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Arualthings

Enemigo capitulo 3



El reloj marca las 6:17 a.m. y cinco figuras se mueven lento, apretujados dentro de una casa demasiado pequeña. Cinco zombies, con la mitad del alma aún entre sábanas, como si los cinco años de apretada agenda y amaneceres precoces no existieran, como si fuese el primer día. Pero, como dice el refrán, a quien madruga Dios le ayuda. Lástima que de los cinco, sólo uno creyera en Dios, tres no estuvieran seguros y uno definitivamente no creyera. Lástima que este último fuese Jaejoong, porque en estos momentos le sería útil. Le vendría bien tener un personaje invisible con quien disculparse, un ente silencioso, todo oídos, a quien rogar misericordia por sus pecados y sus omisiones. Alguien que le diera el consuelo de que toda su vida era parte de un plan divino, que tarde o temprano llegaría la intervención divina, y su vida sería más que una serie de eventos fruto de decisiones mal tomadas y acciones mal ejecutadas.

Le gustaría creer que algún día podría llegar al paraíso.

Pero Jaejoong no creía en Dios. Ni en Dios, ni en los milagros. Así que solo debería conformarse con morderse la lengua y tragarse sus excusas, el paraíso a mil años luz de distancia, y a la vez sentado frente a él.

-¿Dormiste bien? No esperaba encontrarte en el sillón de nuevo… - Aventuró Jaejoong, masticando sin ganas una tostada, evitando cualquier clase de contacto visual

-Junsu no me dejaba dormir con sus ronquidos – le respondió Changmin con voz plana, y Jaejoong podría jurar que Changmin tampoco lo estaba mirando a él en estos momentos

-¡¡¡QUE YA TE HE DICHO QUE YO NO RONCO!!! - Saltó la voz de Junsu desde el baño -¡Chunnie, dile a esa cosa de orejas gigantes que yo NO ronco!

-…Pero Junsu, tu SÍ roncas

-¡CHUNNIE!

-Changmin – La voz de Yoochun sonaba solemne, aún rastros de somnolencia en su voz - Junsu no ronca. Es solo que canta ópera en idioma porcino mientras duerme… o algo así.

-Hmm – Respondió el aludido, concentrando su mirada en el vaso de leche que tenía entre sus manos, y Jaejoong apostaría su vida a que, en otras circunstancias, Changmin estaría riendo a carcajadas con aquella estúpida broma -como sea…

Y luego silencio. Tensión. El tiempo corría dolorosamente lento, cada segundo clavándose en su espalda. El dolor no es nuevo, sino más bien pan de cada día, pero ya ha aprendido a vivir con él…

¿Habrá aprendido aquel joven en frente suyo a hacer lo mismo? ¿A agachar la cabeza y aguantar?

Jaejoong podría jurar que su tostada le sabía a aserrín y su conciencia le olía a mierda.

-Chicos, apresúrense, la van nos recogerá en seis minutos – Interrumpió la potente voz de Yunho, su voz contrastando con el silencio de la cocina como una explosión de fuegos artificiales en medio del desierto, y Jaejoong bendijo la tierra que aquel hombre pisaba por salvarlo, por darle una pretexto para salir de allí, un motivo para no seguir siendo testigo de aquellas ojeras, de aquel silencio, de su mirada perdida, de aquella ausencia de eso que un día fue lo más preciado para él.

-Ah, claro Yunho! – Jaejoong se incorporó con la velocidad de un relámpago, como si sus reflejos hubiesen estado esperado una señal para reaccionar, y se dirigió hacia su pieza, escapando, escapando…

-Jaejoong…

Jaejoong paró en seco.

-…¿Dime, Changmin? – respondió, sin girarse, concentrándose en parecer natural

-Date la vuelta

Jaejoong así lo hizo, aún cuando todas sus alarmas internas le gritaran al máximo volumen que no lo hiciera, que siguiera su camino, que siguiera ignorando a aquel joven tan bien como lo había hecho durante tanto tiempo. Y lo que vio hizo que su pequeño, su pequeñísimo y frío corazón se muriera un poco.

