Autor: Miyu-Chan
Parejas: MinSu
Género: Lemon
Extensión: Oneshot
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Era cosa de todos los días. De verdad era cosa de todos los días. Como si su vida dependiera de ello, como si fuera algo verdaderamente imprescindible en su vida. Y realmente lo era. Observarlo a todas horas, apreciarlo completamente.
Aquel chico que vivía en la casa del frente. Aquel hermoso chico al cual veía cada día, a cada momento, cada segundo de su vida era grabado en su mente. Hasta el más mínimo detalle.
- 9:30 a.m. -susurró observando el reloj-. Sale con su bicicleta y va hacia la izquierda.
En seguida por la puerta de la casa del frente salió un chico de cabello castaño con su bicicleta. Se subió a esta y comenzó a pedalear en dirección a su izquierda. Tal y como él había dicho.
Pasó el día. Miró la hora nuevamente y se dirigió a su balcón.
- 2:45 p.m. Llega a su casa con una bolsa de supermercado -susurró. En seguida apareció el mismo chico con una bolsa de supermercado en la canasta de su bicicleta. Se bajó y entró a su casa.
Así se la pasaba todos los días, durante cada semana, cada mes, desde que había llegado a vivir ahí. Ya sería casi un año desde que vivía ahí, y desde que su vida dependía de ver al chico que vivía frente a él.
Necesitaba verlo, día a día. Y gracias al estar casi todo el día observándolo como loco sabía casi todo sobre él.
"Kim Junsu. 23 años. Estudia fotografía en la universidad y canta en su tiempo libre. Tiene una voz hermosa. Tiene un hermano gemelo llamado Juhno, viene a visitarlo los lunes y los miércoles desde las 4:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche. Va a jugar fútbol con sus amigos todos los sábados..."
Podría seguir y seguir con todo lo que sabía de él. Había investigado por donde pudo. Vecinos, amigos, conocidos. Y es que desde que lo había visto por primera vez esa tarde, la cual llegó a vivir a su actual hogar, no había podido sacarlo de su cabeza.
Era un 30 de agosto. Había logrado juntar el dinero necesario para comprarse una casa, ya que se había aburrido de su departamento. Dos hombres metían los muebles dentro de la casa mientras él bajaba unas cajas de menor peso del auto de su padre. Era una casa no muy grande, vivía sólo así que no servía de nada tener muchas cosas, sólo sobrarían.
Había sacado la última cuando esta se rompió al caminar con ella, dejando caer todo su contenido. Revistas, fotografías, CD's, Todo quedó regado por el suelo de cemento. Se agachó resignado para recogerlo todo, cuando unas blancas manos se unieron a su tarea de recogerlo todo. Al alzar la vista quedó perplejo al ver a un chico de castaño cabello, labios rosados y ojos almendrados.
El chico más lindo que haya visto.
Una vez recogido todo se miraron a los ojos. El chico frente a él sonrió ampliamente.
- Hola, soy Junsu. Seremos vecinos.
Su sonrisa se amplió más. Comenzó a meter todo de nuevo a la caja, con cuidado.
- Changmin -respondió el otro, totalmente embelezado.
- Un gusto. Espero que nos llevemos bien -le entregó la caja-. Me gustaría ayudarte y conocernos mejor, pero tengo cosas que hacer -se disculpó mirando su reloj-. Nos vemos -se despidió con una mano y entró a la casa del frente.
Changmin estaba más que impresionado. No dijo absolutamente nada, sólo sujetó con cuidado la caja rota y entró a su casa. Los dos hombres se fueron una vez que terminaron de meter todo.
Aquel chico, Junsu como dijo que se llamaba, era el chico más... extraño que haya conocido. ¿Y por qué extraño? Pues porque nunca nadie le había hecho sentir lo que ahora sentía. Era una calidez inexplicable, como chocolate derritiéndose en su pecho.
Llevó su mano a dicha parte de su cuerpo y sintió como los fuertes latidos de su corazón golpeaban contra su pecho.
Durante varios días no pudo evitar observar al chico del frente. Cada vez que se asomaba por la ventana, cada vez que salía a comprar, cada vez que se sentaba en una silla en su balcón para leer. Cada cosa que hacía le parecía extrañamente fascinante. Quizás le bastó una semana o más para darse cuenta que le estaba comenzando a gustar mucho Junsu.
Pasó un mes y ese sentimiento creció. Pronto necesitó verlo todos los días, a cada momento. Lo seguía a la universidad, lo observaba desde el balcón o la ventana. ¡Incluso le había tomado fotos!
Todo aquello que Changmin sentía pronto terminó haciéndose insano. Estaba demasiado enamorado de Junsu. Estaba obsesionado con él.
Junsu iba a comprar pan a las 6:45 p.m., Changmin iba a la misma hora sólo para encontrarse con él. Este lo saludaba con un suave "buenas tardes" y una cálida sonrisa.
Junsu siempre compraba 5 panes. 1 para esa tarde, 2 para el desayuno del día de mañana y los otros dos los dejaba como su almuerzo para la universidad. También compraba siempre algún dulce, de preferencia un trozo de pie de limón.
