JUNSU
-No lo se- Fue lo único que pude decirle. Y era cierto, las razones porque me había comportado de aquella forma no las tenia nada claras...simplemente lo había hecho, pensando en el.
Escuche ruido de llaves. Oportuno...Jae solo me faltaba él. Sentía que me mantenía en pie por una fuerza sobre humana, porque mis piernas hacia tiempo no me respondían.
Supe en ese instante que algo malo me iba a pasar.
Apareció el, con aspecto desmejorado, el calzoncillos y venía con una intención que se vio anulada por la presencia de Yunho en el lugar.
-Yunho...vete -
-Pero tu has visto lo que ha echo con tu...-
-Vete por favor...yo lo...arreglo-
- Yo te ayudo, no te preocupes...- Dijo en tono conciliador. No supe si porque creía así ayudarme a mi o porque había sentido el peligro de que Jae estuviera en aquel estado, podía esperarse cualquier cosa.
-Por favor Yunho...VETE!- volvió a repetir con tono airado.-Por favor- volvió a repetir en un tono mas calmado.
-Vale...sabéis que? Estáis locos. Definitivamente locos. Tu por destrozar la casa- Baje la cabeza cuando me volvió a señalar.
-Y tu por que...si...-Dijo mientras observaba la ropa interior de Jae con desaprobación. Creo que estaba a punto de explotar.
-Yo solo me pasaba a ver como estaba el herido... esta vivo, con eso me basta todo tuyo-
Dijo mientras daba un portazo, que hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Repentinamente supe lo que siente una gacela ante la presencia de un león...por alguna extraña razón los ojos de Jae me aterraban y me apasionaban a la vez...aquella viveza ¿La había provocado yo?
-¡QUE ME HAS HECHO!- La pregunta me golpeo justo antes de sentir su puño en mi cara.
Solo atine a pensar que era por el destrozo que le había echo en la casa. Intente inventar alguna excusa...algo creíble algo...rápido.
Sus golpes impactaban en mi cuerpo dos puñetazos...tres...el cuarto no lo sentí.
Caí al suelo, la herida del costado se había abierto y sangraba abundantemente, mire como caía al suelo y sonreí. Era preciosa, resaltaba con la moqueta color gris claro que recubría el salón de Jae. La toque con el dedo indice ¿me lo parecía a mi o aun estaba cálida?... Aquel punto justo antes de la inconsciencia era...interesante.
Lo mejor es que había conseguido hacerle sentir algo, ver en su mirada algo mas que indiferencia, si este era el precio, que así fuera. En aquellos momentos mi persona me importaba poco.
Pero no puedo mentir...me hubiera gustado crear aquel efecto de otra manera.
Suspire y lo mire mientras me golpeaba, se sentó a horcajadas sobre mi pecho, apenas podía respirar, pero no me opuse, sumisamente me coloque boca arriba, dejaría que hiciera conmigo, me lo merecía y de repente sentí que no había nada mejor en lo que quisiera gastar mi vida. Quería sus golpes...quería todo lo que el me quisiera dar.
Abrí de nuevo los ojos y lo mire a los de él.
Estaba llorando.
Las lagrimas recorrian sus mejillas y caian goteando en mi estomago. Paró de golpearme.
Me besó. Y no me di cuenta hasta minutos después que pude decidir que aquella presión sobre mis labios no era fruto de otro golpe.
Me desconcertó mas que si hubiera sido un puñetazo.
JAEJOONG
Lo besé. Mas que por gusto por frustración. Los golpes no me habían servido de nada, me destroce los nudillos contra su cuerpo, pero me sentía igual de roto por dentro que cuando había salido huyendo del baño de Yoochun.
Y por unos segundo como había pasado horas antes perdí la noción del mundo y supe que aquella masa de carne sanguinolenta bajo mis piernas, iba a ser algo importante en mi vida.
No tenia ninguna prueba de ello. Solo lo supe.
Me respondió al beso, incluso lo profundizo agarrándome del pelo y atrayendo mi cabeza a la suya. Dios...y eso que supuestamente no tenía fuerza.
Su boca sabia a gloria. Pare para respirar y el se incorporo como pudo, de las comisuras de su boca salio sangre y me asuste de haberle hecho mas daño del que pretendía...o me arrepentía de haberle hecho el daño que pretendía...no lo tenía muy claro.