- Jaejoong… - La voz de Changmin sonaba insegura, y sus ojos, Jaejoong supo al instante, estaban llenos de nada que no fuese pura y simple desesperación -¿Podrías… podrías abrazarme?

Y allí estaba. La desesperación de alguien que se niega a dejar morir lo que más ama en la vida. Podía verlo, claro como el agua, y se odió por hacer que aquel joven, siempre compuesto, de coeficiente intelectual estratosférico (o al menos eso le parecía a Jaejoong) y siempre con una respuesta de sabelotodo en la punta de la lengua tuviese esa expresión de innegable… desesperanza.

- Ah, claro – sonrió, caminando hacia él, tratando de imaginar que no era él, que no era Changmin… Cualquier otra persona servía, solo una ilusión, un recorte para pegar encima de ese retrato de facciones únicas que lo enloquecieron sin haberse dado él cuenta.

Un paso, y desde cuándo era él un experto en emociones, desde cuándo que su intuición era tan aguda que podía leer los ojos de el menor con tanta facilidad, otro paso, desde cuando le costaba tanto fingir, desde cuando que empezaba a doler como le dolía ahora mismo, un tercer paso, desde cuando que se había convertido en algo que se veía, que hablaba, que tenía su mismo nombre, pero que no era él?

Un último paso, y ya estaba enfrente de Changmin.

- Te ves terrible…- Murmuró, más para sí que para el joven que tenía en frente, mientras tomaba sus mejillas entre sus manos, entibiándose a cada segundo – Creo que si tienes problemas para dormir, deberíamos hablar con Yunho para que pida que te vea un doctor, que te de una medicina o qué se yo, algo…

- Estoy bien – suspiró el otro – por ahora, creo que un abrazo hará lo suficiente por mí…

Olvídame, deja de esperar algo de mí, deja de tentarme, pensó Jaejoong, mientras sus manos bajaron desde las tibias mejillas del más joven hacia sus hombros, recorriendo toda la curva de su cuello, sus dedos sintiendo la electricidad de lo que no debía hacerse pero que sabía tan, tan bien.

- Igual que un niño pequeño… - rió el mayor, sus manos atrayendo el tronco del otro hacia sí – Un niño pequeño de más de metro ochenta…

-Estúpido…- respondió Changmin, sus labios moviéndose por sobre su camisa, y Jaejoong se derretía, y se derretía la tensión, la distancia…

- Estúpido tú – murmuró, su mejilla derecha contra los cabellos recién lavados del más alto, aspirando la esencia a menta y a colonia y a algo que era única y exclusivamente Changmin

- No, tú eres el estúpido – insistió la voz de Changmin, las vibraciones de su voz haciendo que su cuerpo temblara, mientras sus brazos se apoderaban de sus caderas – estúpido, estúpido, estúpido Jaejoong… -

-¿Eh, todavía no están listos? – La voz de Yoochun sonó extrañamente estruendosa mientras entraba a la cocina seguido de Junsu - ¿Acaso quieren morir a manos de Yunho o algo?

-Oh!- Exclamó Jaejoong, su cuerpo reaccionando como un resorte, separándose al instante del menor -Oh, sí, claro! De inmediato estoy listo! – y tan rápido como se incorporó, salió hacia su habitación, dejando solos a Changmin con un sonriente Yoochun y un igual sonriente Junsu colgado a su cuello

- Es bueno ver un poco de amor maternal por estos lados, ne, Chunnie? – Rió Junsu mientras el aludido le pellizcaba una mejilla con dulzura, ambos sin darse cuenta de la expresión de Changmin, como si la peor de las migrañas estuviese a punto de llegar a taladrarle el cerebro.

-¿Estás listo, Minnie? – De pronto una mano firme se apoyó en su hombro, y la cara de Yunho apareció en su campo visual

-… Claro – Respondió Changmin, sin poder devolver la sonrisa que el radiante rostro de Yunho le daba, sin poder dejar de ver a Yunho y Jaejoong abrazándose por todas partes, cuchicheando entre ellos, saliendo de compras, riendo juntos…

Cerró los ojos, y respiró fuerte.