Junsu no tenía novia. Sus amigos iban a su casa todos los sábados en la noche (aquello le molestaba. Si alguno se atrevía a tocar a Junsu le hacía hervir en rabia). Las luces estaban prendidas hasta las 4:00 a.m. y luego las apagaban. El sábado a las 9:00 a.m. sus amigos se iban. Sus amigos se llamaban Jaejoong, Yunho y Yoochun.
Changmin jamás había hecho algo así con alguien. Fácilmente podía tildarlo como un psicópata, y quizás no sea raro, pero Changmin no se consideraba así. Sólo estaba enamorado y quería admirar a aquella persona con lujo de detalle.
Incluso había hecho algo así como un horario de las cosas que hacía Junsu, el cual había terminado por saberse de memoria.
Los lunes salía de su casa a las 8:30 a.m. a la universidad. Llegaba a su casa a las 2:45 p.m., con una bolsa de algún restaurante de comida rápida que tenía su almuerzo. A las 4:00 p.m. llegaba su hermano gemelo a visitarlo. Se llamaba Juhno. A las 6:45 p.m. ambos iban a comprar pan. A las 9:00 p.m. su hermano se va y a las 11:00 p.m. se apagan las luces de la casa.
El martes se va a la universidad a las 8:30 a.m. Llega a las 2:45 p.m. A las 6:45 p.m. va a comprar pan, y a las 11:30 se apagan las luces.
El miércoles se iba a las 8:30 a.m. Llega a las 2:45 p.m. A las 4:30 p.m. llega su hermano. A las 6:45 p.m. compran pan. A las 9:00 p.m. se va su hermano y a las 11:30 p.m. se apagan las luces.
El jueves se va a las 8:30 a.m. Llega a las 2:45 p.m. A las 3:00 p.m. sale a arreglar su jardín hasta las 4:00 p.m. o las 5:00 p.m. A las 6:45 p.m. compra el pan. A las 7:00 p.m. saca a pasear a su perro Xiahki. A las 8:00 p.m. vuelve. Las luces se apagan a las 11:00 p.m.
Los viernes se va a las 9:30 a.m. Llega a las 2:45 p.m. Compra su pan a las 6:45 p.m. A las 10:00 p.m. llegan sus amigos. Las luces se apagan cerca de las 4:00 a.m.
El sábado se van sus amigos a las 9:00 o a las 10:00 a.m. A las 3:00 p.m. se va a jugar fútbol y vuelve a las 5:00 p.m. Va a comprar pan a las 6:45 p.m. Está despierto hasta cerca de las 12:00.
Los domingos saca a pasear a su perro a las 11:30 a.m. A las 2:25 p.m. vuelve para comer. A las 4:15 p.m. se va a sus clases de canto y vuelve a las 5:25 p.m. Va a comprar pan a las 6:45 p.m. y se duerme a las 10:00 p.m.
Toda su vida estaba grabada en su mente, completamente. Como una película, y le era muy fácil ya que Junsu hacía siempre todo a la misma hora. Incluso había dejado hasta de comer bien por observarlo. Lo amaba, de verdad lo hacía, y de manera bastante poco sana.
Podía estar días enteros mirándolo, y eso era lo que hacía en todo caso. Varias veces lo había seguido también a donde iba.
Miró la hora. Eran las 8:15 a.m. Se levantó para darse una ducha y vestirse. Miró la hora y ya eran las 8:30, corrió hacia la ventana y vio como Junsu salía en su bicicleta. Bajó las escaleras y, luego de esperar unos minutos, tomó su propia bicicleta y salió.
Sin que el otro se diera cuenta, Changmin lo siguió por donde fue. Lo vio en la universidad hablando con algunos amigos, riendo con esa característica risa muy similar al sonido que hacen los delfines. Amaba su risa, era algo que le contagiaba un sentimiento de felicidad, tranquilidad y al mismo tiempo hacía que su corazón latiera fuerte.
Frunció el ceño bastante molesto al notar como uno de sus amigos lo abrazaba melosamente, parece que era Yoochun. Junsu siempre dejaba que le hicieran cariño y caricias, aquello realmente enfermaba a Changmin. Él debería estar en el lugar del otro. En momentos así los celos lo mataban.
Pasó el día y Changmin miró la hora. Eran las 2:20 p.m. Vio como Junsu salía de la facultad junto a sus amigos, luego se despidió de ellos con golpecitos, más abrazos de parte de Yoochun (era el que más lo abrazaba, no le caía muy bien) y partió en su bicicleta. Pasado un rato Changmin hizo lo mismo, siguiéndolo desde una distancia prudente, para que él no lo notara.
Esto era algo que hacía casi todos los días. Si no lo hacía no se quedaba tranquilo hasta que llegara de donde haya ido.
Miró la fecha. Ya se cumplían 364 días desde que lo conocía, casi un año. Miró por la ventana y lo observó arreglando su jardín. De pronto Junsu levantó la vista y lo miró. Changmin no dejó de mirarlo y tragó saliva. Junsu sonrió de manera extraña, un tanto divertido, y siguió con lo que hacía.
