Contigo...
¿Que sería su casa la próxima semana? Changmin sabía que tenía la boca abierta por el asombro, pero estaba demasiado emocionado y petrificado como para moverse. De alguna u otra manera sus ojos comenzaron a humedecerse.
-No te gustó, ¿verdad? -Jae se dejó caer en el sillón- Aah~ debí haberte contado antes...sólo creí que sería una buena sorpresa, lo siento. -estaba tan ocupado buscando la mejor excusa que no notó que el pequeño se acercaba a él.- Debí haber sabido que mi oportunidad ya había pasado, es lo más estúp...
-Jae! -Le interrumpió Min emocionado, casi al borde del llanto y tirándose a sus brazos- Cállate, esta perfecto. No puedo creer que hayas hecho esto por mi.-lágrimas- De verdad es tanto lo que me quieres...?
Jae asintió con un movimiento de cabeza y una sonrisa. Se quedaron en silencio unos segundos, contemplándose. Hasta que al fin el mayor hizo el primero movimiento, agarrando con ambas manos el rostro de Min y acercándolo a él. Aquel beso de reconciliación fue mejor que el que cualquiera de los dos había imaginado. Nuevamente el ritmo era perfecto, justo lo que necesitaban del otro para recuperar lo que habían perdido esos días. Ninguno de los dos controlaba el beso, todo era una perfecta armonía, que les pedía más del otro...estar más cerca del otro. Quizás era culpa de cuánto se habían extrañado pero no pudieron evitar comenzar a rozar sus cuerpos, reencontrarse. Min ahora estaba sobre Jae, apoderándose a su manera de la situación...con besos en el cuello y tocando cada centímetro del cuerpo del mayor con la punta de los dedos. Afuera había comenzado a llover pero para ellos la temperatura sólo aumentaba. La necesidad de sentirse cada vez más cerca los hizo deshacerse de sus abrigos casi de una manera desesperada, los nervios los hacían reír mientras torpemente tiraban de sus ropas. Cada prenda que se quitaban era un momento íntimo, más especial que cualquier otro vivido. Cuando ya estaban desnudos se separaron y se observaron, ya no había vergüenza, simplemente amor. Min se encontraba hincado sobre Jae, y el sentirse tan observado por primera vez en su vida lo hizo feliz. Jae pasó su mano por l cuello del menor, bajando por su tronco...hasta llegar a la cintura. Repitió lo mismo con la otra mano mientras seguían con la mirada pegada y, con ambas manos en los muslos de Min, se inclinó y recostó sobre el pequeño cargándose lentamente sobre él -entre sus piernas-. Min le besó el cuello y luego sus labios se volvieron a encontrar, tibios y húmedos. Pasó sus manos por la cintura del mayor y lo apegó más a él, su cuerpo le pedía más roce, más tacto y no podía reprimirlo. Jae a su vez comenzaba a soltar leves jadeos cada vez que sus miembros se tocaban peligrosamente, ahogó un grito cuando sintió la mano del pequeño en su entrepiernas, masajeándolo suave pero apretado al mismo tiempo. Él hizo lo mismo, ahora lamiendo su cuello y escuchando la agitada respiración de Min. La velocidad aumentaba y así mismo sus respiraciones y el volumen de sus jadeos. Jae por primera vez en su vida experimentó las ganas de sentirse dentro del menor, y aunque era distinto a todos los anteriores en su vida no pudo desentenderse de ese sentimiento. Se incorporó, tomó al menor de las caderas y lo sentó sobre él, siguieron besándose y respirando la esencia del otro. Con una sola mirada entendieron lo que seguiría. Aunque sería su primera vez, Jae sabía -en teoría- lo que dolía y por la expresión de Min dedujo que él también lo sabía. "No te preocupes", le susurró al oído. Levantó nuevamente a Min por la cintura y dejó que éste se acomodara. Lo soltó lentamente dejando que el pequeño se acostumbrara a la situación. Cuando por fin Changmin hubo dejado a Jae entrar por completo, se aferró a su cuello fuertemente, la sensación era extraña pero al mismo tiempo la más importante de su vida. En el momento que sintió que ya se había acostumbrado comenzó a moverse, lentamente. Al primer movimiento Jae sintió que el alma se le escapaba en un gemido, la estreches de Min le provocaba una excitación distinta a cualquier otra. Todo el acto fue calmado pero intenso, disfrutando el uno del otro...besándose, mirándose, acariciándose, respirándose...Al momento de llegar al clímax no fue necesario que Jae masajeara el miembro de Min para que terminaran juntos, simplemente pasó. Nada más hacía falta para demostrar que hasta sus cuerpos eran el uno para el otro. Cuando acabó, se quedaron en la misma posición, Jae aun dentro del menor.
