Aproximadamente venia viviendo seis meses en la pensión de una tía, me mude ya que mi casa queda muy lejos de la secundaria, por lo que era muy cansado para mí tener que madrugar para poder llegar puntual al colegio. Por supuesto la pensión me salía gratis porque mi tía me quería como si fuera un hijo para ella, sin embargo, mis papas me mandaban mensualmente algo de dinero para dárselo por todas las amabilidades que tenía conmigo.
Estaba a punto de cumplir mis 16 años y por primera vez pasaría mi cumpleaños lejos de mis padres. Eso sería algo que tendría que llegar pero no pensé que fuera a pasar tan pronto. Aunque lo bueno es que tendría la compañía de mi tía y su hijo adoptivo, el pequeño y guapo Jaejoong. Era un niño bastante tímido pero amigable.
Aún recuerdo cuando llegue, se mantenía mirándome siempre a espaldas de su madre. Él tenía 11 años y estaba en el último año de primaria. Siempre me gustaba atormentarlo con lo que sería su vida en la secundaria, aunque sabía que solo lo hacía por molestarlo, a veces llegaba a enfadarse y salía corriendo donde su madre. Era un primo bastante lindo y tierno, pero lo que más me gustaba de él era su manía de estar al pendiente de mí, de ser muy atento y el don que tenia de sacarme una sonrisa.
A sus 11 años sabía perfectamente lo que quería, ser dueño de un supermercado. Ese sueño brillaba en sus ojos, y yo se que lograra lo quiere por su determinación.
Eran ya seis meses de convivencia con él y no podía negar que le había cogido bastante cariño, al principio fue difícil acercarme a él por la diferencia de edades pero conseguimos llevarnos como hermanos. Mi tía lo ama con todo el corazón, como si por dentro de él y ella corrieran la misma sangre, estarán inexplicablemente conectados.
Jaejoong a veces podía llegar a ser extraño, y lo digo por aquella vez en que me pidió que le diera un beso. Si mal no recuerdo eran las 10:30 de la noche, creí que ya todos estaban durmiendo, yo no acostumbro cerrar la puerta de mi recamara pero quizá esa noche debí haberla cerrado. Me encontraba leyendo un libro de literatura, estudiando, porque al día siguiente tendría una exposición muy importante, cuando en eso vi que Jaejoong entraba con los pies descalzos y su pijama puesta.
Cerré mi libro por un instante para atender al pequeño quien permanecía en silencio caminando hasta mi cama para luego subirse en ella. Me acerque preocupado pensando que quizá algo malo había sucedido.
- ¿Estás bien Jaejoong?
No recibí respuesta, él simplemente mantenía la cabeza gacha con las piernas cruzadas pensando en quien sabe que cosas. Me subí a la cama y me senté delante suyo viéndolo interrogante.
- Jaejoong te estoy hablando…
Tome sus manos y empecé a jugar con ellas para capturar su atención, pero ni siquiera me miraba.
- ¿Pasa algo malo? ¿No puedes dormir?
Cuando por fin capte su mirada, vi sus labios temblar como queriendo decir algo pero no conseguía las palabras adecuadas. Quise pronunciarme pero este me gano dejándome helado.
- Y-Yunho… puedes darme un beso…
No supe entonces que responder, pero luego pensé bien y llegue a la conclusión de que quizá me estaba pidiendo un beso en la mejilla o frente, uno de buenas noches.
- Claro …
Me acerque a su rostro, lo tome de las mejillas y le di un corto beso en la frente.
- No… no ahí… aquí…
Con esa voz dulce e ingenua llevo su índice para indicarme que donde quería que lo besara era en su boca.
- ¿En la boca? … Jaejoong solo los enamorados se dan besos en la boca…
Le acaricie los cabellos, pensando en que solo me estaba haciendo una broma aunque él no fuera de hacerlas.
- Pero mis compañeros se dan besos todos los días…
- ¿Todos los días? ¿Pero que no están muy pequeños para darse besos?
- Pero se besan…y yo quiero saber que se siente…
Hizo un puchero que lo hizo ver bastante tierno.