¿Cómo lograba Junsu hacer que su corazón latiera a velocidad casi inhumana? Sólo con una mirada, una sonrisa, sólo con un movimiento de su cuerpo lograba causar estragos en el propio. Era insano. El verlo le causaba simplemente...
- ...Una mutilación mental -susurró.
Miró nuevamente por la ventana. Luego miró la hora.
- 6:45 p.m. Va a la panadería.
En seguida Junsu salió de la casa. Changmin salió de la suya unos minutos después, para también ir.
- Debe ser pie de limón -sonrió.
Pasó el rato y cuando dieron las 7:00 p.m., Junsu salió de su casa con su perro. Lo sacaría a pasear. Cuando desaparecieron en la esquina Changmin corrió a bañarse.
Comenzó a sentir hambre luego de vestirse con algo limpio. Hambre como no sentía hace mucho. Fue a la cocina y no había nada de su gusto, así que decidió ir a comprar algo. Así quizás se toparía con Junsu y podría apreciarlo de cerca como pocas veces lo hacía.
Caminó con lentitud, luego de salir de su casa. Hacía bastante que no salía para hacer algo que no fuera seguir a Junsu (completamente, ya que tenía intensiones de encontrarse con él). Intentó hacer memoria y recordó que hace casi 2 días que no comía con decencia. Sólo había mascado chicle y tomado algún vaso de bebida. Cosas así.
Se sentía mareado, pero siguió caminando. Al llegar a la panadería se sintió muy mal, y cayó de rodillas al suelo.
- ¿Te sientes bien? -preguntó alguien. Changmin asintió.
- Sí, estoy bien.
Alzó la mirada y se sintió bastante impresionado al notar que el que le ofrecía una mano era ni más ni menos que Junsu.
- Déjame ayudarte –sonrió.
Era como un sueño, de verdad lo era. Junsu tomó la mano de Changmin y lo ayudó a pararse. Pasó el brazo del más alto (Changmin era más alto) por su hombro y lo ayudó a caminar.
Llegaron a sus casas. Junsu llevó a Changmin a la casa del segundo. Dejó a su perro en el jardín y entraron los dos.
- Te ves muy mal, ¿Has comido bien? –le preguntó acercándosele de a poco, recostándolo sobre el sofá de la sala.
No alcanzó a responder, Junsu posó su mano suave sobre la frente de Changmin, el cual se sonrojó. Luego posó la mano sobre su frente y se quedó en silencio un rato.
- No tienes fiebre, deberías comer algo –le sonrió, acercándosele cada vez más, muy disimuladamente.
Changmin no le respondió. Se miraron fijamente largo rato. El más alto, por más que intentó controlarse, no lo logró y se abalanzó sobre él, besándolo con fuerza. Junsu gimió por el fuerte contacto. Cuando Changmin se alejó algo arrepentido Junsu volvió a acercarlo, besándose nuevamente.
Sin esperar mucho Changmin lamió los labios del más bajo con gula, haciendo que este abriera su boca y diera paso a su ansiosa lengua, deseosa de probar toda esa cavidad que hasta hace unos minutos estaba totalmente fuera de su alcance. Junsu suspiraba cada vez que detenían sus besos para poder respirar.
Las manos temblorosas del más alto se movieron hasta posarse sobre la cintura del otro, acercándolo a sí mismo. De a poco fue atreviéndose más y metió sus manos bajo la camiseta del otro, sintiendo su piel caliente.
Junsu no se quedó atrás. Sin ningún rodeo quitó la camiseta del más alto, el cual permanecía bajo su cuerpo. Este levantó sus brazos para hacerle la tarea más fácil. Los labios gruesos y rosados de Junsu descendieron hasta posarse sobre los rosados pezones de Changmin, lamiéndolos y chupándolos golosamente.
¿Cómo habían llegado a esto? No lo sabían, ni se esmerarían en averiguarlo. Lo único que querían averiguar era como se sentiría unir sus cuerpos, entregarse al otro. Al placer absoluto. Juntos lo descubrirían.
Lentamente sintieron como sus cuerpos despertaban a los toques mutuos, a los roces y a las caricias que se proporcionaban entre ellos. Changmin quitó ahora él la camiseta de Junsu, admirando su bien formado cuerpo. Llevó su boca hasta el pezón izquierdo del más bajo y lo mordió con fuerza, ganándose un gemido bastante fuerte.
El calor en sus cuerpos aumentaba, acumulándose mayormente bajo sus vientres. Sus respiraciones se agitaban cada vez más. Changmin llevó sus manos a los pantalones de Junsu, y sin dejar de besarlo los desabrochó, para luego bajarlos lentamente. Sintió su erección contra su muslo, lo cual le hizo jadear.
- Ahh mi Dios… -gimió Junsu al sentir una mano juguetona escabulléndose por debajo de su bóxer, comenzando a masajear su erección con suavidad. En seguida (y como pudo) quitó los pantalones de Changmin, los cuales volaron por ahí. Muy pronto las últimas prendas que cubrían sus cuerpos acalorados se hicieron más que incómodas, por lo que se las quitaron y, al igual que el resto de su ropa, volaron por ahí.
