1.- Changmin: Concurso.

1. Concurso.

¿En dónde estaba? Ah, sí…ahem….lentes fijos, listo, manos listas…ya…una papa frita…¿dónde quedo la bolsa? Aquí…umm…ok, comencemos.

“Érase una vez una colonia de vecinos donde vivían puros per….”

borra borra borra

“Donde vivían puras personas desafortunadas. Un día llegó a ese lugar un joven estudiante recién graduado que… "

-¡Min!
Aish…
-¿Qué quieres, Junsu?
-¿No has visto mis bóxers?
-Mierda, Junsu. ¿A mí qué me importa dónde hayas metido tú tu ropa? Estoy ocupado.
-Bueno… ¿pero de verdad no la has visto?
-¡Jinjo! ¡Que no!
Ni ganas tengo. Cierra la puerta por fin.

¿En qué estaba? Ah, ya…

“Llego un joven recién egresado de la universidad…”

Un segundo. Esto me suena conocido. ¡Agh! Borra borra borra borrar tooodo. De nuevo.

“Érase una vez un estudiante de preparatoria que era muy guapo y popular. Pero no era muy listo. A decir verdad, estaba retrasado en años, era el oppa y hyung de todos. La realidad era que había tenido que dejar los estudios por un tiempo debido a penosas circunstancias judiciales. De cualquier manera, las chicas lo esperaban con ansiedad en la puerta de entrada, y gritaban de emoción cuando él llegaba, justo a tiempo, apenas segundos antes de que las rejas se cerraran tras él y el timbre sonara. Tenía que reformarse, o lo expulsarían otra vez. En el salón de clases, bien podía lanzar su bolso al aire, dado que un estudiante, de sus muchos admiradores, lo atrapaba siempre, mientras otro le quitaba el saco, otro le corría la silla, y otro le daba su almuerzo y su tarea recién hecha. Era como el rey del salón. Pero tenía un gran secreto. Un día…”

-¡Yah! ¿Qué haces?
-Hyung…

¿Mi cara de fastidio no es suficiente para mandarlo a volar?

-¿Qué es esto? Aigo, ¿por qué estás reescribiendo nuestro drama Dating o earth, huh?
-Yunho hyung, ¿podrías dejarme tranquilo? Intento escribir algo importante.
-Como quieras…

Ya se fue. Otra vez borra borra borra todo hasta….aquí, hasta antes de “vez”. Bueno, pensemos…Ugh, el borrador sabe mal. No sé por qué muerdo un lápiz si estoy escribiendo en la computadora…ya sé…

“Érase una vez en…”

Riiing….riiiiing……….

“…en….”

riiiiiiiiiiiiiiiiing……….riiiiiiiiiiiiiiing

“….en un….” “en una….”

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing~

-¡Maldita sea! ¿Qué nadie más escucha el teléfono?... ¿Yobopseyo? No, número equivocado…
-So don´t calle me no more~

Pensé que ya se había ido…
-Muy gracioso, Yunho-shi. ¿Sí estás desocupado para molestarme, por qué no contestas el teléfono, hyung?
-Perdone usted, señor Changmin –se ríe el idiota, - sólo vine por una revista – la agarra y se va riendo antes de cerrar la puerta.

A ver. Va otra vez…

“En una estación de tren, no hace mucho, un joven de tez blanca y cabello ondulado oscuro…”

-¡Changmin yah!

Ya llegó el otro.
-¿Qué?
-¿No es ésa la laptop de Yoochun?
-¿Y?
-No, nada. Ya en media hora vamos a cenar.
-Aja….
-Apresúrate.
-Ya voy….

Grandioso. Perdí la idea. ¿Qué hago ahora? ¿Otoke? Mentársela a Jaejoong no suena mal… Hum…hay una mancha en la pared… ¿salsa? ¿O será de mis hyung anoche cuando…? Concéntrate, Changmin, que el tiempo se te vendrá encima…

“Érase una vez un chef…”
No.
“Había una vez un….”
Cliché.
“En una mafia, un joven valiente y atrevido estaba enamorado de su jefe y…”

-Changmin-shi…

¡Me lleva el demonio!

-¿Ahora qué, Junsu hyung?
-¿No has visto mi camisa?
-Junsu, ¿tú crees que uno de mis pasatiempos es esconder tu ropa?
-No… ¿la has visto?
-Sí, la has traído puesta muchas veces.
-Ue kyang kyang kyang
Reverendo soquete….
- Le preguntaré a Jaejoong.
-Anda.

Demonios. Volví a perder la idea. Ok…calma. Respira profundo….