Me sonrío y el mundo cambio de color, cogió una de mis manos inmóvil en el suelo y se la coloco en la cara.
Aquel simple gesto hizo que todo mi cuerpo vibrara y mi corazón empezó a latir con fuerza.
Me desmaye.
Sentí ruido a mi alrededor. Algo arrastrándose. Vi a mi madre, cubierta de sangre, después de una paliza de mi padre. Aquel recuerdo hizo ponerme alerta, esperaba ese hombre...mi “padre” entrara en la habitación en cualquier momento. Lo esperaba haciéndome el dormido.
Ahora era fuerte...si lo era!!! mas que él!!! ahora si...AHORA SI!!! LO MATARÍA!!! y sonreí era feliz, mi vida tenia un fin...acabar con él...
-Jae...! vamos Jae!!!- El tono de voz era preocupado.
Abrí los ojos y ante mi vi una cara que me era a la vez desconocida y familiar, pero aun así la desee, era cálida y agradable. Los pensamientos sobre mis padres se alejaron. Yo mismo hice que abandonaran mi consciencia.
Y levante los brazos...la abrace, era un sueño...sabia que aquella cálida presencia se iría junto a mis sueños si despertaba...la abrace fuerte no quería que se fuera.
-Jae! Suéltame! No me dejas respirar!- Era el mismo tono de voz.
Y poco a poco desperté del todo y la realidad me sumergió en su crueldad, recupere el sentido.
Sacudí la cabeza, estaba confuso por todo, mi cuerpo temblaba y sudaba a la vez.
-Que me pasa...-Volví a llorar.
-Lo mismo que...lo mismo que me pasa a mi- Escuche que me decían casi en un susurro.
Era la misma voz de mi sueño, aquella que me llamaba, que me decia que no lo dejaba respirar por mi abrazo.
Me incorpore y tendido en el suelo estaba Junsu. Entre una mezcla de lagrimas y sangre, mas pálido de lo normal. Me percate de su herida, los puntos habían reventado y estaba perdiendo mucha sangre.
Por segunda vez en tan poco tiempo senti pánico, pánico porque le pasara algo que ... no tuviera solución.
Lo agarre como pude del suelo, intente no moverle mas de lo necesario y lo lleve al baño donde lo recosté en la bañera. Apenas podía hablar, y lo que decia no tenia sentido.
Corrí como un loco por la casa entre el desorden al que no le había prestado casi caso y busque alcohol...
Necesitaba desinfectante.
Estaba aterrado. Asustado. Apunto de entrar en estado de pánico. Aquello se me iba de las manos, todo el auto control que tantos años me costo conseguir se me escapaba. Solo me importaba volver a coserle aquello...hacerlo entrar en calor. Verlo sonreír de nuevo.
Volví a preguntarme en que momento me había vuelto de aquella forma, dependiente de una persona de aquella manera tan insoportablemente agradable.
Me golpee la cabeza con la botella de vodka que acaba de encontrar. Necesitaba toda la lucidez que fuera posible de juntar.
Regrese al baño con el mismo botiquín de primeros auxilios con el que lo había cosido la otra vez.
Temple el agua, y la deje caer sobre su cuerpo, necesitaba saber como de mal estaba la herida y eliminar toda la suciedad que pudiera.
Urgencias no era una opción...no cuando era yo el culpable de que uno de sus mejores empleados del momento estuviera apunto de... Aparte aquel pensamiento de mi cabeza, era exagerado. Además de egoísta.
Cuando el agua realizo su trabajo de limpieza, pude observar que la herida ahora aparentaba menos de lo que realmente era.
Sonreí, era paradójico, que las cosas se repitieran pero de forma contraria.
Aparte su brazo para tratarlo mejor, el solo roce de su piel produjo en mi un chispazo.
Juraría a ver visto una pequeña chispa saltar...como cuando entran en contacto dos trozos de hierro electrificados.
No había cocinado para alguien mas desde … nunca, aún asi me hacia mucha ilusión que fuera para el.
Necesitaba pedirle a Yoochun el día libre, no podía dejarlo solo. No después de lo que había pasado...ni de lo que había hecho con mi casa.
Realmente no me preocupaba el estado en como estaban las cosas, los destrozos ni el desorden, me preocupaba el porque de aquel comportamiento.