Quedaron completamente desnudos. Cambiaron rápidamente posiciones, quedando Changmin sobre Junsu, posicionándose entre sus piernas. Tomó ambas erecciones con una mano y comenzó a masajearlas a la par, suspirando agitadamente, mordiendo su labio para no gemir demasiado. Junsu, muy por el contrario, se deshacía en gemidos y denotaciones del gran placer que el más alto le estaba proporcionando.
Cuando esa manera de dar y darse placer comenzó a hacerse poca, dejó sus miembros erectos y llevó la otra mano a su boca. Lamió dos de sus dedos y sin esperar más los llevó a la entrada de Junsu, metiéndolos con rapidez.
- Uhm… -se quejó Junsu, abriendo más sus piernas para darle mayor comodidad a Changmin. Este movía sus dedos de adentro hacia fuera, con rapidez para poder dilatarlo más rápido. Metió luego un tercer dedo, y cuando ya sintió que estaba listo posicionó su miembro frente a la entrada de Junsu, el cual jadeó al sentirlo.
“Hazlo” rogó Junsu con la mirada, abriendo más sus piernas. Su rostro estaba sonrojado y húmedo a causa del sudor, al igual que su cabello y todo su cuerpo.
- ¡Ahhhmm! –gimió Junsu con fuerza, pero Changmin lo acalló en seguida con un beso feroz.
El más alto en seguida sintió la estrechez de Junsu rodear su miembro, lo cual le hizo temer llegar muy pronto al orgasmo. Comenzó a moverse despacio, sintiendo la embriagante sensación de estar dentro de Junsu.
Changmin aumentó la velocidad de sus caderas, arremetiendo cada vez más fuerte contra las de Junsu. Este se le acercó al más alto, gimiendo y susurrando obscenidades en su oído, lo cual excitaba más aún a Changmin.
Lentamente fueron acercándose al clímax. Changmin comenzó a masturbar a Junsu con rapidez, ganándose nuevamente un gemido con su nombre en él. Su mano comenzó a humedecerse por las gotas salinas que corrían desde la punta del miembro de Junsu. Este se deshacía en gemidos y frases… bastantes subidas de tono.
“Realmente Junsu parecía todo un inocente a la vista” pensó Changmin, embistiendo una vez más contra las caderas del otro.
- A-Ahh Changm… ¡Changmin! –gimió Junsu de repente, más fuerte que las veces anteriores. Se movió de una manera extraña y se corrió en la mano del otro, entregándose ahora completamente a las embestidas del más alto.
Changmin se sentía en el cielo. El placer que sentía era demasiado, más al ver a Junsu ahora totalmente entregado, su espalda curvada hacia atrás y en su cara dibujada una mueca de total entrega y placer. Bastaron unas cuantas estocadas más para que Changmin se corriera en el interior de Junsu.
- Ughh… - gruñó Changmin por lo bajo. Su cuerpo convulsionando levemente a causa del orgasmo.
Se quedaron quietos un rato, sintiendo como la tranquilidad y relajación en sus cuerpos iba desapareciendo de a poco, dejando sólo la maldita hipersensibilidad allá abajo. Sus respiraciones agitadas eran lo único que se escuchaba en toda la casa.
Pasada una media hora se levantaron y comenzaron a tocarse nuevamente, riendo. Se tocaron y besaron hasta llegar al baño, en el cual se encerraron.
**
- Oh Dios… -suspiró Junsu luego de recuperarse del reciente orgasmo–. Lo haces bien.
Estaban ambos acostados en la cama de Changmin, sus respiraciones regulándose. Luego de hacerlo en el sillón terminaron por tener sexo en el baño, en la cocina, en la mesa del comedor y en la cama de Changmin.
- Hablas poco, ¿No? –preguntó Junsu tapándose con las sábanas. El otro hizo lo mismo.
- Lo siento, tengo un poco de hambre –se estiró hasta alcanzar una cajetilla de cigarros que estaba sobre la mesita de noche.
- No sabía que fumaras –dijo Junsu mirándolo curioso.
- Lo hago recientemente, me relaja –respondió con simpleza, encendiendo el cigarro entre sus labios un tanto resecos.
Era cierto, lo hacía hace poco. ¿Y cuando había comenzado? Pues cuando conoció a Junsu, pues no comía nada por estarlo mirando. Los cigarros eran lo único que saciaban su hambre y su estrés.
Junsu siguió mirando al techo un largo rato. Miró nuevamente a Changmin y la imagen que vio fue algo realmente tentadora. Su cuerpo desnudo y delgado envuelto por el humo del cigarro, iluminado sólo por la luz de luna que entraba por la ventana.
- Ojala fueras mujer –dijo de pronto Junsu, tapándose hasta el cuello con las sábanas azul cielo de la cama de Changmin. Este lo miró en seguida.
- ¿Perdón?
- Si fueras mujer creo que sería más fácil.
