XXX cap 21

JAEJOONG
Como había previsto, llegue antes de que despertara. Era el plan, no pensaba dejarle de nuevo solo en mi casa … siempre y cuando el no estuviera consciente.
Deje los paquetes sobre el poyo de la cocina y dirigiéndome a la habitación comprobé que seguía dormido.
Me acerque a tocarle la frente, necesitaba asegurarme de que no tenía fiebre y comprobar que el vendaje de su herida seguía en su sitio. No había sangre a la vista, lo que quería decir que sanaba por fin en condiciones.
Sentí alivio.
Volví a la cocina ensimismado pensando en que hacer de comer, el hecho de que no estuviera solo le ponía al asunto cierto handicap con el que tenia que lidiar. Me encontraba perdido, pero a la vez un sentimiento cálido nacía de la ilusión de arrancar de Junsu otro elogio como con la sopa de la última comida.
Otra vez aquellos extraños pensamientos, me hacían sentir idiota.
Empece a poner sobre la mesa los alimentos, cualquier cosa que me distrajera me servía.
-Curry... fideos al curry- Decidí por fin cocinar
-Bueno...mejor no...es picante no esta en condiciones de algo así... arroz...mejor arroz con pollo...-

JUNSU
Un agradable olor me despertó. Hacía años que no me despertaba el olor a comida casera. Me gire en busca de...alguien pero solo abrace al aire. Era un gesto instintivo, hace años todos los días me despertaba este olor y al abrir los ojos veía a alguien...alguien al que adoraba.
Me senté en la cama pese a los dolores que recorrían mi cuerpo, solo para devolver los recuerdos al fondo de mi subconsciente donde debían estar.
Al quitar las mantas que me cubrían descubrí que llevaba unos calzoncillos, que por cierto, no los reconocí como míos.
Empece a hacerme una idea mas o menos nítida de lo que había pasado.
Jae me había golpeado...y luego...me había hecho sopa... sonreí. No tenía ningún sentido, me aunque analizándolo, todo lo que tenía que ver con él relacionado conmigo no lo tenía, desde hacia un par de días al menos.
Me levante de la cama y comencé a caminar por la habitación. Necesitaba estirar los músculos y moverme, me sentía entumecido.
Pronto, tuve que dejarlo, los dolores se me hacían insoportables, me volví a sentar en la cama y al pararme. Llego hasta mi nariz en dulce aroma de comida recién hecha una vez más y comencé a caminar en aquella dirección, sin saber muy bien porque, solo, me apeteció.
Me pare en el quicio de la puerta, Jae estaba entregado a sus pensamientos mientras habría un caldero y metía una cuchara sopera probando el guiso que preparaba.
Cerró los ojos, para captar mejor el sabor, para paladearlo luego y asentir dando su aprobación.
En ese momento hubiera corrido a abrazarlo, solo por regalarme aquel momento, por hacerme sentir aquella agradable calidez, por … todo. La situación en si.
Entre en la cocina y me asome al caldero desde el otro lado de la cocinilla.
-Que hay de comer???- Le pregunte sonriendo.

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