¿Se estaba volviendo loco como yo? Sonreí.
De alguna forma me gustaba sentirme conectado a alguien de aquella manera tan bizarra.
Suspire mirando al rededor, y recordé lo que había intentado idear minutos antes de irme por los cerros de úbeda.
Yoochun.
Después de lo que había pasado...¿ como lo llamaba y encima le pedía día libre?.
¿Y si me preguntaba el porque? Que le decía...que me estaba volviendo loco.
Bueno...lo cierto es que a Junsu le pegaron una paliza y un navajazo...Yunho podría corroborarlo, ademas por ese asunto estaban ahora las cosas como estaban.
Yunho... jamás le había hablado de aquella forma.
Recordarme a mi mismo diciéndole que se marchara era doloroso. Sentir cosas era … extraño. Hacía tanto tiempo que me escondía que pensé jamas volvería a sentir mas que indiferencia ante todo y todos.
Coloque la sopa en un plato hondo sobre una mesita especial para comer en la cama.
La compre con los muebles de la casa no sabía muy bien porque. Era la primera vez que la usaba y se había salvado del destrozo porque estaba guardada en uno de los estantes altos del armario.
Sonreí. Imagine a Junsu dando patadas y rompiendo y desordenando todo...
El pulso me temblo y apunto estuvo de caerseme todo al suelo.
-Vamos ...necesitas comer-
Dije dándole un par de golpecitos en el hombro.
Abrió los ojos, un poco, e intento incorporarse, pero el solo intento de moverse pareció dolerle, pues un quejido escapo de sus labios, para luego toser.
Miro la mesita que tenia sobre si con sorpresa.
-No...sabia que...cocinaras- Dijo con la voz entrecortada.
-No ...cocino- Dije y sentí que me ruborizaba.
Sonrió y sin poder evitarlo yo suspire.
Como pudo agarro la cuchara y comenzó a tomar sorbos de la sopa.
-Mmmm ¡esta rica!- dijo sorprendiéndose de nuevo.
-¿Que esperabas?- Le dije en mi habitual tono frío y punzante.
-...-
Siguió comiendo, y el silencio incomodo que se instalo entre nosotros solo era roto por sus sorbos.
Me levante de la silla de al lado de la cama y me dirigí a la ventana.
Era de noche de nuevo.
Llegaba dos horas tardes al trabajo. Tenía que hablar con Yoochun.
Fui en busca del móvil.
Deslice el teclado hacia abajo y le di al botón de encendido. Tenia 23 llamadas perdidas, la mitad de Yoochun y la otra mitad de Yunho.
Ademas un mensaje en el buzón de voz.
Miedo me daba saber de quien fuera. Ninguno de los dos tendría nada bueno que decirme. Reuní fuerza y llame al sistema de mensajería.
-TIENE UN MENSAJE DE VOZ NUEVO, PULSE 1 PARA ESCUCHARLO-
-JAEJOONG, KIM JAEJOONG, SOY YOOCHUN, ESPERO QUE ESTES ARREGLANDO ESE “ASUNTILLO” QUE TUVISTES ESTA MAÑANA...MAS TE VALE, LO DEJARE PASAR POR ESTA VEZ...ES MAS TE DEJO 1 SEMANA PARA QUE LO SOLUCIONES, 7 DIAS, DESPUES TE QUIERO EN FORMA. TE DEJO A CARGO DE JUNSU, YUNHO ME DIJO DE SU “INCIDENTE”.
MENOS MAL QUE TENGO...”ENTRETENIMIENTOS” A LOS QUE DEDICAR MI TIEMPO DE OCIO SIN SER TU.
-Unos segundos de silencio-
POR CIERTO, EL NUEVO, CHANGMIN, PASO LA PRUEBA. ES UNO DE LOS NUESTROS.
No me lo podía creer. Tengo un gatillazo con un jefazo y me dan una semana de vacaciones.
Un momento....¿Yunho le dijo lo del incidente?...¿Cual de los incidentes?...
No tenía que preocuparme ahora de eso.
Necesitaba ponerme “en forma” como Yoochun me había dejado dicho en el mensaje. Para eso tenía que aclararme.
Fui al baño y me metí bajo el chorro de agua helada. No me había cambiado de ropa desde todo lo de aquella mañana, después de la ducha dormiría. Llevaba 48 horas en pie. Estaba destrozado.
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