Latidos
No sé cuanto tiempo ha pasado, desde que llegamos. Ni siquiera me e tomado la molestia de ponerme la pijama, en verdad ninguno de nosotros lo ha hecho. Estamos demasiado cansados. Lo más prudente sería dormir pero no puedo. Como hacerlo si tu cama esta a pasos de la mía, tu acompasada respiración escurre por mis oídos dejándome hipnotizado, de ti y sólo de ti.
Y es demasiado sencillo, que mi tacto se pierda en tu epidermis, en tus sedosos cabellos negros y mi olfato se impregne de tu aroma a frutillas mientras mi mente se bloquea poco a poco, consecuentemente mi Id pasa a controlar por completo mis acciones.
Y no deja de ser maldecidamente sencillo, que mis labios se encuentren a escasos milímetros de los tuyos, y todo mi ser no haga otra cosa que no sea ansiar ese roce prohibido. Un suspiro tuyo entre sueños, mi cuerpo tiembla.
- JaeBoo - tu nombre escapa de mis labios y me suena a poesía, la más enternecedora de todas.
“En realidad quieres hacer esto” una vocecilla en mi mente detiene mis actos obligándome a maldecirme mentalmente e incorporarme, abandonando tu cama.
Me es incomprensible ¿Cómo puedes tener tanto control sobre mí? Al punto que pierdo mi identidad, dejo de ser Jung YunHo y paso a ser tu Yunnie, una marioneta sonriente, dispuesta a ser tu sirviente por la eternidad y más si pudiera.
No puedo permanecer más tiempo en esta habitación, tengo que salir antes que mis impulsos se concreticen. Doy una último vistazo en dirección a tu cama, mi mente dibuja tu silueta, ahí recostado, tu respiración pasiva y constante, sin duda un ángel hecho humano, tan cercano y a la vez inalcanzable.
Camino un poco tembloroso y salgo de aquél cuarto que compartes con el ausente playboy del grupo. Mis pies se detienen en la puerta, mi mano apretando fuertemente el pomo, dudando y ansiando. Mis dedos deslizan por aquel objeto cromado.
Me cubro la cara con ambas manos dejando escapar un suspiro de frustración. Pasándolas por mi cuello en forma de masaje. Quizás un buen vaso de leche fresca me ayude a dejarme de tonterías e irme a dormir de una buena vez ¿Qué hora será? Mañana no tendré cuerpo para nada. Mierda.
Unas voces llegan a mis oídos, devolviéndome a la realidad. La TV del living esta prendida. Mi cerebro está demasiado extasiado y cansado como para identificar el programa, película o lo que sea que esté pasando en estos momentos a través del cristal mágico de la dependencia. Volviendo al punto ¿Quién ve tele a estas horas? Ignoro el tiempo exacto sin embargo puedo afirmar que es muy tarde, demasiado como para que alguno de nosotros se mantenga despierto, considerando lo apretadas que son nuestras agendas.
¿Será Micky? ¡Sorprendente! Pensé que tardaría más. ¿Habrá venido acompañado? Qué más da, con tal que no monte alguna “escenita” en el living, puede vivir “activamente” cuanto le plazca.
- ¿YooChun? – no recibo respuesta alguna
De repente vino sólo y se a dormido. ¡Ese idiota promiscuo! Como sea, no lo sabré, si sigo pensando en vez de acercarme al jodido mueble en cuestión. Me basta con dar unos cuantos pasos para descubrir la identidad de la “bella durmiente”. ¡Oh sorpresa! Nuestra princesa Disney es nada más y nada menos que Xiah Junsu.
¿Pero que diablos hace durmiendo aquí? Las vocecillas continúan, el volumen esta un poco alto, lo suficiente para maldecir al malnacido Host, y su tono de voz agudo e irritante. Busco el control con la mirada y lo hallo tirado en el elegante suelo alfombrado de nuestro living. Resoplo. Saben cuanto detesto que duerman dejando la TV prendida. Lo muevo un poco para despertarlo.