- Eso es una estupidez –dijo molesto por el comentario de Junsu. Este cerró sus ojos.
- Como quieras.
**
Se removió suavemente en la cama y estiró sus brazos. Bostezó con suavidad y luego de frotar sus ojos se sentó en la cama. Miró por la ventana, estaba nublado.
- ¿Junsu? –preguntó al notar que el susodicho no estaba a su lado, donde debería estar. Se levantó y luego de vestirse caminó por la casa, buscándolo.
No estaba en la cocina, tampoco en el baño. No estaba en la sala, en ningún lado. Se había ido. Fue al baño para darse una ducha, y al salir suspiró.
- Huele a él…
Al salir de la casa sus ojos se abrieron completamente, por la gran impresión. En la casa del frente, la casa de Junsu, había un camión de mudanza y un auto. De la casa salió una pareja sonriente, indicándoles cosas a los hombres que bajaban grandes cajas y muebles del camión.
- Buenos días –le dijeron a Changmin al verlo–. Somos los vecinos nuevos, un gusto.
- ¿Vecinos nuevos? –preguntó aún un tanto confundido–. Pero… ¿Y Junsu?
- ¿El chico que vivía aquí? –preguntó la mujer. Changmin asintió–. Se fue esta mañana, parecía apurado.
- Oh, entiendo… -susurró–. Gracias –sonrió con pesadez y volvió a su casa.
¿Se había ido? ¿Junsu se había ido? No podía ser, no podía hacerle esto. ¿Entonces lo había usado y luego sólo se fue, así sin más?
Lo había usado. Sólo había sido la aventura de una noche.
Llegó a su habitación y miró la hora. Eran las 4:00 p.m. No sabía que podía dormir tanto. Se acercó a la ventana y observó asombrado que estaba comenzando a nevar. Mordió su labio, se lanzó sobre la cama y gritó contra la almohada.
- Maldito… Maldito… -se quejó contra ella.
¡No podía irse! No, no podía hacerlo… lo destruiría. No podía vivir sin verlo día a día. Sin ver su rostro, su sonrisa, su silueta, él…
Pasadas horas de estar ahí tirado sobre la cama decidió levantarse. Se puso una bufanda y un gorro sobre su cabello desordenado, un abrigo y salió de su casa.
Lo buscó por todos lados, preguntó por él en donde se le ocurrió. Incluso habló con sus amigos, pero ninguno sabía cuál era su dirección. Sólo sabían que se había cambiado de casa esa mañana, no les había dicho nada más.
Estuvo una semana completa buscándolo. Llegaba a su casa cerca de las 12:00 p.m. y se levantaba a las 9:00 para seguir buscándolo y preguntando por él.
Una tarde, resignado por no poder encontrarlo se encerró en el baño y se metió a la bañera llena de agua caliente. Metió su cuerpo hasta el cuello y se quedó ahí, llorando de rabia.
Se sentía morir. Necesitaba verlo, lo necesitaba… Incluso necesitaba volver a sentir su cuerpo.
Durante todo el mes sólo había parado de nevar por las noches, ya que por el día comenzaba nuevamente a caer la nieve y llenarlo todo de blanco.
Pasó más o menos un año, en el cual no volvió a verlo. Cansado de buscar y esperar decidió finalmente entrar a la universidad, para hacer algo y olvidar lo demás.
Un sábado por la tarde, cuando caminaba por las calles, alguien corrió hacia él, tomándolo del hombro para detenerlo. Al girarse se encontró con alguien cuyas facciones se le hacían bastante familiares.
- Hola... –dijo con la respiración agitada–. Eres… Eres Changmin, ¿Cierto?
- Sí –asintió intentando hacer memoria. ¿Dónde lo había visto?
- Soy Jaejoong –sonrió ¡Claro, Jaejoong! ¡El amigo de Junsu!
- ¿Pasa algo?
- Bueno. Es que te vi y recordé que hace bastante tiempo preguntabas por dónde vivía Junsu… Tengo su dirección por si quieres…
- Ya no –lo cortó sonriendo algo dolido–. Ya lo dejé. Ya no quiero verlo.
- Oh… -respondió algo asombrado. No se esperaba esa respuesta–. Es que… ese día te veías bastante mal. Creí que aún la querías.
- Lo siento –se disculpó.
- Te la daré igual, por si cambias de opinión algún día –rió.
- Si quieres –respondió Changmin encogiéndose de hombros.
Jaejoong anotó la dirección en un papel el cual le entregó, y se despidió. Changmin le dio las gracias y volvió a su casa.
Cada día que pasó Changmin miró dudoso el papel. ¿Debería ir? ¿Qué pasaría si iba? Le daba miedo pensarlo.
Pasó una semana más. Se armó de todo el valor que encontró y fue en búsqueda de la dirección que tenía el papel.
Tardó más o menos una hora en llegar con su bicicleta. Al hacerlo subió las escaleras hasta llegar al piso con la puerta número 63. Se quedó frente a esta casi 10 minutos, su corazón latiendo como nunca. Respiró profundo y tocó cuatro veces.