- ¿Y por qué me lo pides a mí?
- Porque eres guapo…
Sus mejillas se sonrojaron levemente, le agradecí por el halago pero no sabía si aceptar lo que me pedía. Aunque era un niño y seria un beso inocente para él.
- ¿Entonces quieres que te de un beso? ¿Estás seguro?
- Si… ¿lo harías? No le diré nada a mamá solo quiero saber que se siente…
Me lo dijo con tanto ahincó que me decidí a hacerlo, solo sería un beso corto y rápido pero mi error fue el no haber pensado en las consecuencias.
- Esta bien Jae te daré un beso…
Tome su mentón mientras el cerraba sus ojos, lo fui acercando a mi rostro lentamente. Note que temblaba un poco por lo que dude por un momento, pero fije mi vista en sus labios rojos, que parecían tentadores. Coloque entonces mis labios sobre los suyos y lo que no espere es que el comenzara a moverse desesperadamente cruzando sus brazos por mi cuello.
Intente alejarlo pero cuando estuve a punto de hacerlo oí un gemido que me dejo estupefacto. Me pregunte entonces como un niño de 11 años besaba tan bien y hasta era capaz de soltar un gemido. Tome sus brazos y con cuidado lo aleje, vi sus labios rojo intenso semi abiertos, cuando intento arremeter contra mi una vez mas, me baje de la cama rápidamente.
- Jaejoong q-que… ¿hiciste?
Él no me respondió, solo me miro con los ojos muy abiertos y luego salió corriendo de la recamara. Corrí hasta la puerta y la cerré con seguro, no podía creer lo que había sucedido. Lo peor de todo es que con solo ese beso y gemido, el pequeño Jaejoong me había prendido y necesitaba ayuda.
Abrí mi libro otra vez para continuar estudiando pero ese gemido rondaba por mi cabeza, me jalaba los cabellos tratando de concentrarme pero no podía “Solo es un niño… como te pudo provocar eso…” me regañaba a mi mismo pero mi entrepierna comenzaba a doler.
Corrí hacia el baño y lo que hice aquella noche fue simplemente imperdonable. En la bañera con la regadera corriendo me di placer pensando en tan solo un niño, me toque y llegue al orgasmo pronunciando e imaginando a Jaejoong. Luego de aquello me sentí sucio, un completo enfermo y bastardo.
La situación con él se torno extraña, lo seguía viendo como un pequeño hermanito pero en las noches, en mis sueños lo veía como algo completamente diferente. Me odiaba por tener este tipo de pensamientos con un niño de 11 años. Lo peor es que cuando lo veía me entraban ganas de tocarlo, de estar cerca a él y cumplir mis fantasías de medianoche con Jaejoong.
Llego el día en que cumplí mis 16 años, fui al colegio normal y con muchos ánimos de ver a mis compañeros. Al llegar todos me felicitaron y me propusieron perdernos por toda la tarde. Acepte pero antes tenia que informarle a mi tía que no llegaría a almorzar y lo mas probable es que tampoco a cenar.
Ya con permiso, mis compañeros me llevaron a un bar por fuera pero casa de citas por dentro, con la intención de perder la castidad. Toda la tarde fue rondas y rondas de alcohol, en la noche ya bastante ebrio, me llevaron a una habitación en donde me esperaba una mujer que haría su trabajo de hacerme hombre. Comenzamos a besarnos y tocarnos pero no sentía nada, no tenia hambre de una mujer. No podía seguir con ella, por lo que Salí de aquella habitación, mi cuerpo ardía y gritaba solo un nombre, el nombre de un niño llamado Jaejoong.
No se ni como llegue a la casa, colocar la llave en la ignición se me hizo muy difícil pero no imposible. Subí a rastras a mi habitación, al parecer nadie había sentido mi llegada. Encontré la puerta semi abierta, al entrar me di con Jaejoong quien estaba durmiendo en mi cama abrazado a un regalo. Lo comencé a ver con otros ojos, apetecible y devorable. Cerré la puerta con seguro y me fui acercando a él quitándome la camisa y bajándome el zipper del pantalón.