-Vamos…

**********

Jaejoong agradecía, de lo más profundo de su corazón, a toda la gente encargada de su agenda, por mantenerlo ocupado todo el día, y sobre todo, sin tiempo para reflexionar sobre la estupidez que había cometido.

Una entrevista a una revista por la mañana, peluquería, una aparición en un programa de variedades y ensayo de coreografía por la tarde. Aunque quizás no debería agradecer demasiado los ensayos. No cuando tenía asiento en primera fila para ver esos músculos firmes, cubiertos apenas por una fina capa de sudor, tensándose y relajándose de manera rítmica, esforzándose por llegar a lo que el poseedor de esos músculos consideraría perfección. Jaejoong no podía evitar detener su mirada, más seguido de lo que debería permitirse cualquier hombre con la resolución de olvidar, y admirar las largas y fuertes extremidades, la expresión de concentración en su rostro, el fervor de quien desea ser mejor, el mejor.

-No creo que debas seguir con esto, Jaejoong… - Habló la voz de Yunho, más tarde cuando todos estaban duchándose. Su voz le había parecido severa, pero no agresiva.

- No sé a qué te refieres, Yunho… - Jaejoong optó por seguir el siempre fácil camino de la falsa ignorancia (que tanto le había servido por tantos años)

-Claro que sabes a lo que me refiero - respondió este, apoyando sobre el borde de la ventana, dándole la espalda al mayor

-No…

-Está bien, puedes dejar de fingir – Yunho hablaba, aún sin mirarlo, mientras examinaba con cuidado el paisaje otoñal -No puedes engañarme a mí, sabes? Quizás al principio lograste ocultarlo, lograron ocultarlo, pero es el deber de un líder estar al tanto de todo lo que sucede dentro de un grupo…

Jaejoong sintió como se le congelaba la sangre, y bendito sea Yunho por ser lo suficientemente considerado como para no mirarlo a la cara. Porque entonces no podría ocultar el rojo escarlata de sus mejillas, ni el temblor de sus manos.

- …Supongo que debo mejorar mis habilidades para la actuación. – Dijo, permitiéndose hablar con sinceridad, y se felicitó a sí mismo por haberlo pronunciado todo de corrido y sin temblores.

Yunho rió, su voz grave pero suave recordándole que, después de todo, estaba hablando con uno de sus mejores amigos – Creo que tu histrionismo está bien, Jaejoong. Actuando como que vives en tu propio mundo, como si no captaras todo lo que sucede a tu alrededor, como si fueses de otro planeta… No Jaejoong, creo que tus habilidades están bien. Creo que el problema está en que quizás no quieras seguir actuando, no con él… ¿Estás intentándolo de todo corazón, Jaejoong? Sé que crees estar haciéndolo, pero ¿De verdad es así? ¿De verdad crees que lo estás haciendo bien? Porque créeme, según lo que veo, solo podrías ser más obvio si te colgaras un cartel con luces de neón que dijese ESTOY COMIÉNDOME A SHIM CHANGMIN CON LA MIRADA.

Jaejoong se hubiese reído, tal vez a carcajadas, si no fuese por el hecho de que en estos momentos Yunho se estaba refiriendo a él y a su secreto, que al parecer no era tan secreto después de todo.

- No es fácil… - Se excusó el otro, con la boca seca y el corazón en el suelo

-Claro que no, Jae. Sobretodo para ti. – Y de pronto Yunho lo estaba mirando, una sonrisa suave, casi melancólica en sus labios – Debe ser difícil para ti no tener lo que quieres, lo que de verdad quieres…

Jaejoong no pudo sino reír, asombrado de su propia estupidez, pero creer que nadie nunca le refregaría esto en la cara. Al menos agradecía que Yunho lo hiciera de manera discreta, y con un tono más bien de complicidad.