Esperó unos segundos (Que para él fueron como horas) y sintió suaves pasos hacia la puerta. Su respiración se detuvo cuando la abrieron. Era… ¿Era una chica?
- ¿Sí? –dijo con voz suave. Changmin se quedó mudo unos instantes, para luego reaccionar.
- ¿A-Aquí vive Junsu? –preguntó intentando que su voz sonara de lo más normal posible, pero falló.
- Sí, espera un momento –sonrió y entró al departamento. En seguida se asomó Junsu, el cual abrió sus ojos impresionado.
- Oh… -fue lo único que dijo. Se quedaron en silencio un rato, mirándose con detalle.
- ¿Es tu novia? –preguntó Changmin fríamente. Junsu suspiró y asintió.
- Ha pasado ya un año, Changmin –dijo como si fuese algo obvio. Changmin no dijo nada-. ¿Para qué me buscabas?
Changmin comenzó a reír con sarcasmo. En seguida lo miró a los ojos, quizás con algo de odio. Pero no sólo odio hacia Junsu, sino que también era odio hacia él mismo.
- Buscaba al Junsu con el que hice el amor ese día –dijo cortante. Junsu dejó de respirar un momento–. Buscaba a ese Junsu al cual miraba cada día como si fuese el último –se mordió el labio-. ¡Buscaba al Junsu del cual me enamoré como un estúpido! –apretó sus puños con fuerza, clavando sus uñas en la palma de sus manos y logrando herirse–. Pero sólo encontré al desgraciado que me usó. Que me usó y luego, como un cobarde, huyó para no verme. Eres de lo peor, Junsu –lo miró más que molesto y se dio media vuelta para irse, pero la mano del otro lo detuvo.
Cuando se giró para mirarlo a los ojos Junsu lo acercó a sí mismo besándolo nuevamente, como no lo hacía hace más de un año. Changmin quiso corresponderle, de verdad que quiso hacerlo, pero luego de golpearse mentalmente lo empujó en seguida.
- Sería un mentiroso si dijera que te olvidé y que no quise verte. No puedo mentir de esa manera, de verdad quise verte… pero pude sobrevivir sin ti.
Changmin ignoró lo que dijo (Y cuanto lo lastimó) y volvió a besarlo con fuerza. Comenzó a lamer sus labios y luego a besar su mandíbula y su cuello. Junsu soltó un suave gemido en el oído del más alto. Changmin siguió besándolo con desesperación.
- Sólo eres un cobarde, nada más –susurró contra su cuello. Su cálido aliento haciendo que Junsu se estremeciera.
- Debes aceptarlo… -volvió a unir sus labios con los del otro–… Esto no puede ser.
- No debiste huir… -lo miró a los ojos, fijamente–. ¿Sólo me usaste y luego te fuiste? ¿Sabes como se sintió despertar esa mañana y no verte a mi lado? ¿Sabes como mierda se sintió ir a buscarte y descubrir que te habías ido por personas que ni siquiera conozco? ¡¿Por qué ellos, que no te conocen como yo, debían saberlo?! –volvió a besarlo con más fuerza. Junsu gimió más fuerte que antes y luego se le alejó.
- Entiéndelo, Changmin. Esto no es algo normal –buscó su mirada, la suya llena de lujuria–. Además… -lamió sus labios con parsimonia, rodeando su cuello con sus brazos-… No eres el tipo de persona con la cual mantendría una relación.
Changmin se alejó dándole un empujón a Junsu. Lo miró con odio y lo tomó del cuello de su camisa. Ahora era oficial, el odio que tenía no era hacia sí mismo y hacia él. Ahora era todo para él.
- De verdad eres un hijo de perra… -le dijo con odio, como nunca lo había sentido. Junsu rió.
- No seas infantil, aprende a aceptar la realidad. Quizás me gustaste un tiempo, pero no puedo enamorarme de un psicópata. ¿Puedes entender eso?
- No… -se alejó, sin mirarlo a los ojos–. No puedo entenderlo. Sólo entiendo que eres el ser más desgraciado en la tierra y que fui sólo un estúpido que se enamoró de ti. Te estuve buscando todo este tiempo, ¿Y tú? Disfrutabas revolcándote con otra mujer, ¿No? –rió dolido, pero intentó disimularlo lo más que pudo.
- Disfruté la noche, eso me basta.
- Si dijera que yo no, sería el ser más mentiroso que haya nacido. Eso te lo dejo a ti.
No dijo nada más y lo dejó sólo. Pudo escuchar como la mujer le preguntaba “¿Quién era él?” y Junsu le respondía “Sólo un viejo amigo…”
Se subió a su bicicleta y comenzó a pedalear, intentando alejarse lo más rápido posible de ese lugar. Sin darse cuenta de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, las cuales empapaban sus orejas a causa del frío viento que azotaba su rostro.
Al llegar a su casa lo primero que hizo fue gritar a todo pulmón. Gritar para descargar y quitar toda la rabia que tenía. Toda la rabia que se había acumulado en su interior por culpa de Junsu.