Quería besar cada rincón de su piel, quería hacerlo mío para volver a oír ese gemido que alboroto mi existencia aquella noche. Me coloque sobre él quien se comenzó a despertar al sentirme encima suyo. A primera instancia me dio una dulce sonrisa, yo la dibuje con mi índice, me abrazo susurrándome “Feliz cumpleaños…” El no sospecho lo que eso desataría en mí.
Arremetí contra su cuello besando cada centímetro de piel, subí hasta sus labios y lo bese salvajemente. Aun no soltaba ese gemido que quería, por lo que toque su entrepierna y comencé a masajearla. Fue ahí cuando gimió directo a mi oído, me volví completamente loco. En un abrir y cerrar de ojos le quite la parte superior de su pijama, para lamer cada rincón de su pálido pecho. Jaejoong comenzó a desesperarse y moverse descontroladamente para liberarse de mí.
Me apresure entonces en quitarme el pantalón y quitarte a Jaejoong el suyo con toda y ropa interior. El ya comenzaba a sollozar y llamar a su mamá, quien se comenzó a desesperar entonces fui yo porque quería tomarlo. Lo calle besándolo y tomando prisioneros a sus brazos por sobre su cabeza con una mano. Con la otra acomode mi miembro en su entrada y la metí de un solo golpe, un fuerte gemido salió de la boca de Jaejoong pero no separe mis labios de los suyos. Era tan estrecho pero esa fricción me excitaba más aun, lo penetraba desesperadamente, tenía tanta hambre de su cuerpo y de poseerlo. Mi razón se nublo por competo mientras continuaba las estocadas salvajes.
Jaejoong mordió mi labio inferior gruñendo de dolor. Sentí ese sabor metálico debido a la mordida feroz que me dio, me separe por un instante de su rostro pero ni bien lo hice comenzó a gritar tan fuerte que sentí como un frio recorría mi cuerpo. Tape su boca con una de mis manos, quería seguir con las estocadas y así lo hice. Sus gritos chocaban y se quedaban atrapados en mi mano, no tarde en venirme dentro de él.
Cuando salí de su interior, ese liquido blanquecino parecía perderse entre toda la mancha roja que había en su entre pierna. Mire horrorizado como su cuerpo temblaba y sacudía bruscamente, había cometido el crimen más repugnante de la humanidad, había ultrajado a Jaejoong. No supe que hacer, él gritó llamando a su mama sin importarle que se estuviese desgarrando la garganta.
Los golpes en la puerta me indicaron que todo estaba perdido, estaba a segundos de perder mi libertad pero lo que mas me dolía era que había perdería el cariño de mi pequeño Jaejoong.
--
Tiempo actual
Ahora me encuentro aquí, en la total frialdad que solo la cárcel te puede dar. Tras unas rejas que me recuerdan día con día la aberración que cometí contra Jaejoong. Me juzgaron como un adulto y me condenaron a 13 años de pena privativa. He cumplido ya 9 años de mi sentencia, tengo 26 años y aun continuo arrepintiéndome cada minuto y segundo de lo que hice.
Todos los días no hago mas que pensar en Jaejoong, en como estará, en si algún día lo volveré a ver. Cada vez que pienso en ello, se que es algo imposible y por mas que yo quiera verlo el seguro solo ha cosechado odio hacia mi recuerdo.
- ¡Tu! Tienes visita…
Salí de mis pensamientos y recuerdos, baje del camarote que compartía con mi compañero de celda. De seguro era mi madre quien venía a visitarme, ella es la única persona que nunca me ha dejado de lado. Mi padre nunca más quiso saber de mí y mis compañeros de colegio dejaron de visitarme hace años.
Me colocaron las esposas y me llevaron hasta el área de visitas. Al llegar a esta no vi por ningún lado a mi madre, pregunte si por casualidad no se habían confundido pero me indicaron a la persona que había venido a verme. Camine hasta la mesa en que se encontraba, me senté y cuando alzo la mirada el corazón literalmente se me paralizo.
Esa piel, esas cejas, esos ojos, esos labios y sobretodo esa mirada solo le pertenecían a mi pequeño Jaejoong. Que ahora era todo un joven apuesto con los cabellos de otra tonalidad.
