Y Yo a ti
Soñar. La mejor forma de escapar a la realidad, aquella cruel dimensión que provocaba tan doloroso despertar a nuestro rubio albino en cuestión.
Xiah Junsu, no había encontrado mejor solución, y aquello le producía daño aún más profundo. Si bien dolía, dolía saberse no correspondido. Lastimaba aún más, su conducta masoquista. Esta razón define perfectamente; sus múltiples noches de desvelo, las miles de lágrimas derramadas en nombre de aquella persona que le hacía tan feliz y a la vez tan miserable. Injuriaba seguir el mismo modus operandi cada día, pero resultaba inevitable denigradamente inevitable, para él.
Sí. Soñar, era su única salida; la única vía para lograr besarlo. Efectivamente, justo como en el presente, poder tener la libertad de hundir sus dedos y enredarlos en el ondulado cabello, de su promiscuo amante. Aspirar totalmente su aroma y disfrutar de aquel sabor exquisito a cereza con un toque agresivo de alcohol.
JUNSU’S POV
Me resulta extraño, demasiado quizás; nunca antes besarlo había sido tan... real. No había podido sentir la frialdad de su mano, filtrarse en mi camiseta, tocar mi abdomen. Jamás había presenciado el sabor acerbo del alcohol en sus labios, en su aliento, en su escurridiza lengua.
Mis ojos abriéndose lentamente, viéndote cerca, demasiado. Mis mejillas enrojeciendo aún más; procurando no romper el beso, principal responsable del excesivo gasto de ATP formado en mi enervado cuerpo, empiezo a notar la falta de oxígeno; la cabeza me da vueltas. A pesar de ello no te soltaré, no pienso despertar, no quiero llorar; solo, en una condición deplorable. Muerdes mis labios. Suspiro, como jamás conceptué poder hacerlo. Aprieto mis párpados, rogando misericordia a mi lacerado corazón. Separándome de ti despacio, memorizando tu olor, tu sabor. Nos observamos jadeantes.
Mis lágrimas han comenzado fluir. Tus oscuros fanales, siguen fijos en mí. Brillan de forma distinta y tan tuya que logras estremecerme. La sangre de mis labios pigmentando los tuyos. No puedo parar de llorar ¡Estas aquí! Esto no fue... ¿Porqué lo hiciste? ¡¿Por qué?! Es que disfrutas destruirme de a pocos ¡Sólo dímelo! ¡Mierda! ¡Me duele YooChun, arde!
Temblando, logro ponerme en pie. Voy a vomitar, mis lágrimas impiden que pueda ver con claridad. Mis piernas proporcionan pasos imprecisos. Sólo quiero salir de aquí, sólo quiero escapar. Escapar de ti, y sobretodo de mis impulsos.
Me detienes, tus brazos me detienen ¡Suéltame! Por favor, yo...yo no podré ¡Por favor! Lucho por soltarme de tu agarre, pero sólo logro que presiones con más fuerza mi espalda contra tu pecho ¡No quiero YooChun! Por favor ¡Para! Quiero gritar, gritarte, lanzar alaridos de dolor de este dolor que me carcome de a pocos. Intento, trato, estoy golpeándote es que no entiendes ¡Para!
Una cálida lágrima tuya cae en mi hombro, se desliza lentamente por mi delgada camiseta, mi resistencia fenece. No entiendo nada ¡No entiendo nada! Chunnie no hagas esto ¿Porqué carajos estas llorando? Yo...yo... me declaro fuera de combate, una última lágrima resbala por mi mejilla.
YOOCHUN’S POV
No puedo detenerme ¿Porqué te he besado? ¡¿Por qué?! Mierda, Junsu no te largues ¡Ni un paso más! ¡Detente! Mi cuerpo actúa por si sólo de alguna forma u otra, e logrado pararme, a pesar de mi aturdimiento alcohólico reciente. No puedes irte, déjame explicarte, yo...
Las palabras se atoran en mi garganta, no puedo evitar llorar. Razones me bastan. La e jodido como siempre como todas las putas veces. Provoco tu llanto y eso me rompe ¿lo sabías? Me rompe ver como logro alejarte cada vez más de mí. Yo...yo...
- No puedo más – tu susurro sonó tan vacío, tan hueco y apagado que desgajó algo dentro mío
Mis hipidos se hicieron más fuertes, mis lágrimas aumentaron su fluidez. Mis manos buscaron las tuyas, entrelazando nuestros dedos, temblando. Mis labios se posaron en tu cuello, apretaste mis manos con fuerza; poco a poco soltaste el agarre. Mi tacto se perdió en tu dermis. Gemiste. Aquellas ondas sonoras llegaron a mi tálamo y decodificaron la respuesta necesaria. Nuestras bocas se encontraron nuevamente ansiosas de más y más, nuestras lenguas danzando aquel baile prohibido; tus lágrimas se unieron a las mías. Y todo se volvió lúgubre, deliciosamente opaco.