Apreta fuertemente sus párpados, dejando escapar una lágrima, dejándome estático y sin saber que hacer. Sus labios sueltan susurros semejantes a un “Chunnie”. Es justo en estos momentos que me doy cuenta. Su rostro tiene innegables muestras de haber estado llorando. Y me desconsuela verlo así, abrazando fuertemente aquel peluche de Mickey Mouse, que le compró YooChun en forma de broma hace mucho, pero que significa mucho para él.
Junsu ah... ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Será prudente levantarlo? Pongo mi mano derecha en sus brazos. Por todos los santos ¡Está helado! ¿Dónde mierda se esconden las almohadas cuando se las necesita? Después de medio minuto vuelvo con tres frazadas con las cuales lo arropo. Hace demasiado frío como para dejarlo dormir aquí. Estoy apunto de cargarlo y llevarlo a su cama, pero el sonido del cerrojo de la puerta al abrirse me alerta.
Procurando hacer el menor ruido posible, me incorporo y dirijo mis pasos hacia el lugar; a punto de doblar la esquina que conecta con el pasillo principal, escucho un golpe seco en el mencionado pasillo, acelero mi andar. A continuación YooChun entra con paso no tan firme.
Vale, no esperaba que llegara sin haber bebido ni un poco de alcohol, pero tampoco que se haya pasado de copas. Ni siquiera se a dado cuenta de mi presencia. Resignado me acerco lo suficiente para ser tomado en cuenta y auxiliarlo con el vaso que inútilmente, trata de llenar con agua.
- Creo, que los vasos aquí y en las Bahamas se utilizan boca arriba – digo con sorna
- Sí, esitoy bfienp nop ted preocudpeszz appaaa!! – dice entretenido en su tarea como si estuviera apunto de descubrir la cura para el SIDA
- Dudo también de eso – le arrebato el vaso y la tetera, y le hago el grandísimo favor
Se lo entrego, él lo recibe, se me queda mirando. Alzo una ceja en respuesta, esboza una sonrisa un tanto torcida y se toma de un sorbo el contenido.
- ¿Me estperadbas appa? – cuestiona riendo sarcástico, ahora un poco más inteligible, genial aún ebrio no deja de ser molesto.
- ¿Porque habría de perder mi tiempo? Como si no te conociera – hago una mueca mientras me apoyo en la encimera.
- ¡No tieddnes que negadrlo! ¡Yo también tedd quiero! – se tira sobre mí, abrazándome
- ¡Suficiente! No te me pongas sentimental ¿Haz estado viendo muchos doramas últimamente? Aish... Lo que me faltaba un ebrio abrazándome
- ¡Apaa! ¿Cutidadste biem a mi umma? – cuestiona carcajeándose lo suficiente para que la sangre se agolpe irremediablemente en mis mejillas.
- ¡Cállate! – le fulmino con la mirada
- ¿Cómo puedeszz tratlar asít a tu hijo próssdigo? – dice con un puchero mientras trata de arrebatarme la tetera, inútilmente.
- ¡Suelta! Y para tu conocimiento, tú de hijo pródigo tienes tanto como yo de matemático.
- Uy no, eszzo ezstád difícil Yunnito – vuelve a reír tambaleándose un poco
- Ya vete a darte una ducha y de ahí a la cama – ordeno, lo último que quiero es que monte un teatrito y despierte a todos y con todos me refiero, sobretodo a Jae.
Comienza a reír compulsivamente, y se dirige hacia el baño, tomando el camino más largo, este idiota es capaz de perderse en su propio departamento.
- ¡Al fondo a la derecha! – le grito desde aquí, la cocina
La única respuesta que obtengo es un golpe seco ¡Dios! Nada le cuesta no perder la vida tratando de llegar al baño. Debe haberse tropezado con el sillón del living. Río bajito. Esperen ¿No estaba Junsu en la sala?
Por alguna razón en vez de irme al living, me voy directo a mi habitación, tratando de ignorar lo que pasa en el susodicho lugar; entro en ella y me cobijo bajo mis sábanas.
- ¿Hyung? – pregunta ChangMin desde su cama en la esquina más apartada
- ChangMin...ah descansa – es mi única respuesta, apago mi lámpara de noche y cierro mis ojos esperando que Morfeo se apiade de mí, aunque sea esta noche.