Se amaban, y no había manera más pura que demostrarlo.
El mayor tomó a Min entre sus brazos y lo llevó a la que pronto sería la habitación que compartirían, ahí se recostaron en silencio aun desnudos, disfrutando al máximo aquel íntimo momento...aquel momento en que ni las palabras hacían falta, sólo romperían ese mágico momento. Se entrelazaron de tal manera que era imposible distinguir qué extremidad pertenecía a quién. Y así terminaron por dormirse.
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A eso de las siete de la mañana Min despertó. Jaejoong lo observaba.
-Te amo, ¿lo sabías? -le dijo el mayor mientras le quitaba el pelo de la cara-.
Min asintió, satisfecho y feliz. Bajó la mirada y notó que ambos estaban vestidos y tapados hasta la cintura. <<. Jae me vistió y todo...y siquiera lo noté…>> Una nueva caricia por parte el mayor lo despertó de sus pensamientos. Lo miró.
-¿Novios? -le preguntó-.
-Novios.
Jae saltó de la cama y salió de la pieza, cuando volvió a entrar lo hizo con una bandeja llena de comida. Min se incorporó y se sentaron los dos a comer.
-Te tenía preparado este desayuno por si aceptabas -rió-.
Luego del desayuno Min entró a la ducha mientras que el mayor ordenaba. Cuando fue el turno del mayor, Changmin se quedó mirando por el gran ventanal del living-comedor. Las nubes de la noche anterior aun no desaparecían por completo. Las olas se veían distintas de día, más claras y vivas, casi que anunciaban que la felicidad le había llegado, o por lo menos así lo sintió él. La brisa acompañaba a las aves que se veían pasar, movía las copas de los árboles tan sutilmente que a primera vista era difícil de notar. Min se dejó llevar por ese movimiento tanto así que llegaba a sentir que él mismo era a quién el viento rozaba. En ese momento Jae lo abrazó por la espalda.
-De verdad me gusta la idea de vivir aquí...-<<.Contigo...>>- Pero me angustia pensar que quizás no pueda ser...
-Entonces deja que te cuente cómo es que lo haremos, Minnie -le contestó Jae- para que veas lo posible que es.
Y en el viaje de regreso a la casa de Chunnie se enteró de cuál era el plan que había ideado Jae con sus amigos para escapar y cómo harían para vivir luego.
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Por la tarde se juntaron con Seung Ri. Ahora que toda la historia se sabía, el amigo de Jae se disculpaba con Min por cada mal rato que lo hizo pasar. El pequeño ya no sentía resentimiento alguno por lo que la actitud de Ri le causaba hasta un poco de risa.
-Minnie!! Mira te había comprado esto -le mostró una cajetilla negra- son cigarros con tabaco de chocolate -le dedicó la mejor sonrisa-...para que veas que no tengo nada contra ti!!
Min rió antes de contestar.
-Ya te dije que no te preocupes! -le dijo- Ya esta todo arreglado -igualmente le sacó la cajetilla de las manos y riendo les ofreció uno a cada uno. Luego de prender su cigarro, puso tono cerio y habló- Eso si, tengo una pregunta importante -los otros dos asustados pusieron los ojos como plato y cara de "¿y esto a qué viene?"- ¿Cómo prentenden que lo hagamos para salir cuando ya esté en el avión?
-Aaaah, eso -contestó Jae.
Sacó su celular y le mostró un mensaje de texto, era de Yoochunnie:
"acabamos de conseguirnos los trajes...Chán!~"
-No querrás que arruinemos la mejor de las sorpresas, ¿verdad? -Jae y Seung Ri se echaron a reír. Min se quedó pensativo. <<.Trajes??.>>
ahhhhhhh! esta genial! me encanta este fic!
ResponderEliminarcontinualo ^^
ohhhhhhhhh estuvo fabuloso me encato quiero q siga
ResponderEliminarcontinuala si no me muero.....
(jajajaj)
Encerio