- ¡Estúpido! ¡¡Estúpido, estúpido, estúpido, estúpido!! –gritó tirándose sobre el sillón, gruñendo contra uno de los cojines.
Estuvo quejándose y maldiciendo casi por media hora, y cuando se cansó se levantó y fue hacia la cocina. Sacó todo lo que pilló y se sentó frente a la televisión. Lo único que lo podía tranquilizar en una crisis emocional como esta era la comida. Definitivamente esta era su única amiga y fiel pareja.
- No debí enamorarme como un estúpido –se quejó comiéndose la última papa frita de la bolsa. Abrió un paquete de galletas y comenzó a comerlas.
Todo esto de ser el psicópata enamorado había terminado. Ahora venía el comienzo de su nueva vida. Todo esto quedaría atrás como un mal recuerdo. Sólo sería parte del pasado, nada más, pero… quería venganza. Se había sentido usado y pasado a llevar, eso no le gustaba para nada.
Y lo que más le molestaba era que alguien más, que no fuera él, tuviera a Junsu para si sólo. Junsu sólo podía ser de él, y si no era así…
- O está conmigo o está muerto –se levantó sonriendo de manera casi diabólica.
Caminó hacia la cocina y abrió uno de los cajones. Tomó un cuchillo grande y sonrió, reflejándose en el afilado trozo de metal. Pasaron las horas y las ansias de Changmin crecían. Cuando dieron las 12:00 salió de su casa.
**
Estaba fuera del edificio. La luz del departamento de Junsu estaba encendida aún. Caminó largo rato, pensando. Finalmente entró al edificio sigilosamente, pero sin levantar sospechas. Llegó a la puerta del departamento y luego de unos segundos golpeó la puerta. Pasaron unos segundos. Changmin mordió su labio y apretó fuerte el mango del cuchillo que traía escondido. Escuchó pasos acercarse a la puerta y suspiró pesadamente.
- ¿Sí? –preguntaron desde la puerta, pero no había nadie–. Hmm. Que extraño –susurró la mujer, y cerró la puerta.
Changmin comenzó a bajar las escaleras lentamente. No podía hacerlo. Por un momento por su mente pasó la idea de asesinarlo, pero no era capaz. No era algo que él haría, sólo se había cegado, se había vuelto un estúpido.
Intentaría hacer como si esto nunca hubiese pasado.
Pasó tiempo (bastante tiempo) antes de que volver a ver a Junsu. No era algo que hubiese deseado realmente, pero así era el destino. Cruzaron sus caminos un día algo frío de otoño, estaban en el centro. Junsu iba solo, algo extraño suponiendo que seguía con su novia.
Changmin caminaba calmadamente con un vaso de café en la mano. Alguien le chocó el hombro haciendo que lo tirara.
- ¡Cuánto lo siento! –dijo al instante la persona la cual, al mirarlo, no pudo evitar reír–. Vaya.
- ¿Junsu? –dijo Changmin, y al instante se golpeó mentalmente.
“Debiste ignorarlo, idiota.”
- Tiempo sin verte –sonrió divertido, haciéndose el inocente. Por más que Changmin lo negara no pudo evitar sonrojarse levemente.
- Bastante, y hubiese preferido que ese tiempo hubiese sido más largo –se acomodó las gafas–. Me debes un café.
- Puedo pagártelo ahora –sonrió.
Pudo haberlo negado, pero terminaron yendo juntos a un café cercano y extrañamente terminaron conversando y riendo como si nada hubiese pasado entre ellos dos.
- ¿Y tu novia? –dijo Changmin de pronto, luego de terminar su pie de limón.
- Terminamos –dijo con simpleza, tomando más de su humeante café.
- Ya veo… ¿El deseo de verme fue demasiado? –rió.
- Sí, claro –rió con sarcasmo.
Luego de terminar, y cuando vieron que se hacía tarde, Junsu dijo “¿Te llevo a tu casa?”, indicándole su auto en el estacionamiento, pero muy por el contrario se fueron a un lugar alejado y terminaron teniendo sexo en su auto. Las cosas de la vida, ¿No?
- Luego del acto viene el arrepentimiento –dijo Changmin de pronto, luego de haberse vuelto a vestir. Salió del auto y miró al cielo.
- ¿Te arrepientes? –salió también del auto y caminó hasta quedar a su lado.
- Se supone que te odio –rió. Junsu hizo lo mismo.
- Creo que yo debería odiarte también.
- Tú me amas.
- Lo dudo.
- Admite que me quieres –lo miró a los ojos, sonriendo coqueto–. Al menos un poquito.
- Hmm… Podrías gustarme nuevamente, no lo niego.
- Veré cuanto tardas en hacerlo –lo besó profundamente, acorralándolo contra la puerta del auto. Junsu le correspondió en seguida, dando cortitos gemidos cuando Changmin paseaba su lengua por su boca–. Quieres provocarme –dijo lamiendo ahora su mentón, dando pequeños besos.
- Quizás… -suspiró- … Quizás de verdad quiero que me gustes –sonrió.
