XXX cap 1

Pidió el ultimo trago de la noche, miro el reloj, las 9. Era hora de marcharse a casa a descansar, mientras alcanzaba la bebida que el camarero depósito sobre la barra, recordó los clientes de aquella noche, con la mirada fija en el líquido amarillo oscuro del vaso, 7… no estaba nada mal, no había sido su noche más memorable…pero se mantenía en unos standards de calidad.
De un solo trago acabo con la bebida, y poniéndose en pie se puso la chaqueta que momentos antes colgaba del respaldar del asiento.
Se despidió del camarero con una mano y salio a la calle, una corriente de aire helado le dio directamente en la cara y le encanto aquel maravilloso sentimiento de soledad que le embargo.

Abrió la puerta y tras tirar las llaves en el sillón estilo antiguo de la sala, empezó a desvestirse, tirando la ropa por la casa.
Antes de meterse en la ducha necesitaba pasar “revisión” a su cuerpo, los clientes a veces podían llegar a ser muy…efusivos.
-Bien…5 chupones en el cuello, 3 en el pecho y 7 en el estomago, dos arañazos en el cuello también…y 10 en la espalda… -
Suspiro mientras terminaba de desvestirse del todo y meterse en la ducha.
Sintió el agua helada en su piel, regulándola cuando casi tuvo la certeza de que se convertía en un cubo de hielo.
Pero aquella agua ahora tibia, sabia mejor de aquella manera, el haber pasado por aquel frío inmenso, el sentir ahora como su cuerpo volvía poco a poco a entrar en calor, como bajo su piel por sus venas volvía a recorrer la sangre y volvió a suspirar, aquel era el mejor momento del día sin lugar a dudas.
Salió de la ducha y se vistió, acto seguido se metió en la cama, necesitaba dormir, antes de trabajar debía arreglar unos asuntos y no podía permitirse llegar tarde.

El despertador sonó, y pacientemente alargo la mano y lo acallo. Aun con los ojos medio cerrados se sentó en la cama, estiro los brazos y la espalda y se puso en pie.
Tiro sobre la cama el pijama y se puso el “uniforme” de trabajo. Una camisa de botones y unos pantalones de vestir con chaqueta a juego, también un abrigo, después de estar del todo preparado busco entre los cojines del sillón las llaves que aquella mañana había tirado.
-Joder…que pérdida de tiempo…-
Todos los días, antes de ir a trabajar la misma historia…


Hoy le tocaba entrenar a los nuevos “fichajes”, junto con Yunho, se acerco y después de un apretón de mano como saludo, fue directo al grano.
-Bueno, ¿como de verdes vienen?-
-Buff… mejor lo ves tú mismo-
Jaejoong supo que significaba aquello. Otra vez novatos que no sabían nada del negocio, a los que les debían enseñar todo y que seguramente no aguantarían la presión.
-En fin… - suspiro – Vamos…cuanto antes empecemos antes terminaremos, ¿cuando se suponen que tienen que entrar en activo?-
-Pues hay esta lo peor del asunto, Kai quiere que los dejemos trabajando como muy tarde mañana-
-¡QUE!, Le comentaste un pequeño detalle como que… ¿NO HACEMOS MILAGROS?
-Joder…me canse de repetírselo…pero el solo mira porque estamos justitos de fondos y necesitamos más gente en la calle…-
-Lo sé… lo sé no me cuentes otra vez la misma historia de siempre… -
Se dirigió a la puerta donde le había indicado Yunho que se encontraban los candidatos, la abrió, echo una ojeada por encima a los 2 chicos que allí se encontraban, entro en la habitación e hizo que le prestaran atención.
-Bien, soy Jaejoong, seré vuestro ¿instructor?... llamémoslo así.
Miro a Yunho que aun aguardaba en la puerta.
-El es Yunho, será mi ayudante y modelo-, hizo una pausa como recordando algo- Bueno, antes que nada, presentaos, me gustaría tener unos nombres a los que dirigirme-
E intento sonreír, pero más que un gesto amistoso, a los chicos les pareció amenazante.
Después de unos segundos de incertidumbre y de intentar hablar a la vez, por fin Jae algo contrariado señalo al que estaba mas a la izquierda y dijo.
-A ver…acabemos ya, tu primero-
El chico trago saliva, se veía bastante nervioso, pero sorprendentemente su voz salio alta y clara.
-Yo soy Junsu, Kim Junsu- Hizo una reverencia.
-Shim Changmin- Hizo también otra reverencia el otro chico.
Jae se acerco a ellos, y los estudio detenidamente, ante la obvia incomodidad de ellos.
-Bueno, Yunho, que se pongan los uniformes, dales una vuelta por las instalaciones y en cuarenta y cinco, tráetelos a mi despacho, empezaremos enseguida.

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