XXX cap 3

Se había equivocado totalmente al juzgar a Junsu, ahora lo sabía.
Su sonrisa de niño le había desconcertado pero después de tratarlo un par de días notaba que aunque la inocencia de la que hacia gala no era del todo fingida, era un hombre capaz de tener los pies en el suelo.
Había sido el quien en uno de los descansos se acerco a el y expreso su deseo de “jugar en la liga profesional”.
Jae quedo sorprendido ante lo directo que fue.
Normalmente los nuevos están tan asustados que ni siquiera quieren darse cuenta que de lo que al fin y al cabo buscan los clientes es un chico de compañía que los “satisfaga” completamente, incluyendo cama, coche o la preferencia que tenga, cuando te acostumbras no es tan malo, si no tienes una moral estricta.
Como sea, Junsu lo había sorprendido gratamente.
De hecho se había pasado la mañana sin dormir pensando en sus palabras, necesitaba asegurarse de que no metería la pata, de que no se echaría atrás.
Supo que solo podía hacer una cosa, teniendo en cuenta que el tiempo corría a su contra, y que aunque había conseguido dos días más, no estaba para derrocharlo.
Aquella misma tarde, con 5 cafés para poder estar despejado y con calma, llamo a Junsu y a Yunho a su despacho.
Necesitaba una persona que lo ayudara a contrastar opiniones.
En 10 minutos los tenia a los dos plantados frente a él, le llevo unos segundos volver a armar el plan que había madurado durante todo el día, mientras para disimular se sentaba en el sofá de cuero de la oficina.
Necesitaba ver las reacciones, estimarlas, y ver si el chico hablaba en serio o solo quería ganar un par de puntos en su escala de respeto.
Pidió a Yunho que se acercara y lo instó a sentarse a su lado.
Posó una de sus manos en el pecho, de Yunho ante la aparente sorpresa de Junsu y del propio afectado, quien trago saliva con dificultad, empezaba a entender para que lo había llamado, sobretodo cuando recordó lo que Jae había comentado del muchacho la noche anterior.
Se le acerco al cuello, y lentamente poso sus labios, mientras con la mano que anteriormente descansaba en su pecho, comenzó a bajar por su estomago desabrochando algunos botones de la camisa. Sabía perfectamente lo que hacía, era su talento, estaba donde estaba por aquello.
Mientras seguía besando a ratos y mordiendo a otros el camino hasta la oreja de Yunho, no paso mucho tiempo cuando escuchó un gemido de este que le indicaba que había conseguido lo que buscaba, encamino su mano hasta la bragueta del pantalón, y dejando al descubierto su miembro, miró a los ojos a Junsu señalándole simplemente le dijo.
-Hazlo-
Ahora era el momento decisivo, dependiendo de lo que hiciera y como lo hiciera, aseguraría un puesto en los profesionales o por contrario seguiría como un simple host de poca monta…
Junsu tragó saliva audiblemente, la verdad es que no tenia mucha experiencia, pero con decisión se arrodillo ante Yunho que estaba como ido ante las caricias que seguía proporcionándole Jae, y como allí se vio, con aquello que se agrandaba por segundos en la mano, dando palos de ciego, mientras era observado por el “jefe” que estimulaba al chico casi como de forma mecánica, asustaba la manera tan impersonal en la que acariciaba… suspiro y aparto esos pensamientos de su cabeza, ahora no los necesitaba.
Minutos después, Yunho gritaba de placer llegando al orgasmo y manchándole la camisa a Jae y un poco el sillón.
Aún schockeado por lo que acababa de pasar, escucho como Jae que ahora se encontraba sentado en el sillón de la mesa de su despacho le decía que no estaba nada mal para un principiante.
-Esperaba mucho menos la verdad… Yunho, ¿que tal ha sido?-
-Bien…bien…- dijo intentando recobrar la normalidad a su respiración a la par que se colocaba la ropa.
-Esta noche vente preparado, te doy lo que queda de tarde libre, en cuanto al chico que entro contigo, Changmin dile que se reúna con Yunho, en 30 minutos, el tiene cosas que ultimar-
Junsu se levanto y se encamino hacia la puerta, necesitaba un baño donde limpiarse, necesitaba, salir de allí, y pensar en lo que había pasado. Por alguna extraña razón empezaba a sentir que algo iba… ¿mal?.
Se limito a asentir, no quería darle conversación y con todo el auto control que pudo reunir, salió de la habitación sin echarse a correr.
-Dios…Jae, ¿porque siempre me usas para esto?-
Fue lo último que escucho al cerrar la puerta tras de si.
Una vez fuera, se encamino a paso normal hacia el lavabo, donde se enjuago varias veces la boca, y acabo por mojarse toda la cabeza, pelo incluido.
Por alguna extraña razón, no se sentía mal moralmente, y aquello le provocaba desazón, ¿Por qué no se sentía sucio?, es más, lo que le preocupaba era el que… ¡Le había gustado!.
Suspiro.
-Junsu…eres de lo peor…-, sonrío- los tienes a todos engañados- después se secó y salio fuera a disfrutar de su tarde libre.

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