Detalles

Titulo: Detalles
Autora: Nïn@
Pareja: Yoosu
Género: romance, slash
Extensión: Oneshot
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Su relación jamás había sido perfecta.
Nunca se habían dicho “te amo” o hecho promesas eternas.

Yoochun roncaba y eso molestaba a Junsu por lo que muchas noches terminaba durmiendo en la habitación de invitados.
También odiaba que el pelinegro fuera tan adicto al café y que se encerrara durante días en su estudio olvidándole.
Que cuando pelearan sólo quisiese hacer las paces al subírsele la calentura y que siempre; siempre saliera de copas con Jaejoong sabiendo que él odiaba ir a beber, volviendo borracho demasiado tarde y apestando a humo y alcohol.

Yoochun odiaba que Junsu le despertara a las tres de la mañana, cuando no podía dormir y que pasara las tardes jugando a videojuegos mientras él tenía que ir solo a hacer la compra.
No soportaba que siempre, siempre olvidara su cumpleaños o sus aniversarios o como se enfadaba por tonterías y se encerraba sin querer siquiera decir que era lo que iba mal.

Y aun así; había algo que la hacía especial.
Tal vez fuera que cada día Yoochun se levantaba temprano al despertar a solas en su cama y corría a meterse en la de Junsu; suspirando de bienestar al sentirse cobijado por ese calor mientras el menor se giraba abrazándole, todavía dormido y suspirando su nombre entre sueños.
Quizás fuera que cada vez que Junsu le recordaba con el ceño fruncido que tanto café no era sano Yoochun le añadía un poco de leche, sólo para ver esa sonrisa feliz transformar el rostro de su novio o que Junsu supiera que todas las canciones que el pelinegro componía eran para él. Cada verso.
O que después de su sexo de reconciliación le pidiera perdón flojito por haber peleado abrazándole fuerte y vistiendo su piel de suaves besos que no se irían en horas. Y ambos sabían que esa noche dormirían juntos o que cuando volvía de fiesta sólo quisiera sentirse rodeado entre esos brazos como un niño mimoso que reía feliz de estar en casa de nuevo.

O tal vez que cuando Junsu le despertaba tan tarde, sólo para contarle que había tenido una pesadilla, Yoochun resoplaba fastidiado pero le abrazaba entre bostezos; contándole algo que le hiciese reír y escuchando medio dormido todos los planes que el menor había hecho para ellos entre sonidos que no podían distinguir si estaba consciente o dormido de nuevo.
O que cuando volvía de hacer la compra y se lo encontraba sentado en la sala enganchado a la play con todos esos juegos tirados por el suelo Junsu le sonreía con los ojos brillantes y le seguía a la cocina, abrazándole por detrás y husmeando en las bolsas en busca de algo que fuese un poco más dulce que el resto de comida, para llevar al pelinegro al salón y obligarle a jugar con él mientras se comían los dulces o que tras esas fechas señaladas que el menor olvidaba siempre planeara algo especial.
Una cita. Una escapada. Un anillo de compromiso.
O tal vez que cuando tras alguna gran pelea Junsu se encerraba en su cuarto gritándole cosas que no pensaba y asegurándose que Yoochun no le quería como merecía el pelinegro esperaba sentado frente a su puerta y todo el enfado se desvanecía al abrirla y encontrarle tumbado allí; dormido abrazado a alguna camiseta suya o a un cojín y ya sólo podía despertarle con caricias guiándole hasta la habitación y sintiendo como de pronto… Volvía a morir de amor.
Y eran esas pequeñas cosas.
Esa sonrisa cómplice o esa mano tomando la propia cuando algo les preocupaba.
No tener que decirse lo que les ocurría; porque el otro ya lo sabía de antemano.
Aquellos abrazos robados con las excusas más tontas o esa frente recostada contra la propia sin necesidad siquiera de un beso.
Aquella respiración sobre su cuello cuando estaban viendo alguna película y el otro se dormía recostado en su hombro.
Esos gemidos mal reprimidos cuando tras un par de miradas y sonrisas mal intencionadas terminaban haciéndolo en un lugar público o los pucheros y risas que compartían al recordarlo después.

Porque no necesitaban te amos. Ni siquiera promesas de futuro.
Porque no necesitaban que su relación fuera perfecta o que alguien a parte de ellos entendiera porque estaban juntos.
Porque tener al otro… Tener al otro era todo lo que necesitaban.

Fin