A LA MAÑANA SIGUIENTE (en verdad después de unas cuántas horas)
- ¡¿Qué demonios haces en mi cama?! – tu grito, nos despierta a todos, incluyendo a los pobres residentes mejor conocidos como vecinitos
¿Qué pasa ahora? Un momento ¿Dijo “cama”? Sin pensarlo dos veces ya estoy corriendo a toda velocidad hacia su habitación, literalmente tiro la puerta de una patada, pero la escena me deja paralizado en la entrada.
- No es obvio J-a-e-boo – su tono meloso, no me agradó para nada. Pellizca una de tus mejillas
- ¡Que no me llames así! – gritas, se puede saber porque demonios sigo estático en el marco de la puerta sin mover un puto músculo
- ¿Ahora que pasa? – dice ChangMin entrando en la habitación mientras soba su ojo derecho, evidenciando sueño.
- Nada en especial – cargo a Jae en mi hombro, él no dice nada o si lo hace no estoy escuchando, salgo de la habitación, no sin antes fulminar con la mirada a KyuBok
Sin duda debo buscarme una buena terapia para control de ira, de no ser porque te tengo en mi espalda. Volvería y le daría una buena sesión de puños y patadas que no olvidará, sería un bonito recuerdo ¡Aish! ¿Qué tiene en la cabeza ese idiota? Mejor no respondo...
¿Cómo puede atreverse siquiere a pensar en ti? ¡Sólo yo tengo el derecho! El viento se vuleve un poco más espeso, meciendo mis cabellos. El frío me recorre de pies a cabeza ¿Qué pasa? Ahora que me doy cuenta ¿Donde demonios estamos? Mi rostro debe ser de total incertidumbre. Haz empezado a reír, sin taparte la boca como acostumbras. Te carcajeas, mi mente entra en trance.
- ¿Puedo bajarme ya? – cuestionas con un hilo de voz
Solo asiento, si hablo ahora: diré puras incoherencias. Esto es enteramente tu culpa ¿Es necesario que pongas esa expresión tan inocente y tierna? Estoy empezando a creer que lo haces a propósito.
Te bajo despacio, mi cuerpo gruñe al dejar de sentir tu calor. Despego, mi vista de tu delgada y frágil figura, estas un tanto sonrojado. Mejor no emito comentario de mi estado actual.
- Yunnie... de... deberíamos volver ¿no crees? – me miras expectante
Ahora soy yo el que a empezado a reír irremediablemente. No tengo ni puta idea del lugar en el cual estamos Tus carcajadas acompañan las mías
- Traté de detenerte ¡Cabeza dura! – Reíste con más fuerza – solo refunfuñabas incoherencias mientras yo pataleaba cada vez que cruzabas la pista ¡Dios! Por poco nos matas, pero seguías literalmente andando a zancadas
Vuelvo a estallar en carcajadas, sintiendo como me hierve la cara de la vergüenza.
- No fue gracioso – golpeas mi hombro suavemente, haciendo un puchero
- ¿Recuerdas el camino de regreso?
- Eso creo, apurémonos Minnie es capaz de comerse a Junsu sino le hago el desayuno
Comenzamos a caminar, el va delante guiándome. Hablando de Junsu no lo he visto en la mañana ni a YooChun. Los recuerdos de la noche anterior vienen a mi mente ¿Qué pasó en el living? Que ambos no hayan estado en el depa, no es para nada una coincidencia.
- No te quedes parado ¡Aish!
Siento como tomas mi mano, entrelazando tus dedos con los míos, experimento descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Tiras de mi brazo con fuerza obligándome a caminar. Mi corazón late con fuerza, al punto de temer una taquicardia.
Sin pensarlo mucho y un tanto temeroso, llevo nuestras manos hacia el bolsillo de mi ancha polera. Te sobresaltas, siento tu mirada en mí ¿Esperas una explicación? No podré dártela ni hoy ni dentro de 5 minutos, no hsta que el contacto de nuestras manos cese y recuerde que respirar es una operación vital para mi condición de humano; no quitas tu mano, muy al contrario, sostienes con fuerza la mía. Sonreímos, mientras seguimos caminando ¿Puedes escuchar mis latidos Jae? Porque yo escucho muy bien los tuyos.
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