Mis labios recorrieron la porcelana descubierta de tu cuerpo, robando mi nombre de los tuyos, palabras que se impregnaron en mi piel. Tus gélidas manos imitaron mis acciones, poco a poco me deshago de tu ropa, aquella que mi impide admirarte absolutamente; y sabes que es lo peor de todo Su. Soy demasiado conciente de mis acciones; tus onerosas prendas fueron a parar en algún rincón del living. Y me importó una mierda. Sí, simplemente como eso, ignoré a propósito mis alertas internas, mi sollozo eminente; y te marqué, como mío y sólo mío.
Sollozaste con fuerza, mientras me abrazabas. Nuestras respiraciones entrecortadas, nos impidieron hablar ¿Qué podríamos decir? El silencio nos invadió, y con él, el frío caló nuestros huesos; el tic-tac cíclico del reloj del living, nuestro living; nos devuelve a la realidad.
Estos segundos son los más largos de mi vida, te incorporas manteniendo tu cabeza gacha. Me abrazaste fuertemente, temblando. Y susurraste aquello, aquello que ambos sabemos jamás debiste decir. Huiste. Tus pasos rápidos te llevaron muy lejos de esta sala, de esta alfombra, de mi cuerpo.
Me dejas llorando, liberando lágrimas que nunca había derramado, lágrimas cargadas de desesperanza y miedo. Lo siento, ambas palabras murieron en mi área de Brocca.
Deben haber pasado un par de horas o más, lo ignoro; tampoco importa. Puedo casi tocar tu aroma, entra por mis fosas nasales, las intoxica y logra estimular mis glándulas lacrimales ¿Cuánto tiempo puede llorar un humano antes de secarse? Podré responder eso, sin lugar a dudas, podré hacerlo...
Me recuesto sobre esta alfombra, que horas atrás nos tuvo a ambos. Cierro los ojos, mi mente, mi ser; evoca perfectamente tu abrazo, tus palabras. Estornudo. Había olvidado que sigo desnudo ¿Y qué con eso? Si dejo de sentir gracias a esto, sentiría aprecio extremo por las enfermedades. Abrazo mis piernas, en posición fetal. Tratando de calmarme.
Y pude verlo, aquel peluche que te regalé hace meses. Sentado en el sitio exacto, esperando ser visto, esperando que entienda el mensaje. Me incorporo, tan rápido que tengo necesidad de apoyarme en el sillón para no caer. Doy algunos pasos, antes de tomar aquel objeto de felpa entre mis álgidas manos, lo abrazo contra mi pecho; y puedo sentirte, puedo sentirte...
FLASH BACK
Abrí la puerta del departamento, procurando hacer el menor ruido posible. Me esperaba un regaño de parte de nuestro líder. Esa vez había demorado demasiado, lo suficiente para recibir un rollo de hora y media. Quise correr a mi habitación, escapar de la bronca que me esperaba. Frustraron mi plan. Al poner un pie dentro tenía 4 pares de ojos sobre mí. Y sólo uno de ellos logró su objetivo. Era tu mirada Su. Sólo la tuya...
- YooChun ¿Tienes algo que decir en tu defensa o debo empezar de una buena vez?
YunHo había sonado tan cansado, que sentí culpabilidad. Tengo que admitir que aquella vez, metí la pata y bien metida. Luego de regañarme, redundar bastantes puntos y demás. Mis “padres” me dejaron castigado junto a Junsu, quién se había ofrecido “gentilmente” a garantizar el cumplimiento de mi castigo.
No me habló hasta la hora de almuerzo, cuando tuvo que entrar y avisarme que saldría comprarlo. Le supliqué que me dejara acompañarlo, por supuesto se negó. Tuve que arrodillarme, besar el piso, pararme de manos. Finalmente después de abrazarlo fuertemente, muy sonrojado accedió, no sin antes arrojarme una almohada directamente a la cabeza.
El recorrido hacia el céntrico mall fue silencioso, sabía que estabas molesto. Y en ese momento ignoraba el porqué. A una cuadra de llegar al susodicho lugar, te quedaste estático. Detuve mi paso, mirabas fijamente a través del mostrador aquel peluche de Mickey Mouse.
Tus mejillas rosadas se encendieron nuevamente. Tus ojos volvieron a brillar. El enojo se desvaneció. Me miraste de la misma forma en la cual un niño pequeño mira a su madre cuando observa algo que llama completamente su atención. Me enternecí, no pude evitar hacerlo. Despeiné tus cabellos, al tiempo que hacía una seña a la proveedora de aquella tienda.
- Toma – me miraste con los ojos muy abiertos – esto es por dejarme acompañarte Su
La incredulidad, se palpaba en tu rostro; sonreíste. Me arrebataste el paquete de las manos mientras canturreabas una canción.