“Quizás”. Era esa una palabra que prometía mucho. Quizás podrían terminar bien todo esto. Quizás podrían quedarse juntos. Quizás, y sólo quizás Changmin lograría lo que siempre quiso, desde que conoció al idiota que se robó su corazón. Ser feliz con él y vivir tranquilo.
- Ya lo lograste –sonrió entre sus labios Junsu. Changmin rió coqueto y volvió a besarlo profundamente.
Oh Dios… -suspiró Junsu luego de recuperarse del reciente orgasmo–. Lo haces bien
ResponderEliminarjeje lo sabemos hohoho :D
esta parte me dio risa nose pk xD!!!:
Se subió a su bicicleta y comenzó a pedalear, intentando alejarse lo más rápido posible de ese lugar
ohoho maldito junsu que se cree ówó pero grax a dios termino enamorandose y quien no i mean es changmin :D
sinceramente changmin aqui fue PATETICO, sin dignidad.... triste personaje por lo demas
ResponderEliminary junsu un maldito desgraciado frivolo...asco, me dio asco su personaje
original one shoot eso si...pero los personajes en ese aspecto me desagradaron
Gracias LatinCassiopeia por tu comentario :BB
ResponderEliminarQue pena que no le haya gustado del todo el fanfic, Sr/Sra Anónimo D: Simplemente quise variar, creo que no siempre las cosas son color de rosa y con historias felices n_n la gente de verdad es así en algunos casos owo
Espero que les haya gustado a cualquiera que lo haya leído y que quizás lo leerá ;_; Me esforcé en hacerlo *3*
a por dios enserio crey ke lo mataria ajjajaja pero bueno ke masokistas esos dos pero megustooo muchooooo!!!
ResponderEliminarde vez en cuando se agradece que (como tu lo dijiste) se de variedad... y esta vez es una de ellas...
ResponderEliminarno se por que pense al empezar a leer que seria un poco graciosa xD , pero todo lo contrario ... la verdad estuvo muy buena y también inesperada ^^
...aunque me dio cosa imaginarme tan malo a mi Junsu >.<
Amé los personajes, me sorprendía cada vez más a cada parrafo y frase que leía. >.< me encantó!
ResponderEliminarme gusto mucho ...fue un oneshot diferente, hehehe
ResponderEliminarpor lo general se tiende a escribir con personajes muy melosos, pero estos min y su fueron un poco mas torcidos por decirlo de alguma manera...
muestras otros sentimientos que ahunque no son los mas sanos tambien son parte del ser humano...
bien hecho Miyu-Chan :D
hay que bien al final todo termino bien
ResponderEliminarel obseso de changmin conseguio a junsu
*-* yo ya lo había leído~
ResponderEliminarHace un par de semanas cuando lo subiste AY~
& lo ame... & ahora lo vuelvo a leer aquí...
LO VUELVO A AMAAAR! *w*
aunque me sorprendió el Junsu cabrón~ pero me encanto *w*
& Nee... sigue escribiendo como lo haces Miyu-chan! <3
woooooo que momento tan cardiaco me has hecho pasar, jajajajajaja... al pensar que min iba a amatar a junsu... fiuuuuu!!!!!!!!!
ResponderEliminarme encanto jajajajajajajaj muy buen fic.... gracias por escribir
Genial es bueno mostrar
ResponderEliminarque no todo en la vida es color
rosa ..me encanta la historia
es una relacion enfermiza xD
SEXO, PASION Y OBSECION genial
me gusto mucho
la vida es asi ..
LO AMÉ!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarVIVA EN MINSU!!!
es más, Vivan todas las couples con Changmin!!!!
Viva Changmin el psicópata!!! *-*
(Changmin sicópata me pone a full XDDD)
me encantó el fic""""""" *-*
casi muero cuando pensé que Changmin iba a acuchillar a Junsu... dije "a lo mejor se equivoca y mata a la novia LOL"
XDD
Aaaah, yo creí que lo iba a matar de verdad, pensé : "pero qué buen final, queda perfecto con el perfil del personaje"... pero no, se echó para atrás ;_;
ResponderEliminarEl comentario de Junsu cuando dijo que no podía enamorarse de un psicópata me hizo sentir que todo encajaba, hasta que llegó el final. Claro que un final feliz no le va mal a nadie ^^
gracias por compartirlo
Te quedó muy bien!
ResponderEliminarAl principio cuando dice el horario de Su, me dieron escalofríos *~*
Aun que, verdad, Changmin se veía arrastrado... Junsu era un poco capullin(perdón por la palabra xD)
Pero en conjunto, muy original, me gustó mucho xD
wooooooooooww fue un gran fic!!....Min al principio me asustaba lo obsesionado q estaba y me dio mucha pena como lo trato el tarado de Junsu(su personaje)...yo amo a los 5 dioses y Junsu es siempre tan tierno q nunca podría creer esto pero en verdad estuvo también llevado el fic q llegue a odiarlo,pero claro esta al personaje xq a mi Delfín precioso nunca, a él lo amo *v*...Gracias me encanto!!!...
ResponderEliminarDevi