- Hay cosas que se deben dejar ir

-No lo dudo… Después de todo, Changmin no es la clase de persona que puedes llegar y tomar, y dejarla a un lado cuando estés cansado. No es como las demás personas que han pasado por tu vida

Cierto, Yunho, muy cierto, pensó Jaejoong. Yunho y él mismo lo sabían bien. Sabían que Jaejoong era de antojos fugaces, de sentimientos volátiles, de poco compromiso y aún menos remordimiento. Por su cama podrían haber pasado mil hombres, todos jurándole amor eterno, jurándole con locura su devoción, y él podría seguir sonriendo por la vida, hermoso como siempre, sabiendo que atrás suyo se arrastraban mil corazones rotos. Así era la vida. Quiero, tengo, uso. No quiero, no uso.

Jaejoong no sentía remordimiento, porque de todos modos, de seguro ellos también lo habían utilizado a él, su cuerpo, su nombre. De seguro lo habían utilizado para enaltecer sus egos y para presumir con quien quisiese escuchar el relato de las increíbles habilidades de Jaejoong en la cama. Eso, claro, hasta que se dio cuenta que estaba enamorado de Shim Changmin, y entonces ya no pudo ir por la vida con el paso ligero de antaño.

-No es fácil tener remordimiento, eh? – Dijo Yunho, leyéndole la mente, y Jaejoong de pronto se sintió asombrado, y tal vez un poco aterrorizado, de lo mucho que conocía Yunho su verdadera personalidad. Un buen líder en verdad.

-Prefiero el remordimiento, antes de…

-¿Antes de qué? ¿De ser feliz, de hacerlo feliz?

-No sería felicidad – respondió Jaejoong, su lengua más rápida que su pensamiento, pero era verdad… No sería felicidad. Sería una ilusión, un espejismo de perfección, pero no sería felicidad. Arruinarle el futuro a la persona que amaba no sería verdadera felicidad, jamás.

-Es cierto – Asintió Yunho, volviendo la mirada de nuevo al cielo gris – Pero esto tampoco es felicidad, o sí?

- Podría ser peor – respondió el otro, y su voz suena inusualmente cansada, como la de un hombre viejo que ya viene de vuelta de la vida, como que ya ha vivido todo lo que le correspondía su cuota y ahora solo se conforma con existir.

-Obviamente… ¿Pero haz pensado que podrías hacer para que todo esto fuese mejor?

-Es cosa de tiempo… Tarde o temprano, todo tendrá que pasar, todo tendrá que volver a la normalidad, todo…

-Jaejoong, esto es la normalidad – Lo cortó Yunho, y de pronto él también sonaba cansado – Tú convertiste todo este montaje en la normalidad.

A Jaejoong ya se le habían acabado las palabras, así que no se molestó en inventar más respuestas, esperando que Yunho supiera leer su silencio también

-Mira, Jae – suspiró éste – Eres mi amigo, uno de mis mejores amigos, y quiero que seas feliz… Quiero que vuelva el Jaejoong despreocupado al que todo le resbalaba, ese Jaejoong que no perdía la cabeza pensando demás, y se dedicaba a vivir y a dar vida. Quiero que todos seamos lo más felices posibles. Y también incluyo a Minnie. Después de todo, él ha sido, es y será como mi hermano pequeño. Y sé que hay ciertas cosas que debemos dejar ir, por el bien de todos…

-Dejar ir, dices…

Jaejoong de pronto se sintió enfadado, con Yunho, con él mismo, con la vida.

-¿Dejar ir? ¿Y por qué no le dices lo mismo a Yoochun y a Junsu? ¿Intentaste persuadirlos a ellos para que dejaran de mirarse como si no pudiesen vivir sin el otro, como si no pudiesen mantener las manos alejadas del otro? ¿Lo hiciste con ellos, Yunho?