- Vamos ¡Yo invito! – gritaste con una mano en alto; te abracé, comenzando a sentir ese calor agradable que solo tú puedes darme, como pude ser tan tonto; para ignorar la evidente causa de mis reacciones
- Te quiero – susurré muy cerca de tu oído
Temblaste, muy despacio envolviste mi cintura en un abrazo escueto, pero que significó mucho para ambos.
- Y yo a ti – reíste bajito podía sentir el calor de tu cuerpo, transmitirse al mío
Al final, terminamos comparando para llevar; almorzamos en casa entre risas y golpes. Mientras tratabas de suministrar comida al nuevo integrante del grupo y a mí. Me había sentido tan feliz aquella vez, sentí que pertenecía a una familia. Que ese era mi lugar ni más ni menos, que el tú y yo era la referencia perfecta para ambos.
Porque te amé en esos momentos, tal como lo hago y como lo haré...
END OF FLASH BACK
Sonrío, secando mis lágrimas con el dorso de mis manos. Soy un completo imbécil. ¡Dios! Y no tengo que esperar más, me visto lo más rápido que me es posible y salgo en tu búsqueda. Espérame su, pronto estaré contigo, espérame...
CHANGMIN’S POV
Mi estómago se torció por quinta vez, estoy iracundo ¿Dónde mierda esta Jae? Quiero comer, mi estómago demanda comida, y no puedo satisfacerlo ¿Por qué? Simple, mi queridísimo "padre" sufrió un ataque de celos repentino, bueno sí tuve un puco de culpa en eso; el punto es que se lo llevó a quien sabe donde.
Como resultado no hay nadie, absolutamente nadie que pueda hacerme el desayuno. Mis cinco comidas al día son sagradas. No me pueden privar de mis necesidades básicas, para sumar más desgracias a mi situación actual. El inútil de KyuBok no puede cocinar porque sino se le daña la manicure, sí; el muy inepto está rascándose la panza tirado en su cama mientras otras personas pensamos en como sobrevivir.
- ¿Puedes dejar de golpearte? – detengo mis constantes cabezazos contra la pared
- ¿Piensas cocinar? - atajo
- No – responde escuetamente
- Entonces no te quejes – respondo irritado, ante su negativa
- ¡Dios! Contigo no se puede – exhala lentamente
- Me leíste la mente, pienso exactamente lo mismo, para contigo
Me recuesto de un salto en la cama más próxima, hundiendo mi rostro en la blanca almohada tratando de calmar mi hambre que amenaza, convertirme en caníbal. Si no me alimento en los próximos segundos.
- ¡ChangMin! Estás siendo extremista – exactamente ¿Quién eres para opinar sobre mi persona?
- Y tú muy molesto
- A la mierda contigo – sentí sus pasos acercarse a mí
Segundos después tira de mi brazo, obligándome a incorporarme ¿Qué carajos quieres? Me conduces hasta llegar a la cocina. Afloja el agarre aunque no por completo.
- Pásame los nabos y huevos de la nevera – habla sin mirarme
- ¿Vas a... - pego un brinco, creo que tengo serios problemas con la comida
- Sí, sí ahora apresúrate antes que me arrepienta – hace un lindo puchero, es decir hace un puchero
Literalmente, corrí hacia la nevera. A continuación le paso todos los implementos que me pide. Es increíble que sepa cocinar. Luce tan concentrado. Sin duda eres un tipo bastante extraño y porque no... Lindo...
- Min, si te pones a babear, vas a tener que trapear – retiro mis pensamientos pasados
- ¡Cállate y cocina! – le propino un golpe en la espalada
- Take it easy, si te quedas sin cocinero nadie te va a dar de comer – comienza a reír y no puedo evitar imitar su conducta
Al fin con mi estupenda ayuda, pudimos terminar de hacer unos panqueques; muy bien proporcionados. Los panqueques se ven tan apetitosos. Sin duda hice un buen trabajo. Bueno si fue él quién lo cocinó, pero yo ayudé ¿cierto?
- Min ¿puedes servir la mesa? – cuestiona mientras termina de freír los últimos panqueques
- Esta bien, sólo porqué cocinaste – salgo de la cocina en busca del mantel
- Sólo apúrate ¿si? – me pellizca una mejilla
- ¡Aish! Ya voy... ya voy – ríes, hago un puchero en reproche
Después de unos minutos nos sentamos a comer, yo entretenido con la comida, mientras buscas algo bueno en la TV, al fin te rindes; lanzas el control remoto hacia algún punto del comedor.
- Es que no hay nada bueno a estas horas de la mañana - te quejas
- Es que la TV te odia – afirmo buscando picarte
- Muy gracioso mister Shim – puntualiza enarcando una ceja
- De nada KyuBok-shii – ruedo los ojos
Ambos empezamos a reír, debo admitir que en momentos así sólo en momentos así. KyuBok puede llegar a ser simpático. Reí aún más ante mi propio comentario. Sí, claro...
wuooooooooooooooooo
ResponderEliminarme gustaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
amo la manera en ke escribes lgkfdlñkgñldf
contiinuaalo ♥