“Un día, el líder de la mafia, lo llamó.
-¿De qué quería hablarme, jefe Yo --”

El lápiz sale volando cuando escucho la puerta abrirse.

-¿Qué pasa ahora? Ah…eres tú…
-¿Qué estás haciendo en mi computadora?
-Nada…es…secreto.
-Ah…bueno, sólo venía por mi bufanda, ¿la has visto?
Me la quito y se la doy. Me sonríe.
-Gracias, Minnie.
Besa mis labios. Brevemente.
-¿Puedo saber de qué es el secreto? ¿Y por qué estás tan molesto?
No preguntes. No le busques…
-No, por eso es secreto.
Me hace un puchero.
-Te lo mostraré después que lo termine, ¿sí?
Sonríe, asiente y se va. No sé por qué pero me dio otra idea, algo tonta.

“Érase una vez…un príncipe encerrado en una torre. Vivía día tras día esperando que alguien llegara a rescatarlo de su maldición. Un día llegó el caballero de tierras lejanas, del renombrado reino de Park…”

-¡Changmin, a cenar!
Bueno, al menos esta interrupción me gusta.


****
Panza llena….aigo, que delicioso estuvo. Bueno, ¿en dónde me quede? Ok, esta historia me suena a una película. Borrar….

¿Saben qué? Ya, pondré lo que me importa:


“Estábamos en la sala, como siempre. Le habíamos robado la consola a Junsu mientras éste se entretenía en algún centro comercial con su gemelo, el único ser humano capaz de soportarlo más de una hora…pero en fin. Por supuesto, yo iba ganando, siempre gano. O eso creí. En una curva, Yoochun me lanzó una tortuga azul y me sacó de la pista, logrando pasar adelante y ganar.
-¡Yah! No es justo, hiciste trampa.
-En el Mario Kart, y en el sexo, todo se vale, Minnie.
-No.
-¿Por qué no? Vamos, Changmin~
Empezó a picarme las mejillas. Lo miré, esa mirada asesina que dicen que tengo.
-Changmiiiiin~ no te enojeeeeeeeeeees~ -continuó con su voz melosa, tirando de mis mejillas.
-No me hagas enojaaaaar…-le detengo las manos, -eres muy malo, hyung.
-¿Malo, yo?-soltó mis mejillas.
-Sí, tú.
-Aigo~, ¿entonces vas a castigarme?

Lo pensé. No sonaba nada mal. Sonrío, esa sonrisa macabra que Junsu me conoce muy bien. Pero Yoochun es inmune y en lugar de eso se ríe. Siempre se ríe de todo.

-No. Tendrás que compensarme –le digo, cruzándome de brazos. Yoochun sonrió, victorioso. ¿Qué creyó que ganó el idiota? Ambos seguíamos vestidos… Recargó sus manos en el sillón a ambos lados de mi cuerpo y me miró.
-¿Compensarte?
A veces me hace perder la paciencia. ¿Por qué hace este tipo de preguntas?
-Pero si no hice nada grave, Changmin…

Yo seguía mirando a otro lado, negándome a responderle, cuando empezó con sus toques. Primero tanteó sobre mi camisa con sus manos, buscando mis pezones para pellizcarlos con sus dedos, pasando debajo de mis brazos cruzados. Quería provocarme, yo lo sabía, y a ambos nos encantaba jugar así. Mis labios se tensaron, yo seguía negándome a responderle o a reaccionar a sus estímulos. Pero iba a costarme…y no podía esperar por más.

Empezó a alzar mi camisa con una mano mientras la otra continuaba manipulando mi pezón con sus dedos.
-Minnie yah~, ¿qué, ya no me quieres~? – preguntó haciendo un puchero antes de besar mi abdomen, -¿ya no te gusto?- Lamió mi ombligo ligeramente, -¿o ya no te enciendo?, - Relajé los músculos de mis brazos, descruzándolos y recargándolos en el sillón, - eso está mejor~ -sonrió dándome una lamida desde el límite de mi pantalón hasta el de mi camisa, para luego quitármela, haciendo que alzara los brazos. Besó mi pecho descubierto, mientras sus dedos dibujaban círculos en mis pezones ya rígidos. Cerré los ojos y un quejido escapó de mis labios, un poco fingido.

-Yah, Changmin. Te está gustando y mira…-rió, picando mi nariz. Lo miré fijamente, - y decías que yo hacía trampa – añadió, lamiendo ahora desde uno de mis pezones hasta mis labios, dejando un camino húmedo en mi cuello, -quiero verte como siempre que hacemos cosas--

Lo interrumpo con mis labios, un beso algo intenso. La situación no era para menos. Mi cuerpo empezaba a arder. Metió su lengua en mi boca. Movía la mía contra la suya mientras desabrochaba mi pantalón y metía su mano para frotarme. Yo hice lo mismo y lo froté sobre su ropa interior, sintiendo como iba creciendo bajo mi mano igual que yo bajo la suya.

