Abstract. Cap. 5

Rocío de la mañana

A Yoochun le gustaba sentarse en el patio. Nadie podía verlo allí porque había un cerco alto. Y como nadie podía verlo, nadie podía hablarle. Le gustaba sentarse en el patio con su cubo Rubik. Su cubo Rubik era un secreto. No había mentido sobre ello, porque nadie le había preguntado, pero tampoco le había dicho a nadie porque si madre lo averiguaba, se lo quitaría, y Yoochun no quería eso.

Junsu sabía sobre el cubo porque Junsu fue quien se lo dio por su cumpleaños. Junsu dijo que el record mundial por resolverlo era de seis segundos, y desde que Yoochun lo obtuvo, su record personal había sido solo de 28 segundos. Eso fue hace una semana. Le gustaba. Era difícil, pero era lógico. Podía hacerlo. Madre se lo quitaría porque el terapeuta le dijo que no debía hacer tantas matemáticas y en su lugar, cuando estuviera molesto o aburrido debía jugar con el perro o hablar con alguien. A Yoochun no le gustaba eso. Le gustaba el perro, pero también le gustaban las matemáticas. No le gustaba nada hablar con la gente.

Se sentó en el suelo del patio con su cubo Rubik. Junsu había estado lejos desde su cumpleaños porque estaba teniendo exámenes y debía pasar todo su tiempo estudiando porque no podía memorizar cosas como Yoochun. Hoy era el día que Junsu venía otra vez.

La campana de la puerta sonó y Yoochun puso el cubo Rubik en el florero antes de pararse y entrar para responder en la puerta.

“Hola, Junsu”
“Te extrañe” dijo Junsu “¿Cómo has estado?”
“Eh estado bien, gracias”
“¿un beso?”
“Okay”

Yoochun inclino su barbilla hacia arriba y dejo a Junsu presionar un beso sobre sus labios.

“¿Dónde esta tu mama?” Pregunto Junsu.
“Esta en el trabajo. Estaba sentado en le patio con tu regalo.”
“¿De verdad? ¿Te las arreglaste para resolverlo?”
“Si”
“¿En serio? Muéstrame”

Fueron al patio, y Yoochun saco el cubo del florero y se lo mostro a Junsu.

“Es impresionante” dijo Junsu “Solía jugar con esta cosa todo el tiempo y nunca me las arregle para resolverlo y tu lo tienes por una semana y esta hecho”
“Lo eh resuelto cuarenta y seis veces” dijo Yoochun y Junsu lo miro.
“¿Hablas en serio?”
“Si”
“Entonces, ¿No te importa si lo arruino otra vez? Solo lo resolverás ¿cierto?”
“Si”

Yoochun observo mientras Junsu giraba los lados del cubo, revolviendo los colores antes de entregárselo de nuevo a Yoochun “Adelante”

Yoochun acepto “¿Me tomarías el tiempo?”
“Oh claro” dijo Junsu y saco su celular. “Contaré desde tres. Tres, dos uno…”

Yoochun comenzó. El rojo debía ir con el rojo, el azul con el azul, el amarillo con el amarillo, naranja con naranja, blanco con blanco, y verde con verde.

“Termine” dijo Yoochun “¿Cuánto tiempo fue?”
“Jesucristo, Yoochun, ¡eres como una de esas personas!”
“No entiendo a que te refieres. ¿Cuánto tiempo fue?”
“Veintisiete segundos y medio” dijo Junsu. “Es impresionante. Y un total calentón”
“No entiendo”
“No importa. ¿Quieres subir a tu habitación?”
“Okay”

Cuando Junsu preguntaba si quería subir a su habitación significaba que quería tener sexo. A Yoochun le gustaba el sexo, pero no le gustaban todas las preguntas que Junsu hacia después.

“Te amo” dijo Junsu “Y sé que me amas también. Solo lo sé. Me amas ¿cierto?”
“No lo sé”
“Quieres estar conmigo ¿verdad? No quieres perderme ¿cierto?”
“No lo sé”
“Podría irme por la universidad pronto. Eso significaría que ya no podría verte tanto.”

Yoochun no respondió porque no era una pregunta.

“¿Eso te pondría triste?”
“Si”
“¿Quieres que me quede?”
“No lo sé. ¿Tu universidad esta muy lejos? La mía esta cerca”
“Es difícil entrar en tu universidad. No soy tan bueno en matemáticas como tu. No soy tan bueno en nada como tú lo eres en matemáticas.

Yoochun no respondió, porque no era una pregunta.

“Si me dices que me quieres aquí, me quedaré. Aplicaré para una universidad cercana, y así podremos estar juntos.
“Te digo que te quedes.”
“¿De verdad?”
“Si”
“Gracias” dijo Junsu “No sabes lo mucho que esto significa para mi. Te amo”
Yoochun no respondió, porque no era una pregunta.