La respuesta a sus preguntas vino embotellada en una risa, una risa de frustración y exasperación

- ¿Y tú de verdad crees que ellos terminarán bien? ¿Crees realmente que Yoochun tiene la estabilidad suficiente como para acarrear un secreto así? ¿Crees que Junsu vivirá feliz, crees que no sufrirá por el qué dirán? ¿Crees que durará para siempre, que serán felices y que solo la muerte los separará? No es que quiera ser amargado, sabes? Es sólo que siendo el líder, debo ser realista… Si nos prohibieron mantener relaciones entre nosotros, debe ser por algo, no crees? No es fácil tener un romance con una celebridad, mucho menos entre celebridades…

- De verdad suenas como un amargado, Yunho – Sonrió el otro, un tanto divertido por el pesimismo de quién siempre se encargaba de elevar la moral entre los miembros

- Tch, te dije que solo trato de ser realista… - Y un esbozo de sonrisa también cruzó su rostro, como un fantasma, para ser reemplazada rápidamente por un ceño fruncido – Pero de verdad, Jae, no sabes la dimensión del daño que podrías llegar a infringir… Uno nunca sabe cuando puede abrir cicatrices, clavar un clavo sobre otro…

- ¿…A qué te refieres?

Yunho no respondió por un tiempo, el silencio envolviéndolos a los dos, y cuando volvió a hablar, el silencio pareció envolver también sus palabras, inusualmente bajas, pero igual de penetrantes que un grito

- Tal vez hay cosas que no sabes de Chagnmin… - murmuró - Tal vez hay cosas que lo han marcado, tal vez sin darte cuenta, estás enamorado de una persona con demasiadas cicatrices para tan poca edad…

A Jaejoong se le escapó el aire de los pulmones por unos instantes. ¿De qué diablos hablaba Yunho?

- Yunho… - preguntó - ¿Hay algo que sepas y que yo debiese saber?

- Hay muchas cosas que deberías saber, Jaejoong… - la voz de Yunho sonaba seria, demasiado seria -Pero si te las dijera, ¿Cambiaría en algo tu decisión?

Jaejoong quedó en blanco, segundos, o tal vez minutos, sin saber qué hacer con la información otorgada. No estaba seguro si quería siquiera analizar todo lo que las palabras de Yunho podrían implicar.

Las posibilidades…

-No… - suspiró el mayor – No, no va a pasar nada, no importa qué…

- Trata de trabajar en tu convicción entonces, Jae… - interrumpió el otro, volviéndose hacia él, con una sonrisa de vuelta en sus rostro – sé que puedes. Por ti, por él, y por todos…Ya sabes que como líder, no quiero que nadie sufra más de lo debido. En realidad, no quiero que ninguno de nosotros sufra, y punto.

-Eres un buen líder, Yunho – sonrió Jaejoong de vuelta, la sensación de cansancio haciéndose más pesada

-Eso intento – respondió el otro, dando unas palmadas a Jaejoong en su hombro – Ahora, si me disculpas, tengo que ir a ducharme.

-Apresúrate entonces - devolvió el otro, mientras Yunho ya salía por el umbral de la puerta

-Ah, Jaejoong! Una cosa más…- y de pronto Yunho estaba parado en la puerta, mirándolo con algo que Jaejoong no pudo leer en sus ojos – Si vas a seguir jugando, trata de no involucrarme a mí, ¿quieres?

Jaejoong estuvo a punto de fingir que no entendía (los viejos hábitos son difíciles de olvidar), pero desistió de la idea, sabiendo que al fin y al cabo era inútil, que ambos sabían muy bien a lo que Yunho se refería. Asintió, y mientras veía la espalda de Yunho salir por la puerta, trató de dimensionar la verdadera magnitud de todas sus acciones, sus palabras pesadas como el plomo apretándole las entrañas.

No era justo para Yunho, haberlo metido en esto. Una cosa era el fanservice, darse la mano en el escenario, jugar a ser ‘papá y mamá’… Y otra cosa era entrelazar sus dedos con los de Yunho solo para que Changmin viera, viera el mal partido que era, viera lo fácil que lo había olvidado a él, esperando que Yunho entendiera, que no preguntara, que sólo se limitara a ser el buen amigo que era, cooperando en silencio.


¿A qué mierda estaba jugando?


2 Comentarios:

  1. Anónimo8/10/2009

    probeshito de min cuando presencia los momentos
    yunjae... amo la carita que pone cuando los ve

    eres lindo changmin,lindo,lindo,lindoooo

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  2. wawa Minnie es bello wawa como sufren todoss y Yunho siempre el liderr q los quiere ver felices wawa el Yoosuuuu.. ñ_ñ

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