-Um…creo que logré despertar tus ansias de animal…-me dijo cuando mordí su cuello, apretando su trasero. Besó mi lengua, jalándola un poco con sus labios abultados, y volvimos a unir los labios con más intensidad y más saliva. Me recosté en el sillón con él sobre mí, y pronto sus labios descendieron hasta mi hombría, quitándome el bóxer. Despeiné su cabello con mis manos, guiando su cabeza. Cuando volvimos a besarnos en la boca ya estábamos desnudos por completo. Empezó a estimularme con sus dedos mientras yo masajeaba su hombría. Nuestras pieles se cubrían de sudor y nuestros rostros se habían sonrojado.

Hincados, frente a frente, recorría su extensión con una mano, su brazo blanco con la otra. Me recargué en la pared, mi cintura algo levantada por el respaldo del sillón, esperando que hiciera su parte. Rodeó mi espalda con sus brazos, pegándose a mi cuerpo, su excitación lo suficientemente levantada como para hacerme presión por sí sola. Apoyé mi mano en su trasero y deslicé la otra hasta su hombría para terminar la labor, haciéndome cerrar los ojos. Esperó realmente poco para empezar a moverse, forzando mi piel a ensancharse cada vez más.
-M-me…gusta….cómo gimes…Minnie…
-Ahh…Ca…cállate….y muévete…
-Umm…-su voz se ponía tan grave cuando estaba así, - esta posición es incómoda…siento que me caeré de espaldas al suelo….- eso sería gracioso si la situación no fuera esta.

Salió de mí y giré, dándole la espalda. Volvió a invadirme sujetando mi cadera con un brazo y acariciando mi pecho con la otra. Recargué todo mi antebrazo en la pared, mi otra mano sujetándose de su cintura.
-Ya…no eres ningún niño…Minnie…

¿En qué me lo notó…y hasta ahora? Espero que no en mi hombría que en ese instante él empezó a estimular, porque hacía ya dos años que mi voz había cambiado. Y me pregunto por qué incluso cuando estamos teniendo sexo se le ocurren frases tan tontas. Quizás debería de vetarle acercarse a Junsu.

-Aaah…aaah…-empecé a gemir, ya no podía contenerme. Recargué mi frente sobre mi antebrazo mientras Yoochun me embestía con fuerza, sujetando mi cadera con ambas manos. Su voz ronca entraba por mi oído, nublándome los sentidos no animales que me quedaban.
-Eee-es-peeraa…-gemí, moviendo mi cuerpo con ayuda del sillón, sujetándome del respaldo, para acomodarme a todo lo largo del mueble, en cuatro “patas”, y en ningún momento se salió de mi, -sigue… enséñame…tus…propias ansias de animal…

Aún sujetando mi cadera con una mano, continuó embistiendo, su otra mano moviéndose por mi extensión al mismo ritmo que su entrada y salida. Se inclinó para llegar más a fondo, sus labios besando mi hombro.
-Recuéstate…Minnie…- su voz era casi un susurro sensual, mientras tiró de mi cintura al mismo tiempo que retrocedía de rodillas sobre el sillón. Obedientemente retrocedí también, recostando primero mis brazos, luego mi cabeza sobre mis brazos, luego mi pecho, mi abdomen y el resto de mi cuerpo; Yoochun se recostó sobre mí, con el torso levantado, sus manos apoyadas a cada lado de mi cuerpo, su cadera en un vaivén delicioso e imposible. Mi hombría se sentía a reventar, frotándose con mi cuerpo y la tela del cojín debajo de mí, mientras el sonido de mi parte más íntima completamente invadida me hacía sentir en el infierno. Escuchándolo gemir cerca de mi oreja, sentí mi orgasmo acercarse al punto límite, y llegué besando sus labios con deseo, lascivo. Soltó mis labios para dejar escapar un gemido gutural mientras se corría dentro de mí. Se recostó sobre mí por completo, jadeando igual que yo, nuestras pieles aún palpitando una contra la otra”.



Eso es. Estoy pensando…que vergüenza, yo como uke. Bueno, creo que la próxima vez seré yo quien le domine. Ahora…

-Changminnie~
Ya me esperan. Aish, justo necesito desquitar en la realidad lo que acabo de escribir en la ficción. No me pregunten si es mejor a mis videos…quizás sí. Bueno. Enviado. Luces fuera. Computadora apagada. Changmin out.