular.

Y bebí…bebí ese líquido que me estaba dando la vida de nuevo, y con ella sus recuerdos…

…y solo en ese momento entendí su odio hacia mí, y todos los de mi raza…


Aquella noche la luna estaba tan bella que podía pasar horas y horas contemplándola mientras esperaba que él llegase, habíamos decidido escaparnos y vivir nuestra vida fuera de las presiones de su familia y la mía, solo nosotros dos.

Llevábamos semanas hablando de ello, y no estaba de acuerdo en transformarle, pero aún así eso le hacia tan feliz que acepté, después de todo yo mismo salía ganando teniendo su compañía para toda la eternidad.

Estaba más que dispuesto y así ocurrió…él llego y se sentó a mi lado, besándome con todo el cariño con el que siempre lo hacia, sonreímos y nos movimos hasta un lugar un poco mas oscuro, fuera de cualquier mirada.

Y allí clavé mis colmillos en su cuello y probé la sangre más deliciosa que nunca había bebido. Tan deliciosa…tan adictiva que no pude parar, ni cuando empezó a suplicarme por el dolor que su cuerpo a punto de morir estaba experimentando, yo solo era capaz de seguir bebiendo su sangre…hasta que…con ella se consumió la vida de mi amante.


No pude retener las lágrimas, que traicioneras caían por mis ojos al sentir el dolor, y la igualdad de la sangre que estaba bebiendo en ese momento. Lentamente solté a mi victima, si podía llamarlo así.


- Era tú hermano – le dije casi murmurando – y tú le seguiste aquella noche…JaeJoong – por fin conocía su nombre y había tenido que ser como deduje, por su sangre

- Él me dijo que no nos volveríamos a ver, y quise saber sus razones…y entonces cuando te ví lo comprendí – se tapó con la mano su cuello, intentando detener la sangre que aún emanaba de ella – le mataste, cuando él te pedía que lo soltases…

- No pude parar…

- Lo vi, aunque solo tenía 5 años, pero entendía la situación…

- Lo siento



Le dije abrazando su cuerpo, atrayéndolo al mío, necesitaba tener algo que me recordase a ese amor que había tenido y había matado yo mismo por no controlar el monstruo que vivía dentro de mí. Comprendí su dolor y su desesperación, y su cargo de conciencia al verse atraído por el asesino de su hermano mayor.


- Vete de aquí, o créeme que mañana mismo te mataré…- me amenazó, pero noté el dolor en su voz


Y sin decir más se levantó, tambaleándose por la pérdida de sangre, estuve a punto de ir a ayudarle pero…no podía, no merecía acercarme más.

Ahora era libre, y tenía las fuerzas suficientes para salir de aquel desván y escapar del destino que me esperaba a manos de JaeJoong, y del que estaba seguro que cumpliría sin dudarlo, porque lo que había ocurrido en la tarde solo había sido lo que los humanos dirían como un error…

De nuevo la noche estaba en todo su esplendor y yo seguía allí tumbado en la madera, perdiéndome en todos los recuerdos que había vivido con mi amor, y como lo perdí…y también lo que había vivido estos últimos días…el merecía tener la venganza por su hermano.

Así que esperé…

Espere hasta el amanecer…


Fin

17 Comentarios:

  1. Anónimo7/31/2011

    tu escribes bien bien! en serio
    felicitaciones!
    sige asi!
    m gustan muxo tus generos d horror,masokismo etc!
    Atte Lulú

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  2. Esta fue una historia demasiado triste ;O; en verdad casi, casi lloré. Me imaginé en sufrimiento de Jaejoong por su hermano, y también el sufrimiento de Changmin despues de amatar a su amante TOT asdasdasdasd me dolióooooo~

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  3. Anónimo7/31/2011

    jaemin!!! wooo me gusto muxicimo^^

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  4. me encanto es que es genial nada le sobre y nada le falta, ok si le falta algo que lo continúes esta historia no puede quedar en un solo capitulo. Lo continuaras verdad??

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  5. Mai-chan7/31/2011

    es Perfecto, aparte que me fascina la canción Romance, woo~ disfrute demasiado leyendo esto xD
    Amo este genero 8D
    Sigue asi!!

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  6. me gustó mucho lo que escribiste, por el hecho a parte de que escribes bien... pero me dio pena xD
    Gracias estuvo muy bueno.

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  7. Anónimo7/31/2011

    pecado ._. amar al asesino de tu hermano ToT ke triste
    pero estuvo lindo tmb pobresitos ToT
    me encanto xD

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  8. Síii...esto merece una conti!!!...primer fic masoquista que termina siendo drama...ah por cierto la canción me encantó...conti conti conti...

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  9. Anónimo8/01/2011

    CM k sea seme! pliz!

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  10. Anónimo8/01/2011

    Por dios el segundo que ha sido soltado y he muerto en serioo oh por dios no puedo esperar por los demas!! ><

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  11. WOOOOOOW pero que jaemin tan bueno
    changmin vampiro y jae hermano de su amor o.O
    genial fic
    conti conti hahha cuando es jaemin no puedo hacer mas q pedir contis aunque sean one-shots ;O;
    pero genial final
    separarse xD
    sigue escribiendo y si es jaemin me avisas xD

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  12. Anónimo8/01/2011

    omg! que buen jaemin realmente me encanto el fic.

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  13. lo ame!!! *aplausos*

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  14. noooooooo necesita ver que pasa despues D;

    amo a changmin de uke ;)

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  15. OMGGG me fascino este shot muy bien hecho felicitaciones!! , No soy muy dada a las historias de vampiros pero este me gusto mucho muy bien escrito y el Minjae es uno de las couples que me gustan , claro q Jj sea el Uke siempre ...
    A la historia me dio pena q Changmin haya mnatado asu amante TT pero bueno es un vam asi q no se pudo deteenr ... Ojala y lo continuaras o bueno que sea un two shot seria genial
    y de nuevo Felicitacion!!!

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  16. ay por dios esta genial <333

    Chagmin es tan....... aarrg! de verdad me gusto mucho la trama una segunda parte estaria genial <3

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  17. volvi! pliz si CM de seme es la voz! dios tu fic merece ser serial! dsmjhfvfduhef gracias ;_;

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