Junsu dijo que si Yoochun resolvía le cubo en menos de diez segundos, lo llevaría a un lugar especial. A Yoochun no le gustaban las sorpresas, pero Junsu le prometió que era un lugar agradable, no muy lejos, y que no había mucha gente. El record de Yoochun era de nueve segundos y medio después de la segunda semana.

Iban caminando por la calle, tomados de la mano y Yoochun iba mirando el pavimento.

Yoochun siempre miraba al suela cuando estaba en un lugar publico, porque si miraba hacia arriba vería muchas personas que no conocía, y muchos signos que no tenían sentido. Las cosas extrañas hacían que quisiera ir a casa y hacer problemas matemáticos o jugar con su cubo Rubik.

Junsu se detuvo y apretó su mano. “Aquí estamos”

Yoochun miro hacia arriba y vio una puerta con un letrero sobre ella en el cual había un poodle rosa.

“Es un refugio para perros abandonados” dijo Junsu “Hay muchos cachorritos lindos adentro. ¿No quieres jugar con ellos?”
“No lo se.”
“Tienen un gran patio donde los cachorritos juega. Los podemos observar a distancia” dijo Junsu. “¿Okay?”
“Okay”

Entraron al lugar y olía como la canasta que madre había comprado para su perro en casa.

Al otro lado había una puerta que conducía a un campo de pasto, y Yoochun siguió a Junsu hacia afuera otra vez. Había siete perros en el campo. Tres eran negros, uno blanco y café, dos cafés, uno era completamente blanco, y otro era blanco café y negro.

Había dos mujeres sentadas en sillas de plástico justo a un lado de la puerta.

“Hey, mama” dijo Junsu y Yoochun observo a la señora a la cual Junsu le hablo por largo tiempo. Esta era la madre de Junsu. Yoochun nunca había visto a esta señora antes.
“Hola hijo, ¿Quién es tu amigo?”
“Este es Yoochun” dijo Junsu “conoce a mi mama, y ella es mi tía”
“Es un placer conocerte finalmente, Yoochun, eh escuchado mucho de ti. Algo de eso, es que te encantan los perros.”

Yoochun no estaba cómodo. No le gustaba hablarle a extraños, y esta persona extraña le estaba hablando mucho.

“¿Podemos solo estar por aquí un rato?” pregunto Junsu “No tardaremos mucho”
“Claro, cariño”

Junsu lo llevó mas allá en el campo y el perro blanco vino corriendo hacia ellos. “¿Ves a este chico, Yoochun? Este es mi perro”

Yoochun sabía que Junsu tenía un perro pero nunca antes lo había visto.

“Puedes acariciarlo. Es muy agradable.”

Yoochun tendió su mano y la puso en la cabeza del gran perro blanco. El perro lo olisqueó y luego lamió su palma. Yoochun limpio su palma en sus pantalones y volvió a tocar al perro. Era suave y agradable.

“¿Te gusta?” Pregunto Junsu.
“Si”
“Creo que también le gustas”



Madre le había enseñado a Yoochun que escuchar a espiar era malo, pero no importaba donde se parará Yoochun en el pequeño pasillo, podía escuchar a Junsu y a su madre hablar.

“Puedo ver porque te gusta Junsu, es un chico guapo, pero hay mas de una persona que solo su aspecto. Él no es normal”
“¿Crees que solo me gusta por su aspecto?”

Cuando la gente alza la voz, significa que están enojados. Junsu estaba enojado.

“Junsu, eres un chico concurrida. Tienes muchos amigos, muy buenos, pero esto…”
“No quiero escuchar esto. No sé de que estas hablando. Ya nos vamos”
“¿Llegarás a casa esta noche?”
“No cuentes con ello”

Junsu vino al vestíbulo y Yoochun miro al suelo.

“¿Qué pasa?”
“Estas enojado”
“No estoy enojado contigo”
“No soy normal” dijo Yoochun.
“No la escuches. No te conoce. Si te conociera sabría que eres mejor que normal ¿okay?”
“No lo se”
“Ven, volveremos a casa. Dame la mano”
“No quiero que nos tomemos de la mano ahora” dijo Yoochun y puso sus manos dentro de sus bolsillos
“O…okay. ¿Qué hice? No te mentí, lo juró. No pienso del mismo modo que ella. Por favor dime cual es el problema… Yoochun”
“No quiero que nos tomemos de la mano ahora”
“Bien. Solo vallamos a casa.”

Cuando Yoochun llego a casa, madre ya estaba allí, así que Junsu se fue. Madre pregunto que habían hecho ese día y Yoochun le conto acerca de la madre de Junsu.
Madre dijo que ya no quería que saliera de la casa con Junsu.

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