- J-Jaejoong… mi pequeño Jaejoong…
Quise levantarme y abrazarlo pero el sonido de las esposas me volvieron a la realidad, estaba preso por haber abusado de él. No tengo derecho a tocarlo.
- Hola Yunho…Feliz cumpleaños…
Alce las cejas sorprendido por lo que oía había perdido la noción del tiempo. Hoy era mi cumpleaños y lo había olvidado. Pero me quede más frio aun cuando sentí el fugaz abrazo que me dio.
- Tengo algo para ti…
Recogió un presente que lo coloco sobre la mesa, reconozco ese papel de regalo, yo lo recuerdo.
- Esto te lo iba entregar… hace 9 años…esa noche…
Se me formo un nudo en la garganta cuando vi su rostro. Tome el regalo pero cuando estuve a punto de abrirlo me detuvo.
- Míralo antes de dormir… y te quiero decir que…nada ha cambiado en mí…nada…
No entendí a que se refería, pero haría lo que dijo. El se levanto y yo también lo hice, me abrazo ahora por unos segundos mas, era extraño pero la sensación de odio por su parte no lo sentía.
El se fue sin decir nada, yo regrese a mi celda con ansias de que callera la noche y ver lo que había dentro. Su visita no puedo negar, me lleno de vida, vida que creí haber perdido hace mucho.
--
Ya estaba recostado, con el regalo en la mano. Había esperado a que mi compañero se quedara dormido, cuando me fije que así lo hizo abrí el presente que debí haber abierto hace nueve años. Quite con cuidado el papel que lo cubría, era un sobre que contenía lo que yo pensé una carta, pero cuando desdoble la hoja me di con la sorpresa de que era un dibujo.
A sus once años el había dibujado el beso que nos habíamos dado antes de que yo le hiciera semejante aberración. Lo había plasmado con trazos indefinidos pero sinceros, todas las lágrimas que me contuve de soltar frente a él ahora estaban cayendo por mi rostro. Me fije bien si en el sobre no había algo más, y encontré otra hoja.
“Te quiero Yunho… y deseo convertirme en tu novio para que podamos besarnos muchas veces mas…”
La mente se me quedo en blanco, un pesado frio recorrió mi cuerpo “y te quiero decir que…nada ha cambiado en mí…nada…” ¿Qué significa eso?... ¿Jaejoong me quiere? ¿Mi pequeño Jaejoong aun me sigue queriendo como antes, a pesar de haberle hecho daño? Me recosté lentamente abrazando tanto el dibujo como la nota, no podía procesar nada aun. Ni la visita, ni el dibujo y mucho menos la nota que me dejo.
Volví a ver la escena del primer beso de Jaejoong, que él se había encargado de dibujarlo y que me lo tenía pensado regalar. Cerré mis ojos y pude volver a sentir el momento.
Ahora que se que nada ha cambiado en él, que sus sentimientos hacia mi siguen siendo honestos como cuando era un niño, que después de nueve años su corazón aun late por mi. El pensar en que aun me faltan cuatro años para salir de aquí me frustra pero por él voy a esperar con ansias noche y día hasta que llegue el momento en que ponga los dos pies fuera de este lugar.
“Voy a cumplir tu deseo Jaejoong… quiero ser parte de tu vida...”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
O POR DIOSS! eessto va estar REBUENISIMO >_<' si yo fuera yunho tambien hubiera cometido una violacion a semejante.. Ok no :x vennia borracho u_u' waaa espero que el tiempo se le pase rapido
ResponderEliminarAcabo de morir *________* es la mejor hostoria que he leido en mi vida *-* quiero segunda parte por dios T__T XD
ResponderEliminarWuaa esta super!!!
ResponderEliminarPlease continualo ^_^
waaa q tristeee yuhno pq lo vilaste??? bueno teneindo en cuenta lo buenazo q esta jae ahy q tener mucha fuerza de viluntad para no intentar nada con el >.>
ResponderEliminarpero waa q penaa T____T ojala q salga pronto, o bueno q los años no pasen tan lentos =(